[Trama] Algo útil, para variar

[Roxas!!]

Se acercaba ya la hora acordada. Estaba muy tranquilo. No tenía prisa alguna para llegar al gimnasio, estaba seguro de que mis 'compañeros' llegarían tarde. Lo deduje solamente con verles por la mañana. No tuvimos tiempo de conocernos demasiado, puesto que cada uno nos fuimos a hacer nuestras cosas. Realmente, no conocía a nadie. Sólo a una chica con la que tuve el placer de pasar un agradable encuentro, pero al final ella se fue.

Después de haberme pasado casi toda la mañana ensayando con la guitarra, me decidí salir. Faltaba un cuarto de hora para las cinco. Aún sin tener prisa, no me gustaba llegar tarde a los sitios, así que tuve que hacer una pequeña carrerita por todo el castillo.

Llegué a las cinco en punto. Me sorprendí, porque ya habían llegado dos de los cuatro que estábamos convocados.

—Pues parece que no soy el primero. —comenté mientras daba un vistazo rápido por toda la sala.

—Estate quietecito mientras los demás aparecen —dijo un niño que estaba sentado sobre unas colchonetas. Al parecer era el Maestro Akio, al que se le había visto poco desde que llegué.

—Como usted ordene.

[Nell]

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No voy a esperar más a pokeexp, ni tampoco en los siguientes turnos si la cosa sigue así.

El Maestro Akio fingió un prolongado bostezo al escuchar a Naxid e ignoró deliberadamente al chico que se acababa de despertar detrás suya, al otro lado de las colchonetas. Siguió esperando hasta la llegada del tercer integrante del grupo. Sólo entonces habló.

—Como imaginaba, me han tocado los peores. Siempre igual. Uno con pinta de idiota, otro que me lo acaba de confirmar —se giró un momento hacia giro, interrumpiendo su monólogo—, y que espero que no sobara la carta por el pobre Moguri que os dejó la dedicatoria —volvió a dirigirse a todos—, y, por último, un tipo que debe de haber aprendido a sumar.

Se levantó de las colchonetas y observó de mal humor a sus aprendices. Todos le superaban en estatura, por lo que se hacía bastante raro que semejante mequetrefe se les estuviera con semejante osadía, o simple descaro. Si habían escuchado hablar de él a otros aprendices, sabrían que aquella era una actitud totalmente normal en él. Nadie sabía nunca qué pensaba, ni por qué era tan desagradable. Sólo que, con el tiempo, se aprendía a aguantarle.

—No vamos a esperar al último retrasado —anunció—. Comenzaremos el entrenamiento supervisado sin él. Veréis, hasta ahora, habéis estado practicando sin ton ni son los principios básicos de la Llave Espada y la magia, supongo. Pero si os dejásemos progresar así, sin más, hasta los sincorazón se reirían de vosotros cuando hicieseis el ridículo en una batalla normal. Por eso es necesario que alguien os eche un vistazo de vez en cuando. Tenemos una reputación que mantener, al fin y al cabo.

Puso los ojos en blanco, como si tampoco se acabase de creer lo que decía.

—Antes de empezar, quiero saber qué habéis hecho hasta ahora. Qué sabéis y qué estáis entrenando. Lo que pensáis que hacéis bien, en definitiva, aunque seguramente no sea así.

[Naxid]

Por fin habían llegado a la sala de entrenamiento el resto de compañeros de Naxid, el joven observó que faltaba uno de ellos, tampoco le importaba mucho, sólo quería que acabara ya el día y volver a su habitación.

—Como imaginaba, me han tocado los peores. Siempre igual. Uno con pinta de idiota, otro que me lo acaba de confirmar y que espero que no sobara la carta por el pobre Moguri que os dejó la dedicatoria, y, por último, un tipo que debe de haber aprendido a sumar.

Naxid se preguntó a quien se refería Akio con cada "bonita" frase que salía por su boca. ¿Sería él el idiota? ¿El otro idiota? ¿O el que acababa de aprender a sumar? Fuera el que fuere, todos eran idiotas para Akio.

—No vamos a esperar al último retrasado —anunció—. Comenzaremos el entrenamiento supervisado sin él. Veréis, hasta ahora, habéis estado practicando sin ton ni son los principios básicos de la Llave Espada y la magia, supongo. Pero si os dejásemos progresar así, sin más, hasta los sincorazón se reirían de vosotros cuando hicieseis el ridículo en una batalla normal. Por eso es necesario que alguien os eche un vistazo de vez en cuando. Tenemos una reputación que mantener, al fin y al cabo.

Al parecer a Akio tampoco le importaba mucho que faltara un miembro. Naxid escucho la palabra "sincorazón" que dijo el pequeño. Había oído hablar de ellos, sabía que estaban en Ciudad de Paso y mucha gente en Tierra de Partida los había mencionado. También escuchó que Akio hablaba sobre la reputación. Naxid pensaba que todo eso eran bobadas.

—Antes de empezar, quiero saber qué habéis hecho hasta ahora. Qué sabéis y qué estáis entrenando. Lo que pensáis que hacéis bien, en definitiva, aunque seguramente no sea así.

El joven Naxid decidió hablar el primero:

—Pues... Sinceramente no he entrenado mucho. Hice una misión de esas del Gremio con un chaval de por aquí. Pero... Sinceramente, no se desenvolverme en combate, ni sé nada sobre magia. Apenas he hablado con mi maestra Rebecca, así que... Necesito bastante ayuda —sonrió antes de añadir—. Bueno, para eso estoy aquí —miró a sus compañeros—. Mejor dicho... Estamos.

[RedXIII]

—Como imaginaba, me han tocado los peores. Siempre igual. Uno con pinta de idiota, otro que me lo acaba de confirmar y que espero que no sobara la carta por el pobre Moguri que os dejó la dedicatoria, y, por último, un tipo que debe de haber aprendido a sumar.

Hiro sabia perfectamente que le acababa de llamar idiota, le pareció muy prepotente su comportamiento y mas siendo un niño al que apenas conocía.

-Madre mía- Susurro levemente para que no le oyera y aun le llamara algo peor o le tirara algo a la cabeza.

—No vamos a esperar al último retrasado —anunció—. Comenzaremos el entrenamiento supervisado sin él. Veréis, hasta ahora, habéis estado practicando sin ton ni son los principios básicos de la Llave Espada y la magia, supongo. Pero si os dejásemos progresar así, sin más, hasta los sincorazón se reirían de vosotros cuando hicieseis el ridículo en una batalla normal. Por eso es necesario que alguien os eche un vistazo de vez en cuando. Tenemos una reputación que mantener, al fin y al cabo.

-¿Llave espada, pero eso se come?- Pregunto aun medio dormido, pero al cavo de dos segundos se dio cuenta de que era algo absurdo, las Llaves espada no se pueden comer, les faltan mayonesa, así que cerro la boca y espero que su comentario pasara desapercibido como paso.

Los sincorazónes eran unas criaturas con las cuales Hiro ya tuvo un encuentro hace tiempo, la cicatriz de su ojo era la muestra, con lo cual la idea de verlos no le hacia mucha gracia, de todos modos noto que faltaba un miembro, era aquel chico el cual esta mañana le había causado una pésima impresión por el desvió del apretón de manos, no le importo lo mas mínimo que se presentara, no lo conocía de nada.

—Antes de empezar, quiero saber qué habéis hecho hasta ahora. Qué sabéis y qué estáis entrenando. Lo que pensáis que hacéis bien, en definitiva, aunque seguramente no sea así.

Hiro vio que Naxid estaba respondiendo a su pregunta, solo se le ocurrió que dedicarle esta frase a su "querido" amigo pequeño.

-El bosque seria muy triste, si solo cantaran los pájaros que mejor lo hacen. De todos modos, ya que preguntas tan amablemente...- Añadió con tono sarcástico -Pues supongo que las artes marciales se pueden incluir en esto, ademas de haber practicado un poco con el hechizo Electro, pero vamos, poca cosa.- en voz baja añadió una frase la cual esperaba que no se oyera -Ademas de quemar uno o dos arboles del jardín-

Acto seguido se levanto y se sentó sobre las colchonetas, cruzando las piernas, esperando una respuesta o algo.

[Roxas!!]

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Siento no postear a tiempo o tardar un poco, pero estos últimos días estoy de exámenes y entre eso y otras cosas hay días que no me encuentro con ánimos de postear, pido disculpas, de verdad.

—Como imaginaba, me han tocado los peores. Siempre igual. Uno con pinta de idiota, otro que me lo acaba de confirmar y que espero que no sobara la carta por el pobre Moguri que os dejó la dedicatoria, y, por último, un tipo que debe de haber aprendido a sumar.

Aquel niño parecía tener muy mal carácter. ¿Cómo podía haber llegado semejante chaval a ser maestro de la Llave Espada? No debería tener muchos amigos. No tenía por qué insultarnos. Aunque sinceramente, a mí me gustaba su manera de hablar.

—Hmpf. Imbécil. —susurré.

—No vamos a esperar al último retrasado —anunció—. Comenzaremos el entrenamiento supervisado sin él. Veréis, hasta ahora, habéis estado practicando sin ton ni son los principios básicos de la Llave Espada y la magia, supongo. Pero si os dejásemos progresar así, sin más, hasta los sincorazón se reirían de vosotros cuando hicieseis el ridículo en una batalla normal. Por eso es necesario que alguien os eche un vistazo de vez en cuando. Tenemos una reputación que mantener, al fin y al cabo.

Los sincorazón. Mis antiguos vecinos. Ya me dieron bastantes problemas en su día, ahora era mi turno de devolvérselas todas, se acabó lo de huir de ellos.

—Antes de empezar, quiero saber qué habéis hecho hasta ahora. Qué sabéis y qué estáis entrenando. Lo que pensáis que hacéis bien, en definitiva, aunque seguramente no sea así.

Mis compañeros se me adelantaron y contestaron antes que mí, al perecer ellos también eran unos 'novatos'.

Me dirigí hacia una de las paredes del gimansio y me respaldé en ella, cabizbajo.

—No he practicado apenas nada desde que llegué. Tuve un par de batallas con los sincorazón en el mundo en el que estaba antes de venir aquí. Velocidad, reflejos, resistencia y habilidades que tengan el elemento oscuridad. Esas son las cosas que más me gustaría trabajar. —contesté a la pregunta que formuló el maestro mientras me miraba la mano y cerraba el puño.

[Nell]

A ninguno de los aprendices le había agradado Akio. Y no era de extrañar. Menudo maleducado y prepotente que estaba hecho. Desde antes de abrir la boca, seguramente ya los había infravalorado. Recuperar un status adecuado frente al Maestro no iba a ser sencillo, y no lo conseguirían ni con palabras ni con insultos, los cuales el niño ignoró aquellos que captó, sino con acciones. Sin embargo, no lo conocían lo suficiente como para saber ese preciso dato.

El Maestro no dejó escapar ninguno de sus comentarios referentes a la pregunta que había formulado. Y, por lo tanto, se dirigió en primer lugar a Naxid.

—¿Rebecca? Entonces hay que empezar con lo más básico contigo. ¿Sabes sujetar la Llave Espada? ¿Distinguir el mango del filo? —enarcó una ceja, como si lo dudara—. Quizá un caso así sea mejor dejárselo directamente a Lyn. Una semana con ella de entrenamiento intensivo y parecerá que has librado miles de batallas. Aunque las heridas y cicatrices también pueden influir en ese aspecto.

El siguiente turno fue de Hiro. En su caso, resopló, casi indignado, aunque no hizo alusión alguna al plato preferido que pudiera cocinarse con Llaves Espada.

—En el bosque sólo cantan los pájaros que mejor lo hacen. Se llama selección natural. Y cruza los dedos porque no canten los sincorazón, que seguramente tengan una voz espantosa —comentó—. Todo sea por el aprendizaje. Con que no quemes mi habitación, como si comienzas a practicar en las duchas —y parecía decirlo en serio. Otra actitud negativa que añadir a la lista.

Por último, le tocó a Xictrov. Puede que ya se le estuviese acabando el repertorio de expresiones bordes, o que quizá no encontraba nada adecuado con que atacar al muchacho. En cualquier caso, salió bastante mejor parado que sus compañeros.

—Así que oscuridad, ¿eh? Es la manera más fácil de entregar tu corazón en bandeja si no sabes dominarla. Nunca recomiendo a nadie que la utilice para ser fuerte, porque hay otras maneras más efectivas de lograrlo. Pero haz lo que quieras. Es tu corazón, no el mío.

Akio suspiró, poniendo los brazos en jarras. Aquella discusión, finalmente, había llegado a su fin. Ya era hora, de una vez, de ponerse a trabajar. Sin embargo, el joven Maestro parecía resistirse al entrenamiento.

—Bueno, al menos esta vez no ha intentado impresionarme nadie con una épica batalla contra mil sincorazón Invisible. Parecéis todos bastante piltrafillas, que ya es mucho pedir —dejó caer, sin inmutarse—. Qué aburrido es ser Maestro. Todos los días entrenando gente que no sabes si regresará a la mañana siguiente —agitó la cabeza, con descontento—. Siempre me dan las peores tareas. Y la de hoy es que eso no suceda con vosotros. Para lograrlo os voy a proponer un ejercicio que hasta un niño de cuatro años sería capaz de realizar.

Se marchó un momento al cuartito que había adyacente al gimnasio, donde se almacenaban más materiales. Regresó con un taco de folios blancos bajo el brazo y una caja que contenía lápices de todos los colores. Los depositó sobre las colchonetas, al lado de Hiro.

—Me da igual que se os dé bien pintar o no. No admito quejas de ese tipo —advirtió— La primera tarea es sencilla. Coged una hoja y dibujad en ella a alguien que odiéis, alguien de quien os gustaría vengaros o que, simplemente, no os importaría que desapareciera. Si sois demasiado blanditos como para valorar así a nadie, podéis considerar a los sincorazón, o visualizar al monstruo que se esconde bajo vuestra cama. Pero rapidito, que no tengo todo el día.

Añadió un último apunte, puede que bastante necesario:

—Y no seáis tan poco originales como para retratarme a mí, que de esos dibujitos ya tengo muchos —en realidad, no tenía ninguno, pero eso era algo que los aprendices no necesitaban saber.

[Naxid]

Naxid comenzó a asimilar todo lo que estaba diciendo el pequeño.

—¿Rebecca? Entonces hay que empezar con lo más básico contigo. ¿Sabes sujetar la Llave Espada? ¿Distinguir el mango del filo? Quizá un caso así sea mejor dejárselo directamente a Lyn. Una semana con ella de entrenamiento intensivo y parecerá que has librado miles de batallas. Aunque las heridas y cicatrices también pueden influir en ese aspecto.

Naxid se preguntó a si mismo si realmente era capaz de sujetar correctamente la Llaves Espada, distinguir el mango de la empuñadura sabía, pero, ¿controlarla bien? No lo había hecho nunca, sólo la usó el día que Rebecca se la dio y ni siquiera peleó con ella. Por otro lado, había oído hablar de Lyn, pero no la conocía, quizá lo mejor sería entrenar con ella, como decía Akio.

Luego, el pequeño comenzó a hablar con el resto, a Naxid no le importaba mucho, así que no prestó mucha atención. Luego, escuchó que Akio se quejaba de ser Maestro y comentaba algo de unos Invisibles. Tampoco le prestó mucha atención, después, observó que el niño salía de la sala y volvía con un montón de folios y lápices para colorear.

—Me da igual que se os dé bien pintar o no. No admito quejas de ese tipo —advirtió— La primera tarea es sencilla. Coged una hoja y dibujad en ella a alguien que odiéis, alguien de quien os gustaría vengaros o que, simplemente, no os importaría que desapareciera. Si sois demasiado blanditos como para valorar así a nadie, podéis considerar a los sincorazón, o visualizar al monstruo que se esconde bajo vuestra cama. Pero rapidito, que no tengo todo el día.

"Genial, a dibujar." pensó irónicamente Naxid. Lo primero que pensó fue en pintar a aquel endemoniado niño.

—Y no seáis tan poco originales como para retratarme a mí, que de esos dibujitos ya tengo muchos

Fenomenal, le habían quitado la idea a Naxid. Tuvo que pensarlo detenidamente, no observó qué hacían sus compañeros, él cogió uno de esos folios y algunos lápices, comenzó a dibujar, lo tenía muy claro. Tras unos minutos dibujando, observó su creación, se levantó y se la dio al Akio.

El dibujo mostraba a un hombre alto, no se le veía la cara, Naxid lo había dibujado así adrede. En la mano, el hombre llevaba un cuchillo ensangrentado, y detrás podían apreciarse tres cuerpos tendidos en el suelo.

—Este... —respiró hondo antes de continuar.— Este es el hombre que asesinó a mis padres y a mi hermana, no pude verle la cara, de ahí que se así el dibujo, pero... Esta es la persona a la que más odio en este mundo.

[RedXIII]

Hiro vio que Akio no tardo en hacer alusiones sobre su compañero, así que pensó que seguramente el siguiente seria el o su otro compañero, algo que no le agradaba demasiado al verdad.

—En el bosque sólo cantan los pájaros que mejor lo hacen. Se llama selección natural. Y cruza los dedos porque no canten los sincorazón, que seguramente tengan una voz espantosa —comentó—. Todo sea por el aprendizaje. Con que no quemes mi habitación, como si comienzas a practicar en las duchas —y parecía decirlo en serio. Algo que Hiro, la verdad, no le dio mucha importancia, si quería quemar su habitación solo necesitaba aprender Piro, y no Electro.

De pronto se dio cuenta que el siguiente al que se dirigió Akio era a Xrictov, escucho atentamente su conversación, "Es la manera más fácil de entregar tu corazón en bandeja si no sabes dominarla" ¿Entregar su corazón, a que se refería? Verdaderamente para estar adiestrándonos nos habían limitado muchísimo la información, pero lo único que creía entender es que el ser afín a la luz le aportaría, tal vez, u punto positivo en la imagen que le daba a Akio, aunque quien sabe con su carácter, de todos modos seguía pensando en lo de la oscuridad, si un corazón que albergase oscuridad podía sucumbir en las tinieblas, entonces un corazón puro no, Hiro no quería caer en la oscuridad de ninguna forma, así que se planteo la posibilidad de que su corazón fuera totalmente puro, no sabia como, pero ya lo descubriría, prefería no hacerle ninguna pregunta a Akio por si acaso.

Mientras pensaba no se dio cuenta de que Akio había desaparecido, por suerte no tardo lo suficiente como para que Hiro abriera la boca preguntando donde se había metido, a su vuelta Hiro pudo percibir un olor plástico y otro de madera, al parecer había traído utensilios de dibujo, los cuales dejo a su lado, en las colchonetas.

—Me da igual que se os dé bien pintar o no. No admito quejas de ese tipo —advirtió— La primera tarea es sencilla. Coged una hoja y dibujad en ella a alguien que odiéis, alguien de quien os gustaría vengaros o que, simplemente, no os importaría que desapareciera. Si sois demasiado blanditos como para valorar así a nadie, podéis considerar a los sincorazón, o visualizar al monstruo que se esconde bajo vuestra cama. Pero rapidito, que no tengo todo el día.

-¿En serio?- Menciono cuando vio todo aquello, no le pegaba para anda a Akio, o al menos creía así.

Añadió un último apunte, puede que bastante necesario:

—Y no seáis tan poco originales como para retratarme a mí, que de esos dibujitos ya tengo muchos —

-¿Quieres originalidad?- Dijo Hiro sarcásticamente mientras cogió un lápiz, plastidecors y una hoja y, a gran velocidad, hizo un dibujo que luego mostró a Akio.

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-Mira, he dibujado un árbol y un perrito- Le explico mientras señalaba aquellas extrañas figuras que apenas se sabían que eran. La reacción de Akio no parecía ser muy agradable, la mirada fulminante que le lanzo casi parecia que le atravesaba por la mitad.

-E... Esta bien, dibujare otro- Apenas pudo mantener el habla correcta de lo traumatizado que había quedado por aquella mirada.

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-Este es el tio que sale en mis pesadillas, sale con una especie de espada de color gris y roja e intenta matarme ¿Contento?- Le respondió mientras le enseño el otro dibujo que había hecho, no mucho mejor que el anterior, la verdad.

[Roxas!!]

Akio comenzó a dar un discurso a cada uno de nosotros. El chico no parecía estar muy contento con los alumnos que le habían tocado. Primero fue el turno de mis dos compañeros, así que no presté mucha atención, luego me tocó a mí.

—Así que oscuridad, ¿eh? Es la manera más fácil de entregar tu corazón en bandeja si no sabes dominarla. Nunca recomiendo a nadie que la utilice para ser fuerte, porque hay otras maneras más efectivas de lograrlo. Pero haz lo que quieras. Es tu corazón, no el mío.

—Exacto. —constesté. Yo ya había tenido la oportunidad de enfrentarme a ella más de una vez. Sabía lo que la oscuridad podía llegar a hacer. ¿Que por qué había optado por ese camino? La verdad... ni yo mismo lo sabía. Simplemente era lo que había elegido, nada más. Estaba seguro de que si trabajaba duro y tenía un corazón fuerte podía llegar a controlarla. ¿Por qué se le tenía tanto miedo? La oscuridad coexiste con la luz, no puede haber una sin otra.

Seguidamente Akio soltó un monólogo de lo duro que era ser maestro.

—Si tan poco te gusta, retírate. —pronuncié en voz baja para que no me oyera.

Akio se dirigió al almacén del gimnasio, y volvió con folios y lápices.

—Me da igual que se os dé bien pintar o no. No admito quejas de ese tipo —advirtió— La primera tarea es sencilla. Coged una hoja y dibujad en ella a alguien que odiéis, alguien de quien os gustaría vengaros o que, simplemente, no os importaría que desapareciera. Si sois demasiado blanditos como para valorar así a nadie, podéis considerar a los sincorazón, o visualizar al monstruo que se esconde bajo vuestra cama. Pero rapidito, que no tengo todo el día.

Algo que nadie sabía era que mientras estuve en el Mundo Inexistente, además de la guitarra, aprendí a dibujar. Estaba orgulloso de ello, aunque no se lo dijera a nadie.

Algo de lo que me gustaría vengarme... lo tenía claro. Sin pensarlo dos veces, cogí una hoja, un par de lápices, y me puse a dibujar sin decir palabra.

—¿Le vale esto a su señoría? —le mostré a Akio el dibujo que había hecho. Era la plaza del rascacielos del mundo Inexistente, infestada de sincorazones Sombra y Neosombra.

[Nell]

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Red, no puedes saber cuál será la reacción de alguien que no sea tu personaje-

A pesar de que Hiro había esperado que Akio se molestase, en realidad el muchacho parecía no importarle demasiado lo que le dibujasen. Apenas echó un par de vistazos a cada una de sus obras, comentando la primera de Hiro:

—¿Por qué no te quedas mejor ésta? No sabía que odiaras los árboles, pero eso quizá me haga pensar que no fuese un accidente ese par que quemaste —se alejó de ellos, mientras hablaba—. Acabemos cuanto antes para que cada uno pueda invertir su tiempo en tareas más productivas.

Akio se dirigió hacia los sacos de boxeo. Les hizo una seña para que se acercasen y los señaló, a fin de que empezaran a imaginarse de qué trataría el entrenamiento. Luego, se fue de nuevo a la salita de los materiales y trajo consigo tres espadas de madera, de juguete, prácticamente. Le lanzó, al aire, uno a cada uno, esperando que lo cogieran al vuelo.

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—Pegad los dibujos en aquel que elijáis —les instruyó—. Tienen un adhesivo para que se peguen. Luego, demostradme qué sabéis hacer en una lucha. Y no os preocupéis por los sacos, no se romperán por mucha fuerza que hagáis.

De nuevo, no, no parecía ser una especie de broma. ¿Un entrenamiento usando dibujitos para motivar al aprendiz? ¡Ridículo! Y mucho menos uno en el que no se utilizasen espadas de verdad. O Akio era demasiado infantil, o no había planeado nada mejor.

Sin embargo, en cuanto golpearon por primera vez el saco de boxeo, se dieron cuenta de que estaba demasiado duro. No parecía relleno de lo habitual…

[RedXIII]

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Un desliz, lo siento XD.

Hiro alargo la mano y con bastante torpeza consiguió coger la espada sin que se cayera al suelo.

-Uf, de que poco- se dijo a si mismo mientras caminaba a aquellos sacos que comento la maestra -¿Estos son los sacos de entrenamiento? Nunca había visto uno antes, parecen mas duros que los que salen por televisión- Comparo aquellos extraños sacos con los que solía ver en la tele, era algo nuevo, eso de entrenar con sacos, nunca lo había probado, y menos con una espada de madera ¿No se podría partir si la golpeaba con fuerza? No parecían excesivamente resistentes.

Haciendo caso a Akio pego el dibujo, una lastima, le había quedado muy bien, cogió con fuerza la espada y golpeó el saco con fuerza, desgraciadamente se había confiado y no se había dado cuenta de que era más duro de lo que esperaba, casi se hizo daño en las manos de lo fuerte que le dio -¡¿Que coño?!- Exclamó con fuerza.

-¿En serio? Podrías haber avisado- Comento Hiro con cara de desconfianza hacia Akio, parecía estar relleno de algo muy duro, no parecía que fuera hacer demasiado bien golpearlo, al menos para sus manos, y menos con una espada de madera, si casi parecía un milagro que dicha espada siguiera entera.

[Nell]

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Debido a que esta Trama merece acabar ya, he decidido establecer una fecha límite a los turnos, fecha en la que postearé esté quien esté. Al tercer turno de desaparecer, expulsión del tema (y ya hablaremos de PX).

Venga, chicos, que nos acercamos al final, y con un poco de suerte, ni haremos tres turnos, y para eso tenemos que poner todos de nuestra parte. Así pues… ajo y agua xD Voy a ser MUY restrictiva, para intentar finiquitar antes del 24 (los turnos serán cada tres días).

Fecha límite: 16 de junio, sábado.

Akio enarcó una ceja ante la pregunta de Hiro, aunque dejó escapar una media sonrisilla que le delató enseguida. Probablemente, contaba con aquella sorpresa y por eso se lo había callado. No obstante, enseguida dio una buena excusa:

—No te quejes. Los sincorazón no avisarán si sus armaduras son más fuertes que vuestras llaves. Hace unos días, precisamente, encontré uno con un escudo gigante imposible de atravesar —comentó Akio—. Y de todas formas, si fuera un saco de boxeo normal, seguramente tendríamos que reponerlo cada dos días.

Tuvieron que continuar “entrenando”, golpeando aquel duro saco y destrozando un tanto más sus preciados dibujos (más bien arrugándolos, porque cortar, cortar, lo que se dice mucho, no hacía aquella espada de madera), hasta que finalmente el Maestro pareció contento con los resultados y les paró de nuevo.

—Bien, parecéis más avispados de lo normal. Al menos sabéis golpear decentemente —dejó caer, señalando los papeles. Los sacos, por otro lado, estaban intactos—. Tomáoslo como un cumplido. Por alguna razón, la gente no suele hacerlo cuando viene de mí —y se encogió panchamente de hombros, como si no lo entendiera—. El siguiente paso es aún más sencillo. Dadme las espadas.

Recogió las armas que les había entregado momentos antes y las lanzó, sin mirarlas nuevamente, a un lado. Luego, se cruzó de brazos.

—En esta ocasión, quiero que utilicéis vuestras propias llaves. Y que destruyáis esos dibujos —ordenó.

Con la Llave Espada, sin embargo, el resultado no sería diferente. Los sacos seguían siendo demasiado duros. Sin embargo, en un par de golpes, y blandiendo debidamente el arma, podrían ver cómo el papel iba fracturándose, a partir de pequeñas rajas, poco a poco…

[RedXIII]

—En esta ocasión, quiero que utilicéis vuestras propias llaves. Y que destruyáis esos dibujos —ordenó a el y a sus compañeros.

Hiro estaba algo nervioso, no sabia bien como decirle lo que le pasaba.

-Esto...- Intento decir tímidamente, ya que seguramente para ellos seria algo absurdo y desternillante -No se invocar la llave espada- dijo vagamente mientras intentaba disimular sus nervios -Lyn, mi maestra, en cuanto vio que la porte una vez me llevo aquí, pero nunca me enseño a sacar la llave espada, de hecho tampoco se invocar la armadura- Le explico a Akio algo molesto, ya que no se habían dignado a enseñarle lo mas básico, ya fuera por prisa o por ser algo demasiado obvio, pero era la verdad, Hiro aun no sabia invocar ninguna de las dos.

-Pero puedo usar mi revolver, en una misión me fue bien para luchar contra abejas, bueno, bien bien no, decentemente- Intentaba que la ausencia de la llave espada no fuera un tema demasiado remarcado, no le gustaba la posibilidad de que se rieran de el por ello, era algo que no podría soportar, o al menos eso tenia en mente.

[Roxas!!]

Al parecer lo había hecho mejor de lo que el maestro esperaba en la prueba. Pero aquello era una tarea demasiado fácil, ¿golpear sacos con un dibujo? Aunque el relleno fuese más duro de lo normal, me estaba aburriendo un poco.

El maestro procedió a recoger las espadas de madera.

—En esta ocasión, quiero que utilicéis vuestras propias llaves. Y que destruyáis esos dibujos —ordenó.

Algo de diversión. Ya era hora de divertirse y esforzarse un poco. Creía tener ventaja sobre los otros dos, puesto que yo ya tuve una pelea antes de venir. Sabía cómo invocar mi llave espada y mi armadura, a diferencia de mi compañero.

Allá vamos. —pronuncié. Invoqué mi llave espada con habilidad, y rápidamente me puse a golpear el dibujo con todo lo que tenía. La diferencia con la espada de madera era enorme. Ahora los golpes eran más eficaces, y podía comenzar a ver cómo se resquebrajaba en dibujo. Golpe tras golpe, una raja y luego otra. Pero aquel duro saco no parecía ceder... ¿De qué narices estaba hecho?

[Nell]

Para sorpresa, quizá, de los aprendices, Akio no dijo nada. Por el contrario, extendió un brazo y convocó su propia Llave Espada, mirando fijamente a Hiro.

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—¿Recuerdas la primera vez que la invocaste? —preguntó—. Cuando te trajeron aquí. Tienes que recordar esa sensación. Una vez lo tengas, nunca más se te escapará. La armadura es lo de menos, puedes aprender otro día, pero hoy usamos llaves, no pistolas.

El entrenamiento siguió sin percances. Los jóvenes enseguida tuvieron una hoja echa girones entre el saco y el suelo. El saco seguía intacto, por supuesto, pero al menos, la orden del Maestro estaba cumplida. Maestro, por cierto, que no parecía muy convencido con el resultado. Negó con la cabeza, como si estuviese decepcionado.

—Parece que ninguno os habéis parado a pensar en la razón de este entrenamiento, ¿eh? —comentó—. Aparte de, por supuesto, mostrarme vuestras dotes artísticas. Podemos hacerlo ahora, si queréis. Bien, decidme. ¿Creéis que se me ha ido la pinza y que os he mandado el primer ejercicio que se me ha ocurrido, o que quizá hay algún motivo por el que me he molestado en daros clase?

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Red, no sé si lo sabes o es cosa de tu personaje, pero por si acaso, aviso xD Puedes invocar la llave espada con la habilidad Materialización del Arma que obtuviste en tu Prólogo.

Chicos, dependiendo de lo que ocurra, quizá este sea vuestro último post, sino penúltimo. Fecha límite: 20 de julio, miércoles.