[Tierra de Partida] Déjà vu

[Tidus Cloud]

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Cronología:
Bavol: Posterior a “Cosas de niños”
Mei: Posterior a “El dios caído”

Y de nuevo volvió a leer la misma frase:

— Hay… en… el… bosque… un… gran…lugar…

La había pronunciado tantas veces que ya ni siquiera se molestaba en leerla de verdad, sino que se dedicaba a recitar el libro de memoria sin fijarse en las palabras. Cansado de aquel monótono libro, lo cerró y apoyó su cabeza sobre la cubierta del libro como si se tratase una almohada. Bavol soltó un leve suspiro y fijó su mirada en la vela que había colocado junto al libro para ver en la oscuridad de su cuarto.

El fuego ejercía un efecto hipnótico sobre él, cuantas noches habría pasado alrededor de una pequeña fogata escuchando las historias que relataban los adultos. Estos últimos días, en los que prácticamente no había hecho nada, echaba de menos aquellas pequeñas diversiones. No había encontrado nada para entretenerse. Algunos aprendices, con los que había coincidido en el comedor, le habían hablado de los inventos que había en los mundos de los que provenían y con los que pasaban horas divirtiéndose.

Sin embargo, Bavol no los utilizaba, hasta se negaba a usar los más prácticos sin compañía. Por ejemplo, para encender o apagar la luz tenía que pedírselo siempre a algunos de sus compañeros o algún moguri. El chico admitía que eran objetos maravillosos, pero había comenzado a recelar de ellos desde aquel día en el que se llevó un buen calambrazo. Como se había vuelto poco práctico tener que llamar siempre a alguien para que le encendiera la luz de su cuarto, había decidido coger unas cuantas velas. Algunos le habían dicho que el fuego de aquellas velas podía acabar siendo más peligroso que la electricidad que corría de los cables, pero Bavol había preferido ignorar aquellos consejos.

Cerró los ojos y se dejó llevar por sus propios pensamientos. Se preguntó qué podía hacer para entretenerse un rato. No le apetecía entrenar, tampoco leer el mismo libro y todavía estaba preparando su plan de aventuras en otros mundos. Tras un rato sumido en la más absoluta pereza, decidió pasar un rato fuera en los jardines contemplando aquel hermoso cielo nocturno. No tenía nada mejor que hacer y, al fin y al cabo, en los jardines siempre pasaba algo interesante.

Alzó la cabeza y con un soplido apagó la vela.

[A Nerd Girl]

Y una bolsa llena de libros que parecía más bien pesas las llevé hasta mi habitación, al menos de camino si es que no se me caían los brazos antes, o las manos y sus deditos.

Me pasé comprando nuevos libros que pedí en una librería en Ciudad de Paso sobre mecánica, en verdad eran solo para rellenar, ya que me leí todos los que vi en la biblioteca de Tierra de Partida. En verdad era como si me devorase los libros de tanto leer. En verdad tras que Xefil dejara de estar recibiendo mis clases tenía tiempo para leerlos pero en verdad se me hacía aburrido.

Un libro caía y me aguanté, si me agachaba me caería ahí de cansancio, aceleré el paso fui a mi habitación y dejé los libros sobre la cama. Salí de nuevo y fui a por el libro rebelde que cayó de la bolsa por placer puro y por que se rompió. Un libro de mecánica clásica que el vendedor logró convencerme de comprarlo, en verdad ni idea de por qué le hice caso, quizá me convence la gente muy rápido o es que era muy bueno vendiendo.

Y entonces como si nada me caí, quizá del cansancio pero enfrente de la habitación de alguien, "Bavol". Ni idea pero grité al caerme por no decir que me dolía el tobillo y como no la muñeca de la mano con la que me apoyé para no comerme el suelo con aquel tropiezo.

—¡Auch!

En verdad esperaba que no hubiera nadie. Pero si había, que me ayudase a levantarme, estaba exhausta y me dolía el tobillo quizá por cansancio a su vez.

—Maldito libro y maldita suerte...

[Tidus Cloud]

Tras superar la pereza que sentía, Bavol se dispuso a levantarse de su asiento para visitar los jardines cuando de pronto escuchó un fuerte ruido proveniente del exterior.

— ¡Auch! — exclamó una voz femenina.

Preocupado y, por qué no decirlo, muerto de la curiosidad acudió rápidamente a abrir la puerta para ver qué es lo que había ocurrido. Nada más salir encontró justo delante una hermosa joven tirada en el suelo portando un libro entre sus manos.

— Maldito libro y maldita suerte... — se lamentaba ella.

Sin dudarlo, Bavol se acercó a ella para intentar ayudarla. Conocer chicas que estaban en alguna apurada situación se estaba empezando a convertir en una costumbre.

— ¿Estás bien? — le preguntó preocupado a la vez que le tendía la mano.

La miró directamente a los ojos unos segundos, pero no pudo evitar desviar la mirada avergonzado. Era muy guapa, de piel pálida, con un largo cabello castaño que casi le llegaba al tobillo, vestía unos hermosos ropajes que no había visto en su vida (aunque también era cierto que nadie vestía igual en Tierra de Partida) que le otorgaban la imagen de una bella princesa de cuento. Pero lo más llamativo eran aquellos finos ojos marrones, sobrecogedores, preciosos, poseedores de un brillo extraño que le otorgaba a aquella joven un cierto toque de fragilidad… ¿Tristeza, quizás? No lo sabía. Lo que sí sabía es que no era capaz de mantenerle la mirada.

—Espero no te hayas hecho daño... — dijo Bavol intentando que aquella chica no se fijara en lo rojo que se había puesto.

Intentó levantarla por la mano que le había tendido, esperaba que no se hubiese hecho ninguna herida grave. Bavol se percató enseguida de que a la joven le dolía el tobillo, así que decidió preguntarle amablemente:

— ¿Qué te ha pasado? ¿Quieres que te acompañe a la enfermería? Si te pasa algo, puedes descansar en mi cuarto. — tras escuchar las respuestas, el chico se presentó —. Por cierto, soy Bavol. ¿Cómo te llamas?

[A Nerd Girl]

— ¿Estás bien? —

Una voz me hizo girar, era un niño, me miró a los ojos pero después evitaba la mirada como si le diera verguenza verme, ¿por qué? Era un niño pequeño, joven, tez algo oscura y un pelo desordenadamente largo que le tapaba la frente y los ojos y algún pelo parecía que hasta se metía en la boca, parecía que era nuevo. Quizá por que no le vi nunca antes y de paso era bastante joven...

¿Los Maestros son capaces de meter a niños en sus asuntos? Sentí tristeza por él, era muy joven y ¡era un niño! ¿Qué hacía aquí un niño? Quizá antes de lo de Bastión Hueco lo entendería... No poseíamos amenaza, o antes de lo que pasó en el Coliseo Olimpo... Es peligroso para un niño el poder ser atacado por hombres como Gabranth (si es que al niño le dejan salir y tiene tan pésima suerte como yo) o lo peor de todo, encontrarse con los de Bastión Hueco y que por mala suerte quieran silenciarle o convencerlo de unirse a ellos.

—Espero no te hayas hecho daño... —

El chico estaba sonrojado, sonreí. Quizá es que le dio timidez al pequeño, miré como el niño miraba a otro lado evitando mostrar sus rojas mejillas. Me levanté un poco pero me seguía doliendo el tobillo. Quizá por que no paro de moverme ir a Ciudad de Paso, atacar a unos sincorazón por que por el camino y el lugar no es tan seguro y de paso cargar los libros.

Recordé entonces que antes de llegar me topé, para más infortunio mio, con unos pocos y uno me dio en el mismo tobillo. Ahora si que tenía explicación más elaborada, ya estaba pensando que me torcí un tobillo por unos libros.

— ¿Qué te ha pasado? ¿Quieres que te acompañe a la enfermería? Si te pasa algo, puedes descansar en mi cuarto.

— Tranquilo... Solo me he torcido el tobillo y está algo dañado, quizá por ese percance en Ciudad de Paso, ¡en verdad una no puede ir a comprar libros sin equivocarse de camino y no encontrarse más de un sincorazón con ganas de pelea!—Sonreí mientras me intentaba levantar — Podrías acomparñarme a mi habitación... Si no te viene mal, claramente, solo necesito descansar...

—Por cierto, soy Bavol. ¿Cómo te llamas?

— Puedes llamarme Mei, un placer pequeño caballero...

Dije mientras me levantaba bien e iba con un pie doliéndome...

— ¡Tengo una idea mejor! Vayamos a los jardines, así tomamos aire libre y no estamos encerrados en un cuarto desordenado...

[Tidus Cloud]

— Tranquilo... Solo me he torcido el tobillo y está algo dañado, quizá por ese percancé en Ciudad de Paso, ¡en verdad una no puede ir a comprar libros sin equivocarse de camino y no encontrarse más de un sincorazón con ganas de pelea!

— ¿Has estado luchando contra sincorazones? — preguntó Bavol asombrado, no debía ser tan frágil como aparentaba —. Si estás herida es mejor que descanses un rato.

— Podrías acompañarme a mi habitación... Si no te viene mal, claramente, solo necesito descansar...

— Por cierto, soy Bavol. ¿Cómo te llamas?

— Puedes llamarme Mei, un placer pequeño caballero...

Bavol no pudo evitar sonrojarse aún más. Caballero, que una chica le dijera algo así siempre provocaba una extraña sensación en su interior, más aún si no se lo esperaba. Se acordó de Chloé, la niña que conoció en su mundo antes de irse, la primera en tratarle como su caballero, ella era su damisela, su “novia”. Aunque todavía sentía cosquillas cuando pensaba en ella, después de un tiempo ya sabía que nunca iban a ser novios. Bavol se preguntó si Mei tendría también un caballero, si sería costumbre del mundo del que provenía.

— ¡Tengo una idea mejor! Vayamos a los jardines, así tomamos aire libre y no estamos encerrados en un cuarto desordenado... — le propuso Mei inesperadamente mientras se incorporaba.

— Eh…sí… claro — respondió Bavol un poco sorprendido, pensaba que si estaba herida era mejor que reposase, pero si era lo que quería no se iba a negar.

De manera que finalmente Bavol se dirigió hacia los jardines tal y como había planeado, pero con la compañía de Mei. No sabía nada de la joven, pero parecía simpática, así que decidió preguntarle de qué mundo venía:

— Pues…bueno…eh…Mei. ¿Cómo estás? ¿En qué mundo naciste? Yo vengo de la Cité des Cloches, no he conocido todavía a nadie que venga de ahí.

[A Nerd Girl]

Se sonrojaba con el comentario, era bastante divertido. Era un niño normal, los niños sueñan con ser guerreros, caballeros o hasta grandes heroes. Me bastaba llamarle caballero como para ver si le gustaba la idea o no... Aunque no mentía, somos caballeros de la Llave-espada, después de todo...

— Eh…sí… claro

Confuso, el chico aceptó ir conmigo y llegamos a bajar las escaleras, con su ayuda, y cuando estábamos en el césped, me senté cerca a una farola y luego esperé que él no se fuera. Bavol quería preguntarme cosas y decidí contestar.

— Pues…bueno…eh…Mei. ¿Cómo estás? ¿En qué mundo naciste? Yo vengo de la Cité des Cloches, no he conocido todavía a nadie que venga de ahí.

— Bueno, estoy mejor... En cuanto a donde procedo, Tierra de Dragones. Es un mundo bastante aburrido y anclado en el pasado, pero es precioso. Tendrías que ver la fiesta del año nuevo chino. Es una buena época para llevarse cosas a la boca de gratis...

>> Para ser más exacta he vivido más o menos seis años sola allí y la gente en realidad no es muy agradable, solo piensan en el honor familiar y que sus hijas se casen con hombres de respeto. Ahí lo más odioso es que nunca hay libertad en nada... ¿Como es Cité des Cloches? Estoy hablando mucho de mi mundo pero no me dices nada del tuyo...

[Tidus Cloud]

Bavol ayudó a Mei a llegar hasta los jardines. Cuando llegaron la joven se sentó cerca de una de las farolas que había allí dispuesto. Bavol no quería acercarse demasiado a aquel invento, no fuera que le fuese a dar un calambrazo inesperado, aunque tampoco quería dejar a Mei sola. De manera que, afrontando su temor, se sentó enfrente de ella, pero a una prudencial distancia con respecto a la farola.

— Bueno, estoy mejor... En cuanto a donde procedo, Tierra de Dragones. Es un mundo bastante aburrido y anclado en el pasado, pero es precioso. Tendrías que ver la fiesta del año nuevo chino. Es una buena época para llevarse cosas a la boca de gratis...

>> Para ser más exacta he vivido más o menos seis años sola allí y la gente en realidad no es muy agradable, solo piensan en el honor familiar y que sus hijas se casen con hombres de respeto. Ahí lo más odioso es que nunca hay libertad en nada...

Bavol entendía lo que le estaba contando Mei, era parecido a lo que él sentía al pensar en su mundo. Tenía que reconocer que París era una bella ciudad y que se llenaba de vida con los festivales que se celebraba cada cierto tiempo, pero los gitanos como él tenían que huir y esconderse constantemente. Puede que fuera por motivos distintos a los de Tierra de Dragones, pero en la Cité des Cloches tampoco había libertad, o al menos no la había para Bavol.

— ¿Cómo es Cité des Cloches? Estoy hablando mucho de mi mundo pero no me dices nada del tuyo... — preguntó Mei casi como si hubiese adivinado sus pensamientos.

— Pues… es un lugar bonito. Tiene una catedral enorme con una campana grandísima. Yo nunca he estado dentro, pero dicen que es increíble… Cuando comienzan las fiestas, la gente se pone muy contenta y sale a las calles a disfrutar de los espectáculos. Es un buen sitio para vivir… si no eres un gitano, claro. — explicó Bavol con un cierto toque de amargura —. Allí para la gente como yo, no hay sitio.

Bavol se levantó incómodo, no podía mantenerse quieto cuando hablaba sobre estos temas. No se alejó de la chica, pero empezó a caminar de un lado a otro lentamente con la vista puesta en el suelo.

— Menos mal que el Capitán me rescató y me convirtió en su aprendiz. Aún no le he devuelto el favor, se lo merece, Ronin es un buen tipo… — tras unos segundos, le dirigió una mirada a Mei y procurando sonreír le dijo —. Nuestros mundos no parecen tan diferentes en algunas cosas, ¿no crees?

Volvió a bajar la cabeza y totalmente serio, convencido de lo que decía, susurró:

— Algún día volveré y los salvaré…

Ya no tenía nada más que decir sobre mundo, no tenía mucho sentido seguir hablando de él por el momento, a no ser que Mei tuviera algo más que aportar. Intentando evadirse de los recuerdos de su mundo de origen, alzó la cabeza hacia el cielo. El cielo nocturno repleto de luces que podía ver desde Tierra de Partidas le parecía tan hermoso, cada vez que lo contemplaba se acordaba de que cada una de esas estrellas era un mundo… Y él los visitaría todos.

Volvió a fijarse en Mei y no pudo evitar preguntarse cómo podía estar sentada tan tranquilamente cerca de una farola. Ella le había dicho que venía de un mundo muy antiguo, así que seguramente en Tierra de Dragones no habría todos esos inventos de los que había escuchado hablar. ¿O quizás si los había?

— Eh, Mei. ¿En tu mundo tenéis cacharros que funcionen con…eh… electricidad? — preguntó Bavol —. En el mío no existían las cosas que tenéis por aquí. Si te digo la verdad, todavía no he aprendido a utilizar esos aparatos, ¿no te parecen un poco peligrosos?

[A Nerd Girl]

— Pues… es un lugar bonito. Tiene una catedral enorme con una campana grandísima. Yo nunca he estado dentro, pero dicen que es increíble… Cuando comienzan las fiestas, la gente se pone muy contenta y sale a las calles a disfrutar de los espectáculos. Es un buen sitio para vivir… si no eres un gitano, claro. — parecía que ser gitano era algo malo, quizá eran los despreciados de su sociedad—. Allí para la gente como yo, no hay sitio.

Incómodo,se alejó, pero empezó a caminar de un lado a otro lentamente con la vista puesta en el suelo. Bavol estaba como de una manera, dolido. Sentí tristeza, era un niño... ¡No hizo nada más que vivir! ¿Por qué han de tratar tan mal a gente tan inocente y pura? Los niños no son culpables de peleas de adultos, los niños no deben sufrir las peleas de adultos.

— Menos mal que el Capitán me rescató y me convirtió en su aprendiz. Aún no le he devuelto el favor, se lo merece, Ronin es un buen tipo… — Su maestro era Ronin, en verdad ese chico si que tenía un gran potencial... Pero por suerte esperaba que desconociese la pelea con Bastión Hueco—. Nuestros mundos no parecen tan diferentes en algunas cosas, ¿no crees?

— Algún día volveré y los salvaré…

Miré como el chico en el fondo si que era un gran caballero. Pensaba en los suyos, no en si mismo. No era egocéntrico, si lo fuera estaría montando una fiesta o no estaría tan melancólico. Para poder calmar su tristeza él miraba al cielo, yo le miraba, sentía algo de pena por él. Era un niño, era como yo... Rechazado por muchos pero a diferencia de mi, él parecía no querer ocultar su pasado. Yo por mi parte no era más que una tonta que no pensaba en más que hacerse una máscara y no querer decir nada de mi, ni de que había vivido en una cueva...

Como la reacción de Nadhia, aquella reacción cuando entró en mi cueva y era como si no se lo creyera, como si en verdad pensase que era una broma pesada pero pasaba luego a tocar la parte emocional en mi, de pensar en aquellos que llamaba familia pero no los sentía como tales.

— Eh, Mei. ¿En tu mundo tenéis cacharros que funcionen con…eh… electricidad? — Bavol preguntaba, era comos si me viera venir algo, como si fuera a decir algo que ya experimenté —. En el mío no existían las cosas que tenéis por aquí. Si te digo la verdad, todavía no he aprendido a utilizar esos aparatos, ¿no te parecen un poco peligrosos?

— ¿A que te parecen una obra demoníaca? Si es así, eres como Xefil... En mi mundo no existen estas cosas pero más bien son mi afición. Bueno, la mecánica en sí. Conozco a un aprendiz que logró electrocutarse con una linterna y que tardó bastante en saber cual era el agua caliente de la ducha y el agua fría... Si te contara como era, en verdad, os parecéis bastante en ese aspecto. Él me pidió que le diera clases ya que yo me acostumbré mejor y bueno... Ahora ya no las necesita y parece que le va bien.

Recordé las palabras de Xefil de cuando nos conocimos, discutíamos de lo mismo, la tecnología avanzada de este lugar, de como él me pedía aprender cosas... Y como de repente hice mi primer amigo... El primer amigo de mi vida, era algo bastante gracioso, él era bastante dedicado y de paso era muy listo.

Miré la farola, y miré al suelo, en verdad Bavol y Xefil no se parecen en nada más que su aversión a la tecnología... Mas ahora Xefil parece usarla más que nada y Bavol es como si no conociera para nada sobre ella, hasta parecía alejarse de la farola... Claramente era un niño...

[Tidus Cloud]

— ¿A qué te parecen una obra demoníaca? Si es así, eres como Xefil... En mi mundo no existen estas cosas pero más bien son mi afición. Bueno, la mecánica en sí. Conozco a un aprendiz que logró electrocutarse con una linterna y que tardó bastante en saber cuál era el agua caliente de la ducha y el agua fría...

— ¡Qué! — exclamó Bavol sorprendido por algo extraño que había dicho Mei.

— Si te contara como era, en verdad, os parecéis bastante en ese aspecto. Él me pidió que le diera clases ya que yo me acostumbré mejor y bueno... Ahora ya no las necesita y parece que le va bien.

Mei parecía apenada, quizás aquella pregunta le había traído algunos recuerdos. Puede que tuviera que ver con el chico del que le había hablado, ese tal Xefil. Bavol había creído escuchar ese nombre antes en alguna conversación entre aprendices, pero nunca lo había conocido en persona. Fuera quien fuese, decidió que lo mejor era no hablar de aquel aprendiz por el momento.

— Espera, espera un momento… — retomó la conversación Bavol para preguntarle por algo que no le había quedado claro —. ¿Has dicho que ese cacharro…eh… la ducha tiene agua caliente y también tiene agua fría? ¡¿Por qué nadie me lo había dicho?!

Bavol volvió a fijarse en la farola y tragó saliva al pensar en el daño que podía hacerse si aquel invento le daba un calambrazo. Sin embargo, según las palabras de Mei, no era el primer aprendiz que venía de un mundo sin aquellas tecnologías y al parecer tras un tiempo se habían acabado acostumbrando.

— ¿Demoníaca? No me gusta esa palabra… La gente en mi mundo la usaba mucho y no para decir cosas buenas — continuó hablando sin parar de mirar la farola, pero a una distancia lo suficientemente lejana —. La verdad es que estos inventos me dan miedo y no quiero que me hagan daño, pero a lo mejor decir que son objetos del demonio es exagerado. ¿Qué sean nuevos, diferentes o raros no tiene por qué hacerlos malos, verdad? Aunque yo no encienda nunca la luz…

Bavol se llevó una mano a la boca, preferiría no haber dicho eso último. Ya llevaba algún tiempo en Tierra de Partida y podía resultar un poco ridículo que todavía no se hubiera adaptado a ciertas cosas que la mayoría de aprendices hacía con total normalidad. Esperaba que Mei no se riera de él, aunque lo cierto es que la joven parecía bastante amable y no le había extrañado demasiado su pregunta. Además había dicho que enseñó a un aprendiz a usar las tecnologías, quizás podría volverlo a hacer con él.

— ¿Te gustaría enseñarme a usar estas cosas, ya sabes: la luz o la ducha…? — preguntó el chico un poco sonrojado —. Pareces una experta en estos cacharros y en enseñar a la gente a usarlos. ¡Eres perfecta para mí! Por favor, Mei…

[A Nerd Girl]

— Espera, espera un momento… — Bavol dijo como si quisera decir algo importante—. ¿Has dicho que ese cacharro…eh… la ducha tiene agua caliente y también tiene agua fría? ¡¿Por qué nadie me lo había dicho?!

Reí un poco con sus preguntas, era un niño, y de paso nunca supo de como usar una ducha, quizá algún moguri se le pasó decírselo o le habrán hecho una novatada (quizá ni crean que es aprendiz por ser tan niño). Miré atentamente a Bavol, era un chico pequeño y no tenía ni idea de como usar la ducha.

— ¿Demoníaca? No me gusta esa palabra… La gente en mi mundo la usaba mucho y no para decir cosas buenas — Quizá ese término en su mundo signifique algo raro... Pero en el mío no conocía bien el significado... yo nada más repetí la expresión de Xefil cuando me comentó sobre la tecnología —. La verdad es que estos inventos me dan miedo y no quiero que me hagan daño, pero a lo mejor decir que son objetos del demonio es exagerado. ¿Qué sean nuevos, diferentes o raros no tiene por qué hacerlos malos, verdad? Aunque yo no encienda nunca la luz…

Nunca encendía la luz, quizá por miedo. No podía, no podía de hacerme a la idea, ¡era un simple niño! ¿Cómo Ronin dejó a un niño estar aquí? Es muy joven e inocente, ¿Acaso le habrán explicado lo que pasa ahora? ¿Ni le han ayudado a quitar esa fobia a la electricidad y a la tecnología?

— ¿Te gustaría enseñarme a usar estas cosas, ya sabes: la luz o la ducha…? —Le miré, sonreí mientras me acercaba más a él —. Pareces una experta en estos cacharros y en enseñar a la gente a usarlos. ¡Eres perfecta para mí! Por favor, Mei…

— Bavol... Antes de poder aceptar tu idea como hice hace tiempo con él... Esta vez en serio, no me creo que te hayan traído tal y como estamos ahora. ¡Por mil dragones! ¡Eres un niño! En serio, no me lo creo...

Suspiré y pegué un golpe a la farola, una patada que me dolió bastante y me caí al suelo del dolor.

— Maldita sea, ya lo que pasó tras el Coliseo Olimpo y como se portaba Ronin con la chica de Bastión Hueco pensaba que no iba a ser peor... ¡Bavol! Antes de poder aceptar tu propuesta necesito preguntarte algo... ¿Sabes qué es Bastión Hueco? ¿Sabes que sucedió y que está sucediendo? Se sincero, quiero saber si estás preparado a lo que te toca al estar aquí, y no solo te ayudaré en las tecnologías, ¡también en magia y en leer y/o en matemáticas!

>>No eres nada más que a mis ojos un niño que sufre las disputas de los adultos y eso me molesta, los niños no deberían estar en estas guerras estúpidas.

Entonces ya le miré más seriamente, en verdad tenía que soltarlo, no podía dejarlo ir. ¿Cuantos años tendrá? Dudo que llegue a los trece... En verdad tenía que saber si él sabía que le esperaba...

[Tidus Cloud]

Aunque con un cierto toque de melancolía, Mei se había mantenido risueña ante sus afirmaciones, pero tras lanzar su propuesta se había puesto bastante más seria, lo cual hizo pensar a Bavol que quizás había metido la pata.

— Bavol... Antes de poder aceptar tu idea como hice hace tiempo con él... Esta vez en serio, no me creo que te hayan traído tal y como estamos ahora. ¡Por mil dragones! ¡Eres un niño! En serio, no me lo creo...

Mei dio un golpe a la farola y se tiró al suelo dolorida. Bavol no podía entender del todo qué es lo que le ocurría, no sabía si se debía a lo que había dicho, a algo que había ocurrido o a la propia personalidad de la chica.

— Maldita sea, ya lo que pasó tras el Coliseo Olimpo y como se portaba Ronin con la chica de Bastión Hueco pensaba que no iba a ser peor... ¡Bavol! Antes de poder aceptar tu propuesta necesito preguntarte algo... ¿Sabes qué es Bastión Hueco? ¿Sabes que sucedió y que está sucediendo? Se sincero, quiero saber si estás preparado a lo que te toca al estar aquí, y no solo te ayudaré en las tecnologías, ¡también en magia y en leer o en matemáticas!

>>No eres nada más que a mis ojos un niño que sufre las disputas de los adultos y eso me molesta, los niños no deberían estar en estas guerras estúpidas.

Mei le miraba seriamente, realmente estaba indignada con lo que estuviera ocurriendo, parecía que la presencia de Bavol en Tierra de Partida le disgustara y eso era algo que el gitano no llegaba a comprender. Le había mencionado tantas cosas de pronto, algunas que desconocía, otras que le enfadaban, no sabía por dónde empezar a contestar, su mente empezaba a perderse… Se dejó llevar por un impulso.

— ¿Guerra? ¿Pero de qué guerra hablas? ¿De la lucha contra la oscuridad? ¡Puedo luchar contra la oscuridad! ¡¿Crees que por qué sea un poco más pequeño que los demás no puedo combatir?! ¡Mira! — exclamó enfadado y alargando su mano invocó su Llave Espada — ¡Soy un Caballero de la Llave Espada, igual que tú! ¡Y voy a derrotar a todos los malos: sincorazones, reyes o villanos!

Se giró indignado. Era cierto que a veces se había sentido débil, inútil o que no merecía ser portador de la Llave Espada, pero tras haber conocido a otros aprendices había comenzado a valorarse a sí mismo. No le gustaba que nadie pudiese dudar de su capacidad, ya fuese por su raza, por su tamaño o por su edad.

— ¡¿Y qué estás diciendo del Capitán?! ¡Ni se te ocurra insultarle ni por un momento! ¡Es el mayor héroe de todos! — gritó Bavol enfadado recordando las palabras de Mei.

No estaba controlándose, se estaba dejando llevar por una rabieta y puede que una parte de él lo supiera, pero sentía que estaba a punto de explotar. Él le había pedido ayuda y la joven le había saltado con historias sobre que era peligroso que estuviera allí, no era justo lo que le había dicho. Clavó su mirada en ella esperando lo que tuviera que decirle.

[A Nerd Girl]

— ¿Guerra? ¿Pero de qué guerra hablas? ¿De la lucha contra la oscuridad? ¡Puedo luchar contra la oscuridad! ¡¿Crees que por qué sea un poco más pequeño que los demás no puedo combatir?! ¡Mira! — Bavol invocó su llave-espada — ¡Soy un Caballero de la Llave Espada, igual que tú! ¡Y voy a derrotar a todos los malos: sincorazones, reyes o villanos!

Le miré seria, esperé a que se tranquilizara, le había soltado cosas de sopetón, no pensé en su reacción.

— ¡¿Y qué estás diciendo del Capitán?! ¡Ni se te ocurra insultarle ni por un momento! ¡Es el mayor héroe de todos!

— Dime Bavol, ¿es un héroe aquel que deja a alguien "enemigo" por pertenecer a otro bando a pesar de estar al borde de la muerte? ¿No lo socorre sino que le echa como si fuera una molestia? Eso pasó hace unos días, estuve presente, Lyn pedía socorrer a esa chica, Kazuki y Ronin no quisieron nada con ella. A pesar de que estaba malherida, solo por ser de Bastión Hueco la dejaron, se tuvo que ir casi cayéndose de dolor...

>>Bastión Hueco, poco oí de ello al llegar, solo sabía que era prohibido acercarse, contaban que dos Maestros y unos aprendices desaparecieron allí. Todos pensábamos que era solo para alejarnos de ese mundo marchito, donde miles de personas murieron y otras se separaron y perdieron a quienes querían. Hubo aquí un aprendiz natal de allí, no me llevo mal con él... Un día un suceso sacudió Tierra de Partida, decenas de aprendices fuimos arrojados a Bastión Hueco, un lugar vacío de vida. Tras todo eso, descubrimos que los desaparecidos, eran los culpables del estado de ese mundo... Y fuimos ofrecidos a unirnos a su bando, algunos aprendices cayeron en su red de araña y... Un amigo mío murió delante de todos, fue el único fallecido.

Miré a otro lado, y pensando en Zeix una lágrima cayó por mi mejilla. Siempre pasaba por su tumba y le dejaba flores, no quería olvidar a alguien quien me parecía increíblemente genial y a su vez no era más que alguien quien conocí en un tipo de juego de la Maestra Rebecca, pero aun así... Me encantó haberle conocido.

— Zeix... Y después de eso ya nada volvió a ser normal. La gente mira con odio a los que se fueron, los que se fueron miran con melancolía algunos este lugar, muchos amigos... Se separaron. Dime tu si acaso es normal por que yo nunca creí que llegaría a pasar...

Miré cabizbaja a Bavol. En verdad no era algo bonito de que hablar.

[Tidus Cloud]

Mei continuó seria, nada lo que Bavol había dicho o hecho parecía haberla perturbado. Hace unos segundos había golpeado una farola de pronto y ahora le miraba de esa forma tras haber dicho todas aquellas cosas.

— Dime, Bavol, ¿es un héroe aquel que deja a alguien "enemigo" por pertenecer a otro bando a pesar de estar al borde de la muerte? ¿No lo socorre sino que le echa como si fuera una molestia? Eso pasó hace unos días, estuve presente, Lyn pedía socorrer a esa chica, Kazuki y Ronin no quisieron nada con ella. A pesar de que estaba malherida, solo por ser de Bastión Hueco la dejaron, se tuvo que ir casi cayéndose de dolor...

Bavol había notado que existía un cierto revuelo entre alguno de los aprendices, pero no se había enterado de nada en concreto. Quizás había estado demasiado encerrado en su propio mundo, ahora no sabía con seguridad si podía creer en las palabras de Mei. La joven también había mencionado el nombre de Bastión Hueco, por lo que sabía se trataba de un mundo, pero desconocía cualquier otro dato y Mei no paraba de insinuar algo relacionado con ese lugar.

>>Bastión Hueco, poco oí de ello al llegar, solo sabía que era prohibido acercarse, contaban que dos Maestros y unos aprendices desaparecieron allí. Todos pensábamos que era solo para alejarnos de ese mundo marchito, donde miles de personas murieron y otras se separaron y perdieron a quienes querían. Hubo aquí un aprendiz natal de allí, no me llevo mal con él... Un día un suceso sacudió Tierra de Partida, decenas de aprendices fuimos arrojados a Bastión Hueco, un lugar vacío de vida. Tras todo eso, descubrimos que los desaparecidos, eran los culpables del estado de ese mundo... Y fuimos ofrecidos a unirnos a su bando, algunos aprendices cayeron en su red de araña y... Un amigo mío murió delante de todos, fue el único fallecido.

Mei apartó la mirada, estaba llorando. Demasiada información, cómo iba a esperar que oiría una historia semejante proveniente de una chica como ella cuando se levantó aquella mañana. La reacción de Mei parecía sincera, pero eso no significaba que tuviera la razón, podía estar equivocada.

— Zeix... — dijo de pronto Mei —.Y después de eso ya nada volvió a ser normal. La gente mira con odio a los que se fueron, los que se fueron miran con melancolía algunos este lugar, muchos amigos... Se separaron. Dime tú si acaso es normal por que yo nunca creí que llegaría a pasar...

Bavol se quedó quieto unos instantes viéndola allí con la cabeza agachada. ¿Qué es lo que tenía que hacer? Quizás ya la hubiese molestado. Puede que lo mejor fuera dejarla sola, él mismo también sentía la necesidad de descansar y meditar en todo lo que le había dicho… Sin embargo, no se sentía a gusto pensando en marcharse sin más, sentía que debía permanecer con ella todavía, tenía que ver si podía ayudarla.

No sabía qué era lo que tenía que decirle, se encontraba incómodo, pero Bavol no había quedado convencido aún con las palabras de Mei. Intentó serenarse un poco antes de empezar a hablar.

— No sé tu historia, Mei, hay muchas cosas que no sé… pero confío en el Capitán. Él me salvó, él es nuestro Maestro, él lucha por el bien. Y de verdad que siento mucho la muerte de tu amigo, pero... Nuestra misión es derrotar a la oscuridad, vencer a los malos y por lo que dices Bastión Hueco es el enemigo… Si esa gente se fue seguramente sería porque es gente malvada. — Bavol desvío la mirada hacia el suelo antes de continuar —. Yo estoy con el Capitán, yo estoy con los buenos. ¿Con quién estás tú, Mei?

[Zee]

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Lo siento, muchachos. En nombre del equipo de GameMasters, me veo obligado a intervenir en el Encuentro para señalar un par de puntos, los cuales chocan demasiado con la continuidad del rol como para permitirlos. Una disculpa por las molestias que esto ocasione:

1. No hay cementerio en Tierra de Partida. No sólo ha sido establecido en varios flashbacks (La Historia Jamás Contada) que a los Portadores se les entierra en la Necrópolis de la Llave-Espada, sino que el mapa canónico de la academia no muestra ninguna zona relacionada con ello. Pueda o no recuperarse el cuerpo, el monumento va a dar a la Necrópolis, donde todos los miembros de la Orden muestran sus respetos al Caballero caído. No tenemos algo tan tétrico en los jardines.

2. ¿Habéis hablado con Zeix al respecto? Aunque haya fallecido su personaje, sigue teniendo todo derecho sobre él. Este tipo de cosas deben discutirse con el usuario en cuestión. Y aunque hubiese sido así, me veo obligado a señalar de nuevo el primer punto.

Una vez más, mil disculpas por interrumpir el Encuentro, pero tendremos que pedir una edición de los posts anteriores. Tanto para evitar futuras confusiones, como por respeto al personaje fallecido, como para poder considerar este Encuentro en el canon. De lo contrario, puede que haya discontinuidades y, en algún momento, el equipo decida marcar este Encuentro como irrelevante.

Un saludo, disculpen las molestias y feliz roleo~

-Zee y el equipo de GameMasters

[A Nerd Girl]

Bavol parecía querer seguir ahí, pero no importaba. Lo que quería era encerrarme y evitar en cosas deprimentes como esas. O como que mi amor no era correspondido, o hasta de que era una completa inútil que no hice nada que sirviese en Coliseo Olimpo... En verdad, sermonee a un niño sin razón, solo por sentirme mayor y por que no sé más que fastidiar las cosas tanto peleando como con palabras.

— No sé tu historia, Mei, hay muchas cosas que no sé… pero confío en el Capitán. Él me salvó, él es nuestro Maestro, él lucha por el bien. Y de verdad que siento mucho la muerte de tu amigo, pero... Nuestra misión es derrotar a la oscuridad, vencer a los malos y por lo que dices Bastión Hueco es el enemigo… Si esa gente se fue seguramente sería porque es gente malvada. — Bavol parecía bastante estúpido... No parecía más que una vocecita que resaltaba lo absurdo—. Yo estoy con el Capitán, yo estoy con los buenos. ¿Con quién estás tú, Mei?

Y le miré a los ojos, negué con la cabeza mientras me agachaba a su altura (no era tan alta en realidad, pero quería verle mejor). Solté un suspiro mientras vigilaba que mi pelo no lo pisaba y decidí hablar.

—Si te soy sincera, con nadie. Ni estoy a favor ni en contra de cada postura, más bien soy neutral. Yo si un día veo guerra me iré y que se maten entre ellos los que quieran, yo por eso te contaba lo que pasa...

Me puse bien en pie y le acaricié el pelo, mientras andaba un poco hacia algún árbol del lugar, me apoyé en éste y con los brazos cruzados miré hacia el castillo.

—No por pensar diferente implica ser malo, eso es una postura tonta. Yo acepto todas las opiniones mientras no intenten imponerlas en mi, si llegase a ese límite alguien haré oídos sordos. Pero si lo intenta con violencia le responderé por iguales. ¿Tu sabes acaso que dos de mis mejores amigos se cambiaron de bando? Además hay alguien con quien me llevo de maravilla y a pesar de todo, es de Bastión Hueco. No todos son buenos aquí y malos allí... piénsalo. Quizá te sirva.

Clavé la mirada en él mientras esperaba su reacción, en verdad el niño era muy cerrado y testarudo. Tenía que abrirle los ojos, uno no puede juzgar a otro por ser de otro bando, si no cuando hubiera visto a Saxor en Ciudad de Paso no sería amiga suya, y yo lo que más deseo es tener amigos. Eso implica que son aliados aunque sean diferentes a ti y a tus pensamientos.

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P.D: El encuentro de Saxor y Mei va antes de este encuentro :3