[Prólogo] Vacío

[Sombra]

—Vaya, seis años. Eso es, eh... Mucho tiempo.

—Si...lo es—Casi susurré. La soledad que se sentía en aquel mundo era indescriptible. Me fijé en que Kazuki parecía algo conmovido y me compadecía por aquel suplicio que había vivido aquellos seis años.

—¿Qué fue de los demás? ¿Qué sucedió en esta ciudad? —preguntó Kazuki, intentando sacar algo en claro de todo aquello. Por desgracia yo no sabía absolutamente nada.

—No lo sé, no tengo ningún recuerdo sobre eso—Expliqué.—Simplemente desperté frente a un gran rascacielos cercano al castillo flotante, seguramente lo hayas visto mientras venías—Continué hablando dejandole claro que realmente no sabía absolutamente nada. En todo aquel tiempo había desarrollado varias teorías, la primera era que hubo algún tipo de guerra aunque viendo el buen estado de toda la ciudad, a excepción del crater en el que estaba el castillo esa teoría se había convertido en algo poco posible. Mi segunda teoría era que aquellas criaturas habían matado a todo ser humano y yo había recibido algún golpe o algo que me hizo olvidar todo mi pasado, aquello era lo más probable y aún así lo dudaba. La última que no era tan descabellada viendo las circunstancias era que toda la gente de aquella ciudad se había transformado en sincorazones por algún motivo que posiblemente tenía que ver con el castillo.

Pero como dice el nombre, una teoría es solo eso y no significa nada si no tiene una base real que la respalde y yo no tenía ninguna prueba ni nada que pudiera probar que alguna de esas tres fuera verdad.

Miré a Kazuki un momento.

—Veo que tampoco sabes nada—Dije con un tono de decepción bastante evidente aunque para nada despectivo.

[Soul Artist]

—Eh, no, lo siento. Más bien esperaba que tú me pudieses ayudar.

El hombre se levantó de la cama y se dirigió hacia una de las ventanas. La lluvia había comenzado a cesar, poco a poco; seguía lloviendo con fuerza, pero al cabo de unos minutos habría cesado, al menos durante un rato. Los truenos comenzaban a hacerse lejanos, a cada momento más.

—Eso de que despertaste... ¿No recuerdas nada más anterior? ¿Solo tienes estos seis años de soledad en recuerdos, tú y, eh, los monstruos oscuros de ahí fuera?

[Sombra]

Kazuki se disculpó al no poder decirme nada sobre la ciudad, negué con la cabeza en señal de que no hacía falta que se disculpase puesto que no había echo nada malo, en realidad. Es más debía ser yo el que le pidiera disculpas por ser el que no pudiera echarle un cable.

El hombre, de peculiares ropajes (para mi gusto) se acercó a la ventana y observó el exterior para comprobar que la lluvia había cesado y que la tormenta parecía alejarse. Me pareció que estaba algo sorprendido, aunque no entendía por qué ya que el tiempo siempre era así en aquella maldita ciudad y por lo que yo mismo había comprobado daba igual lo lejos que fuera, siempre era todo igual y tarde o temprano acababa de nuevo frente al castillo flotante. En primer lugar nunca existía un amanecer, cosa que sin saber por qué echaba de menos y en segundo lugar el tiempo atmosférico era impredecible. Podía empezar a llover sin más incluso cuando segundos antes el cielo estaba despejado y las estrellas se divisaban perfectamente en el negro firmamento.

—Eso de que despertaste... ¿No recuerdas nada más anterior? ¿Solo tienes estos seis años de soledad en recuerdos, tú y, eh, los monstruos oscuros de ahí fuera?

—Si te digo que cuando te dije mi nombre lo acababa de inventar creo que deducirás que no recuerdo nada más, aunque tengo algo así como "recuerdos residuales"—Empecé a explicar tratando de ser lo más conciso posible.—Y si hablas de esos sincorazón llevan al menos tanto tiempo como yo aquí—Acabé mi explicación con un mal sabor de boca, les llamaba sincorazón, pero ¿Por qué? Se me hacía tan natural llamarles así a pesar de no recordar por qué...

[Soul Artist]

Kazuki se giró hacia el joven y arqueó las cejas al oír mencionar el nombre de las bestias oscuras. Dio un paso hacia él, impresionado.

—¿Así que conoces su nombre? —preguntó casi abalanzándose sobre él. En cuanto se dio cuenta de que estaba perdiendo un poco el control, dio un paso hacia atrás y se relajó—. Eh... Lo siento. Perdí, eh, los nervios un poco. Así que llevan aquí seis años...

Volvió a mirar hacia el exterior por la ventana, en vistas al castillo. La electricidad parecía estar volviendo a toda la ciudad, pues los edificios comenzaban a iluminarse de nuevo. Era una vista en cierto modo bonita, pero siniestra a la vez.

—Ragun, eh... ¿Te gusta vivir aquí?

[Sombra]

— ¿Así que conoces su nombre?—Preguntó de golpe Kazuki acercándose hacia mí quedando a una distancia bastante corta, parecía haberse asustado ¿Acaso que supiese aquel nombre era malo? Yo no me asusté ni nada por el estilo, pero me sorprendió en parte aquella reacción en el hombre.—Eh... Lo siento. Perdí, eh, los nervios un poco. Así que llevan aquí seis años...—Se diculpó por su exagerada reacción.

—Así es—Respondí evitando cualquier contacto visual. El hombre volvió a la ventana para contemplar el castillo blanco que flotaba en el aire. Aquel castillo era bastante bonito, la verdad. Unos segundos después la luz comenzó a volver poco a poco por toda la ciudad. Era como si una fuerza mágica se ocupara de los desperfectos de la ciudad causados por las tormentas, si no la electricidad en aquella ciudad no existiría desde hacía mucho.

—Ragun, eh... ¿Te gusta vivir aquí?—Preguntó mientras observaba la ventana por la que corrían gotas de agua para acabar juntandose e ir desapareciendo poco a poco.

—Este es el único mundo que conozco, no sé si me gusta o no sin conocer otros—Traté de responder con cierta neutralidad.—Aunque es solitario.

[Soul Artist]

—Vaya, eh... No solo conoces el nombre de los Sincorazón, sino que sabes que hay más mundos. ¿Y no te acuerdas de nada de seis atrás? ¿Ni siquiera a tus padres?

Kazuki bajó la mirada, un poco triste ante lo que le contaba Ragun. Pero la levantó de golpe de nuevo, con expresión decidida y más fuerte que antes. Recogió su arma del suelo y clavó sus ojos en los del joven, arqueando las cejas.

—Sí, vivir aquí tiene que ser muy solitario. Y aburrido, cuanto menos. Hay mundos mejores ahí fuera, con más actividad, y sobre todo, gente a la que conocer. Pareces fuerte; has sobrevivido seis años aquí, sin que los Sincorazón te hayan dado caza. Dime: ¿quieres viajar más allá? ¿Quieres ver lo que hay ahí fuera? ¿Quieres, en definitiva, salir de aquí?

[Sombra]

—Vaya, eh... No solo conoces el nombre de los Sincorazón, sino que sabes que hay más mundos. ¿Y no te acuerdas de nada de seis atrás? ¿Ni siquiera a tus padres?—Preguntó, aunque no le hizo falta escuchar ninguna respuesta por mi parte para deducir que no los recordaba.

El hombre bajó su mirada comprendiendo todo el sufrimiento que había pasado, sobreviviento tanto tiempo a la constante amenaza de aquellos monstruos. Casi al momento, pareció como si una idea hubiese llenado su mente puesto que se acercó a mí con semblante sonriente y decidido, como si hubiese ideado un brillante plan. Kazuki cogió su arma del suelo y se acercó aún más, clavando sus ojos en los míos.

Me puse algo nervioso y quería evitar mirarle a los ojos, sin embargo su ánimo pareció afectarme y algo hizo que no quisiera apartar mis ojos de los suyos.

—Sí, vivir aquí tiene que ser muy solitario. Y aburrido, cuanto menos. Hay mundos mejores ahí fuera, con más actividad, y sobre todo, gente a la que conocer. Pareces fuerte; has sobrevivido seis años aquí, sin que los Sincorazón te hayan dado caza. Dime: ¿quieres viajar más allá? ¿Quieres ver lo que hay ahí fuera? ¿Quieres, en definitiva, salir de aquí?

Medité unos segundos. No estaba seguro de lo que quería decir aquella persona, sin embargo parecía como si me estuviera diciendo que había algún modo de salir de este oscuro mundo e ir más allá.

—Si—Afirmé serio y seguro de mí mismo. En este mundo nunca recordaría nada, nunca encontraría las respuestas que tanto ansiaba, en cambio si salía de allí podría recordar y hacerme más fuerte.—Quiero salir de este mundo.

[Soul Artist]

Kazuki sonrió ligeramente al joven, complacido por su respuesta. Mostró su arma por uno de los laterales, enseñándosela en todo su esplendor. A su modo, era preciosa; igual su diseño pecaba de algo infantil, pero su juego de colores oscuros le daba gracia y, curiosamente, vivez.

—Esto —comenzó a explicar— es una... Eh... Llave Espada. Con ella se puede hacer frente a los Sincorazón, entre otras clases de bestias. Es el arma de los elegidos, de aquellos que aseguran la paz en la galaxia; más poderosa que cualquier otra que conozcas. Y puede abrir cerraduras.

Con un rápido movimiento giró la llave, agarrándola por lo que debía ser el filo y ofreciéndole el mango.

—Tómalo, y serás mi aprendiz. Aprenderás cómo se maneja, cómo se salvaguarda la paz y la armonía a través de los mundos; tómala y podrás recibir tu... Eh... Libertad. Pero una vez lo hagas, tendrás que dedicar tu vida a la Llave Espada.

La decisión de tomarla o no estaba frente a él. La llave de su libertad, qué irónico.

[Sombra]

Con una breve explicación, el joven maestro me explicó las habilidades de la llamada Llave Espada como la de enfrentarse a aquellos monstruos, al parecer también había que mantener la paz en la galaxia con ella y según su explicación era el arma más poderosa. En realidad no conocía demasiadas armas ya que solo poseía una daga oxidada pero con que valiese para destruir a los sincorazón, a parte de defenderse me valía.

Kazuki, con un movimiento ágil y habilidoso cogió la Llave Espada por el filo, ofrenciéndome el mango para que pudiese cogerla, extendí mi mano.

—Tómalo, y serás mi aprendiz. Aprenderás cómo se maneja, cómo se salvaguarda la paz y la armonía a través de los mundos; tómala y podrás recibir tu... Eh... Libertad. Pero una vez lo hagas, tendrás que dedicar tu vida a la Llave Espada—Dijo justo antes de que pudiese cogerla aunque yo ya estaba seguro de mi respuesta y nada me haría volver atrás.

Cogí la llave espada y de pronto mi cabeza empezó a doler con fuerza, como si esta fuera a explotar. Solté una maldición dolorido, aquella arma la había visto y aquella situación también la recordaba. Alguien en el pasado me había ofrecido lo mismo, pero ¿La había aceptado? ¿Cuándo ocurrió eso? ¿Y quién era la persona que me lo había ofrecido? No podía recordarlo.

La llave espada se desvaneció al cabo de unos segundos como por arte de magia y volvió a la mano de su dueño. No sentí que algo hubiese cambiado pero en mí pero algo decía muy dentro de mí que debía concentrarme para invocarla, desearla. Ignoré el ya casi inexistente dolor de cabeza y me concentré en el arma legendaria, se hacía tan raro pero natural llamarla...

El arma apareció en medio de un destello de luz, justo como Kazuki había echo anteriormente.

Su forma era simple, y era diferente a la de Kazuki siendo la mía de color claro con su mango amarillo. A simple vista podría decirse que eso de "arma" tenía poco puesto que el filo era grueso y no parecía que pudiese herir a nadie, en una cadena que salía de la parte baja del mango había colgado una especie de llavero que consistía en dos circulos unidos a uno mayor. Esa forma la conocía, pero había algo que fallaba. Lo sabía, me fijé en el arma y vi una serie de pequeñas grietecillas casi imperceptibles que poblaban todo el filo y una parte del mango, parecían bastante profundas y una especie de brillo oscuro salía de aquellas grietecillas.

Dejé en una mesa la daga oxidada sustituyéndola por mi nueva arma.

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Con esas grietecillas doy a entender que mi llave espada se está transformando en la Llave Espada Oscura. Sé que se supone que está prohibido cambiarla en el prologo pero tranquilo, todavía no se transformará en ella... No durante el prólogo.

[Soul Artist]

—Bien, eh... Buena decisión.

Kazuki se llevó una mano a la nuca, contento de que Ragun hubiese elegido ser un Portador como él y que aprendiera bajo su tutela. Se acordó de su otro aprendiz, el azulado, y lo contento que se había sentido en su interior cuando tomó la Llave Espada. Sin embargo, con Ragun era ligeramente diferente; las grietecillas de su arma mostraban que pronto cambiaría de llavero, algo inusual tan rápido. Tardaría varios días, pero le llamaba la atención cuanto menos.

—Bueno, eh... Ahora toca enseñarte a volar, cómo salir de aquí. Llévame hasta una zona amplia y grande, allí te enseñaré lo básico. Y... Toma esto.

Kazuki se acercó al joven y le dio entrega de una pequeña pieza de metal de muy poco peso, increíblemente ligera para lo que parecía ser.

—Es tu armadura. Colócatela donde quiera de tu cuerpo, eh... Como los hombros.

[Sombra]

—Bueno, eh... Ahora toca enseñarte a volar, cómo salir de aquí. Llévame hasta una zona amplia y grande, allí te enseñaré lo básico—Pidió Kazuki.— Y... Toma esto—Añadió al final a la par que se acercó a mí y me dio entrega de una pieza de metal con una especie de botón en medio.

—Es tu armadura. Colócatela donde quiera de tu cuerpo, eh... Como los hombros.

Me la situé en el hombro como el ejemplo que había dado el Maestro e instintivamente pulsé el botón que tenía aquel peculiar artilugio. Al instante un resplandor me rodeó y me encontré instantes después en el el interior de una armadura completa que tenía por partes colores blancos y negros que coexistían en una especie de harmonía. En la parte de la cintura una especie de faldón blanco con pequeños trozos de la tela negra con bordados azules cubría las piernas hasta casi llegar al suelo. La armadura era cómoda y parecía bastante resistente, además de eso parecía como si estuviese echa a mi medida.

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Observé con curiosidad la armadura extendiendo los brazos y moviéndolos probando su movilidad, era perfecto.

—Sígueme, te llevaré arriba—Le dije tras ver que la armadura me sentaba como un guante. Subí las escaleras que estaban en un estrecho pasillo junto al baño de la casa y salí a la azotea donde había bastante espacio, seguramente el suficiente como para que pudiese enseñarme a volar. Quería preguntarle porqué no había intentado entrar en el castillo volando si podía hacerlo pero por algún motivo me lo callé, ya le preguntaría en algún futuro.

[Soul Artist]

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Sombra, curiosidad time: hay una gran diferencia entre "hecha" y "echa". El primero es de hacer, el segundo es de echar. Has cometido el error dos veces, por eso te lo comento.

Una vez estuvieron arriba, Kazuki miró al oscuro y estrellado cielo. Suspiró, como si lo echara de menos.

—Es precioso, ¿verdad? Tan oscuro e infinito... Te gustará, eh, creo.

Kazuki invocó su Llave Espada y la lanzó hacia el cielo por el que tanta admiración sentía. Un destello apareció en él y rápidamente bajó una plataforma voladora que se posó ante él; Kazuki tocó una parte de su cuello donde a Ragun le pareció ver un aro de metal, y con un destello apareció vestido con una armadura.

—Otra cosa, eh... ¿Crees que podrías ir tú solo al mundo al que te indico en este mapa? —preguntó, acercándose a Ragun y dándole en mano un mapa de la galaxia con distintas localizaciones señaladas—. Está bien indicado y no tiene mucha pérdida, no creo que te pierdas. Yo tengo cosas que hacer aquí todavía y, eh... Es peligroso que te quedes. ¿Crees que podrás?

[Sombra]

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Agh, que despiste más grande. Siempre me pasa igual y confundo esos dos xDD

—Es precioso, ¿verdad? Tan oscuro e infinito... Te gustará, eh, creo—Dudó el Maestro. Asentí indicando que también me gustaba mirar al cielo cuando estaba despejado.

Después de las tormentas en aquella ciudad no era raro que el cielo pudiera verse tan despejado y resultaba un espectáculo realmente bello.

Kazuki lanzó entonces su arma al cielo y un destello hizo que esta desapareciera y se convirtiera en una especie de plataforma que flotaba a escasos centímetros del aire. Le imité y lancé también mi Llave Espada al cielo, el mismo destello apareció y el arma se transformó también volviendo en forma de tabla de Wind Surf negra con una vela azul oscuro.

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—Otra cosa, eh... ¿Crees que podrías ir tú solo al mundo al que te indico en este mapa? —preguntó, acercándose a Ragun y dándole en mano un mapa de la galaxia con distintas localizaciones señaladas—. Está bien indicado y no tiene mucha pérdida, no creo que te pierdas. Yo tengo cosas que hacer aquí todavía y, eh... Es peligroso que te quedes. ¿Crees que podrás? —Preguntó con cierta desconfianza.

El lugar al que tenía que ir quedaba a varios mundos de distancia pero lo bueno del espacio era que no había nada que impidiera seguir en linea recta hacia el lugar al que debía dirigirme. Me di cuenta en que este mundo no aparecía en el mapa aunque sin embargo estaba escrito que había algo en aquel lugar, algo que llamaban "Mundo Inexistente". En el mapa también había indicado un par de lugares más "Espacio Profundo" y "Tierra de Partida" en la que había dibujada una X roja que indicaba que aquel era al lugar al que debía ir.

—Sin problema—Contesté guardandome el mapa en el bolsillo y subiendo a la tabla preguntándome como funcionaba.

[Soul Artist]

La plataforma de Ragun salió volando en dirección al infinito espacio. Kazuki esperó que el chico aprendiese rápido cómo funcionaba, o podría acabar en Dios sabía donde. Se las arreglaría, esperaba; si había sobrevivido seis años en aquel oscuro mundo, podría encontrar el camino a casa sin dificultades.

Kazuki se subió a su plataforma y se dirigió hacia el castillo, en busca de una entrada. Habría acompañado a Ragun si no fuese por un pequeño detalle; había alguien más allí. Podía notarlo, aunque le extrañaba que el joven aprendiz nunca se hubiese encontrado con esa persona en seis años. Pero no podía dejarle solo allí, y debía comprobar si era cierto lo que decían del castillo, si de verdad era tan parecido al de Bastión Hueco.

Echó a volar y a rodear el castillo. Sea como fuere, encontraría a aquella persona; no podía dejarle allí, solo. En un mundo hueco, sin vida. En un mundo... Vacío.

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¡Fin del Prólogo!

Obtienes:
- 18 PX. Lo has hecho realmente bien, pero algún post ha flojeado con respecto al resto y la falta ortográfica del "echa" ha sido horrible. Quitando eso, muy bien roleado y narrado. ¡Subes al nivel 2!
- Cadena del Reino = Llave Espada Oscura.

- Armadura.

- Plataforma de vuelo.

- La habilidad: Materialización del arma.