[Islas del Destino] ¡Yincana veraniega!

[Aru]

La muchacha antes de llegar a la orilla vio como el bichejo marino lanzaba por los aires a Watson, cosa que hizo que esta se llevará manos a la boca.

Cuando llegó a la orilla, miró la camisa que tenía que guardar de este y se la puso como recuerda, hasta que se volvieran a encontrar en la siguiente orilla.

EN LOS ALTARES ENCONTRARÉIS UN DIBUJO MÁGICO CON TRES CÍRCULOS.
EN CADA CÍRCULO HA DE COLOCARSE TIERRA DEL MUNDO CUYO SÍMBOLO ESTÁ REPRESENTADO.
ACERTAD LOS TRES Y EL PORTAL SE ABRIRÁ

La joven colocó los que ella creía, y aprovechó para hacer pausa en la espera de Watson y habló con los demás que habían pasado victoriosos.

—Nicoxa, amiga, me alegra ver que no te ha comido también el bicho ese... —la joven movió su coleta en señal de saludo.

[Denna]

Undécima prueba superada. Sólo quedaban dos.

Regresar a las Islas fue un cambio agradable, pero el frío ya se había instalado en mi cuerpo y el brusco cambio de temperatura me mareó un poco. Agobiada, seguí penosamente a la Maestra Rebecca hasta detrás del chiringuito. Por una parte quería darlo todo y ganar la yincana… y por otra, sólo me apetecía dejarme caer sobre una de las hamacas y descansar.

¡Pero había llegado muy lejos! ¡Tenía que esforzarme, ya descansaría luego!

—Debéis dibujar el símbolo correcto en los cuadrados —nos indicó la joven—. Cada cuadrado tiene un número y un dibujo diferente, depende de vosotros deducir cuál es… Suerte.

Fácil, aunque sólo en apariencia. Siguiendo mi intuición, empecé a dibujar en una de las pizarras. Doce números, doce dibujos… sólo esperaba que quedaran todos claros.

—Lo tengo —dije, soltando la tiza después de un ratito—. ¿Es así?

[Sito]

Leviatán no hizo el menor caso a Nicoxa, que por alguna absurda razón se sentía aliviada y decepcionada a partes iguales. No fue lo mismo para Saeko, que de un golpetazo de la serpiente volvió a la orilla. Pensó en socorrerla pero ya que dislumbró a Coli (era difícil no verla) que estaba llegando a la playa se podría encargar ella...



Al llegar al islote descubrió en lo que consistía la siguiente prueba: colocar arena del mundo que pensaran en cada uno de los altares que allí se erguían.

La disposición de todas las cosas, los símbolos... todo producía una atmósfera muy candente. Cogió la arena de los mundos que pensaba y la puso donde creía, despacio y con calma.

«Espera, ¿aquí hay arena...?»

Bah, daba igual. Su instinto había hablado por ella y aun así la dispuso como le dio la gana.

Aru, que había logrado ir a la par que ella desde que coincidieron, se acercó a ella de nuevo.

—Nicoxa, amiga, me alegra ver que no te ha comido también el bicho ese... —a continuación hizo algo impresionante: el movimiento circular con su coleta que tanto significaba para Nico.

Se llevó las manos a sus mejillas, que estaban sonrosadas, y hizo lo mismo. Ahí estaban las dos peliazules, moviendo sus cabelleras como si fueran unos helicópteros, perfectamente sincronizadas. No hacían falta palabras: su pelo hablaba por ellas. Cualquiera que las mirara comprendería al instante que bien podrían estar realizando un ritual místico para despertar a alguna poderosa bestia, era tan fascinante...

Hasta que sopló un poco de viento y el pelo de Nico se enredó con el de Aru.

—¡AAAH! ¡NOOO! ¡Con cuidado Aru! —se detuvo al instante y empezó a separarse lentamente de ella—. Despacio... despacio... —menos mal que su pelo estaba perfectamente cuidado y era muy resistente, por lo que no perdió ni un cabello.

—¡Uf! Deberíamos tener más cuidado la próxima vez que hagamos esto... —se rió por no llorar la bellísima Nicoxa.

[H.S Sora]

Cual fue mi satisfacción al poner la contraseña que creí conveniente en la caja fuerte y... ¡acertar! Estuve por llorar de alegría, pero las lágrimas se hubiesen congelado en aquel páramo helado. La puerta de esta se abrió, y con ella el acceso a uno de los últimos sellos; el undécimo, que estampé a toda prisa casi sin tener tiempo a admirar su hermosa forma de copo de nieve.

Era hora de salir corriendo a por el siguiente.

***

Además del sello, en aquella caja nos daban la gloriosa orden de volver a la playa por un portal que había estado escondido más cerca de lo que creía y gracias al que pude volver a aquel paraíso tropical donde nada más poner un pie alabé a mi salvador de la muerte por congelación.

¡Bendito sea el sol!

Pero aquello no era todo, puesto que nada más llegar nos encontramos con la siguiente prueba; haciendo bien lo que fuese que necesitábamos hacer, solo quedaría un sello para completar aquella Yincana, aunque ahora éramos cuatro disputándonos aquel primer premio.

—Enhorabuena por ser los primeros en llegar.

Rebecca, una de las Maestras de Tierra de Partida, nos indicó que la siguiésemos hasta detrás del mini restaurante para mostrarnos lo que debíamos hacer en aquella prueba. Una enorme multitud de pizarras estaban colocadas en hilera, con números que iban del 1 al 12 y un espacio vacío al lado encerrado en forma de cuadrado.

—Debéis dibujar el símbolo correcto en los cuadrados. Cada cuadrado tiene un número y un dibujo diferente, depende de vosotros deducir cuál es. —Enseñó como cada pizarra tenía su respectivo trozo de tiza para dibujar en ellas. Realicé una pequeña mueca al ver que iba enserio.—. ... Suerte.

No era un gran dibujante. Mejor dicho: era mejor nadador que dibujante, que ya es decir lo pésimo que era dibujando. Pero si solo se trataba de dibujar símbolos... quizá podía lograrlo. Total no había llegado hasta allí para plantarme por una mera prueba de dibujo.

Me acerqué a una de aquellas pizarras mientras cogía aire a la par que agarraba con decisión aquel utensilio que habían dejado allí. Empecé a dibujar lo único que se me ocurrió, con las complicaciones en aquel ámbito de un novato como lo era yo.

Esperaba que la Maestra Rebecca pudiese entender los pictogramas que había hecho, o estaría bien jodido.

[Suzume Mizuno]

—... Suerte.

Estornudó. El cambio brusco de temperatura le había sentado un poco mal pero, desde luego, lo prefería con diferencia al frío horrible del mundo anterior. Cuando dejó de temblar se acercó a las pizarras con el ceño fruncido.

¿Un dibujo? Pues con el tembleque que tenía en las manos esto iba a ser divertido…

Se quedó un rato considerando a qué podrían estar refiriéndose. No es que les hubieran dado muchas pistas, la verdad. Frunció el ceño y le dio varias vueltas, sin saber muy bien qué hacer, hasta que se le ocurrió una idea.

Era muy probable que estuviera equivocada, pero lo prefería a quedarse quieta. Además, a ver si concentrándose en dibujar se olvidaba de la tiritona y terminaba de entrar en calor.

[Mentos]

... Y logró dar con la persona correcta. ¡A la primera, sorprendentemente! Pero sentía que esa racha de buena suerte no podía durar mucho tiempo.

<<Pues otro sello menos>> pensó ingenuamente.

Ahora tocaba cruzar un mar para alcanzar un islote y había dos métodos: por barca o... nadando.

—No pienso arriesgarme. —Se dijo en voz baja.

Así que dicho y hecho; cogió un bote y remó, esperando que nada le impidiese llegar.

[Nell]

Hana se puso a dar vueltas y a preguntarle a todo el mundo a quién tenía que buscar, porque no tenía ni puñetera idea. Técnicamente no estaba haciendo trampas, ya que no había reglas. Al final, al ver cómo varios aprendices se dirigían hacia la misma persona, hizo lo mismo y... ¡bingo! Obtuvo el sello y la indicación hacia la siguiente prueba.

Tenían que llegar a un islote. Tan simple como eso. ¡Tenían hasta un bote! Pero ella era una sirena, demonios. No iba a ir en bote. No, no. Entonces, vio lo que les había ocurrido a los anteriores (a los de la barca y al bañista) y sospechó que, al fin y al cabo, no debía de ser tan sencillo. Alguna trampa había. Pues bien, ella no pensaba caer, digo, bucear. ¿Bucear?

Se subió al bote.

[Zodiark]

—¿Qué hacen estas dos chaladas...? —pensé en voz alta mientras bajaba del bote, viendo a Nicoxa junto a otra chica peliazul moviendo el cabello de forma extravagante.

Preferí no pensar en ello, aquella chica era impredecible y cualquiera que se le acercara se volvía tan loco como ella, así que preferí avanzar y estampar mi sello cuanto antes.

Siguiendo las instrucciones, volví a la otra orilla. Leviatán había tenido piedad de mí en ambos viajes, lo cual me alivió, sobre todo cuando recordaba que muchos no tuvieron la misma suerte y fueron devueltos a la orilla por él. Y por fin llegué a la décima prueba. Leí las instrucciones y me acerqué a los tarros de arena. Tras pensar detenidamente durante un buen rato, cogí tres de ellos y vertí un poco del contenido de cada uno en el círculo que creía que correspondía a cada mundo.

[RedXIII]

Goei no tuvo ningún problema en reunir la tierra de los diferentes mundos gracias a los conocimientos que había adquirido viajando, así que entró sin más en el portal y apareció en una zona familiar para el, y desgraciadamente una de las que menos quería ver en aquel momento, ya que el frío que se sentía en aquel lugar calaba hasta en los huesos.

El pequeño Moguri, medio congelado, empezó a correr por todos lados hasta que encontró la siguiente pista, acompañada de una caja extraña, el pequeño animal, a punto de sufrir un congelamiento total, empezó a poner cosas al azar hasta que diera con la correcta antes de que todo su cuerpo se helara.

[A Nerd Girl]

Todo parecía bien, ¡no me fastidies que no parezco apetitoso! Era casi lo perfecto, quizá por que me centraba en ver si Aru iba bien o si pasaba cualquier cosa como caerse la barca. Admito, que debí hacer prestado atención al bote y a la ola. Aquella serpiente, fue a por una chica de pelo un poco largo y muchas... razones para ayudarla. Así que volví a la costa arrastrado por el oleaje y nuestro tierno amigo marino.

Me intenté recuperar, echando el agua que tenía en la boca. Me puse uno segundos a ver si tenía algún signo de golpe y quienes estaban en la playa. La razones estaba en la misma que yo. Pero tragando un poco de agua de mar, me veía con sed si volvía a ir nadando. La sal era un mal amigo y todo el mundo como locos cogiendo barcas, cuando parecía que una persona siempre volvería a la costa. Era complicado admitir que quería ganar, no iba a hacerlo ni aunque corriera a la velocidad del sonido y atravesase paredes. Miré el coletero de la dulce Aru, ella parecía haber pasado. Mi objetivo de antes estaba cumplido, que ella pasase y ganase mientras yo me jugaba el cuello...

¿Qué más digo? Volveré a nadar, quizá sólo por probar si esta vez no me pillaba más la mala suerte.

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Soy masoca Nadando <3

[Astro]

Tercera prueba - Keiko

Keiko no se movió del sitio, así que no avanzó.


Octava prueba - Lyon

Lyon no se movió del sitio, así que no avanzó.


Novena prueba

Colibritany, Watson, Saeko y Hana pudieron llegar hasta el islote sin que Leviatán les prestara atención. Una vez allí, encontraron una mesa en la que les esperaba su premio: el noveno sello, con forma de gota de agua, conseguido.


Décima prueba - Maya, Colibritany, Watson, Saeko & Hana

Alec, Victoria, Ragun, Aru, Nicoxa, Nikolai y Kairi acertaron con la tierra de los mundos adecuados. Un portal se abrió de golpe bajo sus pies y les tragó, enviándoles a otro mundo. En su nuevo destino, encontraron su premio: el décimo sello, con forma de tres círculos entrelazados, conseguido.

Maya, sin embargo, se equivocó con el círculo de arriba a la derecha, y no pudo avanzar. A ella se le unió Colibritany, Watson, Saeko y Hana. Habían recibido instrucciones a través de un papel en el islote: internarse unos metros en el bosque de palmeras que había tras la playa para encontrar más información. Pudieron volver a cruzar el mar sin peligro de que Leviatán les atacase, y una vez llegaran al bosque no tardarían en encontrar un claro donde se alzaban varios altares de piedra, de poca altura, formando un círculo.

En el centro habían dibujado una gran cruz, y al lado de ella había un cartel con las instrucciones:

EN LOS ALTARES ENCONTRARÉIS UN DIBUJO MÁGICO CON TRES CÍRCULOS.
EN CADA CÍRCULO HA DE COLOCARSE TIERRA DEL MUNDO CUYO SÍMBOLO ESTÁ REPRESENTADO.
ACERTAD LOS TRES Y EL PORTAL SE ABRIRÁ.

Ya habían leído. Si se acercaban a un altar, verían que sobre la piedra estaba dibujado horizontalmente un bonito símbolo en el que destacaban tres círculos, cada uno con una figura diferente en su interior.

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En un rincón del claro descubrirían también que había varios tarros amontonados. Cada uno contenía un poco de tierra, junto a una etiqueta que indicaba de qué mundo estaba sacada. ¿Sabrían elegir los correctos?

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¡Décima prueba, nos acercamos al final!

Tres símbolos, tres mundos. El símbolo de cada círculo del dibujo representa uno de los mundos del rol, y debéis de interpretar los símbolos para saber qué tierra echar en cada uno y abrir el portal que os dejará avanzar.

Respuesta por mensaje privado, y aseguraros de indicar bien qué mundo va en cada símbolo (abajo, arriba derecha, y arriba izquierda, por ejemplo). ¡Suerte!

Undécima prueba - Alec, Victoria, Ragun, Aru, Nicoxa, Nikolai & Kairi

Freya, Saxor, Simbad, Jeanne & Goei hicieron cola para probar su contraseña en la caja. Y en las cinco ocasiones, se abrió. La puerta de la caja se abrió para cada participante, mostrando el premio que contenía: el undécimo sello, con forma de copo de nieve, conseguido. Pudieron avanzar.

Por su parte, el mundo en el que habían acabado Alec, Victoria, Ragun, Aru, Nicoxa, Nikolai y Kairi estaba frío. Demasiado frío. ¡Todo estaba nevado, estaban en la Ciudad de la Navidad! Desde la distancia, pequeño todo era. El viento aullaba y se colaba en su interior.
Que tenían muchísimo frío, vamos. Como seguramente llevaban ropa de verano, o incluso irían en bañador, los escalofríos y una posible hipotermia no se harían esperar.

A un par de metros de donde habían sumado el último sello, encontraron una gran caja metálica en el suelo. Un papel pegada a ella relataba las instrucciones:

EL SELLO ESTÁ DENTRO DE LA CAJA FUERTE.
INTRODUCE LA CONTRASEÑA PARA ABRIRLA.

TONTO EL QUE SE LE CONGELE EL CULO. FIRMADO: AKIO.

No había pista alguna más, por mucho que buscaran sólo conseguirían encontrar el número de letras (o número) que la componían. Si querían el sello, tendrían que soltar la contraseña.

CONTRASEÑA:
*** ** **

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¡Prueba número once, yuhu! Me da la sensación de que las anteriores pruebas no os han resultado nada difíciles, así que probaremos con esta. No hay más pistas excepto que sabéis cuantas letras/números forma y que tiene dos espacios. Bueno, puede que os haya dado una pista más, pero tendréis que leerlo todo bien y pensar.

Respuesta por mensaje privado. ¡Suerte!

Duodécima prueba - Light, Fátima, Celeste, Freya, Saxor, Simbad, Saito, Jeanne & Goei

Rebecca se fue acercando según los participantes terminaban sus dibujos. En las cuatro ocasiones, negó con la cabeza en silencio. Light, Fátima, Celeste y Saito se habían equivocado en, al menos, uno de los dibujos. Tendrían que volver a intentarlo.

¡Pero no estarían solos por mucho más tiempo! Freya, Saxor, Simbad, Jeanne y Goei encontraron instrucciones en la caja de que volvieran a la playa. Allí, al lado del chiringuito, les esperaba la penúltima prueba: Rebecca, la tímida maestra, se dejó ver por los aprendices. Con un gesto para que la siguieran, les mostró una hilera de pizarras que había colocado detrás del chiringuito, cada una con lo mismo dibujado. Números, del 1 al 12, con un cuadrado vacío al lado de cada número.

—Debéis dibujar el símbolo correcto en los cuadrados. Cada cuadrado tiene un número y un dibujo diferente, depende de vosotros deducir cuál es. —Les mostró que cada pizarra tenía un trozo de tiza que podían usar para los dibujos—. ... Suerte.

Se hizo a un lado, dejando libertad a los participantes para que su ingenio aflorase. O tal vez su suerte. O un poco de ambos.

1 ->
2 ->
3 ->
4 ->
5 ->
6 ->
7 ->
8 ->
9 ->
10 ->
11 ->
12 ->

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¡Penúltima prueba, ya casi casi terminamos!

Doce números, doce dibujos. No hay pistas directas, pero todo está dicho a lo largo de la yincana. Aunque aviso que la prueba tiene gran parte de ingenio y una pequeña de azar. Respuesta por mensaje privado. ¡Suerte~!

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Fecha límite: miércoles 9 de septiembre a las 12:30.

1.- Light: 11 sellos
2.- Fátima: 11 sellos
3.- Celeste: 11 sellos
4.- Maya: 9 sellos
5.- Colibritany: 9 sellos
6.- Freya: 11 sellos
7.- Watson: 9 sellos
8.- Lyon: 7 sellos
9.- Alec: 10 sellos
10.- Victoria: 10 sellos
11.- Saxor: 11 sellos
12.- Ragun: 10 sellos
13.- Aru: 10 sellos
14.- Keiko: 2 sellos
15.- Simbad: 11 sellos
16.- Saeko: 9 sellos
17.- Nicoxa: 10 sellos
18.- Saito: 11 sellos
19.- Nikolai: 10 sellos
20.- Hana: 9 sellos
21.- Jeanne: 11 sellos
22.- Hiro Goei: 11 sellos
23.- Kairi: 10 sellos

[xXOrbOOkXx]

La siguiente prueba también era un acertijo, aunque mi instinto me decía que también tenía parte de azar.

Doce números habían sido escritos en fila en una pizarra y al lado de éstos, cuadrados en blanco. Teníamos que dibujar. Hice una mueca, el dibujo no se me daba para nada bien.

Ignorando de nuevo el asqueroso cambio de temperatura, cogí el trozo de tiza que nos ofreció aquella Maestra y comencé a cavilar. Los aprendices que habían llevado la delantera, se habían equivocado en esta prueba, cosa que me hizo desconfiar, y los que habíamos llegado (Saxor, Jeanne, Goei, Freya y yo) habíamos formado una gran multitud.

Esta sería la más difícil. Y con diferencia.

[Denna]

—¿Cómo que no? —exclamé ante la negativa de la Maestra—. ¿Estás segura? ¿Completamente segura?

Lo estaba. De hecho, todos lo habíamos hecho mal y tocaba repetirlo otra vez. Y para colmo llegaban más y más personas. ¡Adiós a la poca ventaja que llevaba!

Pero aún podía ganar. Mientras Rebecca explicaba a los nuevos las instrucciones, borré los dibujos que creía tener mal y me lo pensé una vez más. ¿Qué podría ser..?

Y entonces lo vi. Contuve una carcajada y me apresuré a corregir mi respuesta. ¡Pues claro!

Con una sonrisa en los labios, solté la tiza y llamé a Rebecca de nuevo.

[LightHelco]

—Pan comido, un conjuro así de simple no va a poder conmi… ¡achus!

De golpe había bajado la temperatura hasta conseguir que tiritásemos de frío. Por suerte no era de los que peor lo debía pasar en aquel nevado paisaje ya que al menos me había puesto pantalones largos, pero aun así me habría encantado tener un abrigo de piel y una tazita de té bien calentita.

Debido a que no tenía muchas ganas de congelarme, cogí rápidamente el sello y lo añadí a la tarjeta junto con el resto para después leer rápidamente los requisitos de la siguiente prueba.

—Maldito demonio, mira que realizar aquí la prueba —farfullé tras ver que la nota era de Akio —. Bueno, no debería ser complicado lo de la contraseña, ¿Cuántas palabras tienen entre dos y tres letras? Probemos con estas…

[Sito]

Un portal se abrió a sus pies en cuanto acabó de esparcir la tierra. Nico emitió un grito de sorpresa en cuanto fue tragada, extendiendo sus brazos hacia arriba futilmente.

El grito que pegó antes no tuvo nada que ver con el que dio al hacer contacto con la fría nieve. ¡Si seguro que con la ropa que ya usaba normalmente de por si estaría congelada! Tenía que salir de ese mundo cuanto antes; le resultaba un lugar bonito y acogedor, pero NO podía permanecer mucho más tiempo allí con un bikini, pese a lo candente que solía ser ella.

Intentó envolver su cuerpo con su pelo mientras pegaba el sello por haber salido victoriosa de la anterior prueba y leía en lo que consistía la siguiente: averiguar una contraseña para abrir la caja fuerte que había ante ellos.

Tiritando tecleó con gracilidad y lindeza la respuesta que tenía en mente.