[Prólogo] Más vacío aún

[Soul Artist]

Pero a los Sincorazón les daba igual la música. Se abalanzaron a por el aprendiz, ignorando las notas musicales del joven, y se dispusieron a desgarrarle en busca de su corazón.

Pero el paso entre los dos monstruos y el muchacho se cerró cuando una Llave Espada surgió de detrás de él y se lanzó en contra de uno de los monstruos, atravesándole y haciéndole desaparecer en un humo oscuro. El joven pudo reconocer el arma como la de Kazuki, que si se giraba podría ver volando detrás de él a unos pocos metros de la azotea. Le extendía el brazo, con la armadura puesta y aparentemente serio.

—Eh... ¡Vamos, chico, salta! —ordenó el hombre—. ¿Confías en mí? ¿¡Confías el mí!?

El Neosombra que quedaba iba a atacar en cualquier momento. Era decisión de Xictrov saltar o no aquella distancia que, posiblemente, no alcanzaría.

[Roxas!!]

Llegó justo a tiempo. Si no hubiese sido por él, mi historia se hubiese acabado en ese instante. Le debía un favor.

Un salto, un salto me separaba de la salvación. Debía correr el riesgo. No podía permitirme desaparecer ahí, en ese mundo, con una mente careciente de recuerdos. Ahora no debía precisamente confiar en él, pero tampoco desconfiar.

—Confío en mí. —pronuncié con decisión. Me colgué la guitarra lo más velozmente que pude y eché a correr. Pero la Neosombra tampoco se paró a mirar. Me persiguió a se abalazó sobre mí. —Aparta, bicho. —sin parar de correr, invoqué mi llave espada y le empujé con todas mis fuerzas, haciendo que cayera y dándome algo de tiempo.

Finalmente, conseguí saltar hacia mi libertad.

[Soul Artist]

El chico saltó, saltó, saltó... Y cayó, cayó, cayó. No había sido capaz de saltar aquella distancia; quizá, con un doble salto hubiese llegado sin problemas, y con algo más de elasticidad habría sido capaz de sujetarse al brazo extendido de su Maestro.

Las paredes de los edificios comenzaron a deslizarse ante sus ojos, de un modo tan rápido que la vista le dolía a Xictrov. El viento le golpeaba la cara con violencia, casi le dejaba sin respiración alguna. Se abalanzaba de un modo rapidísimo contra el suelo; su cabeza se estamparía contra la acerca y ahí acabaría la historia del joven.

—¡Aero ++!

La voz de Kazuki había invocado una especie de nube de aire alrededor de su aprendiz, la cual le había permitido descender lentamente hacia el suelo sin peligro alguno. Las ráfagas se desvanecieron cuando sus pies tocaron la fría acera de piedra, pudiendo respirar tranquilo.

Se acordó entonces de algo: hacía unos escasos minutos, había lanzado su Llave Espada lo más lejos posible. Unos Sincorazón se habían abalanzado hacia ella, deseosos de tomarla. La había lanzado precisamente hacia la dirección a la que había dado el salto. Y aquello significaba...

... Que tres Neosombras se encontraban tras su espalda.

[Roxas!!]

—Puta mierda, parece que hoy es mi día. —me reía. Cuando pensaba que todo parecía acabado y tranquilo, la situación empeoraba el doble. Esta vez no era diferente. Aquella situación me había descolocado por completo. ¿Por qué Kazuki me dejó caer en vez de recogerme? Empezaba a pensar que me estaba probando.

Tres Neosombras y un chico con un llave espada que acababa de recibir al que ni siquiera se le podía llamar aprendiz. La diferencia de nivel era demasiado notable. Sólo podía hacer una cosa. Aquello que llevaba haciendo durante años en aquel mundo.

—Piernas, hemos practicado mucho para este momento. —susurré mientras estiraba un poco.

Ahora, ya podía correr para salvar la vida.

[Soul Artist]

Xictrov corría por su vida, y los Neosombras no pudieron hacer más que imitarle. Parecían estar realmente deseosos de darle caza, repartir su jugoso corazón como si de un gran manjar se tratase; además, que tuviese aquel arma con forma de llave no ayudaba en absoluto en que cesasen en su empeño de cazar al aprendiz.

Casi podía notar a las tres criaturas detrás de él, dos de ellos viajando pegados en el suelo y otro en carrera apoyado por sus cuatro extremidades. La máquina voladora de Kazuki viajaba por encima de su cabeza, sin terminar de bajar a los estrechos callejones por los cuales corría, seguramente por el riesgo de estrellar la nave y poner en peligro su vida y la del aprendiz.

Tal vez Xictrov conociese la ciudad muy bien a fondo; si así fuese, sabría que más adelante estaría la plaza frente al enorme rascacielos de la ciudad. Tal vez allí su Maestro pudiese recogerle y, finalmente, salir de aquel mundo volando. Pero para llegar, debía retenerles.

Durante su carrera, el joven primero se encontraría con un contenedor de basura lleno; después, una alambrada electrificada de dos metros de alto, a unos escasos centímetros de dicho cubo; justo encima de aquello había una cuerda que recorría de una pared a otra. Si el chico era mínimamente ágil, podría ser capaz de superar aquellos obstáculos y dejar atrás a los Sincorazón. O también, podía optar por un desvío a su izquierda, más largo y por donde los Sincorazón podrían quizás alcanzarle. Dependía de él elegir.

[Roxas!!]

Dos caminos. El mismo final. Me conocía la ciudad como la palma de mi mano. Tenía todas las rutas de huida planificadas, no había rincón que no conociese. Me conocía a mí mismo también, y sabía que para superar aquella alambrada me faltaban unas cuantas horas más de entrenamiento y práctica. Horas que ahora mismo no tenía. Así pues, opté por el camino largo.

—Hmpf, ¿qué es un reto sin un poco de riesgo? —pronuncié en voz alta. De una cosa estaba seguro. Mis piernas habían ganado consistencia y la carrera era uno de mis puntos fuertes. Ellos también eran veloces, y no dudaba en que me alcanzarían. El truco de lanzar la llave no volvería a funcionar, yo era su punto de mira. Pero esta vez, había alguna carta a mi favor.

Corriendo sin parar, rodeando pequeñas estructuras para intentar despitar a las oscuras criaturas, conseguí ver, y llegar exhausto a la plaza.

[Soul Artist]

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Cuando dije que el camino era más largo, me refería a que tardarías más en llegar a la plaza xD

Xictrov chocó de golpe con algo que le echó atrás. Al chocar, una luz surgió frente a él, brillando con gran fuerza y bloqueándole el paso. Tenía forma de cadenas luminosas y un algo de polvo morado surgía de la barrera, desvelando su origen mágico. ¿Qué podría haberlo provocado? Al otro lado, podía ver cómo Kazuki descendía con su nave y se bajaba de ella.

Otra barrera apareció tras el aprendiz, bloqueando justamente el paso a los Neosombra que le perseguían. El joven pudo suspirar tranquilo durante unos segundos, en los cuales el Maestro se acercó a él.

—Eh... ¿Cómo va todo? ¿Bien? Qué salto el de antes, un poco más y te matas... Te preguntarás qué es esta barrera. Eh... Las he visto antes, son como una prueba. Debes hacer algo o derrotar a... ¡Cuidado, detrás de ti!

Xictrov podía notar una presencia tras de él. Algo oscuro, peligroso, que surgía de la nada con la intención de acabar con su vida. Casi podía notar su poder a aquella distancia, su maleza... Y Kazuki parecía estar realmente preocupado señalando en aquella dirección.

Al darse la vuelta, el joven vería a la peligrosa criatura surgir del suelo. Aparecía entre las tinieblas, con grandes ojos llenos de furia, de ira, que se clavaban en él. Garras peligrosas, mirada perdida... Un peligro inminente... Un...

... Un Sincorazón Sombra.

[Roxas!!]

Su mirada era siniestra, oscura, perdida y penetrante. Se había clavado en mí. Quería arrebatarme la vida, la existencia. Kazuki me había asustado. Creía que uno de los Neosombra había conseguido atravesar la barrera. Por suerte, no era así.

—Qué susto. —le dije dirigiendo la mirada hacia él. Volví a girarme, dispuesto a acabar con la Sombra—. Esta vez, acabaré contigo, malnacido.

Ahora nada se interponía en mi camino. Ahora no había diferencia de nivel. Tenía mi llave espada y me preparé para atacar.

—Desaparece. —pronuncié. Corrí hacia él firme y decidido, hasta que solté un tajo vertical, esperando que surtiese efecto y se diluyese en la oscuridad.

[Soul Artist]

El Sincorazón recibió el golpe con dureza, echándole hacia atrás y cayendo al suelo, pero no desapareciendo con el ataque. Pataleó y con un ágil salto se volvió a colocar en pie, moviendo torpemente sus manos y girando su cabeza hacia varios lados. El aprendiz no habría podido decir de primeras si estaba confuso o sencillamente era así por naturaleza, pero parecía haber olvidado el ataque casi de inmediato después de recibirlo.

Entonces, de golpe, la Sombra desapareció. Estaba demasiado oscuro para que el chico viese adonde había ido, y desde luego no muy lejos debido a las barreras mágicas. De repente, pudo notar cómo una garra le arañaba la espalda; el enemigo se había pegado al suelo y le había sorprendido con un ataque a traición que no había visto venir.

[Roxas!!]

Sus garras me rasgaron ferozmente la espada, llegando a romper un poco la ropa. Dolía. Para ser una simple masa de oscuridad, las tenía muy afiladas. Él jugaba con ventaja, era de noche y estaba todo oscuro. No veía más alla de dos metros. Pero no me podía rendir, ahora ya no.

Con un salto, conseguí ponerme al borde de la barrera, cerca de Kazuki.

—Parece que no vas a hacer otra cosa que no sea observar. —le dije sin apartar la vista del Sincorazón, siempre alerta para que no me volviera a atacar.

Volví a ponerme en posición, esperando acabar con él de una vez por todas. Y sin pensarlo más, me lancé al ataque.

[Soul Artist]

Kazuki se dio por aludido con el comentario de su aprendiz. Hasta ese momento se había encontrado distraído, mirando hacia una de las ventanas luminosas de la ciudad sin mucho que contar. Una vez salió de su distracción, parpadeó varias veces y se dirigió a Xictrov.

—Sí, eh... No puedo hacer nada por ti. Estas barreras son normalmente provocadas por fuerzas mayores, como Sincorazón poderosos o semejantes. Solo hay un modo de romperlas: destruir el origen. Y, eh... Es inusual, pero parece que el origen es esa Sombra. Así que debes arreglártelas solo.

Xictrov se lanzó contra su enemigo, el cual no evitó su ataque. Sencillamente, recibió el espadazo con el que se había lanzado a por él y cayó de espaldas a un par de metros, quedándose tirado.

—¡Remátalo ahora! Caerá de inmediato, eh... Creo.

[Roxas!!]

La barrera la solían crear jefes fuertes, fuerzas mayores. ¿Por qué una simple Sombra había podido hacer una? Era algo que jamás entendería. En realidad, no entendía nada de lo que pasaba. Sólo me dejaba llevar.

"Caerá de inmediato". Eran esas palabras que ya no me creía. Había puesto todo mi empeño en el primer ataque, pero apenas le había hecho daño. Aunque Kazuki era un maestro, y él debía saber este tipo de cosas, así que le hice caso y escuché su consejo.

Volví a correr hacia el monstruo, esta vez decidido a acabar con él de una vez por todas. Fijé mi mirada en sus ojos, amarillos, redondos, siniestros, vacíos. Un salto. Una caida en picado. Un sonido metálico. Silencio.

[Soul Artist]

El Maestro creía que el Sincorazón que había atacado a Xictrov caería inmediatamente con aquel ataque... Y tenía razón. El desesperado ataque final del muchacho provocó la desaparición por completo de la Sombra en una nube de oscuridad que se desvaneció en la nada, como si el enemigo nunca hubiese estado allí.

Kazuki aplaudió al ver que la batalla del aprendiz había concluido. Los Neosombras habían desaparecido por completo, probablemente buscando otro modo de acceder allí, y las barreras mágicas habían sido retiradas. El peligro había pasado.

—¡Bien hecho! Eh, creo —le felicitó su Maestro a su particular modo, aparentemente contento del resultado de la batalla—. Tienes mucho que mejorar, pero, eh... No ha estado mal para un primer combate. Igual deberías hacerte mantenido más en guardia y ser menos impulsivo, y ese ataque final hubiese sido nefasto de no ser final, pero, eh...

Kazuki volvió a despistarse dirigiendo de nuevo su mirada al castillo. Suspiró, triste.

—Tan blanco... Me recuerda a mi viejo hogar...

El Maestro agitó su cabeza, revolviéndose el pelo y queriendo expulsar aquello de su mente. Era bastante cómico desde una perspectiva externa, pero para él resultaba algo más serio. Suspiró y observó a su joven aprendiz. Le dedicó una ligera sonrisa y caminó hacia su extraña nave.

—Vámonos, átomos. Puedes invocar tu Glider, eh... Lanzando tu llave al cielo —explicó Kazuki mientras activaba su armadura y se montaba en el llamado "Glider"—. Recuerda viajar con la armadura.

Su nave espegó y se elevó un metro sobre el suelo. No se fue rumbo al cielo, dejando al joven atrás, sino que se quedó quieto esperando a que este reaccionara e hiciera lo que le había dicho.

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Warning, warning, warning: último post.

[Roxas!!]

Por fin, por fin había acabado todo. Ya no habría más imprevistos, no más monstruos ni nada que se interponiera en mi camino. Ahora era libre. Libre de salir de aquel mundo. Volvía a tener ataduras, pero todo era muy diferente. Ahora tenía una responsabilidad, un deber y también un pasado que descubrir.

Quería irme cuanto antes mejor, así que escuché atentamente las instrucciones de Kazuki. Sin pensarlo dos veces, lancé mi llave espada hacia el cielo.
Alcanzó el punto más alto, y pude observar un fuerte destello, que me cegó durante unos segunos. Cuando pasó, una especie de vehículo volador, similar al que utilizaba Kazuki, descendió hasta mis pies.

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Al dibujo, cambiarle las cosas verdes por azules.

—No esperaba nada mejor. —pronuncie mientras me subía al "Glider".— Veámos que tal la armadura.

Así pues, golpeé mi antebrazo, en el que anteriormente me había colocado aquella especie de "púa" que me había dado el maestro. Y entonces, una aura cegadora cubrió todo mi cuerpo.

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—No está mal. Con capa y todo. —pensé en voz alta.— En marcha. —me dirigí a Kazuki mientras me colgaba la guitarra a la espalda y me alzaba hacia los cielos.

[Soul Artist]

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Oye, lo azul de tu Glider lo haces tú. Que ni siquiera tengo Photoshop, y aunque lo tuviese tampoco haría tales retoques de otros.

—Eh, pues... Vale. Yo indico el camino, tú sígueme.

Kazuki echó a volar hacia el cielo del mundo, seguido de su nuevo aprendiz. Ya se iban para no volver: el Mundo Inexistente quedaba atrás para el joven. Adiós a los Sincorazón que siempre le habían acompañado. Adiós al misterioso acompañante con el que no se había cruzado en tanto tiempo, pero que había visto de lejos. Adiós a la subsistencia, buscando los alimentos justos para malvivir.

El mundo que dejaba atrás ya no lo deja más vacío aún. Lo dejaba absolutamente vacío.

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¡Fin del Prólogo!


Estabas deseoso ya de que esto acabara...

Obtienes:
- 16 PX. Bien, bien. Podría ser mejor, pero bien. Ya te hablé de tus errores, pero remarco el principal: dedica más tiempo a inspeccionar los sentimientos de tu personaje muy a fondo. Que has ido mejorándolo en este mes, pero en fin. ¡Subes al nivel 2!
- Cadena del Reino.
- Glider.

- Armadura. Sirve también de púa, de bronce.

- La habilidad: Materialización del arma.