[Villa Crepúsculo] La página de una amistad retratada

por **Final Fan** » Jue Ene 23, 2014 8:14 pm

Vladimir me abrazó, dejando los papeles y el libro que siempre llevaba en el suelo. Lo había ayudado a reunir unas pocas piezas del rompecabezas de su pasado. Conocer los orígenes propios es el primer paso o, al menos, uno muy importante, para llegar a conocerse a uno mismo por completo. Yo tampoco llegaba a recordar cuál era aquel mundo en el que habíamos coincidido, pero cuando aquel chico me aseguró que lo volveríamos a visitar, juntos, le creí.

Estaba llorando, pero no parecía roto. Vladimir estaba contento y yo aliviado por ello. Ahora estaba un paso más cerca saber la verdad sobre sí mismo. ¡Y yo había tenido dudas sobre si aquello iba a ser una buena idea! Me daba igual lo que Madre dijese: preocuparme por los demás no era mi debilidad, sino mi impulso. Una fuerza de voluntad que me permitía crecer a mí y a todas las personas a las que fuese capaz de ayudar.

Lo que sí es innegable es que, a veces, trae consecuencias.

Un ominoso brillo surgió de la carpeta que yacía ahora en el suelo delante de mí. Vladimir no se dio cuenta al principio, pero yo no pude evitar alamarme. El resplandor, que envolvía otra de las páginas gastadas guardadas en el archivador, parecía igual que el que habíamos visto hacía un momento. Sin embargo, en unos instantes se tornó rojo. El libro del chico pareció reaccionar con aquella hoja y, entonces, ocurrió. Un sonido que me taladró los oídos y una oscuridad que envolvió todo a nuestro alrededor por uno sinstantes. Cuando pude darme cuenta de lo que estaba pasando, ya estábamos rodeados.

Siete seres de oscuridad nos clavaban sus brillantes ojos desde cada rincón de aquella habitación. Mi instinto no me permitió pensar en otra cosa en cuanto los vi.

“Sincorazón.”

Los miré uno a uno, en tensión, sin moverme. Una sombra lánguida con aires de mal augurio. Una sombra alegre con poses de maníaco. Una sombra menuda de porte inexpresivo. Una sombra elegante de silueta autoritaria. Una sombra tranquila de gestos amanerados. Una sombra colosal de impasividad imponente. Una sombra animal de instinto rabioso.

¿Por qué habían aparecido en aquel lugar? ¿En aquel momento? ¿Lo había hecho el libro de Vladimir? Pero, ¿cómo?

El chico me agarró fuerte, como si temiese que aquellas cosas iban a llevarme con ellos.

—¡No te lo llevarás! ¡No quedaré solo de nuevo! —exclamó, casi imponente.

—¿Qué está ocurriendo, Vladimir? —pregunté, un tanto alarmado— ¡Tenemos que salir de aquí, ahora! ¡No podremos con tantos a la vez!

Miré a mi alrededor buscando nuestras posibles vías de escape, pero los sincorazón nos podrían alcanzar fácilmente hiciésemos lo que hiciésemos. ¿Habían venido a por nosotros o buscaban algo distinto? Las preguntas se me agolpaban en la cabeza, pero sabía que aquel no era el momento de buscar sus respuestas. Invoqué mi Llave Espada, esta vez con intención de usarla, e intenté observar los movimientos de aquellas bestias. Vladimir me seguía sosteniendo, con decisión.

Si atacaban, estaba seguro de que nos protegeríamos mutuamente.

por **Yuehito** » Vie Ene 24, 2014 5:09 am

Acudir al nombre de Vladimir me era extraño, adaptarme a las nuevas ideas y hacer encajarlas a la rutina sería un gran trabajo. Para FyK siempre sería Vladimir, pero quizás para mis otros compañeros seguiría siendo el pequeño Exuy.

— ¡Tenemos que salir de aquí, ahora! ¡No podremos con tantos a la vez!

Atento al llamado no había otra cosa más que escapar, los ojos de aquellos espíritus estaban fijo a nuestros movimientos, esperando atentamente a cualquier reacción. Mi amigo, invocó su arma pensando en defensiva y era claro que no terminaríamos con ellos aunque tuviésemos la mejor suerte del mundo. El solo hecho de mirarlos podía notar intenciones diabólicas sacadas del mismo infierno.

Temblé y comencé a buscar como FyK alguna salida. Las ventanas parecían buena opción, esconderse en el closet o salir por la puerta, solo esas tres opciones. Susurrando a Fyk le insinué que podíamos separarnos e ir por distintos lugares, pero antes de terminar la frase me quedé callado porque no era mi intensión separarme de él. La tensión de los segundos en el cuarto era como un conteo para nuestro fin, por lo que decidí actuar lo más rápido sin tener en cuentas las consecuencias.

Me agaché para tomar los informes y correr por nuestras vidas, pero algo extraño ocurrió. Al tomar mi libro las sombras se asustaron y se inquietaron movilizándose por las paredes, y una de las sombras comenzó a reir a gran voz, similar a las risas del maestro Ronin, pero con un tono de maldad como la de Shinju.

Los otros 6 espíritus empezaron a hacer gestos extraños y en un fugaz pestañeo éstas salieron de la habitación haciendo escuchar como caian objetos en los pasillos, el quebraje de vidrios y la destrucción de lo primero que hubieran pillado a su paso. Haciendo gemir el orfanato de manera frenética.

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Asustado invoqué mi llave espada y esperé atento a las indicaciones teniendo frente al espíritu de facetas maniacas. Parecía ser el líder, el creador de esta maldad y sugería estar dispuesto a atacarnos… no, a matarnos.

—No sé lo que son… nunca los he visto. Tengo miedo FyK…

por **Final Fan** » Vie Ene 24, 2014 7:25 am

Nos íbamos a preparar para salir de allí corriendo cuando los sincorazón empezaron a comportarse de forma extraña. No tuvimos tiempo de reaccionar a la repentina huida de seis de ellos, que se lanzaron precipitadamente hacia la puerta sin demasiado decoro. Adopté una pose defensiva, pensando que nos atacarían, pero nos ignoraron completamente.

—No sé lo que son… nunca los he visto. Tengo miedo, Fyk…

—N-no tengas miedo, son sólo sincorazón… —dije, no muy convencido.

¿Pero por qué habían huído de aquella forma? Los corazones de los portadores de la Llave Espada son, hasta donde yo sabía, un manjar suculento para los sincorazón. Aquellos eran distintos.

Tardé un momento en darme cuenta de que uno de ellos se había quedado en la habitación. Su sonrisa maníaca me puso nervioso… ¿cómo podíamos adivinar las intenciones de una bestia de ese tipo?

No nos hizo falta pensar demasiado. El sincorazón se abalanzó contra nosotros en un abrir y cerrar de ojos, sin darnos tiempo a reaccionar y lanzándonos hacia paredes opuestas de la sala. Me recompuse como bien pude y realicé una rápida ofensiva para atraer la atención de la sombra, que me había dado la espalda y se estaba encarando a Vladimir. Salté hacia ella y le pegué fuerte en la parte de la nuca con el mango de la Llave Espada. Un golpe que pensaba que al menos la haría tambalearse casi ni logró moverla. Me apartó de un manotazo y, entonces…

—¡¡Vladimir!! —exclamé, corriendo hacia la sombra y el chico que estaba a punto de ser atacado.

Lo vi poner las manos por delante de la cara, intentando bloquear los ataques de la sombra con su Llave Espada. El sincorazón, con sus afiladas garras, se estaba ensañando con el cuerpo de Vladimir de forma casi aterradora mientras emitía sonidos que me recordaban preocupantemente a una risa. Tras unos pasos de carrera, invoqué Cosmopatín para coger impulso y lanzarme hacia el ser de oscuridad, con intención de apartarlo de mi amigo.

—¡¡Déjalo en paz!! —exclamé, propinándole un fuerte golpe lateral que acabó apartándolo de su víctima.

Me centré en Vladimir, que se encontraba tendido en el suelo contra la pared. Me agaché y lo cogí de los hombros delicadamente, confirmando que se encontraba en mal estado. Me levanté entonces y me encaré de nuevo al sincorazón que nos había atacado. Si la sombra decidía ensañarse de nuevo, yo estaría allí para interceptar el ataque.

por **Yuehito** » Sab Ene 25, 2014 6:41 pm

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La sombra de ojos macabros hizo su movimiento en un pestañeo, no teniendo tiempo para pensar ni para reaccionar, superándonos en creces sin tener la posibilidad de escapar.

Su atención quedó plasmada en mí imponiendo toda su maldad en una idea de su mente. Lo decía su mirada y su forma rápida de caminar para conceder sus deseos. Y antes de ponerme de pie su silueta apareció frente mí para alzar sus brazos y realizar su primer fatal golpe. Incapaz de haber hecho algo más pensado puse mi arma para poder contrarrestar su golpe, que fue inservible ya que mi fuerza era denigrante comparada a la de él.

Me encontraba lo suficientemente herido para no poder atacar y mis intentos de bloquear las garras que me propinaba severos golpes eran inútiles. Era su juguete, su alimento y su satisfacción; disfrutando de mis gritos en cada impacto haciendo que entrara en el más profundo pánico.

— ¡Ya basta! ¡¡Déjame!! —Eran mis intentos de socorrer mi vida.

—¡¡Déjalo en paz!!

Aquel grito y golpe fue la imagen más clara que tuve en ese momento. La bestia se apartó lo necesario para poder proteger mi débil cuerpo. No había tiempo para pensar y la muerte parecía estar destinadas ese día.

—No podremos contra él. Me quiere a mí, tú… huye.
>>FyK, no quiero que mueras por mi culpa.

Extendí mi mano hacia la ventana y lancé un trozo de hielo para destruirla con las últimas fuerzas que tenía.

—No te olvidaré… aunque me arrebaten el corazón —Sonreí.

Podía percibir aquel cálido cariño del jovencito azul, aún reiterando ese extraño nombre. Tratándome como si me conociera por mucho tiempo, suplicando que no me desvaneciera en el olvido. Con el último esfuerzo tome su mano, susurrando con el aliento de mi alma el perdón por haber olvidado quién era. Y así llegó su tiempo, mientras en su abrazo perdía las siluetas del afectuoso rojizo atardecer.

por **Final Fan** » Dom Ene 26, 2014 5:20 am

Vladimir parecía estar en las últimas, se quedaría inconsciente en cualquier momento. Sin embargo, utilizando sus últimas fuerzas, convocó un Hielo que acabo impactando contra una ventana, rompiéndola, en vez de acertar en nuestro enemigo.

—¡Nadie te va a arrebatar el corazón mientras yo…!

Un segundo, o quizás menos, fue el tiempo que aparté la vista del sincorazón que nos había estado atacando para tranquilizar a Vladimir. Sin embargo, cuando me volví de nuevo hacia él para hacerle frente… había desaparecido. Observé la ventana rota y entendí lo que había hecho. No quería atacar al purasangre, sino instarlo a huir de allí como habían hecho el resto de sombras que aparecieron.

Quería agradecerle lo que había hecho y seguir hablando con él de nuestro pequeño pasado común, pero sus fuerzas se habían agotado por completo y se hallaba inerte en el suelo, apoyado contra la pared. Respiraba pausadamente y parecía que fuese a parar de hacerlo de un momento a otro.

Me apresuré a materializar mi armadura y transformé la llave espada en mi glider. Activé también la armadura de Vladimir y lo cargué sobre el vehículo antes de partir hacia el intersticio entre los mundos. Aquella situación me provocó cierta sensación de dejà vu, recordando la pequeña aventura que había tenido con Saxor en aquel mismo mundo. A él también había decidido cargarlo para llevarlo a la enfermería de Tierra de Partida, en donde los moguris lo atendieron muy eficazmente.

Mientras viajaba hacia el mundo de los aprendices recapitulé las dudas que me habían asaltado aquel día. ¿Por qué Madre le había seguido la pista al chico que se hacía llamar Exuy? ¿Había tenido algo más que ver en su pasado? ¿Cuál podría ser su mundo de origen, en el que los dos coincidimos? Un mundo en donde las flores crecen… ¿por qué tenía la sensación de que había visitado un mundo así no hacía tanto tiempo?

Fuese como fuese, tendría tiempo de pensarlo en Tierra de Partida. Tendría que llevar a Vladimir hasta allí y hacer conocer su estado a algún Maestro. Tenía que reconocer que, aunque fuese incómodo para mí volver después de cómo me había ido a buscar a Kaara por mi cuenta, tenía ganas de volver a ver a mis compañeros. Al menos ellos ya sabían que no me había ido porque sí.

Al fin y al cabo, había dejado una nota.

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