Pero… ¿Por qué quería marcharse Light tan de repente? ¿Por el incidente de antes con el cartero? Aunque no lo quería admitir, su orgullo había quedado tan manchado que no podía soportarlo. Light, el chico que no tenía vergüenza de casi nada, ya había sido intimidado dos veces en un día y quería escapar avergonzado de la villa. La vergüenza y el deseo de escapar de la monótona rutina fueron las llaves que desbloquearon su gran determinación, haciendo salir a flote todo su entusiasmo.
El camino no había sido fácil. Aparte del cartero, había múltiples obstáculos que había tenido que superar. Por ejemplo, múltiples grupos de jóvenes de su edad se encontraban visualizando el famoso juego de la fanfarronería, en el que se tenía que mantener una pelota en el aire a base de sablazos con el arma de Struggle. Éste no era un obstáculo difícil para Light, pues simplemente se tuvo que abrir paso a través del personal.
También estaban transportando unos cuantos sacos al garaje que se encontraba al final de la cuesta. Light podría haber atravesado la vía sin problemas, pero el dueño del garaje parecía en apuros, se encontraba exhausto. Transportar unos sacos tan pesados por toda esa cuesta podía resultar un desafío si uno no estaba muy en forma. Tenía prisa, pero no se lo pensó dos veces, Light perdió un minuto para ayudarle a subir un par de sacos, con toda su energía y vigor, a lo que el dueño del garaje le agradeció profundamente. Light no podía comprender a la gente egoísta. Gente que pasaba por delante del pobre exhausto y que no hacían absolutamente nada para ayudarle. Gente que solo se preocupaba por sus problemas, y no por los de los demás. Y… ¿Acaso el no tenía problemas? ¿Acaso eso era una justificación para dejar a alguien tirado? Para Light no lo era.
Finalmente, había llegado a la deseada estación. Era el punto más alto de la Villa Crepúsculo. Desde allí, podía observarse el crepúsculo en su máxima expresión y la ciudad entera, incluyendo las vías ferroviarias que rodeaban la ciudad. También cabía destacar la gran torre del reloj, que era como la guinda del pastel de la villa, el emblema característico de la ciudad. Desde lo alto de la torre, las vistas eran mucho más increíbles. Un turista observando esas vistas podría asegurar que esa ciudad era la más hermosa que había visto. Para Light, era una ciudad repetitiva; Enfermiza.
Pero era muy extraño. Se supone que un meteorito era algo increíble, y si se hubiera chocado con las vías, debía haber causado una enorme cantidad de destrucción. En cambio, no había ni policías ni cintas de prohibido el paso, solo pequeños grupos de cotillas como él. El chico se sintió bastante defraudado, ya que esperaba algo increíble, aunque también se sentía más tranquilo, ya que parecía que no había heridos ni nada por el estilo. De todas formas Light no estaba satisfecho.
—¿Este es el famoso meteorito? ¿Y si ha sido una simple roca? Espera... ¿Y si el paleto de antes no sabe ni lo que es un meteorito? En fin…—observaba decepcionado el horizonte, a la vez que jugueteaba con las asas de la bolsa del azúcar—. Será mejor que lleve esto a casa y haga mi equipaje, aunque no haya meteorito, yo me voy de aquí.
Y se dirigió hacia el túnel para atajar y llegar antes a su casa, pero algo le llamó la atención. Se trataba de un hombre que salía con prisas de la estación, con unas pintas bastante sospechosas. Era alto, moreno y con barba, y además parecía muy fuerte también. Parecía portar un traje de karate; escarlata y negro con múltiples símbolos. También vestía múltiples equipaciones como protección, tales como guantes y hombreras. Tampoco podía pasar desapercibido su parche rojo.
—¿Un... pirata? —pensó Light observando estupefacto.
El individuo en cuestión escondió rápidamente una bolsa de cuero en su traje y procedió a ocultarse en los túneles hacia los que Light se dirigía, con mucha prisa.
¿Un pirata en Villa Crepúsculo? ¿De donde puede venir? ¿Sabrá algo del meteorito o de lo que fuera? Para Light, no era una persona normal, nunca jamás había visto a nadie con aquellas pintas por la ciudad. Esa hombre podía tener las respuestas que Light estaba buscando en ese momento. El chico se internó en los túneles rápidamente con la intención de seguirle, ya que su intuición le decía que descubriría algo. Así fue como Light pasó del misterio del meteorito al misterio del pirata.
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