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Selva profunda no era el lugar más agradable del mundo en ocasiones. Aquel mundo alejado de la mano de Dios era muy pocas veces visitado por personas ajenas a él y no era tan raro que, cuando alguien iba allí, se quedase atrapado para lo que parecía ser siempre. Aquella era la historia de Jivax; atrapado para siempre con monos, elefantes y otros animales poco sociables.
Aquel día podía parecer uno más del montón, pero cuando uno estaba obligado a sobrevivir en la selva salvaje poco de "normalidad" podía encontrarse en un día habitual. Si quería sobrevivir aquel día, el chico debía encontrar comida para aquel día, fuese de un animal al que cazar o vegetariana. Y en mitad de la jungla ambas cosas sobraban, aunque no fuese fácil conseguirlas.
Algo seguro; por la hora del día, el chico debía tener hambre.