[Tierra de Partida] Búsqueda implacable

[A Nerd Girl]

¿Demasiado joven? ¿Quién se cree...? Se dió cuenta que los 15 años que ella tenía no eran edad para novios, aunque ella quería uno... Dejó de lado el tema del novio. Pasando a la conversación, ¿ En verdad llega tarde esa mujer? En verdad ella nunca tuvo problemas de hora, por que no quedaba con nadie especialmente, y de paso siempre que podía trasnochaba, aunque quizás eso le causaba sueño por el día...

Sacó de nuevo el papel tras una búsqueda interminable... Acto seguido lo mostró. Dibujo de los tres, ¿ Esa era ella? Aunque, al menos no quedó como el dúo que tenía al lado...A Zeix, le plantaron una interrogación en la cara...A Ueki, le pusieron un pelo de palmera...

Rió un poco, estaba de verdad para un chiste...El hombre decía que era a las 8:30...¿ Que desastre de hombre? Si, se le pasó por la cabeza...Se podía ver un poco,¡que eran a las 9:30!

-Señor Simon, creo que pone las 9:30...queda una hora para que llegue.-

Corrigió el fallo de la hora...¿ Entonces no llegaba tarde? Lo siguiente que le dijo, ¿ No usaba llave-espada? ¿Como iba a entrenar? Ni idea...bueno, era algo.

[Tsuna]

Inmediatamente después de expresar mi opinión respecto a lo que estaba viendo, Ueki habló en voz alta, algo molesto pero emocionado:

—Sí... ¿Cómo es que estas aquí? ¡Tengo ganas de comenzar lo que sea que debamos hacer!

Ante nuestra oleada de comentarios defensivos, ese tal Simon suspiró, acto por el que deduje que no se trataba de un simple gracioso que se dedicaba a ridiculizar a los nuevos aprendices, y señaló a Mei, confesando que era muy joven para tener pareja. Acto seguido me señaló a mí, por un momento me imaginé la de cosas que diría, pero no fue para tanto, la verdad.

-Segundo, ¡Zeix! Puedes usar algo que te distinga, como un sombrero. ¿Qué tal, chico promedio?

Y prosiguió con Ueki. En ese momento mostré un cierto rostro interrogante, me crucé de brazos y reflexioné sobre lo que acababa de decir, ¿algo llamativo? Por mi cabezita se me pasaba una gran idea, tendría que ir a la biblioteca para ello, quizá con un libro que tratara sobre la magia, que de hecho me parecía fascinante, o algún sombrero que hiciera juego con mi aspecto mostrara algo más de carisma, pero lamentablemente ese no era el momento para pensarlo. Me esforcé un poco por mostrar una expresión algo... seria, que se notara que atendía al nuevo personaje, no me hubiera gustado que me tomaran por irrespetuoso o algo similar por no prestarle atención.
Antes de que me diera cuenta Simon volvió a ahogar su mano en aquel ¿vertedero? que llevaba encima.

-¡Oh, por favor, si lo acabo de meter! Oh, no, esperad... sí, aquí está.

Tras pocos segundos, que ciertamente me parecieron un poco molestos, en parte por la idea de ver a aquel hombre tan desorganizado, logró sacar a la luz una curiosa nota, me fijé que la misma estaba manchada o sucia. Simon la abrió para que pudiéramos observarla, y tanto yo como mis otros dos compañeros nos aproximamos.
En un primer momento me pareció bastante rara, sobre todo porque me habían puesto un signo de interrogación en la cabeza. También me molestó que confundiera el color de mi colgante. El intentar deducir lo que había bajo la mancha de café me impidió mirar la expresión de mis compañeros ante esto y Simon volvió a guardar el papel en aquel agujero negro, sí, agujero negro era la definición perfecta. Mostré una cierta sonrisa por esa idea absurda que se me pasó por la cabeza.

-En fin, que voy a ayudaros con vuestro entrenamiento. ¿Cómo? No sé. Pero dejadme advertiros de una cosa: yo no uso una Llave-Espada

¿Era incapaz de usar una Llave-Espada? ¿Cómo entonces iban a dejarle vagar por estas tierras? Le dirigí la palabra en voz baja, pero...

-¿Cómo qué no...?

... mi compañera Mei me interrumpió. No se habría dado cuenta de que iba a hablar, de todos modos no me importó en absoluto, ya que tenía bastante razón en lo que dijo.

-Señor Simon, creo que pone las 9:30...queda una hora para que llegue.

Perfecto, se presentó el momento ideal para criticarle su mala organización, que me molestaba seriamente. Me coloqué las manos sobre la cadera.

-Para ser comerciante, ¿no deberías ser algo más organizado hombre?

Dije esto último con un ligero tono de decepción. Si realmente ayudaba a Tierra de Partida con provisiones, debía ser algo más responsable, y lo decía por experiencia.

-En mi villa conocí a muchos parecidos, y esa clase de gente es la que se aprovecha de la buena fe de los demás para no dar golpe.

Supuse que era la maestra Rebecca quien le encargó el venir, porque el mismo dijo que no sabía como entrenarnos. No me molesté en pensar sobre ello.

[Ueki_168]

La osadía descarada de aquel hombre me desquiciaba. Una vez oyó todos nuestros comentarios, volvió a examinarnos a todos -sigo diciendo, de una manera que no me hacía ni pizca de gracia-. Regañó a Yang diciendo que era muy joven para tener novio, aunque ella podría tener novio cuando quisiese. Recomendó a Zeix que usara algo que le distinguiese... no se supone es que la personalidad de alguien lo que le hace destacar entre los demás. Y a mi, no me dijo nada, afortunado de él, porque sin pensarlo le hubiera contestado -conteniéndome, por supuesto, no debía ser agresivo en mi primer día.

Con un desorden que lo único que hacia era ensuciar más su imagen -literalmente- sacó el mismo papel de antes, del cual destacaba una gran mancha de véte-tu-a-saber-qué que tapaba unas letras. Desvié la mirada al ver que todos nosotros estábamos caricaturizados más arriba en el papel. No pude evitar sonreír al ver mi dibujo; era ridículo. De los demás también destacó algo: de Zeix, su "poca personalidad" y de Yang su estatura y su pelo largo.

—Allí, ¿veis? Bajo la mancha de café. Pone que nos veamos aquí a las... a las 8:30, ¿verdad? -guardó el papel y dijo- En fin, que voy a ayudaros con vuestro entrenamiento. ¿Cómo? No sé. Pero dejadme advertiros de una cosa: yo no uso una Llave-Espada. -dijo Simon desvelando que no podía usar la Llave-Espada, a lo que Zeix contestó.

-¿Cómo qué no...? -pero fue interrumpido por Yang.

-Señor Simon, creo que pone las 9:30...queda una hora para que llegue. -la verdad es que yo no sabía ni que hora ponía, ni qué hora era.

Entonces Zeix dijo algo que me volvió a sonsacar una sonrisa maliciosa:

-Para ser comerciante, ¿no deberías ser algo más organizado hombre? -a lo que continuó añadiendo- En mi villa conocí a muchos parecidos, y esa clase de gente es la que se aprovecha de la buena fe de los demás para no dar golpe.

Aquello seguro que debió afectar a Simon en lo más profundo de su desorganizado y maleducado corazón. Después de que Zeix terminara de hablar, yo dije:

-Entoces... -dije cruzando los brazos y arqueando una ceja- Si no sabes como entrenarnos y ni siquiera tienes una Llave-Espada, ¿que haces aquí?

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Con motivo de viaje de fin de curso, me voy a ausentar durante una semana, ya esta avisado en Despedidas.

[Zee]

—Señor Simon, creo que pone las 9:30...queda una hora para que llegue.

Simon abrió los ojos en señal de sorpresa. Tras dejar salir un incomprensivo "¿Eh?", volvió a sacar el papel de su bolsillo y tras desenrollarlo y alisarlo con las manos, lo volvió a examinar. En la luz, en la oscuridad, a contraluz, con gafas, sin gafas, palpando los trazos con los dedos, intentando rascar el café para que se cayera...

—Para ser comerciante, ¿no deberías ser algo más organizado hombre? —expresó Zeix, mientras Simon continuaba observando la nota con atención —. En mi villa conocí a muchos parecidos, y esa clase de gente es la que se aprovecha de la buena fe de los demás para no dar golpe.

Simon dejó salir una carcajada.

—Sí, supongo que debería ser más organizado... —confesó, entre risas—. Es lo que Rebecca siempre me dice, ¿sabéis? Y seguro que la Maestra Nanashi debe haberlo pensado más de una vez, también... Pero adivinad... la chica Kemu tiene razón, esto es un jodido nueve...

Lo que pasó después dejó asombrados a los Aprendices. Simon susurró unas palabras en voz baja y el papel que llevaba en sus manos estalló en llamas. Como si aquello fuese cosa de todos los días, Simon contempló con tranquilidad cómo su obra de arte se consumía; y cuando se convirtió totalmente en ceniza, dejó que se la llevara el viento.

—Que mis bolsillos sean un desastre no significan que mi tienda en Ciudad de Paso y mi cargamento lo sean también. Siempre traigo lo verdaderamente importante conmigo, después de todo. No sería buena idea olvidarme las cosas en el cenicero.

—Entonces... —intervino Ueki, una vez más sin ocultar el enfado en su voz—. Si no sabes como entrenarnos y ni siquiera tienes una Llave-Espada, ¿que haces aquí?

Simon le miró con desdén, no con la amabilidad con la que había conversado con Mei y Zeix después de que estos se lo habían ganado al aguantar su poco agradable humor y haberle dicho lo que realmente pensaban. Ueki, por otro lado, no parecía haberse ganado ningún punto de afecto por parte del comerciante, algo evidenciado por las palabras que inmediatamente dijo:

—Ya está, niño palmera. Estás en la jodida lista negra. Que no tenga una Llave-Espada no me hace incapaz de protegerme a mí mismo y ayudar a los Maestros de vez en cuando, al contrario... —Simon se acercó a él sin dudar y lo fulminó con la mirada desde detrás del cristal de sus gafas— ...que tú. Mírate, teniendo una de las armas más poderosas del universo siendo... bueno, tú. Espero que Yami haya tenido una muy buena razón para elegirte o lo vas a pasar muy mal por aquí. Especialmente si ando cerca. Ahora, si no quieres necesitar un jodido calzador para sacarte tu maldita Llave del culo, más te vale que te quedes callado hasta que llegue la Maestra.

Simon metió su mano en otro bolsillo. Tras rebuscar en ellos, sacó dos pequeños objetos que los Aprendices no pudieron ver... por lo menos hasta que le lanzó uno a Zeix y otro a Mei, esperando que lo atraparan en el aire. Dos dulces envueltos en líneas de rosa y blanco.

—Chicle de fresa, mi preferido —explicó—. Masticad un poco. Es bueno tener algo de azúcar en la sangre antes de entrenar. Ahora, ¿algo que quieran saber o hacer antes de que llegue Rebecca?

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Pues eso, que Ueki ahora se quedará calladito mientras meta-Ueki anda de viaje. Continuemos.

[A Nerd Girl]

Tenía razón, pero lo que le sorprendió fue que el papel ardió.

Observó como Ueki era regañado puso como nota mental ''Nunca cabrear a Simon''.
Simon le lanzó un envoltorio relleno de un dulce 'chicle de fresa' ¿ Qué era eso? Estaba claro que eso era lo que le influyó a la joven a preguntarle que era un chicle. -Perdone...¿Qué es un chicle?- Preguntó algo tímida.

En verdad nunca había comido alguno. Ni sabía que existían. Estaba algo asustada si eso le cabrea también. Aunque Zeix también tenía un chicle. Estaba avergonzada, esos chicos vivían en otros mundos y estaban acostumbrados en Tierra de Partida, pero...Mei nunca había visto tantos dulces y avances. Aunque para ser genio de la mecánica era un avance muy grande para ella. Y muy dificil de asimilar.

[Tsuna]

Me sorprendió bastante la respuesta de Simon ante mi pequeña, y puede que inesperada, oleada de críticas. Yo estaba acostumbrado a los trabajos de mi villa, y la gente desorganizada no solía hacerlo bien o simplemente vagaban por las calles, mientras que por ejemplo, una ancianita tenía que liquidar a las molestas abejas de su solar, ellos se dedicaban a no hacer nada. Esa clase de gente me caía rematadamente mal y por mucho que intentara ser quien no soy en ocasiones, no tuve más remedio que reprocharle. Su respuesta fue totalmente inesperada.

—Que mis bolsillos sean un desastre no significan que mi tienda en Ciudad de Paso y mi cargamento lo sean también. Siempre traigo lo verdaderamente importante conmigo, después de todo. No sería buena idea olvidarme las cosas en el cenicero.

Su respuesta me inspiró algo de confianza, en un primer momento. Decidí respetarle hasta cierto punto, parecía alguien decente a pesar de su revoltoso aspecto. Segundos después, Ueki quiso añadir a mis reproches su opinión, criticándole su nula experiencia con la Llave-Espada, pude notar en su voz cierto tono de molestia. Para mayores sorpresas, no me esperé la reacción de Simon ante este último comentario.

—Ya está, niño palmera. Estás en la jodida lista negra. Que no tenga una Llave-Espada no me hace incapaz de protegerme a mí mismo y ayudar a los Maestros de vez en cuando, al contrario... que tú. Mírate, teniendo una de las armas más poderosas del universo siendo... bueno, tú. Espero que Yami haya tenido una muy buena razón para elegirte o lo vas a pasar muy mal por aquí. Especialmente si ando cerca. Ahora, si no quieres necesitar un jodido calzador para sacarte tu maldita Llave del culo, más te vale que te quedes callado hasta que llegue la Maestra.

No pude evitar el mostrar un rostro impactado o afectado ante esto, el vocabulario que empleó rompió todos los esquemas que me había hecho de él anteriormente, en cierto modo le llegué a temer, permanecí inmóvil en el sitio, observando.

—Chicle de fresa, mi preferido. Masticad un poco. Es bueno tener algo de azúcar en la sangre antes de entrenar. Ahora, ¿algo que quieran saber o hacer antes de que llegue Rebecca?

Simon nos lanzó unos pequeños objetos o utensilios, cuyo envoltorio era color rosa. Chicle de fresa, su favorito, ¿eh?
Por un instante dudé si abrirlo y comerlo, pero Mei entró nuevamente en escena. La miré con cierta mirada de asombro ante lo que había visto, manteniendo por supuesto, el chicle entre mis dos manos, aun suspendidas en el aire ante mi pecho.

-Perdone...¿Qué es un chicle?

¡¿De verdad no sabía lo que era un chicle?! Imaginé que si no lo sabía tendría sus razones, que la verdad, no me interesaban. Decidí rasgar el envoltorio sin mediar palabra y comerlo, imaginé que con una demostración sabría que sería. Como se suele decir, una imagen vale más que mil palabras. Acto seguido, en un intento de masticar el chicle, bastante duro por cierto, me dirigí a mis compañeros en general, dejando una duda en el aire.

-Está bueno pero, ¿qué haremos hasta que llegue la maestra? Y como curiosidad... -Dije con cierto tono pesimista- ... creo que a mí si me hace falta algo de azúcar, soy bastante endeble a la hora de hacer pruebas físicas, voy avisando.

Seguramente decepcionaría a más de uno en un entrenamiento físico. Preferí avisar antes de demostrar que era un endeble sin remedio, aunque el comentario me dejara mal sabor de boca. No me gustaba hablar sobre mí.

[Zee]

—El chicle es una golosina, Yang. Se mastica y se saborea, pero no se traga —explicó Simon. No parecía ni enfadado ni sorprendido, como si estuviese acostumbrado a que Aprendices desconocieran objetos impropios a su mundo—. Y si te aburres, siempre puedes... —de sus labios brotó una pequeña bomba de color rosada, la cual se aseguró de hacer tronar mientras la reventaba.

Mientras la Maestra llegaba, Simon decidió que, como al fin y al cabo iban a entrenar, los Aprendices mostraran sus habilidades mágicas o de combate entre ellos. Era más una exposición que un duelo, pues ninguno de ellos sacó su Llave-Espada en ningún momento. El comerciante les ayudó dándoles algunos consejos, como cómo mantener una posición correcta en un doble-salto o cómo utilizar las afinidades y debilidades del oponente a su favor. Excluyendo sus conocimientos (sin duda extensos para alguien que ni siquiera era un Aprendiz), no mostró ninguna de sus habilidades, aunque por la manera que se había deshecho del dibujo, los Aprendices podían deducir que, por lo menos, algo de magia sabía.

—¡Simon! ¡Estáis aquí temprano! —llamó de pronto una voz femenina desde la entrada del castillo. De tanto jugar con hechizos y otras cosas, a los Aprendices se les había ido poco más de media hora volando. Y ahora, llegando más que puntual, su cita se hallaba cruzando la puerta, tremendamente sorprendida y con Llave-Espada en mano.

Aquella Maestra era bastante joven, aunque no tanto como Lyn (¡ni hablar de Akio!). Tenía una larga cabellera de color oscuro, completamente lisa, que cubría medio rostro y uno de sus ojos color violeta. Llevaba lo que parecía un atuendo escolar, aunque de mangas largas y con medias, incluso con el calor que hacía. Cuando se acercó, sin embargo, los Aprendices descubrieron que aquella chica no cubría su cuerpo por nada: cicatrices recorrían el lado derecho de su cuerpo; cicatrices de quemaduras.

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—Umm... —balbuceó la chica cuando llegó a la altura de los Aprendices y les vio allí, acompañados por Simon y dispuestos a entrenar. Apartando siempre la mirada, declaró, dudando cada dos o tres palabras, con una voz bastante suave—: Soy... Yo soy la Maestra Rebecca y... soy quien los ha convocado para... el entrenamiento. Esto... por lo que veo ya habéis... entrenado magia y combate, así que... umm... ¿por qué no conocimientos?

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Happy, Zeix, podéis decidir si queréis describir qué hicieron vuestros personajes en esa media hora; o también podéis, como yo, simplemente resumirlo y darlo por hecho. De cualquier manera, en el próximo post empezará el entrenamiento, así que nada de saltos temporales n.n

[A Nerd Girl]

Simon fue muy amable al decirle lo que era, se lo metió en la boca y masticó de manera que evitase tragarselo. Era dulce y tenía un sabor muy refrescante. Miró algo asustada cuando explotaba el globo de chicle. Era algo pegajoso pero se masticaba bien.

Simón decidió en practicar algo. No sacó la llave-espada para nada. La ayudó con el doble-salto y con la magia. Era un buen tutor. ¿Por qué no tiene llave-espada? Podría incluso a ser Maestro con lo que sabía. Era una gran duda. ¿Por qué no? Estaba algo inmersa en ese planteamiento que se le había ocurrido.

Sonó una voz, una voz femenina que al girarse Mei, vió que esa debía ser Rebecca. Llave-espada en mano, joven aunque algo mayor que Lyn, pelo oscuro. Se acercó. La camisa era larga, ¿Con este calor? Bueno, Mei llevaba un quipao y una falda larga que incluso daba el aspecto que sufiría más las altas temperaturas. Pero...Al verla de cerca, estaba llena de cicatrices.

-Umm... -Dijo algo pensativa.- Soy... Yo soy la Maestra Rebecca y... soy quien los ha convocado para... el entrenamiento. Esto... por lo que veo ya habéis... entrenado magia y combate, así que... umm... ¿por qué no conocimientos?-

¡¿Qué presentación es esa?! Ya le tomaba por rarita. Estaba algo aturdida. Pero sería de buena educación seguirle el rollo.-Encantada, yo soy Mei, aunque creo que ya lo sabrás- Esperaba que Zeix prosigiese y que él se encargase de que no metiera la pata y cabrease a Simon o a Rebecca.

[Tsuna]

Durante la media hora, que por cierto se me pasó volando, en la que Simon nos mostró conceptos básicos sobre las posiciones adecuadas para cada situación, así como de usar las afinidades y debilidades de nuestros oponentes a nuestro favor, pude apreciar sus extensos conocimientos, que la verdad, a estas alturas ya no me extrañaba nada de él. Les mostré las dos únicas habilidades que hasta el momento desconocía, Hielo y Electro (sin herir a nadie ni destrozar nada, por supuesto), tuve en cuenta sus consejos sobre como puede afectar la magia a nuestros oponentes.
Instantes después, una jovencita llegó al lugar. Principalmente me fijé en su Llave-Espada, me agradó bastante, quizá fuera por el color morado, uno de mis favoritos. La chica se acercó y nos dirigió la palabra.

-Umm... Soy... Yo soy la Maestra Rebecca y... soy quien los ha convocado para... el entrenamiento. Esto... por lo que veo ya habéis... entrenado magia y combate, así que... umm... ¿por qué no conocimientos?

Mei, sin dudarlo un instante se presentó, la escuché atentamente.

Encantada, yo soy Mei, aunque creo que ya lo sabrás

La maestra me pareció un poco tímida, no supe describirlo bien. Lanzando un último vistazo, aprecié que cubría su lado derecho del cuerpo, tenía algunas quemaduras. Me preocupó un poco, pero tenía que presentarme, no era cuestión de hacer esperar a nadie.

Oh, yo soy Zeix, un placer. Podemos empezar cuanto antes, estamos listos.

[Zee]

—Bien, umm... "Mei", si prefieres que te llame así... —repitió la Maestra, señalando a la chica con el dedo, como si quisiera recordar su nombre. Luego repitió lo mismo con los otros dos Aprendices—: Zeix... Y Ueki... [/b]—aunque al ver que éste último no decía nada, miró a Simon con una mirada acusadora y murmuró—: ¿Qué hiciste esta vez? Son mis Aprendices; deja de amenazarlos.

Simon apartó la mirada y bufó. Luego Rebecca le hizo una señal, apuntando a los muchachos con las manos abiertas y haciendo una expresión que parecía decir "¿Y bueno, qué estás esperando?". El comerciante alzó una ceja, sin comprender. Resignándose, la Maestra pidió en voz alta:

—Simon, los acertijos...

—¡Oh! ¿Son para ellos? —inquirió éste, sorprendido. Cuando Rebecca asintió, el joven se apresuró a meter la mano en otro de sus bolsillos internos. Esta vez no tuvo dificultad alguna en encontrar lo que buscaba, como si realmente lo hubiera recordado esta vez, por lo que no tardó más que unos instantes en darle unas tarjetas de papel a la chica, quien tras echarles una breve ojeada, le agradeció por su trabajo.

—¡Excelente! —la Maestra de pronto recordó que los Aprendices seguían allí. Cuando se giró hacia ellos para darles sus instrucciones, sus mejillas se tornaron rosadas y tuvo que apartar la mirada antes de decir—: Umm... veréis... Simon y yo hemos... hecho algunos acertijos que.... que... están relacionados a vuestro entrenamiento como... ummm... Aprendices.

—Básicamente es el viejo juego de seguir las pistas, por lo que entiendo —intervino Simon—. Resolver un acertijo os llevará a otro y tal...

—Si me traéis lo que se encuentra al final... aprobaréis la práctica, por lo que... erm... espero que hayáis estudiado... ¡Pero no os preocupéis, no es tan difícil! Umm... seguro que lo haréis bien... La cooperación está permitida, también... Así podréis... aumentar vuestros conocimientos...

Después de terminar aquellas palabras, Rebecca agachó la cabeza y, pasándole la primer tarjeta a Simon, murmuró "Por favor...". El joven asintió con la cabeza y después de prepararse con un carraspeo, leyó:

—Murmuros de un futuro desconocido, o retazos de un pasado perdido. Ventana al alma y al corazón, que un cuento para dormir te contará.

Rebecca dejó salir una suave risita, algo infantil, cubriéndose educadamente los labios.

—Intentamos hacerlos rimar, pero después de horas sin éxito, terminamos por rendirnos... ¡Oh! Y Aprendices... Simon, umm, puede ayudaros con pistas si lo necesitáis, pero... las pistas tienen un costo..... Suerte...

[A Nerd Girl]

Simon, era algo patoso. Al menos su entrenamiento iba a ser como buscar y encontrar. Acertijos, estaba algo ilusionada. Esperaba que fuesen algo fáciles... Escuchó las dinámica del entrenamiento: Traer lo que se encuentra al final. Se podía cooperar así que esperaba que Zeix o Ueki aceptasen la propuesta de aliarse para encontrarlo antes.

Simon lo dictó de manera que ella entendiese bien. 'Murmuros de un futuro desconocido, o retazos de un pasado perdido. Ventana al alma y al corazón, que un cuento para dormir te contará.'

Pensó sobre las palabras: futuro, pasado, alma, corazón, cuento. Las tomó como clave. ¿Podría ser? Tenia opciones en mente...pero primero saber que decía o deducían los demás. Pero escuchó a Rebecca la condición de la ayuda de Simon..¿un coste?
-Con coste...¿a qué te refieres?-

'Cuento' 'pasado' 'futuro' 'murmuros'...Todo se dirigía a un sitio: La biblioteca. Ella pasaba se pasaba en ocasiones allí, ya sea para estudiar mecánica o para entender conceptos de este mundo. Casi era posible pensar en esa descripción. Cuento sería como un libro, Pasado y Futuro como las historias, Murmuros como los que se escuchan de las personas al hablar dentro de ella.

Ella , si los chicos querían o como si no, se dirigiría a la biblioteca a comprovar su su meditación era cierta,

[Tsuna]

En definitiva, la prueba consistía en resolver acertijos. Tendría que poner toda la carne en el asador, me sentiría profundamente decepcionado si no llegara a resolver ninguno, aunque también era normal, no era más que un aprendiz, pero no era plan de buscar excusas. Simon agarró la tarjeta y comenzó a leer el primer acertijo.

—Murmuros de un futuro desconocido, o retazos de un pasado perdido. Ventana al alma y al corazón, que un cuento para dormir te contará.

Intenté memorizar la frase como pude, repitiéndola constantemente en mi cabeza. A decir verdad, no tenía ni idea de lo que quería decir, intenté buscarle significado pero no hubo manera alguna. Entonces Mei interrumpió mi pensamiento con una pregunta.

-Con coste...¿a qué te refieres?

A mí también me intrigaba saber que clase de coste tendríamos que pagar por la ayuda de Simon. Simplemente me crucé de brazos esperando la respuesta de la maestra, mientras seguía dándole vueltas a la frase, fuera lo que fuera, desconocía totalmente su significado.

[Zee]

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—Con coste... ¿a qué te refieres? —preguntó la Aprendiza Mei, curiosa por la dinámica del juego. A juzgar por la expresión que lucía en su rostro, ya había resuelto el acertijo (aunque si aquella era o no la respuesta correcta, todavía no había manera de saberlo), aunque aparentemente quería avanzar con cautela y saber con certeza cuáles eran las ventajas de recibir la ayuda de Simon y la Maestra Rebecca.

—Para conseguir una pista, tenéis que... umm... pasar una prueba..... si queréis..... —respondió la Maestra, dulce y educadamente, como si hubiese olvidado que ella era la autoridad allí presente. Con la mirada gacha, explicó—:Por ejemplo, si queréis la primer pista... tenéis que golpear un blanco en movimiento, umm... con magia...

—¿Os sentís suertudos hoy? —preguntó Simon, algo burlón y juguetón. Sin duda alguna, parecía que iba a disfrutar del juego—. ¿Tenéis los reflejos y la puntería necesaria? Porque yo lanzo bastante fuerte, en realidad...

Simon tomó un disco de plástico pequeño de algún lugar de su abrigo. Era como uno de aquellos que los niños usaban para jugar, lanzándolo y atrapándolo entre ellos. El comerciante lo lanzó fuertemente en trayectoria de arco, esperando que alguno de los dos fuese capaz de acertarle.

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Si alguien se cree capaz de conseguir la pista, puede intentarlo. Un número al azar del 1 al 10 determinará la Fuerza de Simon y, por lo tanto, la Velocidad del disco. Me guiaré por las estadísticas de Reflejos y/o Puntería para determinar si sois capaces de darle al blanco o no.

Por otro lado, si queréis acabar pronto, recomiendo que os separéis y cada quien busque por su lado, para abarcar más posibilidades (eso no significa que no estéis cooperando, ¿eh?).

[A Nerd Girl]

¿Magia? Acababan de meter la pata la Maestra y Simon. Ella practicaba con Magia. No dijo ninguna en especial...¿Electro, Hielo o piro? Se decantó por la última: Piro. No era muy de su gusto pero tenía gran puntería es especial con esa magia.
Guiñó un ojo a Zeix y a Ueki.

Ella iba a acertar. Meditaba comunmente y de paso tenía gran práctica en magia. Cerró los ojos, pensó la trayectoria de el disco. Iba algo rápido pero al concentrarse el movimiento lo sintó lento. Trazó una trayectoria. Era sin casi desviaciones. Iría justo a tiempo.
-¡Piro!- Exclamó.

Abrió los ojos. No dudaba, tenía que ratificar que su teoría era cierta. Biblioteca, rezaba. Quería saber si estaba en lo correcto.

[Ueki_168]

La imagen que tenía de Simon no hacía más que empeorar, ya que aquel enfado exagerado me mantuvo distante por un buen rato. Aun así no dejé pasar los pequeños consejos que durante media hora fue mostrándonos. No dije ni una palabra mientras los oía hablar. Podía comprender que a mi no me diera chicle... tampoco lo quería.

En aquel momento llegó la maestra Rebecca, una chica joven con ropas largas y calurosas -¿con qué razón?- cuando se acercó me di cuenta de que cubría quemaduras que se encontraban por todo su costado derecho. Se presentó de manera algo "tímida" me aventuraría a decir, pero no dudó en decirnos lo que venía a hacer.

Mis dos compañeros se presentaron, pero yo todavía no estaba en condiciones de hablar con claridad. Y una vez lo hicieron, Rebecca volvió a hablar. Por fin se dio cuenta de la situación en la que estaba y acusó correctamente a Simon, dándole el escarmiento que se merecía -aunque me hubiera gustado que hubiera sido mas dura... el caso es que ya me calmé.

Rebecca pidió a Simon que le diera unos acertijos, los cuales encontró más rápido de lo que estábamos acostumbrados por su desorden. Fue entonces que supimos cual sería nuestro entrenamiento: seguir pistas y resolver acertijos para continuar -¿era eso un juego de niños? pronto descubriría que no- Entonces Rebecca continuó hablando.

—Si me traéis lo que se encuentra al final... aprobaréis la práctica, por lo que... erm... espero que hayáis estudiado... ¡Pero no os preocupéis, no es tan difícil! Umm... seguro que lo haréis bien... La cooperación está permitida, también... Así podréis... aumentar vuestros conocimientos...

Cuando oí aquello no pude evitar exclamar:

-¿¡Estudiar!? -dije con los ojos y la boca abiertos, a lo que continué llevándome una mano a la cabeza y soltando un suspiro- Uf...

Por suerte la cooperación estaba permitida, ya que lo mío precisamente no era lo relacionado con pensar y estudiar. Si los demás se negaban a cooperar, necesitaría pistas, pero estas parecían tener un coste... Antes de que pudiera decir nada, Mei se me avanzó y dijo:

-Con coste...¿a qué te refieres?

Con esto Zeix también se quedó pensativo... debía hacer algo o nos moriríamos de desánimo Así que me dirigí a mis compañeros y dije:

-¡Eh! No debéis preocuparos -dije sonriendo y con los brazos extendidos como diciendo "¿y vuestros ánimos?" Nosotros solos somos absolutamente capaces de hacer esto, o acaso lo dudáis...