[Tierra de Partida] Un poco menos solos

[Sometron]

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Participantes: Neas y Jess Stronberg
Cronología:
Neas: Trama Una mujer de armas tomar > Encuentro Un poco menos solos
Jess: Prólogo Una oportunidad de oro > Encuentro Un poco menos solos > Trama Un lugar especial en el infierno

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Aquella noche, Jess había estado soñando sobre el día en que salió de Port Royal, el maravilloso día en que había logrado hacer dos nuevos amigos: Yami y Ryu.

Cuando despertó a la mañana siguiente, estaba bastante alegre por haber recordado aquel día. Ryu estaba acurrucado a su lado cuando ella abrió los ojos. El gato nunca se separaba de ella. En cambio, a Yami no la veía demasiado, cosa que la entristecía.

Decidió dejar de pensar en todas aquellas cosas y ponerse en marcha. Despertó a Ryu, se levantó, se vistió y fue a desayunar. Por el camino, explicó al gato el sueño que había tenido, podía notarse que estaba contenta.

Ningún moguri fue a buscarla aquel día: podía hacer lo que quisiera. No había mucho qué hacer en Tierra de Partida, así que la elección era pasear por los jardines o ir a la biblioteca a leer. Puesto que Ryu se aburría en la biblioteca, decidió salir al exterior en su lugar.

Fuera, el día era soleado aunque había algunas nubes en el cielo, era un buen día para estar en los jardines. Ryu parecía más confiado y hablador de lo normal, quizá le hubiera transmitido su estado de ánimo también al gato.

Decidió buscar algún lugar para sentarse y pasar el rato. Cuando al fin encontró un árbol bajo el que sentarse, el gato comenzó a corretear algo separado de Jess, parecía que aquel día no tenía miedo. La chica se sentó en la sombra y apoyó su cabeza en el tronco del árbol. Era un buen día para relajarse.

[Neas]

Hoy no tengo mucho que hacer, así que me quedo en los jardines. No me apetece entrenar a estas horas y prefiero pasar el rato mirando las musarañas mientras pasa el tiempo.

Ya había desayunado hace rato y tampoco tengo ganas de quedarme dormido sobre alguno de los bancos, así que me pongo a dar vueltas por el lugar mirando las nubes pasar.

¡Miau!

Miro al suelo extrañado por el ruido, pero no hay nada de qué preocuparse. Al parecer, símplemente le había dado una patada a un gato descuidado. Sin darle más importancia, sigo andando por los jardines.

[Sometron]

─¡Miau! ─<<¡Ah!>>.

Su estado de relajación acabó en el momento en que oyó quejarse a Ryu. Cuando abrió los ojos para ver lo que estaba pasando, se encontró a Ryu corriendo hacia a ella. El gato saltó y se tiró sobre su regazo.

─Miau miau miau miau... ─<<Me han pegado una patada...>> su tono de voz volvía a ser el mismo de siempre, la valentía se había esfumado─ ¡Miau miau miau! ─<<¡Ha sido aquel chico!>>.

El gato se quedó mirando fijamente a un joven que parecía pasear tranquilamente por los jardines. El chico desconocido, del cual sólo veía la espalda, tenía el pelo corto y de color rojo oscuro, era delgado y llevaba un chaleco rojo con una camiseta negra.

─Quédate aquí. ─le dijo al pobre animal.

Jess dejó escapar un largo suspiro y se puso en pié.

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La chica se dirigió hacia el joven que había golpeado a su gato. Su estado de ánimo había empeorado bastante, debido a que habían interrumpido su relajación y a que ahora tendría que estar oyendo los llantos del maldito gato todo el día.

Estaba enfadada y no quería escuchar ningún tipo de explicación. Sólo quería actuar. Un destello y la Llave Espada apareció en su mano.

─¡¿Quién te crees que eres para pegarle a mi gato?! ─gritó.

Salió a toda velocidad hacia el chico, preparada para propinarle una golpe descendente. La lucha tan directa no era su estilo, pero podría salir victoriosa perfectamente contra un aprendiz.

[Neas]

─¡¿Quién te crees que eres para pegarle a mi gato?!

Una pelirroja bastante enfadada, Llave-Espada en mano, se abalanza sobre mí tratando de golpearme. Me pilla bastante distraído así que apenas logro esquivar la acometida, de hecho, si no llega a ser por el grito, ni me habría dado cuenta. No pienso ponerme a pelear por un gato que no ve ni por donde anda así que me limito a darme la vuelta a ver qué quiere.

—¿es tuyo? Pues tenlo quieto a él para que no se mate en vez de ir apaleando cualquier cosa con la que se choque.

Sin más, sigo andando. No voy a dejar que una tía loca y un gato ciego me estropeen la mañana. Aun así, me da en la nariz que no va a dejar de incordiarme tan fácilmente.

[Sometron]

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El ataque que había lanzado contra el joven fue esquivado con dificultad, el elemento sorpresa había desaparecido por culpa de su grito. Tendría que haberse quedado callada. El joven se dirigió a ella de forma arrogante, como si hubiera sido culpa de Ryu que él le diera una patada.

—¿Es tuyo? Pues tenlo quieto a él para que no se mate en vez de ir apaleando cualquier cosa con la que se choque.

Ese comentario arrogante provocó que Jess quisiera machacar, aún más, a aquel tipo. Su ira volvía a acumularse, como siempre, y necesitaba descargarla de alguna forma, como siempre. Tuvo claro que no iba a detener la batalla, sería su forma de desahogarse por haberse estropeado su humor y su buen día.

El chico siguió andando como si nada: la oportunidad perfecta para Jess. Haciendo uso de su velocidad y su sigilo de ladrona se acercó al aprendiz en silencio, esperando que su arrogancia le hiciera pensar que ella no atacaría de nuevo. Cuando estuvo suficientemente cerca, le atacó con un corte desde la izquierda. Esta vez le sería más difícil esquivar su ataque, o eso esperaba Jess.

<<¡Esquiva esto si puedes!>>

[Neas]

La chica parece no querer dejarme en paz y vuelve a atacarme. Bastante silenciosa, se me acerca por la espalda para atacarme, pero la sorpresa del primer ataque ya había pasado y esto ya me lo veía venir.

Esquivo el golpe sin separarme demasiado de ella y le propino una patada a la altura de la cintura. ¿Quiere pelea? La tendrá.

—¿Qué diantres quieres de mí? ¿Tanto te aburres?

Ciertamente, esto está empezando a irritarme. Me pongo en guardia e invoco la Llave-Espada.

[Sometron]

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El desconocido esquivó el ataque de la ladrona sin ningún problema. Eso hizo que perdiera la concentración: ¿cómo pudo haber esquivado eso? Quizá lo de seguir andando fue sólo una distracción. Chica idiota... Demasiado tarde para solucionarlo.

El desconcierto fue aprovechado por el extraño, que propinó una patada a Jess. La chica retrocedió, retorciéndose ligeramente.

—¿Qué diantres quieres de mí? ¿Tanto te aburres?

Pensó en la posibilidad de no responder y luchar directamente, pero decidió contestarle. Eso le permitiría descargar un poco de rabia y le ganaría tiempo para pensar una estrategia: ahora que había perdido el factor sorpresa, la victoria no se había vuelto demasiado fácil. Ese tiempo también le sería útil para no dejarse cegar por la ira y pensar una buena forma de darle su merecido a aquel arrogante.

—Todo sería mucho más fácil si no fueras un idiota y pidieras perdón. Pero qué le vamos a hacer... —su tono denotaba un desprecio considerable.

El chico parecía irritado, cosa que alegró a la ladrona. Ese estado de animo no haría ningún bien a su contrincante, que convocó su Llave Espada y se puso en posición de pelear.

Antes de que el aprendiz hiciera su siguiente movimiento, una estrategia para poder vencer rápidamente cruzó la mente de la muchacha. Probablemente se quedaría sin más recursos que la fuerza bruta si fallaba, ya que el chico parecía más avanzado en el entrenamiento que Jess; pero era un riesgo necesario.

La estrategia era bastante simple, aunque podía resultar bastante efectiva si tenía . La chica aferró fuertemente el arma y se lanzó por tercera vez a por el aprendiz. Esta vez, probaría con otro ataque lateral, prácticamente circular.

Si el chico esquivaba el golpe, ella aprovecharía el tiempo en que está retrocediendo para lanzarle Piro. Si se diera el caso de que el joven paraba el golpe, ella tiraría un pie hacia atrás y colocaría la Llave en dirección al aprendiz, para después golpearle de pleno con Piro. Cuando su magia impactase sobre el contrincante, aprovecharía el momento de confusión para golpearle en la cabeza con el arma todo lo rápido que pudiera. Le golpearía uno, dos, tres o las veces que hiciera falta hasta que perdiera el conocimiento.

En cuanto su rival quedase fuera de alcance, retrocedería en un intento de evitar cualquier contraataque.

[Neas]

La loca del gato se lanza a por mí nuevamente. Me asesta un tajo lateral que logro parar y sin darme respiro me lanza un Piro a quemarropa. Me gustaría pensar que soy capaz de esquivarlo, pero me pilla por sorpresa y acabo sacudiéndome las llamas del pelo y con una bonita quemadura escociendo en toda la cara.

El pastel no acaba ahí y la pelirroja del demonio (mira quien fue a hablar) aprovecha la distracción para plantarme otro golpe en la cabeza. Sin lograr evitarlo, me alejo lo más rápido que puedo para volver a ponerme en guardia.

—¿¡Pero te has vuelto loca o qué!? ¡Ni que hubiera rajado al dichoso gato!

Vale, tengo que calmarme. Me ha pillado desprevenido, pero si me altero no voy a lograr nada. Respiro hondo y me relajo. Lo único que parece que vaya a poder hacer entrar en razón a la chica son un par de tajos bien dados.

Preparo el arma y salgo hacia mi improvisada rival. Simulo una patada leve que pueda esquivar y así le propino una estocada antes de que vuelva a componer una guardia firme. Si logra esquivarlo, me echaré atrás y lanzaré una patada alta en semicírculo por su izquierda.

Sea como sea, entre golpes dados y recibidos, no creo que vaya a aguantar mucho a este ritmo, así que tras los golpes que logre dar, me pondré en guardia esperando su reacción y, si es que me da algo de cuartel, tomarme un respiro.

[Sometron]

La estrategia se desarrolló bastante bien, podría decirse que casi a la perfección. Un repentino éxtasis la invadía, se sentía liberada de toda su furia después de haber golpeado con todas sus fuerzas a aquel extraño enemigo. Pese al éxito en la ejecución de su plan, el resultado no fue el que ella esperaba y el aprendiz seguía en pie. Ya no le quedaban ases en la manga ni ganas de luchar, así que decidió proponer una tregua. Pero el joven se le adelantó.

—¿¡Pero te has vuelto loca o qué!? ¡Ni que hubiera rajado al dichoso gato!

Sin darle tiempo a responder, el chico se lanzó hacia ella. Cuando estuvo cerca, inició una patada. En vez de esquivar el golpe lateralmente para poder contraatacar, dio un salto hacia atrás intentando poner distancia entre ellos para para aquella estupidez lo más pronto posible.

Después del primer salto, se propuso hacer un segundo salto hacia atrás pero vio como la Llave del desconocido se acercaba a ella en línea recta. Cerró los ojos y esperó recibir un golpe que no llegó a recibir.

Cuando abrió los ojos, vio al joven tirado por los suelos y a Ryu cerca de sus piernas, también noqueado. No pudo evitar esbozar una sonrisa. Se acercó al joven con intención de poner punto y final a aquella batalla sin sentido. La victoria estaba al alcance de su mano, aún una victoria ahora sólo significaría crearse un enemigo sin razones.

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—¿Estás bien? —dijo mientras bajaba el arma— Siento haberte atacado sin previo aviso por este malentendido, a veces puedo ser muy impulsiva. —rió— ¿Te parece bien una tregua?

Tendió una mano al joven desconocido para ayudarle a ponerse en pie, en señal de paz. Se estaba exponiendo completamente y abriendo su defensa. Pese a esto, la chica estaba casi segura de que aquel chico no iba a atacarla. Podía sentir tranquilidad y serenidad en él, definitivamente estaba a salvo.

En cualquier caso, el muchacho era bastante más resistente que ella y, si el aprendiz decidía seguir luchando, Jess habría perdido la batalla en menos de medio minuto.

[Neas]

La chica esquiva la falsa patada y me preparo para lanzarle la estocada. Sé que si lo hago bien tendré el combate en mis manos, pero...

Noto un extraño bulto blandito en el suelo con mis pies y de pronto el mundo empieza a tambalearse. Cuando quiero darme cuenta, estoy tirado en el suelo, con el cegato felino entre mis pies y... ¿esa tarada pidiendo tregua?

No acabo de entender muy bien el porqué de tal cambiazo de actitud, pero no tiene sentido que la rechace. Al fin y al cabo, no gano nada apalizando a esta tía. Me tiende la mano, no se la cojo pero me pongo en pie igualmente.

—Está bien. Es inútil seguir con esto.

[Sometron]

La ayuda de Jess fue rechazado completamente por aquel chico, aún así no parecía tener intenciones de atacarla mientras estaba indefensa. El joven se puso en pie por sí mismo, gesto que ofendió a la muchacha pero que dejó pasar para no volver a empezar otra pelea sin razón. Una vez el chico estuvo levantado, respondió a la oferta de paz previamente lanzada.

—Está bien. Es inútil seguir con esto.

Pese a haber conseguido lo que quería, la aprendiz no estaba para nada contenta. Podía sentir la repulsión que aquel chico sentía hacia ella en aquel momento. Comprendía aquella repulsión, pero no quería ser repudiada. No quería estar sola, ya había vivido sola suficiente tiempo.

Quizá esa relación ya no tenía remedio, pero quería intentarlo. Al menos, si fracasaba, sabría que había puesto de su parte para que aquello fuera posible.

—Aún no nos hemos presentado como es debido. Yo me llamo Jess y este gato problemático es Ryu. Ambos provenimos de Port Royal. —hizo una breve pausa— ¿Y tú, cómo te llamas?

Sonrió al desconocido, intentando inspirarle confianza. En realidad no sabía por qué estaba intentando hablar con aquel joven, había muchos más aprendices en Tierra de Partida que serían más amables con ella. Pero algo le decía que aquello no era lo correcto, podía ver la soledad de aquel chico. Probablemente estuviera en una situación similar a la suya y tenía tanto derecho como ella a dejar de estar solo.

[Neas]

—Aún no nos hemos presentado como es debido. Yo me llamo Jess y este gato problemático es Ryu. Ambos provenimos de Port Royal. ¿Y tú, cómo te llamas?

—Neas. De Ciudad de Paso.

No será toda la verdad, pero tampoco es mentira. No creo que ella necesite saber más de mí. No es que parezca mala gente, pero tanta impulsividad tampoco me acaba de animar a contarle mucho.

Me sonríe amigablemente. Yo me limito a hacer desaparecer mi arma y quedarme mirándola. Tras un rato, acabo sintiendo la necesidad de decir algo.

Lo que me sale no es gran cosa, pero me sirve para romper el silencio. Con eso me basta.

—No peleas mal. ¿Llevas mucho por aquí?

[Sometron]

—Neas. De Ciudad de Paso.

El chico al final decidió responder a Jess, pese a eso, no se extendió demasiado en su presentación. El tal Neas parecía ser una persona reservada, debería ganarse su confianza si quería saber más sobre él y su mundo.

La chica comenzó a pensar posibles formas de romper el hielo: el tiempo, los maestros, la comida que les servía... No podía decidirse y Neas, afortunadamente, se adelantó y empezó la conversación.

—No peleas mal. ¿Llevas mucho por aquí?

Parecía que el chico no había reparado en que aquella estrategia de antes era lo único que Jess podría haber hecho para ganar, puesto que había llegado hace escasos días. Mejor, eso haría parecer que ella tenía un talento natural para la batalla.

—Gracias, llevo aquí sólo unos días. Aunque mis tiempos de ladrona en Port Royal facilitan las cosas. —rió.

Entonces pasó a hablarle a Neas sobre Port Royal: las grandes divisiones sociales, los piratas y alguna anécdota breve. Cuando acabó su relato, lanzó la pregunta que quería formular desde el inicio de la conversación.

—En cuanto a tí, ¿cómo es el mundo del que procedes? ¿A qué te dedicabas allí?

A Jess le encantaba oír historias sobre los mundos que aún no conocía y en los cuales no había estado. Esperaba poder visitarlos todos algún día: cuando un moguri le trajera el ansiado permiso que le permitiría salir de Tierra de Partida.

Al final resultó que podía acabar siendo un día bastante productivo.

[Neas]

La respuesta de la chica resulta bastante más larga de lo que me esperaba. No es que me importe demasiado, pero en cierto modo me resulta agradable oír su historia. No la interrumpo y la invito a sentarnos en un banco para hablar más tranquilamente. Empiezo a relajarme y a sentirme más a gusto con esta ya no tan desconocida, pero...

—En cuanto a tí, ¿cómo es el mundo del que procedes? ¿A qué te dedicabas allí?

La pregunta es simple y sin mala intención alguna. Sin embargo, ¿puedo yo responderla? Apenas conozco nada más de Ciudad de Paso a parte del orfanato y no tengo tiempo de inventarme algo convincente sobre lo que haya podido estar haciendo ahí durante todo el tiempo que realmente no estuve en ese mundo. No me queda otra que confiar en que se conforme con poco y disimular.

—Nada interesante. Es una ciudad bastante tranquila así que no hay mucho que contar. Yo vivía en un orfanato. Un aburrimiento.

Ya me gustaría, pero no se me ocurre nada con qué cambiar de tema así que me quedo mirando al gato mientras se lame tan tranquilo pensando en lo que habría dado por llevar la vida que acabo de describir.

[Sometron]

Pareció titubear unos instantes, pero acabó dando un respuesta... aunque ésta fuera bastante breve.

—Nada interesante. Es una ciudad bastante tranquila así que no hay mucho que contar. Yo vivía en un orfanato. Un aburrimiento.

El chico bajó la mirada hacia Ryu, que se lamía tranquilamente. Parecía un poco entristecido. La chica no sabía cómo tratar con personas, así que mucho menos cómo animarlas; por lo que continuó hablando, intentando ser lo más amable que pudiera.

—Pues a mí me gustaría visitar tu mundo. Quiero ver todos los mundos que pueda y estoy decidida a verlos... cuando me den el permiso... —suspiró— En fin... ¿tú también eres huérfano? Yo no recuerdo a mis padres, los mataron cuando yo tenía apenas dos años. Desde entonces me cuidó mi amigo Viejo, pero nunca quiso decirme nada acerca de mis padres. Me gustaría saber algo más sobre ellos, pero no creo que sea posible...

Hacía tiempo que había olvidado la curiosidad que sentía hacia sus desconocidos padres, aunque ella sabía que esa curiosidad era inútil. Nunca podría averiguar nada sobre ellos, no tenía por donde empezar. Pese a haber vivido dieciocho años en Port Royal, no había hablado con nadie. Casi todos los habitantes de aquel mundo eran desconocidos para ella, y el resto los conocía únicamente de vista. Era demasiado difícil investigar, así que se calmaba a sí misma diciendo que el pasado ya no importaba y que debía centrarse en el futuro.

Entonces, recordó la tristeza de Neas y un pensamiento fugaz pasó por su cabeza: no todo el mundo acepta esas cosas, quizá le moleste hablar del tema. La muchacha inmediatamente se disculpó ante la posibilidad de estar siendo desconsiderada.

—¡Oh, perdona! No te he preguntado si te importa hablar de estos temas. No todo el mundo lo lleva bien. Si a ti te parece bien, me gustaría saber más sobre ti. —le sonrió.

Jess no entendía por qué estaba actuando de forma tan amable con un simple extraño, que encima había destruido su día de relajación; pero lo hacía de forma natural. Quizá estaba bastante más sola de lo que pensaba...