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Muchísimo—respondió, sonriendo sin darse cuenta.
No solo eran bonitas, sino elegantes. Agradeció que Light le permitiera tocarlas y experimentó un agradable calorcillo cuando pasó la mano por en medio. No tenían textura, eran completamente inmateriales, pero podía guiarse por la corriente de energía para seguir su forma.
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Oh, pues las conseguí en el Castillo del Olvido. Tuvimos que luchar contra Nithael para salvarlo y, bueno, al usar sus poderes angelicales sobre mí, las activó Suena una locura, pero se supone… que en parte soy un ángel. Fátima dejó de contemplar las alas y se quedó mirando a Light de hito en hito.
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¿Perdón?¿Que era qué?
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Un Nefilim. En conclusión, desperté mis poderes y aparecieron estas alas.Fátima se llevó una mano a los labios, fascinada. Hasta hacía nada no había sido realmente consciente de la existencia de los ángeles. Creía haber oído algo por boca de Clío, pero como no era raro que los aprendices desarrollaran alas para volar, había asumido que serían técnicas mágicas. Ahora, con la aparición de Nithael, quedaba claro que los ángeles habían existido. Era impresionante que no se hubiera molestado en intentar investigar aunque fuera un poco.
Aun así, nada la habría preparado para saber que Light era descendiente de un ángel. Se quedó anonadada. En su hogar le habían enseñado que eran seres inmateriales, libres de todo pecado y sin cuerpo físico. Evidentemente Nithael tenía uno, pero no podía sacudirse de encima las viejas enseñanzas sin más: le costaba imaginar a un ángel reproduciéndose con un humano.
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Por cierto, he aprendido recientemente a ocultarlasFátima dejó escapar un suspiro de admiración.
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Te envidiaría todavía más si no odiara volar—reconoció para luego echarle un vistazo de los pies a la cabeza. No podía ser más diferente a Nithael. Se preguntó si habría muchas generaciones entre él y el ángel o si predominarían los rasgos humanos sobre los angélicos. Claro que sólo había visto a Nithael y no debía precipitarse; no todos los ángeles tenían por qué ser rubios y blancos—.
Entonces, ¿podría decirse que eres pariente de Nithael?Esperó a que Light respondiera, interesada.
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Entonces, ¿no sabías nada antes de entrar en contacto con Nithael? ¿Cómo es posible? ¿Tus padres, o tu familia, no te dijeron nada?Quiso preguntarle si sentía algo diferente ahora que sabía que era un ángel, pero se dio cuenta de que sería bastante grosero y se mordió la lengua a pesar de la curiosidad. ¿Habría más «nefilim» aparte de Light? Tenía que ser una posibilidad, ¿no? A menos que los ángeles tuvieran prohibido tener hijos semi-humanos, claro, y lo de Light fuera una excepción…
«
¡Tengo que investigar sobre esto!».
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¿Y tú, qué te cuentas? ¿Cómo llevas los entrenamientos y todo eso? —
Ah, yo…—Levantó la mano y le mostró el anillo que llevaba puesto en el dedo corazón, pensando en Ivan con una punzada de dolor—.
He estado trabajando con esto. ¿Quieres que te lo muestre?—dijo con una punzada de emoción.
Activó el hechizo murmurando el nombre de Ondina para sus adentros. Una corriente de energía la recorrió y escuchó el sonido del agua corriendo. Hubo un suave resplandor azulado en la joya del anillo y entonces, entre ella y Light, se materializó un pequeño remolino de agua que creció hasta alcanzar más o menos el metro ochenta y tomó la forma de una doncella.
La criatura abrió los ojos, examinó a Light, y sonrió. Fátima también lo hizo. Gracias a la conexión podía saber más o menos el estado de Ondina y la esencia era consciente de que Light era un amigo.
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Te presento a Ondina. La he… bueno, la he creado yo—todavía no podía creerse que lo hubiera conseguido—
y digamos que es una especie de espíritu protector. Todavía no sabe hablar, pero estamos trabajando en ello.