[Tierra de Partida] Déjà vu

[Tidus Cloud]

Mei le miró a los ojos mientras negaba con la cabeza, parecía que nada de lo que había dicho Bavol le convencía lo más mínimo. El chico no entendía qué era lo que fallaba en lo que había dicho, era lo más lógico para él.

—Si te soy sincera, con nadie. Ni estoy a favor ni en contra de cada postura, más bien soy neutral. Yo si un día veo guerra me iré y que se maten entre ellos los que quieran, yo por eso te contaba lo que pasa...

Mei le acarició el pelo a Bavol y se posó sobre un árbol mientras el gitano le miraba incrédulo. Era cierto que él siempre intentaba evitar el conflicto, pero porque no le encontraba sentido y porque además no era lo suficientemente fuerte y sabía que nunca podría ganar; no obstante, aquello que le estaba contando era bastante distinto. Mei era portadora de la Llave Espada. ¿Cómo podría ser capaz de abandonar a los suyos en la lucha contra el mal?

—No por pensar diferente implica ser malo, eso es una postura tonta. Yo acepto todas las opiniones mientras no intenten imponerlas en mí, si llegase a ese límite alguien haré oídos sordos. Pero si lo intenta con violencia le responderé por iguales. ¿Tú sabes acaso que dos de mis mejores amigos se cambiaron de bando? Además hay alguien con quien me llevo de maravilla y a pesar de todo, es de Bastión Hueco. No todos son buenos aquí y malos allí... piénsalo. Quizá te sirva.

Mei clavó su vista en Bavol tras explicar su postura que continuaba estando falta de sentido para el gitano. Claro que ser diferente no quiere decir que sea malo, Bavol se lo había dicho antes cuando habían estado hablando sobre los inventos, lo sabía mejor que nadie. ¡Él mismo había sido perseguido por ser diferente! Sin embargo, pese a todas las cosas que desconocía, ese tema tenía que ser diferente, no tenía nada que ver con el respeto a las opiniones.

— Que cosas más raras dices, Mei. Los buenos no luchamos contra los malos porque sean diferentes, aquí en Tierra de Partida todos somos muy diferentes entre nosotros. Mírate a ti y a mí, somos distintos, pero podemos hablar juntos. — Bavol esbozó una breve sonrisa, le gustaba la variedad que había en aquel mundo —. Luchamos contra los malos porque hacen cosas malas… — se quedó unos instante en silencio, dudó en si debía decir lo que pensaba —. Si tú hubieses…hubieses vivido como…como yo, querrías luchar contra los malos. No sabes lo injusto que es que te persigan todos los días sin que hayas hecho nada y no poder hacer nada para evitarlo. Yo no sé nada de esa guerra y no me gustaría tener que matar a nadie, pero no me parece bien quitarme de en medio cuando hay problemas, así sólo dejamos que los malos se salgan con la suya.

No sabía cómo iba a reaccionar Mei ante lo que le acababa de decir. En cierta manera le había sermoneado por su comportamiento, pero no le estaba obligando a nada, simplemente había señalado que no estaba de acuerdo con ella. Él había escuchado todos los “consejos” que la joven le había querido dar, ahora le tocaba a ella oír lo que pensaba. Bavol se quedó allí quieto observándola con tristeza, aguantaría todo lo que le tuviese que decir Mei, todo lo que podía haberla ofendido y todo lo que no le había gustado. Quizás ya no tuviese más sentido continuar aquella conversación, la joven seguramente podría volver sola a su cuarto. Tras escucharla, se dio la vuelta y se dirigió hacia la salida… pero se detuvo después de dar unos cuantos pasos, todavía tenía más dudas, había demasiadas incógnitas en la historia que le había contado Mei. Bavol giró la cabeza y con la mirada fija en el suelo preguntó:

— Esa gente, los de Bastión Hueco… ¿Por qué se fueron de Tierra de Partida?

[A Nerd Girl]

Bavol parecía querer contestarme, así que empecé a escucharle.

— Que cosas más raras dices, Mei. Los buenos no luchamos contra los malos porque sean diferentes, aquí en Tierra de Partida todos somos muy diferentes entre nosotros. Mírate a ti y a mí, somos distintos, pero podemos hablar juntos. — Bavol sonreía levemente, le miré curiosa—. Luchamos contra los malos porque hacen cosas malas… — se quedó unos instante en silencio, me preguntaba que iría a decir—. Si tú hubieses…hubieses vivido como…como yo, querrías luchar contra los malos. No sabes lo injusto que es que te persigan todos los días sin que hayas hecho nada y no poder hacer nada para evitarlo. Yo no sé nada de esa guerra y no me gustaría tener que matar a nadie, pero no me parece bien quitarme de en medio cuando hay problemas, así sólo dejamos que los malos se salgan con la suya.

El chico se dispuso a irse pero se resistía, yo aguanté su sermón, como la nada. En verdad no sermoneaba más que Axel en medio de la pelea contra Wix (me pregunto como logra hablar tanto en plena batalla), y de paso quería oir las palabras de un niño que a mi parecer tenía sus ideas claras. Ojalá yo las tuviera así.

Se quejaba de que yo me quitaría en medio si hubieran problemas, en verdad yo prefería mi vida que siguiera a morir por seguir los ideales de otros. Al final soltó lo que quería decir al final.

— Esa gente, los de Bastión Hueco… ¿Por qué se fueron de Tierra de Partida?


— Nadie sabe por qué se fueron esas personas, yo solo estuve una vez y hasta una Maestra de aquí decidió unirse a ellos y Ronin no pensó en hacerla nada. La elección de las personas las hacen por que creen que es lo correcto... Cuando ella nos traicionó el chico que te dije antes, Xefil, estaba muy dolorido. Otros sentían un vacío al perder a sus amigos, hasta yo... ¡Pero si quieres respuestas más certeras no sé mucho! En verdad solo te quería advertir de los problemas que tendrás. Pero ahora viene lo mío, ¿preparado?

Corrí en frente suya y sonreí. Iba a soltarle un buena charla hoy a un niño pero al final terminaré, tenía que ocuparme de un gato volador que quería sus galletas, y no deseaba que las devorase sin mi permiso.

— Bavol, si quieres que te enseñe lo que sé sobre las tecnologías debes jurarme que si estalla una gran guerra, no mueras. ¡Y si estás con aliados ayúdales! Pero en caso de peligro extremo, no dudes en avisarme. Puede ser que intente huir de esas peleas pero tú tienes mucho por lo que vivir, así que no dudaré en ayudarte en todo lo posible... ¡Pero mi postura no cambiará! Mañana te haré un test para ver que sabes y que no sabes... ¡Intenta hacer las cosas solo! Mañana te espero en mi habitación, ¡llama sin problemas!

Me fui no sin antes sonreirle y despedirme de una manera algo infantil, subiendo las escaleras al revés y con las manos agitándolas para despedirme, tres escalones y me dirigí a mi habitación. ¡En verdad sentía haber vivido cuando hablaba con él de tecnologías la misma historia con Xefil!

¡Qué tiempos!

***

Al día siguiente tras el desayuno y todo esperé a Bavol en mi habitación mientras jugaba con Happy a cazar el ovillo de lana y un peluche de un pez que le compré en una tienda de animales. ¿Cuándo llegará? Tenía montones de libros por los que empezar... Algunas herramientas para la práctica, que nada más usé para hacer mis máquinitas y otros. Y esperaba entusiasmada si venía.

[Tidus Cloud]

Mei aguantó todo lo que Bavol le dijo inmutable, lo cual sorprendió al joven teniendo en cuenta el fuerte temperamento que le había demostrado tener la chica. Realizo la pregunta que le inquietaba y Mei la contestó sin ningún tipo de reparo:

— Nadie sabe por qué se fueron esas personas, yo solo estuve una vez y hasta una Maestra de aquí decidió unirse a ellos y Ronin no pensó en hacerla nada. La elección de las personas las hace porque creen que es lo correcto... Cuando ella nos traicionó el chico que te dije antes, Xefil, estaba muy dolorido. Otros sentían un vacío al perder a sus amigos, hasta yo... ¡Pero si quieres respuestas más certeras no sé mucho! En verdad solo te quería advertir de los problemas que tendrás. Pero ahora viene lo mío, ¿preparado?

Mei corrió hacia Bavol esbozando una sonrisa, un comportamiento ante el que Bavol no pudo evitar retroceder dos pasos. Sin duda, era una chica de los más peculiar, de un momento a otro su estado de ánimo cambiaba completamente. Quizás podría ser complicado tener ciertas conversaciones con ella, pero, pese a todo, no parecía peligrosa.

— Bavol, si quieres que te enseñe lo que sé sobre las tecnologías debes jurarme que si estalla una gran guerra, no mueras. ¡Y si estás con aliados ayúdales! Pero en caso de peligro extremo, no dudes en avisarme. Puede ser que intente huir de esas peleas pero tú tienes mucho por lo que vivir, así que no dudaré en ayudarte en todo lo posible... ¡Pero mi postura no cambiará!

— Eh, sí, claro… prometo ¿no…morir? — contestó Bavol dubitativo, no estaba seguro de si se podía prometer algo así.

— Mañana te haré un test para ver que sabes y que no sabes... ¡Intenta hacer las cosas solo! Mañana te espero en mi habitación, ¡llama sin problemas!

Mei se fue hacia su habitación despidiéndose efusivamente con la mano. Bavol procuró corresponderle la sonrisa y también agitó brevemente la mano. Con todo aquel asunto de Bastión Hueco había olvidado completamente el tema de aprender a usar aquellos inventos.

“Bueno, si a ella no le importa enseñarme, yo tampoco tengo ningún problema, ¿verdad”, pensó Bavol no muy convencido.

La joven había llorado, se había enfadado y se había frustrado por todo lo que habían hablado y, sin embargo, continuaba queriendo darle clases. Bavol deseó con todas sus fuerzas que Mei no sufriera ningún tipo de cambio de humor durante la clase.

— Qué raras son las mujeres. — dijo Bavol para sí mismo. Chloé, Myxa, Mei, las chicas que había conocido durante el última año. “Todas chifladas”, pensó.

Decidió irse a dormir, de manera que decidió apartar el tema de Bastión Hueco de la cabeza. Ya no tenía más sentido hablarlo con Mei, le había dicho todo lo que sabía, quizás debería hablarlo con el Capitán o quizás debería… No, definitivamente, no. Si quería hacer algo, primero debía informarse.

***

— Pues… es una chica, usa la Llave Espada, tiene el pelo muy largo, viene de un mundo llamado Tierra de Dragones y, entre tú y yo, tiene bastantes cambios de humor.

A Mei se le había olvidado decirle dónde estaba su habitación, de manera que, pese a su complicada relación con ellos, el pobre chico no había tenido más remedio que preguntarle a un moguri.

— ¿Buscas a las maestra Yami, kupó?

— ¿Maestra? No, no busco a ninguna Maestra, o eso creo. Es una Aprendiza, como yo, viste de color rosa y se llama…eh…¡Mei, sí, eso, se llama Mei!

Finalmente, el moguri le indicó dónde se encontraba la habitación de Mei y asintiendo con la cabeza Bavol se marchó rápidamente hacia allí antes de molestarle y desatar un conflicto moguris contra aprendices.

Una vez que creyó llegar a la puerta de la habitación de Mei, se colocó delante con precaución. Tomó una bocanada de aire para tranquilizarle, estaba muy nervioso, no sólo por el humor que pudiera tener la joven, sino por el terrible miedo que le tenía a aquellos cacharros. Bavol procuró reunir todo el valor que guardaba en su interior y llamó a la puerta.

— ¿Mei? ¿Mei? ¿Estás ahí? Soy Bavol, abre la puerta. ¿Mei?

[A Nerd Girl]

— ¿Mei? ¿Mei? ¿Estás ahí? Soy Bavol, abre la puerta. ¿Mei?

Abrí la puerta de par en par y Happy extrañado estaba encima de mi cabeza, comiendo una galleta alegremente hice entrar a Bavol y cerré la puerta, bien cerrada. Happy se bajó y me limpié la cabeza de las migas que tenía. Este andaba cerca de Bavol y ronroneó acariciando mientras andaba las piernas del niño. Batió de alas y se subió a su cama que colgaba, en forma de nube, del techo.

— Tardas mucho, pequeñín. El gato es Happy, aunque ahora le pillaste comiendo galletas y está más centrado en ellas... ¿Quieres bajar a ayudar a Bavol? Te daré un paquete entero si te ofreces...

— ¿Seguro que no me tratará como un peluche? Muchos niños lo hacen en Ciudad de Paso...

Miré a Bavol y me senté en mi cama, le di un lapicero y una hoja de papel que tenía preguntas. bastante diferentes. Desde cosas simples a cosas más normales. Esperaba al menos que supiera leer, si no tendría hasta enseñarle a sumar o restar...

1. ¿Cual color es para la ducha el agua caliente, rojo o azul?
2. ¿Qué es más letal la intensidad o la tensión?
3. Cita cosas aislantes
4. Cita conductores de electricidad

Me quedé viendo que ponía y Happy jugaba mientras en la cama con su ovillo, le dejé sentarse en mi silla y mi escritorio mientras me dedicaba a juguetear con mi amiguito felino.

[Tidus Cloud]

Mei abrió la puerta totalmente, parecía que estaba llena de energía e indicó al chico que pasara a dentro. Éste, aún temblando, asintió rápidamente y entró en la habitación de su nueva maestra. Al oír cómo Mei cerraba la puerta completamente la puerta tras de sí, Bavol tragó saliva, quizás se acababa de meter en un lugar peligroso.

De pronto, sintió algo rozándole las piernas y al bajar la vista encontró un gato andando a su alrededor. Bavol se arrodilló para verlo más de cerca y esbozó una sonrisa a la vez que intentaba acariciarle la cabeza. No pudo evitar sorprenderse ante el llamativo color azul del animal, pero después de un tiempo en Tierra de Partida no podía decir que era lo que más le había llamado la atención. Lo que no se podía esperar es que de repente el gato desplegara unas alas y volara hasta su nido colgado en el techo, de manera que se cayó hacia atrás por la sorpresa con la boca abierta y los ojos posados en la extraña criatura.

— Tardas mucho, pequeñín. —dijo Mei, en otra ocasión se habría tomado esa frase de forma menos inquietante—. El gato es Happy, aunque ahora le pillaste comiendo galletas y está más centrado en ellas... ¿Quieres bajar a ayudar a Bavol? Te daré un paquete entero si te ofreces...

— ¿Seguro que no me tratará como un peluche? Muchos niños lo hacen en Ciudad de Paso...

¡Y encima el gato ahora hablaba! Bavol casi estuvo a punto de considerar de que el gato pudiera tratarse en realidad de un Aprendiz, su compañero Kousen tenía un aspecto bastante animal y en Tierras del Reino había contemplado una sociedad de animales parlantes, hasta él mismo se había convertido en uno. Mientras Bavol agitaba lentamente la mano desde el suelo para saludar al gato, Mei le entregó un lapicero y un folio.

— ¿Qué es esto? —preguntó Bavol intrigado y descubrió que en el papel había una serie de preguntas escritas.

Mei estaba sentada en su cama mirándole a ver cómo rellenaba aquel papel, pero lo que no tenía muy claro Bavol es si la chica sabía que todavía no había dominado la lectura. Se quedaba atrancado muchas veces, había palabras que no entendía, confundía unas con otras que se parecían. Pese a todo, intentó hacer un esfuerzo y se sentó en el escritorio de Mei donde pudiera escribir más tranquilo sin que la chica lo mirase de forma agobiante.

Comenzó a leer:

1. ¿Cual colo es para la duca el agua caliete, rogo o azul?
2. ¿Qué es más leal la itesida o la atensión?
3. Cita cosas aslates
4. Cita codutores de letricida

Giró un poco para mirar de reojo a Mei. No había entendido nada de lo que había puesto, se preguntó qué es lo que le estaría preguntando. No obstante, al verla tan ilusionada, prefirió contestar cómo pudiese en lugar de pedir aclaraciones. Agarró uno de los lápices con la mano entera y escribió con torpeza.

1. ¿Cual colo es para la duca el agua caliete, rogo o azul?
   BAVOL
2. ¿Qué es más leal la itesida o la atensión?
3. Cita cosas aslates
   SI
4. Cita codutores de letricida

NO

Lo releyó una y otra vez, pero no logró una mayor compresión sobre lo que se le estaba preguntando. Finalmente, decidió entregarle el folio a Mei con un poco de miedo por lo que pudiese ocurrir.

[A Nerd Girl]

1. ¿Cual colo es para la duca el agua caliete, rogo o azul?
   BAVOL
2. ¿Qué es más leal la itesida o la atensión?
3. Cita cosas aslates
   SI
4. Cita codutores de letricida

NO

— Dejame ver...

Happy se puso a jugar con las piernas de Bavol pidiendo cariños mientras leía y miré a otro lado mientras pensaba cómo decirle lo que pasaba sin meter la pata o ofenderle...

— Bavol, ¿hace cuánto aprendiste a leer o escribir? Dímelo sinceramente porque además de tecnología y estas cosas te voy a ayudar con esto. Leer y escribir... ¡Es algo un poco preocupante! ¡Debiste decírmelo! Si tenías problemas haberlo dicho... Aunque quizá debí preguntártelo... ¿Te dicto las preguntas y me contestas? Si, eso es mejor...

Aclaré la voz y miré a Happy cómo se dedicaba a mover la cola mientras me miraba... Sabía que iría a ser un poco pesado el gatito...

— ¿Puedo corregirle, aye? ¿Puedo, puedo, puedo?

— Vale, pero empecemos... ¿Cual color es para la ducha el agua caliente, rojo o azul?

Esperé a que contestara, esperaba que supiera responder hablando...

[Tidus Cloud]

Mientras Mei leía el papel que le había entregado Bavol, su gato había vuelto a bajar para volverse a acariciar entre las piernas del niño. El gitano se bajó de la silla, se agachó para ponerse a la altura del animal y comenzó a acariciarle su cabeza con suavidad.

— Eres muy mono, Happy.

— Bavol, ¿hace cuánto aprendiste a leer o escribir? Dímelo sinceramente porque además de tecnología y estas cosas te voy a ayudar con esto. Leer y escribir...

— Pues… eh… estoy en ello. —respondió Bavol dubitativo, no quería que le juzgara por eso se dedicaba a mirar y a jugar con el gato—. En mi mundo eso de leer y de escribir era cosa de ricos. Estoy aprendiendo ahora poco a poco.

— ¡Es algo un poco preocupante! ¡Debiste decírmelo! Si tenías problemas haberlo dicho... Aunque quizá debí preguntártelo... ¿Te dicto las preguntas y me contestas? Sí, eso es mejor...

— ¿Puedo corregirle, aye? ¿Puedo, puedo, puedo?

Bavol sonrío al escuchar al gato, le parecía bastante adorable y, por lo que veía, bastante menos temperamental. No pudo evitar la tentación, lo levantó agarrándolo por el cuerpo y lo acunó entre sus brazos.

— ¡Qué gatito tan bueno! ¡¿Quién es el gatito más bonito del mundo?! ¡¿Quiéeen?!

Mientras abrazaba con fuerza a Happy, olvidando incluso que podía estar molestando al animal, Mei esperaba sentada en su cama que le prestara atención para comenzar con el test. En cuanto se dio cuenta, soltó delicadamente al gato y sentándose en el suelo continuó jugando con él.

— Vale, pero empecemos... ¿Cual color es para la ducha el agua caliente, rojo o azul?

— No sé cómo se usa la ducha, hasta ayer no sabía ni que había agua caliente. —respondió Bavol encogiéndose de hombros, después se volvió hacia la mascota—. Dime, Happy. ¿Cómo aprendiste a hablar?

[A Nerd Girl]

Bavol me explicó la razón de sus problemas en cuanto a leer y escribir, mi mundo era igual de injusto. Yo estuve en el seno de una familia algo acomodada pero claramente a mi trataban peor que el resto de mis hermanos pero al menos sabía poder leer y escribir.

Happy estaba alegre por como Bavol lo acariciaba y lo abrazaba, aunque le molestaba parecía gustarle que el niño le prestara atención, sonreí al verles. Aunque Bavol parecía más centrado en acariciar a mi gatito que en hacer algo interesante esperé que me contestara.

— No sé cómo se usa la ducha, hasta ayer no sabía ni que había agua caliente. — ¿Cómo se bañaba entonces? ¿Acaso es que nunca se ha limpiado? Seguramente le daba demasiado miedo y pedía a alguien que le pusiera la ducha—. Dime, Happy. ¿Cómo aprendiste a hablar?

— Eso es cierto, Happy ¿cómo sabes hablar?

— Pues si te soy sincero se hablar Minino y el idioma humano, es algo que aprendí escuchando a la gente, aye. Pero es genial, así puedo decirle a Mei que me gusta y que no, aye...¿Tú no tienes mascota Bavol? Aunque prefiero ser llamado amigo o compañero de Mei, aye.

— Bueno, dejemos eso... ¡Tenemos que seguir! ¿Quieres que te ayude a leer y escribir? Quizá debería comprar libros para ti, o si no lo cojo de la biblioteca... ¿Por como debería empezar? Como empiece sin querer a enseñarte Chino la fastidiaré...

Me dediqué a ir corriendo a ver mi escritorio mientras pensaba en que hacer, no sabía como enseñarle sin confundir las palabras y enseñarle chino al pequeño. Entonces Happy trató de librarse de Bavol para ir volando a la ventana.

— ¡Aye! ¡Quiero enseñarte algo genial, aye! ¿Quieres acercarte a la ventana,aye?

Si Bavol se acercaba, Happy le agarraría y echaría a volar de tal manera que... ¡Bavol volaría cerca de la ventana de Mei pero fuera de la habitación!

[Tidus Cloud]

La pregunta de Bavol hizo que ambos se centraran en el extraño animal, el cual contestó sin ningún tipo de problemas:

— Pues si te soy sincero se hablar Minino y el idioma humano, es algo que aprendí escuchando a la gente, aye. —Bavol se preguntó si sería verdad que un animal normal podría aprender a hablar tan fácilmente, aunque Happy no era un gato corriente—. Pero es genial, así puedo decirle a Mei que me gusta y que no, aye...¿Tú no tienes mascota Bavol? Aunque prefiero ser llamado amigo o compañero de Mei, aye.

— Compañeros y amigos, sí. Mascota, no. No creo que se me dé bien cuidar animales… pero siempre está bien pasar un rato con animales. —respondió Bavol acariciando debajo de la barbilla a Happy.

— Bueno, dejemos eso... ¡Tenemos que seguir! ¿Quieres que te ayude a leer y escribir? Quizá debería comprar libros para ti, o si no lo cojo de la biblioteca... ¿Por cómo debería empezar? Como empiece sin querer a enseñarte chino la fastidiaré...

Mei se dirigió hacia su mesa empeñada en enseñarle a leer y a escribir al gitano, pero Bavol no estaba tan seguro de que quisiera que le enseñara. Él mismo podría seguir aprendiendo solo y cuando tuviera dificultades podría pedir ayuda a sus compañeros. Sin embargo, no se atrevía a aprender a usar la tecnología y era a lo que había venido a su habitación. Intentó decírselo sin resultar desagradable:

— Eh, gracias, Mei… Pero creo que no hace… eh… falta. Me gustaría aprender a usar estos cacharros primero. ¿Lo entiendes?

El gato alado se apartó de Bavol y se dirigió hacia la ventana ante la atenta mirada de Bavol que lo contemplaba con curiosidad y con una sonrisa en la boca. Quizás Happy necesitara volar un rato para relajarse, no sabía mucho qué es lo que necesitaban estos tipos de animales.

— ¡Aye! ¡Quiero enseñarte algo genial, aye! ¿Quieres acercarte a la ventana, aye?

— ¡Claro! —exclamó Bavol sin ser consciente de lo que planeaba el gato.

Bavol se acercó a la ventana y se asomó por ella buscando lo que tratara de enseñarle el animal, pero no vio nada fuera de lo normal. De pronto, sintió cómo era agarrado por detrás y comenzaban a elevarlo. Bajó la vista y contempló que el suelo estaba lejos… pero que muy lejos.

— ¡¡SOCORRO!! —gritó Bavol, creyendo que iba a morir, todavía sin entender qué es lo que estaba ocurriendo.

No obstante, tras unos segundos, se dio cuenta de que no se caía, sino que permanecía allí flotando con el sonido de un aleteo sobre su cabeza. Giró la cabeza y contempló que el culpable de aquella situación era Happy.

— ¡Happy, qué susto me has dado! —exclamó Bavol más aliviado, pero una idea aterradora se le vino la cabeza—. ¿Seguro que puedes aguantar mi peso sin que nos pase nada malo?

Independientemente de lo que le contestara, Bavol decidió que prefería volver a tener los pies sobre el suelo.

— Mejor vuelve a ponerme dentro del cuarto, no vayamos a tener un accidente…

Esperó que Happy no fuera muy travieso y volviera a colocarse en su sitio. No podía negar que volar así era una sensación agradable y tras montar en Glider no es que tuviera miedo a las alturas, pero no estaba convencido de que el pequeño animal pudiera soportar su peso. Cuando volvió a pisar el suelo, se agachó a la altura de Happy y le dijo mirándole fijamente:

— Has sido un gato muy travieso. Eso está mal, no puedes hacer esas cosas sin avisar a la gente ¿verdad, Mei?

[A Nerd Girl]

— ¡¡SOCORRO!!

Happy empezó a reir por la reacción de Bavol, le resultó gracioso, en verdad no esperaba que pudiera hacer mucho... No quería que Bavol se le escapara de las garras. Les miré mientras reía y me sentaba en mi cama mirándolos como si fueran un dúo bastante bueno.

— ¡Happy, qué susto me has dado! —Comentó Bavol—. ¿Seguro que puedes aguantar mi peso sin que nos pase nada malo?

— ¡Por supuesto, aye! ¡Puedo llevar a Mei también, aye!

— Mejor vuelve a ponerme dentro del cuarto, no vayamos a tener un accidente…

Happy reía y le dejó cerca de la ventana para que pudiera ponerse de nuevo en el suelo de mi habitación. En verdad me resultó curioso como Happy reaccionaba con Bavol, nunca le vi tan alegre por una persona y menos por un niño. Al principio parecía tener algo de miedo por que no quería ser un peluche pero ahora parecía querer mostrarle sus trucos aereos y que hacía solo para sentirse el centro de atención y que Bavol estuviera, de un modo, alegre de estar con él.

Después de todo es un gato llamado feliz, y quizá por que siempre trae la felicidad.

— Has sido un gato muy travieso. Eso está mal, no puedes hacer esas cosas sin avisar a la gente ¿verdad, Mei?

— Happy, estas hoy muy animado... ¿Te has pasado la noche comiendo galletas? ¿O es que quieres ganarte un pescado? ¡No me digas que estás enamorado de alguna gatita!

— ¡No, claro que no, aye! Ojalá conociera a alguna gatita... Quisiera invitarla a una lata de atún, aye. Pero lo de un pescado, bueno antes comí un salmón entero y estaba exquisito, aye... ¡Estoy lleno! Pero quiero jugar con Bavol hoy, quizá podría mostrarle Tierra de Partida y sobrevolarlo, aye... ¡Es un bonito lugar!

— ¿Por qué no me haces el favor y vas a buscar un libro por mi en la biblioteca? Mientras podrías preguntar tus dudas básicas Bavol... Así avanzamos a lo principal.

Happy aceptó y se fue volando. Esperaba que Bavol tuviera alguna pregunta.

[Tidus Cloud]

El gato y su dueña reían ante las reacciones del asustado niño. Era cierto que desde fuera podía resultar gracioso, pero a Bavol no lo veía de la misma forma. Mascota y dueña era tal para cual, ambas estaban un tanto chifladas, o al menos eso pensaba el gitano. Una vez estuvo de vuelta en el suelo, el chico le soltó una pequeña regañina que pareció no afectar a ninguna de las dos.

— Happy, estas hoy muy animado... ¿Te has pasado la noche comiendo galletas? ¿O es que quieres ganarte un pescado? ¡No me digas que estás enamorado de alguna gatita!

— ¡No, claro que no, aye! Ojalá conociera a alguna gatita... Quisiera invitarla a una lata de atún, aye. Pero lo de un pescado, bueno antes comí un salmón entero y estaba exquisito, aye... ¡Estoy lleno! Pero quiero jugar con Bavol hoy, quizá podría mostrarle Tierra de Partida y sobrevolarlo, aye... ¡Es un bonito lugar!

— ¡Estaría genial! —exclamó Bavol, pero entonces recordó el verdadero motivo por el que estaba allí—. Aunque mejor lo dejamos para otro día. ¿Te parece bien, Happy? —termino diciendo y le guiñó un ojo al gato.

— ¿Por qué no me haces el favor y vas a buscar un libro por mí en la biblioteca? Mientras podrías preguntar tus dudas básicas Bavol... Así avanzamos a lo principal.

El gato aceptó la sugerencia de su dueña y salió volando por la ventana, otro día jugaría con él más relajadamente. Finalmente, parecía que Mei estaba dispuesta a centrarse en la clase y a enseñarle sobre aquellos inventos; sin embargo, Bavol no sabía muy bien por dónde podía empezar. Le faltaba conocimiento sobre las cosas más básicas.

— Bueno… Supongo que no hacen falta que me expliques cosas muy complicadas, tampoco es que quiera ser un experto en electricidad. Me gustaría a aprender a hacer las mismas cosas que los demás hacen sin ayuda. ¿Entiendes a qué me refiero?

Bavol la miró fijamente a los ojos esperando que supiera cómo debía darle las clases para que se deshiciera de esa agobiante fobia que le tenía a la tecnología. También deseó que no volviera a tener ningún cambio de humor que pusiera en peligro su vida mientras empleaba alguno de esos inventos, no quería acabar con más problemas de los que ya tenía.

[A Nerd Girl]

— Bueno… Supongo que no hacen falta que me expliques cosas muy complicadas, tampoco es que quiera ser un experto en electricidad. Me gustaría a aprender a hacer las mismas cosas que los demás hacen sin ayuda. ¿Entiendes a qué me refiero?

— Si, veo por donde andas... Intenta encender encender y apagar la luz tu solo, ¿no dijiste que nunca lo hacías? Bien, pues hazlo, pero si tienes mucho miedo...

Me levanté y miré a Bavol abrí la caja de herramientas y saqué un par de guantes. De plástico, material aislante, se los mostré a Bavol.

— Primera lección, como evitar llevarse un buen chispazo. Usando materiales aislantes claramente. Aislante es por que aisla la electricidad o el calor, y no lo deja pasar. También hay materiales para el agua o para el fuego. Pero lo que nos interesa es la electricidad.

Se los dejé a Bavol al lado mientras me ponía a su altura y le sonreía.

— No te lo tomes a mal pero dame las manos, quiero enseñarte algo...— le cogí de las manos y cogí una horquilla— Sentirás un pequeño pinchazo, es solo una pequeña descarga eléctrica...

Electrifiqué mi horquilla y se la puse en la mano, cuando lo tocó sintió un dolor agudo en la mano que era como un pinchazo pero no llegó a más. Lo había cargado levemente, solo para hacerle una muestra.

— No lo cargué mucho por que podría hacerte bastante daño. Ahora ponte los guantes y lo haré de nuevo. Verás que no sentirás nada. Si quieres te los quedas para encender y apagar la luz u otras cosas. ¡Así lo podrás hacer libre de riesgos!

Lo repetí con Bavol con sus guantes y no sintió la descarga. Esperaba ver como reaccionaba...

[Tidus Cloud]

Afortunadamente, Mei comprendió enseguida qué es lo que Bavol deseaba que le enseñara, cosas tan básicas como poder encender la luz sin ayuda o aprender a utilizar los inventos más sencillos e indispensables.

— Sí, veo por donde andas... Intenta encender y apagar la luz tú solo, ¿no dijiste que nunca lo hacías? Bien, pues hazlo, pero si tienes mucho miedo...

— ¿No será…eh…peligroso? No estoy muy seguro de que… —dijo Bavol dubitativo, deseaba aprender con toda su alma, pero el miedo también era bastante fuerte en su interior.

Mei se levantó y se dirigió hacia su caja de herramientas. Bavol tragó saliva asustado por lo que pudiese sacar la joven, quizás algún instrumento utilizado para provocar dolor o algo peor. Sin embargo, los peores presagios del gitano no se cumplieron, Mei sacó unos inofensivos guantes fabricados con algún tipo de material especial.

— Primera lección, cómo evitar llevarse un buen chispazo. Usando materiales aislantes claramente. Aislante es porque aísla la electricidad o el calor, y no lo deja pasar. También hay materiales para el agua o para el fuego. Pero lo que nos interesa es la electricidad.

Mei colocó los guantes junto a Bavol mientras le sonreía. Finalmente, la joven estaba decidida a darle la clase y por lo que veía su método no parecía peligroso. El chico dedujo que la clave estaría en aquellos guantes mágicos, aunque no recordase habérselos visto puesto a nadie.

— No te lo tomes a mal pero dame las manos, quiero enseñarte algo...—Mei le cogió de la manos, Bavol se asustó ligeramente por su advertencia— Sentirás un pequeño pinchazo, es solo una pequeña descarga eléctrica...

— Espera…yo no…

Mei cogió una horquilla y, tras echarle algún tipo de hechizo, la colocó en la mano de Bavol. Nada más tocar la superficie de su piel, Bavol soltó un grito y echó la mano para atrás tirando la horquilla al suelo. Le había hecho daño, tal y como había temido Bavol, no estaba seguro de si quería continuar la lección.

— ¡Ay, me has hecho daño! ¡¿Cómo se te ocurre?! —exclamó Bavol un tanto alterado agarrándose la muñeca de su mano herida.

— No lo cargué mucho porque podría hacerte bastante daño. Ahora ponte los guantes y lo haré de nuevo. Verás que no sentirás nada. Si quieres te los quedas para encender y apagar la luz u otras cosas. ¡Así lo podrás hacer libre de riesgos!

Bavol la miró con desconfianza, pero como había supuesto antes la clave estaba en los guantes mágicos, de manera que asintió levemente y se puso los guantes. En esta ocasión, la mano le temblaba temiendo volver a hacerse daño. Sin embargo, cuando Mei echó el hechizo a la horquilla y la puso en la palma de su mano, no sintió nada. Bavol abrió la boca y miró a Mei incrédulo, era algo maravilloso.

— ¡No me hace daño! ¡Es increíble, es casi como si fuera magia! ¿Así que sólo tengo que ponerme estos guantes cada vez que utilice un invento?

Quizás había tenido una opinión injusta de Mei, al final había sido capaz de darle justo lo que necesitaba. Puede que en sus palabras, pese a su curiosa personalidad, hubiese más sabiduría de la que pensaba en un principio. Tras escuchar la respuesta de su maestra, se quedó en silencio contemplando sus nuevos guantes y decidió decirle:

— Gracias, Mei. Por cierto… siento si te molestó algo de lo que te dije ayer. Pensaba que estabas un poco loca, pero tendrás tus razones para pensar así.

[A Nerd Girl]

Bavol parecía asustado por el método que en realidad no era nada más que una descarga pequeña. Pero parecía que la idea de los guantes era perfecta para él. Así podría hacerlo sin miedo hasta el día que se lo olvidasen y viera que no pasaba nada en realidad que solo pensaba tonterías de niño. Yo más bien me dediqué a cotillear a preguntarme el porqué de las cosas y encerrarme en leer para saber que pasaba y como se provocaba. Quería saberlo todo.

— ¡No me hace daño! ¡Es increíble, es casi como si fuera magia! ¿Así que sólo tengo que ponerme estos guantes cada vez que utilice un invento?

— No es magia, es ciencia. Sirve de mucho pero si te queda muy grandes puedes pedirle a un moguri que te compre algunos a tu tamaño aunque creo que ambos tenemos manos pequeñas. Cosas como la cerámica, el plástico o la madera sirven para aislar la electricidad. Pero te los regalo, son todo tuyos.

— Gracias, Mei. Por cierto… siento si te molestó algo de lo que te dije ayer. Pensaba que estabas un poco loca, pero tendrás tus razones para pensar así.

— ¿Un poco loca?

Happy llegó y nos había oído, pero no trajo libros. En realidad me di cuenta que no le dije un libro y fue para nada. Se me puso en la cabeza mientras ronroneaba y me tumbaba para que se me pusiera encima de mi torso mientras le cogí y le levantaba. Le miraba mientras pensaba las palabras de Bavol...

— Un poco loca...

— ¿Estas pensando en lo que pasó en Tierra de Dragones, aye? ¡Eso lo tendrías que olvidar, no es para ponerte tristona ahora, aye!

— Quizá lo esté un poco, después de lo que le hice a Nadhia...

— ¡Bavol, aye! ¿A que no está loca? Es que está así desde que Kailee e Ike se fueron al otro bando, aye. Eran sus mejores amigos. Ahora ya no sabe nada de ellos, aye...

— Y ni siquiera se despidieron...

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[Tidus Cloud]

— ¿Un poco loca?

Bavol se maldijo a sí mismo, tenía que haberse callado esas palabras. Para su fortuna Happy volvió a entrar en la habitación y seguramente podrían volver a cambiar de tema, quizás podrían hablar sobre las magníficas cualidades del gato. Sin embargo, Mei no parecía dispuesta a olvidar fácilmente lo que le había dicho y mientras jugueteaba con su mascota volvió a repetir:

— Un poco loca...

— ¿Estas pensando en lo que pasó en Tierra de Dragones, aye? ¡Eso lo tendrías que olvidar, no es para ponerte tristona ahora, aye!

Tierra de Dragones era el mundo natal de Mei, pero ella no le había dicho que había ocurrido nada especialmente malo. Bavol comprendió que había despertado algún recuerdo doloroso, pero no sabía qué recuerdo, de manera que no sabía qué es lo que debía decir.

— Quizá lo esté un poco, después de lo que le hice a Nadhia... —otro nombre que desconocía, la historia de la chica debía ser bastante complicada.

— ¡Bavol, aye! ¿A que no está loca? —Bavol permaneció en silencio con la mirada baja. No se atrevía a hablar más—. Es que está así desde que Kailee e Ike se fueron al otro bando, aye. Eran sus mejores amigos. Ahora ya no sabe nada de ellos, aye...

— Y ni siquiera se despidieron...

— Lo siento, Mei. Siento mucho todo lo que te ha pasado… Piensa que todavía te quedan cosas aquí, ¿verdad, Happy? —esbozó una débil sonrisa—. Eres una Caballero de la Llave Espada, tienes la gran misión de ayudar a los buenos, tienes a tu gatito, sabes mucho sobre electricidad, seguro que una chica tan guapa como tú tiene montones de chicos… Hay muchos motivos para estar contenta.

Bavol trató de mantener la sonrisa y estar allí como apoyo, pero la situación se estaba volviendo bastante tensa. No tenía nada más que decir, simplemente porque cualquier cosa que pudiera añadir sólo serviría para estropearlo. No podía hacer más daño.

— Creo que debería irme…

Bavol cogió los guantes y se dirigió lentamente hacia la salida. Ya había molestado lo suficiente a Mei y a Happy durante aquellos dos escasos días, lo mejor era volverse a su cuarto para no fastidiarla más. Intentó abrir la puerta él solo, esperando que Mei no le hubiese cerrado con llave, y tras conseguirlo se giró por si la chica tenía algo más que decirle. Se merecía una última respuesta, si la quería...