[Atlántica] El RMS Colossus

Aquí se encuentran los inicios de los primeros jugadores del rol que vivieron de primera mano todo lo sucedido antes de la aparición del bando de Bastión Hueco. Jóvenes e inocentes aprendices...

Re: [Atlántica] El RMS Colossus

Notapor Sombra » Dom Abr 15, 2012 10:46 pm

La criatura a la que Nanashi se enfrentaba parecía ser inmune a los golpes. Cuando intentaba cortarlo con la espada simplemente lo atravesaba sin ningún daño y si le lanzaba un ataque mágico simplemente era absorbido.

Fátima, con valor lanzó una estocada hacia aquella esfera roja de aspecto frágil que aquella criatura tenía en el pecho, le dio de lleno haciendo que unas pequeñas grietas surgiesen en esta, aunque no llegaron a romper del todo aquella cosa. En el momento en que la esfera roja se agrietó, el Lodo grande pareció como si hubiese notado algo doloroso pues dejó de prestar atención a Nanashi para ir a por la muchacha. Aún estaba alejado de ella, pero se iba moviendo constantemente y aquella mujer que se hacía llamar Nanashi parecía no poder contenerlo, no por falta de fuerza ni mucho menos. Era invulnerable.

El Mini-lodo, al ver aquella grieta empezó a huir tratando de ponerse junto a su versión grande.

¿Tan importante era aquella esfera roja?
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Re: [Atlántica] El RMS Colossus

Notapor Suzume Mizuno » Lun Abr 16, 2012 12:49 am

Maldijo en voz alta. No había conseguido romperla. Pero el monstruito retrocedió, no tuvo muy claro si porque estaba asustado o herido. El caso es que retrocedió. Y una sonrisa temeraria asomó a sus labios. Dio un par de zancadas en pos de él, en absoluto dispuesta a dejarlo escapar.

No se dio cuenta hasta que escuchó los pasos, pesados, lentos, del Lodo, de la dirección a la que se había dirigido su pequeño enemigo.

Las intensas luces del interior de las cuencas del sincorazón estaban fijos en ella. Nanashi intentaba detenerlo a base de embestidas y golpes con la Llave espada, que no surgían ningún efecto.

Fátima supo que había hecho algo importante. De lo contrario, ¿por qué se dirigía esa bestia contra ella, si hasta entonces había estado interesado en Nanashi?

Bajó la mirada hacia la forma negra, aparentemente inofensiva, que huía con desesperación. Y creyó entender. Era por la esfera roja. Las cosas habían cambiado cuando la agrietó. Llevada por el instinto arremetió de nuevo contra el sincorazón, poniendo toda la fuerza de su delgado cuerpo en su brazo para atravesarlo por el pecho.
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Re: [Atlántica] El RMS Colossus

Notapor Sombra » Lun Abr 16, 2012 6:39 pm

Volver atacar a aquella extraña esfera roja fue sin duda el mayor acierto en toda su vida. El estoque atravesó la esfera haciendo que esta estallase en miles de pedazos que se dispersaron hasta desintegrarse. El mini-lodo se fue deshaciendo y un corazón de color plateado, vacío y triste se elevó hacia el cielo.

El lodo grande pareció hacerse vulnerable a los ataques en aquel momento ya que los golpes de la maestra lo destruyeron en cuestión de segundos haciendo que un corazón que al contrario del otro era rojo y vivo, lo que indicaba que había sido liberado.

Así que la esfera del pecho de ese sincorazón hacía invulnerable al grande... —dedució finalmente—. Has sido de bastante ayuda, ahora sígueme. Te sacaré de aquí.
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Re: [Atlántica] El RMS Colossus

Notapor Suzume Mizuno » Lun Abr 16, 2012 8:57 pm

Cuando la esfera se quebró, el monstruo fangoso se desplomó, desintegrándose en cuestión de segundos. La chica siguió con los ojos el corazón que surgió de su interior y que se perdió en lo alto.

A continuación, la Llave espada de la mujer de blanco por fin impactó en el gigantesco Lodo. Fátima fue testigo de la asombrosa habilidad de Nanashi pues sus rápidos golpes acabaron con el impresionante sincorazón. Este se desmoronó y desapareció, dejando atrás un enorme corazón, esta vez sí, rojo.

Fátima dejó escapar un suspiro.

“¿Ya está?” pensó. “¿Tan… fácil?”

Nanashi dijo algo, pero como Fátima todavía estaba todavía mirando, medio ida, el lugar donde había estado el sincorazón, solo captó lo último: la sacaría de allí.

Sintió el contacto del agua, que había ascendido durante su breve pelea contra el sincorazón. Y recordó súbitamente dónde estaban y en la situación que se encontraban. Se apresuró a ir junto a Nanashi:

¿Pero todavía quedan botes salvavidas? ¿Nos han estado esperando todo este tiempo?
La mera perspectiva de que se hubieran quedado abandonadas en el Colossus, que se iba a pique, la asustó mil veces más que cualquiera de los monstruos con los que se había topado. Con todo, había algo en la seguridad con la que Nanashi había hablado que la convenció de que saldrían de allí vivas.

Es decir, nadie se quedaría matando a bestias en un barco que se iba a hundir en las profundidades, ¿no?

Y, entonces, le surgió una nueva pregunta:

¿Por qué se ha quedado tanto tiempo en el barco si pensaba que no quedaban supervivientes?
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Re: [Atlántica] El RMS Colossus

Notapor Sombra » Lun Abr 16, 2012 9:54 pm

La mujer empezó a subir las escaleras sin asegurarse si la joven la seguía o no como si confiase en que la joven la seguiría incluso a las profundidades del infierno.

No, recuerdo muy bien que no quedaba ni un solo bote salvavidas —respondió a la joven con seguridad sin dejar de caminar en ningún momento—. Sin embargo, hay una manera de salir de aquí. Aunque la decisión de aceptar o no esta forma de salir será cosa tuya.

Nanashi llegó a lo alto de las escaleras donde escurrió su empapado vestido con delicadeza mientras escuchaba la segunda pregunta de la joven.

Eso, jovencita, son asuntos de Maestros. No tengo la obligación ni el deber de responderte a eso y el que te contestara no aportaría nada.

La maestra caminó por la parte superior del salón, el agua empezaba a subir a un ritmo verdaderamente alarmante, de las puertas por las que antes entraba una pequeña corriente de agua ahora salían verdaderos torrentes que solo hacían que el barco se hundiera todavía más rápido.

Nanashi, vio el peligro por lo que empezó a andar con paso apurado y abrió la puerta que llevaba a la cubierta de par en par.

El barco estaba muy cerca de ser completamente tragado por el mar y el único bote salvavidas visible estaba ya muy lejos y lleno de personas que no la escucharían por mucho que Fátima pidiese auxilio. La mujer de rubios cabellos se dirigió a una zona del centro del barco bastante amplia en la que no había absolutamente nada.

Bien, existe una única forma para que te saque de aquí en este momento, y es muy simple: Conviértete en mi aprendiz. Entrenarás y vivirás con otros como tú, que han sido elegidos para ser los futuros protectores de la luz que se enfrentarán a las tinieblas que intentan devorarnos.

Sus palabras eran confiadas y serias e incluso siniestras en cierto modo. La conclusión que se podía sacar de lo que acababa de decir era que si no se hacía su aprendiz en aquel mismo momento la dejaría allí abandonada sin posibilidad de sobrevivir.

La maestra se paró y se giró hacia Fátima, un resplandor apareció en su mano haciendo que aquella misma arma que había usado contra los sincorazón rato atrás apareciese en su mano.

Si aceptas, coge esta arma, pero recuerda. No habrá vuelta atrás.
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Re: [Atlántica] El RMS Colossus

Notapor Suzume Mizuno » Lun Abr 16, 2012 10:51 pm

Fátima se quedó de piedra al escuchar que no había más botes salvavidas.

“Entonces, ¿cómo demonios se supone que vamos a escapar? ¿A nado?”

Desde luego si no había otro remedio lo haría, pero teniendo en cuenta lo fría que estaba el agua se preguntó si lograrían llegar a alguno de los botes antes de convertirse en cubitos de hielo.

Imitando el ejemplo de Nanashi, se escurrió el vestido y le preguntó qué se suponía que estaba haciendo en el RMS Colossus. Ante la respuesta de la mujer hizo una mueca de desagrado.

"Asuntos de Maestros, asuntos de Maestros… ¡Si me ha estado soltando todo lo de los sincorazón incluso sin que se lo pidiera! ¿Qué más le da contestarme a esto?”.Pero se apresuró a adoptar una expresión neutra, dándose cuenta de que no le convenía que Nanashi la pescara haciendo caras.

Fue consciente de lo exhausta que estaba cuando tuvo que apretar el paso para que Nanashi no la dejara atrás. Y que la cubierta estuviese inclinada y tuvieran que subir una empinada cuesta no ayudó a que sus piernas, poco acostumbradas al tanto ejercicio en un mismo día, dejaran de temblar. Tuvo que detenerse un momento a recobrar el aliento. Observó el estoque, que todavía llevaba en una mano, y lo dejó caer con una sonrisa de agradecimiento. Cayó hacia atrás, rebotando contra el suelo, y dirigiéndose hacia el interior del salón, que estaba a punto de verse inundado. Fátima se apresuró, conteniendo los jadeos, a subir tras Nanashi, que se movía con la facilidad de quien da un agradable paseo por un parque.

Pensó en lo cerca que había estado de convertirse en un cadáver y se sorprendió de que, a pesar de ello, continuase viva. Cuando se detuvieron, Fátima oteó el horizonte y, al ver el lejano bote salvavidas, se le cayó el alma a los pies. ¡Estando tan cansada no lograría, ni en broma, llegar tan lejos! E imaginó que desde esa distancia no las escucharían aunque gritaran. Nadie volvería a por ellas. Se volvió hacia Nanashi.

¿Cómo se supone que vamos a salir?

Bien − respondió ella −, existe una única forma para que te saque de aquí en este momento, y es muy simple: conviértete en mi aprendiz.

¿Qué? − Fátima se quedó descolocada. Había esperado cualquier cosa. Menos eso.

Entrenarás y vivirás con otros como tú, que han sido elegidos para ser los futuros protectores de la luz que se enfrentarán a las tinieblas que intentan devorarnos.

¿Cómo…?

“A ver, primero me suelta que nada de esto es asunto mío. ¿Y ahora quiere que me haga su aprendiz…? ¡Un momento! ¿¡Está diciendo que si no acepto, me dejará aquí tirada!?”

Abrió la boca, debatiéndose entre la impresión y la indignación, pero Nanashi se le adelantó. En su mano, después de que brillase una luz blanca, apareció la Llave espada.

Si aceptas, coge esta arma. Pero recuerda. No habrá vuelta atrás.

¡Espera! − exclamó Fátima, apretando los puños −. ¡Esto no es justo! ¡Si tan todopoderosa eres, ¿por qué no me llevas al bote?! ¡De alguna manera querrás salir de aquí, ¿no?! ¿Tanto te cuesta dejarme a salvo y marcharte? − las lágrimas amenazaron con asomar a sus ojos, pero las contuvo parpadeando furiosamente −. ¿Es que me vas a dejar aquí después de haberme salvado la vida?

“Además, ¿qué elegida ni qué tontería? A mí no me ha elegido para nada. Solo ha venido, me ha dicho que escoja si... si convertirme en lo que sea o morir. ¿De qué va todo esto?” pensó, desesperada.

No entendía nada. Estaban en medio del mar, en un barco que se hundía por momentos a pesar de que se suponía que era insumergible, el primero de su clase tan resistente y bien construido. Había embarcado con la idea de estudiar, porque no veía ningún futuro a su vida, ni siquiera en la capital del reino, donde solo había conseguido un puesto como ayudante de panadera. Había escuchado que al otro lado del mar había una escuela que aceptaba a gente de cualquier estrato social mientras fueran alumnos capaces, y pensó que podría intentarlo. Mejor que quedarse para siempre amasando pan…

Ella solo había querido una vida mejor. No había pedido ayuda a nadie para conseguirla. Había trabajado como una loca en la panadería para conseguir el dinero suficiente y pagarse el billete, se había marchado sin que sus padres se esforzaran por detenerla, sabiendo que estaban demasiado viejos y cansados para ocuparse de ella. Había cogido el toro por los cuernos y apostado todo su valor para embarcarse, sola, a una tierra extraña.

¿Y no era suficiente con hacerla pasar por ese infierno, sino que ahora esa mujer la ponía entre la espada y la pared, después de haberla ayudado y haberla hecho creer que estaba a salvo, para que tomara un camino sin retorno?

Pero no quiero morir… − susurró, más para sí que para que Nanashi la escuchara. Entrecerró los ojos y la miró con frialdad, más dueña de sí misma −. ¿Si acepto, qué será de mí? ¿Podré volver a ver a mi familia alguna vez? ¿O al menos escribirles para decirles que estoy bien?
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Re: [Atlántica] El RMS Colossus

Notapor Sombra » Mar Abr 17, 2012 11:03 am

Estaría incumpliendo las normas si te llevase al bote. Usar tecnología impropia de este mundo desvelaría a todos los supervivientes la existencia de otros mundos. Ya bastante grave es que hayan aparecido sincorazón en el barco. —contestó con sangre fría.

Escuchó pacientemente las preguntas que había formulado, no se sorprendió por aquellas en particular, en realidad era una pregunta que la mayoría de aprendices con familias normales hacían a los maestros que acababan de encontrarse.

Te convertirías en una guardiana de la luz, te enfrentarías a esas criaturas y viajarías por los demás mundos para mantener el equilibrio. Podrás ver a tu familia y enviarles cartas, aunque supongo que tardarías un poco ya que es necesario que adquieras una poca de experiencia para que puedas viajar por tu cuenta —aseguró con palabras que intentaban ser tranquilizadoras.

La maestra miró al cielo nublado unos segundos, bajó la mirada en dirección a los ojos de Fátima.

Antes de responder "Sí" o "No" has de saber una última cosa. Tenemos tres normas básicas que hay que cumplir, si aceptas has de acatarlas al pie de la letra: Salvaguardar el equilibrio entre la luz y la oscuridad, mantener el secreto sobre la existencia de otros mundos y no interferir en los asuntos de otros mundos si esto no afecta nuestra misión. —explicó las extrañas normas—. Ahora, es hora de que decidas.
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Re: [Atlántica] El RMS Colossus

Notapor Suzume Mizuno » Mar Abr 17, 2012 10:39 pm

“¿Mundos? ¿Otros mundos? Espera, dijo algo así antes…” Fátima tragó saliva e intentó hacer frente a la impactante información que le estaba proporcionando Nanashi. Pero, desde luego, lo que más le afectó fue saber que podría volver a ver a su familia.

Solo entonces pensó con verdadera seriedad en la oferta. No es que tuviera la opción de negarse, y tampoco es que tuvieran demasiado tiempo. Sin embargo, necesitaba hacerse una idea básica, al menos, para saber lo que le esperaba.

Dudaba que pudiera llegar a ser una guerrera. Nunca había sido especialmente fuerte. Y si se había conseguido enfrentar a ese sincorazón fue porque estaba fuera de sí y porque, en comparación con los otros, no parecía tan agresivo. No podía imaginarse luchando contra esos bichos con la serenidad y sangre fría de Nanashi. Y, aun así…

“¿Hay otros mundos? ¿Cuántos? ¿Muy diferentes a este? ¿Y podré viajar por ellos?”

Miró la Llave espada, que se le antojó temible por todo lo que conllevaba el elegir si tocarla o no, y le entró el tembleque en las piernas.

Pero soltó un resoplido y se abofeteó mentalmente.

“Venga ya, Fátima. ¿Eres capaz de marcharte casi con lo puesto de casa y no de aceptar esto para sobrevivir? Y tampoco es que tengas otra salida…”

Abrió y cerró varias veces los puños, sin apartar los ojos de la Llave espada. Le hormigueaba el cuerpo, mezcla de recelo y expectación. Se preguntó si pasaría algo cuando la tocara, si se sentiría distinta, si habría un estallido de luz o cualquier cosa que probara que había dado el primer paso por un camino sin retorno.

Echó un vistazo a Nanashi, que continuaba tendiéndole el arma, tan digna y fría como una estatua de mármol. Tragó saliva. Y dudó una vez más.

“¿Estás segura de que quieres esto? No tienes ni idea de a dónde vas, ni si puedes fiarte de ella. Quizás estás a punto de cometer el mayor error de tu vida…”

Alzó la mano y la detuvo a unos centímetros de distancia de la Llave espada. Escucha su corazón latir, desenfrenado, resonando en sus oídos, cada vez más rápido y más fuerte, hasta que apreció ser el único sonido del mundo.

"¿Estás segura?" se preguntó una última vez.

Entonces, su pulso se normalizó. Fátima sonrió para sí, dueña de sí msima. Desterró las dudas que le quedaban de su cabeza.

Cerró los dedos en torno a la Llave espada y miró con decisión a su nueva maestra.

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Re: [Atlántica] El RMS Colossus

Notapor Sombra » Mié Abr 18, 2012 5:44 pm

La joven cogió la llave espada finalmente, la maestra pareció satisfecha pues una sonrisa apareció en sus finos y rojos labios. La llave espada desapareció de la mano de Fátima volviendo a la mano de su propietaria.

Es hora de partir entonces. A partir de ahora te dirigirás a mí como Maestra Nanashi —ordenó con su suave pero frío tono de voz—. Y antes de partir...

La maestra lanzó una especie de aro de metal con una especie de botón en uno de los laterales a las manos de la joven, parecía poder adaptarse a cualquier parte del cuerpo sin problemas, incluso parecía poder cambiar de forma para usarlo como cinturón, hombrera, collar...

Eso es tu armadura, colocate la placa donde gustes y recuerda; siempre que quieras viajar por el cosmos tendrás que llevarla puesta. Para activarla solamente tienes que presionar el botón —explicó con brevedad. La maestra, para hacer de ejemplo pulsó el botón de su coletero, que tenía un color similar al del metal que acababa de dar a su nueva Aprendiz. Una armadura recubrió su cuerpo totalmente entre unos fuertes destellos de luz—. Invoca tu llave espada, con solo desear que aparezca esta vendrá a tí y haz lo mismo que yo.

La maestra lanzó su llave espada al cielo, donde se transformó en una plataforma que parecía alguna clase de vehículo, la mujer montó en él y se elevó en el aire esperando a que su nueva aprendiza la imitara.

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Último post de Fátima.
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Re: [Atlántica] El RMS Colossus

Notapor Suzume Mizuno » Jue Abr 19, 2012 10:47 pm

Fátima atrapó el metal con torpeza y lo estudió con curiosidad. Al escuchar que se suponía que era una armadura se preguntó, extrañada, si le estaría tomando el pelo. Miró el botón con una ceja arqueada.

“De acuerdo, estoy segura de que las armaduras cubren el cuerpo entero. Estoy completamente segura. ¿En serio cree que es el momento de bromear…?”

Entonces Nanashi pulsó su coletero y una luz la envolvió. Fátima pegó un bote, con un grito ahogado, cuando vio la imponente figura de metal, que no dejaba a la vista ni un solo centímetro de piel. Antes de que pudiera asustarse de verdad, reconoció la voz de la mujer, que la animába a invocar su propia Llave espada. Acto seguido arrojó la suya al cielo y esta se convirtió en… en una cosa que Fátima no supo identificar. Con un grácil salto, como si estuviera evadiendo la gravedad, Nanashi montó sobre esa especie de transporte. Lo movió con suavidad y se elevó unos metros. Notó que los ojos de su nueva maestra la observaban a través del inquietante yelmo.

Insegura, se colocó el trozo de metal sobre la muñeca izquierda y, para su sorpresa, se adaptó a esta sin problemas, envolviéndose a ella y tomando forma de muñequera. Todavía titubeante, lanzó una mirada de reojo a Nanashi, que permanecía inmóvil, esperando, antes de pulsar con suavidad el botón, con los ojos fuertemente cerrados.

Cuando los abrió comprobó que llevaba ese extraño yelmo y que podía ver todo lo que había a su alrededor a través de una visera de cristal oscuro. Alzó las manos y se encontró con que estaban cubiertas por guanteletes y brazales de metal. Un peto encerraba su pecho y sus piernas estaban bien protegidas bajo rodilleras y grebas. Notaba la falda empapada pegada a la piel, y era una sensación un poco desagradable. Pero, al contrario de lo que podría imaginarse, la armadura no era fría. Ni tampoco pesada. Es más, dio un par de pasos, asombrada por su ligereza.

“Y ahora la Llave espada. Muy bien. ¿Cómo demonios se invoca? ¿Solo con desear que…?”

Con un fulgor, una Llave espada, bastante más simple que la de Nanashi, apareció en su mano.

Vaya… − susurró, pasando los dedos por su hoja.

Preocupada por fallar al lanzarla, ¿y si acababa en el mar? ¿entonces qué?, Fátima se esforzó por tirarla lo más recta que pudo hacia lo alto para que, si no se transformaba en lo que fuera que se tenía que transformar, cayese sobre la cubierta.
Pero no hizo falta. La Llave espada se metamorfoseó en un extrañísimo vehículo del mismo tipo de material que la armadura. Tenía dos partes, una inferior y otra superior, más grande y compleja, que gravitaba sobre la otra aun sin tener ninguna unión. Descendió hasta su altura y permaneció, flotando, a la espera de que lo montara. Fátima buscó, emocionada, dónde poner los pies, y dónde agarrarse. Primero se cogió con fuerza a lo que parecía un manillar. Después respiró hondo y se subió. El vehículo ni siquiera se tambaleó bajo su peso.

Notó que se le erizaba el vello de la nuca. ¡Estaba flotando!

“Vale… vale…” por enésima vez en ese día, el pulso se le disparó y pensó, fugazmente, que sería un milagro si al final no sufría un ataque cardíaco. “Oh, Dios. ¿Cómo se maneja esto?”

Intentando encontrar alguna manera de desplazarse, se inclinó con su peso hacia delante y su Llave, que ya no era una llave pero bueno, se movió hacia delante, arrancándole un chillido. Se echó hacia atrás y, en cuanto se hubo tranquilizado, probó a moverse, esta vez hacia la izquierda y, con suavidad, el vehículo obedeció a su voluntad. Tuvo que contener una risa histérica. De pronto comprendió por qué Nanashi no podía aparecer tal cual delante del resto de la gente. ¡Ese aparato era lo más extraño que había visto en su vida!

Entre varios “ay”, “mierda” y “¿cómo se hace esto?”, Fátima creyó aprender lo suficiente para conducir ese monstruito de metal. Aun así, cuando lo hizo ascender un par de metros, se estremeció y mareó.

“¡No mires abajo, que ni se te pase por la cabeza mirar abajo!” se ordenó, temblando de miedo. De pronto le parecía que era un vehículo inseguro, pues no tenía nada con lo que atarse a él por si se caía o resbalaba, y sus dedos se crisparon con tal fuerza en torno al manillar que se le cortó la circulación.

Ay, en vez de ahogarme, voy a morir de una caída. No sé qué es mejor… − gimió, empequeñeciendo por momentos. El valor que había acumulado para tocar la Llave espada de Nanashi se había esfumado.

En toda su vida nunca había escuchado nada acerca de cosas que volasen, excepto las aves. Jamás, jamás, jamás imaginó que podría hacerlo ella. Era tan antinatural que le provocaba arcadas y deseos de saltar a la cubierta, ya tan inclinada que habría caído rodando hasta el agua.

“Pero si me muero aquí…” sacudió la cabeza y se obligó a sonreír, aunque más bien le salió una mueca. “Al menos habré volado... Ay, me voy a matar seguro”.

Se desplazó hacia Nanashi, con los ojos clavados en ella, tercamente decidida a no mirar hacia abajo.

P-por favor, no vaya muy rápido − le suplicó −. ¿Vamos a usar esto muy a menudo?

Echó una ojeada hacia el cielo, que se extendía hacia el horizonte, interminable. Abajo, el barco gemía y se hundía por momento. No podía decir que estuviera aliviada, porque lo único que deseaba era pisar tierra, pero soltó un suspiro al saber que, al menos, había conseguido escapar.

Ese viaje, que tan mal había empezado, y la angustiosa perspectiva de todo lo que le iba a caer de ahora en adelante, tenían constreñido su corazón.

Pero, en el fondo, había algo de ilusión también. Muy escondida en un recóndito lugar de su pecho, pero allí comenzaba a brillar cobrando fuerza. Empezaba a pensar que no estaba soñando. Y que de verdad estaba teniendo una oportunidad de ser algo más. Una oportunidad inesperada, desde luego, y que no habría deseado por nada del mundo. Sin embargo, parecía una señal. Habría muerto, bien ahogada, bien a manos de los sincorazón, si no hubiese sido por Nanashi (aunque le guardaba, y sabía que le guardaría por mucho tiempo, rencor por no haberle dejado otra opción). En cambio, estaba viva. Y a punto de tomar rumbo a otro mundo.

“Me encantaría ver la cara de mis padres si lo supieran" rió internamente.

Se sentía un poquito mejor.

Pero se cuidó de no mirar abajo por nada del mundo.
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Re: [Atlántica] El RMS Colossus

Notapor Sombra » Vie Abr 20, 2012 12:01 pm

La Maestra Nanashi esperó pacientemente sin moverse ni un milímetro a que su nueva aprendiza aprendiese a controlar su Glider por ella misma, en realidad, como cada vehículo era distinto era raro que alguien supiese como controlar cada uno de los vehículos por lo que era algo que los aprendices tenían que aprender por sí mismos.

Normalmente, aquellos aparatos eran bastante intuitivos en cuanto su uso.

Observó cuidadosamente a Fátima por si se caía poder salvarla. Tras unos minutos, la joven empezó a entender todos los movimientos del Glider por lo que logró ponerse a la altura de su maestra. Se le notaba asustada, sin duda aunque era normal ya que en aquel mundo no existían aparatos que pudiesen suspenderse en el aire.

Este vehículo lo usarás cada vez que quieras moverte de un mundo a otro —explicó a sabiendas de que aquello no agradaría a la muchacha.

La maestra Nanashi subió hacia el cielo estrellado seguida por la tambaleante Fátima, que iba cogiéndole el truco por fin al extraño aparato volador.

Su aventura acababa de comenzar.

Spoiler: Mostrar
¡Fin del prólogo!
Ganas 18 PX- Lo has hecho bien, aunque algunos post flojearon un poco. También deberías usar los guiones de otra forma, por lo demás no tengo ni una sola queja ¡Enhorabuena!

¡Subes al nivel 2!
Por lo tanto tienes para repartir 8 puntos de estadística+habilidad o 10 puntos de estadística. Tu elijes.

Consigues:

-Habilidad: Materialización del Arma
-Objetos: Llave Espada-Cadena del reino
Armadura
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