Vestían con unos delantales los cuales tenían dibujos de engranajes y tuercas por lo que supuse que eran sus respectivos monos de trabajo.
Una vez todos estábamos reunidos en el suelo, respondieron a la pregunta de Kousen con mucha prisa.
—¡Sí! ¡Y por fin! ¡Nos teníais preocupados! ¿Qué os ha pasado? —preguntó la ardilla de la nariz negra.
—Nos atacaron unos Sincorazón. —me tomé la molestia de responder, aunque no parecía importarles mucho.
—¡Llegáis tarde! ¡A este paso, no habrá tiempo para terminar los preparativos! —saltó de pronto la de la nariz roja. Realmente parecían desesperadas.
—Yo soy Chip y él es Chop. Nos encargaremos de que tengáis las manos ocupadas. Y cada vez que tengáis alguna duda, ¡acudid a nosotros! —Se presentaron.
¿Manos ocupadas? Algo me decía que no íbamos a tener unas vacaciones muy tranquilas. Se podría referir a cualquier otra cosa, pero sabiendo quién nos había mandado a ese mundo, mis sospechas cada vez eran mayores. Y, al parecer, Kousen pensaba casi lo mismo que yo, ya que me lanzó una mirada de sospecha, pero rápidamente el cruce de mirada fue interrumpido por las palabras de uno de los roedores.
—Lo primero que habría que arreglar es esta plaza. La reina Minnie dice que le falta algo de alegría. ¿Tú qué opinas, Chop?
—Necesita… ¡una limpieza a fondo!
—Lo sabía. —me limité a decir en voz baja, para mí mismo.
Calma. Por extraño que pareciese, yo estaba muy tranquilo, o al menos eso intentaba expresar. Me estaba temiendo alguna jugada como la que acabábamos de presenciar desde que escuché las primeras palabras de una de las ardillas. Y precisamente calma era lo que Kousen necesitaba. Se le notaba en la expresión del rostro. El por qué se enfadó tanto es algo que jamás sabré, Yami no podía darnos vacaciones así como así, él lo debería haber pensado.
—Encontraréis todo el equipo que necesitaréis en la parte trasera del escenario. Podéis acceder a ella a través de esa puerta —nos indicó la dirección en la que se encontraba la puerta.
Kousen le agradeció la información, y se dirigió hacia la puerta dando grandes pasos. Estaba completamente furioso.
Pero tenía motivos. Limpiar era demasiado aburrido. ¿Por qué nos había tocado a nosotros? Tantos aprendices en Tierra de Partida, y nos mandaron a un mundo para limpiar una plaza, la cual era bastante grande para dos personas, dicho sea de paso. Aunque ya que nos había tocado, quise acabar con aquello rápido.
—Vaya tela — suspiré — Parece que nos la han dado con queso, ¿no? — me preguntó.
—Típico de Yami. —contesté mientras cogía un mocho y llenaba un cubo de agua. —Yo frego, tú barres. Acabamos con esta mierda de misión.
—¿Alguna idea de quién es la "Reina Minnie"? parecía una figura importante.
—Será la que viva en ese enorme castillo que hemos visto antes. Propio de reyes. Y será la que mande sobre todo esto, supongo.