[Bastión Hueco] Gayumbos por doquier

[Nell]

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Nombre: Gayumbos por doquier.
Solicitante: Diana.
Descripción: Seguro que no os habrán pasado inadvertidos los últimos acontecimientos de Bastión Hueco... Y muy posible es que hayáis sido víctimas directas, aunque no queráis reconocerlo... Hablo, efectivamente, de la "desaparición de gayumbos" que lleva produciéndose unos días. Al principio, no me importaba en absoluto lo que los chicos hacíais en o con vuestras prendas, ¡hasta que empezaron a aparecer en mi habitación! ¡Frente a la puerta! ¡Qué descaro!
No, no os pediré que resolváis el misterio, porque ya sé quién es el culpable. Se trata de un animal de la calle, al que alcancé a ver cuando dejó su último "paquete". A saber qué le habrá llevado a hacer semejante ridiculez. Sólo quiero que os deshagáis de él. Tampoco es mala idea emplear su carne para la cena, pero eso os lo dejo a vuestra elección.
Mundo: Bastión Hueco.
Requisitos:
- Se acepta cualquier nivel.
- Mínimo 2 participantes. Máximo, los que queráis.
Recompensa:
- 10 PX de entrada + 10 PX posibles de interpretación y desarrollo.
- 200 Platines.
Interesados: Ike, Yagami y Finn.
EN PROCESO

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Miembros: Ike, Yagami y Finn.

Si tenéis algún problema, o cuándo queráis cerrar, contactad conmigo. ¡Buena suerte con la misión!~~

Un nuevo habitante se había establecido en los pasillos de Bastión Hueco. Al contrario que los más nuevos aprendices, no era ningún tipo de oscuro pasado, oscura personalidad y oscuras intenciones, sino una adorable criaturilla que se había habituado a la nueva vida en el castillo. Y que hacía de ésta un poco más divertida, porque había conseguido poner de los nervios a la diva por excelencia, hasta el punto de verse obligada a pedir ayuda a los novatos.

Diana apenas había alcanzado a verlo. Era peludo, pequeño y escurridizo. Y podía tratarse de tantas cosas: un perro, un gato, una ardilla...

Como cada mañana, los más cercanos a su habitación podrían escuchar el grito de histeria de Diana, a la que nuevamente le habrían dejado los calzoncillos frente a la puerta. Y contando que los tres aprendices eran varones, también cabía la posibilidad de que fuera alguno de ellos a quien por la noche se los hubiesen robado. O que ya lo hubiese vivido en otras ocasiones.

Quizá no estaba tan mal tener a la criaturilla como animal de compañía en el castillo sólo por esos momentos. Pero, desgraciadamente, habían elegido deshacerse de ella. El cómo ya era cosa suya.

[Pistacho]

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Cronología: Poco después del prólogo y antes de la primera trama (todavía no abierta)

Dinero. Necesitaba dinero. Si había aprendido algo tras haber vivido en la calle durante varios días era que para vivir en condiciones se necesitaba pasta. Y aunque ahora tenía un techo y comida gratis, no pensaba permitir que se repitiera esa situación, porque si se repetía estaría preparado. Mi plan era sencillo: conseguir todo el dinero que pudiera, como fuese.

A los pocos días de llegar a Bastión Hueco, me enteré de que en una de las torres había un tablón de anuncios en el que la gente ponía recados para que los aprendices cumpliéramos a cambio de dinero. Después de estar buscando la torre durante una hora y perderme en varias ocasiones por los rincones del castillo, había conseguido encontrarla y, tras vaciar el mueble bar, me apunté a la única misión que pude por las condiciones: capturar a un animal que se dedicaba a robar gayumbos y a dejárselos en la puerta a una tal Diana. Tenía que presentarme a la mañana siguiente en la habitación de la chica, y como empezaba a hacerse tarde y tardaría bastante en encontrar mi habitación, salí de la torre.

* * *

— ¡Este castillo es un maldito laberinto!

Motivado por la idea de ganar dinero fácil, me había despertado temprano para tener tiempo de sobras para buscar la habitación de la tal Diana, que me llevaría un buen rato. Pero tras patearme el castillo durante una hora, seguía totalmente perdido (de hecho, no sabía ni cómo volver a mi propia habitación). Tan acostumbrado a las calles alegres de Ciudad Disney, los pasillos oscuros de este castillo me parecían todos iguales y perdía completamente la orientación. Sin saber muy bien cómo, había acabado en el vestíbulo del castillo.

— ¿Dónde bigotes estará la habitación de esa Diana? —pregunté al aire, frustrado—. ¡Al final voy a llegar tarde!

[VaniRoxy801]

Hasta esto habíamos llegado…

La extraña criaturilla que llevaba un tiempo merodeando por el castillo de Bastión Hueco había logrado sacar tanto de quicio a Diana hasta el punto en que esta había colgado una misión en el tablón de anuncios de la torre pidiendo ayuda a los aprendices.

Y allí estaba, andando por los tenebrosos pasillos del castillo en dirección a la habitación de Diana. La única pista que tenía era que el animal era pequeño y peludo, aparte de que tenía como objetivo la puerta del cuarto de Diana como “lugar de entrega”, cosa que no me servía de mucho. Esperaba que la muchacha fuese capaz de darme alguna pista extra.

Sin embargo, de camino a su habitación, escuché un grito que venía del vestíbulo. Como Diana no nos había dado ningún tipo de límite, decidí acercarme a ver que estaba ocurriendo. Al acercarme, pude escuchar de nuevo la voz.

—¿Dónde bigotes estará la habitación de esa Diana? —escuché—¡Al final voy a llegar tarde!

Llegué al vestíbulo para ver al causante de los gritos. Me costó saber qué era al principio, pero al analizarlo un poco pude ver que era una especie de chico-gato de pelaje blanco, vestido simplemente con un pantalón rojo. Parecía que llevaba un tiempo hablando sólo en el vestíbulo…

Sin dirigirle una palabra, empecé a acercarme a él, hasta quedarme a escasa distancia. Lo volví observar de arriba abajo. Por lo que había dicho, parecía otro de los voluntarios en el encargo de Diana, por lo tanto, era un aprendiz de Bastión Hueco, aunque como no recordaba haberle visto, estaba seguro de que era otra nueva incorporación.

—Cada vez nos traen aprendices más raros al castillo… —dije pensativo, lo suficientemente alto como para que el gato me oyese.

[Pistacho]

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Vani y yo hacemos una ronda extra para ir adelantando mientras Ike postea, ya está hablado.

Mientras intentaba decidir al azar qué camino seguir para continuar con la búsqueda de la habitación, escuché una voz a mi espalda.

— Cada vez nos traen aprendices más raros al castillo…

Al girarme me encontré de frente con un chaval humano, seguramente otro Aprendiz, de pelo negro y ojos morados. No era la primera vez que me cruzaba con otro Aprendiz por el castillo, aunque rara vez me habían dirigido la palabra. Pero encontrarme con este chico ahora, a pesar de su comentario y su cara de pocos amigos, me venía de perlas.

— ¡Oh, hola! —le dije, con una sonrisa de oreja a oreja—. ¿Me ayudas? Tengo que ir a la habitación de una tal Diana para un encargo, pero ando un poco perdido y no la encuentro. No hay quién se oriente en este castillo...

» Por cierto, me llamo Finn.

[VaniRoxy801]

—¡Oh, hola!

Para mi sorpresa, el chico me respondió de manera alegre, sonriendo de oreja a oreja, completamente feliz.

—¿Me ayudas? Tengo que ir a la habitación de una tal Diana para un encargo, pero ando un poco perdido y no la encuentro. No hay quién se oriente en este castillo...

Me quedé un rato con la mirada perdida, sin saber muy bien cómo reaccionar ante la situación. Finalmente, me di una palmada en la cara y suspiré.

—¿Y por qué siempre me tocan a mí los felices?

Siempre que me tocaba algún encargo, tenían que ponerme a un saco de alegría entusiasmado de compañero o compañera… Con lo que me molestaba tener a alguien tan radiante de energía cerca… Menudos aprendices de la oscuridad que estaban hechos algunos…

—Mira, esto… eh… gatito…—le dije intentando mantener la calma—Intenta ser un poco más serio, ¿quieres? Ya sé que la misión tampoco es como para grabarla en la historia, pero…

La verdad, no sabía cómo acabar aquella frase. No había nada de bueno o espectacular realmente en ponerse a perseguir a una criatura que se dedicaba a robar gayumbos por la noche.

—Bah, olvídalo… Te llevo hasta la habitación de Diana y así acabamos antes…

—Por cierto, me llamo Finn.

—…Yagami…

No le dije nada más, y con una seña, le indiqué que me siguiese, para dirigirnos hacia la habitación de Diana.

[DarkIke]

Hoy era otro día como otro cualquiera en Bastión Hueco, oscuro pero acogedor en cierta manera, descansando por el gremio y tomándome alguna que otra bebida para pasar el aburrimiento decidí hacer una misión para no poder quedarme quieto y para ejercitar los músculos, fui al tablón y miré una que me llamó la atención, una tal Diana pedía que fuéramos a su habitación para conseguir información para poder cazar o capturar a el animal o cosa que estuviera dejando la ropa interior masculina delante de su puerta.

Me había acostumbrado a la sombra del castillo y también podía recordar el recorrido del castillo,vagamente, pero me acordaba, en dirección a la habitación me encontré con un par de muchachos, otros aprendices supongo, para hacer la misión.Cuando llegué estaban diciendo sus nombres.

—Por cierto, me llamo Finn.- Sí dijo el chico-gato que se llamaba.

—…Yagami…- Y el otro muchacho dio también su nombre, cual pude oírlos porque me estaba acercando desde atrás suyo.

—Yo soy Ike— Dije con tono sereno pero amable sin causar ningún revuelo ni estar muy animado.

[Pistacho]

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Como he avisado en Actualizaciones, estoy sin PC de mesa y me cuesta hacer post largos para el rol con las consolas. Si veo que los dos habéis posteado y que aún no está arreglado intentaré postear de nuevo, que tampoco quiero retrasaros.

— ¿Y por qué siempre me tocan a mí los felices?

El chico del pelo negro no parecía estar muy contento de verme. De hecho, se podía deducir a simple vista que la alegría y el buen humor no iban mucho con él. La mayoría de los Aprendices de este castillo eran demasiado serios...

— Mira, esto… eh… gatito… —parecía que lo decía con esfuerzo, como si estuviera conteniéndose— Intenta ser un poco más serio, ¿quieres? Ya sé que la misión tampoco es como para grabarla en la historia, pero…

— ¡Pero si es genial, solo hay que cazar a un animalillo y luego a cobrar! —repliqué manteniendo la sonrisa, aunque solo fuera para fastidiarle.

— Bah, olvídalo… Te llevo hasta la habitación de Diana y así acabamos antes…

— ¡Purrrrfecto!

Desde luego, no podía haber tenido mejor suerte. No solo había encontrado a alguien que me iba a llevar hasta la famosa habitación, sino que además también era compañero de misión. Y lo mejor de todo era lo bien que me lo iba a pasar chinchándole con mi alegría y mis payasadas.

— Por cierto, me llamo Finn.

— …Yagami…

Antes de echar a andar apareció otro Aprendiz, también humano aunque de pelo azul, que vino directo hacia nosotros.

— Yo soy Ike —dijo el muchacho

— ¿Tú también participas en la misión de Diana? —le pregunté al peliazul, mientras empezaba a caminar siguiendo a Yagami por los pasillos.

[VaniRoxy801]

Antes de empezar a andar por los pasillos con el entusiasmado aprendiz, otro joven llegó al vestíbulo, presentándose. De camino a la habitación de Diana, Finn le preguntó a Ike, el recién llegado, si también era uno de los que se había apuntado a la misión. Con la respuesta afirmativa de éste, ya estábamos los tres que habíamos elegido participar en esta “importante” tarea.

—Ya estamos todos entonces… —dije mientras seguía avanzando por los pasillos, sin girarme hacia ellos— Ike, estamos yendo hacia la habitación de Diana, para ver si nos da alguna otra pista. —le expliqué.

No sabía muy bien si Diana lograría darnos algún tipo de información útil, pero al menos había que intentarlo. Además, aún teníamos que encontrar alguna forma de atrapar al bicho y supongo que matarlo. Diana nos había dado vía libre con la criatura una vez lo atrapásemos.

—Ya casi hemos llegado. —comenté cuando avisté la puerta de la habitación de Diana— Acordaos que tenemos que trazar algún plan para capturar al bicho, así que id pensando en algo.

Soltasen o no alguna sugerencia, ya estábamos frente a la puerta del cuarto de la joven. Toqué un par de veces para avisarla de nuestra presencia.

—¿Diana? —pregunté— ¿Podemos pasar?

[DarkIke]

Cuando dije mi nombre, rápidamente me miraron y hablaron mientras nos dirijamos a algún sitio.El chico-gato me dirijió unas palabras, parecia muy contento por la misión y se notaba su entusiasmo, por otra parte el otro aprendiz era mas reservado pero queria acabar la misión.

— ¿Tú también participas en la misión de Diana? -Preguntó Finn.

—Si también participo, no es agradable... que quiten la ropa interior y que ademas se la den a una chica. - Explique tranquilamente mostrando un poco de intriga por el animal que lo habría hecho.

— Ya estamos todos entonces…Ike, estamos yendo hacia la habitación de Diana, para ver si nos da alguna otra pista. - Añadió Yagami para decir a donde nos dirijiamos.

—Se que es un poco tarde y eso pero... Hola y perdón por no haber saludado.

Íbamos caminando tranquilamente, en silencio, y Yagami rompió el silencio para poder decir algo más.

— Ya casi hemos llegado. Acordaos que tenemos que trazar algún plan para capturar al bicho, así que id pensando en algo.- Yagami tenía razón, necesitábamos un plan ta como ha explicado.

—Muy bien... pero necesitaremos mas información antes de actuar, si Diana sabe como es el animal o cosa es mejor trazar un plan. - Dije bien claro y sin rodeos.

Dicho esto seguíamos hacia la habitación y llegamos, Yagami toco la puerta y esperamos su respuesta.

[Nell]

Yagami estaba equivocado al pensar que, con tan sólo llamar, Diana les dejaría entrar a sus aposentos. Nada más lejos de la realidad. En cuanto escuchó los golpes, la aprendiza acudió a abrir la puerta, bloqueando la entrada para darles a entender que hablarían allí. Desde luego, no eran bien recibidos.

Y allí estaba ella. Diana. Quien no la hubiese visto hasta entonces se deleitaría los ojos con la aprendiza más admirada por su atractivo. Incluso de entrada mañana ya estaba resplandeciente. Esas facciones, esa forma y esas curvas… Todo en ella parecía encajar con el ideal de belleza de cada uno.

Y el aroma que pululaba por el aire, tan fragante, excitante y absorbente; les haría soñar con la visión de aquella diosa durante muchas noches solitarias.

―¿¡Qué queréis ahora!? ―les gritó, completamente enfurecida. Seguramente ya tenía los nervios crispados desde antes de abrirles. La rabieta, más que empeorar su imagen, le daba un puntillo aún más sexy―. ¿Venís a recoger calzoncillos? Los quemo todos en cuanto ese bicho me los deja.

Sin embargo, mirándoles mejor, o porque alguno interviniese para explicarle que habían ido, precisamente, para librarle del diabólico animalillo; se relajó un poco, aunque continuó en todo momento a la defensiva. Se apoyó en el marco de la puerta, con los brazos cruzados, sin humor para jugar con ellos a pesar de ser todos hombres.

―Si habéis venido a por el animal, aquí no está. Como le vuelva a pillar, lo estrangularé hasta la muerte ―describió la aprendiza―. Y haced con él lo que queráis una vez lo capturéis: cocinarlo, degollarlo, castrarlo… Me da igual, sólo quiero que desaparezca. No, mejor. Que muera.

Volvió a echarles una mirada de reojo.

―De hecho, deberíais traerme el cadáver para asegurarme de que cumplís con el trato. No vaya a ser que alguno tenga un corazón más blando de lo que le conviene ―comentó, entrecerrando los ojos.

Antes de que Diana les cerrara la puerta, que sin duda pretendía hacerlo pronto, tenían la oportunidad de formularle las preguntas que quisieran, o de indagar detalles que se le pudieran haber escapado. Si sabían elegir las palabras con cuidado…

[VaniRoxy801]

Al poco de llamar a la puerta Diana nos abrió, pero se quedó allí indicándonos que no nos iba a dejar pasar a su habitación de ninguna manera. Se le notaba bastante enfadada, aunque no tenía pinta de estar somnolienta ni nada parecido a pesar de ser algo temprano. Su mosqueo parecía ser a causa del motivo por el que habíamos venido a su cuarto: Las molestas “aficiones” del animal.

―¿¡Qué queréis ahora!?

Sus gritos me devolvieron a la realidad. Era increíble cómo se me iba la mente y la vista cuando estaba cerca de ella… A pesar de que no tenía orejitas… Sin duda, sus habilidades de seducción de las que había oído hablar hace tiempo en Tierra de Partida no eran para nada exageradas. Su belleza… Su esplendor…Sus curvas… Incluso el aroma de la sala parecía engatusar…

―¿Venís a recoger calzoncillos? Los quemo todos en cuanto ese bicho me los deja.

—Eh…No, no… No veníamos por eso… —respondí intentando concentrarme— Es por…el…el animal. Por la… misión.

Controla los ojos, Yagami…

Por suerte, Diana pareció relajarse un poco cuando le explicamos que habíamos venido para librarnos de la criatura, pero seguía sin estar de buen humor. Se apoyó en la puerta con los brazos cruzados y continuó hablando.

―Si habéis venido a por el animal, aquí no está. Como le vuelva a pillar, lo estrangularé hasta la muerte. ―nos explicó― Y haced con él lo que queráis una vez lo capturéis: cocinarlo, degollarlo, castrarlo… Me da igual, sólo quiero que desaparezca. No, mejor. Que muera.

Asentí para confirmarle que lo había entendido, puesto que estaba seguro de que me costaría responderle sin tartamudear de nuevo…

―De hecho, deberíais traerme el cadáver para asegurarme de que cumplís con el trato. No vaya a ser que alguno tenga un corazón más blando de lo que le conviene.

Eché una rápida ojeada a mis compañeros… Parecía que visto el panorama, me iba a tocar a mí ejecutar al bichejo. Había que ponerse manos a la obra y empezar a encontrar alguna manera de cazar al animal, así que intenté preguntarle a Diana antes de que nos cerrase la puerta y se encerrase en su cuarto.

—Una… una pregunta más y dejamos de molestar… —le dije— ¿Sabes… alguna otra cosa del animal? ¿Alguna… alguna pista o detalle que nos ayude a distinguirlo… o que facilite su captura?

[Nell]

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Misión cerrada a petición del usuario y por la deserción de los otros dos miembros.