[Espacio Profundo] Dead Space

[EspeYuna]

El Soldado no pudo soportar el poder de Aguacero atravesando su ser, por lo que dejó de poner resistencia y se esfumó, liberándose un corazón que ascendió y desapareció a través del techo de la nave.

Busqué al Soldado restante, viendo como otro corazón seguía al que yo había liberado, lo que significaba que Fyk acabó con otro de ellos.

El último parecía debilitado, por lo que fui a por él para usar la misma estrategia que con el anterior, con cuidado de no tocar nada de la nave. Sin embargo, antes de poder llevar a cabo mi plan, observé atemorizada como los cañones del pasillo apuntaban contra el Sincorazón. Y yo estaba demasiado cerca.

Al ver brillar el interior de estos, y sabiendo que no podría escapar, cerré los ojos con fuerza y me defendí con mi arma, temiéndome lo peor. Los cañonazos retumbaron en mis oídos, pero no llegué a sentir dolor alguno.

Abrí los ojos. Aquella defensa tan inteligente de la nave había cargado contra el Sincorazón, haciéndolo desaparecer, flotando el último corazón liberado. Tan cerca mía, apenas unos centímetros, y los cañones no me habían hecho un mínimo rasguño. Miré a Fyk, bastante sorprendida.

—A-así que e-esto es el poder de... ¿Cerebrum? —le dije a Fyk, riendo de forma nerviosa—. Es... increíble.

Antes de poder añadir algo más, un sonido se escuchó al final del pasillo. Como una especie de cristal que se hacía mil añicos: la barrera había caído, por lo que podíamos salir de Cerebrum.

—¡V-vamos! —grité, corriendo hacia la salida, seguramente seguida por Fyk.

Chihiro estaba jugando con nosotros. ¡Teníamos que dar con ella antes de que fuese demasiado tarde!

—Entonces... no quería el control de la nave —señalé, habiendo llegado al estrecho pasillo que conducía a los demás sitios—. Con Cerebrum hubiese tenido el poder de este mundo, y es demasiado tentador para una... delincuente, ¿no?

Me acerqué a lo que me había llamado la atención unos minutos antes de que Fyk mencionase el uso de Cerebrum.

"Personal no autorizado"

—Tengo el presentimiento de que deberíamos entrar aquí —le propuse a mi pequeño compañero, señalando de nuevo la placa "Pruebas"—. Me sigue llamando la atención. Aunque no la encontremos, quizás para descartar... en el hangar pasamos hace poco, y dudo que haya escapado si se ha tomado la molestia de jugar con nosotros al escondite y dejar mensajitos. Y en la Armería tampoco, por las palabras del Maestro Kazuki... ésta me parece la mejor opción.

No quería dejarme llevar por el instinto. Sin embargo..., ¿y si estaba en lo cierto?

Pero antes de decidir algo con seguridad, debíamos esperar al Maestro Kazuki.

Él había entrado por una de las puertas, pero no me fijé en cual. ¿Tardaría en volver?

[Final Fan]

—A-así que e-esto es el poder de... ¿Cerebrum? —me dijo Nadhia tras el repentino ataque al sincorazón por parte de la propia nave—. Es... increíble.

—Bueno —le respondí, reprimiendo una sonrisa—, no es lo más increíble que hemos vivido últimamente, ¿verdad?

Me rasqué la nuca y le dediqué una mueca burlona a mi compañera al recordar lo que habíamos pasado en el País de las Maravillas. La puerta que nos devolvería al pasillo de inicio se abrió en aquel momento.

—¡V-vamos! —me instó Nadhia, a lo que asentí.

Corrimos cuanto pudimos para volver a donde habíamos comenzado. Entonces Chihiro no estaba en Cerebrum, eso estaba claro. ¿No le interesaba controlar aquel mundo para tener vía libre para hacer lo que quisiese? Así que buscaba algo en concreto...

—Entonces... no quería el control de la nave. Con Cerebrum hubiese tenido el poder de este mundo, y es demasiado tentador para una... delincuente, ¿no? —dijo Nadhia, haciéndome pensar que me había vuelto a leer el pensamiento.

La chica se acercó a una de las puertas restantes, la que había llamado su atención en un principio, antes de encontrarnos con Kazuki. Era la puerta de Pruebas, con aquel cartel que prohibía la entrada a todo personal no autorizado.

—Tengo el presentimiento de que deberíamos entrar aquí. Me sigue llamando la atención. Aunque no la encontremos, quizás para descartar... en el hangar pasamos hace poco, y dudo que haya escapado si se ha tomado la molestia de jugar con nosotros al escondite y dejar mensajitos. Y en la Armería tampoco, por las palabras del Maestro Kazuki... ésta me parece la mejor opción.

Me quedé un rato mirándola, entre confuso y divertido.

—Nadhia, esa es la puerta por la que ha entrado el Maestro —le indiqué—. ¿Recuerdas? Estábamos decidiendo si ir por la puerta del Cerebrum o la de Pruebas, y Kazuki entró por la que no elegimos al final.

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—Sólo personal autorizado... —musitó—. ¿Y si... la fugitiva busca algo de la nave antes de marcharse? Es que... Maestro Kazuki, desde el comienzo de lo de... las naves, los Sincorazón... ¿no debería haber huido ya, aprovechando la confusión? Le habría dado tiempo de sobra, ¿no? Incluso antes de que llegásemos nosotros, ¿no? Y si... ¿acaso nos estamos equivocando?

—¿Que busca algo aquí? No estarás insinuando que... ¿que era su plan desde el principio? —deduje, alarmado de repente— No sé qué puede haber en la sala de pruebas, pero... ¡desde el Cerebrum podría controlar la nave por completo! ¡Deberíamos buscar en los dos sitios!


—Chihiro... ¿Qué estás buscando? —murmuró Kazuki apenado —. Bien eh... Esto es lo que haremos ahora. Vosotros iréis por uno de los dos caminos y yo iré por el otro. Si la encontráis pulsad el Busca sin dudar y acudiré cuanto antes.

En cuanto hubiesen elegido que camino coger, el maestro se metería en la otra, aunque justo antes de que se separaran el hombre les dedicó unas valiosas palabras:

—Suerte, y bajo ninguna circunstancia os enfrentéis a ella.

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Me volví a rascar la nuca, esta vez un tanto incómodo. ¿Querría Nadhia reencontrarse con el Maestro para ver cómo estaba? Sí, quizás era eso...

—Creo que deberíamos esperar a que salga, si resulta que Chihiro no estaba ahí, y luego dirigirnos hacia otra puerta...

Volví a echarle un vistazo a las posibles entradas. Empecé a cavilar mis ideas, pero volví a decidir que sería mejor expresarlas en voz alta, para poder comunicarle a Nadhia mi razonamiento.

—En el Cerebrum tendría el control completo de la nave y, sin embargo, no quiso acercarse a él —comencé—. Eso me hace pensar que no... no busca una posición ventajosa. Creo que está empeñada en encontrar algo. Algo "concreto".

Me paré delante de la puerta número 4, cuyo pequeño cartel rezaba: "Archivos".

—Puede que ese algo sea información. Al menos no se me ocurre otra cosa ahora mismo... —dije, esta vez más bajo, dedicándole una mirada de disculpa a Nadhia.

[Soul Artist]

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Le dije a Sombra que siguiese sin mí en esas dos semanas que he tenido ocupadas, y a la vuelta se me han complicado algunas cosas. Ante todo, Flan, siento mi retraso.

Por cierto, EspeYuna dice que estará unas semanas ausente. O más. Eso háblalo con ella tú, Sombra, yo me desentiendo.

—Gracias, capitán...

Sin pensarlo mucho más, tomé amablemente las pastillas que Gantu me ofrecía y me las metí en la boca, haciendo lo posible para tragármelas de inmediato. Tenían un sabor extraño, pero los efectos fueron inmediatos; me sentí mucho mejor, y en especial menos mareado tras el ataque de aquella bestia. Me levanté con cuidado y me dirigí a ayudar al extraterrestre, al que tras aquel gesto respetaba más que antes.

Antes de entrar, observé la celda por encima. Pensé por qué no había nadie por allí, llevándome las manos a la barbilla.

—Capitán Gantu... ¿Por qué no hay nadie por aquí? ¿Nadie ha investigado la celda de la reclusa? —pregunté en alto, extrañado—. No entre todavía. Sabiendo que ha huido de aquí, y que en cualquier momento alguien podría volver para investigar... ¿No cree que puede haber colocado una trampa?

No me parecía en absoluto una locura pensar en aquella posibilidad. Si había tenido los medios para huir, también podía tenerlos para sorprendernos con algo así. Observé a los ojos del Capitán, y después dirigí un vistazo al resto de las celdas.

—Creo que no deberíamos arriesgarnos de primeras... Tendríamos que comprobar que es seguro. Y entre usted y yo —mi cara dibujó una pequeña sonrisa maléfica—, tenemos bastantes voluntarios disponibles para asegurarnos de no caer en ninguna... ¿No? Preferiblemente uno de los menos peligrosos y que más dificultades tenga de escapar. Claro que, con usted aquí, es difícil que siquiera se atrevan a hacerlo...

Alimentar el ego de mi compañero para que accediese. Esperaba que funcionase, por supuesto.

— Si accede, creo que nuestro "voluntario" debería investigar primero bajo la cama, aparte de sentarse sobre ella. Es donde más probabilidades hay de que haya una bomba o algo semejante, ¿no?

[Sombra]

Flan y Nadhia
*Esta última si está ausente como dices estará como estática, vamos, está pero no hace nada.

—Oh... eh... chicos. ¿Habéis tenido suerte? —preguntó Kazuki, el cual salió de una de la puerta por la que había entrado antes, lo que significaba por su aparente "tranquilidad" no se la había encontrado después de que contestaran Kazuki continuó hablando—. Ya eh... veo. Yo entonces iré a la eh... Armería, he escuchado que han desarrollado una poderosa arma que puede desintegrar materia orgánica por tanto quizás la quiera... O algo.

El maestro se apresuró a ir por la puerta a la que se había referido sin dar ningún aviso ni nada parecido.

Ahora ambos podrían ir a la puerta que habían decidido, Archivos.

La puerta no tenía nada extraño de por sí, tal vez lo único "peculiar" era la falta de seguridad en las puertas. Si tan importantes eran algunas cosas, ¿por qué las puertas se abrían de aquella manera? Fyk sabría que las puertas que contenían cosas importantes solían estar resguardadas por largos códigos, escaner dactilar u ocular... Había una alta seguridad. ¿Por qué no funcionaba en aquel momento?

Si pensaban detenidamente, podrían saberlo de sobra. Ella había estado en Cerebrum, eso estaba claro. Posiblemente había conseguido un pase y una identificación para entrar en la potente IA donde trasteó con los ordenadores para desbloquear las puertas del pasillo. Era lo más probable al menos.

La puerta de Archivos les condujo a una habitación enorme, o eso parecía. Había estanterías metálicas por todas partes llenas de libros, todos ellos parecían registros. Resultaba extraño ver documentos en papel en un mundo tan avanzado. El lugar era laberíntico, cuanto menos.

A ambos lados tenían una serie de estanterías que los guiaban en una especie de pasillo que se bifurcaba a la derecha y a la izquierda.

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Ivan

—En realidad si que vino un grupo a investigar, pero al parecer cayeron en combate. Es posible que ya hayan sido eliminados por alguien así que no hay nada de que preocuparse —habló con una ligera indiferenia ante sus compañeros caídos. Tras eso, escuchó al muchacho hablar sobre su pequeño plan para comprobar si había trampas. Sin embargo, sin darse cuenta de los planes del muchacho, que estaba haciendo como en el lema "Entre vida y vida primero la mía" empezó a hablar de nuevo:—No habrá peligro alguno. Las cámaras grabaron lo que ocurrió y no le pudo dar tiempo a hacer nada. Fue todo muy rápido.

Para demostrar la veracidad de sus palabras el enorme ser se metió en la celda agachando un poco su cabeza para no golpearse con el techo y se sentó en la estrecha cama que sin duda no "era de su talla".

Entonces fue cuando empezó a moverse con algo de incomodidad, como si algo le hiciese sentirse no muy bien, precisamente.

—¿Pero qué...? —mientras decía eso, metió la mano bajo el colchón donde encontró un grueso libro con un candado roto. Dentro no había nada interesante, más bien parecía el diario de un niño pequeño, sin embargo. En una de las páginas del medio había escrito algo realmente interesante.

Día 193
Tras tanto tiempo, hoy es el día previsto para iniciar el plan. Primero, he de conseguir huír. Para ello engañaré a ese guardia con cara de ballena durante el "tiempo libre" para dar un paseo por el pasillo de las celdas. Tras eso me dirigiré a buscar los documentos que me ha pedido buscar.

Gantu empezó a gruñir con rabia mientras leía la corta entrada del diario y salió caminando a una alta velocidad hacia la salida de la prisión.

Si Ivan lo seguía vería que estaba toqueteando en el ordenador un par de cosas para unir el teletransportador con algún otro.

—¡Vamos! ¿Vienes o no? —apresuró enfadado—. ¡Blisnak! —exclamó de pronto al haberse equivocado en algo, por lo que volvió a marcar todos los datos, esta vez con éxito. Tras eso montó en el teletransportador seguido o no por Ivan.

[Final Fan]

El Maestro Kazuki se fue tan rápido como llegó. Cuando nos preguntó si habíamos encontrado algo negué con la cabeza y estuve a punto de contarle los detalles de nuestra incursión en Cerebrum, pero antes de poder hacerlo decidió que su próximo destino sería la Armería y cruzó su puerta dejándome con la palabra en la boca.

—Típico —susurré con un suspiro, mirando a Nadhia como disculpando a mi Maestro.

La puerta a la sala de Archivos se abrió y nosotros la cruzamos.

Me extrañó que, a diferencia que en la sala de Cerebrum, aquella estancia no parecía tener ningún tipo de sistema de seguridad especial. Los archivos de un lugar como aquel no debían ser moco de pavo, seguro que había incluso documentos secretos e informes confidenciales. ¿Entonces por qué no había ningún impedimento para llegar hasta ellos?

—¿Crees que habrá desactivado la seguridad? ¿Desde Cerebrum? —le pregunté a mi compañera mientras avanzábamos—. Esto me da mala espina.

No sucedió nada. En absoluto. Hileras de estanterías con documentos de papel (¡de papel!) se alzaban sobre nuestras cabezas como gigantes en la cola de un teatro. El silencio era abrumador... casi me alegré cuando nos encontramos con una bifurcación.

—Oh, dos caminos —me rasqué la nuca—. Bueno, no suelo ser partidario de esto, pero creo que va a ser mejor separarse.

Me mordí el labio inferior.

—Si nos pasa algo tenemos los intercomunicadores, ¿vale? No... no creo que haya problema.

Me dispuse a tomar el camino de la izquierda...

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Off-rol: Además, ya que Nadhia estará "estática" separarnos me parece lo mejor para evitar que nadie tenga que controlarla.

[Soul Artist]

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No hay especificaciones sobre qué ha sido del diario, so...

—¡Vamos! ¿Vienes o no?

Gantu parecía realmente enfadado tras leer la entrada del diario. No habíamos encontrado nada más en la celda de la prisionera, y la verdad es que allí no habían aparecido más Sincorazón; quedarse sería una falta de tiempo, por lo que decidí ir tras él sin mediar ninguna palabra más.

Pero antes de ello, me acerqué a la cama, donde Gantu había encontrado el diario, y lo recogí. Su candado roto, su aspecto infantil me llamaban la atención. Mientras me dirigía hacia mi compañero lo abrí hojeándolo un poco para ver si entre las páginas había algo oculto, como una tarjeta de identificación o un simple marcapáginas. "Día 193"... ¿Era hoy? ¿Significaba que llevaba allí más de seis meses?

Seguí investigándolo mientras Gantu activaba el teletransportado, silencioso y concentrado en mi investigación. Era posible que encontrara algún tipo de valiosa información.

[EspeYuna]

Fyk me miró con una expresión divertida en su rostro... ¿había dicho algo raro?

—Nadhia, esa es la puerta por la que ha entrado el Maestro —me indicó—. ¿Recuerdas? Estábamos decidiendo si ir por la puerta del Cerebrum o la de Pruebas, y Kazuki entró por la que no elegimos al final.

No pude evitar sonrojarme, algo avergonzada por aquel pequeño fallo. ¿Los nervios me estaban jugando una mala pasada?

Fyk pensaba lo mismo que yo: debíamos esperar al Maestro Kazuki antes de entrar en alguna otra estancia de la nave. Chihiro nos esperaba, sabía que íbamos tras ella, e incluso parecía jugar con nosotros al escondite.

El razonamiento de Fyk lo hacía bastante claro: "Archivos" era nuestro próximo destino. Ella buscaba algo en la nave, pero no el control de la misma. Información. ¿Pero para qué?

Asentí al pequeño azulado, apoyándome contra una de las paredes esperando a su Maestro, quien apareció no mucho después. Por sus palabras y su aparente tranquilidad, no había encontrado a Chihiro. Fyk y yo íbamos a informarle de los últimos acontecimientos, pero por las prisas del Maestro para ir a la Armería, los dos nos quedamos con la palabra en la boca. Cruzó la puerta, dejándonos de nuevo solos.

—Típico —susurró mi pequeño compañero, con una mirada de disculpa.

—Yo lo noto nervioso, aunque parezca todo lo contrario —dije, defendiendo a Kazuki. Aunque no sabía por qué. Supongo que debía ser por el comportamiento de mi querido Maestro Akio. Él habría pasado olímpicamente de nosotros.

Seguía a Fyk, atravesando la puerta que conducía a nuestro próximo destino.

—¿Crees que habrá desactivado la seguridad? ¿Desde Cerebrum? Esto me da mala espina.

—Y a mí, Fyk. Si ha estado en Cerebrum, puede haber modificado cualquier sistema de seguridad... tenemos que tener cuidado.

Caminamos a través de las altas pilas de estanterías que inundaban aquel lugar. A diferencia de la biblioteca de Tierra de Partida, el aspecto era más serio, como si aquellos archivos escondiesen secretos prohibidos que no deberían salir a la luz... por lo cual, no conseguía calmarme. Y más cuando Fyk y yo nos encontramos con una bifurcación. Dos caminos.

—Oh, dos caminos —observé a Fyk, quien se rascaba la nuca—. Bueno, no suelo ser partidario de esto, pero creo que va a ser mejor separarse.

¿Dejar sólo al pequeño Fyk, tras toda la carga de preocupaciones que llevaba en su luminosa cabeza azulada? Su hermana, su mundo... pero no teníamos otra opción.

—Si nos pasa algo tenemos los intercomunicadores, ¿vale? No... no creo que haya problema.

Se dispuso a tomar el camino de la izquierda, cuando rocé mi mano para acariciarle la cabeza en señal de despedida.

—No te enfrentes a ella sólo, Fyk. En cuanto la veas, pulsa el intercomunicador. Ya sabes que Kazuki también lo oirá —esa despedida me estaba costando demasiado. Realmente le había cogido demasiado cariño a Fyk, y el mero hecho de que le pasara algo... ¿cómo podría mirarle a la cara a su madre, a la Gran Consejera, al Maestro Kazuki? —. Ten cuidado.

Y me dirigí hacia el camino de la derecha, decidida a acabar con aquella amenaza llamada Chihiro.

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Al final me ha dado tiempo a postear tanto en trama como en global. He aprovechado una horita libre que tenía planeada para hoy.

[Sombra]

Ivan Kit

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Esto va a parecerte que lleva una velocidad vertiginosa xDD

Gantu dio unos últimos retoques a las coordenas que se metían en aquel ordenador para activar el teletransporte. Con él ya en marcha, el hombre-ballena se subió a la plataforma brillante desapareciendo como si jamás hubiese estado allí. Si Ivan le seguía y se aventuraba a utilizar aquella futurista máquina vería que ahora se encontraba en una enorme plaza fuertemente vigilada por el Cuerpo de Defensa. Se veían personas (más bien alienígenas) paseando por doquier. Se notaba nerviosismo en sus caras, sin embargo actuaban de una forma bastante calmada a pesar de las circunstancias que estaban viviendo en aquellos momentos.

Gantu se dirigió a unas escaleras al fondo de la plaza vigiladas por tres enormes guardias que parecían ser de la misma raza que el capitán del Cuerpo de Defensa por su aspecto que recordaba a una ballena o a un tiburón (a saber que era en realidad)

Al bajar las escaleras se encontraron ante una puerta que se abrió sin más nada más se acercaron.

—Esto es raro —notó el hombre mirando extrañado la puerta, por si Ivan decidía preguntar algo, el capitán aclaró—: Esta zona contiene cosas bastante importantes para toda la nave, por lo que la puerta no debería poder abrirse de esta manera. Normalmente se pide un código y pasar una tarjeta de identificación.

El pasillo en el que se encontraban era largo y tenía numerosas puertas, todas ellas tenían plaquitas con lo que contenían dentro, sin embargo Gantu se dirigió a una en concreto.

"Archivos", eso ponía en la plaquita. Gantu pasó a su interior donde encontrarían unas altas estanterías llenas de libros y documentos de apariencia importante. Si Ivan tratase de curiosear, Gantu le reprimiría con la mirada haciendo que este se lo pensase dos veces antes de tratar de cotillear sobre los secretos de aquel mundo. Mirar ese tipo de cosas con el capitán del Cuerpo de Defensa al lado no era una buena idea.

—¡Manos arriba, sé que estás aquí! —exclamó el hombre de pronto rompiendo el silencio en el lugar.
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Fyk y Nadhia

Si pensaban que aquella bifurcación les separaría durante mucho tiempo estaban bastante equivocados. En caso de Fyk, que cogió el de la izquierda simplemente llegó a un punto en el que se vio obligado a girar a la derecha y a los pocos pasos a la derecha de nuevo viendo un largo pasillo con un camino de frente que seguramente uniese su camino con el de Nadhia y otro más, a la izquierda que le llevaría a... A saber donde. En el caso de Nadhia, había pasado lo mismo, pero en vez de girar a la derecha, giraba a la izquierda uniendo su camino con el de Fyk, al cual pudo ver de nuevo. No había servido de mucho aquello de separarse, la verdad.

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Os dejo un dibujo cutre de Paint para que veáis mejor como fue la cosa xDDD


Círculo Rojo: Entrada
Ruta Amarilla: Camino tomado por Nadhia
Ruta Azul: Camino tomado por Fyk
Rectángulos negros: Paredes o estanterías.

Los dos podrían juntarse de nuevo y hablar sobre seguir el camino que ninguno había explorado o lo que quisieran, sin embargo. En ese momento un grito les sorprendería.

—¡Manos arriba, sé que estás aquí!

La voz que acababa de resonar por todo Archivos podría sonarles de algo, sobre todo a Fyk, que reconocería aquel tono como el del capitán Gantu. Cualquier tipo de intento de crear ahora un ataque sorpresa acababa de desvanecerse gracias a la "gran sutileza" de aquel hombre.

Quizás debiesen volver atrás a por él o esperarle si lo preferían, incluso podían continuar como si no hubiesen escuchado nada.

[EspeYuna]

Tal fue mi sorpresa que ni tan siquiera fue atravesar unas pocas estanterías y volver a ver a Fyk, uniéndose de nuevo nuestros caminos.

—Oh, vaya —susurré, acercándome a Fyk—. Bueno, volvemos a estar juntos. Será mejor que ahora vayamos en silencio...

—¡Manos arriba, sé que estás aquí! —me tapé la boca, evitando un grotesco chillido por parte mía. Observé a Fyk, quien también debía haberse sobresaltado.

Esa voz... era masculina. Me sonaba de algo. Quizás de alguno de los habitantes de Espacio Profundo, pero en ese momento no me centré en reconocer a qué rostro pertenecía.

Sigilosa, me adentré en el laberinto de archivos que nos esperaban. Le hice una seña a Fyk para que me siguiera y pudiera escucharme entre leves sigilos.

—Mejor será que no nos delatemos nosotros.

[Final Fan]

Tanto desasosiego por separarnos y al final resultó que en unos segundos nos volvimos a encontrar. La cara que tenía Nadhia cuando la vi frente a mí sería seguramente un calco de la mía propia.

—Oh, vaya —dijo, a lo que solté una risita nerviosa—. Bueno, volvemos a estar juntos. Será mejor que ahora vayamos en silencio...

—En silencio y sin separarnos —apunté—. Total, para lo que nos servirá dividir caminos de nuevo...

—¡Manos arriba, sé que estás aquí!

Estuvo a punto de darme un ataque cuando oí la grave voz de Gantu desde la entrada a la sala de Archivos. Estuve a punto de gritar, pero al ver que Nadhia había reprimido su chillido hice lo mismo al momento.

—Mejor será que no nos delatemos nosotros —dijo Nadhia.

La miré extrañado y me rasqué la nuca mientras la seguía al adentrarse en los intrincados callejones que formaban las altas estanterías.

—¿Delatarnos...? —susurré—. ¿Piensas que Gantu no querrá que estemos aquí?

Al sopesar la idea ni siquiera me pareció tan extraña. Gantu tenía una lógica bastante incomprensible... era capaz de arrestarnos a nosotros dos o algo. Por tanto, continuamos hacia delante, siempre en guardia. ¿Estaría planeando algo Nadhia?

[Soul Artist]

—¡Manos arriba, sé que estás aquí!

Contemplé aburrido a Gantu, sin alertarme en absoluto. Me estaba comenzando a ver arrastrado de nuevo en busca de una prisionera a la que a mí, la verdad, no me importaba nada. Solo quería hacerme cargo de los Sincorazón y salvar a aquel mundo.

No me molesté en hacer nada. Me llevé las manos a la nuca y bostecé, aburrido. Si había alguien allí, como Gantu había dejado caer, bien por él. Entre por la puerta en silencio y me puse detrás del capitán.

[Sombra]

Los dos grupos (Ivan y Gantu, Nadhia y Fyk) avanzaron, cada uno por su lado. Pero siguieron hacia delante sorteando los retorcidos pasillos formados por las altas estanterías llenas de información prohibida, en la mayoría de los casos. En los lomos de los archivadores se podía distinguir algo que dejaba ver de que se trataba aquello. Datos de misiones de alto secreto, información sobre criminales, registro de personas que habitaban aquel mundo, presupuestos, informes sobre armas en desarrollo, mundos y sus singularidades...

Pero no era tiempo de quedarse mirando, no. Tenían una meta que cumplir.

Avanzaron y avanzaron, giraron por numerosos pasillos y no tuvieron más remedio que coger diferentes rutas en más de una ocasión para poder explorarlo todo. Pero al final, tarde o temprano los dos grupos se encontraron.

Tras el encuentro, en el que podian hablar sobre lo que quisieran, el grupo, ahora más grande tuvo que continuar buscando.

Y vieron algo. Una hermosa cabellera en un esbelto cuerpo que estaba de espaldas a ellos. Aquella persona tecleaba con la velocidad de un informático experto y estaba bastante metida en su trabajo. Vestía ropas que parecían casi pertenecientes a un uniforme o algo similar de un pulcro negro y una elegancia impresionante, casi parecía uno de aquellos caballeros que llevaban finas espadas y que pertenecían a mundos atrasados tecnologicamente.

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—No esperaba que llegaseis tan rápido —dijo la mujer mientras insertaba en uno de los USB del ordenador un Pen-Drive—. Seis minutos para que la copia finalice, y me temo os pediría que os marcháseis.


—¡Tú, puedes dudar que me marcharé sin arrestarte! —rugió Gantu corriendo hacia ella haciendo que el suelo retumbase a su paso. La Reclusa dedicó una gentil sonrisa en su rostro antes de alzar su mano y pronunciar algo inaudible para ellos. Un reloj, cuyas agujas iban marcha atrás a una velocidad increíble empezaron a hacer su efecto al cabo de unos segundos. El enorme ser se estaba encogiendo, mejor dicho. Era como si estuviese haciéndose más jóven... ¿Qué clase de habilidad era aquella?

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No pasaron más que unos segundos, unos simples segundos. Pero Gantu ya no era más que una especie de bebé o niño muy pequeño, el caso es que en ese estado él estaba fuera de combate. Varios sincorazón surgieron de portales oscuros y se colocaron en formación defensiva alrededor de Chihiro bloqueando el paso hacia ella. Los Soldado bailoteaban tontamente sin moverse, aquello probaba que podía controlarlos, por tanto... Ella era la culpable de todo lo que estaba pasando.

¡Tenían que detenerla o hacer cualquier cosa con tal de que no lograra su objetivo!

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Podéis hacer lo que queráis ahora, enfrentaros a ella, huír, llamar a Kazuki... Suerte, os queda poco.

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??? [Nivel ?] Provoca que el objetivo se vuelva jóven temporalmente.

[EspeYuna]

—¿Delatarnos...? ¿Piensas que Gantu no querrá que estemos aquí?

No presté más atención a lo que me preguntó Fyk, no porque no quisiera hacerlo: saber que Chihiro podría haber descubierto que estábamos allí, haber perdido el factor sorpresa por culpa de aquel habitante de Espacio Profundo... aunque no podía echársela de ese modo, pues estaba haciendo su trabajo al igual que nosotros... sólo que no había sido cauto en su intento de proteger su hogar.

Avancé en silencio a través del laberinto de estanterías. Su contenido sólo me ponía más nerviosa: "Alto secreto", "Armas", "Antecedentes penales"... girando por numerosas esquinas, atravesando mil y un pasillos...

De repente me paré en seco. Habría jurado oír... ¡otra vez! Escuché pasos cercanos a nosotros, por lo que paré a Fyk y, antes de cruzar aquella esquina, esperé a que estuviese lo suficiente cerca de mí. Los nervios volvieron a jugármela, pues con mi Llave-Espada le di en el costado a Kit, pensando que se trataba de nuestra delincuente. En cuanto me di cuenta, aparté mi arma. Venía acompañado de aquel gigantesco guardia.

—¿¡K-Kit!? —exclamé, tapándome la boca por el segundo error de hablar en voz alta, pues Chihiro podía estar todavía allí. Me acerqué a él — Perdona, ¿estás bien? Pensaba que eras ella.

Entonces me di cuenta de algo.

—¿Estás herido? No tienes buen aspecto, estás pálido...

Pero no había tiempo que perder. Y por las miradas que me podría lanzar Kit, no estaría de humor, sobretodo tras aquel ataque sorpresa y el decirle tales cosas, pues él era siempre el mejor.

—Creemos que está aquí. Fyk, vamos.

Unos pasos más, y un sudor frío me atravesó la frente: una mujer, de espaldas a nosotros, tecleaba en un ordenador como los de Cerebrum. Sus ropas eran elegantes, y su larga cabellera era sin duda hermosa, acordándome de la Maestra Nanashi.

—No esperaba que llegaseis tan rápido —estaba metiendo algo en el ordenador. ¿Qué era eso?—. Seis minutos para que la copia finalice, y me temo os pediría que os marcháseis.

Tragué saliva, e intenté decir algo, pero me temblaba todo. Y más cuando el guardia de Espacio Profundo fue convertido en un... ¿¡en un bebé!? ¡Era ridículo! Si no había movido ni un mísero músculo para hacerlo.

Me acordé de las palabras del Maestro Kazuki... ¡Kazuki!

Inmediatamente, cogí mi comunicador y lo pulsé, observando con odio a Chihiro.

—¡No vas a escapar! —grité, intentando parecer valiente. No... ¡quería serlo! ¡Teníamos que atraparla, o si no...!

Portales oscuros aparecieron, a la vez que varios Soldados sincorazón. Agarré con firmeza mi arma con una mano y acaricié con los dedos de la otra mi párpado izquierdo... la cicatriz. Los Soldados parecían ser controlados por ella, pero ya no me extrañaba. Desde que empezamos a buscarla, estos habían estado bajo su control.

—¡Fyk, Kit, os daré vía libre! —exclamé, y, seguidamente, conjuré un Perla contra uno de los Soldados. Una vez lo hice, agarré con fuerza mi Aguacero y me dirigí hacia otro de los Soldados, clavando la punta en su pecho.

No podía fallar. No. Por Espacio Profundo, teníamos que atrapar a esa mujer. Observé el ordenador... ¿seis minutos para qué? Podría haber lanzado algún conjuro contra el aparato, pero sería demasiado peligroso para la nave. No podía arriesgarme. Mis ojos se volvieron a cruzar con los de Chihiro mientras clavaba sin piedad al Soldado en el suelo.

[Final Fan]

Me quedé completamente callado al ver la cara de concentración que Nadhia ponía mientras avanzábamos entre las altas estanterías hasta que la vi pararse en seco. Me puse en guardia yo también, y agarré mi Llave Espada muy fuertemente al ver que mi compañera hacía un rápido movimiento y le daba a alguien que había aparecido por una esquina un potente golpe. Pero...

—¿¡K-Kit!? —se preocupó Nadhia, a lo que proferí un leve gritito— Perdona, ¿estás bien? Pensaba que eras ella.

Miré a Ivan un poco receloso. Al fin y al cabo él se pensaba que Nadhia y yo habíamos dado de lado a Espacio Profundo al seguir las órdenes de Kazuki y la Gran Consejera, y yo pensaba que él había sido un egoísta al pensar que podría arreglar las cosas él sólo perdiéndose por ahí.

Tuve que centrarme al ver que mis compañeros (y Gantu) continuaban por el laberinto de conocimiento hasta que un casi inaudible sonido de tecleo nos guió hasta...

—No esperaba que llegaseis tan rápido

Entonces sí era ella. La misma mujer que había visto el día que Kazuki me acogió como aprendiz. Aquella misteriosa reclusa... Chihiro.

—Seis minutos para que la copia finalice, y me temo os pediría que os marcháseis.

"Copia"... Me fijé entonces en que acababa de introducir un dispositivo de memoria en el panel de control del ordenador. No dejé de observar la escena para no saltarme ningún detalle. Utilicé Libra concentrado mi Poder Mágico en los ojos para que me resultase más fácil. Mientras tanto, Nadhia tenía la idea de enviarle una señal a Kazuki mediante el comunicador que él mismo nos había dado.

Pero, antes de que hiciésemos nada, Gantu se adelantó y amenazó a nuestra enemiga de la única manera que sabía: inefectivamente. Con un único gesto, Chihiro invocó un hechizo temporal que afectó al enorme Capitán de una manera que no había visto nunca: fue encogiendo y encogiendo, pero no era sólo eso... se hacía más joven. Rejuveneció hasta convertirse en un... bebé.

—¡Hakuu'jorr! —exclamé, perdiendo la compostura por un momento.

—¡No vas a escapar! —exclamó Nadhia, exaltada.

Para empeorar aún más las cosas, varios Soldado aparecieron alrededor de Chihiro, custodiándola.

Nadhia nos avisó a Ivan y a mí de que nos daría vía libre hasta Chihiro y comenzó a atacar a los sincorazón, pero yo ya tenía claro qué hacer.

Fuese lo pequeño que fuese, correría para encontrar un hueco por el que llegar hasta el ordenador, donde estaba conectado aquel pen-drive. Aquel pequeño dispositivo de memoria era mi único objetivo en aquel momento. Fuese lo que fuese lo que estuviese copiando Chihiro, ¡no podíamos dejar que se saliese con la suya!

[Soul Artist]

Estaba tan distraído que no lo vi venir. Algo me golpeó con todas sus fuerzas en el costado, tirándome al suelo gracias a las heridas de la batalla anterior. Invoqué mi Llave Espada de forma automática, maldiciendo por lo bajo al cretino que se hubiese atrevido a atacarme de espaldas, pero me detuve al escuchar la voz de Nadhia:

—¿¡K-Kit!? Perdona, ¿estás bien? Pensaba que eras ella.

Ella. Estúpida. Tosí un par de veces y me levanté del suelo con algo de esfuerzo: los efectos de la medicación que Gantu me había dado volvían a hacer efecto sobre mí, olvidándome del dolor y el mareo que provocaban mis heridas. Dirigí una ligera mirada de odio a la joven y después mis ojos se detuvieron en Fyk, que me miraba con recelo. Pero no estaba para gilipolleces.

—¿Estás herido? No tienes buen aspecto, estás pálido...

—Sobreviviré —le corté de forma maleducada—, aunque no gracias a ti. ¿Por qué me has atacado?

—Creemos que está aquí —me contestó ella, algo avergonzada. La miré con malos ojos.

—¿Tengo pinta de ser ella? —le pregunté, esperando que se diese cuenta del catastrófico error que había cometido.

Pasé a darle la espalda para seguir a Gantu en silencio, llevándome la mano al costado; si apretaba, dolía. Estaba siendo un día malo de narices. Primero viejos recuerdos venían a mí, luego un viejo amigo de Bastión Hueco venía a visitarme y tocarme las narices, un Sincorazón gordo y feo me atropellaba, ¡y ahora mis propios compañeros me atacaban! ¿Es que algo podía ir peor?

Sí, podía. Al avanzar vimos a una mujer de cabellos plateado de espaldas a nosotros, concentrada en el ordenador que tenía frente a ella por algún motivo. Gantu rápidamente se puso en guardia por lo que pude deducir que habíamos topado con su presencia pese a todo... Justo lo que no quería.

—No esperaba que llegaseis tan rápido. Seis minutos para que la copia finalice, y me temo os pediría que os marchaseis.

—¡Tú, puedes dudar que me marcharé sin arrestarte! —amenazó el capitán, echándose a su caza de inmediato.

Lo siguiente fue extraño. La mujer dijo unas palabras que no llegué a escuchar y un reloj surgió sobre Gantu, provocando que su cuerpo retrocediese en el tiempo hasta terminar siendo... Un bebé. La condenada mujer había convertido al extraterrestre en un bebé.

Admito que aquello me aterrorizó por dentro.

—¡Hakuu'jorr! —soltó Fyk en su idioma.

—¡No vas a escapar! —aseguró Nadhia por su parte.

Yo por mi parte me quedé pensando en qué hacer. No solté amenazas, gritos ni nada semejante; resultaba que, sencillamente, una tía surgida de la nada podía convertirnos en bebés. ¿Aquello era lo que me esperaba como Portador? ¿Morir asesinado por una mujer mientras estaba indefenso pataleando y lloriqueando?

—¡Fyk, Kit, os daré vía libre!

Aquel grito me despejó la mente. No, claro que no podía quedarme quieto haciendo el tonto. Lo primero que hice antes de nada fue revolver en mis bolsillos para sacar una panacea, un mágico objeto que curaba cualquier estado alterado, lo cual incluía retrocesos en el tiempo. Lo usé sobre Gantu, esperando que se levantara de nuevo para ayudarnos en combate.

—Le necesitamos aquí, Capitán. Sin usted no podemos hacer esto —le animé, esperando contar con su apoyo. Después, mientras Nadhia se encargaba de los Sincorazón, apunté a distancia hacia la mujer e invoqué unos Carámbanos en su dirección mientras Fyk ejecutaba su parte del plan.

Spoiler: Mostrar

Sombra, ¿podrías ponernos una tabla de PH gastados hasta ahora, por favor?