[Agrabah] Journey

Encuentro de Fátima y Nadhia

¡Pásate por aquí para encontrarte con todo aquello relacionado con el rol y que no encontrarás en el resto de subforos! Libres, Eventos, Eventos Globales... ¡Pásate, rolea y échate unas risas!

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro

[Agrabah] Journey

Notapor EspeYuna » Sab Feb 08, 2014 1:15 am

Cronología: Segunda Saga

Nadhia: Encuentro Invítame a un helado > Encuentro Journey > Trama Cada loco con su tema
Fátima: Encuentro La horda > Encuentro Journey > Trama Se acerca el invierno (I)

Imagen

Spoiler: Mostrar


¡Fátima, vuelve aquí!

Perdiéndola en una de las esquinas de los pasillos de Tierra de Partida, empecé a mirar en todas las direcciones posibles tras ser alcanzada por Tandy, quien batía sus alas nervioso. Me intentaba decir algo, pero yo sólo estaba concentrada en dar con ella. Milagrosamente logré distinguir a mi amiga entre la multitud de aprendices que salían de una de las clases del Maestro Kazuki. Su ropa la delató y corrí hacia ella como si la vida me fuera en ello, chocando contra algunos compañeros y disculpándome sin detenerme.

Que huyera de mí sólo podía significar una cosa, y es que no parecía haber escuchado mal cuando se le escapó cierta y curiosa frase en el comedor mientras almorzábamos con Tandy y su pequeña cría de dragón, Harun.

Había escuchado perfectamente el nombre de mi mejor amigo, de quien no sabía absolutamente nada durante meses.

Por suerte, conseguí alcanzarla y agarrarla por la ropa. Cuando se diera la vuelta, la miraría con angustia en la expresión de mi cara. No estaba enfadada con ella, ¡pero demonios! Si no quería contarme nada sobre él, era que algo estaba pasando. Algo gordo que yo no sabía.

Has visto a Ragun, ¿verdad? —le pregunté, buscando sinceridad— Por favor, Fátima. Sabes que es muy importante para mí.

De pronto, me di cuenta de que le agarraba el brazo con una fuerza innecesaria y la solté. Avergonzada, agaché la cabeza a la par que Tandy se posaba en la misma.

Perdona.
Imagen
¡Soy enfermera~!
Nurses are Angels on Earth
Imagen
Mi blog + DeCulture

Imagen
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen
KHWorld Awards 2014
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2013
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2012
Imagen
ImagenImagen
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
EspeYuna
115. Demyx
115. Demyx
The Unknowns
 
Mensajes: 3437
Registrado: Mar Feb 28, 2012 11:12 pm
Dinero: 53,263.25
Banco: 15,063.87
Ubicación: ¡Entrenándome en Tierra de Partida para combatir a los sincorazón! ¡Ah! ¡Y en FanPlace!
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 54

Re: [Agrabah] Journey

Notapor Suzume Mizuno » Sab Feb 08, 2014 1:35 am

«Mierda. Mierda. Mierda».

¡Fátima, vuelve aquí!

«¡Mieeeerda!».

Fátima corría lo más rápido que le permitían las piernas por los pasillos del castillo, tratando de dejar atrás a su amiga. Se había ido de la lengua. Se había ido y se suponía que no diría nada hasta que tuviera preparada alguna forma de presentarle bien la situación a Nadhia. Para que no se montara la escena que, sin duda, iba a provocarse si la alcanzaba.

Se llevó una mano al cuello para evitar que Harun, que había enrollado su largo cuerpo en torno a él, la asfixiara. Tironeó un poquito, jadeando, y el dragón soltó un bufido pero cedió un poco mientras le clavaba las uñas de las patitas en el hombro.

Una puerta se abrió frente a ella y varios aprendices comenzaron a salir de golpe al pasillo. Fátima vio su oportunidad y trató de camuflarse entre ellos. Pero de pronto sintió un brusco tirón en un brazo que la obligó a frenar en seco —¡como se rompiera el vestido se moría! ¡Ya llevaba suficiente ropa perdida!—. Mientras los alumnos las dejaban atrás, Fátima cerró los ojos y soltó un gemido. ¿Por qué? ¿Por qué se le había escapado?

Cuando finalmente se volvió, Nadhia la miraba con el rostro deformado por la ansiedad.

Has visto a Ragun, ¿verdad? —tenía esos ojitos de cordero degollado que Fátima odiaba con todas sus fuerzas, porque la hacían sentirse muy mala persona—. Por favor, Fátima. Sabes que es muy importante para mí.

«¡Pues claro que lo sé! Y por eso quería esperar a que estuvieras realmente ocupada para decírtelo. Así no harías ninguna locura».

Dejó escapar un largo suspiro y le apartó la mano con suavidad del brazo, que le comenzaba a hacer daño, y para que no arrugara la ropa. Tandy se posó sobre la cabeza de Nadhia, mirándolas con curiosidad, y Harun siseó en dirección al moguri mostrando los dientes. No se llevaban especialmente bien.

Perdona.

No, perdona. He sido muy ridícula, no debería haber salido corriendo —sonrió, algo avergonzada por su actitud. Pero la verdad, por un momento había pensado que Nadhia iba a arrojarse sobre ella a hacer… No lo sabía bien pero le había dado un poquito de miedo—. Y, sí, vi a Ragun hace un par de días… En Selva Profunda, no sé si conoces el mundo. Fue pura casualidad —decidió omitir el tema de la persecución de los Sincorazón—. Te manda recuerdos y dice que dejes de preocuparte con él.

Escuchó las preguntas de Nadhia y meneó la cabeza.

No, estaba bien. Al menos… Me lo pareció a mí. No le vi nada raro, excepto, claro el… —se calló, pero, de nuevo, se había ido de la lengua.

Y por la mirada de Nadhia supo que ella se había dado cuenta.
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Re: [Agrabah] Journey

Notapor EspeYuna » Sab Feb 08, 2014 2:11 am

No, perdona. He sido muy ridícula, no debería haber salido corriendo.

Claro que no —le di la razón—. Con eso sólo has conseguido asustarme.

Y, sí, vi a Ragun hace un par de días… En Selva Profunda, no sé si conoces el mundo. Fue pura casualidad.

Lo viste —repetí en voz alta, intentando hacer memoria. Pero no, nunca había visitado Selva Profunda—. Y, ¿qué te dijo?

Te manda recuerdos y dice que dejes de preocuparte con él.

Le miré incrédula, sabiendo que ella conocía la razón por la cual preocuparse por él era lo más normal del mundo.

Como si fuera tan fácil dejarlo pasar —chasqueé la lengua, algo nerviosa por no saber qué preguntar—. Y, ¿nada más? ¿Qué tal estaba? ¿No... no habrá sacado su lado oscuro? Bueno, ya sabes.

Fátima conocía la personalidad oculta de Ragun gracias al simulador de La Red, mundo que no pisaríamos en una buena temporada gracias al bendito programa que nos hizo pasar un infierno.

Mi amiga negó con la cabeza, intentando convencerme de que Ragun estaba perfectamente:

No, estaba bien. Al menos… Me lo pareció a mí. No le vi nada raro, excepto, claro el…

Mis ojos observaron a Fátima con una expresión... que tuvo que asustarla, porque se encogió en el sitio.

¿El...? —inquirí, mirándola. Por la expresión de su rostro, era algo gordo. ¡Maldita sea, seguía ocultándome algo!— ¡Fátima!

Nadhia, kupó...

Tandy se asomó haciéndome cosquillas en la oreja con sus bigotes, preocupado por la tensión que existía entre dos buenas amigas. Dándome cuenta de que la estaba presionando, y quizás tuviera miedo de contármelo, me aparté, topando mi espalda con la pared, y dejé caer el cuerpo hasta sentarme en el suelo de los pasillos.

Prometo quedarme quieta en el sitio —relajé los músculos y cerré los ojos, esperando que me contara la verdad.
Imagen
¡Soy enfermera~!
Nurses are Angels on Earth
Imagen
Mi blog + DeCulture

Imagen
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen
KHWorld Awards 2014
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2013
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2012
Imagen
ImagenImagen
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
EspeYuna
115. Demyx
115. Demyx
The Unknowns
 
Mensajes: 3437
Registrado: Mar Feb 28, 2012 11:12 pm
Dinero: 53,263.25
Banco: 15,063.87
Ubicación: ¡Entrenándome en Tierra de Partida para combatir a los sincorazón! ¡Ah! ¡Y en FanPlace!
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 54

Re: [Agrabah] Journey

Notapor Suzume Mizuno » Sab Feb 08, 2014 2:36 am

Nadhia, kupó...

Fátima miró a Tandy y luego a Nadhia y soltó un suspiro de alivio cuando vio que su compañera parecía intentar relajarse. Es más, se apoyó contra una pared y se sentó, cerrando los ojos, mientras decía:

Prometo quedarme quieta en el sitio

Fátima le dedicó una mirada suspicaz y luego buscó los ojos de Tandy, preguntándose si el moguri también desconfiaría de la chica. Pero, fuera como fuese, no podía escondérselo. Tenía el estómago contraído por la angustia y la culpabilidad: había estado intentando pensar cómo planteárselo de forma suave, sin provocarle ninguna angustia pero…

Pero no lo había conseguido. Es más, había metido la pata estrepitosamente.

Soltó un suspiro y se pasó una mano por la nuca.

La verdad es que no sé bien cómo decírtelo… Quiero que sepas que parecía estar bien, ¿de acuerdo? Pero… Pero… —bajó la voz hasta quedó reducida a un finísimo hilo casi inaudible:—. Había… perdido un brazo.

Adelantando el estallido de Nadhia, se agachó y la cogió por los brazos e intentó tranquilizarla:

¡Pero te digo que estaba bien! ¡Se las ha apañado muy bien! Te prometo que no le dolía ni nada por el estilo…

Y le explicó sucintamente lo que le había contado Ragun: que había perdido el brazo en una batalla contra un supuesto dios renacido en Tebas. Omitió todos los detalles relacionados con Ronin y Tierra de Partida. ¡Sólo le faltaba que Nadhia intentara enfrentarse a Ronin! ¡Sería bueno!

Se quedó mirando a Nadhia con preocupación, a la espera de que tomara una decisión precipitada, como intentar ir a buscar a Ragun. Respiró hondo y se preparó mentalmente: tenía que intentar hacerla entrar en razón.

Quizás y todo aún estaban a tiempo de salvar el día.
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Re: [Agrabah] Journey

Notapor EspeYuna » Sab Feb 08, 2014 4:04 am

Mantuve los ojos cerrados en todo momento, esperando la bomba que Fátima estaba a punto de soltar. La escuché, con los sentidos bien puestos, suspirar antes de decirme lo que no quería que escuchara.

La verdad es que no sé bien cómo decírtelo… Quiero que sepas que parecía estar bien, ¿de acuerdo? Pero… Pero…

...


¿¡Qué, tan!?

La última frase de Fátima hizo que abriera los ojos de golpe, ahogando un grito. Fátima se agachó y me cogió por ambos brazos, intentando por todos los medios tranquilizarme.

¿¡Cómo que había perdido un brazo!?

¡Pero te digo que estaba bien! ¡Se las ha apañado muy bien! Te prometo que no le dolía ni nada por el estilo…

Que se las ha... apañado bien... dices... —hundí el rostro en mis rodillas, intentando por todos los medios cumplir mi promesa con Fátima para no moverme del sitio y cometer la descabellada idea de ir en aquel momento a Bastión Hueco, aunque tuviera que enfrentarme a Ryota o a cualquiera de los aprendices de la Estrella Maldita.

Y cuando mencionó lo de un dios renacido en Tebas, ciudad del famoso Coliseo del Olimpo, se me formó un nudo en la garganta nombrando dubitativa a quien, por increíble que me pareciera, hubiese resucitado.

La pesadilla de Fyk y Ragun:

¿Me estás diciendo... que Gárland ha regresado?

*****


¡¡Suéltame, Fátima!!

Mi amiga había logrado alcanzarme tras haberla perdido varias veces por los pasillos. Justo cuando iba a invocar mi Glider en los jardines, Fátima se lanzó a mi abdomen y me aprisionó con fuerza, evitando que pudiera moverme.

En mi interior se mezclaba el miedo, la rabia y la confusión. No pensaba con claridad y había roto mi promesa de permanecer quieta. ¿¡Pero cómo diantres iba a quedarme sentada!?

¡Gárland había regresado! ¡Y Ragun había perdido un brazo! ¡¡Un brazo!! ¿El izquierdo? ¿El derecho? ¿Con cual se apañaría para manejar su arma? ¡O lo que es peor! ¿¡Cómo demonios iba a montar en Glider sin la seguridad de los dos brazos sujetos al mismo!?

Y luego estaba Alexander. Todo lo veía demasiado negro, ya no podía tomarme las cosas con calma.

Pero, ¿el qué podía hacer? ¿Qué pretendía yendo sin un plan?

Dejé de ejercer fuerza para soltarme de Fátima, quien todavía me pegaba voces e, inevitablemente, algunos aprendices nos miraron extrañados en la lejanía.

Tandy se acercó y me susurró al oído una de sus nanas, lo cual atontó mis sentidos y caí al césped, derrotada aunque no dormida del todo. Zarandeé la cabeza y esperé que estuviera más espabilada para permitirme pensar.
Imagen
¡Soy enfermera~!
Nurses are Angels on Earth
Imagen
Mi blog + DeCulture

Imagen
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen
KHWorld Awards 2014
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2013
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2012
Imagen
ImagenImagen
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
EspeYuna
115. Demyx
115. Demyx
The Unknowns
 
Mensajes: 3437
Registrado: Mar Feb 28, 2012 11:12 pm
Dinero: 53,263.25
Banco: 15,063.87
Ubicación: ¡Entrenándome en Tierra de Partida para combatir a los sincorazón! ¡Ah! ¡Y en FanPlace!
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 54

Re: [Agrabah] Journey

Notapor Suzume Mizuno » Sab Feb 08, 2014 4:46 am

¡¡Suéltame, Fátima!!

¡Y una mierda te voy a soltar! ¡Me lo prometiste! —rugió Fátima, sujetándola con todas sus fuerzas—. ¡Si me escucharas alguna vez, maldita sea! ¿Qué vas a conseguir saliendo a correr así, sin más? ¡No vas a encontrarle, a dónde demonios piensas ir, estúpida!

Pero nada, Nadhia seguía intentando librarse de su agarre y Fátima agradeció desde el fondo de su corazón los entrenamientos con Lyn, que la habían vuelto fuerte. Lo bastante para apresar con firmeza a su amiga e impedir que la muy loca se fuera al Intersticio quién sabe si rumbo a Bastión Hueco.

Harun siseaba y gruñía desde el suelo, al que se había arrojado cuando Fátima hizo un placaje a Nadhia para evitar que convocara su glider —menos mal que no llevaba puesta la armadura o se habría hecho verdadero daño—. Lanzó alguna que otra llamita nerviosa y faltaba poco para que se pusiera a arrojar fuego de verdad. Fátima le había visto cocinarse su propia comida y no quería acabar con una quemadura en la pierna o, peor aún, pisarle sin querer. ¡Pero Nadhia no se estaba quieta!

Se estaba planteando golpearla o incluso aplicarle un Aturdidor cuando Tandy acudió al rescate y se puso a cantar al oído de la joven. De pronto el cuerpo de la muchacha se quedó sin energía y se desplomó hacia delante. Fátima soltó una exclamación y la sostuvo a tiempo de evitar que se golpeara contra el suelo. Luego la dejó suavemente en la hierba y se sentó con un gemido de alivio.

Gracias, Tandy. Harun, ven pequeñajo, todo está bien —dijo tendiendo las manos a su dragón, que acudió a refugiarse a toda velocidad en torno a su cuello.

Esperó unos minutos a que Nadhia se hubiera calmado y, apoyando la barbilla en una mano, gruñó:

¿Ves por qué no te quería contar nada? Entiendo que Ragun te preocupe pero, mierda, Nadhia, ¿de qué sirve que te pongas histérica y quieras ir corriendo a por él? Ya te he dicho que estaba todo lo bien que podía estar. ¡Por Dios, si luchamos juntos contra unos Sincorazón y me salvó un par de veces! —dijo de muy mal humor—. ¿Qué ibas a hacer, ir a Bastión Hueco, derribar la puerta y sacar a Ragun a rastras?

Sabía que estaba siendo muy brusca, pero ya no sabía cómo hacérselo entender.

Y ya te digo que no vi nada de Ello. Es más, parecía una persona completamente normal. Incluso podríamos decir que me cayó bien, cuando esperaba encontrarme a una especie de psicópata. Y tenía muy claro que él está bien en Bastión Hueco.

Resopló y acarició a Harun, cuyo acelerado pulso podía notar contra el cuello. No lo había hecho bien, desde luego, pero lo de Nadhia era exagerado. Habría sabido llevarlo mejor si hubiera roto a llorar…

Sintiéndose un poco mal consigo misma, pues al fin y al cabo todo era culpa suya —¡maldita lengua!—, acarició una mano de la chica y dijo con más suavidad:

Ahora, calmémonos un poco, ¿vale? Y recuerda que me has prometido quedarte quieta —le advirtió elevando un poco el tono.
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Re: [Agrabah] Journey

Notapor EspeYuna » Sab Feb 08, 2014 5:28 am

Logré recuperarme de la canción de Tandy a los pocos minutos, pero aún así sentía algo de somnolencia. El guardián se apresuró a comprobar si no se había pasado con sus poderes y me miró apenado:

Tandy...

Lo siento, no debí —se arrepintió el moguri, viendo como había perdido toda la fuerza de mi cuerpo en apenas medio segundo que había tarareado una mísera estrofa—. Me tienes prohibido usarlo, tan, tan. Y menos contigo.

>> Pero es que, Fátima tiene razón, y... tan...

Gracias, pequeñajo —hice ademán por levantar la mano y acariciarle las orejas, pero a duras penas lo conseguí.

Escuché, aún un poco atontada, la riña de Fátima como si fuera mi propia madre. Comprendí lo impulsiva que me había vuelto y la locura que había estado a punto de cometer... por segunda vez.

¡Por Dios, si luchamos juntos contra unos Sincorazón y me salvó un par de veces! ¿Qué ibas a hacer, ir a Bastión Hueco, derribar la puerta y sacar a Ragun a rastras?

Yo... yo qué sé.

Y ya te digo que no vi nada de Ello. Es más, parecía una persona completamente normal. Incluso podríamos decir que me cayó bien, cuando esperaba encontrarme a una especie de psicópata. Y tenía muy claro que él está bien en Bastión Hueco.

¿De verdad?

Nunca recibí una respuesta de Ragun. Justo antes de que pudiera decirme si decidía volver o no a Tierra de Partida, Alexander se interpuso. Jamás supe lo que me quiso decir, ¿y si realmente estuviera bien en Bastión Hueco?

Pero no podía quitarme de la cabeza las cosas que Ryota y sus aprendices habían hecho con aquel mundo. Lo habían destruido con la aparición de los sincorazón, sin olvidarme de lo que había escuchado sobre aquella Maestra y su aprendiz. ¿Cómo fiarme realmente? Es más, ¿quién había logrado resucitar a Gárland? Mis sospechas iban obviamente encaminadas a Bastión Hueco, sin duda alguna.

¿¡Y aún así, Ragun decía que estaba bien allí!?

Ahora, calmémonos un poco, ¿vale? Y recuerda que me has prometido quedarte quieta.

No lo entiendo —musité, sintiendo la mano de Fátima sobre la mía—. De verdad que no, ¡no entiendo nada!

Sollocé, llevándome las manos a la cabellera y hundiendo mi rostro en las rodillas. Cada vez lograba comprender menos la situación de Ragun y necesitaba verle. Confiaba en la palabra de Fátima, ya que me había dicho la verdad que me había estado ocultando, pero... no podía estar tranquila.

¿Qué se supone que debo hacer ahora? —pregunté, más bien a mí misma que a Fátima o a Tandy— Porque me siento inútil.

>> ¿Y si el entrenamiento en Agrabah no ha servido para nada?

Entonces, el nombre de una persona en particular surcó mi mente.

No sé si debería... comentárselo a Chris.

¿A Christian, tan?

Asentí a mi guardián. Éste, dubitativo y algo preocupado, miró a Fátima. Sabiendo lo que le pasaba por la cabeza en aquel instante, le acaricié la cabeza:

Si... si te quedas más tranquilo, Fátima puede venir con nosotros —y en el último momento, añadí—: Claro que, si a ella tampoco le importa.

Ante la duda en sus ojos sobre aquel personaje, suspiré sin saber cómo se tomaría aquel minúsculo detalle:

Le conocí hace poco. Es... el hermano mayor de Ragun.
Imagen
¡Soy enfermera~!
Nurses are Angels on Earth
Imagen
Mi blog + DeCulture

Imagen
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen
KHWorld Awards 2014
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2013
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2012
Imagen
ImagenImagen
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
EspeYuna
115. Demyx
115. Demyx
The Unknowns
 
Mensajes: 3437
Registrado: Mar Feb 28, 2012 11:12 pm
Dinero: 53,263.25
Banco: 15,063.87
Ubicación: ¡Entrenándome en Tierra de Partida para combatir a los sincorazón! ¡Ah! ¡Y en FanPlace!
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 54

Re: [Agrabah] Journey

Notapor Suzume Mizuno » Sab Feb 08, 2014 5:58 am

Fátima pasó un brazo por los hombros de Nadhia y la dejó llorar sin interrumpirla, con el corazón encogido por sus sentidos sollozos. No debería habérselo dicho. Tendría que haber imaginado que pasaría algo así.

«Ay… Si al menos pudiera hacer algo más…» odiaba sentirse tan inútil.

¿Qué se supone que debo hacer ahora? —preguntó de pronto Nadhia, pero Fátima no estaba muy segura de que esperara respuesta— Porque me siento inútil. ¿Y si el entrenamiento en Agrabah no ha servido para nada?

No seas tonta, nada de lo que uno hace es una pérdida de tiempo —intentó animar a la chica, si bien sabía que sus palabras sonarían huecas a los oídos de Nadhia.

También lo sonaban un poco a los suyos.

De pronto la expresión de la joven se iluminó y musitó:

No sé si debería... comentárselo a Chris.

¿A Christian, tan?

¿Y ese quién es? —preguntó Fátima al cabo de unos instantes, cuando ninguno de los dos pareció tomarse la molestia de explicarle de qué estaban hablando.

Además, Tandy le había mirado de una forma extraña. ¿Quizás no querían que se enterara de quién era…?

Si... si te quedas más tranquilo, Fátima puede venir con nosotros

Fátima frunció el ceño. Qué bonito, hablaban de ella como si se tratara de algo que pudieran cargar de un sitio para otro.

Claro que, si a ella tampoco le importa.

Eso estaba mejor.

No me importa ir a donde sea necesario —dijo. En realidad le gustaría quedarse tranquila en Tierra de Partida, pero si Nadhia pensaba irse ella debía acompañarla. Nunca lo reconocería en voz alta por no herir a su amiga, si bien para sus adentros tenía muy claro que no se fiaba de lo que fuera a hacer. Además, no podía dejarla ir sin más, cuando acababa de tener una especie de ataque de histeria…—. Pero, ¿me vais a decir quién es ese Chris?

Le conocí hace poco. Es... el hermano mayor de Ragun.

Oh… ¡Ah, creo que me hablaste sobre él cuando salimos de la Red!—caviló sobre ello. Se suponía que era su hermano quien la estaba ayudando a manejar esa extraña magia que le permitiría «poner bajo control» a la otra personalidad de Ragun. Y, por lo que parecía, tenía mucha confianza con él. Seguramente era la única persona con la que se atrevía a descargar sus preocupaciones sobre su amigo… Sonrió y le dio un golpecito a Nadhia en el hombro—. De acuerdo, vamos si así te quedas más tranquila.

Aunque, la verdad, no sabía de qué iba a servir hablar con una persona u otra. Ragun seguiría sin tener brazo y sin querer regresar a Tierra de Partida, por motivos que Nadhia desconocía… Pero que Fátima no estaba dispuesta a comentar todavía con nadie. No hasta que se hubiese aclarado ella misma sobre qué demonios estaba haciendo la Orden de los Caballeros. Además, no quería penar en lo que haría Nadhia si se enterara del papel que Ragun atribuía a Ronin en la pérdida de su brazo…

Se incorporó y puso los brazos en jarras, resulta a resolver aquella situación cuanto antes.

Bueno, pues nos vamos a Agrabah, ¿no? —le tendió una mano para ayudarla a incorporarse. Luego cogió con firmeza a Harun, obligándole a soltarse de su cuello—. Y usted, señor, se queda aquí. Tandy, ¿a que te apetece hacer de niñera? —sonrió al moguri. Sabía bien que a Harun no le gustaba nada aquel conejo, sin embargo, era necesario: tenía que acostumbrarse a que no siempre iban a tratarle con mimos—. No puedo llevar a Harun conmigo, es demasiado pequeño, y tú eres el único en el que puedo confiar. Cuando regresemos negociaremos sobre el precio —añadió cuando Tandy comenzó a quejarse—. ¿Qué me dices?

****


Una media hora después, Fátima se reunió con Nadhia de nuevo en los jardines; se había puesto ropa de hombre parecida a la que usaban los habitantes de Agrabah y llevaba en una mochila un par de botellas de agua y crema para el sol; nunca había visitado un lugar en el que hiciera y estaba convencida de que su piel blanca lo iba a sufrir.

Pero, ¡qué demonios! ¡Agrabah! ¡El mundo del que venía Malik! ¡Con sus templos y sus casas blancas! ¡Con los zocos y el gran palacio!

Tenía, por fuerza, que ser un lugar precioso.

¡No podía esperar a llegar!

¿Vamos, Nadhia? —preguntó, colocándose la armadura e invocando su glider.
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Nascence

Notapor EspeYuna » Sab Feb 08, 2014 10:56 pm

Oh… ¡Ah, creo que me hablaste sobre él cuando salimos de la Red!—exclamó Fátima, cayendo en sobre quien estaba hablando. Sí, le comenté que Chris era la persona que me estaba ayudando a utilizar la luz del broche para mantener bajo control a Alexander, antes de que fuera demasiado tarde para Ragun. Sentí que la joven me daba unos suaves golpecitos en el hombro y me encontré con su sonrisa—. De acuerdo, vamos si así te quedas más tranquila.

Gracias, Fátima —le sonreí mientras ella hacía ademán por ayudarme a levantarme del sitio. Cuando dejó claro que nos iríamos a Agrabah juntas, me sentí algo aliviada. ¿Qué habría pasado si no le hubiese contado nada a ningún amigo? Sé que le había prometido a Xefil contarle si tenía problemas, pero el caso es que intentaba utilizar el poder del broche en mi beneficio. Y eso, sin duda, le habría hecho saltar y prohibirme en rotundo volver a ver al hermano de Ragun.

Aunque Fátima sabía que jugaba con fuego, no me detenía, como hubiese hecho Xefil, o incluso Light. Pero no por ello iba a dejarme sola cometiendo alguna locura, como la que había estado a punto de hacer al marcharme sin un rumbo fijo, sin un plan.

Al menos, tenía su aprobación a medias.

Y usted, señor, se queda aquí. Tandy, ¿a que te apetece hacer de niñera? —la sonrisa de Fátima y la mueca de Tandy hizo que soltara una carcajada, la cual liberó toda la tensión del momento que habíamos tenido, y el espectáculo que habíamos montado en los jardines. Harun no es que se llevara especialmente bien con Tandy, y a la primera de cambio asustaba al pequeñajo con el fuego que desprendía por su boquita. Aunque era una cría, la consideraba muy inteligente, y el dragón hacía pasar un auténtico calvario a Tandy en cuanto los dos se quedaban a solas. Además, Tandy quería mucho a Fátima y si se intentara defender haciéndole algo no se lo perdonaría, por muy asustado que estuviera de él. Yo le había recomendado en alguna ocasión que usara su canto, pero Harun no caía con aquel truco tan fácilmente: a fin de cuentas, era una criatura mágica y sabía usar sus cartas. —. No puedo llevar a Harun conmigo, es demasiado pequeño, y tú eres el único en el que puedo confiar. Cuando regresemos negociaremos sobre el precio —Tandy se estremeció y fue a negarse, pero fue escuchar la palabra "precio" y pensárselo seriamente—. ¿Qué me dices?

Durante unos segundos de silencio, y observando la cara de cachorro que puso Fátima para debilitar a mi pobre guardián, éste se resignó a aceptar el trato:

¡Bollos de crema, kupó! —exclamó el pequeño— ¡Todos los que cojas para ti en el comedor durante una semana, tan, tan!

****


Nadhia, ten cuidado, tan.

Lo tengo siempre —ante mi respuesta, el moguri me pellizcó con sus patitas y puso una mueca que me hizo sentir muy culpable—. Está bien, granuja. Te lo prometo.

>> Volveremos enseguida, no te preocupes.

Cuando salía de la habitación dispuesta a reunirme con Fátima en los jardines, acaricié a Harun y éste arqueó todo su cuerpo en señal de sumo gusto por el gesto de despedida. Y justo cuando cerré la puerta, escuché el primer grito de socorro de Tandy. Por lo pronto, sabía que Harun no usaría el fuego en mi cuarto porque me tenía aprecio y no sería capaz de hacerle daño a mis libros —aunque, para qué engañarme, todavía temía por ellos—, pero Tandy no se libraría de sus travesuras como el cachorro de dragón que era.

Sólo esperaba que mi guardián estuviera de una sola pieza cuando volviera a casa.

Tanto Fátima como yo habíamos acudido a recoger ropa acorde a Agrabah, pero no solo eso: yo, por mi parte, me puse la capa vieja y gastada con la que había conocido a Christian aquel día por las calles de la ciudad rodeada de desierto. En mi mochila, al igual que Fátima, estaban guardadas dos cantimploras y crema para el sol. La última vez mi piel sufrió por ello y tuve que usar Cura de una forma un tanto ridícula para sanar las quemaduras de mi cara.

Vi bastante emocionada a Fátima cuando se colocó la armadura e invocó su Glider. Todavía me hacía gracia pensar que le asustaban las alturas y tenía que lidiar con ello para viajar de mundo en mundo, aunque sólo fueran unos segundos llegando al intersticio. Pero decidí no comentar nada para no incomodarla, no fuera a ser que se arrepintiera y desistiese por acompañarme. La imité y ambas nos lanzamos al cielo, rumbo a Agrabah.

*****


Ambas agradecimos la protección de las armaduras cuando notamos el intenso golpe de calor y la diferencia de temperatura entre el intersticio y el ardiente desierto de aquel mundo. Bajo nosotras se cernía un manto extenso de arena, dunas gigantescas y que, a la luz del sol, resplandecían como si tuvieran vida propia. El viento, leve de momento, provocaba un efecto visual muy bonito, simulando las dunas como el oleaje del mar en Islas del Destino.

¡Mira, Fátima! ¡Esa es la ciudad donde vivía Malik! ¡Y donde vive también Chris!

Y entonces alcancé a ver la ciudad de Agrabah en la lejanía. Como siempre, parecía sumamente diminuta en comparación a todo lo que era el mundo en sí. Curioso que el nombre de aquel sitio fuera sólo por la ciudad más importante. Lo que es más, ¿habría otras ciudades más allá del desierto? Nunca me había atrevido a comprobarlo por miedo a perderme. Pero, ¡qué tonta! Si alguna vez me perdía, sólo tenía que volver al cielo y empezar de cero. O eso creía, al menos.

De pronto, el viento comenzó a soplar con más fuerza. No le di la más mínima importancia, hasta que Fátima me gritó y señaló a nuestras espaldas, antes de siquiera intentar alcanzar la ciudad.

¿¡Pero qué!?

Primero vino una onda de calor abrumadora. Me agarré cuanto pude al Glider, ayudada a mantenerme en él gracias a la vela que portaba. Pero pronto aquello sólo se convertiría en un estorbo. El viento comenzó a soplar desde otro ángulo y comencé a perder el control de mi Glider, a la par que Fátima y yo contemplábamos bajo nuestros cascos, aterradas, como aquella ola de arena estaba a punto de alcanzarnos.

En el último momento conseguí volver a tener el control de mi Glider y me lancé disparada con Fátima al frente, quien no había tenido tanto problema como yo. Una segunda ola de calor que venía con el fuerte viento me lanzó hacia adelante, y cuando quise darme cuenta había perdido de vista a Fátima.

¡¡Fátima!!

"¡Mierda, mierda, mierda!"

Maldiciéndome, di media vuelta y contemplé de nuevo lo que se había tragado a Fátima y, obviamente, a mí si no huía lo antes posible. Pero no dejaría a Fátima enterrada en la arena, ¡no lo permitiría!

Decidida a cometer otra de mis locuras, lancé una orden a mi Glider y éste hizo desaparecer su vela, quedándome solo con la tabla. Mis pies estaban adheridos con más fuerza mágica a ésta y no caería de él tan fácilmente. Sólo rezaba porque no doliera.

Spoiler: Mostrar
Imagen


Me lancé hacia la ola gigante de arena y penetré en ella, sintiendo como un calor arrollador y espantoso atravesaba mi armadura. La arena consiguió penetrar también en el casco y tuve que entrecerrar los ojos, maldiciendo el temporal y a mí misma si no conseguía encontrar a Fátima dentro de aquella tormenta.

¡Fátima! ¡Fátima! ¿¡Dónde estás!?

Y lo hice, milagrosamente. Mis últimos gritos fueron acompañados de unos de auxilio y la imagen del Glider de Fátima en la lejanía. Logré alcanzarla y la abracé en medio de la tormenta. Su transporte estaba hecho añicos, y el mío comenzaba a soltar pequeñas virutas de la superficie de la tabla. ¡Demonios, había que darse prisa y salir de allí!

Pero no éramos capaces. Los Glider apenas respondían a nuestras órdenes con el oleaje de calor, viento y arena. Si no lleváramos puestas las armaduras, estaríamos ya muertas.

Y entonces fue cuando una horrible sacudida del viento soplando por lados opuestos nos intentó separar. Nuestros Glider, por desgracia, desaparecieron. Estos se desvanecieron en unos destellos de luz y me agarré a los brazos de Fátima.

Allí, en medio del desierto, Fátima me rogaba que no la soltara. Y no pensaba hacerlo.

Pero se me estaba escapando de las manos.

¡Agárrate! ¡No te sueltes! ¡Por favor, Fátima!

Vencidas por completo, otro azote de viento logró que mi cuerpo se perdiera en la tormenta.

¡¡¡Fátima!!!

*****


Spoiler: Mostrar


Esto se me está yendo de las manos, padre.

El hombre, vestido con los ropajes más adecuados para viajar por el ardiente desierto, contempló desde las alturas de una duna la tormenta de arena que se había tragado las vistas que había estado vigilando, expectante por saber si también se había llevado con ella aquellas espantosas criaturas que le habían arrebatado más de una persona importante de su familia.

Spoiler: Mostrar
Imagen


Apretó los dientes tras que la tormenta cesara y viera, muerto de rabia, como aquellos monstruos surgidos del mismísimo infierno salían de entre las dunas, buscando con desesperación algo que bien sabía era su alimento: los corazones de aquellos que se perdían en el desierto o viajaban con los comerciantes.

Que atacaran a los malhechores le había agradado de cierta manera, pero atacar a su propio pueblo ya le había hecho tomar medidas.

Eran tantos los que habían caído a su lado, intentando proteger su caravana, que el odio se apoderaba poco a poco de su corazón. Un sentimiento tan parecido al miedo, que quizás no se daba cuenta de que los sincorazón tenían los ojos puestos en él.

Tenía un corazón muy fuerte. Sin embargo, si lograba bajar la guardia, tan sólo sería una presa más de aquellos monstruos. Buscando paz en su interior, se giró y contempló la gran montaña de la que tan sólo unos pocos habían conseguido llegar a su cima. Los antepasados del mismo.

Spoiler: Mostrar
Imagen


Y pronto, sería él quien guiaría a los jóvenes de su pueblo en aquel arduo peregrinaje. Pero no podía evitar sentirse asustado con la presencia de la oscuridad acechando por el camino.

Un camino que emprenderás y te llenará de vida, le dijo su padre antes de morir. Desde siempre aquel hombre no había sido propenso a creer en más allá de lo que sus ojos lograban ver. A sus treinta y pocos años, tampoco iba a cambiar su modo de pensar, respetando aún así la historia de su familia.

Pero en aquel momento, presenciando la existencia de aquellos demonios, deseaba con todas sus fuerzas que las leyendas de su pueblo fueran ciertas...

... y los viajeros del pasado acudieran para guiarle.
Imagen
¡Soy enfermera~!
Nurses are Angels on Earth
Imagen
Mi blog + DeCulture

Imagen
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen
KHWorld Awards 2014
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2013
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2012
Imagen
ImagenImagen
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
EspeYuna
115. Demyx
115. Demyx
The Unknowns
 
Mensajes: 3437
Registrado: Mar Feb 28, 2012 11:12 pm
Dinero: 53,263.25
Banco: 15,063.87
Ubicación: ¡Entrenándome en Tierra de Partida para combatir a los sincorazón! ¡Ah! ¡Y en FanPlace!
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 54

The Call

Notapor Suzume Mizuno » Dom Feb 09, 2014 8:57 pm

¡Mira, Fátima! ¡Esa es la ciudad donde vivía Malik! ¡Y donde vive también Chris!

Fátima maniobró con el glider para inclinarse un poco —sólo un poco, lo suficiente para poder mirar al frente y no sufrir vértigo— y vio las resplandecientes cúpulas de la ciudad de Agrabah a lo lejos. Se quedó sin aliento: ¡el palacio era impresionante! ¡Costaba creer que hubieran podido construir algo así! Y las casas, tan pequeñitas y bonitas, de color blanco, expandiéndose a su alrededor como una red…

¡Qué ganas de llegar! ¡Y de dejar el glider de una maldita vez! Ya podían haber aparecido un poquito más cerca…
Estaba concentrada en calcular la distancia que las separaba de la ciudad, y en los minutos de vuelo que les quedaban, cuando se dio cuenta de que el silbido del viento era más fuerte de lo normal. Al cabo de unos segundos la fuerza del viento se incrementó de golpe y tuvo que hacer un esfuerzo por mantener la ruta del glider.

«Pero qué…»

Fátima se volvió lentamente, con el ceño fruncido, y se quedó de piedra al ver cómo, tras ellas, se levantaba una masa de arena. Al principio no supo qué demonios estaba pasando pero, de pronto, recordó con alarma lo que había leído sobre países arenosos como el de Agrabah.

¡Nadhia! —chilló entonces con todas sus fuerzas—. ¡Una tormenta de arena! ¡Una tormenta de arena! —señalaba a su espalda con violencia.

Antes de que pudieran reaccionar las alcanzó una onda de calor que las arrojó al frente. Fátima gritó del susto y se aferró a los mandos del glider aterrorizada; cuánto más al volverse y ver que una ola inmensa, gigantesca, de arena se arrojaba sobre ellas.

¡Cuidado, Nadhia! —gritó al ver que la chica tenía problemas con la vela de glider.

¿Qué tenían que hacer? ¿Qué debían hacer? ¿Bajar, subir? ¡Si casi no podía ni manejar su maldito transporte!

De pronto vio que Nadhia trataba de volar hacia ella y Fátima negó bruscamente con la cabeza. ¡Pero qué hacía! ¡Si se juntaban no podrían maniobrar, iban a terminar por matarse!

En ese momento un nuevo golpe de calor las alcanzó. Fátima se encogió y estuvo a punto de resbalar, pero sus dedos se cerraban como garfios en torno a los mandos y consiguió no separarse de su glider mientras todo daba vueltas con violencia. El mundo rugía a su alrededor y todo se había vuelto oscuro. La arena le golpeaba la armadura por todas partes y parecía querer enterrarla bajo su peso. Se esforzó por volar hacia arriba, forzado los motores del glider hasta el extremo. ¡Tenía que subir y salir de allí!

Pero un nuevo golpe la hizo caer en picado y comprobó, con horror, que el glider comenzaba fallar.

«¡No! No, no, no, no. ¡Ahora no, por favor!».

Pero el motor parecía funcionar a trompicones y dos veces cayó varios metros antes de conseguir remontar el vuelo. El terror comenzó a hacer presa de ella: lo que siempre había temido con toda su alma finalmente estaba sucediendo.

¡Fátima! ¡Fátima! ¿¡Dónde estás!?

¡Nadhia! —respondió tras unos instantes, al comprobar que no se lo estaba imaginando—. ¡Nadhiaaaa! ¡Socorro, mi glider se está…!

La figura de Nadhia se perfiló en medio de la tormenta y, de alguna forma, consiguieron volar la una hacia la otra y aferrarse mutuamente. Fátima habría roto a llorar de puro alivio si no hubiera estado más preocupada por no perder su glider, que parecía estar en las últimas. Pero, si se apagaba el motor, ¿qué sería de ellas?

Entonces, pasó. Una fuerza descomunal las lanzó hacia arriba y la mano de Fátima no pudo seguir sosteniendo su glider, que se escapó entre sus dedos y, tras dar un par de vueltas de campana, desapareció en medio de un resplandor. El tirón que sintió en el brazo por no soltarse de Nadhia estuvo a punto de descoyuntarle el hombro izquierdo y cuando se volvió comprobó, con horror, que el glider de la chica también había desaparecido. Con un tremendo esfuerzo, tendió la otra mano y se aferró a la de Nadhia.

¡No me sueltes! —suplicó a voz en grito, aterrada.

Iban a morir, iban a matarse, no sobrevivirían. ¡No era justo! ¡No había hecho nada, no había conseguido nada! ¡No quería morir por una estúpida caída!

¡Agárrate! ¡No te sueltes! ¡Por favor, Fátima!

Y sus manos se separaron.

¡No!—gritó, intentando aferrarse a ella.

Pero era demasiado tarde. Fueron separadas con brusquedad y en cuestión de segundos la perdió de vista. Lo último que escuchó, antes de perder el conocimiento, fue a Nadhia gritar:

¡¡¡Fátima!!!

****


Spoiler: Mostrar


Cuando Fátima se despertó, tenía la impresión de que acababan de sacarla de una trituradora. Al principio el cuerpo no le respondía y tardó en conseguir que los dedos de las manos reaccionaran a sus órdenes. No veía nada, pero escucha el viento y la arena golpear contra algo metálico. Tardó bastante en comprender que su casco estaba cubierto de arena.
Entre gemidos de dolor, se incorporó y su espalda chocó contra una recalentada placa de la espalda. Mientras la arena se escurría entre sus hombros, cerró los ojos, cegada.

Estaba en medio del desierto, que parecía un mar de oro resplandeciendo bajo los rayos del sol. No se veía nada más que arena, arena y arena.

Se quitó la armadura, que estaba tan caliente que quemaba al mero contacto, y luchó por ponerse en pie, incapaz de creer que hubiera sobrevivido con tan pocos daños a la caída.

«¿Cuánto tiempo ha pasado? ¿Dónde está Nadhia?»

Le ardía la garganta, se moría de sed, todos y cada uno de los músculos de su cuerpo estaban resentidos de dolor… De pronto recordó su mochila y con un sollozo destapó una de las botellas. Sabía que no debía beber de golpe, pero no pudo evitarlo. ¡Hacía tanto calor!

Cuando hubo aplacado su sed, localizó una duna especialmente alta y se dijo que desde ahí obtendría una mejor panorámica de los alrededores. Asintió para sí misma y se incorporó con esfuerzo; sentía las piernas blandas y torpes. Además, se hundía en la arena y le costaba sacar los pies y volver a dar otro paso. Al final tuvo que ayudarse de las manos para trepar.

Una vez llegó a lo alto se quedó boquiabierta: el mundo, dorado, se expandía a su alrededor y chocaba en el horizonte con un cielo azul intenso. Y, en medio de todo ello, destacaba una montaña que partía en dos el mundo.

Spoiler: Mostrar
Imagen


Aturdida, sacudió la cabeza.

¿Dónde estaba Nadhia?
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

First Confluence

Notapor EspeYuna » Dom Feb 09, 2014 10:47 pm

Fá... Fátima...

Cuando desperté, lo primero que escuché fue el grito de socorro de mi amiga antes de que la tormenta lograra separarnos. Todo me daba vueltas y no paraba de repetir su nombre, una y otra vez, sin darme cuenta que podía hacer mucho más que eso. Aturdida, conseguí que mi cuerpo respondiera y se incorporara a duras penas. Noté algo desagradable entrar en mis ojos y fui a socorrerlos con la mano, cuando me encontré con el casco de mi armadura.

Molesta, logré quitármelo con ambas manos, y le siguió el ardiente y resplandeciente sol del desierto golpeándome la piel en cuanto mi armadura desapareció en un destello. Me arrodillé, pero al usar las manos sobre el suelo para levantarme, sólo conseguí gemir de dolor al quemarse ambas palmas de las mismas con la arena que ardía como demonios.

"Maldita sea."

Realmente no sabría decir si estaba mejor con o sin armadura, pero cuando fui a comprobarlo, desistí a los pocos minutos: no conseguía invocarlo, y Ángel Forjado no acudía a mi llamada de momento. Los daños de la tormenta habían sido nefastos y probando una y otra vez sólo conseguiría que el proceso de recuperación se ralentizara.

Y si quería encontrar a Fátima, el Glider debía funcionar lo más pronto posible. Apreté los dientes, impotente, recordando los gritos de mi amiga y lo asustada que había estado dentro de aquel temporal. Sólo deseaba que no le hubiese pasado nada por mi culpa.

"No debería haber venido conmigo. ¡Ella no merece que le pase nada, no...!"

Sintiendo una gran ansiedad aprisionada en el pecho, caminé a duras penas para lograr situarme. Me di cuenta entonces de que la garganta me ardía y busqué a mi espalda la pequeña mochila que siempre llevaba en los viajes.

Se me formó un nudo en el cuello al comprobar, por desgracia, que la misma no estaba adherida a mi cuerpo. Rodeé mi posición dos veces, buscándola en las cercanías de las dunas de alrededor, pero sólo hallé arena, arena y más arena.

Enrabietada, le di una patada al suelo, levantando la arena y sólo consiguiendo que me entrara más en el ojo. Me di la vuelta en un ataque de histeria y, a los pocos segundos, logré ver otra vez. O lo que me permitía el sol, cegándome por completo si no usaba la mano a modo de visera. Por suerte, no parecía estar todo perdido cuando visualicé algo que resplandecía bajo la luz del sol.

"¡Mi arco!"

Corrí torpemente, descendiendo desde aquella duna para agarrar mi preciada arma. Lo mismo no podía decir de mi carcaj. Encontré entre la arena todas mis flechas, cada cual en peor estado que la anterior. Sólo tres o cuatro permanecían con la punta de la misma intacta.

Pobres mías —miraba las flechas como si de hijas se trataran. Puede que fueran míseros trozos de material para atravesar al enemigo, pero era yo quien las cuidaba día tras día, comprobando si habían sufrido daños, si tenía que desecharlas o podía hacer un apaño con ellas.

A pesar de todo, el arco estaba como nuevo. Aunque tampoco debía sorprenderme, si había sido fabricado en la misma Orfebrería de Ciudad de Paso de manos de Montblanc. Y tras el incidente con Xefil y Light, ya le valía que durara.

Sin embargo, en aquel momento me preocupaba más la seguridad de Fátima que un arco que podía arreglar cuando regresáramos. Tragué saliva, haciéndome daño en la garganta por la sed: "volver."

Sacudí la cabeza, quitándome ideas raras de la cabeza. ¡Por supuesto que íbamos a salir de aquello! No estábamos, en absoluto, tan perdidas. Si Fátima había tenido la misma suerte, tan sólo tendríamos que esperar una hora o dos a que nuestros Gliders pudieran ser invocados otra vez.

Empecé a marearme, a culpa de los nervios y el calor. Aunque llevaba ropas propias de Agrabah, algo me decía que no eran las más apropiadas para estar en medio del desierto. Fui a la duna más alta que encontré, usando las manos a duras penas para llegar a la cima, y me hallé con un paisaje que me dejó con la boca abierta, aunque le siguió una sensación de angustia al comprobar que no lograba ver ninguna ciudad cercana, ni un mínimo atisbe de vida en un radio de... ¿cuántas millas?

Nadhia, mantén la calma —permitiéndome hablar conmigo misma, me colgué el carcaj como pude—. En cuanto el Glider se recupere, a volar y ya está.

Pero estaba aterrada, para qué mentir. ¿Qué me decía que aquella tormenta de arena no se volvería a repetir en pocos minutos? Eran bastante impredecibles, según tenía entendido. ¿Y si volvía a suceder, sin poder invocar la armadura?

No quiero morir así —mascullé, con el corazón en un puño.

Por supuesto que no. Ser enterrada viva no entraba dentro de mis planes.

Todavía me queda mucho por hacer.

*****


Pudo pasar perfectamente una hora desde que decidí quedarme en el mismo punto. Si Fátima me estaba buscando, lo más seguro era esperar a que apareciera, al menos hasta que mi paciencia lo permitiera.

Lo peor que llevaba era la sed. Sentía como si tuviera mil clavos atravesándome el cuello cada vez que intentaba hidratarme con mi propia saliva. No sabía como colocarme, el sol me daba de lleno en la espalda, y si me daba la vuelta era peor. Rodeé con parte de las ropas mi cuello y mi cabeza, esperando así que las quemaduras tardaran más en aparecer.

"Agua... tengo que encontrar agua."

Cuando de pronto, con la mirada perdida entre la arena del desierto, logré ver en la lejanía una presencia que, hasta el momento, había pasado desapercibida a mis ojos. Una figura blanca.

Spoiler: Mostrar


¿Eh?

En cuanto vi que aquella silueta tenía forma humana, me embargó el alivio y la felicidad. ¡Era una persona!

¡O-Oiga!

Sin embargo, aquella persona no contestó. Me acerqué un poco más y comprobé que, efectivamente, tenía apariencia humana. Aquel enigmático personaje se protegía del ardiente sol bajo una preciosa túnica, seguramente tejida a mano, y escondía su rostro con una máscara.

Spoiler: Mostrar
Imagen


De pronto, la figura se dio la vuelta y echó a correr. O bueno, no sabría decir si fue por culpa del calor, porque me pareció ver patinar sus finos pies sobre la arena. Aterrada de que no me hubiera visto, o se pensara que fuera un malhechor para robarle o quitarle la vida, supliqué a gritos que no se marchara:

¡¡Espere!!

>> ¡Por favor, ayuda!

Eché a correr cuanto me permitieron las piernas. Y en algún momento de aquella persecución, sin perder de vista el trazo blanco y dorado que dejaba aquel personaje a su paso por el desierto, me desmayé.

Te mostraré el camino, portadora de luz.
Imagen
¡Soy enfermera~!
Nurses are Angels on Earth
Imagen
Mi blog + DeCulture

Imagen
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen
KHWorld Awards 2014
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2013
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2012
Imagen
ImagenImagen
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
EspeYuna
115. Demyx
115. Demyx
The Unknowns
 
Mensajes: 3437
Registrado: Mar Feb 28, 2012 11:12 pm
Dinero: 53,263.25
Banco: 15,063.87
Ubicación: ¡Entrenándome en Tierra de Partida para combatir a los sincorazón! ¡Ah! ¡Y en FanPlace!
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 54

Second confluence

Notapor Suzume Mizuno » Lun Feb 10, 2014 3:36 pm

Fátima tardó en ponerse en marcha; el calor era tan intenso, tan destructivo que le robaba todas las fuerzas e incluso la voluntad de pensar. Casi podía sentir cómo se le cocía el cerebro dentro de la cabeza. La arena estaba tan caliente que casi tenía la impresión de que la estaban cocinando a la parrilla.

Intentó invocar su glider, pero no hubo forma y ni siquiera tuvo energías para exhalar un pequeño gemido de desesperación.

«Nadhia, tengo que buscar a Nadhia» pensaba una y otra vez, pasándose los dedos por los labios resecos. Tenía sed, pero se resistía a beber.

Pero no se movía y el mundo fluctuaba ante sus ojos como si hubiera una pantalla de agua ondeante. En un rincón de su mente sabía que aquello era efecto del calor y que más le valía empezar a moverse antes de que se le acabara el agua, pero simplemente no podía.

«¿Me voy a morir aquí?» pensó con desgana.

No sabía qué sería mejor, si matarse de una caída o achicharrarse al sol. Se encontró riendo al pensar en que iba a acabar como ese pájaro desprevenido que Harun había cazado en una ocasión.

Quizás fue pensar en su pequeño dragón, o simplemente en la idea de que su piel acabaría reseca como la de una momia si continuaba ahí, pero de pronto se encontró levantándose a duras penas. Dio un paso tentativo y no había empezado a bajar por la duna cuando tropezó y cayó rodando varios metros. La arena se le metió por todos los rincones del cuerpo, en los ojos y en la boca, y casi la cubrió cuando frenó en su caída.

«¿A dónde piensas llegar así?».

Pero se puso en pie, igualmente, haciendo visera con una mano y echó a caminar. No sabía bien a dónde ni en qué maldita dirección debería ir, pero la cosa era moverse, buscar a Nadhia, intentar pensar. Todo menos quedarse esperando a que el sol y el calor hicieran su trabajo.

Miró la montaña y se preguntó si cerca habría algún pueblo, algo, lo que fuera. Lo que estaba claro es que quedaba muy lejos, pero al menos era un punto de referencia en medio del desierto.

Mientras caminaba, la frustración se iba haciendo dueña de ella. ¿Por qué últimamente no le sucedía nada bueno? ¡Programas asesinos, Sincorazón en medio de una selva, sus zapatos destrozados y, ahora, una tormenta de arena! ¡Alguien le había echado el mal de ojo, no cabía otra explicación!

Spoiler: Mostrar


El enfado le hizo sacar fuerzas de la flaqueza para avanzar. Llamó a gritos a Nadhia, pero pronto se quedó sin aliento y siguió caminando, mientras luchaba por distinguir algo más que dunas ondeantes a su alrededor. De tanto en tanto alguna corriente de aire infernal levantaba un poco de arena y la arrojaba contra sus ojos.

Tan concentrada estaba en continuar adelante que casi se tropezó con las ruinas.

Eran rojizas, de piedra, de una estructura sorprendentemente maciza pero el tiempo las había maltratado bastante. Por la forma, Fátima dedujo que eran los restos de algún pequeño templo, aunque ahora restaba sólo una nave con varias arcadas abiertas al exterior: los demás estaba hundido en la arena. Sin pensarlo dos veces se precipitó al interior, buscando la sombra y se derrumbó sobre el suelo con un suspiro de alivio. Cuando transcurrió un rato y se sintió con fuerzas, se incorporó y miró a su alrededor con curiosidad: en una de las paredes había un diseño curioso. Muy esquemático, con rayas, y una serie de figuritas triangulares marchando en fila hacia lo que parecía ser una montaña.

Se quedó en blanco unos minutos, incapaz de pensar, hasta que escuchó un siseo a su espalda y se volvió con brusquedad.

A unos pocos pasos de ella, una cobra la observaba.

«Oh, genial».
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Threshold

Notapor EspeYuna » Lun Feb 10, 2014 7:03 pm

Déjame mostrarte el camino.

Spoiler: Mostrar


¡Ey!

Noté como alguien me zarandeaba cogiéndome por ambos hombros y yo desistía aún por permanecer inconsciente. Dormir me parecía mejor plan que asarme a la parrilla en el desierto, eso estaba claro.

¡Vamos, contesta! —aquella voz, madura y varonil, exhaló un suspiro— No me dejas otra opción.

Cuando de pronto, comencé a oler algo... nauseabundo. Entrándome un asco increíble, abrí de par en par los ojos y empecé a toser, haciéndome daño con la garganta completamente árida.

La luz me cegó de nuevo y tardé unos segundos en situarme. Delante mía había una gran sombra que lograba taparme del sol abrasador, la cual se movió y, ante la iniciativa de mi nariz a rechazar aquel desagradable olor, volvió a colocármelo a pocos centímetros de mi rostro. Mosqueada, mi brazo chocó con el suyo y le hizo perder lo que quiera que fuese lo que me acababa de despertar, encontrándome también con su rostro y soltándole un buen tortazo en la cara. Lo primero que me encontré cuando volví a recuperar la visión fue la pícara sonrisa de un hombre de mediana edad, que vestía ropas típicas de los comerciantes que entraban y salían de Agrabah. Pero, para qué engañarme, con un aspecto mejor cuidado que otros nativos de su mundo.

Spoiler: Mostrar
Imagen


Excrementos de dromedario —comentó, bromista—. Nunca fallan.

Aún algo desorientada y confusa, le dediqué lo mejor de un rostro enrabietado al escuchar que me había estado colocando deshechos de animal justo debajo de la nariz, a pocos centímetros de mi boca.

Pero al intentar contestarle, no me salió la voz: tan sólo una mueca de dolor y el gesto de llevarme las manos al cuello.

Anda, toma.

Abrí los ojos como platos cuando el hombre me mostró una cantimplora delante de mis narices. Sin tomarme las molestias de darle las gracias de antemano, le arrebaté la fuente de agua y comencé a beber con violencia, notando un placer increíble al dejar que el líquido refrescara mi boca y mi garganta.

¡Ey, ey, no bebas tan rápido o si no...!

De pronto, la agradable sensación de consumar la sed se convirtió en una terrible arcada que me hizo separar los labios de la cantimplora de piel y echarme a un lado, a punto de vomitar.

...te sentará mal.

¿Qué ha pas...? —tras unos segundos de silencio, intentando recuperarme, logré pronunciar unas míseras palabras— ¿Dónde estoy?

En el mismísimo infierno debías estar ahora mismo, por lo pronto —me comentó el supuesto comerciante, ofreciéndome de nuevo la cantimplora—. Bebe, pero sin prisa. Eso es.

Puedo hacerlo yo... sola —le contesté, algo mosqueada. Todavía no entendía dónde me hallaba, ni quién era aquel hombre. Sin embargo, me acababa de salvar de morir en medio de aquel desértico paraje—. Gracias.

¡Vaya! Si va a ser verdad que las cobras piden disculpas después de morder.

Le regalé una mirada de pocos amigos y seguí bebiendo con el consejo de...

¿Quién eres tú? —pegunté de pronto, tras darme el lujo de refrescarme la cara y la nuca con el agua.

Aquí la cuestión es, ¿quién eres tú? —repitió la cuestión que le había hecho y suspiré, irritada, separándome de la cantimplora— Soy yo quien te ha sacado de la arena, así que... suelta.

>> ¿Qué hace una renacuaja como tú en medio del desierto?

Quizás fuera porque estaba malhumorada por lo que había sucedido, que estuviese preocupada por mi amiga Fátima, o que sus métodos no hubiesen sido los más finos para despertarme, pero aquel diminutivo...

¡Un momento!

¡Fátima! —exclamé de repente, levantándome de golpe.

Pues sí que te recuperas para ensalzar tu nombre al mismísimo Alá, ¿eh? —comentó el hombre, mostrando una mueca de incredulidad.

Zarandeé la cabeza y negué lo que acababa de suponer el nativo de Agrabah.

¡N-No! ¡No estaba sola...! ¡Una tormenta de arena...! —intentando conectar alguna frase convincente para explicar lo sucedido, comencé a mover los brazos, desesperada— ¡A mi amiga Fátima y a mí nos sorprendió una tormenta de arena cuando íbamos volando en nues...!

Me llevé las manos a la boca, dándome cuenta de que me estaba yendo de la lengua. Y aquel desconocido no parecía, para nada, un pelo de tonto. Sin embargo, soltó una carcajada y comentó burlón:

¡Y ahora me dirás que ibais volando en vuestras alfombras mágicas! —le miré con ojos asesinos y me giré, buscando a mi alrededor algo que lograra orientarme— Espera, ¿una amiga tuya? ¿Es que hay más?

Me quedé en silencio unos segundos, recordando como Fátima me suplicó dentro de aquella tormenta que no la soltara. El hombre masculló algo ininteligible entre dientes y se levantó del sitio, colocándose las ropas y dejando ver entre ellas un par de dagas. Aquello, sin duda, me puso en alerta. Siempre había sido bastante confiada, pero puede que por haber estado al filo de la muerte no lograra confiar del todo en aquel hombre.

Eso, o es que me había comenzado a caer mal desde el primer momento, con aquel semblante de superioridad y burlándose a costa de mi situación.

Personalmente, no es de mi interés si tú o esa amiguita tuya os habéis escapado de una caravana de esclavos...

¿Qué te hace pensar eso? —contesté, malhumorada y subiendo a una duna cercana.

Estaba demasiado ocupada intentando localizar a mi amiga que escucharle. Le agradecía que me hubiese salvado la vida, pero su actitud... no me agradaba para nada.

Por tus ojos —comentó el hombre, sacudiéndose la arena y subiendo a la duna para situarse a mi lado—. Hay muchos indeseables que pagarían por tener esa mirada dorada en sus aposentos.

¿¡De... de qué narices hablas!? —ante mi reacción, el varón se echó hacia atrás.

Y, por supuesto, con ese carácter tan difícil de domar —confesó con una sonrisa, mientras me giraba molesta a contemplar la lejana montaña que reinaba el horizonte—. Lo dicho, no creo que seas de por aquí. Y menos que sepas orientarte. Es más, nadie excepto yo y unos pocos conocemos estas millas como la palma de nuestra mano.

>> ¿A quién le robaste ese arco? Te daría para comer durante meses, créeme.

Ante su alarde deducción, le eché un vistazo a mi arco. Cierto que su aspecto era, sin duda, el del arma de un príncipe de aquel mundo árabe. Chasqueé la lengua, realmente molesta de que pensara que era una cría que no sabía tensar la cuerda del arco que acababa de robar. Sin embargo, aquello era un punto a mi favor si al final resultaba ser un malhechor que se estaba aprovechando sólo de aquello para luego venderme al mejor postor.

Eso no te importa.

Su rostro tornó serio por primera vez en toda la conversación, pero no fue por mi creciente bordería:

Tenemos problemas.

¿Eh?

De verdad no sabes nada sobre el desierto, ¿eh? —preguntó, algo molesto— Escucha atentamente.

Hice caso y nos quedamos en silencio durante unos segundos que se me hicieron eternos. Ante mi impaciencia por querer buscar a Fátima cuanto antes, fui a bajar de la duna, cuando el varón me agarró del brazo.

¡Suéltame!

El hombre siseó, concentrado en algo que yo no era capaz de percibir. Cuando de pronto, noté como el aire comenzaba a danzar entre mi pelo y recordé algo importante: que el tiempo de Agrabah era impredecible.

Y al ver como en la lejanía se formaba una pequeña ola de arena, me temí lo peor. Por mero instinto fui a invocar mi Llave-Espada, pero un punzante dolor en la sien me lo impidió. Aún no estaba en condiciones de llamar a Ángel.

Sentí un fuerte tirón del desconocido, gritándome que echara a correr si quería salvarme de morir enterrada. Le seguí, sin querer darme la vuelta para comprobar que aquella pequeña ola comenzaba a formar un gigantesco tsunami a nuestras espaldas.

¡Esto me pasa por compadecerme de una niña desagradecida!
Imagen
¡Soy enfermera~!
Nurses are Angels on Earth
Imagen
Mi blog + DeCulture

Imagen
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen
KHWorld Awards 2014
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2013
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2012
Imagen
ImagenImagen
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
EspeYuna
115. Demyx
115. Demyx
The Unknowns
 
Mensajes: 3437
Registrado: Mar Feb 28, 2012 11:12 pm
Dinero: 53,263.25
Banco: 15,063.87
Ubicación: ¡Entrenándome en Tierra de Partida para combatir a los sincorazón! ¡Ah! ¡Y en FanPlace!
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 54

Third confluence

Notapor Suzume Mizuno » Lun Feb 10, 2014 8:25 pm

Mira, bonita, no tenemos por qué llevarnos mal —dijo Fátima con toda la diplomacia de la que fue capaz, pegando los brazos al cuerpo para no hacer ningún movimiento brusco—. Hay suficiente sombra para las dos y podemos ponernos cada una en un extremo de la nave, ¿no te parece? Así no tenemos que matarnos mutuamente y esas cosas.

La cobra sacó la lengua y volvió a meterla, tan rápido que Fátima apenas sí la vio. Parpadeó con esfuerzo y reprimió un quejido: la cabeza le latía, próxima a una migraña, y el calor la estaba haciendo sudar como si estuviera metida en una sauna. Nada de todo eso le ayudaba a negociar con una estúpida serpiente venenosa.

Tenía que intentar ser rápida; disparar un hechizo o atacarla con su Llave Espada, pero creía haber leído que las serpientes tenían unos reflejos rapidísimos y la maldita criatura estaba muy cerca. Le daba miedo no ser lo suficientemente veloz y más con el mareo que estaba sufriendo. Ni siquiera estaba segura de si no se estaba imaginando a la cobra de las narices.

Apretó los dientes y levantó con cuidado un dedo; necesitaba apuntar para asegurarse de que no iba a fallar. Le hubiera gustado cubrirse con un escudo, pero no estaba segura de que fuera a poder realizar el hechizo a tiempo y menos cuando le estaba costando hasta pensar cómo realizar el más básico de los Electro.

La cobra se irguió sobre su cuerpo, abriendo la boca ligeramente, y Fátima se puso tensa. ¿Eso era que estaba agresiva? ¿Sí, no…? ¡Maldita fuera su suerte!

Cogió aire e iba a disparar el rayo cuando la cobra se arrojó de pronto hacia el frente. Fátima soltó un grito al sentir un aguijonazo en el antebrazo. Acto seguido descargó la magia contra el cuerpo de la serpiente y, en medio de un pequeño estallido de luz, vio cómo su cuerpo se sacudía antes de desplomarse, inerte.

Fátima, en un acceso de rabia, la apartó de una patada y se arremangó rápidamente el brazo derecho para ver que la muy asquerosa le había mordido. La zona en torno a la herida se estaba inflamando rápidamente. Fue a chupar, desesperada, pero de repente pensó que lo que podía estar haciendo era tragarse el veneno y no estaba segura de que eso le fuera a hacer ningún bien.

Spoiler: Mostrar


Durante casi un minuto no supo qué hacer; sólo notó que sus latidos se disparaban hasta niveles absurdos y que un sudor frío le recorría la espalda.

Cuando el brazo comenzó a ponérsele rojo, reaccionó y se aplicó apresuradamente un Cura, aunque sabía que con ello no lograría eliminar de todo el veneno. Miró a su alrededor y, con horror, comprendió que estaba sola en kilómetros a la redonda y que nadie iba a ayudarla. No había nadie a quien pudiera consultar nada, no había nadie que fuera a echarle una mano si las cosas salían mal.

Es decir, que si no tomaba una decisión moriría allí mismo, bien por el veneno, bien por deshidratación.

¡Ni hablar! —exclamó con un hilillo de voz, con los ojos inundados de lágrimas—. No voy a morirme aquí. ¡Me niego!—palpó torpemente sobre su brazo.

¡Qué estúpida! ¡Al curarse había cerrado las heridas y ahora si quería intentar quitarse el veneno tendría que abrir la carne! Se desgarró una manga y se apresuró a hacerse un torniquete por debajo del hombro, temblorosa y notando una creciente paralización en el brazo derecho.

Mierda… Bueno, calma, calma, algo se puede hacer, algo se tiene que poder hacer—masculló cuando cogió la placa de su muñequera y trató de rasgar la piel. Como no lo conseguía, golpeó la muñequera contra el suelo hasta que consiguió quebrar una esquina. Entonces sí se hizo un corte sobre donde creía que le había mordido la serpiente y apretó para que saliera la sangre.

Se estaba mareando y mucho. Todo le daba vueltas. ¿Habría llegado ya el veneno al corazón? Tenía que calmarse, estando tan asustada sólo aceleraba el proceso. Pero estaba aterrorizada. Ni siquiera pensó en lo ridículo que era que una aprendiz de Caballero no pudiera salvarse de la estúpida mordedura de una serpiente por no llevar una panacea encima.

Se apoyó contra una pared, viendo resbalar la sangre por su piel. Dios, si sólo tuviera fuerzas para invocar su glider…

Espero que Nadhia esté bien —se dijo en voz alta. Tenía que entretenerse, sí. Eso tenía que hacer. Nada de pensar en la muerte. Era fuerte, seguro que superaba aquello. Sólo necesitaba aguantar. Había pasado por situaciones mucho peores—. Seguro que anda por ahí buscándome y yo escondida aquí dentro… Joder, duele…

«Pero no va a acabar aquí. No puede terminar sin más... No a mitad de camino...»

El mundo empezó a oscurecerse y en algún momento cayó al suelo. Fuera le pareció que soplaba el viento con fuerza, pero podía ser su imaginación. Igual que esa figura roja que se asomó a una de las arcadas y se quedó mirándola en silencio unos instantes antes de marcharse con un revoloteo.

Se preguntó, mientras su conciencia se desvanecía, a dónde habría ido.
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Fourth Confluence

Notapor EspeYuna » Mar Feb 11, 2014 6:07 pm

¡Por Alá, vamos a tener suerte!

A las palabras del desconocido le siguieron sus señas con los dedos de la mano izquierda, guiándome a unas ruinas rocosas de tamaño considerable. Le seguí lo más rápido que pude, entre algún que otro tropezón al hundir por accidente mis pies en la arena. El viento que soplaba con fuerza a mi espalda me impedía mirar atrás: sinceramente, no me atrevía a comprobar si la tormenta de arena me estaba pisando los talones o todavía estaba muy lejos de su alcance.

Pero no dejaba de pensar en Fátima. ¿Y si la estaba dejando atrás con una segunda tormenta al acecho? ¿Y si huyendo de la misma jamás pudiera encontrarla? ¿Y si se encontraba enterrada viva en las profundidades de una duna, pidiendo auxilio?

"¡Joder, joder, joder!", me gritaba, maldiciendo una y otra vez mis acciones. Todas acababan hiriendo a la gente que quería, metiendo en problemas a mis compañeros, peligrando incluso sus vidas... y no había sido la primera vez, Fátima ya tuvo que lidiar en su momento con el simulador de la Red. Y si le fallaba esta vez, puede que no volviera a verla nunca más.

Estaba a punto de dar media vuelta, aunque fuera una soberana estupidez, cuando de pronto...

Por aquí.

... vi algo que llamó mi atención en medio del desierto, ya cuando la corteza más externa de la tormenta estaba a poco más de un kilómetro por alcanzarnos. Una figura muy familiar, pero esta vez estaba teñida de rojo y era algo más pequeña que aquel personaje que echó a correr cuando supliqué su ayuda.

Spoiler: Mostrar
Imagen


Tal y como sucedió con el de las prendas blancas, éste se quedó mirándome unos segundos desde su posición, para luego desaparecer alejándose de allí. Aquella persona —si es que lo era o estaba teniendo alucinaciones, cosa que a aquellas alturas no me extrañaría— había salido de unas pequeñas ruinas, menos prominentes que a las que el comerciante corría para protegerse de la tormenta que se nos echaba encima.

Sin embargo, algo me dijo que debía ir allí.

Sin pensármelo demasiado, cambié de rumbo y corrí a refugiarme a aquella gran nave de piedra rojiza, escuchando el apodo de "loca" a lo lejos. Sinceramente, me dio igual.

Al poco tiempo de poner mis pies dentro de la sombra de aquellas ruinas el viento sopló con tanta fuerza, que por un momento pensé que la nave se me iba a caer encima. Me apoyé sobre la pared y me arrodillé, buscando cobijo en mis piernas si el viento decidía soplar en dirección contraria y acababa de verdad enterrada allí dentro.

Me sentía como los tres cerditos a la espera de comprobar si sus casas eran resistentes a los soplidos del lobo que quería comérselos. Sin embargo, no me consideraba para nada el de la casa de ladrillo. Con el corazón en un puño, no paraba de preguntarme por qué decidí en el último momento refugiarme en la casa de paja. O la de madera, a lo sumo.

Finalmente, comprendí que había sido la decisión más sensata de todas cuando, en mitad de la tormenta, vi como algo comenzaba a rodar en el interior de la nave, por inercia del viento. En cuanto su rostro salió de la arena, grité su nombre y caminé entre las pilas de la nave y la tormenta para alcanzarla.

¡Fátima!

En aquel momento, el viento levantó una ola de arena gigantesca que se tragó la nave entera. Nos quedamos con el espacio suficiente para no perder aire, de momento. Abracé con todas mis fuerzas el cuerpo inconsciente de Fátima mientras cerraba los ojos y suplicaba que las dos saliéramos vivas de aquella tempestad.

*****


Spoiler: Mostrar


¡Fátima! ¡Responde, Fátima!

Una vez la tormenta nos dejó atrás, lo primero que hice fue quitarnos toda la arena de encima a Fátima y a mí. Ante los gemidos de dolor de mi amiga y su rostro empapado en sudor, me fijé aterrada en la sangre que goteaba de su antebrazo. ¿Qué demonios le había pasado? Parecía un corte de arma blanca, ¿acaso algún malhechor le había atacado en el desierto? ¿Estaría oxidada la daga con la que le había amenazado, antes de abandonarla allí entre las ruinas?

Por favor, Fátima. Dime algo...

No sabía qué hacer. ¿Un hechizo curativo sería lo adecuado? Tampoco llevaba nada encima, y observé el torniquete que Fátima se había hecho. ¿Un torniquete para qué? ¡Demonios!

"¿Por qué soy tan sumamente inútil?"

Seguro que la respuesta a los síntomas de Fátima era bastante obvia y una tontería para los Caballeros de la Llave-Espada, pero a mí se me escapaba de las manos. Y no tenía fuerzas para invocar un hechizo curativo. Estaba muerta de miedo. Tan sólo la idea de perder a Fátima me dejaba paralizada en el sitio.

De repente, alguien pateó la masa de arena que nos tenía atrapadas a Fátima y a mí. Raudo al verme a mí con la muchacha entre mis brazos, comenzó a examinarla. No me dirigió mirada alguna, tan sólo se centró en Fátima en cuanto vio cómo jadeaba y musitaba cosas que ni yo misma entendía.

¿Qué demonios le pasa? —pregunté, a punto de echarme a llorar si no fuera porque no me lo permitiría delante de aquel hombre.

Alucinaciones. Veneno, seguramente. Le ha debido morder una cobra —fue diciendo el desconocido a medida que dejaba ver la herida de Fátima en el antebrazo. Sin embargo, se quedó extrañado, observando la herida—. Pero... ¿dónde diantres está el mordisco?

>> Esto no es obra de un escorpión, ya estaría muerta...

Con la respiración entrecortada a causa del miedo, le grité:

¿¡Qué hacemos!?

¡¡Cállate!!

Enfurecido, me ordenó que me apartara de ella, y yo, obediente y sin fuerzas para contrariarle, me eché a un lado. Éste comenzó a succionar, para mi sorpresa, la sangre de Fátima colocando sus labios en torno a la herida. Me di cuenta, entonces, de que intentaba sustraerle la mayor cantidad de veneno posible.

Lo siento, Fátima.

>> Lo siento.
Imagen
¡Soy enfermera~!
Nurses are Angels on Earth
Imagen
Mi blog + DeCulture

Imagen
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen
KHWorld Awards 2014
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2013
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2012
Imagen
ImagenImagen
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
EspeYuna
115. Demyx
115. Demyx
The Unknowns
 
Mensajes: 3437
Registrado: Mar Feb 28, 2012 11:12 pm
Dinero: 53,263.25
Banco: 15,063.87
Ubicación: ¡Entrenándome en Tierra de Partida para combatir a los sincorazón! ¡Ah! ¡Y en FanPlace!
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 54

Siguiente

Volver a Otros temas

¿Quién está conectado?

Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 1 invitado

cron