[Prólogo] Más vacío aún

[Roxas!!]

Al oírlo, se me nublaron los pensamientos. Ragun. Ese era su nombre. El nombre de la persona a la que había estado observando desde la distancia. El nombre de su antiguo y único vecino. El nombre, en el muy fondo, de su amigo.

—Supongo que por lo que dices ese es el nombre de mi viejo vecino. Me he cruzado más de una vez con él cuando huía de los Sincorazón. —dejé de tocar.

Me puse en pié y me dirigí serio y decidido hasta dónde estaba el desconocido, del cuál todavía no me fiaba demasiado.

—No olvides la cantidad exagerada de Sincorazón que aparece demasiado a menudo —dije con la mirada fija en el horizonte, perdida entre el inmenso mar de edificios. Daba la sensación que esperava a que pasase algo que hiciera que apartase la mirada de aquel paisaje, siniestro y oscuro a la vez que maravilloso.

[Soul Artist]

—Eh... ¿Todos sabéis aquí el nombre de los Sincorazón o qué? Vaya, hombre, habrá un cartel o algo que lo diga...

Kazuki no apartó la vista del castillo, a pesar de que el joven se había colocado a su lado. Era como si estuviese hipnotizado por su forma, su imagen. Estuvo un rato inmerso en sus pensamientos, ignorando todo lo demás, mientras los Sincorazón se acercaban por las calles. Les quedarían unos minutos para llegar, pero venían en masa; era casi como si estuviesen atraídos por algo, como si... La presencia de aquel desconocido les hubiese alterado por completo. Hordas completas venían hacia allí. Y a él no le importaba, o no se daba por inmutado.

—Dime... ¿Estás tú también aquí solo? ¿Te gustaría irte lejos de aquí? Puedes proteger la paz conmigo de esos que tú mismo llamas "Sincorazón" en otros lugares. Eso, eh... Si quieres. También puedes quedarte aquí, solo, mirando ese castillo eternamente.

[Roxas!!]

Reflexioné. Sabía demasiado. Ya no era sólo por su aspecto, por su medio de transporte, por su comportamiento o por su manera de hablar. El tono con el que pronuncio aquella frase me resultó... raro. Parecía conocer a aquellas criaturas, debía de tener algún tipo de relación con ellas.

—Esas criaturas estaban persiguiendo un corazón flotante, como si careciesen de él. De ahí que se me ocurriera el nombre. —dije sin apartar la mirada, sereno por fuera aunque un poco inquiero por dentro—. Un ejército entero de monstruos se acerca. Pareces muy tranquilo. Demasiado.

Una vía de escape. La posibilidad de salir de aquí, visitar otros lugares, mejorar mi técnica con la guitarra, averiguar el por qué de mi llegada a este mundo, descubrir mi pasado. Él podía darme todo eso. Ahora dudaba. Me gustaba la soledad, poder encerrarme en mi mundo y pensar en mis cosas, pero no rodeado de monstruos. Así que sin pensarlo dos veces contesté.

—No tengo nada que perder.

[Soul Artist]

El hombre sonrió ligeramente cuando el joven le mencionó que estaba tranquilo incluso acercándose todos aquellos Sincorazón, tal vez demasiado. No apartó la vista del castillo en ningún momento, absorto en sus pensamientos. Ignoró su respuesta a la pregunta que le había planteado y procedió a hablar:

—Antes de que vengas, eh, conmigo... Voy a hacerte un par de preguntas. La primera: ¿qué crees que son eso, eh... Sincorazón?

Kazuki alzó su brazo al castillo, como si de algún modo intentase alcanzarlo. La palma de su mano fue directa al aire, y cuando se encontró con su extremidad extendida al máximo, cerró con fuerza su puño, como si estuviese frustrado de no poder tocar su objetivo.

—Eh... La segunda pregunta. Cuéntame todo lo que sepas acerca de esta ciudad o "mundo" y todo lo que sepas acerca de otros también llamados "mundos".

[Roxas!!]

¿A qué venían tantas preguntas? Me estaba empezando a molestar. Apenas quedaba tiempo antes de que llegaran las criaturas oscuras, pero él seguía allí, con la mirada fija en el castillo, tranquilo, como si no pasase nada.

—Criaturas de la oscuridad. Aparecen de la nada, de una especie de agujero oscuro. —mencioné mientras señalaba a unos que aparecían en la lejanía—. Como aquellos de allí.

Me giré. Di unos pasos, paseándome por el lugar en el que nos econtrábamos, con la vista alzada, queriendo observar un poco más el mundo antes de dar una respuesta.

—Esta es una ciudad vacía y oscura. Con montones de construcciones pero ni un sólo habitante. Únicamente los sincorazón. Sé que hay mundos ahí fuera. Me desperté aquí, sin recuerdos. Algo sucedió en mi lugar de origen.

[Soul Artist]

Kazuki escuchó las respuestas que tenía que darle el joven que le acompañaba, a cada cual solo afirmó con la cabeza como si nada tuviese que añadir. Todo mientras, claro, mantenía su mirada fija y clavada en el castillo: fuese lo que fuese aquel edificio, captaba su atención más que nada, como si le atrajese y empujase hacia allí.

—Sí, eh... Los Sincorazón son criaturas creadas con oscuridad. Pero no solo eso: tú conoces a esta especie, los, eh... Purasangre. Pero existen otros, más coloridos y complejos, que albergan corazones de seres vivos dentro de sí. Sí... Son llamados, eh... Sincorazón emblema. Y son más peligrosos.

Finalmente, el hombre apartó su mirada de la lejanía y se llevó una mano al cuello, cansado.

—Y, eh... Sí, como dices, hay más mundos ahí fuera. Pero yo y mis compañeros no podemos interferir en sus asuntos: cada uno tiene su historia, sus leyes, y no somos nadie para meternos en ellas. Eh... Ten en cuenta eso tú también si viajas, pues no eres un nativo de ese lugar. Y tampoco saben en la gran mayoría que hay otros lugares...

Kazuki extendió su brazo hacia su extraño vehículo, el cual desapareció en un destello. En su lugar, en la mano del hombre un haz de luz surgió y un extraña arma apareció, una gran llave sin colores vivos y de aspecto ciertamente cómico.

Spoiler: Mostrar

—Esta —explicó Kazuki, absolutamente serio— es la Llave Espada, un arma de inimaginable poder que, además de arma contra la oscuridad, podrá abrir cualquier obstáculo de tu camino. Pero una vez la tomes, tendrás, eh... Un compromiso con ella. Para siempre. Ataduras. Y por otra parte, podrás salir de aquí. Tomarla o no es tu decisión ahora.

[Roxas!!]

—Ahora todo encaja. —dije mientras observaba aquella extraña llave.

Una arma... para combatir la oscuridad. ¿Por qué me había ofrecido aquello? Yo, que tenía una especie de aura oscura, ¿sería portador de un arma para combatir contra esta? Estaba confuso. Aunque por otra parte, aquella era la posibilidad de una vía de escape. Libertad. Salir de las cadenas de aquel mundo oscuro y misterioso, al cual sabía inconscientemente que algún día volvería. Ataduras por otra parte. Limitaciones otra vez. ¿Cuándo volvería a ser libre al completo?

Otra cosa me vino a la cabeza. Mi pasado. Sólo recordaba despertarme allí. Estaba seguro de que aquello podría solucionar todas mis dudas: sobre mi pasado... y sobre mí mismo. Esa sería la llave.

El silencio se estaba alargando demasiado. Únicamente el ruido de los sincorazón trepando por los edificios e invadiendo las calles era lo que se oía. Debía contestar algo, así que sin darle más vueltas contesté.

—Acepto.

[Soul Artist]

Kazuki afirmó con la cabeza a lo que el joven le había contestado tan rápido. Parecía estar decidido a aceptar cualquier responsabilidad con tal de poder salir de allí y recuperar su memoria.

—Muy bien, pues, eh... Toma la Llave Espada y el poder será tuyo, mi aprendiz.

Kazuki agarró el arma por donde se suponía que debía estar el filo y ofreció al muchacho el mango del arma, por donde podría tomarla sin problemas.

[Roxas!!]

Ya no había marcha atrás. Las cartas estaban echadas. Así que, sin darle más vueltas, agarré la misteriosa y poderosa llave.

El cuerpo del arma se vio rodeado de una ténue luz, la cual pasó a envolver todo mi cuerpo. Luego desapareció. Se convirtió en una pequeña aura oscura, la cual tras unos segundos también se desvaneció. ¿Algo había cambiado? Yo no notaba nada diferente. De repente, una extraña sensación me vino a la cabeza. Era como si una mínima parte de recuerdos hubiese vuelto a mí, pero no sabía el qué. Únicamente sabía lo que iba a hacer ahora.

Me dirigí hacia mi guitarra, la cogí y volví hasta Kazuki.

—Aguanta. —se la entregué. No quería que le pasase nada.

Extendí mi brazo, imitando los gestos que había hecho antes él, para invocar aquella llave. Apareció en un haz de luz, como la otra. Pero la mía era diferente: cuerpo metálico, la punta en forma de corona, y el cubremanos dorado.

—Ahora, si me disculpas. Tengo un asunto que arreglar. —me dirigía hasta la puerta. Los sincorazón se acercaban. Quería acabar con ellos, vengarme. ¿De qué? No lo sabía.

[Soul Artist]

Kazuki recibió el instrumento musical entre sus brazos; el joven le había pillado desprevenido, pues probablemente se había sumergido en sus pensamientos mientras su nuevo aprendiz asumía el arma que le había entregado. Observó que el chico tenía intención de salir de allí, probablemente a hacer algo. Sabía que todo aprendiz debía arreglar sus asuntos antes de partir de su mundo de origen; por tanto, Kazuki se encogió de hombros y se giró hacia el castillo.

—Eh... Vale, yo esperaré aquí —le comentó Kazuki, sin darle mayor importancia a lo que fuese a hacer el muchacho—. Yo te esperaré aquí. Eh... Solo... Toma esto, antes de irte.

Kazuki se revolvió los bolsillos y sacó un pequeño fragmento metálico, algo parecido a bronce. Lo primero que le pareció ver al aprendiz probablemente fuese una púa de guitarra; sin embargo, el Maestro se apresuró a explicar qué es.

—Se trata de tu, eh... Armadura. Puedes ponértelo en cualquier parte de tu cuerpo, y presionando ligeramente se transformará de inmediato; es importante para viajar, aunque, eh... Por ahora no la uses para pelear. Y bueno, eh, por su forma igual puedes usarlo de paso para tocar este intrumento tan raro...

Spoiler: Mostrar

Aviso: si vas a enfrentarte a los Sincorazón, lo harás bajo tu responsabilidad, recordando que los controlo yo. Allá tú, pero atente a las consecuencias xD

[Roxas!!]

Recibí el objeto en silencio. Me mentuve unos instantes mirándolo fijamente, y a continuación me lo coloqué en el antebrazo. Ahora sí, no me retenía nada, estaba dispuesto a dar lo poco que tenía contra aquellos monstruos. Yo contra el mundo. Estaba seguro de que no podría, pero aún así seguí adelante.
Bajando, comecé a practicar haciendo aparecer y desaparecer mi nueva llave, hasta que me acostumbrase a ella. No me hizo falta caminar mucho, puesto que los sincorazón ya llegaban a la puerta del edificio.
Tenía sed de venganza, una cuenta pendiente con ellos. ¿Por qué? Era demasiado frustrante.

Y justo unos segundos antes de comenzar a batallar, abrí los ojos. No estaba lo suficientemente preparado para derrotar a todos ellos, me superaban demasiado en número. Todavía. Retrocedí lo más rápido que pude pero ya había unos cuantos. Así que, tuve que subir las escaleras haciéndome paso entre los sincorazón, estrenando finalmente mi llave espada.

—Ya están aquí. Cómo se usa el vehículo, rápido. —le dije a Kazuki, abriendo de un portazo y desconcertándole.

[Soul Artist]

Pero cuando el joven aprendiz llegó a la azotea, la situación que se encontró no se la esperó en absoluto: su Maestro, probablemente pensando que el muchacho tardaría más en sus quéhaceres, se había desvanecido de la azotea. No había ni rastro de él allí.

En el cielo, desde luego, no se le veía. Los sincorazón estaban avanzando rápidamente hacia allí y pronto darían caza al muchacho; todo cuanto disponía era de su guitarra (la cual se encontraba apoyada a la cornisa del edificio, a unos pasos), varias tablas de madera, una llave inglesa tirada en el suelo y un bote de pintura verde.

Las criaturas llegarían en cualquier momento y abrirían la puerta. El muchacho debía hacer algo para retenerles hasta que llegase su Maestro. Aquello le pasaba por haberse alejado de él, pensando que se podría enfrentar a aquellas hordas él solo.

[Roxas!!]

Spoiler: Mostrar

Te gusta hacerme sufrir eh... Yo pensé que ya iba a acabar esto xD

—Genial. —pronuncié sarcásticamente. Estaba solo, frente a una increíble e imminente horda de sincorazón, con una llave espada recién recibida, unas tablas de madera, pintura verde y una llave inglesa. Algo podría hacer, pero... ¿el qué? No entendía por qué ahora se sentían tan atraídos hacia mí, normalmente no aparecían tantos a la vez. ¿Acaso sería la llave?

El caso era que necesitaba pensar rápido. Aquí demostraría si era lo suficientemente capaz de ser un aprendiz. Primeramente, cogí la llave inglesa y busqué clavos de alguna estructura pequeña. Después, cogí las tablas de madera para tapiar la puerta y así ganar un poco más de tiempo, aunque no demasiado. Sabía que los sincorazón no tenían capacidad de razonar, más bien se guiaban por impulsos. Así que cogí la pintura y dibujé un camino, ayudándome de mis manos, que llevaba al borde del terrado, por el cual esperaba que se precipitasen estos. Para asegurarme, dibujé un corazón al final. Ahora sólo tocaba esperar.

—Puede que si... —estaba pensando en aquello, si se sentían atraídos por la llave. Si era cierto, con separarme de ella estaría a salvo. Extendí el brazo, invoqué mi llave espada, y la lancé lo más lejos que pude, hacia los callejones. Si algo fallaba, siempre podía invocarla de nuevo. La suerte estaba echada. Cogí mi guitarra y aguardé.

[Soul Artist]

Spoiler: Mostrar

¿Qué esperabas? Te advertí de que habría consecuencias por salir a por los Sincorazón.

Los Sincorazón irrumpieron en la azotea finalmente, pudiendo pasar sin problema alguno por debajo de la puerta ya que los purasangre, oscuros y casi sin cuerpo, se podían convertir en sombras y pasar por pequeñas aperturas como podía ser el hueco entre la puerta y el suelo. Quizá, si se hubiese pintado dicho hueco, les habría resultado más difícil pasar. Pero ya era tarde.

Los Sincorazón ignoraron la vía dibujada por el joven, y desde luego también el corazón tan mal dibujado. Pero sin embargo, tres de los cinco Neosombras que vinieron a por él se lanzaron a las calles, en dirección adonde había sido lanzada la Llave Espada. Sin embargo quedaban dos, y parecían más interesados en el chico que en el arma.

Un sonido lejano en el cielo pudo ser escuchado por el aprendiz. Si girase la cabeza, podría ver que Kazuki, en su extraño vehículo volador, se aproximaba hacia allí surcando el cielo. Si aguantaba un poco, solo un poco más de tiempo, podría ser salvado...

Solo necesiataba algo más de tiempo.

[Roxas!!]

¿Por qué? ¿Qué tenía yo de "especial"? Normalmente no les atraía tanto. Estaba segurísimo que todo se debía a los acontecimientos que habían ido ocurriendo.
Tiempo. Apenas quedaban unos segundos antes de que las Neosombras me alcanzasen. Kazuki tardaría un poco en llegar, aunque no sé si se había dado cuenta de todo ese jaleo.

Aquellas tres Neosombras ya se habían alejado, lo suficiente para volver a invocar mi llave espada. Pero por algún motivo no me percaté y no lo hice.

Salté y me puse firme en lo alto que formaba el hueco de la entrada.
—Sois afortunadas, vais a presenciar en primera fila mi último concierto en este mundo. —me dirigí sonriente y sarcástico a ellas, aunque sabía que no me podían entender. Todo apuntaba a que no funcionaría, pero no tenía nada que perder.
Las cuerdas empezaron a sonar, cada vez más y más fuerte. Una fuerte e intensa melodía salió del instrumento. Me dejé llevar por la música, con la esperanza de que diera resultado.