[Bastión Hueco] Comida sana

Encuentro de Adam Weiss y Nikolai Everard

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Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro

[Bastión Hueco] Comida sana

Notapor Astro » Dom Dic 14, 2014 7:53 pm

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Cronología:
· Adam: Posterior a [Prólogo] El vampiro ha llegado
· Nikolai: Posterior a [Trama] Promesas de guerra

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Me froté los ojos mientras bostezaba ampliamente, tumbado en la cama.

No llevaba ni una semana en Bastión Hueco, y ya podía decir que me estaba costando acostumbrarme a los cambios que debía asumir al haberme convertido en aprendiz, o lo que fuese. Para empezar, el horario. ¿Sabías lo difícil que era volver a acostumbrarse a hacer cosas durante el día? Con lo bien que estaba durmiendo durante las horas de sol.

Tenía cosas buenas, eso sí, como los entrenamientos. Las Maestras eran increíblemente fuertes, y era divertidísimo intentar luchar contra ellas. Solía acabar con un par de brazos rotos o las piernas partidas, pero siempre aprendía algo nuevo. Que el anillo me hiciera inmune al sol también era una ventaja, por mucho que no me gustara llevar algo mágico encima.

Aunque lo peor era la comida. Pretendían que me limitara a alimentarme con unas insípidas bolsas de sangre congelada, pero todo el castillo estaba lleno de dulces presas de las que parecían colgar un letrero que decía: "Cómeme". Nanashi me había advertido de que no se me ocurriera tocar a ninguno, pero no estaba seguro de cuánto aguantaría.

Poco, seguramente.

De un salto me levanté de la cama, estirando los brazos hacia el techo. Miré por la ventana: era mediodía. Tenía hambre, y no me quedaban bolsas en la habitación. Qué coñazo.

Con las manos en los bolsillos, silbando una alegre canción, y sin acordarme de ponerme una camiseta (llevaba simplemente unos viejos vaqueros), salí del cuarto en busca de esas criaturas llamadas moguri, encargadas de proporcionarme la sangre.

Hambre~
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Re: [Bastión Hueco] Comida sana

Notapor Drazham » Lun Dic 15, 2014 10:55 pm

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Había veces que lo que parecía un día normal y corriente se te podía torcer por cualquier nimiedad, y precisamente hoy le había tocado a Nikolai toparse con uno de éstos.

Sentado en una de las pequeñas salitas del bastión, el aprendiz ojeaba con cierto mosqueo al culpable de su humor de perros, agarrándolo con una sola mano mientras que con la otra se frotaba la sien: el periódico de hoy, que traía los típicos artículos de opinión sobre la dudosa receta de las pociones y éteres, las esquelas en las que se ofrecía mano de obra moguri, la sección de pasatiempos que alguien ya se había dedicado a resolver (y encima mal)…

Y esa puñetera exclusiva en primera plana que le había amargado el día en cuestión de segundos.

No eran las primeras noticias que recibía sobre el estado de su mundo. A las pocas horas de volver de su agotadora aventura en el Reino Encantado, se enteró de que al grupo de aprendices que habían mandado a Ciudad de Paso para arreglar el asunto de esos Villanos Finales no le había ido muy bien. Lo suficiente como para que un par de días después, en el periódico los tachasen de maleantes indeseables, mientras que los que en un principio eran los responsables de haber dejado su hogar patas arriba habían quedado como los salvadores de la ciudad.

No tenía ni idea de cómo habían acabado siendo los malos de la película, y pese a que se afirmase que Ciudad de Paso estaba a salvo, tenía sus razones para creer que eso no era cierto. El mismo había sido testigo de cómo uno de los “respetados” miembros de los Villanos Finales al que se mencionaba en la noticia había engañado a un ingenuo ciudadano para incrementar la población de sincorazón.

Pero el que realmente le daba mala espina era su líder, ese tal Mateus Palamecia. No era muy común ver a alguien capaz de ejercer de alcalde de una gran ciudad y tener tiempo de sobra para viajar a otro mundo y enzarzarse en una batalla con una Maestra de la Orden.

El estómago empezó a darle retortijones de darle tantas vueltas al asunto… aunque también podía ser por la comida tan pesada que habían servido hoy. Fuese lo que fuese, necesitaba desconectar un rato, por lo que lanzó el periódico a la mesa más cercana y se fue de la salita a dar un paseo por el castillo.
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Ronda #2 - Comida sana

Notapor Astro » Mar Dic 16, 2014 2:04 am

Por aquí no es~

Canturreando, tuve que dar media vuelta y volver a elegir un nuevo camino. Otro de los puntos negativos era el castillo: muy grande, muy oscuro (tanto que algunas veces no necesitaría ni llevar el anillo), pero también muy laberíntico. No terminaba de aprenderme dónde estaba cada sitio, seguramente porque utilicé el plano que me dieron para sonarme los mocos, así que cada vez que salía de mi cuarto era toda una aventura hasta que tenía suerte de encontrar mi destino.

Como ahora, que buscaba la entrada de los moguris a la cocina pero había acabado en un aula enorme. Para dar clases, supuse. No me verían mucho por ahí.

Camina que camina, me paré en seco al ver al final de un pasillo a alguien moverse. Un chico rubio, bajito (bueno, todos me resultaba bajitos con mi altura), y delgado caminaba con tranquilidad ajeno a mi presencia. Parecía tan tierno, tan joven, tan lleno de sangre...

Bah, qué importaba. Tenía hambre.

¡Eh, oye! —grité, para llamar su atención—. ¿Puedes ayudarme? Creo que me he perdido.

Con una sonrisa amable, me encaminé hacia él.
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Re: [Bastión Hueco] Comida sana

Notapor Drazham » Mié Dic 17, 2014 2:23 am

Nikolai caminó sin rumbo alguno por los enormes pasillos del castillo. Seguían igual de poco iluminados que siempre, pero en cuanto ya te los habías recorrido unas cuantas veces para moverte por el edificio la vista se te acostumbraba. Incluso podían resultar cómodos e ideales para perderte en tus pensamientos mientras deambulabas sin que nadie notase tu presencia en un lugar tan oscuro.

¡Eh, oye!

Claro que ese no fue el caso. En cuanto oyó que alguien le estaba llamando con un notable tono de voz, el aprendiz se giró, topándose con un tipo al que no había visto antes, de pelo blanco y… espera, ¿solo llevaba unos pantalones encima?

¿Puedes ayudarme? Creo que me he perdido.

El albino se le acercó esbozando una sonrisa de oreja a oreja, mostrando unos enormes caninos que sobresalían de entre todas las piezas dentales. Niko aprovechó con un rápido vistazo de arriba abajo en cuanto lo tuvo a un par de palmos de distancia, notando su considerable altura y musculatura, sobre todo ésta última por el mero hecho de que el joven no llevaba ninguna prenda de cintura para arriba.

Por su pregunta, debía de tratarse de un aprendiz que se había incorporado a las filas de Bastión Hueco hace poco, y uno bastante peculiar si iba por ahí exhibiendo su corpulencia descaradamente, pero eso no era motivo para hacerse ideas equivocadas de él, ¿verdad?

Sí, claro —asintió con la cabeza—. ¿A dónde te dirigías?
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Ronda #3 - Comida sana

Notapor Astro » Jue Dic 18, 2014 8:31 pm

Sí, claro. —El rubito asintió con la cabeza, ajeno a lo que se le venía encima—. ¿A dónde te dirigías?

A las cocinas. Tengo hambre —respondí, siendo en parte sincero.

Manteniendo la sonrisa, dejé que se adelantara un poco para que me indicara el camino, caminando un poco detrás de él. Había tenido suerte: parecía uno de esos humanos amables y confiados, a los que no les preocupaba que un monstruo pudiera acechar en la esquina. Mala elección.

No esperé ni a que diéramos cinco pasos. En cuanto dejó de mirarme, me abalancé hacia su cuello con la boca abierta, con los ojos inyectados en sangre. ¡Comida, por fin! Pero...

¡¡Puaj!! —grité, echándome hacia atrás de un salto y tapándome la nariz.

Me había quedado a un centímetro escaso de hincarle el diente cuando me había llegado el maldito olor. Ajo. Esa peste era insoportable, hacía que me lloraran los ojos y tuviera ganas de darle un puñetazo a algo. Era un mecanismo para defenderse de los vampiros o algo así, no me acordaba bien.

Miré al otro aprendiz con cara de pocos amigos, todavía tapándome la nariz con las manos. ¡¿Cómo lo había sabido?!

¡Apestas a ajo!
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Re: [Bastión Hueco] Comida sana

Notapor Drazham » Jue Dic 25, 2014 11:06 pm

A las cocinas. Tengo hambre —respondió el albino manteniendo esa simplona sonrisa.

¿Hambre? —Nikolai arqueó la ceja—. Me extraña que alguien siga teniendo hambre después de lo que nos han servido hoy, pero… —se encogió de hombros—. En fin, sígueme. No están muy lejos de aquí.

Encabezados por Niko, los dos jóvenes se pusieron a caminar por el largo pasillo. El aprendiz pensó que sería una buena oportunidad para indagar un poco más en su compañero “exhibicionista” y hacerle las típicas preguntas sobre su procedencia (además de si era normal ir medio desnudo en su mundo de origen) y motivos de ingreso en la Orden.

Pero apenas hubo tiempo para preguntas cuando…

¡¡Puaj!!

Nikolai pegó respingo y se giró, alarmado por el grito. Se encontró al musculitos con una expresión de angustia y tapándose la nariz. Daba la sensación de que iba a vomitar en cualquier momento

Oye, ¿te encuentras bien?

No, no lo parecía para nada. El albino le lanzó una mirada mortificante y le replicó:

¡Apestas a ajo!

Silencio sepulcral. La cara de imbécil que se le quedó a Niko era inmemorable, y en un intento de querer articular una frase, lo único que le salió de la boca fue:

… ¿Qué?

Ese comentario sobraba bastante… pero tampoco estaba en la posición de criticarle cuando tenía toda la razón del mundo. Todo por culpa de ese maldito pollo al ajillo que habían servido a la hora de comer, que tenía más de “ajillo” que de pollo. Un solo bocado, y tu aliento podría resucitar a los muertos.

¡Vale, vale! Mensaje recibido: me lavaré los dientes… otra vez —contestó Niko con resignación—. Tampoco hacía falta que te retorcieses de asco.

Nikolai le hizo un gesto al albino para que le siguiese y lo condujo a la puerta de las cocinas sin mediar palabras con él. Se le habían quitado las ganas de hacerle preguntas.

Pues aquí las tienes —le señaló vagamente la puerta que conducía a la cocina del bastión—. Si no necesitas nada más, me iré a hacer un poco de rutina en lo que queda de día.
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Ronda #4 - Comida sana

Notapor Astro » Dom Dic 28, 2014 4:23 pm

… ¿Qué?

Al chico se le había quedado cara de idiota. ¿No había notado el aroma a ajo? ¡Si era repugnante!

¡Ajo! —le grité, tosiendo un par de veces intentando quitarme el regusto de la boca—. Tío, ¿te has hinchado a comerlo o qué?

¡Vale, vale! Mensaje recibido: me lavaré los dientes… otra vez. Tampoco hacía falta que te retorcieses de asco.

Me hizo un gesto para que le siguiera, y ambos guardamos silencio por el camino. Mientras andábamos, me debatía levemente sobre qué hacer ahora. Seguía con hambre, y a las malas acabaría en las cocinas para pedir más de esas bolsas insípidas. Pero tenía tantas ganas de sangre fresca... Aunque no me apetecía que estuviese contaminada por el dichoso ajo.

De momento lo dejaría pasar, me decidí. Puto ajo.

Pues aquí las tienes —dijo el otro aprendiz, una vez llegamos a nuestro destino—. Si no necesitas nada más, me iré a hacer un poco de rutina en lo que queda de día.

Ha sido un placer. Soy Adam, por cierto. —Le hice un leve gesto de despedida con la mano, mientras cruzaba la puerta—. Te muerdo luego ♪

Dentro de las cocinas, tardé poco en encontrar un moguri de esos para pedirle que me diese bolsas. Me senté en un barril, silbando una canción mientras esperaba.

¿A qué sabrían los moguris...?
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Re: [Bastión Hueco] Comida sana

Notapor Drazham » Lun Dic 29, 2014 1:02 am

Ha sido un placer. Soy Adam, por cierto —el musculitos reveló su nombre antes de despedirse.

Ah, pues yo soy Nikolai. Encantado de…

Te muerdo luego ♪

¿Perdona? —frunció el ceño, desconcertado.

Y el individuo conocido como Adam se metió en las cocinas, dejando a un confundido Nikolai allí plantado.

¿Morderle? No sabía si se trataba de una broma de mal gusto o era costumbre de su mundo de origen el despedirse de tal forma. Los rincones del universo guardaban toda clase de sorpresas, y hábitos tan raros como ese o lo de ir enseñando pectorales podían ser lo más normal del mundo en otros lugares.

Niko dejó escapar un largo suspiro y, como no tenía nada más que hacer allí, se puso en movimiento para ver si podía remediar el día de perros que le estaba tocando pasar.

***


Las horas pasaron, y la noche no tardó en llegar a Bastión Hueco.

Los pasos de Nikolai resonaron por toda la biblioteca, vacía, siendo lo normal a esas horas. Como la tarde entera la había tenido ocupada con las sesiones de entrenamiento, tenía pensado aprovechar el tiempo que le quedaba antes de acostarse para avanzar con sus investigaciones elementales.

Pero incluso sus estudios no querían que terminase el día con buen sabor de boca.

<Elemento Luz…> Niko dejó escapar un gruñido de disgusto en cuanto comprobó en su bloc de notas que hoy le tocaba trabajar con ese elemento.

Al igual que el oscuro componente de la Dualidad Universal al que rivalizaba, Luz era uno de los elementos que no tragaba del todo, debiéndose esto a la enorme cantidad de fanáticos que lo idolatraban por encima de todo, lo que llevaba a la infravaloración de otras fuentes elementales ¡Ni que el universo solo estuviese hecho de luz y oscuridad!

Tarde o temprano tendría que hacerle frente a esos dos elementos, y cuanto antes se los quitase de encima, mejor. El aprendiz se llevó un par de tomos escritos por varios autores recomendados (la mayoría de ellos radicales de la Luz) a una mesa y se puso a leer el primero.

El día torcido, y la noche apuntaba en la misma dirección.
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Ronda #5 - Comida sana

Notapor Astro » Mar Dic 30, 2014 8:47 pm

Resultó que el barril sobre el que me senté estaba lleno de vino. Decidí probarlo, echando un largo trago y... A partir de ahí todo se volvió bastante borroso. Los recuerdos iban y venían. Habría jurado que estuve cantando con alguien allí, en las cocinas, y que acabé bebiendo sangre de algo... O de alguien.

¡¡¿PERO QUÉ HAS HECHO, KUPOPÓ?!!

Los gritos de un moguri histérico me despertaron. Estaba tirado en una mesa de las cocinas, y todo a mi alrededor estaba bastante desordenado. O roto, directamente. Me rasqué la cabeza mientras me incorporaba entre bostezos, desorientado. Una de las ventajas de ser un vampiro era librarse de las resacas, aunque eso no impedía que fuese incapaz de recordar en condiciones qué había hecho durante la borrachera.

¿Y dónde estaban mis pantalones?

Cogí un delantal y me lo até a la cintura, usándolo como taparrabos improvisado, mientras el moguri seguía chillando y revoloteando a mi alrededor. El pequeño chef estaba histérico, y no tardó en ordenarme que saliera de allí.

Ya voy, ya voy —contesté de mala gana, bostezando y apartándole de mi cara de un manotazo.

Fui a salir, pero me detuve en el último momento, recordando algo.

Oh, casi me olvido. Necesito bolsas de sangre, las reservadas para Weiss. —Mi estómago volvía a rugir de hambre.

Una cuchara lanzada a mi cabeza fue la respuesta del moguri. Mantuvimos una breve discusión, hasta llegar a una especie de acuerdo: si llevaba unos libros de recetas de vuelta a la biblioteca, me daría mis bolsas.

Cuando pisé los pasillos, me di cuenta de que ya había anochecido. Tendría que haber pasado la tarde entrenando en el gimnasio, según había dicho Nanashi, y en su lugar me la había pasado de juerga en las cocinas. Buen plan.

Encontrar la biblioteca fue fácil: estaba muy cerca de las puertas del castillo. Dentro, reinaba el silencio. Silbando una alegre canción como de costumbre, paseé por las estanterías en busca de algún hueco libre en las estanterías para dejar los libros, cuando le vi.

El mismo chico que había visto al mediodía, el que apestaba a ajo, estaba sentado en una mesa inmerso en la lectura de un libro.

¡Si es el pequeño Kolai! —No estaba seguro de recordar bien su nombre—. ¿Qué haces aquí a estas horas?

Me acerqué hasta su mesa, dejando caer los libros de recetas de mala gana sobre ella. Olfateé el aire.

¿Seguiría oliendo a ajo...?
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Re: [Bastión Hueco] Comida sana

Notapor Drazham » Jue Ene 01, 2015 8:26 pm

Tragarse todos los desvaríos que un fanático de la Luz había escrito era más arduo de lo que pensaba. Con cada página llena de falacias que se leía Nikolai, más le sorprendía que una editorial hubiese aceptado publicar la obra de un individuo que no debía de estar en sus cabales.

Justo cuando se estaba planteando seriamente arrojar el libro por la ventana más cercana, un silbido lejano llegó a sus oídos. Normalmente no solía tener compañía las noches que se pasaba ojeando libros en la biblioteca, y la sorpresa fue aún mayor cuando le vio.

¡Si es el pequeño Kolai! —Niko apartó la mirada de las páginas al reconocer aquella voz y a su respectivo dueño acercándose a donde estaba cargando con varios libros—. ¿Qué haces aquí a estas horas?

Se trataba nada menos que de Adam, el chico de pelo blanco al que le repugnaba tanto el ajo como para montar un numerito y que llevó a las cocinas. Llegó de la misma forma en la que se lo cruzó hace un par de horas: sonrisa de oreja a oreja, pecho al descubierto y llevando como única prenda un delantal.

Un momento… ¡¿Cómo que un delantal?! ¿Qué le había pasado a sus pantalones?

Casi que prefería no preguntar.

Nikolai, Adam, Nikolai —le corrigió, en un intento de olvidarse por un momento que lo único que cubrían sus partes íntimas era un trozo de tela—. Y ahora mismo estaba… —el joven apartó de inmediato sus manos y el tomo que estaba leyendo de la mesa antes de que Adam se las aplastase con los libros que había tirado sobre ésta—. Trabajando.

Nikolai tenía preguntas. Muchas preguntas sobre el enigmático personajillo con el que tan solo había tenido conversación durante unos diez minutos. Sin embargo, en cuanto el musculitos se puso a olisquear el aire, él hizo lo mismo por curiosidad, y la gran parte de sus dudas se resolvieron en cuanto el característico hedor a vino le dio una buena tunda a sus fosas nasales.

Bueno, eso explicaba su ligero bamboleo y que un delantal con el mensaje “Besa al cocinero” impreso en la parte delantera hubiese sustituido sus vaqueros.

No, Adam, no creo que ya huela a ajo después de haberme lavado los dientes con tres enjuagues bucales distintos —le respondió ante la obvia preocupación del albino por el olor mientras tamborileaba con sus dedos en la portada del libro—. Aunque creo que alguien se los ha estado enjuagando con cierta bebida fermentada, ¿no crees?

Para que luego fuese el tipo quejándose del aliento de los demás.
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Ronda #6 - Comida sana

Notapor Astro » Dom Ene 04, 2015 8:29 pm

Nikolai, Adam, Nikolai

¿Estás seguro? —Enarqué una ceja, dubitativo—. Kolai me suena mejor.

Y ahora mismo estaba… Trabajando.

¿Trabajando a estas horas? ¿No sabes divertirte mejor o qué?

Me dejé caer en la silla, bostezando ampliamente. Ni siquiera me preocupe por el hecho de que pudiera ver mis colmillos. Sobre todo, porque ahora que no apestaba a ajo, pronto los clavaría en su piel.

No, Adam, no creo que ya huela a ajo después de haberme lavado los dientes con tres enjuagues bucales distintos. —Debí de ser muy descarado cuando había olfateado el aire—. Aunque creo que alguien se los ha estado enjuagando con cierta bebida fermentada, ¿no crees?

¿Bebida fermentaqué...? —Tuve que hacer un poco de memoria para recordar qué era eso. Aquel chaval hablaba de forma demasiado complicada—. Ah, te refieres al vino. En la cocina los moguris tenían un barril lleno, ¿te lo puedes creer? Estaba un poco soso, pero sabía a gloria.

Me di unas palmadas en el estómago, eructando hacia arriba. Me rugían las tripas, y verle a él sólo hacía que mi hambre fuese a más. Era como ver una chuchería con un cartel colgado que dijera "cómeme".

Pero me ha dejado con hambre. Voy a dejar estos libros y a comer algo... —Me levanté de la silla, agarrando de nuevos los libros de recetas que antes había soltado—. ¿Puedes ayudarme a colocarlos? No tengo ni idea de dónde dejarlos.

Me acerqué a Nikolai, con aparente tranquilidad. En cuanto se levantara o simplemente elevara la cabeza para mirarme, me agacharía con rapidez para morderle en cuello. Cuando quisiera darse cuenta, ya le tendría agarrado.

Iba a hacerlo, cuando en el último momento vi lo que había dibujado en el libro que él estaba leyendo: una cruz. ¡Esas cosas quemaban como miel cuernos cuando me tocaban!

Di un respingo hacia atrás, y poco me falto para dar un traspiés y caer al suelo.

¡¿Primero el ajo y ahora cruces?! —grité, señalándole con el dedo con enfado—. ¡¿Y ti qué te pasa conmigo?!
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Re: [Bastión Hueco] Comida sana

Notapor Drazham » Lun Ene 05, 2015 11:19 pm

Adam agarró una de las sillas que había cerca y tomó asiento. No tardó en explicar que, efectivamente, la tarde la había dedicado en asaltar un barril de vino de las cocinas, y lo más probable es que no se hubiese contentado con una o dos copas por el persistente olor que dejaba su aliento.

Olor que se hizo más intenso en cuanto soltó un eructo hacia arriba y se esparció cual nube de gas. Nikolai arrugó la nariz disimuladamente, pero no dijo nada al respecto. A diferencia de su compañero, quería tener un poco de tacto.

Pero me ha dejado con hambre. Voy a dejar estos libros y a comer algo... —Adam se incorporó y cogió los libros que estaban esparcidos por la mesa.

Habrías podido aprovechar que estabas en la cocina —Niko le echó un vistazo por encima a los libros, comprobando que todos eran de recetas culinarias. ¿Tendría por hobby cocinar?—. Para eso querías que te llevase allí en primer lugar, ¿no?

¿Puedes ayudarme a colocarlos? No tengo ni idea de dónde dejarlos.

Qué remedio. No iba a ser tan descortés y negarse a algo tan sencillo como indicarle un par de estanterías. Además, ya se estaba cansando de leer tantas chorradas sobre la Luz, y era una buena excusa para tomarse un descansito.

Muy bien, enséñame que tie…

Sin razón aparente, Adam pegó un salto hacia atrás en cuanto el aprendiz se le acercó. En su cara se dibujó una expresión de terror, como si hubiese visto a un fantasma.

¿Y ahora qué te pasa? —le preguntó, mosqueado por el extraño comportamiento del tipo—. Mira, como me saques otra vez el tema del ajo…

¡¿Primero el ajo y ahora cruces?! —Nikolai se quedó atónito, sin entender nada de lo que le gritaba Adam mientras le señalaba—. ¡¿Y ti qué te pasa conmigo?!

Esa pregunta debería hacértela yo a ti —se frotó la sien. Todo esto se escapaba de su comprensión—. No sé de qué cruces me estás… —entonces, el aprendiz reparó por el rabillo del ojo en la peculiar portada del libro que sostenía.

Aquello era una broma.

¿Te refieres a ESTO? —le mostró el dibujo de la cruz mientras le devolvía una mirada de incredulidad.

La cruz era un símbolo religioso que normalmente representaba la fe de las personas hacia algo. No obstante, un exceso de fe ciega podía desembocar en el fanatismo de una creencia, como el del propio autor del libro que había causado todo este revuelo. Menuda idea la de plantarle la crucecita de marras como si se tratase de algo sagrado.

<Sabía que tenía que haberlo tirado por la ventana, o quemarlo.>

No sería de extrañar que el miedo de Adam por las cruces tuviese que ver con algún problema religioso en su mundo de origen, como la Inquisición de la que le habló Simbad.

Vamos a ver, Adam, solo es una inofensiva cruz —mientras intentaba razonar con él, Niko se le acercó lentamente con el libro en alto—. Tendrías que ser un monstruo de fantasía para que te hiciese daño —soltó de forma sarcástica—. Como un fantasma, un hombre lobo…

>>O un vampiro.
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Ronda #7 - Comida sana

Notapor Astro » Mar Ene 06, 2015 7:57 pm

Esa pregunta debería hacértela yo a ti —respondió Nikolai, frustrado—. No sé de qué cruces me estás…

Pues de eso. —Señalé con el dedo el dibujo del libro que había estado leyendo.

¿Te refieres a ESTO? —preguntó, con aire incrédulo— Vamos a ver, Adam, solo es una inofensiva cruz.

Sí, ya, inofensiva —gruñí por lo bajo.

En una ocasión, durante los primeros meses como vampiro, se me ocurrió intentar seducir a una monja que encontré por la calle. Cuando se resistió e intentó huir de mí, me golpeó sin darse cuenta con la cruz que llevaba como colgante, dejándome una quemadura que me duró una semana.

Aquellas cosas me daban mal rollo. No era que me dieran miedo, pero prefería no tenerlas cerca.

Tendrías que ser un monstruo de fantasía para que te hiciese daño. Como un fantasma, un hombre lobo…

Enarqué una ceja, sorprendido.

>>O un vampiro.

Solté una par de carcajadas bastante sonoras, llevándome una mano a la frente. ¿En otros mundos nos consideraban "monstruos de fantasía"? Eso era fantásticamente divertido. E interesante para posibles futuras noches de caza...

Ya, bueno —conseguí decir tras calmar el ataque de risa—. Pues este vampiro prefiere las cruces y el ajo lo más lejos de él posible. Así que deja de tomar tanto ajo y de leer estos tostones, ¿vale? Me gusta que mi comida esté sana.

Di un par de pasos hacia las estanterías, libros de recetas en mano, cuando se me ocurrió algo. De una zancada, me puse de nuevo a su lado.

Oh, y como me siento tremeeeendamente ofendido porque me has llamado criatura de fantasía —dije, exagerando bastante las palabras—. Encárgate tú de esto, estoy demasiado afectado.

Dejé caer los libros encima de Nikolai, de forma que o los cogía o acabarían todos en el suelo.

»¡Gracias, Kolai! Un placer ♪

Le dirigí una sonrisa amigable antes de salir de la biblioteca a toda prisa, con las manos en los bolsillos, sin pararme a mirar si había cogido los libros o no. Ahora el marrón era suyo.

Pasé por las cocinas a coger, de una vez por todas, mis famosas bolsas de sangre. Sosas y frías, pero al menos servirían para que no pasara hambre.

Aunque, de vuelta a mi habitación, me topé con un pequeño moguri que paseaba con tranquilidad por el pasillo donde estaba mi cuarto. Ni lo pensé: como de costumbre, mis instintos tomaron los mandos de mi cuerpo. Cuando nos cruzamos, le agarré del pompón y le arrastré a mi cuarto con violencia, mientras me relamía los labios.

Ñam.

Eso sí que era comida sana.

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Fin por mi parte. Un placer rolear contigo, Draz, repetimos cuando quieras~
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Astro
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Re: [Bastión Hueco] Comida sana

Notapor Drazham » Mar Ene 06, 2015 11:18 pm

Sin comerlo ni beberlo, a Adam le dio un inesperado ataque de risa en cuanto la palabra “vampiro” salió de la boca de Nikolai. Le habría resultado más extraño de lo normal de no ser porque ya era la segunda vez que alguien se carcajeaba en su cara porque sí. A este paso iba a triunfar como humorista en Bastión Hueco.

Ya, bueno —dijo Adam tras calmar sus risotadas—. Pues este vampiro prefiere las cruces y el ajo lo más lejos de él posible. Así que deja de tomar tanto ajo y de leer estos tostones, ¿vale? Me gusta que mi comida esté sana.

… ¿Qué?

Si la cara de imbécil que se le quedó a Niko esa mañana era digna de mención, la que puso ahora le daba mil vueltas.

No, aquí ya no había lugar para la lógica. El individuo que se había autoproclamado “vampiro” se había encargado de aplastarla brutalmente, y tras haberse alzado con la victoria de aquel duelo de razonamiento (si es que se podía considerar como tal) agarró los libros de cocina y se acercó de un salto al lado de un desconcertado Nikolai.

Oh, y como me siento tremeeeendamente ofendido porque me has llamado criatura de fantasía —Niko giró la cabeza de una manera exageradamente lenta hacia Adam y lo miró de manera mortificante—. Encárgate tú de esto, estoy demasiado afectado.

Y dejó caer los libros sobre los brazos del aprendiz como quien no quería la cosa.

»¡Gracias, Kolai! Un placer ♪

Adam se despidió con su genuina sonrisa bobalicona y se largó de la sala con viento fresco. Niko ni siquiera le respondió, simplemente se quedó mirando cómo se alejaba alegremente y, cuando se perdió en la oscuridad de la biblioteca, clavó sus ojos en los libros de cocina y dijo:

Nikolai, tienes el puñetero don de atraer a las personas más raras del universo.

Para bien o para mal, esas personas tan raras se habían convertido en algo muy común de su vida desde que decidió empuñar la Llave Espada: vecinos que deciden seguir la senda del mal, exhibicionistas que afirman ser criaturas de la noche…

Y canijos sin corazón que niegan tener sentimientos.

Vives en un castillo donde os entrenan para que luchéis con una espada mágica con forma de llave gigante. Viajas entre mundos inimaginables, y peleas contra monstruos imposibles. ¿Y te cuesta creer que puedan existir unos seres con la suerte de no tener sentimientos?


El encuentro con el descorazonado Ban Oswald fue uno de los varios que le sirvieron para aprender una valiosa lección: Nunca des por sentado que crees haber visto todo en éste mundo.

Comida sana, dice —cargando con el "regalito" que le había dejado Adam, Nikolai se puso en movimiento para dejar los libros en sus respectivas estanterías—. Eso sí que me gustaría verlo.

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Y colorín colorado, este encuentro se da por finiquitado. Un placer haber roleado de nuevo con Astro.
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Re: [Bastión Hueco] Comida sana

Notapor Nell » Sab Ene 10, 2015 2:13 am

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¡Fin del Encuentro!

Astro, 35 PX. Quizá sea que no te has afianzado al personaje, pero me ha dado la impresión de que has centrado demasiado a Adam en su faceta hambrienta, no ha parado de pensar en comer/beber en todo el Encuentro (?), por lo que ha quedado muy reducido solo a eso. Monjas en Halloween xDD
¡Subes a nivel 5!

Draz, 38 PX. No tengo nada que decir, el Nikolai de siempre contra una criatura fantástica. Solo se te ha colado en la antepenúltima frase un "éste mundo" monstruoso. Lo siento, Niko, this is KH y el universo es de lus y darkness
¡Subes a nivel 9!

No os comento mucho más porque por ser encuentro corto hay poca chicha para evaluar, lo siento xDu
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