[Selva Profunda] La Horda

[Sombra]

—¿Kefka? —abrió los ojos sorprendida, ¿se conocían?—. ¿Un tipo rarísimo con pinta de payaso?

—Eso dije, sí —afirmé.

Fátima cubrió su boca con una de sus manos con rostro preocupado. Pasó cierto tiempo hasta que soltó un suspiro, tal vez le costaba asimilar todo lo que había dicho.

La joven me miró unos instantes con preocupación, como si quisiese decir algo.

—Ragun… ¿Cómo… Cómo está la Maestra Nanashi? —preguntó al fin.

—Bastante bien —contesté positivamente—. Creo que echa de menos Tierra de Partida, pero imagino que tiene sus motivos para estar en Bastión Hueco.

>>Como todos.

Y cada vez tenía más motivos para quedarme allí. No solo me habían ayudado a ir recuperando algunos pocos recuerdos, también me habían hecho más poderoso y además sus ideales eran más justos que los de Tierra de Partida. Lo que ellos hacían era discriminar a los que no se regían por sus directrices.

—Gracias por contármelo todo, aunque no tendrías por qué haberlo hecho. Y… Lamento… Lamento lo de tu brazo —señaló timidamente—. Espero que encuentres una forma de compensarlo. Sin duda hay formas.

—Sin duda...

Era triste, pero al final tendría que conseguir de alguna manera un sustituto a mi pérdida. Había comprobado aquel día que me resultaba imposible enfrentarme a las adversidades como antes.

La lluvia paró de golpe mostrando los rayos del sol que se filtraban entre las grandes hojas de los árboles. Fátima se levantó intentando ver alguna cosa que no entendí bien.

—¡No me lo puedo creer, parece que por fin ha parado! —sonrió mientras me ofrecía su mano para ponerme en pie—. ¿Bajamos y probamos si tu glider ya funciona? No creo que puedas lanzarlo en medio de todas estas ramas.

»Ah y, no te preocupes, bajaré sola de alguna forma. No me gusta volar. Entre tú y Nadhia y vuestras alitas vais a hacer que un día me reviente el corazón.

—Vamos pues, tengo ganas de pegarme una buena ducha —confesé—. Espera... ¿Tienes vértigo? ¿Cómo te las arreglas para montar en tu Glider normalmente?

Bajé del árbol utilizando las alas para descender lentamente. Mis botas se hundieron en el barro en cuanto pisé tierra. Lancé mi Llave Espada al aire haciendo que resplandeciera unos instantes.

Una tabla de WindSurf de tonos azulados y negros quedó flotando a varios centímetros del suelo.

—Parece que podré volver sin problemas —informé—. Realmente aprecio lo que has hecho por mí, te deseo suerte —seguí hablando verdaderamente agradecido.

Acto seguido pulsé el botón de la armadura que había colocado en el cinturón recubriéndome completamente por ella. Me subí al Glider y agarré con firmeza la vela.

—Apuesto a que algún moguri se va a enfadar contigo en cuanto te vea llena de barro y ensucies los pasillos del castillo —comenté imaginando a Mog completamente furioso. Reí por lo bajo—. No te olvidaré, Fátima Laforet. Devolveré el favor.

Y empecé a ascender hacia el cielo. Me esperaba un buen baño caliente en casa.

[Suzume Mizuno]

—Vamos pues, tengo ganas de pegarme una buena ducha

Fátima soltó una carcajada.

—¡Yo también! No pienso salir del baño en toda la tarde —se prometió con firmeza mientras buscaba alguna forma de bajar.

Por suerte para ella, había muchísimas ramas por las que podía ir saltando hasta llegar al suelo. El único problema era el pie… Si al menos no hubiera perdido el maldito zapato…

—Espera... ¿Tienes vértigo? ¿Cómo te las arreglas para montar en tu Glider normalmente?

Fátima le miró a los ojos y afirmó con seriedad:

—Pasándolo realmente mal —y sufrió un estremecimiento—. Pero al menos cuando viajamos por el Intersticio no tengo la sensación de que me vaya a caer. Es muy difícil medir las distancias —soltó una risita nerviosa y flexionó las piernas para pegar el primer salto—. Allá vamos.

Mientras Ragun bajaba elegantemente con sus alas —y Fátima no lo envidió; sabía que lo habría pasado mucho peor si hubiera descendido con él, por mucho que ahora tuviera que ir cuidándose de no mirar al suelo cada vez que pegaba un salto—, la chica buscaba las ramas más firmes y descendía con toda la dignidad posible. Poco antes de llegar al suelo invocó su glider y montó directamente encima para no tener que ensuciarse: suficiente con que tenía el pie destrozado para encima cubrirse de barro otra vez.

Para entonces, Ragun ya tenía su glider desplegado, una tabla bastante curiosa, y le decía:

—Parece que podré volver sin problemas.

—Me alegro.

No quería quedarse ni un minuto más de lo necesario en aquel lugar, pero si Ragun no hubiera sido capaz de materializar su medio de transporte, probablemente se habría quedado con él. O se habría ofrecido a llevarlo, llegado el caso.
Sin embargo, parecía que había llegado el momento de la despedida. Miró a Ragun en silencio unos instantes y se sonrió. Había estado bien conocerle. Probablemente si se volvían a ver no podrían colaborar, pero era bueno saber que el amigo al que buscaba Nadhia era buena persona… Y que no todos en Bastión Hueco eran como Andrei.

—Realmente aprecio lo que has hecho por mí, te deseo suerte

—Lo mismo digo. Gracias. Y mucha suerte con todo. Le diré a Nadhia que estás bien de tu parte.

Ragun se colocó la armadura y subió de un salto a su glider.

—Apuesto a que algún moguri se va a enfadar contigo en cuanto te vea llena de barro y ensucies los pasillos del castillo.

—Tendré que entrar por una ventana —respondió Fátima, que se quedó sorprendida al escuchar reír a Ragun.

Casi sin darse cuenta, sonrió con calidez. Así que era capaz de reír. Quizás las cosas no estaban tan mal como había temido Nadhia.

—No te olvidaré, Fátima Laforet. Devolveré el favor.

Y se lanzó hacia el cielo.

«Tenía que quedarse con la última palabra» suspiró, sin dejar de sonreír.«Va a ser difícil olvidarte, Ragun. Ojalá podamos volver a vernos. Y esta vez, que sea con tranquilidad»

Fátima se quedó mirándole unos instantes, dejando que se abriera la distancia entre ellos, y se despidió con un gesto a pesar de que sabía que ya no podía verla. Luego inició su propio ascenso con más tranquilidad mientras se ponía la armadura. Después, con la vista clavada en el cielo, pegó un acelerón para vencer la gravedad del mundo y salió al Intersticio.

Meditabunda, estableció el rumbo de vuelta a Tierra de Partida. No habían sido más que unas horas las que había pasado en Selva Profunda pero habían sido, a su modo, fructíferas.

Pero ahora que por fin estaba sola y podía pensar con claridad, se dio cuenta de que sentía un peso desagradable sobre los hombros. Y es que no podía dejar de darle vueltas a lo que había dicho Ragun sobre Ronin, y el dios destructor.

Nunca había pensado que la Orden fuera una organización inocente pero… Por primera vez en mucho tiempo se preguntó si el pacífico mundo en el que vivía no era en realidad algo mucho más siniestro.

Exhaló un largo suspiro y se obligó a erguirse de hombros, mirando al frente con decisión. No se dejaría llevar. Ese día había comprobado que no podía juzgar a la gente por lo que dijeran otras personas. Si podía decir eso del caso de Ragun, podía aplicarse también a la Orden. No acusaría a nadie hasta que tuviera las pruebas necesarias.

Apretó los puños sobre los mandos del glider.

Quería creer que los Caballeros, que ahora comenzaban a convertirse en su nueva familia, no estaban dispuestos a inmiscuirse en una lucha a muerte contra antiguos compañeros.

Pero lo más triste era que no podía estar segura.

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¡Fin del encuentro! Gracias de antemano al Master que nos puntúe

[EspeYuna]

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¡Y fin del encuentro!



Antes que nada, gracias a la señorita Suzu por ayudarme calculando las puntuaciones, que hasta ahora no había dado con la forma de hacerlo bien a partir del nivel 15. Pero con su ayuda, ya he resuelto el misterio del por qué me salía mal... y prefiero no comentarlo xDDDDD!

Fátima

- Me es muy difícil sacarte fallos, porque realmente llevas muy bien a Fátima. Sus acciones van acordes a su personalidad y no he visto nada raro que haya desentonado en la conversación con Ragun, ni tampoco en la persecución de los sincorazón en la selva, y me ha gustado bastante el cómo ha reaccionado a la historia de Dios Caído, sorprendiéndose, pero tampoco creyéndose todo, pues necesita la palabra de más personas para comparar opiniones. Sobre la gramática, alguna palabra que hayas repetido en dos frases de forma seguida que desentona, pero son fallos bastante típicos, y sabiendo que era un encuentro express, es normal que te hayas saltado algo sin revisar. Por ortografía, nada que comentar: se nota que la cuidas bastante.

Ragun

- Recuerdo que en el encuentro de Un poder inigualable, Suzu te comentó sobre la doble personalidad Ragun/Ello, habiendo fallos que yo misma noté también sobre el control de ambas caras. En esta ocasión no la has usado, y ha sido todo un acierto, pues has conseguido centrarte en Ragun, única y exclusivamente, y en un momento que necesita profundización. Tras perder el brazo, has mostrado a un Ragun frustrado por sentirse inútil, tanto en combate como en lo más sencillo (un ejemplo es el momento en el que no logra subir al árbol), e igualmente, furioso en cuanto a los planes fallidos de Tierra de Partida y, especialmente, en Ronin. Sin embargo, sigues teniendo algunos fallos gramaticales o de ortografía visibles. Aún así, debo confesar que vas mejorando bastante, que conste.

Resolución

- Me ha parecido un encuentro bastante entretenido, aunque bien es cierto que aquí estaba más interesada que otra cosa, personalmente, por el intercambio de palabras sobre Nadhia y la conexión de esta conversación para el futuro de ésta (¡ojo! ¡que todo encuentro me lo leo!); debo admitir que ha estado bastante interesante y que, siendo un encuentro a modo express, habéis conseguido que ambos personajes conecten de maravilla, habiéndose conocido con los sincorazón pisándole los talones. Incluso me he quedado con ganas de más, pero este encuentro ha dejado lo justo y necesario para que quede perfecto desde mi punto de vista. Por supuesto, también mencionar que Ragun no se ha centrado tanto en Nadhia luego, que la habéis mencionado, y ya. No habéis profundizado mucho, y eso me ha gustado. Es lo que tengo que aprender básicamente yo con mi personaje, no dramatizar sobre un suceso y darle mil vueltas en un encuentro, pues eso sólo consigue que Ragun hubiese sido más protagonista del encuentro que Fátima.

Dicho esto, estaré encantada de puntuaros en alguna otra ocasión, ¡así que procedo!

Fátima, 28 PX. ¡Sube al nivel 16! Faltarían 67 PX para nivel 17.
Ragun, 26 PX, no sube de nivel. Faltarían 23 PX para nivel 19.

¡Chapó! <3