[Trama] Más fácil habría sido si fuera un perro

[Kairi]

-Mmm... Sí, recuerdo que Ronin dijo que le gustaban los lugares oscuros y a la sombra.- respondió Kairi. Seguidamente se quedó pensando un rato corto hasta que se le ocurrió un plan para pillar a Mordisquitos.

-Podríamos poner trampas en lugares oscuros, algo así como una jaula con chocolate dentro. Al entrar a cogerlo, la puerta se cerraría, dejando atrapado al ratón. Y no le causaría ningún daño.- dijo entusiasmada. La teoría parecia fácil, pero la práctica... Tendrían que montarlo todo muy bien, sin ningún fallo.

-¿Qué os parece? ¿Cómo haremos la jaula? ¿Y alguien tiene chocolate? A mí se me ha acabado.- dijo con una sonrisa tonta. Esa parte aún no la había pensado. ¿Qué podría servir para hacer la jaula?

Se quedó pensativa, esperando alguna respuesta de Irian o de Mickael.

[ita]

Irian sospesó las opciones. La verdad es que no le apetecía mucho ir por todo el castillo colocando trampas para capturar al ratoncito, pues no tenía mucha fe en que fuese a resultar. El bichito bien podría estar en cualquier parte, el lugar era enorme, suficiente como para no encontrarle nunca.
Pero la opción de ir a buscarle sin nada era aún peor...

Dejó escapar un suspiro.

- ¿Y si los moguris nos quitan las trampas? - preguntó, un poco preocupada; no quería causarles molestias a los moguris, y supuso que, como mínimo, tendrían que ponerlas y, luego, tras capturar a Mordisquitos, recogerlo todo. - Además, este lugar es enorme, no terminaríamos nunca... - prosiguió, un tanto avatida. Pero no se podía rendir; era su primera misión como aprendiz, no estaba bien desistir tan rápido. Además, seguro que si no le encontraban Ronin les castigaría. Y entonces, se le ocurrió una idea. Igual era una tontería pero... - ¿Y si Mordisquitos no se escapó y en verdad lo que Ronin quiere es que perdamos el tiempo buscándolo? - les propuso a sus compañeros.

Siguió pensando en esa línia argumental. ¿Y si iban a la habitación del maestro y miraban, por ellos mismos, si el ratooncito estaba o no? No le gustaba sospechar así de la gente, pero Ronin parecía esa clase de persona que harían algo así. Igual Mordisquitos ni existía; la fotografía podía haberla sacado de cualquier lugar, no sería muy difícil. Pero sus compañeros, Kairi y Mick, ¿pensarían igual que ella?

- De todos modos - agregó - tengo chocolate en mi habitación. Aunque creo que primero deberíamos cerciorarnos de que de verdad ha escapado, para no perder el tiempo. - "y no gastar mi chocolate tontamente" pensó; eran un regalo que su amigo Gray le había hecho y, hasta ahora los había guardado con mucho cariño y esmero (el chocolate y los dulces eran su perdición), así que no tenía muchas ganas de echarlo a perder para atrapar a Mordisquitos. No a menos que realmente ese ratoncín se hubiese escapado y deambulase por el castillo, perdido y a merced de algún hambriento moguri.

[Mickael]

El joven hombre-rata escuchara con atención las deducciones de sus compañeras, que, al seguramente haber estado más tiempo por allí, parecían conocer mucho mejor el lugar. Había visto como buena la idea de la trampa propuesta por Kairi, y ahora se sorprendía con la posibilidad que les ofrecía Irian, ¿y si todo era una pérdida de tiempo? Pero, ¿cómo comprobarlo?, ¿cómo saber que el maestro Ronín -al cual no conocía y por lo tanto no podía saber si era dado a ese tipo de bromas-, realmente les había mentido acerca de su mascota?

-Podríamos... -empezó a proponer, pero volvió a ponerse nervioso en cuanto se dio cuenta de que las dos muchachas le estaban prestando atención-. Po-podríamos pre-preguntar a lo, lo, los mogu... moguris. O a algún ootro ma-maestro -también se le había pasado por la cabeza el hecho de entrar por su cuenta en los aposentos de Ronin en busca de pruebas, pero no le parecía adecuado sin el permiso correspondiente-. Se-seguramente ellos sa-sabrán decir... decirnos.

[Kairi]

Kairi pensó un momento. La idea de que Ronin les estuviera gastando una broma le parecía surrealista, no creía a ningún Maestro capaz de hacer perder el tiempo a los aprendices de esa forma.

-¿Pensáis que un Maestro nos haría perder el tiempo así? De todas formas, preguntémosle a alguien para asegurarnos. Mejor será un Maestro, que los Moguris podrían darse cuenta de que hay un ratón suelto por ahí y se podrían poner a buscarlo para ellos.- dijo.

Aquello le parecía cada vez más enrevesado, las posibilidades de capturar a Mordisquitos parecían alejarse cada vez más. Caminó por el pasillo en busca de algún Maestro, esperando que sus compañeros la siguieran. Se dirigió hacia Mickael mientras.

-Pareces nervioso. Tranquilo, no te vamos a comer.- rió.

[ita]

Kairi parecía poco convencida ante su idea. Pero no le extrañaba, tenía aspecto de ser muy inocente, lo cual resultaba encantador, pero... Ronin parecía esa clase de personas que le gusta gastar esa clase de bromas. Si él tenía que irse a una misión especial y dejarles sin entreno, ¿qué más le daba lo que hicieran? pero, pensó, para evitar que vagueasen, les mandó otra tarea. Pero bien podría ser inventada.

De todos modos, tenían mucho tiempo... Y mejor cerciorarse de que realmente Mordisquitos había huído que a perder el tiempo poniendo trampas.

- No sé, es la primera vez que veo a Ronin... creo - sí, era su primer encuentro con el Maestro, pero... ¿no había oído ese nombre en otro lugar? Tal vez más adelante pensaría en ello, ahora debía ocupar su mente con otras cosas más importantes.

Vio como Kairi se acercaba al otro chico y, para sus adentros, sonrió. La chica parecía ser muy agradable, con su chillón pelo color rosa. Y Mickael parecía realmente asustado y preocupado al mismo tiempo, tan tímido y retraido. No podía tener compañía más interesante.

De tanto en tanto, mientras avanzaba por los pasillos de aquel intrincado castillo, volteba a ver si por alguna esquina encontraban algún moguri, o si a lo lejos aparecía algún maestro, pero nada.

Parecía como si estuviesen los tres aprendices solos.

[Nell]

Finalmente, tras la explosión de ideas, primó la de ir primero a buscar un Maestro que pudiera esclarecerles el asunto de Mordisquitos. Porque, siendo sinceros, ¿qué loco tipo con pinta de pirata tiene un mimoso y achuchable roedor como mascota al que no le pone Come-Alumnos o Gigantosaurio? Y como ninguno conocía lo suficiente al hombre, la posibilidad de que todo fuera una mala broma del tutor, que quizá ni siquiera había preparado el entrenamiento y por eso se había escabullido, comenzaba a tener mucha más lógica que todo lo demás.

Tras dar varias vueltas, localizaron a uno de los pocos adultos del mundo, y uno de los presuntos Maestros. Ninguno le conocía, pero de oídas se acababa localizando a los pocos profesores que había.

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Por si no tuvieran suficiente con la respuesta del Maestro, localizaron en una esquina a un gracioso moguri que levitaba en una esquina, de cara a la pared, como si hubiese sido castigado, muy serio, pero como siempre, terriblemente mono. Al menos, tenían las dos opciones a mano.

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Ita ha dejado el rol, así que continuamos sin ella. La sacaré en el siguiente post, mientras tanto, fingid que Irian os sigue callada.

[Mickael]

Tras dar unas cuantas vueltas por el lugar, los tres jóvenes aprendices localizaron a uno de los maestros. No sabían su nombre, y tenía un porte y una postura que le hacían parecer sin dudas una figura digna de respeto. Mickael estaba decidido a ir a preguntarle sobre el asunto en cuestión, aunque lamentaba tener que molestar a un maestro, quien seguramente tendría sus propios asuntos, por esa nimiedad. Antes de dirigirse a él, observó por el rabillo del ojo otra figura, y con un rápido vistazo localizó a un moguri en una esquina. El pequeño se encontraba de espaldas, cara la pared. Quizás estuviera cumpliendo un pequeño castigo por alguna trastada, y en ese caso quizás era mejor no entrometerse, aunque fuera por una causa justificada, habría quien lo malinterpretara.

Sin saber muy bien que hacer, el joven observó a sus dos compañeras, esperando que ellas tomaran la decisión más acertada para la situación.

[Kairi]

Anduvieron por los pasillos en busca de algún Maestro que les pudiera aclarar el asunto y lo encontraron. Por su indumentaria y madurez, Kairi dedujo que se trataba de un Maestro. Se dirigía a preguntarle cuando vio también en una esquina un Moguri muy mono levitando, mirando a la pared.

A Kairi le daba reparo preguntarle a un Maestro por la mascota de alguien porque éste podría tener asuntos más importantes que atenderles a ellos por algo tan insignificante. Por otro lado, no podía desaprovechar la oportunidad. Pensó que si le decían que se trataba de una misión del Maestro Ronin no tendrían ningún problema. Y el Moguri parecía que se quedaría en esa esquina un largo rato, podrían preguntarle a él luego.

Se dirigió a sus compañeros.

-Preguntémosle a ese Maestro primero. Si le decimos que el Maestro Ronin nos ha encargado una misión, tal vez pueda ayudarnos. Y si su respuesta no es muy clara, le podremos preguntar a ese Moguri de la esquina.- propuso.

Dicho esto, se dirigió al Maestro.

-Perdone, ¿sabe si el Maestro Ronin tiene un ratón de mascota que se haya escapado? Es que nos ha encargado que lo busquemos.- preguntó con timidez.

[Nell]

El Maestro se sobresaltó al oír la pregunta de Kairi, como si no se hubiese percatado de la presencia de los aprendices. Hasta ese momento, había estado pegado a la pared, mirando el vacío, como si esperara algo o, simplemente, se hubiese quedado fijo mirando a las musarañas.

—¿Q-Q-Qué-é-é? —exclamó. Los ojos le dieron vueltas por un momento al ver el llamativo color de pelo de Kairi—. Eh, ah, ¿Mordisquitos? Sí, u-una vez me-e lo e-enseñó. Me-e mordió un de-dedo —recuperada la impresión general, habló con más tranquilidad y sin tanto tartamudeo—. Siempre tiene hambre. Seguramente andará buscando algo de comer. Eh, sí, y, ah, sí, sí, necesito ayuda… Si puede venir un momento… A Ronin no le importará… —señaló a Irian.

Se marchó rápidamente, abandonando su puesto y visiblemente incómodo con la conversación con los aprendices, y llevándose a su compañera. Se quedaron, al final, ellos dos solos. Sin embargo, en su lugar, el moguri que hasta entonces había estado de cara a la pared se acercó a los chicos.

—¿Es verdad que buscáis al ratón, kupó? —les preguntó.

[Kairi]

Kairi se sorprendió de la forma de responder del Maestro. Con esos balbuceos no parecía un Maestro, pero se extrañó aún más cuando dijo que se tenía que llevar a Irian. A lo mejor el Maestro tenía una misión especial para ella, o algo así. En cualquier caso, eso significaba tener una compañera menos y por lo tanto, una posibilidad menos de encontrar a Mordisquitos. Tambien le apenaba porque parecía una chica agradable y podrían haber sido amigas.

Al menos habían obtenido información y sabían que Mordisquitos existía y que no era una broma de Ronin. Ya iba a dirigirse al Moguri para preguntarle, pero éste fue más rápido.

-¿Es verdad que buscáis al ratón, kupó?
-Sí, estamos buscando a Mordisquitos, la mascota de Ronin. Tenemos la misión de encontrarle. ¿Sabes dónde está?- le preguntó al Moguri.

[Mickael]

La reacción del maestro sorprendió al joven hombre-rata. ¿Cómo podía alguien de su estatus mostrarse tan nervioso al tratar con unos meros aprendices? Aunque creía que un maestro debería mostrarse siempre fuerte y decidido, secretamente aquel comportamiento le hizo sentirse más capacitado para adquirir el puesto. Ya no tenía que preocuparse de que su timidez fuera un impedimento para ello, pero si la solucionaba, mejor.

Aunque quizás fuera más extraña la repentina necesidad del maestro por llevarse a Irian, ¿para qué la necesitaría? No tenía sentido preguntárselo, ahora que ya sabían que Mordisquitos existía de verdad, debían concentrarse en su misión.

Justo cuando se disponían a reanudarla un moguri se acercó hacía ellos, interesándose por lo que hacían. Kairi respondió raudamente, intentando sonsacarle información al ser, mientras Mickael observaba la situación, esperando que la información que se les brindara fuera útil y les sirviera para poner fin a aquella extraña misión.

[Nell]

Nada más confirmar sus sospechas, el moguri puso cara de angustia y terror. Y casi empezó a lloriquear allí en medio, con su pompón alicaído y sus alitas agitándose temblorosamente.

—¡Es un ratón malo, kupó! ¡Me hizo daño y eso que yo ni siquiera me había percatado de su presencia, kupopopó! —definitivamente, le cayó una lagrimilla por uno de esos ojillos cerrados—. ¡Mirad!

Levantó un dedo. Había una pequeña herida reciente del mordisco de una dentadura en miniatura que desentonaba con el níveo pelaje del moguri. A pesar de todo, parecía causarle mucho dolor. O bien exageraba demasiado, que era lo más probable.

—¡Me mordió, kupó! Estaba tranquilamente paseando por los jardines cuando… ¡se abalanzó sobre mí! Y me hizo pupita, kupó —le acercó el dedo un poco más a Kairi—. ¿Me le das un besito, kupó?

Lo hiciera la muchacha o no, tenían una nueva pista. El moguri aseguró que el ataque había sucedido hacía menos de quince minutos, tiempo que había dedicado en salir huyendo, lavarse la herida y practicar caras de víctima antes de presentarse ante Mog, el líder moguri de Tierra de Partida. Por lo tanto, quizá el ratoncillo siguiera por ahí.

Llegaron al lugar indicado en cuestión de minutos. Los Jardines estaban vacíos. Por suerte, no había ningún aprendiz entrenando, ni tampoco por los alrededores, aunque eso significaba que tampoco podían pedir ayuda. En cualquier caso, con sólo echar una ojeada al suelo, a la hierba, se dieron cuenta de que sería imposible localizar al escurridizo roedor a base de vistazos.

Tendrían que idear una forma de localizarle y, para después, capturarle. ¿Qué había dicho Ronin sobre Mordisquitos…?

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[Kairi]

Después de curarle la herida al Moguri con un besito, cosa que le hizo gracia a Kairi, llegaron a los jardines de Tierra de Partida. Por suerte no había nadie allí en ese momento, pero los jardines eran demasiado grandes para un ratoncito tan pequeño. Kairi recordó lo que dijo Ronin: le gustaba el chocolate y los lugares oscuros y a la sombra.

Como se habían llevado a Irian, que podría haberles suministrado chocolate, les sería más dificil atraer a Mordisquitos. Lo unico que se le ocurió a Kairi en ese momento es en buscar en los lugares oscuros y en cuanto lo vieran, atraparlo.

- Mickael, ¿eres rápido?- le preguntó al chico con una risa nerviosa. - Lo pregunto porque he pensado que podríamos mirar en los lugares oscuros, como debajo de los bancos, en las esquinas y tal y en cuanto veamos a Mordisquitos, perseguirlo e intentar atraparlo. Si se te ocurre alguna otra forma de capturarlo, dilo.- sonrió.

[Mickael]

Finalmente el moguri resultó ser de ayuda, revelándoles el lugar en el que podrían encontrar al pequeño roedor, así como haciéndoles saber que este presentaba una conducta un poco violenta, lo que complicaría las cosas. Los dos aprendices pusieron rápidamente rumbo hacia los jardines de Tierra de Partida, donde presumiblemente encontrarían a su objetivo.

Pronto se dieron cuenta de la dificultad que supondría encontrar al pequeñajo en aquel amplio espacio, así que Kairi le propuso a su compañero una táctica basada en la velocidad de este.

Bu-bueno, si, si que soy rápido -admitió-.Pe-pero, no creo que, que pueda atraparlo así como así. Se-seguramen-mente se revuelva y me ataque, o sea mu-mucho más escurridizo de lo que creemos.Se-sería mucho más fácil si pudieramos prepararle algún tipo de trampa -comentó, aun a sabiendas de que el roedor podía escapárseles en cualquier momento si perdían demasiado tiempo ideando un plan en vez de actuar.

[Nell]

Mientras los jóvenes discutían la estrategia a seguir, un espontáneo muy útil entró en escena. Un moguri, diferente al anterior, que paseaba por los Jardines, cerca de ellos, y revoloteaba felizmente, escaqueándose seguramente de algún trabajo pendiente. Se sentó en el banco de Tierra de Partida y, tras un rato descansando, empezó a comportarse de manera extraña. Se bajó de él e inspeccionó lo que había debajo. Metió la mano y…

—¡Kupopopopooooooooooo! —exclamó, llevándose el dedo a la boca. Luego, salió disparado hacia el castillo, seguramente en busca de auxilio médico.

Al parecer, se había cobrado otra víctima más. Y Kairi había acertado con el lugar en el que se ocultaba. Ahora, sólo faltaba una manera de capturarlo, antes de que se marchase a otro sitio…