A los cinco minutos descubrí otro motivo por el que me encantaba Villa Crepúsculo: los trenes.
Me habían llamado la atención desde el principio, y me alegré de que Keiko hubiese propuesto la visita al dojo sólo por el placer de subir a uno. Era impresionante cómo algo tan grande y pesado se podía mover tan deprisa. Me pasé todo el trayecto mirando por la ventana: las luces de la feria y del sol en la lejanía eran preciosas, y no me paré a pensar qué parecería a los ojos de los demás pasajeros una chica casi adulta con la cara prácticamente pegada al cristal.
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Es aquí, bienvenida al dojo Tatsumi —señaló Keiko al llegar.
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Vaya. Es un sitio impresionante, de verdad.¡Y tanto si lo era! Lo único que me llamó la atención más que el lugar en sí fue el combate entre el maestro y la alumna. Pelearon con verdadera fiereza con espadas, y enseguida me encontré analizando sus movimientos, comparándolos con los que habría hecho yo en su lugar.
También eché el ojo a un par de técnicas que me llamaron la atención; pero no tardé en llegar a la conclusión de que en una pelea a muerte la elegancia perdía ante las trampas. «
Está claro que no voy por tan mal camino», concluí.
Aplaudí y les felicité tras su arduo combate. El ganador no me había quedado muy claro, pero se notaba el esfuerzo que habían hecho.
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Tenemos todavía cincuenta minutos —anunció Tatsumi cuando estuvieron listos para partir de nuevo—,
aunque... conozco un lugar desde donde podemos ver los fuegos artificiales sin problemas. ¿Os apetece conocerlo a las dos?—
Por supuesto —dije tras un breve intercambio de miradas con Keiko.
***
Me asusté cuando empezaron los fuegos. Obviamente. No me esperaba una condenada explosión.
Sin embargo, fueron preciosos. El ruido quedó en segundo plano y me concentré en la lluvia de colores y formas que estallaba en el cielo. Tatsumi había elegido un muy buen sitio para verlos.
«
Ojalá pudiera hablarles de esto a mi familia».
—
Keiko, Tatsumi, ha sido un auténtico placer conoceros —sonreí, apartando por un segundo los ojos de los fuegos artificiales—.
Habéis sido muy amables conmigo, y me he llevado un muy buen recuerdo de Villa Crepúsculo gracias a vosotros. »
Debería irme. —Bajé la mirada a la arena. Pensar en mi familia, en que nunca podrían ver algo así, me había roto el corazón. Tenía ganas de llorar y no quería hacerlo delante de esas dos personas—.
Llego… tarde a casa. Pero voy a volver algún día, seguro. ¡Y entonces conseguiremos el primer premio en el puesto de tiro! ¿Vale, Keiko? Le di un fuerte abrazo a la chica e hice una reverencia a su maestro, similar a la que él había hecho en su momento.
Y entonces salí corriendo, sintiéndome una completa estúpida, con el ruido a mis espaldas.
¡Y fin del encuentro por mi parte! Ha sido uno bastante light y cortito, sin duda, pero me lo he pasado muy bien escribiendo ^^. ¡Un placer rolear contigo, Bond! Gracias a ti y al moderador que nos puntúe~