Tras avanzar por el nuevo camino, desde la sala rectangular, la aprendiz terminó por alcanzar una nueva estancia decorada por un altar. Sobre el mismo podía verse una serie de cartas, acompañadas de un mazo, números y dibujos de estrellas, todas ellas con un color distinto. Saeko no tuvo mucha idea al principio, y quedó pensativa mientras los demás elegían su opción, pero tras un rato, pareció darse cuenta de algo, así que decidida, cogió una carta del mazo y la colocó sobre el único hueco libre, esperando que fuese la decisión correcta.
Claro que, si no lo hacía, no podría avanzar como ya había comprobado previamente: unas barreras invisibles le cortaban la salida.
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Bueno, si no es esto, no sé qué será. —farfulló con el ceño fruncido, mientras colocaba la carta.
Esperaba que funcionase, y en ese caso, elegiría uno de los caminos.
Te mando la respuesta por MP, y en caso de acertar, Saeko va al sur (camino más elegido en la ronda anterior) y luego al norte.