[Monstruo] Donde nadie pueda verme

[Darkness Seeker]

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Cronología

Neru: Datastream > Donde nadie pueda verme > 626
Bavol: El último atardecer > Donde nadie pueda verme > Sigamos esa senda

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ADVERTENCIA
Todo lo que se nombra en este encuentro en cuánto al destino de cierto personaje ya ha sido aceptado y preparado por el creador de dicho personaje antes de crear este encuentro, y se explican esos hechos en el encuentro posterior a éste.

Sonidos. Rugidos. Pisadas. Llantos de Pesadilla.

Era lo único que era capaz de oír, a medida que avanzaba por el misterioso bosque nevado que ante mí se aparecía. Miles de pinos y árboles siniestros y blancos, cubiertas de una densa capa de nieve me rodeaban, y perseguían, de una manera hipnótica y misteriosa.

A medida que avanzaba, el misterioso camino se extendía, más y más, dando a entender que no parecía tener fin. Al alzar la vista sólo era capaz de ver nubarrones y tormentas, que impactaban con sus rayos el mismo suelo que pisaba, metros cerca y lejos a la vez de mi.

Los sonidos y Rugidos se hacían cada vez más cercanos…

Y más, y más…

Hasta que la oscuridad me tragó.

Me desperté de un sobresalto, con el corazón en la garganta. Tratando de apoyarme en la cama me levanté lentamente, para asegurarme de que esta vez el entorno dónde me encontraba era real. Era mi cuarto. Sólo mi humilde cuarto.

Me llevé las manos a la cabeza mientras comenzaba a transpirar y a respirar de forma brusca, de forma cada vez más lenta y tranquila. Desde hacía un par de noches, no era capaz de conciliar el sueño. Pesadillas de todo tipo interrumpían mis ensoñaciones una y otra vez…

Y no era capaz de encontrar un porqué claro.

+++

La mañana comenzaba a asomar por los ventanales de los pasillos, mientras yo terminaba de planear mis ideas para aquel día. Era hora de empezar mi búsqueda personal, la de mis amigos y conocidos. Saliendo a los jardines delanteros de la enorme estructura que constituía nuestro hogar y base de operaciones, alcé mi llave espada a los cielos, a la vez que comenzaba a pensar por qué mundo empezaría hoy a buscar.

El Intersticio se abría ante mis ojos, como una puerta gigantesca, un portal para ir allá adonde quisiera. Y aunque ya lo había cruzado alguna que otra vez, era una experiencia que me sorprendía una y otra vez.

Mi objetivo: un mundo conocido según había leído por sus playas blancas y su gran flora: “Islas del Destino”, tal y como era nombrada en las bases de datos que ya había consultado.

Pero, el Destino tiene un modo caprichoso de contar bromas, y lo aprendí con bastante rapidez.

Mientras viajaba hacia mi destino pude notar como, misteriosamente, cada vez era capaz de ver menos. Como… como si todo comenzará a oscurecerse. Fue entonces cuando oí un ruido, como el de un bostezo grande pero apagado. Fue entonces cuando alcé la vista…

...y la oscuridad me tragó.

[Tidus Cloud]

Era difícil saber cuánto tiempo había estado dentro de aquella criatura. Podrían haber sido horas o puede que incluso días, seguramente no muchos, pero no era descabellado pensar que quizás habían pasado dos o tres. La realidad es que no tenía manera de saberlo: allí dentro no tenía ningún cacharro que le marcara el paso del tiempo, no podía contactar con nadie del exterior de ninguna manera y además se encontraba solo y sin ningún tipo de compañía, a excepción de los sincorazón que rondaban por la tripa de aquel… ¿animal?

Aquella criatura que le había tragado era similar a una especie de pez gigante, uno capaz de viajar por el Intersticio de los mundos y devorar a cualquiera que se encontrase. Cuando Bavol se percató de lo que era, ya era muy tarde para huir; no obstante, también era cierto que tras haber sido atrapado en su vientre no se había preocupado demasiado en huir de allí.

¿Pero por qué? Quizás porque quedarse allí era una manera de escaparse de la realidad, de olvidar lo que había ocurrido y así poder vivir como si nunca hubiese pasado. Cuando analizaba detenidamente los hechos, recordaba que no era culpable de lo ocurrido, nadie le iba a reprochar nada; sin embargo, volver significaba hacer frente al hecho de que su amigo estaba muerto y de que él había sido testigo de su muerte.

Bavol se llevó las manos a la cara y se frotó los ojos con frustración, ojalá pudiera olvidar para siempre aquella terrible escena. ¿Por qué tenía que haber muerto? No era justo, no era para nada justo. ¿Por qué seguía viva tanta gente malvada que dedicaba su existencia a torturar a los demás y una buena persona como él tenía que morir de una manera tan injusta? No tenía ningún sentido, no podía comprender por qué las cosas tenían que ser así.

De pronto, escuchó cómo la gigantesca criatura emitía un nuevo alarido. Después de todo el tiempo que había permanecido ahí, ya había descubierto que aquel sonido indicaba que el animal había vuelto a abrir la boca para tragarse nuevas víctimas. Seguramente serían sincorazón, pero quizás en esta ocasión también se había tragado algo que pudiera serle de utilidad, como las escasas provisiones que había ido encontrando en la barriga de la criatura.

Tenía que comprobarlo, de manera que decidió abandonar la zona en la que estaba y se dirigió hacia la boca del animal. No podía esperarse lo que iba a encontrar cuando llegara…

Nada más pasar tras la última cavidad antes de llegar a la región de la boca, vislumbró a lo lejos una figura. ¿Un sincorazón? Podía ser, pero era sin duda el sincorazón más antropomorfo que había visto en toda su vida. Demasiado alto, erguido demasiado recto, con unos andares demasiado normales…

“No puede ser… ¿es una persona? Pero, ¿cómo ha llegado hasta aquí? ¿Se lo ha tragado el pez como hizo conmigo? Espera, lleva una Armadura… ¿es un Portador?”

A medida que se iba acercando cada vez más hacia el nuevo individuo estaba más seguro de que tenía que ser, sin duda alguna, una persona y de que podía tratarse de un Caballero de la Llave Espada vistiendo su armadura. No obstante, no conocía nada de él, podía tratarse de un enemigo o incluso todavía cabía la posibilidad de que se tratase de un sincorazón con una forma muy peculiar. No era tan disparatado, al fin y al cabo estaban dentro de un pez gigante que viajaba por el espacio.

Tenía que mantener las distancias. Observaría atentamente cómo se desarrollaba el recién llegado cuando los sincorazón le recibieran y entonces decidiría qué hacer.

[Darkness Seeker]

El impacto fue algo fuerte, aunque curiosamente no llegué a sentir nada. Me levanté poco a poco del suelo, que extrañamente lo sentía… ¿esponjoso?

—¿Dónde estoy?

Al alzar la vista pude contemplar como lo que parecía un pequeño lago se ubicaba frente a mí, y en él, varios pilares y restos de madera que parecían haber sido amontonados sin ninguna razón específica. Pero lo más preocupante fue al girarme y ver detrás mía unas enormes placas de… ¿marmol? ¿marfil? No, eran…

— ¿Dientes? Pero…

La idea era clara. No estaba en un lugar, sino en... algo vivo. Ahora entendía porque el suelo parecía esponjoso… Era la boca de dónde quisiera que estuviera.

Al llegar a esta conclusión, me percaté de aún llevaba mi armadura puesta, puesto que allí ya no me serviría de nada, la hice desaparecer y haciendo uso de un salto doble, logré llegar hasta lo alto de uno de los pilares para evitar tocar el lago que… comprendí que debía ser la saliva de lo que fuera en lo que estuviera.

Haciendo uso de los pilares para continuar mi camino, logré llegar hasta una zona esponjosa, con un agujero algo musculoso, que a razón de mi ubicación debía de tratarse de la garganta. Tras eso invoqué mi llave espada y me adentré en los adentros de la bestia, quizás pudiera encontrar una forma de salir de allí…

Era hora de entrar en la boca del lobo.

[Tidus Cloud]

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Después de que el recién llegado hiciera desaparecer su armadura e invocara la Llave Espada, el gitano ya no tuvo duda de que era un Portador como él, ya sólo quedaba saber si era un miembro de Tierra de Partida o de Bastión Hueco.

Aquel joven se estaba acercando demasiado a dónde él se encontraba y Bavol no quería que lo viese todavía. No tenía muchas opciones para escapar sin ser descubierto, sólo podía volver sobre sus pasos.

Bavol volvió a atravesar la cavidad que había a sus espaldas en un intento de esconderse del Caballero de la Llave Espada; sin embargo, la única salida de la zona a la que acababa de llegar era saltando hacia arriba por lo que parecían los órganos del animal.

Quizás en otra ocasión hubiese intentado salir de allí antes de que el otro joven llegase, pero desgraciadamente unos nuevos enemigos hicieron aparición en aquella escena.

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Eran enemigos de una clase muy inferior dentro de los sincorazón, nada que no hubiera podido derrotar durante estos días, incluso aunque en esta ocasión se hubiesen juntado diez para intentar abatirle. Además, gracias a su nueva habilidad, no tenía ni que molestarse en luchar muy duramente, de manera que no se molestó ni en invocar su Llave Espada

Escuchó cada vez más cercanos los pasos del otro Caballero de la Llave Espada. Ya no tenía tiempo para escapar y derrotar a los sincorazón, de manera que se giró hacia la entrada para recibir al recién llegado. Cuando observara la reacción del chico al ver a un pobre niño siendo atacado por los sincorazón, entonces decidiría cómo debía tratarlo, ya que si por el contrario luchaba desde un principio mostrando sus poderes, el recién llegado descubriría que también era un Portador de la Llave Espada y perdería su ventaja sobre un posible enemigo como ya le había pasado en Ciudad de Navidad con Ban, el aprendiz de Bastión Hueco.

[Darkness Seeker]

Paredes rosadas, violáceas y… gelatinosas.

No necesitaba ni siquiera tocar las paredes para darme cuenta del estado en el que estaban las “paredes” del pasillo que recorría. A medida que avanzaba podía oír ruidos, y pequeños movimientos involuntarios de las paredes, que dejaban cada vez más claro que en vez de en algún lugar, estaba en algo. Algo vivo.

La idea de por sí era repulsiva, puesto que si había entrado por la boca,eso significaba que quizás no tuviera mucho tiempo antes de que empezara la digestión de… lo que fuera en donde estaba. Debía de encontrar la forma de salir de aquí cuanto antes, y quizás dentro encontrara la respuesta.

Siguiendo el camino fui a dar con una sala cilíndrica y gelatinosa como el resto, de cuyas paredes se aguantaban una serie de plataformas, que a decir verdad desconocía por completo su función en la sala en la que estaba.

Estaba ya entrando, cuando delante mía sugió una figura que apenas pude reconocer hasta que me acerqué lo suficiente. Se trataba de un compañero de Tierra de Partida que Myxa me había presentado poco antes del suceso en la Red, un tal… ¿Vavol? No, era… ¿Bavol? Sí, algo así me parecía recordar.

—¿Pero qué haces aquí? — Le dije nada más reconocerle — ¿Sabes dónde estamos?

Pero para mi sorpresa, varios sincorazón pequeños y de piel completamente negra comenzaron a caer de las plataformas decidieron darnos una cálida bienvenida a las entrañas de la bestia.

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Sin pensármelo dos veces hice aparecer mi llave espada y lancé un Piro al grupo en el que más de aquellas pequeñas hormigas hubiera, para acto seguido prepararme para cargar.

— Si te parece, nos explicamos luego que hacemos cada uno aqui, pero antes librémonos de éstos si te parece.

A base de Piros, Flamas Tenebrosas y el uso de mi llave espada, la idea sería lograr deshacernos de todas las criaturas oscuras que hubieran en la sala. Una vez la sala quedará limpia ya podríamos dedicarnos a las preguntas

[Tidus Cloud]

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―¿Pero qué haces aquí? ¿Sabes dónde estamos? ―le preguntó el recién llegado con un tono de… ¿preocupación?

Bavol observó cómo el chico invocaba rápidamente su Llave Espada y disparaba un Piro contra los sincorazón que le rodeaban. Un Caballero de la Llave Espada que acudía a salvar a una persona en apuros, sin duda debía tratarse de un Aprendiz de Tierra de Partida. Por la forma de hablar del joven le había dado la sensación de que se habían visto en alguna ocasión anterior, y era cierto que su aspecto le sonaba familiar; sin embargo, no recordaba exactamente haber coincidido nunca con él en ninguna misión.

―Si te parece, nos explicamos luego que hacemos cada uno aquí, pero antes librémonos de éstos si te parece.

El joven continuó lanzando hechizos contra las Sombras que había en aquella zona. Al gitano ya le había quedado suficientemente clara la buena voluntad del recién llegado, ya no había ningún motivo más para ponerle a prueba.

―¿Y por qué no hablamos mejor ahora mismo? ―le preguntó Bavol cruzándose de brazos.

Probablemente su acompañante creería que estaba loco, sería una locura ponerse a hablar con los sincorazón presentes; no obstante, seguramente no supiera que el gitano contaba con una habilidad secreta.

―Calma ―musitó Bavol cerrando durante unos instantes los ojos.

Las Sombras empezaron a abandonar el combate, quizás su pequeño truco no le sirviera con enemigos demasiados poderosos, pero unos adversarios tan débiles como aquellos no resistirían la tranquilidad que estaba emanando el pequeño niño. Puede que incluso el recién llegado también se viese afectado si no era demasiado fuerte, lo cual facilitaría que dejara de una vez aquel estúpido combate y decidiera seguirle para hablar con más tranquilidad.

―Mejor nos vamos de aquí, el efecto no durará mucho. ―dijo y comenzó a andar a la salida―. Bienvenido al estómago del pez gigante del espacio. Está caliente, huele mal y está lleno de Sincorazón que han sido tragados por este bicho, como nosotros dos. Soy Bavol, ¿y tú?

[Darkness Seeker]

as sombras empezaron a moverse y a atacar en cuanto vieron que no nos dejaríamos vencer así como así.

Tras lanzar una esfera de pura oscuridad a las pequeñas hormigas y ver como ardían tras eso con el ataque mágico de un Piro más o menos bien lanzado, se me ocurrió girar un instante mi vista hacia el chico que estaba allí mucho antes que yo. El joven estaba a un lado, como si ignorara a los sincorazón y al hecho de que quizás podríamos quedarnos allí atrapados.

―¿Y por qué no hablamos ahora mismo? ― me comentó el chico al darse cuenta de que le estaba mirando.

―Yo no tendría problema pero...―hice una pausa para eliminar de un golpe de Llave espada a una sombra que se había acercado bastante ―No creo nuestros anfitriones estén por esperar a que hablemos...

En aquel momento, el chico alzó una de sus manos y musitó algo que me pareció oír como “calma”. A los pocos segundos, las sombras empezaron a marcharse, de forma lenta pero progresiva, a través de las paredes y de sus túneles hacia el Reino de la Oscuridad.

Curiosamente, en aquel momento me sentí bastante relajado, imaginé que esa magia no sólo afectaba a los sincorazón… O quizás teniendo en cuenta mi afinidad me sintiera más débil ante esa magia.

―Mejor nos vamos de aquí, el efecto no durará mucho ―comentó el chico mientras se marchaba, más tranquilo imposible―. Bienvenido al estómago del pez gigante del espacio. Está caliente, huele mal y está lleno de Sincorazón que han sido tragados por este bicho, como nosotros dos. Soy Bavol, ¿y tú?

―Me llamo Neru―le comenté mientras empezaba a seguirle―Aunque me parece que poco antes del… problema que tuvimos con Erased Myxa nos presentó a ambos...

Aunque en realidad la presentación no era del todo necesaria, estaba bien que nos quedara claro que debíamos confiar el uno en el otro, sobre todo si queríamos salir de aquí algún día.

―Por cierto―le comenté con tal de romper el hielo ―¿Cómo acabaste aquí? Es decir, yo acabé aquí mientras iba a las Islas del Destino, pero tú ya estabas aquí antes de que yo llegara ¿no?

[Tidus Cloud]

―Me llamo Neru. Aunque me parece que poco antes del… problema que tuvimos con Erased Myxa nos presentó a ambos…

Bavol se giró un momento hacia él y lo miró de arriba a bajo con cara extrañada. Era evidente que Neru era un Caballero de la Llave Espada y que pertenecía a Tierra de Partida, pero no recordaba que Myxa les hubiese presentado antes.

―Eh...sí...claro que te recuerdo, Negu. ―le dijo Bavol tratando de sonar convincente, no tenía la intención de que el Aprendiz se ofendiera porque no le recordara.

―Por cierto ―Bavol no se detuvo pese a que el chico quería seguir hablando― ¿Cómo acabaste aquí? Es decir, yo acabé aquí mientras iba a las Islas del Destino, pero tú ya estabas aquí antes de que yo llegara ¿no?

―¿Y a ti qué te importa? ―contestó Bavol tajantemente―. Para haber sido comido por un pez gigante te veo demasiado preocupado por mis cosas.

Bavol continuó avanzando hacia la boca del animal seguido por Neru. Esperaba que los sincorazón no se les acercara demasiado, no tenía ganas de pelear con ellos en aquel momento. Lo primero que había que resolver era el asunto de Neru, tenía que conseguir sacarlo de allí de inmediato o estaría hurgando molestamente en sus asuntos. Sólo tenía que lograr que el recién llegado pudiera salir, por su parte Bavol todavía no sentía la necesidad de volver de nuevo a Tierra de Partida. ¿Qué razones tenía para regresar? ¿Para comunicar aquella terrible noticia? Sabía que debía hacerlo por respeto a su compañero, pero no quería tener que ir a decirle a Ronin a la cara que…

Una idea se le pasó por la mente. No tenía que ser él el que fuera a decirlo, ahora que Neru estaba ahí podía hacerle aquel pequeño favor.

―Voy a intentar que salgas del estómago de este bicho, pero tú a cambio hay algo que le tienes que contar a los Maestros, ¿de acuerdo? ―Bavol esperó a que Neru le contestase afirmativamente, seguidamente agachó la cabeza antes de decir―. Un Aprendiz ha muerto.

[Darkness Seeker]

―Eh...sí...claro que te recuerdo, “Negu”

Aunque estuve por corregirle, pensé que sería una pérdida de tiempo. No estábamos para estarnos molestando el uno al otro por tonterías. Después de todo, debíamos pensar en alguna manera de salir de allí.

Una vez le pregunté acerca del porqué de su estado dentro de esta… cosa, el chico me respondió con incluso más arrogancia que antes.

―¿Y a ti qué te importa? Para haber sido comido por un pez gigante te veo demasiado preocupado por mis cosas.

Desde luego, así no íbamos llegar a ninguna parte. Por lo menos ahora sabía en qué estaba, pues según Bavol estaba en un “pez gigante” ¿Una ballena quizás?

De pronto, pude ver como Bavol me miraba de reojo con cierta cautela. ¿Qué demonios estaba preparando? Cada vez me daba peor sensación nuestro pequeña aventura. ¿Por qué no me había ayudado cuando los sincorazón nos estaban atacando? ¿A qué venían todos esos rodeos?

―Voy a intentar que salgas del estómago de este bicho.

Bavol me sorprendió de pronto con aquello, por lo que decidí seguirle el juego, esperando que pudiera sacar a la verdad una razón para todo lo que estaba ocurriendo-

―¿Cómo que salga yo?¿Acaso no piensas venir?

Hubo un ligero silencio, hasta que Bavol volvió a responder:

―Pero tú a cambio hay algo que le tienes que contar a los Maestros, ¿de acuerdo?

Aquello era cada vez más raro. ¿Que demonios estaba ocultando? Era una locura, pero no tenía nada que perder, así que decidí seguirle la corriente.

―De acuerdo, ¿de qué se trata?― le contesté tratando de sonar amable para evitar más problemas.

―Un Aprendiz ha muerto.

Aquello me dejó de piedra. Un aprendiz… ¡¿muerto?! No era posible. ¿Que tendría él que ver con todo eso? ¿Cómo sabría que… Una terrible idea me vino a la mente. Pero… era algo imposible, simplemente imposible…

Y si lo sabía… ¿por ser su asesino?

Eso tal vez explicaría su actitud tan extraña pero… Si quería estar seguro de lo que había pasado necesitaba más datos.

―Un… ¿Un miembro de la Orden Muerto?― Me callé unos segundos para terminar de asimilar aquella noticia― Y… ¿Quién era? Necesitaré saberlo si quieres que te ayude.

[Tidus Cloud]

―Un… ¿Un miembro de la Orden Muerto? Y… ¿Quién era? Necesitaré saberlo si quieres que te ayude.

Bavol se quedó mirando en silencio a Neru… Era una pregunta razonable, no se trataba únicamente de la curiosidad que pudiera sentir el joven, sino que los Maestros querrían saber concretamente quién había muerto. Lo más lógico era contestarle, con decirle quién había muerto era suficiente, no tenía por qué darle más explicaciones sobre lo que había ocurrido.

―¿Qué quién era? Era un traidor… y mi amigo. ―añadió Bavol amargamente―. Se llamaba Hikaru, venía de Villa Crepúsculo, era Aprendiz de Tierra de Partida, pero nos traicionó en La Red… ―el gitano permaneció unos segundos reflexionando en los acontecimientos que le habían llevado hasta aquí―. Sí, todo es culpa de Bastión Hueco.

El niño no tenía nada más que añadir ni tampoco tenía ganas de tener que dar más explicaciones a alguien que era prácticamente un desconocido, puesto que no lograba recordar haberlo visto. Se giró hacia la boca del pez y centró su atención en la dentadura del animal, quizás por ahí podría salir el Aprendiz...

[Darkness Seeker]

―¿Qué quién era? Era un traidor… y mi amigo.

¿Un traidor? ¿Acaso pertenecería a Bastión Hueco? Tras un ligero pero abrupto silencio por parte de Bavol.

Se llamaba Hikaru

Durante unos instantes no pude oír nada más a mi alrededor. Ni los sonidos que el propio “gran pez” según el otro chico, ni los ruidos provenientes del exterior, ni lo que decía bavol…

Nada de nada. No era necesario oír nada más
Hikaru…

Yo… le conocía. Él me había acompañado tanto en mi aventura en Agrabah como cuando nos quedamos atrapados en la Red. Y por ambas ocasiones le debía su vida. Además, era de la poca gente que conocía y que podía considerar un buen amigo.

No pude hacer otra cosa sino llevarme las manos a la cara y agacharme de dolor. La ira, el sufrimiento… los ojos me ardían. Debía de saberlo. Qué le había pasado, cómo había muerto…

Y sólo aquel chico tenía las respuestas

Me relajé y levanté poco a poco la vista. Todavía me ardían los ojos, y aunque traté de relajarme, podía sentirlo. Estaba a punto de estallar de ira.

―¿Cómo pasó?―le comenté de una forma bastante ruda y directa―¿Cómo murió?

Si Bavol se giraba para verme, probablemente no vería nada extraño, hasta que se diera cuenta de un detalle del que yo siquiera me había percatado ni había sido capaz de sentir.

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Mis ojos se habían vuelto grises. No se notaba ni un ápice del color verdoso que había antes en ellos. Además, extrañas franjas con forma de cadenas comenzarían a rodear mis iris. Y yo ni siquiera me daría cuenta.

―¡Dímelo!―gritaría furioso como se le ocurriera venirme con alguna indirecta o si trataba de cambiar de tema ―¡No pienso hacer nada de esa mierda que me pides hasta que me cuentes lo que le ha pasado! ¡Él jamás moriría sin luchar, y tampoco es ningún traidor ni nada parecido!

Podía notar como si mis puños se estuvieran conteniendo de lanzarse sobre él. Estaba realmente furioso, lleno de ira. Y eso para alguien de mi afinidad era peligroso.

[Tidus Cloud]

―¿Cómo pasó? ¿Cómo murió? ―continuó preguntando Negu, aunque algo en su tono de voz le indicaba que algo no iba bien.

Pese a todo, Bavol entornó los ojos al escuchar la pregunta del joven. El chico continuaba entrometiéndose en asuntos que no eran de su incumbencia, en temas de los que no quería hablar.

―Eso no te importa. ―sentenció Bavol queriendo terminar con aquella conversación―. A ti lo que te importa es sal...

―¡Dímelo!―le gritó Negu interrumpiendo lo que estaba diciendo― ¡No pienso hacer nada de esa mierda que me pides hasta que me cuentes lo que le ha pasado! ¡Él jamás moriría sin luchar, y tampoco es ningún traidor ni nada parecido!

Bavol se giró sorprendido hacia él, no se esperaba aquella reacción. El Aprendiz recién llegado parecía realmente enfadado, casi como si estuviese dispuesto a atacarle en cualquier momento. No le dejaría cambiar tan fácilmente de tema, así que tendría que recurrir a otra estrategia, puede que si le diera un poco de pena aprovechandose de su aspecto de niño… Sin embargo, desechó la idea en cuanto le miró directamente a los ojos y se percató de que lucían de una forma totalmente distinta, ya no parecían ni siquiera humanos.

Quizás en otra situación hubiese obrado de una forma más prudente, pero aquel entrometido se estaba metiendo en temas de los que no tenía ni idea. ¿Qué sabía él de si Hikaru era un traidor o no? ¿De lo que él habría hecho en sus últimos momentos? ¡NADA! Él no podía saberlo porque él no había estado ahí.

Le había ofrecido la oportunidad de salir de allí a cambio de un favor insignificante para el joven y él se había dedicado a meter el dedo en la llaga, en avivar su dolor y encima ahora se negaba a colaborar. ¡Pues ya no le apetecía saber nada más de él! ¡Que se buscara la vida como había hecho el niño cuando acabó dentro de aquel animal!

―¡¿Por qué hablas de cosas que tú no sabes?! ¡Tú no estabas allí! ¡Eres tonto, tú no sabes nada de nada! ¡Y como eres tan tonto, yo ya no quiero saber nada más de ti! ¡Ahí te quedas! ―concluyó Bavol dispuesto a marcharse por donde había venido.

[Darkness Seeker]

―¡¿Por qué hablas de cosas que tú no sabes?! ¡Tú no estabas allí! ¡Eres tonto, tú no sabes nada de nada! ¡Y como eres tan tonto, yo ya no quiero saber nada más de ti! ¡Ahí te quedas!

Aquel chico comenzaba a hacer que mis venas ardieran. Podía notar cada vez más como toda aquella ira trataba de abalanzarse sobre él, como si de un lobo ante su presa se tratara. Invoqué mi llave espada y le apunté. podía notar como la oscuridad se deslizaba por el acero de mi llave, preparando un proyectil de oscuridad.

Pero antes de que pudiera girarse Bavol, bajé el arma.

Me arrepentiría, pero no podía hacerle daño sin tener pruebas de que demonios había pasado con Hikaru. Pese a eso, más me valía mantenerle vigilado. Y mi espalda también. Me llevé las manos a la cara tratando de pensar qué demonios podía hacer ahora, hasta que noté como los ojos me dejaban de arder.

―Antes de nada, le conocía. Ya había tenido alguna que otra misión con él y... me salvó de aprietos en ambas.―comenté tajante ante la negativa del crío ―Si no quieres contarme qué le pasó, allá tú, pero más te vale que no me entere que has tenido algo que ver.

Tras eso, avancé a su lado en dirección a la boca. Aquel crío estaba empezando a tocarme las narices, pero si queríamos salir de aquí más nos valía ponernos de acuerdo en algo.

Al borde de lo que parecía la garganta de aquella criatura, me senté, mirando al infinito.

―Dime ¿Para que te vas a quedar aquí? No parece que haya mucho a hacer aquí...

[Tidus Cloud]

―Antes de nada, le conocía. Ya había tenido alguna que otra misión con él y... me salvó de aprietos en ambas. ―Bavol detuvo su avance al escuchar aquellas palabras, así que Negu también era un amigo de Hikaru...―. Si no quieres contarme qué le pasó, allá tú, pero más te vale que no me entere que has tenido algo que ver.

Bavol agachó la cabeza conteniendo las ganas de llorar. Aquella era justo lo que había querido evitar, que le culpasen por lo que había pasado. No era justo que se atreviesen a amenazarle sin haber estado en aquella situación, él simplemente hizo lo que creyó más justo en aquel momento.

―¿Y tú qué sabrás? ―preguntó Bavol soltando un ligero sollozo.

Todavía de espaldas al muchacho, se llevó una manos a los ojos para limpiarse las lágrimas. Ni siquiera valía la pena ponerse a llorar delante de él, no quería dar pena a nadie. Sólo quería estar solo.

―Dime ¿Para que te vas a quedar aquí? No parece que haya mucho a hacer aquí… ―continuó insistiendo el Aprendiz.

―¿Y por qué voy a volver? ¿Para decirle al Capitán Ronin que uno de mis mejores amigo está muerto? ¡No, no, no puedo! ¡Es demasiado! Me moriría de vergüenza… Mejor me quedo aquí…

Finalmente había dicho lo que pensaba, quizás porque se había pasado demasiado tiempo sin poder desahogarse con nadie. La tristeza acabó por hacer que el pequeño niño explotara. Empezó a llorar desconsoladamente, ya le daba igual que hubiera otra persona presente porque no podía aguantar más. Aquella situación le había sobrepasado.

[Darkness Seeker]

Cuando le hice mi advertencia, el chico pareció haber recibido un golpe bajo:

―¿Y tú qué sabrás?

Parece que por fin estabámos llegando a algo, a una posición para que pudiéramos hablar sin ninguna traba ni problema entre ambos. Aunque…

―Dime ¿Para que te vas a quedar aquí? No parece que haya mucho a hacer aquí…

―¿Y por qué voy a volver?

Algo parecía ir mal, hasta que empecé a oír algo que… ¿Eran sollozos?

―¿Para decirle al Capitán Ronin que uno de mis mejores amigo está muerto? ¡No, no, no puedo! ¡Es demasiado! Me moriría de vergüenza… Mejor me quedo aquí…

El chico no puedo aguantar más, y cayó. Se dejó caer al suelo, apoyado todavía en una de las paredes de la gelatinosa garganta, mientras comenzaba a llorar de una manera silenciosa, lenta… y dolorosa.

Parece que me había equivocado. Parecía que precisamente él era el que había sufrido en la muerte de Hikaru. Y ahora me sentía culpable.

Sin perder un segundo, me acerqué a él hasta estar a unos metros de él, para tampoco entrar en su “territorio”.

―No puedes quedarte,si no vas y lo cuentas por tí mismo... ¿Qué crees que pensarán? ¡¿Qué pensará Ronin, o tu propio Maestro?! ¿Qué crees… qué crees que pensarán tus amigos? ¿Qué crees que pensará Myxa cuando vea que no volviste? ¿Que eres un monstruo?

Espere cualquier respuesta por parte del pequeño, para luego ir al asunto de una manera más suave.

―No eres ningún monstruo. Si no pudiste evitar la muerte de Hikaru, es más que probable que yo tampoco hubiera podido evitarlo. Ni Myxa, ni… ni la mayoría de aprendices que están en la Orden. Nunca es fácil decirle adiós a un amigo, y menos si es alguien cercano…

―Te lo digo… por experiencia personal.

Me deje caer a su lado, para tratar de hacerle ver que no estaba en su contra.

―Mi mundo entero fue devorado por los sincorazón. En un instante, todos aquellos a los que amaba murieron devorados por los sincorazón… incluida mi propia madre, y más que probablemente mi hermana Chloe también, y mis amigos… Y no pude hacer nada, porque era débil.

Volví a esperar algún movimiento del chico que diera a entender que me estaba acercando a lo que quería.

―Y por eso… por eso no me rendí. Si yo sobreviví, era más que probable que alguno de ellos hubieran sobrevivido. Es por eso por lo que me hice caballero de la Llave Espada. Para encontrarlos, para saber qué les ocurrió…

―Si abandonas ahora, nada de cuánto has hecho habrá merecido la pena. Pero… lo que hagas con tu Destino, es decisión tuya. Nada ni nadie puede cambiar el Destino, tenlo siempre en cuenta…