[Bastión Hueco] Un problema con colmillos

Encuentro entre Nikolai Everard y Adam Weiss

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[Bastión Hueco] Un problema con colmillos

Notapor Astro » Dom Feb 08, 2015 2:16 pm

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«Mierda, mierda, mierda.»

Adam caminaba a toda prisa por los pasillos, casi corriendo, con aspecto apurado. Como de costumbre, iba vestido únicamente con unos pantalones rojos, pero a diferencia de otras ocasiones el vampiro tenía cara de preocupación. ¡Y él nunca se preocupaba por nada!

Pero se había metido en un buen lío, ahora de verdad.

Vale, necesitaba ayuda, él no tenía ni idea de cómo solucionar la que había armado. Pero, ¿de quién? Las Maestras no, acabaría recibiendo una bronca más gorda que de costumbre y quería evitar que se enteraran. ¿Alec, el brujo? Parecía saber sobre el tema, pero aquella mañana había escuchado que se había marchado de misión.

Fue al girar la esquina cuando vio la solución a su problema. De espaldas a él, caminaba el pequeño Kolai: rubio, bajito, y un auténtico ratón de biblioteca. Le había conocido hacía un par de semanas escasas, en la biblioteca, y después se habían vuelto a cruzar un par de veces por los pasillos. El tío era un sabelotodo sabiondo, seguro que sabría qué hacer con el lío de Adam.

El vampiro, ni corto ni perezoso, y aprovechando que no le había visto, dio un par de zancadas hasta ponerse a su espalda y le agarró del cuello de la camisa, echándoselo al hombro cual saco de patatas.

Ven conmigo~

Como si Nikolai no pesara nada, Adam salió corriendo hacia el piso superior.
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Re: [Bastión Hueco] Un problema con colmillos

Notapor Drazham » Dom Feb 08, 2015 6:06 pm

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… Y se acabó.

Satisfecho con la lectura, Nikolai cerró de una palmada el libro que tenía encima del escritorio y se recostó sobre la silla.

El repertorio de obras literarias protagonizadas por los emblemáticos Portadores de la Llave Espada no es que fuese muy extenso, teniendo en cuenta que el público que podía tener acceso a tales relatos era un poco reducido. El libro en cuestión que se había acabado narraba las aventuras de un viejo Caballero retirado que, presa de la locura, decide embarcarse en una aventura para rememorar sus años de servicio, pero desgraciadamente no hace más que encontrarse un problema tras otro. Uno de los momentos más hilarantes fue cuando el pobre diablo atacó a unos molinos que había confundido por unos sincorazón Armadura.

Niko se quedó meditando sobre que género literario leer esta vez, pero con la cantidad de material que tenía la biblioteca del castillo, no tenía ni idea de por dónde empezar.

También puedo preguntarle a Saeko —alzó el dedo índice, contento por su ocurrencia.

¡Pues claro! Saeko era una de las pocas personas que conocía en Bastión Hueco que, al igual que él, le encantaban los libros, y seguro que ella se conocía mejor que él lo que la biblioteca podía ofrecerle al llevar más tiempo en la Orden. Podría pasarse por su habitación para pedirle alguna recomendación.

Y ya de paso, aprovechar la excusa para saludarla y charlar un rato con ella.

Con esa idea en mente, abandonó su habitación y comenzó a andar por el laberinto de pasillos que contenía el edificio. Sin embargo, a los dos minutos de estar caminando; ignorante de la que se le iba a venir encima, notó que una portentosa fuerza tiró del cuello de su camisa (poco faltó para estrangularle) y lo elevaba en el aire.

<¡Pero que dem…!>

Sin comerlo ni beberlo, Nikolai se encontró con la sorpresa de que alguien estaba cargando con él mientras subían las escaleras a toda velocidad.

Ven conmigo~

Esa voz… sí, la recordaba perfectamente. El joven viró la cabeza para verle el rostro a su captor: Adam, el vampiro exhibicionista con el que tuvo que lidiar hace unas semanas. Un tipo que normalmente gozaba de una vida despreocupada y sin complicaciones, aunque ahora mismo no se le veía tan despreocupado.

Hola a ti también, Adam. —Nikolai suspiró y posó su mano sobre la cabeza del albino—. ¿Me puedes explicar a qué viene este secuestro tan repentino?
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Ronda #2 - Un problema con colmillos

Notapor Astro » Lun Feb 09, 2015 2:39 pm

¿Me puedes explicar a qué viene este secuestro tan repentino?

Eh, no es un secuestro. Es que... —Paró de caminar un momento, mirando alrededor para asegurarse de que no había nadie que pudiera escucharle, aunque al hacerlo casi acabó estampando la cabeza de Nikolai contra la pared sin querer—. Vas a ayudarme con una cosa. O con un coso. No sé, no estoy seguro de cómo llamarlo.

Con un par de zancadas más, llegaron al pasillo del piso superior. Adam volvía a girarse cada dos por tres, a menudo con brusquedad (por desgracia para Niko), comprobando que no se cruzaban con nadie. Avanzó hasta la puerta de un aula antigua, de las que casi no se utilizaban en el castillo, y dejó caer a su "rehén" al suelo sin cuidado alguno.

El vampiro se acercó a la puerta, cuyo picaporte estaba atrancado con una tabla de madera, y pegó la oreja para intentar escuchar cualquier ruido que sonara dentro. Aunque, a simple vista por la pequeña ventana de la puerta, no había nada: tenía las persianas bajadas y ninguna luz encendida, por lo que no se veía nada allí dentro. Sólo oscuridad.

Qué raro, no oigo nada...

¿Eso era bueno? ¿O malo? ¿Se estaría echando una siesta? O igual se había escapado... No, imposible, se había asegurado de sellar las salidas. El vampiro se rascó la cabeza con una mueca de desagradado. Pensar demasiado no era bueno para su salud.

Una vez más sin mediar palabra, Adam agarró a Nikolai por un brazo y quitó la tabla de madera que bloqueaba la puerta, abriéndola de una patada.

Vale, echa un vistazo y dime qué opinas —le dijo, empujándole con fuerza hacia el interior—. ¡Intenta que no te muerda!

Y cerró de un portazo, encerrándole dentro. Nikolai no habría dado ni dos pasos, cuando un gruñido llegó a sus oídos.

No estaba solo.
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Re: [Bastión Hueco] Un problema con colmillos

Notapor Drazham » Lun Feb 09, 2015 7:33 pm

Eh, no es un secuestro. Es que... —Adam frenó en seco y se volteó de un lado a otro, a punto de estrellar la cara de Nikolai contra la pared por el movimiento y obligándole a protegerse con los brazos por pura inercia—. Vas a ayudarme con una cosa. O con un coso. No sé, no estoy seguro de cómo llamarlo.

Si ni siquiera lo sabes tú… —bufó desganado.

El viajecito que le estaba dando el vampiro casi le costaba las cervicales de tantas sacudidas. No paraba de agitarse de un lado a otro en medio de la carrera, como si temiese que alguien le descubriese. Estaba bastante alterado para lo pasota que solía ser, por lo que su problemilla debía ser algo más serio que haber arrasado con la bodega del castillo.

Adam llevó al aprendiz hasta un aula que no debía de estar en funcionamiento por su estado y lo soltó allí mismo sin más. Menos mal que actuó con rapidez y pudo aterrizar de pie antes de darse de bruces contra el suelo.

Bueno, ¿me vas a decir ya que es esa “cosa” tan importante? —le pregunto, arreglándose el cuello de la camisa.

Adam hizo caso omiso a Niko y se fue directo hacia una puerta con una pequeña persiana en el centro a la que se le había bloqueado el picaporte con un tablón de madera y acercó su oreja a ésta.

Qué raro, no oigo nada...

Nikolai arqueó la ceja. ¿Es que había encerrado ahí dentro a alguien o qué? Ya que Adam no le daba respuesta alguna, decidió acercarse a la puerta para satisfacer su curiosidad, aunque no tardó en arrepentirse de su acción en cuanto Adam aprovechó para agarrarle del brazo y abriese la puerta propinándole una coz.

Vale, echa un vistazo y dime qué opinas. —El vampiro tiró de su brazo y lo empujó al interior del cuartucho.

¡Oye, espera un mo…!

¡Intenta que no te muerda! —Dejándole con la palabra en la boca, cerró de un portazo.

Nikolai estuvo a punto de soltar un rugido de exasperación, pero a los pocos segundos, un gruñido que oyó detrás suya le alertó. Se volteó de inmediato para comprobar que era lo que había encerrado allí Adam.

Kupó…

La poca luz que pasaba a través de la persiana dejó ver a un moguri plantado en el fondo del cuarto. El aprendiz suspiró aliviado nada más ver a la inofensiva criatura, pero al rato pudo observar cómo el pequeñajo se encogió sobre sí mismo y se puso a temblar de manera extraña.

Hambre, kupó…

Extrañado, el joven se aproximó un par de pasos al moguri, pero en cuanto lo tuvo a medio metro de distancia, el ser alzó la cabeza, mostrando dos prominentes colmillos que le sobresalían de la boca.

¡¡TENGO HAMBRE, KUPÓ!!

Nikolai ahogó un grito nada más ver al moguri abalanzarse sobre él cual bestia hambrienta. Por fortuna, llegó a reaccionar a tiempo y lo agarró del pompón antes de que le clavase los colmillos en la yugular.

¡¡SANGRE, KUPÓ!! —Colérico, el “monstruito” se intentó zafar del agarre balanceándose de un lado a otro—. ¡¡SANGREEEE!!

Niko apretó los dientes y extendió el brazo para apartar al bichejo lo máximo posible. Apresurado, busco por todos los rincones de la habitación cualquier cosa que le sirviese para detener al moguri hasta que sus ojos repararon en un viejo saco de lino. Sin pensárselo dos veces, se hizo con él y metió dentro al engendro, asegurándose de que no escapase anudándolo.

Finalmente, invocó su Llave Espada y desbloqueó con ella la puerta, abriéndose paso al aula y arrojando el saco a un par de metros de distancia, lo que provocó que se revolviese violentamente en cuanto cayó al suelo.

Adam. —Le lanzó al vampiro una mirada mortificante—. ¿Qué demonios has hecho?
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Ronda #3 - Un problema con colmillos

Notapor Astro » Mié Feb 11, 2015 12:45 am

Adam mantuvo la oreja pegada a la puerta en todo momento, escuchando lo que sucedía dentro. Los gritos del moguri, el forcejeo, y luego un pequeño silencio. ¿Le habría mordido? ¡O igual se lo había comido! No, no debía de ser posible, era muy pequeño y no habría tenido tiempo para tanto... Aunque si lo había hecho, esperaba que le hubiera dejado un poco para él.

El vampiro casi se cae al suelo cuando, como por arte de magia, la puerta se abrió de golpe. Nikolai salió echando humo por las orejas, arrojando un saco lejos por el pasillo. Un saco que, por cierto, se movía. ¿Le había metido ahí dentro?

... Vale, esa habría sido mejor idea que encerrarlo en una aula.

Adam. ¿Qué demonios has hecho?

¿Ah? ¡No es culpa mía! —protestó, acercándose con cuidado al moguri atrapado—. Espera, ¿lo es?

Se llevó una mano a la barbilla, pensativo. No estaba seguro de si podría considerarse culpa suya, al fin y al cabo no había sido a propósito. Ni siquiera estaba seguro de cómo lo había hecho, hasta la fecha nunca lo había intentado y ni siquiera se le había pasado por la cabeza.

Bueeeno, digamos que sí que es un poquito culpa mía. Seguramente casi toda —reconoció, agarrando el saco y observando cómo el moguri pataleaba con curiosidad—. ¡Pero este idiota también tiene parte de la culpa!

La cara de impaciencia y confusión de Nikolai lo decía todo. El vampiro carraspeó, lanzándole la bolsa cual pelota para que la cogiera, mientras hacía memoria.

»Vale, te lo explico. Ayer tuve una pelea en Ciudad de Paso, lo habitual, ya sabes, y cuando volví tenía hambre. Así que agarré a un moguri de estos para la cena. Pero... —En esa parte era donde su memoria estaba borrosa, seguramente porque mientras mordía al moguri también le acompañaba una botella de ron—. Me debí de quedar dormido o algo así sin terminar de vaciarlo, y cuando me he despertado esta mañana estaba bebiéndose las bolsas de sangre que guardo en mi cuarto. El idiota debió de beber de mi sangre, de la que caía al suelo por las heridas de la pelea, mientras estaba medio muerto. Creo recordar que así era cómo se hacía...

¿Tendría que haber prestado más atención a las lecciones que le dieron los vampiros de Ciudad de Halloween durante sus primeros meses? Sí, en situaciones como esta le habrían hecho falta. El resto del tiempo, pues no.

¿Y bien? ¿Qué opinas? —le preguntó a Nikolai, echando un trago a su petaca entre pregunta y pregunta—. ¿Qué hago con él? Para que conste, contárselo a las Maestras NO es una opción.
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Re: [Bastión Hueco] Un problema con colmillos

Notapor Drazham » Jue Feb 12, 2015 10:36 pm

¿Ah? ¡No es culpa mía! —se quejó Adam, husmeando el saco que contenía al moguri rabioso—. Espera, ¿lo es?

Nikolai se llevó la mano a la cara y negó con la cabeza, sin dar crédito a lo que estaba escuchando. ¿Le encierra con ese monstruito en un trastero y encima tenía la desfachatez de hacerse el loco? Si saltaba a la vista quien había sido el responsable del repentino cambio que había sufrido ese moguri por lo que acababa de ver.

Tú dirás… —le contestó con sorna—. ¿Desde cuándo has visto tú a un moguri al que le crezcan colmillos y tenga una sed de sangre atroz?

Bueeeno, digamos que sí que es un poquito culpa mía. Seguramente casi toda. —Niko suspiró tras que el vampiro confesara—. ¡Pero este idiota también tiene parte de la culpa!

Adam cogió el saco que contenía la prueba del delito y se lo lanzó al aprendiz. En cuanto llegó a sus manos, el monstruito comenzó a sacudir el saco, reconociendo el olor de la presa a la que le iba a hincar el diente momentos atrás. Anda que no tenía buen olfato el bicho del demonio.

¿Entonces me vas a contra de una vez que le ha pasado a nuestro amiguito?

»Vale, te lo explico. Ayer tuve una pelea en Ciudad de Paso, lo habitual, ya sabes, y cuando volví tenía hambre. —Que Niko le oyese mencionar que tuvo una pelea en su mundo no le terminó de gustar mucho. Esperaba que no hubiese involucrado a ningún conocido suyo—. Así que agarré a un moguri de estos para la cena. Pero...

Espera, ¿qué agarraste un moguri para la cena? —le interrumpió, para luego apuntarle con el dedo—. ¿Entonces tú eras el responsable de las desapariciones de otros moguris?

A lo que Nikolai se refería era que, desde hace un par de semanas, los moguris del castillo habían anunciado que su horario de trabajo nocturno se limitaría debido a las misteriosas “desapariciones” que el personal estaba sufriendo a esas horas, y hasta el momento, ninguno de los abducidos había regresado. Al menos ya sabía a quién tenía que agradecerle que se estuviesen quedando sin mano de obra moguri en el bastión.

Volviendo al tema que estaban tratando en ese instante, Adam alegó que no llegó a dejar seco al moguri del que se estaba alimentando al quedarse “dormido” (excusa poco creíble conociendo sus antecedentes con la bebida) y que la maltrecha criatura tomó por accidente sangre de las heridas del vampiro mientras estaba inconsciente, contrayendo así la maldición vampírica.

En algunas novelas de terror que había leído hacían mención a ese método para transformar a la gente, pero una vez más, la ficción ya no resultó ser tan ficticia.

¿Y bien? ¿Qué opinas? —preguntó el albino mientras se servía de una petaca que llevaba encima—. ¿Qué hago con él? Para que conste, contárselo a las Maestras NO es una opción.

No es que fuese una opción, es que acabarían enterándose se lo contasen o no. Nanashi ya debía de tener al chupasangre vigilado por todas las trastadas que había hecho, siendo cuestión de tiempo que descubriese el pastel, y lo último que le faltaba a Niko es que se comiese parte del marrón por estar colaborando de alguna forma.

Además, tener al bicho campando a sus anchas era un peligro tanto para los otros moguris, como para los aprendices.

Lo único que te puedo decir es que tienes dos opciones —le informó, acercándole la bolsa con el moguri—. O te haces cargo de él al ser tú el responsable y lo vigilas…

>>O se larga de Bastión Hueco.
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Ronda #4 - Un problema con colmillos

Notapor Astro » Sab Feb 14, 2015 9:29 pm

¿Entonces tú eras el responsable de las desapariciones de otros moguris?

Supongo. ¿Pero estas cosas no se multiplican como conejos? Ni que fuera algo malo que me coma un puñado.

Lo único que te puedo decir es que tienes dos opciones —comentó Nikolai, tras meditar un poco la situación—. O te haces cargo de él al ser tú el responsable y lo vigilas…

Adam soltó una carcajada al escucharlo.

Sí, ya, buen chiste. No estoy interesado en mascotas, y menos en una que me quite la comida —explicó, cruzándose de brazos—. Siguiente idea.

Definitivamente, aquella idea no era aceptable. Adam vivía a su aire, con sus normas y su ritmo, y pensar que tendría que estar pendiente de otra persona (o, bueno, otra cosa) le daba escalofríos. ¡Ni que fuera responsable!

>>O se larga de Bastión Hueco.

Bueeeno, podría llevarlo a mi mundo... Pero no creo que estén acostumbrados a un vampiro moguri. Yo ni siquiera les gusto demasiado a los demás vampiros. ¿Seguro que funcionará?

Se rascó la cabeza, pensativo. Ésto le estaba empezando a dar dolor de cabeza, y lo odiaba. ¡Tanto lío por un maldito moguri! Si hubiera una solución sencilla...

Un momento, sí que la había. ¡Era la más evidente y efectiva! Adam se dio un golpe en la frente, sonriente.

¡Pues claro, cómo no se me ha ocurrido antes! Me lo cargo, lo tiro por la ventana, y listo —declaró, aliviado—. Sólo necesito un trozo de madera para hacer una estaca... Tú no le pierdas de vista, no se vaya a escapar.

Giró sobre sus talones, y entró de nuevo en el aula vacía en busca de un trozo de madera, mientras Nikolai hacía de niñera.

Un estacazo, y adiós a sus problemas.
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Re: [Bastión Hueco] Un problema con colmillos

Notapor Drazham » Mar Feb 17, 2015 12:15 am

La idea de que Adam se tuviese que hacer cargo del moguri vampirizado no hizo más que provocarle un ataque de risa. En fin, Nikolai tampoco es que tuviese muchas expectativas en esa opción conociendo al irresponsable vampiro, por lo que no quedaba más remedio que recurrir a la idea de sacarlo de Bastión Hueco.

Bueeeno, podría llevarlo a mi mundo... Pero no creo que estén acostumbrados a un vampiro moguri. Yo ni siquiera les gusto demasiado a los demás vampiros. ¿Seguro que funcionará?

Llevarlo con los “suyos” sería lo más apropiado —comentó, aunque una expresión de duda se dibujó en su cara nada más ver al saco agitarse violentamente—. Pero si son tan quisquillosos como dices…

Ahí tenía razón. Un moguri vampiro no era algo muy común de ver, lo que podía echar para atrás a los otros vampiros a la hora de aceptarlo como uno de los suyos, y si encima se enteraban de que lo había convertido Adam; a quien no parecían tenerle mucho aprecio (no le extrañaba en absoluto), no haría más que complicar las cosas.

Se llevó la mano al mentón, dubitativo. ¿Qué otra opción tenían?

¡Pues claro, cómo no se me ha ocurrido antes! —gritó Adam, dándose un golpe en la frente—. Me lo cargo, lo tiro por la ventana, y listo.

Niko miró al vampiro con incredulidad nada más oír su ocurrencia.

No lo estarás diciendo en serio, ¿verdad?

>>Sólo necesito un trozo de madera para hacer una estaca... Tú no le pierdas de vista, no se vaya a escapar.

No, no era una broma. El albino salió disparado hacia el aula, y Nikolai no tuvo otra opción que correr detrás de él con la bolsa del moguri en mano.

¡Eh, eh, eh! ¡No tan deprisa, vaquero! —Le bloqueó el paso a Adam plantándose frente a él—. ¿Es así como solucionas tus problemas? ¿”Matándolos”? —le reprochó, crispado—. El bicho no tiene la culpa de que lo secuestrases para merendártelo.

Sí, el maldito monstruito podía ser peligroso, que tuviese mala leche y que atacase a cualquier desgraciado que se cruzase por su camino, pero antes de transformarse, no era más que una inocente e inofensiva bola de pelo que no pudo ni ser devorada del todo por un chupasangre ebrio.

¡Vamos, Adam! A ti te tuvieron que enseñar lo básico cuando te convertiste en un vampiro —intentó razonar—. Si pudieron aguantarte a ti, ¿por qué no a este enano?
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Ronda #5 - Un problema con colmillos

Notapor Astro » Sab Feb 21, 2015 8:51 pm

¡Eh, eh, eh! ¡No tan deprisa, vaquero! —Intervino Nikolai, corriendo tras de Adam para detenerle—. .¿Es así como solucionas tus problemas? ¿”Matándolos”?

Pues sí —respondió, encogiéndose de hombros. ¡Pero si era lo más fácil!

El bicho no tiene la culpa de que lo secuestrases para merendártelo.

Ouch, un golpe bajo. Adam guardó silencio durante un momento, considerando la situación. Sí, matarlo era el método más rápido, sencillo, e indoloro, y aunque Nikolai había intentado jugar la carta de la culpabilidad no era exactamente eso lo que hacía dudar al albino.

Matar humanos y cosas así, era fácil. Divertido, incluso. Al fin y al cabo, para él no eran más que comida y diversión. Pero matar a un vampiro le resultaba... ¿Incómodo, tal vez? No sabía encontrar la palabra. Simplemente, no le gustaba. Y aunque en un principio le había parecido una buena idea, ahora lo pensaba y no se lo parecía tanto.

¡Por eso odiaba pensar!

¡Vamos, Adam! A ti te tuvieron que enseñar lo básico cuando te convertiste en un vampiro. Si pudieron aguantarte a ti, ¿por qué no a este enano? —insistió su compañero.

Agh, ¡vale, vale, probaremos a llevarlo a mi mundo! —Acabó cediendo, suspirando y soltando la mesa de madera que había agarrado en un principio—. Leches, te pareces a esa voz en mi cabeza que me decía lo que está bien o mal.

»Un momento... ¿Has insinuado que soy difícil de aguantar?

Juntos, ambos aprendices salieron hasta un balcón y se prepararon para viajar a otro mundo. En un principio Adam planeaba llevar al moguri, todavía en el saco, atado a su glider; pero Nikolai insistió en que cogieran prestada una cápsula de viaje y le metieran allí. Por peligros del intersticio o algo así, dijo.

Equipados con las armaduras, los glider y con el monstruito metido en la cápsula, se elevaron por el cielo directos hacia el mundo natal de Adam. De vuelta a casa.

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Aterrizaron a las afueras, casi al borde del bosque. Cuando la armadura de Adam desapareció, el vampiro descubrió que había vuelto a tener su aspecto original, con su piel muchísimo más pálida y los colmillos mucho más alargados, tanto que sobresalían incluso con la boca cerrada.

Agarró la cápsula donde iba el moguri, y se giró hacia Nikolai.

¡Bienvenido a Ciudad de Halloween!
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Re: [Bastión Hueco] Un problema con colmillos

Notapor Drazham » Mar Feb 24, 2015 4:22 pm

Agh, ¡vale, vale, probaremos a llevarlo a mi mundo! —Adam acabó aceptando a regañadientes la propuesta de Nikolai, tirando una mesa de madera de la que pretendía sacar la estaca—. Leches, te pareces a esa voz en mi cabeza que me decía lo que está bien o mal.

Conciencia, Adam, y créeme, por mucho que la ignores, va a seguir ahí —aclaró.

»Un momento... ¿Has insinuado que soy difícil de aguantar?

Ve preparándote, cuanto antes saquemos al bicho de aquí, mejor. —Niko cambió de tema descaradamente, eludiendo la pregunta del vampiro.

Lo primero de todo era buscar un transporte adecuado para el moguri. Adam propuso la “maravillosa” idea de llevarlo en el saco por el intersticio, pero Nikolai no tardó en rechazársela por motivos obvios, explicándole que para viajar por el intersticio se necesitaba un mínimo de protección, como sus armaduras. Por las vagas afirmaciones con la cabeza del vampiro, sospechaba que no se hubiese enterado de nada y le estuviese dando la razón para que no le soltase la chapa.

Rebuscando por el almacén del castillo, encontró una vieja cápsula de viaje de las que se utilizaban para transportar animales pequeños. Con los bártulos preparados y el moguri bien atado, ambos aprendices despegaron con sus gliders hacia su destino.

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Ciudad de Halloween. Como bien decía su nombre, se trataba de un mundo que se especializaba en susodicha festividad. Oscuro, tétrico y con una “pequeña” peculiaridad en cuanto ponías un pie allí.

¡Bienvenido a Ciudad de Halloween!

En lo primero que se fijó cuando Adam se volteó hacia él fue su nuevo aspecto: su tez se había vuelto blanquecina y sus colmillos más pronunciados, haciendo más notoria su naturaleza vampírica.

¡Pero el albino no había sido el único en cambiar! Niko se percató de que su chaqueta azul había sido sustituida por un amplio manto de tonos más oscuros que le cubría por completo la parte superior y con una capucha incorporada. Y eso no era todo, ya que… ¿por qué seguía notando que tenía la cabeza embutida en algo cuando ya se había quitado el casco de la armadura?

Nada más llevarse las manos a la cara, reparó en que una superficie lisa se la estaba cubriendo. Cerca de su posición encontró un charco en el que aprovechó para mirarse como si de un espejo se tratase, y para su sorpresa, el reflejo le reveló que llevaba puesta una máscara blanca con motivos azules, adornada con varios cuernos y una espeluznante sonrisa.

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Qué curioso… —musitó, examinando su nuevo aspecto en el reflejo del agua. Una vez que satisfizo su curiosidad, se dirigió a Adam—. Vale, ¿por dónde andan tus congéneres?
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Ronda #6 - Un problema con colmillos

Notapor Astro » Jue Feb 26, 2015 2:27 am

Qué pintas. ¿Qué se supone que eres?

Adam asintió ante la respuesta de Nikolai, intentando hacer memoria. Recordaba vagamente que alguien le había contado que, cuando la gente de otro mundo llegaba a Ciudad de Halloween, su aspecto cambiaba para poder adaptarse y no llamar la atención. Él mismo tenía una apariencia diferente cuando salía de allí, consiguiendo un tono de piel normal y unos colmillos más discretos.

¿Sería cosa de magia? Agh, esperaba que no.

Vale, ¿por dónde andan tus congéneres?

Pues... —Tuvo que parar un momento, indeciso. Sabía bien adónde quería ir, pero había pasado tanto tiempo que no estaba seguro de acordarse bien de cómo llegar—. Ah, sí, por aquí. Creo.

Con el revoltoso moguri atado con una cuerda al hombro, el vampiro echó a andar con su compañero por la ciudad, aunque Nikolai pronto se daría cuenta de que su guía no tenía mucha idea de dónde iban. Dieron varias vueltas en círculos, cruzándose con todo tipo de extrañas criaturas (cada una más curiosa y escalofriante que la anterior) a las que Adam ignoró completamente.

Tras casi un cuarto de hora, encontró finalmente su destino. Una pequeña casa, de aspecto antiguo, pero muy bien cuidada. Las estatuas de dos gárgolas de piedra parecían vigilarles según entraban al pequeño jardín de flores rojas (anda, del mismo tono que la sangre), y si se paraban a mirarlas con detenimiento podrían jurar que sus ojos se movían.

Es aquí —declaró Adam, haciendo una mueca de desagrado y llamando a la puerta—. Terminemos rápido con esto...

El portón, de acero macizo, se abrió enseguida. Y lo que ambos se encontraron fue... A una pequeña y sonriente niña rubia, que debía aparentar como mucho unos catorce años, con dos grandes coletas rubias y un largo y pomposo vestido rosa. Aunque sin duda, sus ojos rojos como la sangre llamarían sobre todo la atención.

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¿Sí? ¿Qué dese...? —Calló al ver a Adam, y su expresión alegre y risueña cambió por una claramente enfadada—. Oh, eres tú. ¡Largo!

Fue a cerrar la puerta, pero por suerte el albino consiguió colocar el pie en el resquicio, evitando que se cerrara del todo.

¡Eh, eh, espera, Angélica, necesito tu ayuda! —intentó convencerla.

¡¡Llegas un año tarde para pedir ayuda, niño estúpido!! —chilló la otra, haciendo más fuerza empujando el portón.

¡Au, eso duele! —protestó Adam, apretando los puños—. Mira, he convertido a algo en vampiro, y no se qué hacer, ¿qué opinas ahora?

Esas palabras sí que funcionaron. Dejó de haber una pelea de fuerza vampírica por cerrar el portón, que se abrió dejando paso a una enfadada Angélica con los brazos cruzados.

Eres un estúpido neófito.

¿Neoqué? —se preguntó Adam, rascándose la cabeza.

Déjalo. Me das ganas de arrancarte la cabeza. Explica qué ha pasado.

Pues...

¡Tú no! Le decía al guapo de la máscara. —Señaló a Nikolai, que debía estar flipando por la escena—. Vienes con el idiota, ¿no? Cuéntame qué ha pasado.

Adam, susurrando por lo bajo un «Vieja bruja», retrocedió hasta su compañero aprendiz y le soltó encima el moguri, para que se encargase él del marrón.

Mientras tanto, se dedicaría a mordisquear una de esas flores. Si tenían el color de la sangre debían saber igual, ¿no?
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Re: [Bastión Hueco] Un problema con colmillos

Notapor Drazham » Vie Mar 06, 2015 3:23 pm

Qué pintas. ¿Qué se supone que eres?

No tengo ni la menor idea —contestó Nikolai, encogiéndose de hombros—. Pero supongo que en algo que pase desapercibido si las leyes de este mundo han decidido esta apariencia.

Niko se llevó las manos a la máscara que formaba parte de su nuevo aspecto para quitársela y comprobar que pintas tendría sin ella, pero tras pensárselo mejor, prefirió no hacerlo. Si estaba ahí, sería por alguna razón, ¿no?

Pues... —Adam se quedó pensativo en cuanto Niko le preguntó sobre los otros vampiros—. Ah, sí, por aquí. Creo.

El vampiro agarró al moguri; apresado con una cuerda y amordazado para que no causase más problemas, y se puso en marcha, llevando al aprendiz por las distintas callejuelas de la ciudad, habitadas por los seres más estrafalarios y terroríficos que harían retroceder hasta al más valiente. La villa entera parecía un Pasaje del Terror a lo grande

Oye, ¿no hemos pasado antes por esta fuente?

Nikolai no tardó en sospechar que las dotes de orientación de Adam no eran muy buenas por la de vueltas que estaban dando por la ciudad. Incluso llegaron a cruzarse en tres ocasiones con un zombie que les saludaba cada vez que pasaban por allí.

Tal vez fue porque el destino lo quiso así, pero tras una larga caminata, llegaron al lugar indicado. Una casita discreta, con dos gárgolas en la entrada y un bonito jardín de flores rojas que indicaba que alguien vivía allí. En cuanto cruzaron las dos gárgolas, Niko se detuvo y, suspicaz, se giró hacia ellas. ¿Se lo había imaginado o las estatuas le estaban siguiendo con la mirada?

Es aquí. —Adam se plantó delante del portón metálico con mala cara y llamó—. Terminemos rápido con esto...

Para sorpresa del aprendiz, quien salió de la casa a recibirles no fue el típico Conde o mayordomo monstruoso de las novelas de terror, sino una niña que traía una inocente sonrisa dibujada en la cara, con dos coletas doradas, un vestido rosa y unos ojos carmesís del mismo tono que las flores del jardín. ¿Había vampiros tan jóvenes?

¿Sí? ¿Qué dese...? —Su sonrisa se torció inmediatamente en cuanto vio a Adam delante de la puerta—. Oh, eres tú. ¡Largo!

Con genuino cabreo, intentó cerrar de un portazo, pero Adam actuó rápido y bloqueó la puerta con su pie.

¡Eh, eh, espera, Angélica, necesito tu ayuda!

¡¡Llegas un año tarde para pedir ayuda, niño estúpido!!

El joven no perdió detalle de la extraña escena en la que Adam forcejeaba con la chiquilla para que no le cerrase en sus narices. Bueno, no le mintió cuando le dijo que el resto de los vampiros no le tenían mucho aprecio.

Mira, he convertido a algo en vampiro, y no se qué hacer, ¿qué opinas ahora?

La niña desistió en cerrar la puerta al escuchar las palabras de Adam, pero no mejoró el enfado que llevaba encima, fulminando con la mirada al vampiro.

Eres un estúpido neófito.

¿Neoqué?

<Creo que empiezo a entender por qué no terminó de congeniar con el resto de su especie.>

Déjalo. Me das ganas de arrancarte la cabeza. Explica qué ha pasado.

Pues...

¡Tú no! Le decía al guapo de la máscara. —La muchacha señaló a un perplejo Nikolai, quien se apuntó con el dedo también para salir de dudas—. Vienes con el idiota, ¿no? Cuéntame qué ha pasado.

Adam le entregó el moguri vampirizado de mala manera y se fue a un rincón del jardín mientras maldecía en voz baja a la chiquilla. ¿Vieja bruja? Si apenas llegaría a la quincena de años… aunque también se decía que los vampiros no envejecían una vez convertidos, y antes la había oído llamar a Adam niño estúpido cuando éste le sacaría el doble de edad si se basaban en la apariencia física.

Que más daba… El aprendiz avanzó hacía la “niña” con el moguri en mano y se aclaró la garganta.

Pues verá… ¿señorita Angélica? —Pronunció, dudoso. ¿Cómo dirigirse a alguien que aparentaba menos edad que tú, pero que posiblemente te sacase bastantes años?—. Un servidor viene de un claustro de hechiceros que está por las afueras de la ciudad. —Se inventó a la marcha—. Hace unas cuantas semanas que Adam llegó a nuestra institución y le ofrecimos algo de alimento a cambio de que se ocupase de ciertas tareas que requiriesen de su fuerza.

En cuanto echó la vista atrás hacia el vampiro, se lo encontró comiéndose las flores rojas del jardín. Negó con la cabeza, incrédulo de que alguien pudiese llevar una vida tan despreocupada como la suya. Si al menos no acabase arrastrando a los demás a los líos que montaba…

El caso es que esta mañana nos hemos encontrado a uno de nuestros recaderos transformado en vampiro por Adam accidentalmente. —Le mostró al moguri atado, zarandeándose de un lado a otro—. Como podrá comprobar, el pequeñajo está intratable y ya ha intentado atacar a algunos de mis compañeros del claustro, por lo que pensamos que lo más apropiado sería llevarlo con los otros vampiros para que se adaptase a su nuevo… estilo de vida.
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Ronda #7 - Un problema con colmillos

Notapor Astro » Lun May 11, 2015 3:00 pm

Angélica escuchó con atención la explicación de Nikolai, sin intervenir en ningún momento y limitándose a asentir varias veces mientras se rascaba la barbilla. Cuando acabó, esbozó una sonrisa.

Mientes fatal, guapo. Pero da igual. Trae, déjame verlo.

Cogió el saco que el aprendiz llevaba y lo abrió de golpe, liberando al moguri. El pequeño sirviente vampirizado salió volando a toda velocidad, gruñendo y buscando algo con lo que alimentarse a toda costa. Fijó su mirada en Nikolai, pero antes de que pudiera alcanzarle, Angélica le agarró del pompón con firmeza.

¡Qué cosita tan mona! —exclamó, observando a la criatura con brillos en los ojos mientras la cogía en brazos—. ¿Cómo se llama?

Adam miró de reojo la escena, pero no respondió, dejándole el marrón a su compañero. Cuando respondiera, la vampiresa entró un momento en su casa y, cuando volvió, estaba dándole un biberón (lleno de un líquido rojo bastante familiar) al moguri, que bebía con total tranquilidad.

¡Eh, yo también quiero! —Adam había vuelto a acercarse a los demás, tras mordisquear un par de flores rojas. Que, por cierto, no sabían a sangre.

No. Seguro que en el lugar donde estés ahora te alimentas como un cerdo sin consideración alguna. —La cara de la niña había vuelto a ponerse seria—. ¿Me equivoco?

Bueeeeno, no me quejo —contestó el aprendiz, rascándose la cabeza.

Algún día harás algo de lo que te arrepentirás. Y entonces no estaré ahí para ayudarte.

Blablabla, ya he escuchado eso antes. —Le cortó, con una mueca de desagrado—. Sé lo que hago, ¿vale?

¡Qué vas a saber tú! ¡Si no eres más que un niño arrogante!

¡Y tú una vieja!

Una patada a toda velocidad por parte de Angélica mandó a Adam volando hasta la salida del jardín, con una fuerza tremenda.

Yo cuidaré de este pequeño. Cuando ese tonto quiera responsabilizarse, podéis volver a visitarlo cuando queráis —le dijo a Nikolai, tras recuperar la compostura—. Adiós, hechicero guapo de la mascara.

Tras sacarle la lengua a Adam (quien, todavía tirado en el suelo, le hacía un corte de mangas), entró en su casa y cerró la puerta de golpe.

¿Nos vamos ya?

El viaje de vuelta a Bastión Hueco fue inusualmente silencioso por parte de Adam. Por eso no le gustaba visitar a otros vampiros de Ciudad de Halloween: creían que lo sabían todo sobre él. Sobre qué le iba a pasar si seguía actuando así o cómo tenía que comportarse. ¡Lo odiaba! ¡¿Tanto les costaba dejarle vivir su vida en paz ahora que podía?!

Adam lo tenía todo bajo control, o eso se repetía una y otra vez a si mismo. Lo del moguri había sido un accidente tonto... Ahora que estaba seguro de cómo se convertía a alguien, no se iba a repetir, ¿no?

Esto... Gracias, y todo eso, por la ayuda. —Le dijo a Nikolai, una vez aterrizaron de nuevo en el castillo—. Te muerdo luego~

Se despidió con un gesto de la mano, antes de echar a andar hacia su cuarto.

¡Qué asco de día! Adam se dejó caer cual peso muerto en su cama, suspirando. Ahora mismo, sólo le apetecía dormir.

Dormir, y olvidar lo que había pasado. Aquel problema con colmillos ya no era asunto suyo.

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¡Y fin! Siento mucho el retraso del último post, ya sabes cuál era el motivo, pero no tengo excusa x_D

¡Un placer, repetimos cuando quieras!
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Re: [Bastión Hueco] Un problema con colmillos

Notapor Drazham » Mar May 12, 2015 5:03 pm

Mientes fatal, guapo.

Vaya, cazada al canto. Menuda perspicacia tenía la niña… o no tan niña.

Reconozco que las mentiras nunca fueron lo mío. —Se encogió de hombros, admitiendo la derrota—. Soy más de medias verdades.

Realmente, salvo por lo de que su institución se encontraba en las afueras de la ciudad (un movimiento no muy hábil el de intentar convencer a una residente del mundo que venía de un claustro inexistente), lo que le había contado no era del todo mentira: en la Orden les enseñaban toda clase hechizos, y cualquiera pensaría que, más allá de blandir una llave gigante, se les estaba entrenando para ser magos.

Un claro ejemplo de que las medias verdades solo funcionan si metes los datos justos y no las intentas adornar.

Pero da igual. Trae, déjame verlo.

Obedeció a la petición de Angélica y le pasó el saco con el revoltoso moguri en su interior. Lo que no se esperó, es que fuese a abrirlo en ese mismo instante, dejándole escapar de su prisión de lino. El pequeño demonio revoloteó ansioso, oteando en todas las direcciones hasta que sus ojos se toparon con su anterior intento de cena, Nikolai. Nada más notar las ya conocidas intenciones homicidas del animal, el joven preparó el brazo, dispuesto a dispararle entre ceja y ceja un Vacuo.

Pero no se dio el caso: Angélica demostró ser mucho más rápida y pilló al vampiro por el pompón.

¡Qué cosita tan mona! —La chica tomó al pequeñajo en brazos, con una expresión similar a la de una chiquilla a la que le acababan de regalar un cachorro—. ¿Cómo se llama?

Buena pregunta. Como todos los moguris, tendría un nombre, pero que nadie se molestaría en recordar al ser uno de los tantos sirvientes del castillo. Era triste, pero a la vez, práctico; Cuanto menos se supiese de aquel monstruito, mejor.

Se les conoce por moguris. —Su respuesta fue sincera. Llegados a este punto, de poco valía ocultar más información—. Y su nombre… Bueno, en verdad, puede ponerle el que prefiera.

Angélica entró en la casa con el moguri aun en sus brazos. Para cuando volvió, traía consigo un biberón. Sí, un biberón, del cual se estaba alimentando la criatura del pompón, que parecía mucho más tranquilo que antes al haber apaciguado su hambre. Incluso llegaba a parecer una enternecedora estampa… si ignorabas el hecho de que estaba amamantando a un monstruito muerde-cuellos y el sospechoso contenido rojizo del biberón.

¡Eh, yo también quiero! —Envidioso, Adam se dignó a asomar su cara. Mira que rápido acudía cuando le interesaba.

No. Seguro que en el lugar donde estés ahora te alimentas como un cerdo sin consideración alguna —le contestó, tajante—. ¿Me equivoco?

Nikolai asintió repetidas veces con la cabeza sin miramiento alguno. Podía jurárselo a la vampiresa por todos los moguris que habían acabado en la tripa de su compañero.

El resto de la conversación entre esos dos acabó derivando en la típica riña que tiene una madre con su hijo: una le advertía de que tarde o temprano se arrepentiría de actuar como un irresponsable, mientras que el otro hacía oídos sordos y se enfurruñaba.

¡Qué vas a saber tú! ¡Si no eres más que un niño arrogante!

¡Y tú una vieja!

Tras soltar aquel detonante, la “niña” le arreó una patada tan rápida a Adam que Niko apenas logró captar que es lo que había ocurrido. Para cuando lo hizo, el vampiro había aterrizado en la otra punta del jardín.

Yo cuidaré de este pequeño. Cuando ese tonto quiera responsabilizarse, podéis volver a visitarlo cuando queráis —le dijo al aprendiz tras volver a su semblante serena. Volverle a ver… lo dudaba a horrores—. Adiós, hechicero guapo de la mascara.

Hasta más ver, señorita Angélica.

Y así, vampiresa y moguri se metieron en la casa. Podían dar el asunto por zanjado.

¿Nos vamos ya?

El aprendiz se acercó a donde yacía Adam y, tras asentirle, le respondió:

Sí, vuelta al bastión.

***


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Nada más quitarse la armadura, Nikolai confirmó que había recuperado su aspecto de siempre. Ni mantos oscurecidos, ni máscaras de aspecto tétrico. Todavía tenía clavada la espinita de por qué una máscara y que razón había para ocultar su rostro. ¿Tan aterrador sería? Si se suponía que allí era lo más normal del mundo.

Esto... Gracias, y todo eso, por la ayuda.

Niko enarcó una ceja, sorprendido porque el mismísimo Adam pudiese dar las gracias, y de forma sincera. Eso sí que era raro de ver por esos lares, y no lo demás.

No hay de qué. —Agitó la mano de un lado a otro—. Pero a la próxima intenta no meterte en líos… o mejor, que no metan a otros.

Te muerdo luego~

Ya, ya…

Ya acostumbrado a la curiosa forma de despedirse del vampiro, le devolvió el gesto con la mano y ambos se fueron por sus respectivos caminos.

En cuanto Niko llegó a su cuarto, soltó un largo suspiro y se dejó caer sobre la cama, rendido. Había sido otro de esos días extraños en los que tenías pensado hacer tal cosa y acababas haciendo otra. Viró la mirada a su escritorio, donde reposaba el libro que le recomendó Saeko y se había terminado esa misma mañana. ¡Maldita sea!, él solo quería ir a su cuarto para preguntarle por otros libros y charlar con ella un rato.

Pero para las horas a las que había vuelto al castillo, ya era muy tarde. Al final, acabó rindiéndose al cansancio y cerró los ojos, esperando que mañana no se avecinasen más problemas.

Y mucho menos si estos venían con colmillos.

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¡Y se acabó!

Para ser un encuentro de los cortitos, ha llevado su tiempo para acabarlo xD

Pues nada, un placer haber vuelto a las andadas con Astro. ¡Hasta la próxima!

P.D: EDIT para añadir que la experiencia vaya para Saic.
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Re: [Bastión Hueco] Un problema con colmillos

Notapor Tanis » Mar May 19, 2015 11:06 pm

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¡Fin del encuentro!

Se me ha hecho muy fácil de leer, y muy divertido a decir verdad. El inicio por parte de Adam invita a la curiosidad, y por parte de Niko a la risa. Me ha gustado el detalle del guiño a Don Quijote en el universo de KH, muy apropiado y genial. Bueno, en realidad el moguri vampiro también es genial de por sí, me dio lástima que el encuentro fuera tan cortito, me habría gustado leer un poco más de la aventura.

En general está bastante bien, no he visto fallos gordo de ninguna clase y aunque ha sido corto y para mi gusto habría agradecido más estadía en Ciudad de Halloween, la participación del NPC ha contentado mis gustos personales.

Adam no puntúa por futuro abandono del pj.

Saic gana 40 px y sube a nivel 5.
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