Llegué corriendo a una pequeña calle de la ciudad, tras asegurarme de que Fátima no me seguía. Estaba a salvo.
Pero había sido un idiota descuidado. Las apariencias engañan, decían. Con razón. Había cometido un error propio de humanos, no tenía excusa. No volvería a suceder.
En cuanto a Fátima...
Como sospechaba, la encontré en el hospital. El viejo había sobrevivido a la caída, y tenía a Fátima a su lado esperando con nerviosismo a que despertara.
Oculto por un nuevo hechizo Tenue, les observé durante unos minutos. ¿Por qué se molestaba tanto por él? Ella ni siquiera era de este mundo. Habría sido tan fácil acabar con él ahora y poder disfrutar de la cara que pondría...
No, todavía no. John era un punto débil para Fátima, algo de lo que poder aprovecharse en el futuro. Y lo haría.
En silencio, todavía oculto, abandoné el hospital antes de que el viejo incluso despertara. Invoqué mi tabla en un lugar despejado, y me elevé hacia el intersticio, de vuelta al bastión. Tenía mucho en lo que meditar, mucho que entrenar.
Pero estaba seguro de algo. Tarde o temprano, tendría mi venganza con Fátima.
Spoiler: Mostrar