«
Lo sabía. Lo sabía. ¡Sabía que pasaría algo malo! ¡Joder! No debería haberle dicho nada sobre venir. Soy idiota. Imbécil. Mierda, a ver si logramos librarnos de ellos antes de encontrar a algún Villano Final o ya podemos ir firmando nuestro testamento.»
Fátima, obligándose a sonreír, se había levantado a la vez que Light sin poner excusas y había acompañado a su amigo hasta el exterior del bar mientras maldecía con todas sus fuerzas y sentía la mirada de los guardias clavada en su espalda. Una vez en la calle se pusieron a andar a la par pero, aun así, sería difícil librarse de ellos sin llamar la atención. En especial mientras caminaban por el Distrito 1, por el que todavía había la suficiente gente a pesar de que la mayoría de los negocios estaban cerrados.
Resistiendo las ganas de golpearse la cabeza contra una pared, Fátima se puso a pensar rápidamente cómo escapar. Deseó tener alguna clase de código para poder comunicarse con Light, pero no se atrevió a mirarle.
«
De acuerdo, puedo invocar a Ondina. He recuperado suficientes fuerzas. Si hago que les ataque desde atrás… Ay, pero, ¿y si los mata sin querer? Todavía no controla su fuerza ni tampoco se ha enfrentado nunca a una situación así…»
Claro que podían ocuparse ellos solos de los guardias. Fátima estaba convencida de que podrían, pero no estaba segura de que lograran dejarlos inconscientes antes de que alguien los viera. Pero, ¿era mejor hacerlo ellos o invocar a una persona de agua? Contuvo un gemido de frustración.
Para cuando alcanzaron la puerta que daba al Distrito 2, Fátima había intentado tranquilizarse y se preparaba para invocar su tessen. No pensaba dar ni un paso más lejos o ya sería casi imposible escapar.
Entonces Light la cogió de un brazo y se llevó un dedo a los labios. Fátima apretó las mandíbulas y sintió un cosquilleo recorrerle el cuerpo al tiempo que Light se desvanecía frente a sus ojos. Con todo, siguió notando cómo la aferraba. No se asustó: había visto más de una vez cómo se aplicaba el Tenue y sonrió. Luego, dejando que Light la llevara para no perder el contacto, corrió tras él. Todo sucedió en menos de uno segundo y, cuando los guardias se dieron cuenta, ya era demasiado tarde.
Light la llevó hasta un callejón, donde el efecto del Tenue desapareció.
—
¡Hora de volver! ¿Ves? No tenías de qué preocuparte, anda que no me he metido en líos en Ciudad de Paso… Fátima puso los brazos en jarra y arqueó una ceja.
—
Lo sé, la he vuelto a cagar al decir eso en voz alta. —
¿Los habías visto entrar?—preguntó, mirándole fijamente.
—
Te debo una, la próxima vez te invito a una jarra en esa taberna de Port Royal en la que bebí con Ronin y Hana, creo que te gustará.Fátima puso los ojos en blanco y alzó las manos a modo de rendición.
—
Mientras no haya loros por ahí…—dijo con un asomo de sonrisa, recordando la estúpida misión que habían cumplido en Port Royal.
Luego se caló la capucha. Todavía seguía asustada y costaba que se le deshiciera el nudo que se le había formado en el estómago desde que aquel tipo le puso la mano en el hombro y probablemente no lo haría hasta que llegaran a Tierra de Partida, pero parecía que, al menos, se habían librado.
Aunque fuera por los pelos.
Y Light ya no parecía tan deprimido. Fátima suspiró y se pasó una mano por la frente. Qué día más largo, diantre. Miró a su compañero de reojo, preguntándose en qué estaría pensando y si de verdad había visto a los guardias y había elevado la voz. Quizás era ahora cuando necesitaba entrenar y golpear algo, pero ella no pensaba estar en su camino. Menos mal que no les había dado tiempo a beber mucho o la cosa podría haber acabado fatal.
Aun así, no se sintió con fuerzas para echarle nada en cara. Al fin y al cabo, la idea de ir a Ciudad de Paso había sido suya. Una idea estúpida, por bienintencionada que fuera, aunque Light querría ver a su abuela en algún momento y a Fátima no le hacía gracia que se paseara solo por la ciudad. Una persona llamaba menos la atención que dos pero Light era más conocido que ella en Villa Crepúsculo. Refunfuñó para sus adentros. Si fuera un amigo cercano, como Nadhia, le impondría no ir solo.
Fijándose en que no se dieran de bruces con ninguna patrulla, Fátima le dio un suave codazo en un costado y dijo:
—
Gracias por sacarme de ahí. Lo has hecho muy bien. Estaba a punto de atacarles, pero lo tuyo ha sido mejor idea.—Después de mirar a ambos lados, cruzaron con rapidez una calle—.
Un día tendría que aprender Tenue. Me sacará de muchos problemas, sobre todo si voy contigo—dijo con burla—.
¿Qué te apuestas a que en Port Royal también necesitamos usarla?Esperó a que respondiera y siguió caminando con la sensación de que todas sus conversaciones del día se habían interrumpido de una forma u otra, dejándole una profunda insatisfacción en la boca del estómago. No había conseguido alegrarle ni tampoco ayudarle. Más bien sentía que había sido un estorbo. Por eso quería decire algo. En cuanto pudo lo detuvo para poder mirarle y decir:
—
Puede que seas muy arrojado, y la verdad es que tienes que controlar eso, pero, respecto a lo de antes… Creo que vas a ser un gran Maestro. Ya verás: tienes lo que hace falta.Le sonrió y se dio la vuelta para continuar el camino cuando escucharon un grito:
—
¡Ahí están!Fátima ni se detuvo para mirar cuántos eran. Echó a correr y soltó una risa al percibir que la adrenalina volvía a bullirle en las venas.
—
¡Joder, Light, tienes una mala suerte…!—Tampoco podía decirse que sus visitas a los mundos fueran tranquilas, pero Light no tenía por qué saberlo—.
Oye, no tendrás otro Tenue por ahí, ¿verdad?Y siguieron corriendo, dirigiéndose hacia el carguero de Ciudad de Paso a toda velocidad.
¡Y fin por mi parte! Muchísimas gracias a Lait por hacer este encuentro conmigo —ha sido muy divertido— y al GM que le toque puntuarlo <3.