por James Bond » Lun Ene 12, 2015 11:43 pm
—No hay de qué. La primera vez que cogí un arma fue cuando tenía nueve años, a mi padre casi le dio un ataque— comentó Simbad.
—Ya veo...— aunque Keiko sospechaba que era mentira, pues si solo hubiera cogido una espada una sola vez en su vida, no habría podido pelear así. De todos modos, no era quien para sospechar. Seguro que había un buen motivo para mentir, y si era así, ella no tenía derecho a saber la verdad que el muchacho pudiera ocultar—. Bien, Simbad, voy a hacer una visita a mis padres, que viven cerca de aqui. ¿Te importa esperar?
Cuando Keiko recibiera la respuesta de Simbad, se lo agradecería y saldría corriendo a su casa. No tardó mucho en llegar. Estuvo hablando un buen rato con sus padres sobre como le iban sus estudios fuera de la ciudad, y que había conocido a muchos amigos, y sobre todo que los profesores eran cada uno más raro que el anterior, pero eficientes y amigables. También comentó sobre la gran habilidad que tenían los demás alumnos, y que se sentía muy suertuda de haber conseguido una plaza en aquel centro gracias a sus habilidades. Tras comer un pastelito, Keiko salió de su casa y volvió al Solar Deportivo.
Cuando llegó alli, se golpeó con alguien que iba en su misma dirección. Ambos cayeron al suelo.
—Ay, ay, ay… Mira por donde vas— acusó el golpeado.
—¡D-D-Disculpe! ¿Está bien?— Keiko le ofreció su mano para levantarse y cuando este se irguió, pudo ver su rostro. Era un muchacho de pelo castaño y ojos verdes que le eran muy familiares, aunque no tenía cicatriz alguna o quemadura—. ¿Hermano?— preguntó Kei, para su sorpresa, el muchacho desconocido echó a reír.
—¡Jajajajajaja! Más quisiera yo tener una hermana. No preciosa, no soy tu hermano. Y ahora, si me disculpas, tengo que terminar un trabajo que me ha mandado mi jefe.
El muchacho esquivó a Keiko, andando a paso ligero, como si hubiera sido descubierto. Keiko se quedó desconcertada por unos segundos, pero luego se recuperó y se dirigió a Simbad.
—Perdón por la tardanza, me he entretenido hablando. Siento mucho no poder pasar más tiempo contigo, Simbad, pero me he de marchar. ¿Alguna pregunta antes de irme?