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—Yaawwwnn…. —bostecé.
Los rayos de sol que entraban desde la ventana de mi habitación me indicaban que amanecía un nuevo día… Otro aburrido día sin nada que hacer... Recién me había levantado y ya tenía ganas de volver a tumbarme para dormir unas horitas más, pero por la claridad, parecía que ya había dormido bastante.
Me dirigí hacia la ventana para abrirla de par en par. Cuando mis ojos se acostumbraron a la luz, observé el pintoresco paisaje que me rodeaba. No es que mi habitación tuviese buenas vistas, puesto que prácticamente lo único que se veían eran torreones y otras partes del castillo donde me alojaba. No era lo que se solía decir un paisaje digno de admirar…
Parecía que ya era casi el mediodía… había dormido mucho por lo visto. Me aparté de la ventana y empecé a rebuscar en el armario algo de ropa para ponerme. Con una duchita rápida tendría suficiente, ya había perdido bastante tiempo durmiendo. Aún así… ¿Qué iba a hacer?
Bastión Hueco lo tenía ya bastante visto, tanto el castillo como la ciudad exterior. Cada noche salía a dar una vuelta por las calles, sin rumbo, sólo para pasar el rato. Supongo que por eso acababa levantándome tan tarde…Sin embargo, había algo que aún no había hecho y hoy no parecía ser un mal día para intentarlo.
Tras darme una ducha y arreglarme un poco, me dirigí hasta la puerta principal del castillo para salir al exterior. Me aseguré de que tuviese espacio suficiente a mi alrededor e invoqué la Llave Espada. Como siempre, ésta acudió a mi mano al instante. Seguía siendo todo un misterio de arma…
Con fuerza, lancé la Llave Espada hacia el cielo donde, con un destello, se transformó en Glider. El vehículo fue descendiendo lentamente hasta posarse suavemente a mi lado, listo para que lo montase. Iba siendo hora de probar de qué era capaz ese cacharro. No creo que a los Maestros les importase mucho que me tomase un día libre para dar unas vueltas con el Glider y tal vez pararme en algún mundo que me interesase.
Realmente no tenía pensado ningún destino, aunque no es que hubiese visitado muchos mundos. A Tierra de Partida no me convenía acercarme y Villa Crepúsculo la tenía ya muy vista también. Pues nada, hoy me tocaba dar vueltas con el Glider en busca de algún mundo nuevo que me llamase la atención…
Monté sobre mi Glider, listo para arrancar y partir, pero entonces me percaté de que alguien estaba saliendo también del castillo por la puerta principal. Alguien que casualmente conocía bien…
—Vaya, buenos días, gatita. —le dije a Kailee mientras le dedicaba una sonrisa— ¿Qué haces tú por aquí, hum?—le pregunté mientras le guiñaba un ojo.