[La Cité des Cloches] Brujería Infernal

Encuentro de Nadhia y Kousen

¡Pásate por aquí para encontrarte con todo aquello relacionado con el rol y que no encontrarás en el resto de subforos! Libres, Eventos, Eventos Globales... ¡Pásate, rolea y échate unas risas!

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro

[La Cité des Cloches] Brujería Infernal

Notapor Kousen » Sab Sep 07, 2013 10:37 pm

Participantes:
- Nadhia Hoghes
- Kousen Zephyr

Ubicación:
La Cité des Cloches

Cronología:
Kousen: Posterior a “Volaré, uoo, cantaré, uooooo”
Nadhia: Posterior a “La Historia Jamás Contada”


Spoiler: Mostrar


Un asteriode. Otro. Nave Sincorazón en la lejanía. Nube de polvo.
Empezaba a estar cansado de surcar el intersticio de los mundos con mi glider, hacía un buen rato que había salido de Tierra de Partida rumbo a otro mundo en el que nunca había estado. Pero según lo que me habían comentado valdría la pena la visita.
Por fin, el mundo en cuestión apareció ante mis ojos:

Imagen


La Cité des Cloches o Ciudad de las Campanas, a lo que su nombre traducía. Una gran catedral se alzaba majestuosa sobre el caótico trazado de la ciudad, en mitad de una pequeña isla en mitad de un río que cruzaba la urbe de un lado a otro. Era por esta misma pieza de arquitectura que me había decidido a tomarme mi día libre para el turismo: Su estilo de construcción era maravilloso, al igual que aquellas grandes vidrieras de color y los detalles de las esculturas que vigilaban las cornisas del edificio.

Spoiler: Mostrar


Por desgracia, tendría que acercarme a pie hasta él, pues aterrizar en medio de una plaza con semejante armatoste metálico haría cundir el pánico entre los habitantes de aquel mundo. Por suerte el amanecer aún no había roto el oscuro manto de la noche, lo que me permitió tomar tierra en un rincón de aquella laberíntica ciudad. Al hacer desaparecer la armadura que cubría mi cuerpo, quedaron libres los ropajes que había obtenido para pasar desapercibido en aquel mundo, mi vestuario habitual habría destacado demasiado. Lo primero que me felicitó fue una bocanada de aire que me hizo contraer mi cara en una expresión de disgusto.

Madre mía, ¿qué es esa peste? — me quejé.

El olor desagradable me hizo salir a toda prisa de aquel callejón y entrar a otra calle más ancha… si es que así podía considerarse. El olor no era mucho mejor, pero desde luego más respirable que el de antes.

Desde luego les hace falta una lección de higiene en este mundo — pensé, de mala gana.

Empecé a caminar en la supuesta dirección en la cual estaba la catedral, guiado por la luz de las escasas antorchas que había en algunos lugares u otras que se movían a través de la noche, probablemente obra de algún guardia que vigilaba que no ocurriese nada en su turno. Mientras tanto, una débil luz anaranjada comenzaba a nacer en el cielo. Perdí algo de tiempo al encontrarme con callejones sin salida, o cuyo tránsito no parecía muy seguro. Finalmente decidí que tendría que preguntar a algún ciudadano según estos fuesen saliendo para llevar a cabo sus tareas. Ya con el sol a punto de aparecer en su esplendor sobre el ¿asfalto? Fueron abriéndose las puertas, asomando gentes que vestían de forma extremadamente similar, lanzando a las calles cubos de agua o simplemente estirándose.

Decidí acercarme a un hombre con un delantal blanco y que salía de lo que parecía ser una panadería.

Perdone, ¿sería tan amable de indicarme el camino a la Catedral, por favor? — pregunté con educación.

El hombrecillo se giró en mi dirección, esforzando la vista para intentar verme en la penumbra.

¿Habláis vos de Nuestra Señora de París? — preguntó, a lo que asentí — Pues bien, sepa vuesa…— y de repente se calló, con su cara distorsionándose en un gesto de horror.

Salió el sol, iluminándome y cegándome al darme en plena cara, miré atrás para ver qué causaba tanto pavor.

¿Sucede algo? — dije con sorpresa.

El hombre empezó a hacer numerosos gestos que no comprendía, con las palabras incapaces de salir de su boca, cuya mandíbula temblaba mientras musitaba una especie de plegaria:

In nomine dei patri… ¡U-UN DEMONIO DE LUCIFER! — exclamó de repente, señalándome.

¿Un qué de qué? — a cuadros me quedé, no entendía ni torta.

La gente empezó a asomar por las puertas y algunas ventanas que se abrían, otros aparecían por alguna calle. Pude ver como otros imitaban los mismos gestos que había hecho el panadero, pasando dos dedos juntos desde un hombro a otro y luego a sus frentes, susurrando cosas como “colmillos”, “bestia” o “orejas” junto a la muy repetida palabra “demonio infernal”. Entonces caí. Mis rasgos bestiales acababan de prender la mecha del pánico, lo cual atrajo a un grupo de guardias que aparecieron por la parte de arriba de la calle.

¡Alto ahí, engendro de Satán! — exclamó uno, con cierto temblor en la voz.

Tenía que salir de allí, y deprisita. No había tiempo para explicaciones, y tampoco es que fuesen a escucharlas.

¡ADIÓS, MUY BUENAS! ¡Abran paso! — exclamé, girando sobre mí mismo y saliendo de allí a escape por el lado contrario de la calle.

Para mi suerte, la poca gente que había en mi camino se apartaba de mí atemorizada. Los guardias sin embargo me seguían, podría escuchar claramente el choque del metal que llevaban encima resonando por la calle. Por suerte, el peso les ralentizaba lo suficiente para facilitar mi huida, mientras que yo contaba con mi velocidad.
Empecé a pasar de una calle a otra, girando las esquinas bruscamente con tal de perderles la pista y alejándome cada vez más de ellos, hasta que…


¡BUMP!


Girando en un cruce, me di de frente con alguien que venía corriendo en dirección contraria, cayendo ambos de espaldas al suelo. Menuda fue mi sorpresa cuando abrí los ojos, exclamando:

¿¡A ti también?!
Imagen

"La skin Iceberg del foro es como la Duquesa de Alba, nos va a enterrar a todos."

Imagen
Imagen


Rol de KHWorld: Kousen - "Viento Seráfico"

Logros:
Spoiler: Mostrar
ImagenImagenImagen
Imagen
Avatar de Usuario
Kousen
Miembro del Hall de la Fama
Miembro del Hall de la Fama
Bohemia Lectura
 
Mensajes: 899
Registrado: Sab Nov 29, 2008 1:24 pm
Dinero: 19,631.46
Banco: 68,268.13
Ubicación: Descenso al Corazón
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 9

Re: [La Cité des Cloches] Brujería Infernal

Notapor EspeYuna » Mar Sep 10, 2013 11:54 pm

Spoiler: Mostrar


La melodía de las panderetas. El entusiasmo de los pequeños con los juglares y sus marionetas. El bailar de aquella gente que, aún no bien recibida por la sociedad de aquel mundo, se podía considerar tan bella y llena de vida como las campanas que resonaban allá en el cielo, en la esplendorosa Notre Dame.

Vestida con las ropas habituales de La Cité des Cloches, paseaba por las calles en busca de alguna ruta viable para alcanzar la catedral. Podría ser que estuviese interesada en contemplar su interior, que según había oído podía asemejar su belleza al imponente exterior con el que aquella ciudad se identificaba. No obstante, aquella mañana eran las alturas de la infraestructura lo que despertaba mi curiosidad.

A la hora del desayuno, esperando a la cola para coger un par de bollos de crema y un zumo, escuché una peculiar conversación entre dos aprendices. A uno lo conocía de haberle visto participar alguna vez en los Campeonato de Struggle. El muchacho discutía con el otro, quien le aseguraba que las vistas de "Nuestra Señora de París" eran mil veces más impresionantes que las de mi amada Torre del Reloj.

"¿Cómo osa decir eso?", pensé en un primer momento, irritada. Sin embargo, muerta de curiosidad, decidí darle una oportunidad a la estructura que no tenía que envidiar a las vistas de la Villa y le pregunté al joven por las coordenadas y el mundo en concreto.

Y allí me encontraba, perdiendo un día de entrenamiento por comprobar algo carente de importancia. Pero bueno, tampoco estaba mal darse un descanso de vez en cuando, y explorar por mi cuenta me venía bien. Aunque Tandy había decidido acompañarme, pensé que lo mejor sería que permaneciera escondido con su habilidad Tenue, al menos cuando estuviésemos en la plaza de la catedral. Por el momento, pasaba inadvertido en la mochila en la que, seguramente, se estaba asfixiando. Pero estaba tan entusiasmado con la idea de venir conmigo, que decidió aguantar aquello. Los Maestros nos aconsejaban no exhibir mucho a nuestras mascotas —aunque, para qué mentir, Tandy para mí no era una "mascota" en sí—, por lo que pudiera pasar en mundos ajenos: diferentes creencias y culturas, decían. Pensé en cómo reaccionaría mi madre al ver a Tandy y reí. Sí, lo mejor sería que mi fiel guardián pasara desapercibido por el momento, hasta que, al menos, estudiara la zona y comprobara si en aquel mundo los moguris eran algo que se podía ver con frecuencia.

¡Fuego, fuego!

Los gritos de una persona en la lejanía me hicieron reaccionar. Aligeré el paso y me vi atrapada entre la multitud. Por suerte para Tandy, quien debía estar maldiciéndome en aquel momento, conseguí divisar un par de cajas de buen aspecto con las que subir y evadir a la gente que se había concentrado alrededor de...

... un pequeño incendio.

Me esperaba un fuego de gran magnitud, pero sólo encontré una olla echando humo y algunas chispas desprendiéndose de las ramas que el excelentísimo cocinero había colocado alrededor de una calle bien transitada. ¿Acaso estaba majareta? Cualquier niño podría tropezar sin querer y quemarse las manos o los propios ojos si no andaban con cuidado. Y los niños nunca andaban con cuidado.

"Este mundo es poco cuidadoso, aunque no es que haya mucha tecnología por aquí", pensé, viendo que volvían unos cuantos hombres con cubos de agua para apagar el desastre causado por el chef. Suspiré, comprobando que el fuego se estaba extendiendo a causa del viento y que al paso de aquellos vistosos campechanos tardarían una eternidad.

Simplemente, no pensé en lo que hacía. Invoqué mi Llave-Espada, allí elevada frente a todos los presentes, quienes no podrían pasar desapercibido el brillo cegador de Ángel Forjado. Alcé mi arma e invoqué el hechizo adecuado:

¡Aqua!

Un sencillo conjuro fue suficiente para que el fuego se apagara. E, inevitablemente, para cavar mi propia tumba. De pronto, me fijé en que todos los ciudadanos se habían girado en mi dirección, señalaban la olla quemada y la alternaban conmigo. Me contemplaban espantados, como si hubiesen visto un fantasma. Me giré, asustada de que hubiera sincorazón por la zona y no me hubiese dado cuenta.

Pero no, no los había.

¿¡Me estaban señalando a mí!?

¡B-B-Brujería!

¿Q-Qué...? —musité, incrédula a lo acababa de decir una mujer.

Entonces caí en la cuenta de que había ido a visitar un mundo donde la magia... oh, oh.

¡Mujer, llévate de aquí a los niños!

¡¡Es una bruja, condenada del demonio!! ¡Frollo tenía razón!

>> ¡Los gitanos han traído la desgracia a París!

Esto... perdonen, yo...

Pero no quisieron escucharme. Había leído sobre mundos donde los demonios, las brujas o... los moguris no eran bien recibidos. Oír el término "Brujería", "Diablo" y "Horca" de seguido no me hizo ni pizca de gracia.

No tardé en poner los pies en polvorosa. Escuché gritar auxilio de los ciudadanos a los guardias. No me había topado con ninguno, ni siquiera sabía que existiesen allí. Pero una cosa estaba clara: no me iba a quedar allí para averiguarlo.

¡Tandy, será mejor que te quedes ahí dentro! ¡Y te aviso, vamos a tener un viaje bastante movidito!

Salté ágil y decidida de las cajas para caer al suelo empedrado, y enseguida me dispuse a correr. Mi aspecto no es que fuera del todo chocante en aquel mundo, pues me había caracterizado bien. El problema era mi arma, la cual al hacerla desaparecer en mi huida la gente me evitaba y se hacían a un lado, asustadas. Escuché unos gritos en la lejanía y el sonido metálico que produciría la Maestra Lyn multiplicado por diez:

¡Alto ahí!

¡Que no escape!

Por el camino logré tropezar más de tres veces, chocar con algunas personas y disculparme a gritos por el desastre que causaba a mi paso. Aunque fue muy curioso que aquella raza bohemia de tez tostada me observara curiosa cuando pasaba a su lado, en vez de apartarse aterrados.

A pesar de que me había prometido que no osaría meterme por los malolientes callejones, no tuve más remedio que despistarles por las calles más estrechas y apestosas de París. Sin mirar atrás, giré unas cuantas esquinas, con el corazón en la garganta.

Cuando de pronto...

¡BUMP!

Entrando bruscamente en uno de los cruces, me choqué contra algo... o alguien, porque parecía quejarse tanto como yo del fuerte golpe que nos habíamos dado. Cayendo de culo al suelo, abrí los ojos, y tal fue la sorpresa de encontrarme con alguien verdaderamente familiar:

¿¡A ti también!?

Ambos nos quedamos mudos en un principio, sin saber cómo reaccionar. Kousen iba vestido a la par que yo, al igual que parecía tener bastante prisa. Y en su dirección podían escucharse también a los guardias aproximándose cada vez más. Percibir ese mismo ruido a mi espalda era señal de mal augurio. Y no había que ser muy bruja para presentirlo.

¿Las explicaciones para luego, no? —le propuse, señalando un tercer cruce— ¡Corre!
Imagen
¡Soy enfermera~!
Nurses are Angels on Earth
Imagen
Mi blog + DeCulture

Imagen
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen
KHWorld Awards 2014
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2013
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2012
Imagen
ImagenImagen
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
EspeYuna
115. Demyx
115. Demyx
The Unknowns
 
Mensajes: 3437
Registrado: Mar Feb 28, 2012 11:12 pm
Dinero: 53,263.25
Banco: 15,063.87
Ubicación: ¡Entrenándome en Tierra de Partida para combatir a los sincorazón! ¡Ah! ¡Y en FanPlace!
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 54

Re: [La Cité des Cloches] Brujería Infernal

Notapor Kousen » Jue Sep 12, 2013 8:18 pm

¿¡A ti también!?— Preguntó Nadhia, a la vez que yo.

No tuvimos mucho tiempo para charlar ni sorprendernos, el ruido de los guardias cada vez se acercaba más y más en nuestra dirección, como un reloj que indicaba su paso con un sonido de hojalata contra piedra.
Ambos nos pusimos en pie de un salto, mientras Nadhia se apresuró en señalar una tercera dirección por la que huir.

¿Las explicaciones para luego, no?

Spoiler: Mostrar


No me hice de rogar. Sin mediar palabra, pusimos tierra de por medio al salir a toda prisa por aquella calle, más vacía que el resto. Pasamos un arco de piedra, dos, bajamos unas escaleras de un salto con el corazón en la garganta. Pero aquellos pesados nos seguían como una polilla a la luz.
El sonoro golpeteo metálico de sus armas y protecciones hacía eco por aquellas pequeñas bóvedas de piedra y no solo nos animaba a no pararnos, sino que otras gentes que deambulaban las calles, de tez morena y cabello oscuro se apresuraban a desaparecer entre los callejones y rincones, observándonos. Sin embargo, eran distintos del resto de gente de la ciudad: Ellos parecían no estar asustados de nosotros en absoluto, sino de los guardias.
¿También les temían a los guardias, habrían sido acusados de alguna cosa absurda como nosotros? En aquel mundo estaban como un cencerro.

¡Apartaos, escoria!

Escuché gritar a algunos guardias, al pasar junto a aquellos que aún no habían tenido tiempo de esfumarse. ¿Qué clase de trato era aquel? ¡Si no habían hecho nada!

Por mucho que corriésemos, no valía de nada. Los guardias conocían aquellas calles mucho mejor que nosotros, un par de extranjeros perdidos en una ratonera gigante.
Mi paciencia se acabó según subíamos una empinada pendiente, con unos barriles apilados junto a la pared de una casa. Si no hacíamos algo, era cuestión de tiempo que nos cansásemos y nos diesen alcance.
"Se acabó el ratón y el gato", pensé .

¡Nadhia! ¡Échame una mano! — llamé la atención de mi compañera.

Aprovechando la corta ventaja que llevábamos, empezamos a tumbar los barriles y a lanzarlos a patadas, rodando cuesta abajo hacia nuestros perseguidores. Una vez lanzamos los últimos (con bastante rapidez, he de añadir), seguimos corriendo, con el sordo sonido de los contenedores cilíndricos golpeando a aquellos pesados y causando un auténtico efecto dominó en sus filas. Pero ni con esas lográbamos deshacernos de la indeseada compañía.

¡Levantaos, gandules! ¡Vais a conseguir que Frollo descargue su ira en nosotros!

Apretamos el paso con el aliento que apenas nos llegaba. Seguir corriendo por las calles no iba a llevarnos a ninguna parte, teníamos que encontrar otra ruta menos transitable para darles esquinazo... como un subterráneo o...

¡Eso es! — Nadhia me miró sin saber de qué hablaba, como si hubiese perdido la chaveta.

Miraba a todas partes como frenético, buscando algo que nos resultase útil para la estrategia. Pero nada de momento, solo cajas demasiado bajas y bastante porquería tirada por las calles, generando un tufo considerable. No quería saber qué era aquello que lo causaba exactamente.
Y entonces, la salvación: Un puesto de comida desierto, con una tela a modo de techo para protegerlo del sol.

¡Por aquí, rápido!

Agarré a Nadhia de la muñeca para guiarla rápido y luego la solté, saltando encima de la lona, usando esta para impulsarme en un doble salto al tejado. Esperé allí, tendiendo la mano para que Nadhia me siguiese.

Por suerte los "representantes de la ley" aún estaban un par de calles por detrás, de modo que no nos verían subir por allí si nos dábamos prisa.
Imagen

"La skin Iceberg del foro es como la Duquesa de Alba, nos va a enterrar a todos."

Imagen
Imagen


Rol de KHWorld: Kousen - "Viento Seráfico"

Logros:
Spoiler: Mostrar
ImagenImagenImagen
Imagen
Avatar de Usuario
Kousen
Miembro del Hall de la Fama
Miembro del Hall de la Fama
Bohemia Lectura
 
Mensajes: 899
Registrado: Sab Nov 29, 2008 1:24 pm
Dinero: 19,631.46
Banco: 68,268.13
Ubicación: Descenso al Corazón
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 9

Re: [La Cité des Cloches] Brujería Infernal

Notapor EspeYuna » Vie Sep 13, 2013 2:07 am

Spoiler: Mostrar


Kousen no se pensó dos veces lo que le había propuesto. Tras señalar la calle, ambos salimos corriendo a toda prisa, sin mirar atrás. No me reconocía a mí misma cruzando unos cuantos arcos de piedra y saltando con energía unas escaleras. Sabía que los entrenamientos me habían ayudado a superar grandes distancias al usar mis piernas para impulsarme, pero jamás había experimentado dicha mejora con la adrenalina a punto de escaparse por mi boca.

A pesar de que los dos éramos rápidos, llevábamos una clara desventaja al desconocer las calles de aquella ciudad. Al pasar por los estrechos pasajes, algunos de los muchachos con tez morena se escondían tras las cajas o la basura de las pestilentes callejuelas, más asustados de los gritos de los guardias que de nosotros. No les faltaba razón, pero también era cierto que debíamos haber metido la pata con respecto a lo que nos advirtieron los maestros. Sin embargo... ¿¡acaso no era la primera vez que me pasaba!?

¡Apartaos, escoria!

Por mucho que corriéramos, llegaría un momento en el que nos fallarían las piernas. Un simple tropezón y nos cogerían. Sabiendo lo torpe que era a veces, la simple idea de que me atraparan por la tontería de caer al suelo, por culpa de cualquier obstáculo, hacía que corriera incluso más deprisa. Podríamos usar nuestros Gliders, pero... ¿eso no empeoraría las cosas? Ya había metido la pata bastante.

¡Nadhia! ¡Échame una mano!

¿Eh?

Sólo me dio tiempo a reaccionar y hacerle caso, mucho antes de replanteármelo. Porque al darme la vuelta, me di cuenta de que los teníamos encima. Tumbé uno o dos barriles y yo misma me molesté en dar unas potentes patadas con mis botas, haciendo rodar el peligroso peso cuesta abajo. Recordé el daño que se habían hecho muchos ciudadanos en aquella empinada cuesta de Villa Crepúsculo, antes de llegar a la estación de trenes. Más de una vez a un comerciante se le había caído un carro con toda la mercancía, atropellando por desgracia a alguna persona mayor, o un niño que paseaba tranquilamente por allí. Una parte de mi cabeza me decía que aquello estaba mal, pero, ¡qué demonios! ¡A mí me estaban acusando de bruja tras haber ayudado a apagar un pequeño incendio! ¡Y a saber por qué estaban persiguiendo a Kousen!

Al lanzar los últimos que quedaban, no me quedé a contemplar el accidente ocasionado —aunque para qué mentir, habría sido gracioso ver sus caras— y salí corriendo junto a mi compañero.

¡Levantaos, gandules! ¡Vais a conseguir que Frollo descargue su ira en nosotros!

Frollo, Frollo, Frollo.

¿¡Quién demonios sería aquel imbécil!?

Había leído sobre la desigualdad entre personas por ser de una raza o ideología distinta, pero experimentarlo iba mucho más allá. Apartando la idea de que éramos un "caso especial", los pobres chicos que se escondían de la guardia debían soportar aquello día tras día. Y sólo de pensarlo me hervía la sangre.

Comenzaba a jadear. Si me hubiese sucedido aquello a tan sólo un mes de estar en Tierra de Partida, ya me habrían cogido.

¡Eso es! —seguí corriendo, alcanzando a Kousen para preguntarle entre una respiración entrecortada qué se le había ocurrido para despistarlos. Observaba su alrededor, con una mirada frenética. Cuando de pronto—: ¡Por aquí, rápido!

Kousen me agarró de la muñeca, suponiendo que en un primer momento no sería capaz de averiguar lo que se le acababa de ocurrir. Para cuando me quise dar cuenta, el joven me había soltado para saltar encima de una lona que protegía un puesto de fruta. La tela le impulsó y Kousen acabó con un doble salto en el tejado más cercano. Me tendió la mano enseguida, dando a entender que esperaba que hiciera lo mismo.

Aunque en principio tragué saliva por no saber si sería capaz de ejercer un salto como aquel, el ruido del metal sobre el suelo empedrado hizo que mi cuerpo actuara por sí solo: salté en la lona y, aunque al llegar al tejado estuve a punto de caer de espaldas al perder el equilibrio, Kousen consiguió atrapar uno de mis brazos a tiempo.

¡G-Gracias! —exalté, apenas sin respiración— Parece que hemos ganado ventaja. Mejor será que saque a Tandy de su mochila, debe estar a punto de ahogars...

¡¡¡!!!

Al buscar en mi espalda la mochila donde Tandy permanecía escondido, se me descompuso la cara y me puse tan pálida que Kousen pudo pensar que había visto un fantasma de verdad. Me giré, buscando el escondite de mi fiel compañero, pero no estaba.

¡Tandy estaba en una mochila, la llevaba a la espalda! —exclamé, asustada— ¿¡Y si se me ha caído por el camino...!?

¡Ahí están, malditos hijos de Satán!

Nos habían encontrado demasiado pronto. O puede que mi reacción al haber perdido a Tandy nos hubiese jugado una buena oportunidad para darles esquinazo. Aún así, era poco probable que los guardias tuvieran tanta agilidad como nosotros para saltar al tejado y alcanzarnos. Por ahora, estábamos a salvo.

E-Esto... —no sabía cómo reaccionar a la repentina desaparición de mi guardián— Vale, Tandy sabe cuidarse sólo. Puede que sea un liante, pero tiene experiencia en ocultarse de los demás. Lo primordial es que despistemos a estos locos y así pueda volver a buscarle. ¡O que nos encuentre él a nosotros, no le será tan difícil! ¡¡Vamos!!

Agarré la muñeca de Kousen, esperando que corriera conmigo por los tejados de París. Ahora la cuestión era saber hacia dónde ir para despistarles, sabiendo que desde allí era muy fácil divisarnos. No sólo por la vista, el ruido de los pies pisando las tejas y dejando caer alguna a nuestro paso no nos ayudaban a pasar desapercibidos por los comerciantes que se encontraban en las transitadas calles de la ciudad. Nos señalaban, sorprendidos en principio por nuestra agilidad, asustados luego, a saber por qué.

Una vez nos acostumbramos a la eterna carrera, decidí tomármelo con humor:

¿¡Te... te puedes creer que me acusan de brujería!? —le exclamé, mostrando cierto sarcasmo e intentando sonreír, a pesar de que me costaba con el ritmo que llevábamos— ¿¡Y... y a... y a ti, de qué te acusan!?

Creía que tras acabar aquello se me saldría el corazón por la boca.
Imagen
¡Soy enfermera~!
Nurses are Angels on Earth
Imagen
Mi blog + DeCulture

Imagen
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen
KHWorld Awards 2014
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2013
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2012
Imagen
ImagenImagen
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
EspeYuna
115. Demyx
115. Demyx
The Unknowns
 
Mensajes: 3437
Registrado: Mar Feb 28, 2012 11:12 pm
Dinero: 53,263.25
Banco: 15,063.87
Ubicación: ¡Entrenándome en Tierra de Partida para combatir a los sincorazón! ¡Ah! ¡Y en FanPlace!
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 54

Re: [La Cité des Cloches] Brujería Infernal

Notapor Kousen » Vie Sep 13, 2013 11:24 am

Nadhia se dio prisa en saltar como yo había hecho, menos mal que logré ayudarla a subir porque a punto estuvo de carese de espaldas. Si hubiese pasado ya estaríamos encadenados en alguna mazmorra nauseabunda, suerte que el toldo aguantó nuestro peso al usarlo de trampolín.

¡G-Gracias! —dijo, entre jadeos— Parece que hemos ganado ventaja. Mejor será que saque a Tandy de su mochila, debe estar a punto de ahogars...

Nadhia se quedó muda de golpe y blanca como una estatua de mármol, con la cara contorsionada en una mueca de horror. Parecía que le hubiesen echado un cubo de agua fría encima o que hubiese visto a aquel tipo de Bastión Hueco al que le lanzó un Perla. Era la única otra vez que la había visto así.

¡Tandy estaba en una mochila, la llevaba a la espalda! —señaló, aunque yo no veía ninguna— ¿¡Y si se me ha caído por el camino...!?

¡No fastidies!

Apenas había tenido tiempo de preocuparme por el pobre Moguri cuando nos gritaron otra vez la frasecita de marras:

¡Ahí están, malditos hijos de Satán!

¡Y dale con Satán!— resoplé —Serán plastas...

Una de dos: O se olían que íbamos a hacer esto o nos habíamos descubierto al reaccionar con pánico ante la pérdida de Tandy. Poco importaba cómo, pero si nos habían encontrado había que volver a huir: No iban a saltar como nosotros, pero seguro que los tejados tenían algún acceso por escaleras para estos casos.

E-Esto... Vale, Tandy sabe cuidarse sólo. Puede que sea un liante, pero tiene experiencia en ocultarse de los demás. Lo primordial es que despistemos a estos locos y así pueda volver a buscarle. ¡O que nos encuentre él a nosotros, no le será tan difícil! ¡¡Vamos!!

Se había tranquilizado bastante con lo de su guardián, se notaba que confiaba en el pequeño Moguri. Si fuese mi mascota, ya me habría dado un ataque... aunque podría sentir como el pequeño hurón de fuego seguía escondido bajo la tela que me enrollé en el cuello, temblando al no saber que era todo aquel ajetreo.
Nadhia me agarró de la muñeca como yo había hecho con ella para subir al tejado. Acto seguido empezamos a saltar por los tejados de aquella ciudad tan destartalada, volviendo al corre que te pillo con los guardias. Solo que esta vez estábamos montando un buen alboroto cuando pasábamos cerca de una carrera y alguna teja salía resbalando al pisarla... un paso en falso y nos pegaríamos un buen porrazo. Solo esperaba que no cediese algún tejado, lo único que nos faltaba era que nos acusaran de allanamiento de morada.
Y hablando de acusar.

¿¡Te... te puedes creer que me acusan de brujería!? —me contó Nadhia, con tono de broma— ¿¡Y... y a... y a ti, de qué te acusan!?

Se iba a reir. Iba a hacer un ridículo espantoso y todo por...

¡Al menos a tí te acusan de algo interesante! A mí por otra parte... — me corté ligeramente al esquivar una chimenea —¡Me han puesto de demonio para arriba! ¡Por las orejas! ¿¡Tú sabes lo que es que te discriminen por las orejas?!

Seguimos corriendo con los mismos tipos detrás de nosotros, solo que esta vez al pasar por algunos sitios concurridos por la gente, algunos nos lanzaban cosas. Esquivamos zapatos, jarros, piedras y todo tipo de objetos, aunque alguno nos dió de refilón. Nahia tuvo tiempo suficiente para atrapar uno bastante grande con la mano, por el palo de... ¿Una escoba?

¡Bruja! ¡Es una bruja!— empezaron a gritar algunos.

Aquello no podría volverse más absurdo. Si llegábamos a volver a Tierra de Partida de una pieza, no nos iba a creer nadie... por otra parte, volver estaba complicado. Si usábamos los gliders delante de todo el mundo para huir, seguro que la que se formaba llegaría a los oídos de los maestros, y ya nos habían advertido que si poníamos en peligro nuestro "secreto" en mundos como aquel, nos iba a caer la gorda.
Y de repente, lo que me temía. Un tejado por el que estábamos pasando cedió una sección a nuestros pies, haciéndonos perder el equilibrio y resbalar hacia el borde, y entonces... la gravedad hizo el resto. Lo único que pasaba por mi cabeza era "La torta va a ser de órdago".

Spoiler: Mostrar


...Pero el golpe fue amortiguado por algo. ¡Y picaba! Al abrir los ojos y mirar por un pequeño hueco, pude comprobar que habíamos caído dentro de un montón de paja apilado en una calle casi desierta... excepto por un niño moreno como las gentes que habíamos visto antes, que miraba donde estábamos, ocultos por el vegetal seco. Una pena que no había eliminado del todo la potencia del impacto.

Hostia terrible...— susurré

Pero algo me hizo callar inmediatamente. El sonido que llevaba pisándonos los talones toda la mañana se acercó por uno de aquellos arcos de piedra, y tres guardias se pararon ante el niño. Seguramente se habían dividido para buscarnos.

Tú, gitano— Le espetó el que parecía el jefe —¿Por dónde se han ido la bruja y el demonio?

Aguanté la respiración, esperando que en cualquier momento el pequeño nos señalase y se nos tirasen encima para apresarnos.

¡P-por allí!

Sorprendentemente, el niño señaló al lado contrario, que llevaba a otra calle. Sin perder un segundo, los guardias salieron a toda prisa en aquella dirección, con el sonido de sus pasos perdiéndose en la distancia. Y cuando ya no se les oía, el niño se acercó a nuestro escondite y susurró:

Se han ido, ya podéis salir
Imagen

"La skin Iceberg del foro es como la Duquesa de Alba, nos va a enterrar a todos."

Imagen
Imagen


Rol de KHWorld: Kousen - "Viento Seráfico"

Logros:
Spoiler: Mostrar
ImagenImagenImagen
Imagen
Avatar de Usuario
Kousen
Miembro del Hall de la Fama
Miembro del Hall de la Fama
Bohemia Lectura
 
Mensajes: 899
Registrado: Sab Nov 29, 2008 1:24 pm
Dinero: 19,631.46
Banco: 68,268.13
Ubicación: Descenso al Corazón
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 9

Re: [La Cité des Cloches] Brujería Infernal

Notapor EspeYuna » Vie Sep 13, 2013 5:34 pm

A pesar del engorro en el que nos habíamos metido, reí a la par con Kousen, con peligro a ahogarme por la falta de aire en los pulmones. Le escuché, aguantando las ganas de reír, aunque en aquella situación de locos lo más normal para calmar los nervios sería hacerlo.

¡Al menos a ti te acusan de algo interesante! A mí por otra parte... —el muchacho se apartó a tiempo para dar esquinazo a una chimenea que peligrosamente se cruzaba en su camino— ¡Me han puesto de demonio para arriba! ¡Por las orejas! ¿¡Tú sabes lo que es que te discriminen por las orejas?!

Reí a pleno pulmón, aun sin la intención de herir los sentimientos de Kousen. Simplemente, la idea de ser perseguidos por algo tan absurdo me provocaba cierta chispa de despreocupación y diversión a partes iguales. Pero todo terminó cuando tuvimos que esquivar cosas que los propios ciudadanos nos tiraban. Aquello ya no tenía gracia alguna. Por las cosas que nos gritaban, parecían odiarnos. Sin haber hecho nada, nos estaban recriminando e intentaban hacernos daño de verdad, pues ya tirar chinas de considerable tamaño o jarros me parecía una desfachatez.

Mis reflejos fueron los justos para agarrar algo que me habían lanzado, antes de que pudiera alcanzarme la cara. ¿Una... escoba...? ¿¡Es que estaban tocados del ala!?

¡Bruja! ¡Es una bruja! —con un tic en el ojo lancé la escoba, irritada, siguiendo el curso de Kousen para escapar. Aquello ya estaba yendo demasiado lejos. Parecían tener intenciones de acabar con nosotros en cuanto nos dieran alcance.

Usar los Gliders no era buena idea, ya lo supuse. Traeríamos muchos problemas a Tierra de Partida, puesto que, aunque todos aquellos ciudadanos tuvieran serrín en el cerebro, eran personas humanas. Con un corazón, con miedos. Y eso atraía sin lugar a dudas a los sincorazón.

¡¡Ah!! —de repente, las tejas cedieron a nuestro paso, y tanto Kousen como yo perdimos el equilibrio.

"¡No, no, no!", repetía para mis adentros, resbalando por el bordillo. Inevitablemente, caímos. Me protegí la cabeza, deseando con todas mis fuerzas que algo amortiguara la caída. Incluso pensé por un momento usar las Alas del Solsticio. ¡A la porra las normas, no iba a abrirme la cabeza de una forma tan tonta!

Spoiler: Mostrar


Tuvimos suerte. Habíamos caído sobre algo que había amortiguado nuestra caída, pero que picaba como mil demonios.

Hostia terrible...— susurró Kousen a mi lado, a lo que asentí. La paja nos había salvado, sí, pero el golpe nos lo habíamos llevado igualmente. Mascullé entre dientes, y mis ojos se encontraron con los de un niño de tez morena que nos contemplaba curioso a través de un hueco de nuestro escondite.

Contuve la respiración al escuchar la marcha de los guardias a escasos metros. Tres de ellos se acercaron entonces al pequeño.

Tú, gitano —dijo uno de ellos, con un tono que se me alentó grotesco. Entonces a ese grupo de personas se les llamaba así, "gitano"— ¿Por dónde se han ido la bruja y el demonio?

¡P-por allí!

Para nuestra sorpresa, el pequeño bribón señaló justo al lado contrario de donde nos encontrábamos, haciendo que los soldados salieran de la callejuela y se perdiera sus pasos y gritos llamando a los "hijos del pecado". Lo dicho, majaretas.

Se han ido, ya podéis salir.

Salí como pude de la paja, aún con un poco de miedo por si alguno de aquellos locos se había quedado atrás de la compañía. Por suerte, mi cuerpo era delgado y salió sin dificultad. Siendo el cuerpo de Kousen algo más robusto por ser hombre, le fue más complicado, pero entre el muchacho y yo conseguimos sacarle de allí.

El niño rió al ver nuestras caras de desconcierto y alivio.

¿Estáis bien? Habéis llamado mucho la atención en menos de una hora. Todo París habla de vosotros.

No quise pensar si aquello era bueno o malo, pero me alegraba de poder hablar con un joven de aquel mundo que no estuviera asustado de nosotros, ni que quisiera lanzarnos piedras.

Gracias, nos has salvado el pellejo —le dije, acariciando su pelo— ¿Cómo te llamas? Yo soy Nadhia, y éste es Kousen. Somos... extranjeros.

¿Sois ambulantes como mi yaya? —preguntó, con cierto brillo en los ojos que no pasó desapercibido— Yo me llamo Baxt. Me lo puso ella, significa "Buena suerte".

Entonces qué suerte la nuestra de haberte encontrado, Baxt —le comenté con una sonrisa—. Gracias por despistarles.

>> Y ahora que les hemos dado esquinazo... lo que me preocupa es Tandy. Baxt, ¿por casualidad has visto un conejo con alas?

Inocente de mí, la pregunta que había formulado para aquel chiquillo era un tanto extraña, propia de una bruja.

Pues no, si lo hubiese visto sin duda me acordaría —dijo, entre risas—. Si el juez Frollo te escuchara ya estarías a la cola de la horca.

¿Quién... quién es ese tal Frollo? Esos locos no paraban de mencionar su nombre.

Persigue a los gitanos como yo —contestó, encogiéndose de hombros—. Y a la gente que es diferente a ellos. Nos consideran... hijos del...

Pecado —finalicé, irritada—. Menuda sarta de bobadas.

>> Y yo que sólo venía a visitar la catedral de Notre Dame... me parece que me voy a quedar sin verla.
Imagen
¡Soy enfermera~!
Nurses are Angels on Earth
Imagen
Mi blog + DeCulture

Imagen
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen
KHWorld Awards 2014
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2013
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2012
Imagen
ImagenImagen
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
EspeYuna
115. Demyx
115. Demyx
The Unknowns
 
Mensajes: 3437
Registrado: Mar Feb 28, 2012 11:12 pm
Dinero: 53,263.25
Banco: 15,063.87
Ubicación: ¡Entrenándome en Tierra de Partida para combatir a los sincorazón! ¡Ah! ¡Y en FanPlace!
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 54

Re: [La Cité des Cloches] Brujería Infernal

Notapor Kousen » Mar Sep 17, 2013 6:12 pm

Una vez nos cercioramos de que no parecía haber nadie más alrededor, salimos de la paja. Más bien, salió Nadhia... yo me enganché de tal manera que tanto mi compañera como el chavalín tuvieron que tirar de mí para ayudarme a soltarme. Y aún así todavía me quedaba un buen rato quitándome espigas del pelo.

Me apoyé de espaldas contra una pared, suspirando de alivio igual que Nadhia, lo cual parecía hacerle gracia al pequeño.

¿Estáis bien? Habéis llamado mucho la atención en menos de una hora. Todo París habla de vosotros.

Como si montaban una tertulia de cotilleo sobre nosotros. Total, no podíamos haber llamado más la atención, es lógico que las noticias se propagasen por la ciudad.

Gracias, nos has salvado el pellejo —Nadhia se adelantó, acariciándole el pelo— ¿Cómo te llamas? Yo soy Nadhia, y éste es Kousen. Somos... extranjeros.

Sí, venimos de tierras muy lejanas... desde el sur.

¿Sois ambulantes como mi yaya? —tuve que contener una expresión de dulzura, se le iluminó la mirada de una forma adorable— Yo me llamo Baxt. Me lo puso ella, significa "Buena suerte".

Entonces qué suerte la nuestra de haberte encontrado, Baxt

A eso lo llamo yo un nombre acertado, ¿eh?— reí, de buena gana.

Gracias por despistarles.

>> Y ahora que les hemos dado esquinazo... lo que me preocupa es Tandy. Baxt, ¿por casualidad has visto un conejo con alas?

Poco me faltó para llevarme las manos a la cabeza. Encontrábamos una persona en todo el mundo que no nos consideraba monstruos sobrenaturales y le soltaba aquello... espero que creyese que era el despiste o que estaba algo tocada del ala.

Pues no, si lo hubiese visto sin duda me acordaría —se rió, provocándome un enorme alivio—. Si el juez Frollo te escuchara ya estarías a la cola de la horca.

¿Quién... quién es ese tal Frollo? Esos locos no paraban de mencionar su nombre.

Persigue a los gitanos como yo —contestó—. Y a la gente que es diferente a ellos. Nos consideran... hijos del...

Pecado. Menuda sarta de bobadas.— resopló Nadhia, bastante mosqueada—. Y yo que sólo venía a visitar la catedral de Notre Dame... me parece que me voy a quedar sin verla.

¿Estás loca? Como nos vean asomar la pata, nos hacen a fuego lento hasta quedar bien doraditos.—dije, haciendo un gesto con el dedo como si me cortase el cuello— Me fastidia, yo también había venido por la catedral.

Baxt se llevó una mano a la cabeza, rascándose el pelo como pensativo. Luego sonrió ampliamente, chocando las palmas.

¡Si tantas ganas tenéis de verla, seguro que la yaya os puede echar una mano!—se rascó la nariz— Aunque sería mejor que salieseis de París cuanto antes.

>> ¡Vamos! ¡Os llevaré a casa por algunos sitios donde no pasa nadie, sé bien como esconderme!

El niño apremió con su desbordante felicidad a pesar de la situación, corriendo hacia una esquina apartada de la callejuela con la intención de que le siguiésemos.

Qué criatura. —suspiré— Tiene que soportar toda esa persecución solo por su origen y aún así se le ve correr tan felizmente.

No podía evitar sentirme mal al pensar lo fácil que yo lo había tenido comparado con él, pero aún así había pensado siempre que había tenido una infancia mala. Es increíble la vitalidad que tienen algunos niños, siempre ven una luz brillar al final del túnel, por malo que sea el camino.
Baxt dobló la esquina y justo cuando íbamos a seguirle, oímos una vocecilla a nuestras espaldas, precediendo a otra visión propia de brujería: Una mochila flotaba por el aire en nuestra dirección. Bueno, no flotaba:
La mochila de Nadhia volaba en dirección a esta, propulsada por dos diminutas alas que salían por los bordes. La chica no tardó en atraparla, abriéndose esta y saliendo un pequeño moguri que abrazó a Nadhia, aunque empapado.

Spoiler: Mostrar


¡Nadhiaaaaaaaaaa!

Cuando esta le preguntó al desdichado Tandy de dónde había salido y qué había hecho para ponerse así, el moguri no tardó en responder.

¡Me metieron, kupó, en una olla! ¡Iban a comerme, tan, tan! —dijo, bastante alterado y luego mirando al cielo con rabia— ¡Esto ha tenido que ser obra de Xefilón, ha conspirado contra mí, tan, tan!

No entendía ni torta de lo último que dijo, pero estaba clarísimo que alguien había intentado llevar el dicho "Pájaro (conejo, en este caso) que vuela, a la cazuela" de forma literal. La joven desde luego parecía muy contenta de volver a ver a su guardián.

¿A qué esperáis? ¡Volverá la guardia si os quedáis ahí parados!

Baxt había vuelto a asomar la cabeza desde la esquina, haciendo que Nadhia escondiese rápidamente a Tandy tras su espalda.

¡Ya vamos, estábamos... charlando!

Sin más demora, empezamos a correr detrás de Baxt, que nos llevó por los callejones más rebuscados (y apretados) de la ciudad.
Imagen

"La skin Iceberg del foro es como la Duquesa de Alba, nos va a enterrar a todos."

Imagen
Imagen


Rol de KHWorld: Kousen - "Viento Seráfico"

Logros:
Spoiler: Mostrar
ImagenImagenImagen
Imagen
Avatar de Usuario
Kousen
Miembro del Hall de la Fama
Miembro del Hall de la Fama
Bohemia Lectura
 
Mensajes: 899
Registrado: Sab Nov 29, 2008 1:24 pm
Dinero: 19,631.46
Banco: 68,268.13
Ubicación: Descenso al Corazón
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 9

Re: [La Cité des Cloches] Brujería Infernal

Notapor EspeYuna » Lun Sep 23, 2013 6:47 pm

¿Estás loca? Como nos vean asomar la pata, nos hacen a fuego lento hasta quedar bien doraditos.—dijo Kousen, imitando el corte de nuestras cabezas— Me fastidia, yo también había venido por la catedral.

¿De verdad? —pregunté, muerta de curiosidad— Bueno, en realidad me parece un castigo por llamar demasiado la atención y no haber venido preparados. Aún así, no es justo...

"Realmente quería comprobar si las vistas eran más bonitas que las de la Torre del Reloj."

En ese momento, Baxt chocó las palmas, esbozando una amplia y picarona sonrisa.

¡Si tantas ganas tenéis de verla, seguro que la yaya os puede echar una mano!—dijo, sacándose la nariz— Aunque sería mejor que salieseis de París cuanto antes.

>> ¡Vamos! ¡Os llevaré a casa por algunos sitios donde no pasa nadie, sé bien como esconderme!

Qué criatura —expresó Kousen cuando el muchacho desapareció por una esquina— Tiene que soportar toda esa persecución solo por su origen y aún así se le ve correr tan felizmente.

Asentí, dándole la razón a mi compañero.

"Y pensar que muchas veces me he quejado de mi vida en la Villa. Vale que podía ser una anti-social, pero no me perseguían constantemente para llevarme a la hoguera, sólo se burlaban y no llegaban tan lejos..."

De pronto, escuché un sonido muy familiar a mis espaldas. La mueca de desconcierto de Kousen se asemejó a la mía cuando una mochila levitaba como por arte de magia en el aire, dirigiéndose velozmente hacia mí. Las dos alas que salían por los bordes de ésta consiguieron sacarme una sonrisa de alivio, pero al destaparla, comprobé que mi fiel guardián las había pasado canutas:

Spoiler: Mostrar


¡Nadhiaaaaaaaaaa!

¡Ey, ey, tranquilo! —le sequé los graciosos lagrimones que caían por sus peludas mejillas— ¿Qué te ha pasado? ¡Estás empapado!

¡Me metieron, kupó, en una olla! ¡Iban a comerme, tan, tan! —sollozó, bastante alterado— ¡Esto ha tenido que ser obra de Xefilón, ha conspirado contra mí, tan, tan!

¿Crees que Xefil llegaría tan lejos para meterte en una cazuela, eh? —sonreí a Tandy, sin darle importancia a sus acusaciones.

¿¡Acaso lo vas a defender, tan, ta-!?

¿A qué esperáis? ¡Volverá la guardia si os quedáis ahí parados!

Cuando Baxt asomó por la esquina, no tuve tiempo de darle explicaciones a Tandy. Presioné su cabeza introduciéndolo en el interior de la mochila, aún a riesgo de que se ahogara con mi intento de mantenerlo escondido a los ojos del pequeño niño gitano.

¡Ya vamos, estábamos... charlando! —exclamó Kousen.

¡Na-dhiarfghhf!

Quédate ahí, es por tu bien —susurré a la mochila, a la par que me la colgaba de un hombro y la mantenía abrazada a mi cuerpo. No dejaría que Tandy volviera a caer dentro de la olla de unos descerebrados.

* * *


Spoiler: Mostrar


Fue difícil llegar a las afueras de la ciudad. Había guardias por todas partes buscándonos, pero gracias al pequeño Baxt conseguimos darle esquinazo de una forma tan ridícula que no me cabía en la cabeza cómo aquellos soldados habían obtenido sus puestos sirviendo al tal Frollo.

¿Queda mucho para llegar, Baxt? —realmente no estaba cansada, pero Tandy se debía estar asfixiando allí dentro. Si entrábamos en una casa, el pequeño podría esconderse sin problemas en algún armario o baúl, o bien usar su magia para hacerse invisible.

¡Es esa de ahí, la que se encuentra entre la maleza!

Me llevé una sorpresa al ver que el hogar de Baxt se trataba de una vistosa caravana de color verde, como algunas que había visto desde las alturas con mi Glider. La pintura estaba algo desgastada, y si el muchacho no la hubiese señalado con tanto ímpetu Kousen y yo no la habríamos conseguido distinguir de entre todo el verde que la rodeaba y escondía.

Allí, a las afueras de París, los gitanos parecían esconderse muy bien.

¡Un momento! —exclamó de pronto, rascándose la nuca— Quizás mi yaya esté echándose una siesta y no quiera... visitas inesperadas.

>> Jeje... se me olvidó por completo, casi siempre las visitas están previstas de antemano, ya sabéis, por la guardia. ¡Pero seguro que quiere escuchar de vosotros! Que los dos estéis volviendo locos a todo París de seguro que le saca una sonrisa. Esperad aquí, ahora salgo.

El pequeño entró por un pequeño portón situado en la parte de atrás de su cabaña con ruedas. Jamás había visto una casa... así. Era muy curioso, pero ignoraba de que se tratara de signo de pobreza. Más bien, estaba fascinada por lo bien camuflada que estaba, cerca del puente que llevaba a la ciudad.

Abrí la mochila y el pequeño guardián salió disparado, dispuesto a regañarme. Sin embargo, enseguida lo cogí al vuelo y le tapé el hocico con ambas manos, acercándolo a mí para susurrarle al oído.

Tenue —no tenía que entrar en detalles para que Tandy me entendiera—. Pero sólo lo justo y necesario. Escóndete bien.

Señalé de inmediato a la casa y el pequeño asintió, desapareciendo frente a nuestros ojos.

Pues bueno, ¿qué te llama de Nuestra Señora de París tanto como para jugarte el cuello? —le pregunté a Kousen, divertida.
Imagen
¡Soy enfermera~!
Nurses are Angels on Earth
Imagen
Mi blog + DeCulture

Imagen
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen
KHWorld Awards 2014
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2013
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2012
Imagen
ImagenImagen
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
EspeYuna
115. Demyx
115. Demyx
The Unknowns
 
Mensajes: 3437
Registrado: Mar Feb 28, 2012 11:12 pm
Dinero: 53,263.25
Banco: 15,063.87
Ubicación: ¡Entrenándome en Tierra de Partida para combatir a los sincorazón! ¡Ah! ¡Y en FanPlace!
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 54

Re: [La Cité des Cloches] Brujería Infernal

Notapor Kousen » Jue Oct 03, 2013 8:00 pm

Spoiler: Mostrar


La caminata fue bastante larga, y en bastantes momentos tuvimos que atajar por alguna terraza o algún callejón lleno de ratas, pero el método era efectivo: Los guardias no se daban cuenta de que estábamos pasando por delante de sus narices. ¿Habría algo de materia gris bajo aquel casco de hierro?

¿Queda mucho para llegar, Baxt? — me extrañé de la pregunta de Nadhia, pero al ver como se agitaba su mochila, me hice una idea del por qué.

¡Es esa de ahí, la que se encuentra entre la maleza!

—¿Dónde?— Me llevó unos segundos ver a lo que se refería.

Allí, entre la vida vegetal, se ocultaba una carreta de madera bastante elaborada y con unos colores muy distintos a los ocres de la ciudad por la que acabábamos de transitar, con la pintura parcialmente arrancada de la superficie pero dándole un camuflaje perfecto para la situación.
Realmente sabían como ocultarse de las miradas indeseadas de la población, estos gitanos.

¡Un momento! —nos detuvo— Quizás mi yaya esté echándose una siesta y no quiera... visitas inesperadas.

>> Jeje... se me olvidó por completo, casi siempre las visitas están previstas de antemano, ya sabéis, por la guardia. ¡Pero seguro que quiere escuchar de vosotros! Que los dos estéis volviendo locos a todo París de seguro que le saca una sonrisa. Esperad aquí, ahora salgo.

El pequeño dió un par de saltos y se plantó ante la puerta del vehículo, deslizándose en su interior por una puerta de madera en uno de los lados. Me crucé de brazos para esperar, pero un ruido procedente de la mochila de Nadhia me hizo girarme, viendo como sujetaba a su peludo guardían para que no formase alboroto.


Tenue — La escuché susurrar.

Acto seguido, el pequeño Moguri se desvaneció ante mis ojos como si nunca hubiese estado ahí. La sorpresa debió delatarme, pues hasta ahora no había visto a ningún aprendiz usar aquel hechizo con éxito. Solo algunos de ellos se volvieron translúcidos o habían hecho desaparecer una de sus extremidades, especialmente la cabeza. El susto que algunos nos llevamos con aquel espectáculo fue impresionante.

Pues bueno, ¿qué te llama de Nuestra Señora de París tanto como para jugarte el cuello? —la pregunta de Nadhia me sacó de mis pensamientos.

—Oh, pues... —hice memoria— Más que nada por la arquitectura. Me han hablado muy bien de la Catedral y dicen que es una obra maestra: Arcos de piedra, gárgolas, vidrieras.

>>Ah, y por la luz. Dicen que esta crea unos efectos preciosos cuando atraviesa los cristales coloreados de las ventanas, especialmente al atardecer.

Continué conversando con Nadhia hasta que la puerta de la carreta se abrió, asomando Baxt por la entrada y haciéndonos señas para que nos acercásemos.

Vamos, pasad ¡Rápido!— oteó alrededor para cerciorarse de que no había nadie más.

Sin hacerme esperar, caminé junto a Nadhia hacia la morada de madera, cerrándose la puerta tras nosotros. El interior era un mosaico de objetos curiosos y colores que llenaban el ambiente: En contraste con el monótono mundo de la ciudad, colgaban de todas partes disfraces, telas suaves de varios tonos y texturas, e incluso algún móvil hecho con trozos de cristal muy coloridos. Todo ello acompañado por un olor dulzón que inundaba el aire del interior de la carreta.

Estos son los chicos de los que te hablaba, yaya. —oí decir a Baxt— ¡Seguro que han logrado que Frollo se ponga a saltar de rabia en su silla!

El muchacho rió divertido por la escena que se estaría imaginando, hasta que otra voz sonó desde una mesa cubierta por un manto morado de borde y decoración bordados en un brillante color oro.

Entiendo. —comentó una voz con tono amable, acariciando el pelo de Baxt— Pero ten cuidado al decir ese tipo de cosas en la ciudad, alguien podría oirte y hacer que ese monstruo te llevase... me partiría el corazón.

Una mujer de avanzada edad nos miraba desde la mesa, con pelo y piel oscura a pesar de su edad, y unos ojos verdes que debordaban la sabiduría acumulada con los años.

Conque vosotros dos sois los que han puesto a todo París en pie de guerra, ¿eh? —se dirigió a nosotros, con un tono más serio— Ya veo por qué.

La mirada de la mujer se clavó primero en mi cara, y luego en Nadhia, asintiendo.

No ha sido prudente venir sin ocultar tu aspecto, joven.— explicó —A estas gentes no les gusta lo extranjero. Les asusta.

>>En cuanto a tí, jovencita. —señaló a Nadhia— Cuéntame, ¿qué tipo de triquiñuela has hecho para que te tomen por bruja? Hacer trucos de magia ante tal público no es recomendable, solo en el Día de todo al Revés podrías salir ilesa.

La mujer dejó caer unas hebras de hierba en una taza cercana, haciendo que se levantase una pequeña nube de humo rojo.

Incluso por esto podrían quemarte en la hoguera. Tenedlo más en mente la próxima vez.—nos reprendió.

Me sentía como un niño pequeño al que estaban regañando, incluso un poco avergonzado. Pero la risa suave que dejó escapar la mujer me hizo sentirme mejor.

Pero bueno, no os culpo. Todos hemos sido extranjeros nuevos alguna vez, y París juzga todo a través de los ojos del Juez Frollo. —se interrumpió— Ahora bien, jovencitos... Me llamo Chhon. ¿Cuales son vuestros nombres y qué razón os trae a París?

La mujer sonrió amablemente, esperando a que nos presentásemos.

Eeeh... Me llamo Kousen, y esta es mi amiga Nadhia.— señalé —La verdad es que vinimos desde el sur para ver Notre Dame. Hemos... oído mucho sobre ese templo.

La anciana asintió en comprensión.

Conque es la Catedral lo que os trae hasta aquí.— cerró los ojos —La verdad es que os va a costar acercaros a ella con este cirio que habéis montado.

Bajé los hombros con desánimo ante la insistencia en que tendríamos que partir sin ver nada, y con una bronca probablemente esperándonos por liarla pardísima.

¡Pero yaya, seguro que tú...!

La mano de la mujer volvió a posarse sobre el pelo de Baxt con carino, haciendo que este dejase la frase a mitad de camino.

Aunque eso no significa que esta anciana no sepa un par de formas de esquivar a esos payasos. —sonrió con complicidad.

¿De verdad? ¡Muchísimas gracias! —agradecí, mucho más animado— Aunque... ¿No os meteríamos en problemas?

>>Quiero decir, si los guardias os ven con nosotros, podrían pensar que esto es culpa vuestra directamente o volver a la población contra los gitanos. ¿Seguro que no...?

Chhon volvió a interrumpir una frase a medio terminar, agitando la mano como para espantar nuestra preocupación. Se ve que le gustaba ahorrar tiempo.

Esa panda de pazguatos no han encontrado forma de incriminarme de nada en años. ¿Crees que tienen la mitad de cerebro que esta vieja gitana? —volvió a formar una expresión pícara— Vamos, os echaremos una mano. Baxt, cariño ¿Podrías quitar los frenos de la tartana y traer al caballo? Mis pobres huesos ya no están para trotes.

>>Es hora de darle un paseo a nuestra vieja casa.
Imagen

"La skin Iceberg del foro es como la Duquesa de Alba, nos va a enterrar a todos."

Imagen
Imagen


Rol de KHWorld: Kousen - "Viento Seráfico"

Logros:
Spoiler: Mostrar
ImagenImagenImagen
Imagen
Avatar de Usuario
Kousen
Miembro del Hall de la Fama
Miembro del Hall de la Fama
Bohemia Lectura
 
Mensajes: 899
Registrado: Sab Nov 29, 2008 1:24 pm
Dinero: 19,631.46
Banco: 68,268.13
Ubicación: Descenso al Corazón
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 9

Re: [La Cité des Cloches] Brujería Infernal

Notapor EspeYuna » Dom Oct 06, 2013 10:14 pm

¿Vidrieras? —musité, escuchando los motivos de Kousen por visitar Notre Dame— Yo escuché en el comedor que las vistas desde lo alto de la catedral son más espectaculares que las de la Torre del Reloj en Villa Crepúsculo.

>> Siendo sincera, me piqué un poco. Soy de allí y siento algo de orgullo por mi tierra natal. Me cuesta creer que haya algo más bonito que el atardecer de Villa Crepúsculo.

Vamos, pasad ¡Rápido! —el pequeño gitano oteó una vez asomó su cabecita por la puerta, esperando que no hubiésemos sido descubiertos o seguidos por los guardias de Frollo.

Tanto a Kousen como a mí nos sorprendió el pequeño mundo que se escondía dentro de aquella casa de ruedas: había un montón de curiosidades, desde antiquísimas reliquias, como disfraces de lo bufones tan típicos de la ciudad o bisutería hecha a mano con cualquier cosa. El olor que impregnaba el interior era dulzón y agradable, ¡y pensar que había escuchado decirle "sucios" a los gitanos! ¿Es que acaso ellos no habían puesto la nariz en sus vomitivas calles, con basura y un olor desagradable que echaba para atrás?

Estos son los chicos de los que te hablaba, yaya. —dijo Baxt, riendo mientras una anciana le acariciaba el cabello con dulzura— ¡Seguro que han logrado que Frollo se ponga a saltar de rabia en su silla!

Con que vosotros dos sois los que han puesto a todo París en pie de guerra, ¿eh? —afirmó, observándonos detenidamente. Sus ojos, tan verdes y sabios, me hicieron sentir minúscula— Ya veo por qué.

>> No ha sido prudente venir sin ocultar tu aspecto, joven —explicó la anciana, refiriéndose a Kousen— A estas gentes no les gusta lo extranjero. Les asusta.

>>> En cuanto a tí, jovencita. —señalándome, me erguí, algo tensa— Cuéntame, ¿qué tipo de triquiñuela has hecho para que te tomen por bruja? Hacer trucos de magia ante tal público no es recomendable, solo en el Día de todo al Revés podrías salir ilesa.

Ya lo he comprobado, señora. No sabía que un simple truco que pretendía entretener o ayudar pudiera acabar en... esto.

Incluso por esto podrían quemarte en la hoguera. Tenedlo más en mente la próxima vez.

Su nieto nos ayudó a salir sanos y salvos de allí. Le estamos muy agradecidos. Es un muchacho muy valiente y avispado.

La risa suave de la mujer me tranquilizó. A pesar de la reprimenda, no parecía tan disgustada con nuestro numerito.

Pero bueno, no os culpo. Todos hemos sido extranjeros nuevos alguna vez, y París juzga todo a través de los ojos del Juez Frollo —se interrumpió, pensativa— Ahora bien, jovencitos... Me llamo Chhon. ¿Cuales son vuestros nombres y qué razón os trae a París?

Eeeh... Me llamo Kousen, y esta es mi amiga Nadhia —dijo Kousen, ahorrándose mi presentación—La verdad es que vinimos desde el sur para ver Notre Dame. Hemos... oído mucho sobre ese templo.

Con que es la Catedral lo que os trae hasta aquí.— asintió y cerró los ojos —La verdad es que os va a costar acercaros a ella con este cirio que habéis montado.

Lo entendemos. Hemos montado un buen escándalo en París.

¡Pero yaya, seguro que tú...!

La mano de la anciana volvió a posarse en su nieto, sonriente.

Aunque eso no significa que esta anciana no sepa un par de formas de esquivar a esos payasos. —la sonrisa pícara y cómplice de la mujer me sorprendió.

¿De verdad? ¡Muchísimas gracias! —agradeció Kousen, pero se dio cuenta de algo importante— Aunque... ¿No os meteríamos en problemas?

>> Quiero decir, si los guardias os ven con nosotros, podrían pensar que esto es culpa vuestra directamente o volver a la población contra los gitanos. ¿Seguro que no...?

Cierto. No pretendemos que ambos acabéis siendo atrapados por nuestra culpa. Su nieto ya ha hecho bastante por nosotr...

Esa panda de pazguatos no han encontrado forma de incriminarme de nada en años. ¿Crees que tienen la mitad de cerebro que esta vieja gitana? —asentí, cómplice. Parecía que aquella dulce anciana tenía muchos trucos bajo la manga, y más inteligencia que cualquiera de los payasos que patrullaban las calles de aquella ciudad— Vamos, os echaremos una mano. Baxt, cariño ¿Podrías quitar los frenos de la tartana y traer al caballo? Mis pobres huesos ya no están para trotes.

>> Es hora de darle un paseo a nuestra vieja casa.

En aquel momento, vi como una pequeña pezuñita peluda asomaba por uno de los disfraces colgados en la pared. Sonreí, guiñando el ojo en su dirección, sin que nadie más si diera cuenta. Tandy estaba bien escondido, a salvo. Y escucharía a la perfección todo aquello que la anciana contara sobre su plan.

Sólo deseaba que aquella humilde e inocente familia no acabara en la hoguera por nuestra culpa. Porque sería capaz de saltarme un par de normas más.

* * *


Spoiler: Mostrar


Maldición.

Pensamos que aquello sería más fácil, pero la búsqueda exhaustiva de la guardia de Frollo no iba a conformarse con sólo dejar pasar a la caravana de la familia. Ignorando que fueran gitanos, su principal tarea era encontrarnos a nosotros, por lo que, al escuchar los pasos del guarda a punto de entrar en la caravana, Kousen y yo encontramos uno de los escondites más incómodos y estrechos del mundo: un viejo baúl de madera.

Los dos conseguimos a duras penas cerrar el baúl cuando el guarda abrió la puerta de fuera. Allí, en la oscuridad, no pudimos hacer más que callar y escuchar desde dentro de nuestro escondite los pasos del hombre. Contuve la respiración durante unos instantes, sin saber qué hacer.

No quedaba tiempo, el guarda se aproximaba cada vez más, poniendo la pobre caravana de la anciana patas abajo. Los armarios, los cajones: todo estaba siendo examinado. Y el baúl no se iba a quedar atrás.

Tandy no conseguiría hacernos invisibles a ambos. Y si interviniera sólo supondría un problema que añadir, pues el guarda pediría ayuda una vez se recuperara. No podíamos ocasionarle problemas a Baxt y a su abuela.

Pensando en todo aquello, el baúl finalmente fue abierto.
Imagen
¡Soy enfermera~!
Nurses are Angels on Earth
Imagen
Mi blog + DeCulture

Imagen
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen
KHWorld Awards 2014
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2013
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2012
Imagen
ImagenImagen
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
EspeYuna
115. Demyx
115. Demyx
The Unknowns
 
Mensajes: 3437
Registrado: Mar Feb 28, 2012 11:12 pm
Dinero: 53,263.25
Banco: 15,063.87
Ubicación: ¡Entrenándome en Tierra de Partida para combatir a los sincorazón! ¡Ah! ¡Y en FanPlace!
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 54

Re: [La Cité des Cloches] Brujería Infernal

Notapor Kousen » Mar Nov 12, 2013 8:35 pm

Maldito karma.

El viaje de momento había ido bastante calmado, a pesar de los crujidos de la madera del vehículo tras haber pasado tanto tiempo aparcado en el mismo sitio (suerte que las ruedas se habían mantenido en buenas condiciones), pero desde luego los guardias no iban a dejarnos ir de rositas. El condenado Floro o como se llamase debía haberles metido presión para que nos encontrasen, y a puntito estuvieron cuando escuchamos a un guardia exigir a Baxt y su abuela revisar la carreta, pues ellos estaban sentados delante controlando a los caballos. Con el corazón en un puño, Nadhia y yo empezamos a mirar atropelladamente por toda la tartana, buscando un escondite. Tandy estaba seguro donde se había ocultado, y Houma aprovechó un montón de pieles para camuflarse, con su cola colgando.

Desesperados, nos las arreglamos para escondernos en cuclillas y a duras penas dentro de un viejo baúl de madera. Poco nos faltó para pillarnos los dedos con la tapa, pues el condenado guardia entró por la puerta justo cuando cerramos. Conteniendo la respiración de los mismos nervios, aguzamos el oído par escuchar los pasos del guardia dentro de la tartana, arrancando este quejidos a la hinchada madera al pisar ciertos tablones.

Los golpes no dejaban duda a que el tipo estaba revisando cada rincón, el sonido de la tela significaba que hasta había levantado las alfombras en busca de algún compartimento donde esconderse. Al menos de momento no había escuchado vidrio romperse. No era tan tonto como para romper los botes esperando que saliésemos de uno de ellos.
Pero ni por esas nos libramos. El maldito se acercaba cada vez más al baúl, y no había nadie para ayudarnos sin hacer saltar la voz de alarma: Seguro que el guarda no estaba solo, y si lo noqueábamos y no salía sería peor.

Asustado de que el latido de mi corazón que retumbaba en mis oídos nos delatara, metí prisa a mi mente para que nos sacase de aquel lío. Masa gris, no me dejes ahora.

"Piensa, piensa, piensa..."

Y llegó el fatídico momento en el que el baúl fue abierto. Alarmado, el guardia levantó más la lanza que portaba, lanzando una mierda de sospecha y confusión hacia el interior del recipiente.

Apretados y a duras penas cabiendo dentro del cofre de madera, había dos brillantes armaduras metálicas, tales como no había visto nunca. De formas extrañas y una elaboración que no era propia del lugar, brillaban en algunas partes como si de oro se tratase.
Solo para asegurarse, el tipo levantó en alto la lanza y le dio un par de golpes a mi casco. Aguantando un quejido, oí resoplar al guardia en desilusión, pues habría pensado que no era más que hojalata pintada, y no oro de verdad. Acto seguido, cerró la tapa con violencia, dándome un buen susto y casi metiéndome el cuello para adentro del golpe. A pesar de mis ganas de soltar una exclamación de dolor, tuve que contenerme y acordarme de sus ancestros mentalmente.
Los pasos volvieron a alejarse por la tartana, dando un par de patadas a algún mueble antes de salir, cerrando la puerta con un sonoro portazo.

El suspiro de alivio que soltamos Nadhia y yo fue el más expresivo que había escuchado en mi vida. Tenía el corazón a mil y me temblaban un poco los brazos, pero sentía por dentro una alegría que me daba ganas de reir por haber engañado a aquel pazguato. Menos mal que se nos ocurrió lo de la armadura en el último momento.
Guardando el silencio por unos segundos por si acaso, pudimos escuchar un par de voces discutiendo fuera de la carroza, antes de que esta volviese a ponerse en marcha unos momentos después. Con un brillo dentro del baúl, las armaduras desaparecieron y abrimos la polvorienta tapa de golpe, luchando por desatascarnos y salir del condenado cofre.

¡Ay! Eso era mi ojo...— gruñí, al notar el codo de Nadhia dándome justo en el parpado.

Todavía estábamos sacando el tronco de allí cuando la puerta se abrió de golpe, haciéndome lanzar una mirada de pánico hacia la salida. Con la luz del exterior cegándonos, pude distinguir la pequeña silueta de Baxt entrando en el lugar.

¿Estáis bien? ¿Cómo os las habéis arreglado para que el guardia...?— dejó la pregunta colgando en cuanto vio el lío en que estábamos metidos.

>>Ajá. ¿Necesitáis una mano?

Incapaz de responder al faltarme el aire, asentí con fuerza. El pequeño gitano se nos acercó con un par de saltos, agarrándome de la muñeca.

¡A la de una, a la de dos y a la de treeeees!— y tiró con todas sus ganas.

Le tomó un par de tirones y empujones por mi parte, pero por fin logré salir disparado del contenedor de madera, aunque por poco me parto la cara contra el suelo. La pobre Nadhia al menos volvía a estar libre para moverse.

La próxima vez nos metemos en un armario.— bromeé.

¡Tenía que estar borracho para no haber mirado ahí dentro!— rió Baxt

>>Estaba asustadísimo, y la abuela hasta estaba preparada para atizarle con la garrota... pero mejor así, ¿no?

No pude contener el ataque de risa al pensar en lo cómico que habría sido el sonoro campanazo que hubiese provocado el palo en el casco de aquel cabeza hueca. Desde luego Chhon era una mujer de armas tomar. Y hablando de aquello...

Tras un buen rato ordenando todo lo que el guardia había puesto patas arriba en su búsqueda infructuosa el paso del caballo fue aminorando por momentos, hasta que la tartana por fin se detuvo. Ya estábamos a punto de buscar otro escondite cuando sonó la voz de Chhon desde el exterior:

Baxt, ¡ya hemos llegado, cariño!
Imagen

"La skin Iceberg del foro es como la Duquesa de Alba, nos va a enterrar a todos."

Imagen
Imagen


Rol de KHWorld: Kousen - "Viento Seráfico"

Logros:
Spoiler: Mostrar
ImagenImagenImagen
Imagen
Avatar de Usuario
Kousen
Miembro del Hall de la Fama
Miembro del Hall de la Fama
Bohemia Lectura
 
Mensajes: 899
Registrado: Sab Nov 29, 2008 1:24 pm
Dinero: 19,631.46
Banco: 68,268.13
Ubicación: Descenso al Corazón
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 9

Re: [La Cité des Cloches] Brujería Infernal

Notapor EspeYuna » Mar Nov 19, 2013 6:15 pm

Pensé que no la contábamos.

Mientras el guarda le daba un par de golpes al casco de Kousen, yo intentaba contener la respiración y no mover un mísero músculo dentro de mi armadura. Había sido una idea de última hora, casi el destello de las mismas había cesado al mismo tiempo que el guarda abría el baúl. ¡Bendita suerte la nuestra cuando cerró de golpe el baúl. Aún quejándonos, pudimos suspirar aliviados cuando la tartana emprendió de nuevo su camino.

Por qué poco... ha sido una buena idea.

Apenas pude soltar esa frase, temblándome las manos. Mi amigo no respondió en principio, quizás igual de asustado que yo. La adrenalina debía estar bombeando su corazón a ritmo de mil tambores.

Ambos esperamos unos segundos y, haciendo desaparecer nuestras vestiduras de guerreros, salimos a duras penas del baúl.

¡Ay! Eso era mi ojo...

¡Lo siento! —exclamé, alarmada. Juraría que le había dado un buen golpe con el codo.

El ruido de la puerta nos alarmó a ambos. Sin duda, la vocecita que asomó al interior nos advirtió de una falsa alarma y pudimos respirar tranquilos.

¿Estáis bien? ¿Cómo os las habéis arreglado para que el guardia...?

>>Ajá. ¿Necesitáis una mano?

El pequeño dejó atrás la pregunta cuando nos vio intentando salir del baúl con todas nuestras fuerzas. Ni modo. ¿Cómo demonios habíamos conseguido entrar?

Entonces se acercó a Kousen para agarrarle de la muñeca y tirar con fuerza. ¡Y qué fuerza tenía el joven gitano, pues al tercer intento consiguió sacar a mi compañero. Fue un alivio volver a sentir mis extremidades moverse con total libertad, y no sufrir por el dolor en mis costillas.

La próxima vez nos metemos en un armario.—bromeó Kousen, recuperando el aire en el suelo. Yo asentí, soltando una risa nerviosa.

¡Tenía que estar borracho para no haber mirado ahí dentro! —rió al unísono Baxt.

>>Estaba asustadísimo, y la abuela hasta estaba preparada para atizarle con la garrota... pero mejor así, ¿no?

Me uní a las risas de los dos, y en cuanto recuperé algo de equilibrio con mis piernas entumecidas, ayudé a recoger todo lo que el guarda había tirado al suelo. Un desastre que pudimos remediar, ¡pero qué bestia! Menos mal que no se había atrevido a arrancar los disfraces de juglar de las paredes. Haciéndose el gallito cuando quizás estaba tan asustado de las máscaras que colgaban del techo de colorida madera.

Entonces, la tartana se detuvo suavemente y la abuela de Baxt nos avisó:

Baxt, ¡ya hemos llegado, cariño!

Intercambié una mirada con Kousen. Ambos sabíamos que a partir de aquel momento estaríamos solos. Ya nos había explicado la humilde anciana que llegaría un momento en el que los guardas no dejarían pasar la tartana. Si hubiese sido el Día de Todo al Revés, una festividad donde los gitanos sí tenían acceso a la plaza de la catedral —deseosos estábamos de visitar Notre Dame aquel día—, podríamos haber evitado más problemas.

Pero no podíamos pedirle más a Baxt y a su abuela.

Me alboroté el pelo a ambos lados y me enfundé una vieja capa, a la par que Kousen, pero éste se tapó completamente el rostro. Su pequeña mascota se escondió bajo las ropas. Antes de que desapareciera, le acaricié el mentón y ésta me respondió encantada.

¿Cómo se llama tu amiguito?

...

Salimos de la caravana de madera y, siendo seguidos por un Tandy invisible, nos despedimos de nuestros amigos gitanos.

Gracias por todo. Cuidaos mucho.

Kousen iba dando pasos pequeños e irregulares, con la espalda encorvada y oculto bajo la capa. Yo, por mi parte, le agarraba como podía y andaba a su mismo ritmo.

Vamos, abuelo. Dios escuchará nuestras plegarias.

Interpreté cada frase que me había dado la abuela de Baxt para hacerme pasar por la nieta de un viejo leproso. Según ella, nadie se atrevería a acercarse a desmantelar su capa si se trataba de un viejo moribundo y enfermo. Las epidemias eran muy peligrosas y la gente muy desconfiada. Ambos sabíamos que no podíamos llamar la atención. Nos encontrábamos a sólo unos palmos de las escaleras de Notre Dame, pero no era cuestión de correr dando zancadas hacia nuestra meta. Seguir actuando era nuestro principal objetivo para luego no tener problemas dentro o para volver.

Nadhia, hay guardas en los portones, tan, tan —me susurró Tandy al oído.

Aquello nos pilló por sorpresa. Se suponía que podías pedir asilo en la catedral, siendo una persona buscada o desamparada sin hogar. Según la familia gitana, si decíamos "Nos acogemos a sagrado", estaríamos protegidos de la guarda de Frollo. Pero éste se conocía aquel truco, al parecer.

¿Qué hacer, entonces? Volver no era buena idea. Debíamos arriesgarnos.
Imagen
¡Soy enfermera~!
Nurses are Angels on Earth
Imagen
Mi blog + DeCulture

Imagen
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen
KHWorld Awards 2014
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2013
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2012
Imagen
ImagenImagen
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
EspeYuna
115. Demyx
115. Demyx
The Unknowns
 
Mensajes: 3437
Registrado: Mar Feb 28, 2012 11:12 pm
Dinero: 53,263.25
Banco: 15,063.87
Ubicación: ¡Entrenándome en Tierra de Partida para combatir a los sincorazón! ¡Ah! ¡Y en FanPlace!
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 54

Re: [La Cité des Cloches] Brujería Infernal

Notapor Kousen » Sab Nov 30, 2013 4:34 am

Ahora tocaba la parte difícil: Actuar. Nadhia podía ir con la cabeza descubierta, pero tendría que desaliñarse un poco, mientras que yo en cambio debía ir tapándome la cara por completo bajo la vieja capucha que Baxt y su abuela nos habían dejado.
Houma dio un salto desde donde se había escondido y cruzó rápidamente la tartana, metiéndose bajo la capa y asomando la cabeza por la apertura delantera. Nadhia le acarició suavemente la barbilla, a lo que el pequeño hurón contestó con un suave ronroneo.

¿Cómo se llama tu amiguito?

Oh, es Houma.— contesté mientras le acariciaba la cabeza al animalillo.

>>Nos encontramos hace un tiempo en los jardines de Tierra de Partida, aún me pregunto cómo llegó allí.

Aún no había continuado la conversación cuando Chhon entró por la puerta de la tartana, bastante contenta a pesar del apuro en el que les habíamos metido.

Ya sabéis qué hacer. Haced como que sois una devota hija llevando a su anciano y enfermo padre a Notre Dame, para rezar por misericordia.— dijo.

La mujer agarró un grueso bastón de madera que descansaba en un rincón, sacudiéndole el polvo de encima. Para a continuación golpearme con este en la espinilla.
No me dio tiempo a reaccionar, llevándome la mano a la parte dolorida y quejándome.

¡Auch!

Andas demasiado erguido y eres muy larguirucho para un anciano. Así queda más convincente. —sonrió

Desde luego me iba a pasar un buen rato cojeando y encorvado, me había acertado en todo el hueso. Baxt estaba haciendo todo lo posible por contener la risa, pero no me importaba, Chhon había estado muy rápida y atenta en los detalles. Se notaba que aquella señora que a primera vista parecía indefensa había vivido mucho más que nosotros.

No dudéis en acogeros a sagrado si os veis en un aprieto. El Archidiácono os ayudará.

¡Y los soldados no pueden entrar a la catedral, así que no os harán daño!

Entendido. No sabemos como agradecérselo...

No os preocupéis. ¡Con saber que os he ayudado y de paso fastidio a ese rufián de Frollo nos basta!— rió con diversión.


***



Tras una breve despedida, salimos del carruaje de madera, aún despidiéndonos con la mano mientras la tartana se alejaba.

Gracias por todo. Cuidaos mucho.

¡Muchas gracias! ¡Tiene usted por nieto a un buen mozalbete! — añadí, cambiando mi tono de voz para que pareciese más de persona mayor.

Con Nadhia agarrando mi brazo pretendiendo que me cuidaba, empezamos a caminar de nuevo por el suelo de piedra camino a la catedral, aún dando tumbos por el bastonazo y apoyándome en el mismo causante de mi dolor.

Vamos, abuelo. Dios escuchará nuestras plegarias.

El paripé daba resultado: La gente se alejaba de nosotros como si fuese a contagiarles la leprea que fingía u otra epidemia, dejándonos llegar sin dificultad hasta la catedral. Tuvimos que tener especial cuidado al llegar a los escalones, pues con la cabeza agachada y la capucha solo podía ver el suelo enfrente de mí.

Nadhia, hay guardas en los portones, tan, tan — me pareció oir muy levemente a Tandy

Rayos. Por lo visto Frollo había esperado que fuésemos hasta allí apara acogernos a sagrado, a pesar de las acusaciones como bruja o "demonio". Si entrábamos a la carrera volaríamos nuestra tapadera y nos pondrían una lanza al cuello, como poco, pero volver a la ciudad era como pedir a gritos que nos descubriesen y volviesen a perseguirnos. La única opción era seguir con el plan y rezar para que los guardias fuesen tan lerdos como el que inspeccionó la carreta.

Tragué saliva y asentí levemente, comenzando a subir los escalones junto a Nadhia hasta llegar a la puerta de la catedral. Estábamos a un paso de la puerta y el corazón me iba a mil por hora, parecía que se me iba a salir por la garganta. Aguante la respiración inconscientemente, solo un paso más y...

¡Alto ahí!

Uno de los guardias cruzó su lanza con el otro, impidiéndonos pasar. Sentía que se me caía el mundo encima, o la catedral como poco. Aguanté el tipo como pude, llevándome una mano al corazón cual anciano al que le falla el corazón.

¿Quien es ese que llevas ahí tan tapado? ¡Hay alerta general en la ciudad, pueblerina!

A pesar de los nervios, Nadhia interpretaba bien su papel, frase por frase, me asombraba lo compuesta que estaba comparada con aquella vez en Bastión Hueco. Había madurado bastante desde entonces, o había tenido una razón específica para estar tan alterada aquella vez.

Sin embargo, no parecía que aquello fuese a convencer al guardia. Hacía falta más drama.
No fue difícil morderme un poco el labio con uno de mis colmillos, para hacer salir un poco de sangre. Dolía, pero era necesario y un hechizo Cura lo solucionaría fácilmente luego.
Acto seguido, empecé a toser violentamente y usé la capa para taparme la boca, dejando ver claramente la mancha de sangre que salpicaba en el paño de color más claro que esta. Acto seguido respiré con dificultad y me tambalee, apoyándome en el bastón.

No te molestes por mí, hija mía...—dijo con una voz rasposa

>>Al fin y al cabo, a este viejo leproso no le queda mucho de vida... que Dios se apiade de mi alma.

Y volví a toser con violencia, unas últimas gotas de sangre cayendo en el empedrado.
La reacción fue inmediata: Los guardias retrocedieron al escuchar una simple mención a la palabra "lepra", alejándose de nosotros y pegándose lo más posible a la pared sin perder la postura.

¡¿Ha dicho l-lepra?!— masculló uno

Por unos segundos se quedaron bastante dubitativos, así que tosí un poco más para convencerlos completamente.

Está bien... que entre. Total, que dé sus últimas oraciones antes de morir.— espetó de mala gana su compañero, levantando ambos las lanzas.

Muchas gracias, jóvenes... —tosí un poco más.

"Idiotas.", pensé.

Con ambos guardias posiblemente santiguándose, pudimos pasar al interior de la catedral, donde levanté con cuidado la vista para ver levemente por debajo de la capucha. La vista que me esperaba lo dejaba a uno sin aliento: Toda la catedral estaba llena de una luz ligeramente anaranjada por las diversas velas colocadas por todo el recinto, y la poca oscuridad que quedaba era atravesaba por numerosos rayos de luz de diferentes tonalidades, que entraban a raudales por grandes vidrieras coloridas que representaban numerosos santos y escenas. Muchas de las capillas laterales presentaban una luz más bien azulona y las paredes poseían escenas de colores cálidos con un fondo realizado en un tono dorado.
Del suelo surgían gruesos pilares que acababan en bóvedas sexpartitas que sujetaban el techo, como si de árboles se tratasen. Había también una galería en el segundo piso desde la cual se podría observar el nivel donde nos encontrábamos. A cada lado del pasillo central había una fila de bancos donde la gente se sentaba a rezar, y al final del pasillo estaba el altar principal, localizado en el ábside.

No cabía en mí de gozo. Me encantaba el arte, y este tipo de arquitectura me parecía precioso, especialmente las vidrieras. Supuse que Nadhia debía estar también alucinando, porque ¿Quien no lo estraría?
A pesar de mi deseo de ver más, nos alejamos hasta una zona apartada entre lo pilares, cerca de una capilla vacía donde aparentamos que rezábamos. Me llevé dos dedos a la herida de los labios.

Cura.—susurré, sanando la herida con un ligero brillo verde, oculto por la capa.

Mucho mejor.

Bueno... ¿qué hacemos? ¿Nos acogemos ya a sagrado o fingimos un poco más y echamos un vistazo por aquí dentro?
Imagen

"La skin Iceberg del foro es como la Duquesa de Alba, nos va a enterrar a todos."

Imagen
Imagen


Rol de KHWorld: Kousen - "Viento Seráfico"

Logros:
Spoiler: Mostrar
ImagenImagenImagen
Imagen
Avatar de Usuario
Kousen
Miembro del Hall de la Fama
Miembro del Hall de la Fama
Bohemia Lectura
 
Mensajes: 899
Registrado: Sab Nov 29, 2008 1:24 pm
Dinero: 19,631.46
Banco: 68,268.13
Ubicación: Descenso al Corazón
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 9

Re: [La Cité des Cloches] Brujería Infernal

Notapor EspeYuna » Sab Nov 30, 2013 8:38 pm

Había temido por nuestros cuellos. Ni siquiera llegué a imaginar que Kousen fuera tan bueno actuando. Avergonzada, mi cara de susto al verle sangrar probablemente alarmara a los guardias y se hiciera mucho más creíble el hecho de que había un leproso a pocos metros suyos. Cuando entramos a la catedral, dejé atrás la preocupación y la angustia vivida antes para contemplar maravillada las vidrieras que iluminaban el suelo del interior de Notre Dame.

Recordé entonces mi descenso y sonreí.

* * *


Bueno... ¿qué hacemos? ¿Nos acogemos ya a sagrado o fingimos un poco más y echamos un vistazo por aquí dentro?

No sabría decirte que sería lo mejor, pero —le señalé en la oscuridad a unas cuantas personas que rezaban en una capilla próxima a la nuestra— deberíamos seguir fingiendo, al menos un poco hasta que los visitantes se hayan ido. Y luego buscar al hombre del que nos hablaban para acogernos a sagrado.

>> Deberíamos llamar la menor atención posible, pero... realmente me muero de ganas por explorar esto.

Sonreí cómplice a Kousen.

Jamás llegué a imaginar que esto sería tan asombroso por dentro —le confesé, observando una pequeña vidriera que iluminaba las figuras angelicales frente a nosotros—. Me alegro de haber podido entrar. Pero pienso que los que protegen este lugar deben tener muchos problemas con los soldados. Seguro que más de uno habrá entrado aquí sin importarle en absoluto respetar un lugar tan bonito como éste.

Si queréis yo puedo explorar un poco en las alturas, tan, tan.

De pronto, pegué un brinco en el sitio al escuchar la voz de Tandy. Se me había olvidado por completo que teníamos a mi guardián velando por nuestra seguridad.

Debes estar agotado de usar la magia Tenue, Tandy —le busqué en mi hombro y le pellizqué como pude la nariz cuando le encontré—. Intenta encontrar un sitio donde nadie te vea y explora por tu cuenta. Pero ten cuidado, ¿vale?

¡A tus órdenes, tan, tan, taaaaaaaaan!

Le fui a sisear, asustada de que llamáramos la atención y algo enfadada con lo descuidado que podía ser. Pero recibí un beso esquimal del travieso niño convertido en moguri y sonrojé. Agaché la cabeza, avergonzada de que no pudiera regañarle a veces... por lo adorable que era.

A veces parezco una madre que le consiente todo a su hijo.
Imagen
¡Soy enfermera~!
Nurses are Angels on Earth
Imagen
Mi blog + DeCulture

Imagen
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen
KHWorld Awards 2014
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2013
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2012
Imagen
ImagenImagen
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
EspeYuna
115. Demyx
115. Demyx
The Unknowns
 
Mensajes: 3437
Registrado: Mar Feb 28, 2012 11:12 pm
Dinero: 53,263.25
Banco: 15,063.87
Ubicación: ¡Entrenándome en Tierra de Partida para combatir a los sincorazón! ¡Ah! ¡Y en FanPlace!
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 54

Re: [La Cité des Cloches] Brujería Infernal

Notapor Kousen » Lun Dic 02, 2013 4:02 am

No sabría decirte que sería lo mejor, pero —Nadhia indicó a unos cuantos ciudadanos que rezaban cerca de nosotros— deberíamos seguir fingiendo, al menos un poco hasta que los visitantes se hayan ido. Y luego buscar al hombre del que nos hablaban para acogernos a sagrado.

>> Deberíamos llamar la menor atención posible, pero... realmente me muero de ganas por explorar esto.

La sonrisa de Nadhia transmitió todo lo que necesitaba saber. Ella se moría de ganas de explorar aquella construcción tanto o más que yo. Una pena que tuviese que andar encorvado y no pudiese ver con mucha claridad.

Jamás llegué a imaginar que esto sería tan asombroso por dentro. Me alegro de haber podido entrar. Pero pienso que los que protegen este lugar deben tener muchos problemas con los soldados. Seguro que más de uno habrá entrado aquí sin importarle en absoluto respetar un lugar tan bonito como éste.

Si queréis yo puedo explorar un poco en las alturas, tan, tan.— saltó una vocecilla antes de que pudiese contestar.

Casi me da un infarto allí mismo. No me acordaba de que el Moguri de Nadhia, Tandy, tenía la habilidad de hacerse invisible. Al menos no iría asfixiado como el pobre Houma, que asomaba con cuidado por mi camisa.

Debes estar agotado de usar la magia Tenue, Tandy —Nadhia gesticuló, como si intentase palpar algo que no estaba allí—. Intenta encontrar un sitio donde nadie te vea y explora por tu cuenta. Pero ten cuidado, ¿vale?

¡A tus órdenes, tan, tan, taaaaaaaaan!

Supuse que el pequeño se alejó revoloteando, pero por alguna razón que desconozco, Nadhia se puso roja como un tomate y miró hacia el suelo para ocultar su cara.

A veces parezco una madre que le consiente todo a su hijo.

Lo decía como si fuese algo malo.

No sé qué le ves de malo.— dije con sinceridad — En mi opinión, es algo maravilloso tener a alguien cercano que se preocupe tanto por ti y siempre esté dispuesto a ayudarte igual que tú a él.

Aparté la mirada hacia una de las vidrieras de la apartada capilla, recordando aquellos años que pasé en las Islas del Destino. Tantos días corriendo solo por la playa, intentando encajar y no consiguiéndolo. El dolor que me destrozaba por dentro por aquel entonces todavía me encogía un poco el corazón, pero al recordar los amigos que fueron acercándose a mí poco a poco me recorría la felicidad, trayendo una sonrisa agridulce a mi cara.
Me rasqué un ligero picor en el párpado, ajustándome la capucha.

En fin, no me hagas caso.— cambié de tema — Tandy es una monada a pesar de lo travieso que es.

>>¿Qué te parece si nos acercamos a la zona de las pinturas?

Esperé a que Nadhia volviese a agarrarme el brazo para seguir con la farsa del leproso, caminando torpemente hacia una zona un poco más transitada por el ir y venir de la gente de una capilla a otra para llevar a cabo sus rezos. Nadhia y yo comenzamos a caminar a lo largo del largo pasillo, observando la escena que se iba narrando en las pinturas según avanzábamos. Parecía alguna especie de escrito sagrado. Empezaba a notar que la pierna dejaba de dolerme, y pronto no necesitaría del bastón, a pesar de que seguía apoyándome en este... hasta que resbaló.

El bastón se deslizó sobre el suelo de mármol de la catedral, haciéndome soltar a Nadhia y perder el equilibrio, golpeándome con un candelabro cercano con tan mala suerte que algunas de las velas me cayeron encima. Lo peor no fue el golpe del candelabro, sino que la condenada capa salió ardiendo. En pánico al ver como las llamas prendían la tela, no lo pensé dos veces y me la quité de encima, lanzándola contra el suelo y pisándola para apagar el fuego. No me di cuenta de mi error garrafal hasta que noté las miradas de media catedral clavadas en nosotros, con la boca abierta en una expresión de espanto. Al diablo con la actuación.

¡¡Es el demonio de esta mañana!!

¡Y la que está a su lado tiene que ser la bruja!


¡Es su familiar! ¡La desgracia se cierne sobre nuestras almas!

¡¡Cogedlos!! ¡A la hoguera con ellos!

¡Guardias! ¡Socorro!

Y muchos otros más gritos incomprensibles comenzaron a resonar por la catedral, atrayendo la atención de todo el mundo y haciendo que corriese el pánico en pocos segundos. Me quedé blanco como la cera, pensando que pronto acabaríamos siendo ajusticiados en público. Los guardias no tardarían en llegar. Mi primer acto reflejo fue agarrar la mano de Nadhia para poner tierra de por medio. Al cuerno con el sigilo, teníamos que coger los gliders y correr por nuestras vidas.
Pero antes de que pudiese gritar que corriésemos, una mano me agarró del hombro, y un hombre alto y vestido de blanco se colocó ante nosotros, elevando ambos brazos.

¡Alto!— gritó

El hombre estaba entrado en años, pues bajo el pequeño gorro rojo que portaba había claramente una cortina de pelo plateado. Ante su potente voz, se hizo el silencio en la catedral, y la gente se detuvo allí donde estaba. Recorrí frenéticamente la catedral con mi mirada, fijándome en todo detalle posible. En una de sus manos, aquel hombre portaba un bastón con una cruz sobre este, y lo holgado de sus ropas combinado con una especie de manto rojizo lo identificaba como un sacerdote. Y no uno cualquiera, juzgando por la autoridad que acababa de desplegar. ¿podría tratarse del Archidiácono que nombró Chhon?

Spoiler: Mostrar
Imagen


P-Pero... Padre...— musitó un hombre que estaba cerca. —Se trata de un demonio y una bruj...


Tonterías.— le cortó el sacerdote —¿Acaso podría un ser infernal entrar en la casa de Dios?

Lo dijo en un tono bien audible, estaba claro que pretendía que sus palabras retumbasen por todo el interior de la estructura. El hombre, dubitativo, movió su boca sin articular palabra, intentando buscar algún argumento.

Ya... pero aún así no...

El anciano volvió a dejarlo con la palabra en la boca. Sin media palabra, el hombre hundió la mano en una pila llena de agua que había en la pared. Acto seguido la agitó rápidamente en el aire, salpicándonos con el agua. Mi cara debía ser un poema, porque no tenía ni idea de lo que hacía.

¿Alguna duda, hijo mío?— preguntó.

El hombrecillo negó con la cabeza y se alejó, santiguándose y alejándose lejos de nosotros. Le gente hizo lo primero, pero se quedaron para escuchar lo que el sacerdote tenía que decir.

Hijos míos.— prosiguió —No debéis juzgar precipitadamente a una persona por su aspecto. Y vosotros deberíais saberlo mejor que nadie.

Dirigió la mirada a las alturas, hacia lo que parecía ser la entrada a uno de los campanarios de la catedral.

>> La malformación de este joven no quiere decir que sea un demonio.

¿¡Malformación!? ¿Acababa de decir "malformación"? Aquello me sentó como una patada en el estómago. No pude evitar abrir la boca, entre sorpresa e indignación. Pero no tardé ni medio segundo en mantener el temple, pues el hombre no lo decía con mala intención, y nos estaba salvando el cuello. El cachondeo con las orejas ya pasaba de castaño a oscuro.

Del mismo modo, esta jovencita no me parece en lo más mínimo una bruja. ¿Acaso habéis visto alguna que soporte el agua bendita, o exhale tal inocencia?

Yo un deforme y ella una pura señorita. Menuda comparación, incluso me habría dado la risa tonta si la tensión no me tuviese serio como una estatua. Un murmullo empezó a extenderse entre la gente, que parecieron asentir a los argumentos del hombre y se alejaron tras una suave reverencia al hombre, aunque alguno me dirigió una mala mirada.

Sí, padre.

El Archidiácono es un hombre justo...— escuché comentar a una señora.

Así que se trataba del archidiácono, después de todo.

Bueno.— el hombre se giró, dirigiéndose hacia nosotros. — Ya les he tranquilizado, aunque me temo que la guardia de Frollo no escuchará mis palabras. Será mejor que os acojáis a sagrado, jóvenes.

Me recompuse como pude, dejando de apoyarme en la pared y mirando a Nadhia. Agradecí que Tandy no hubiese intervenido al vernos en peligro, aunque el pobre Houma estaba temblando como una hoja bajo mi chaleco. La gente parecía haber vuelto a sus rezos, como si nada hubiese pasado.

Muchas gracias, Padre.— recogí el candelabro del suelo, colocándolo en su sitio.

No es nada, hijo. Es solo que mis feligreses están muy asustados por la presencia de los demonios... los verdaderos, quiero decir.

¿Demonios?
Imagen

"La skin Iceberg del foro es como la Duquesa de Alba, nos va a enterrar a todos."

Imagen
Imagen


Rol de KHWorld: Kousen - "Viento Seráfico"

Logros:
Spoiler: Mostrar
ImagenImagenImagen
Imagen
Avatar de Usuario
Kousen
Miembro del Hall de la Fama
Miembro del Hall de la Fama
Bohemia Lectura
 
Mensajes: 899
Registrado: Sab Nov 29, 2008 1:24 pm
Dinero: 19,631.46
Banco: 68,268.13
Ubicación: Descenso al Corazón
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 9

Siguiente

Volver a Otros temas

¿Quién está conectado?

Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 1 invitado