[Tierra de Dragones] Deshonor familiar

[Suzume Mizuno]

Fátima reprimió un gruñido cuando Ronin le revolvió el pelo. Pero luego se calmó mientras escuchaba la explicación, bastante completa, que el Maestro les ofreció de la situación.

— En cuanto a ti, chica… Te sorprendías del número de niños menores que tú que van a la guerra en este mundo…

A Fátima le afectó esta declaración y la mantuvo meditabunda unos instantes. La verdad era que aquel mundo no parecía apacible, y mucho menos justo. Aunque tampoco podía decir que hubiera alguno —al menos que ella hubiera visto— y que fuera más idílico. Pero en cualquier caso aquel lugar llamado China no le hacía demasiada gracia…

Con todo:

“Una cosa es que te recluten, y otra muy distinta presentarte… Aunque quizás si andan necesitados nos acepten”, cosa que dudaba.

Después de darles a entender que tenía a muchos que harían su trabajo en su lugar, y antes de que ninguno pudiera responder, se abrieron de golpe las puertas de la villa de los Fa y un jinete montado sobre un impresionante caballo negro atravesó el camino al galope.

— Ese debía ser Zhou —supuso Ronin, decepcionado —. Qué prisas tiene la gente hoy en día

Escucharon un grito y Zhou salió también, apresurado, pero tropezó y cayó de bruces al suelo. Ronin se apresuró a ir a su lado y el anciano se aferró a sus ropas con desesperación, al borde de las lágrimas, mientras explicaba con la voz rota que Mulan había escapado, llevándose consigo la armadura, la espada y el diploma del ejército.
Fátima se quedó boquiabierta. ¿Que Mulan había hecho qué?

—¡Buscadla! —ordenó Ronin, tenso, serio, lo que puso a Fátima en guardia.

Asintió con la cabeza y no esperó a ver cómo el Maestro se ocupaba de su viejo amigo.

Se dio la vuelta y echó a correr hacia la salida del pueblo, mientras intentaba pensar cómo dar alcance al caballo. Y claro, llegó a la única forma que tenían, pues no pensaba robar otro caballo (y de todas formas no sabía montarlos): usar el maldito glider.

Una vez fuera del pueblo lanzó su Llave Espada a lo alto y convirtiéndola en su glider. Subió de un salto, por una vez con el estómago encogido no por el miedo, sino por las prisas.

—Mientras nadie nos vea, imagino que no importará que lo usemos —masculló para sí misma.

Se tranquilizó, más o menos, diciéndose que cuando había necesidad, valía cualquier medio para cumplir un objetivo. Y aunque no tenía ni idea de cuál podía ser el castigo para una mujer que se disfrazara de hombre, viendo cómo se las trataba en aquel mundo no podía ser nada bueno. Y tanto Ronin como Zhou parecían bastante desesperados porque Mulan no fuera descubierta. Eso bastaba para utilizar el glider. Solo esperaba poder alcanzarla a tiempo.

Respiró hondo un par de veces antes de salir disparada tras Mulan.

[Little Sho]

Tras el caos presente lo único que me pareció una buena idea en aquel momento fue poner mi mente en orden.

Estábamos en tierra de dragones con Ronin, quién fue a visitar a su amigo Zhou Fa. Mientras había un revuelo en casa, yo me encontraba bajo la lluvia contando bichos. Y ahora que Ronin había decidido explicarnos que un contrabandista, persona que trafica ilegalmente, vendía armas de otros mundos a un grupo denominado Hunos que asolaban el imperio, y luego, estaban los sincorazones. Ronin quería dejarnos en aquel lugar para que encontrásemos al contrabandista, que con su peculiar mercadillo ponía en peligro la norma básica de revelar la existencia de otros mundos. Y justo cuando yo empezaba a enterarme, Mulán, que por lo visto es la hija de Zhou, salió disparada a lomos de su caballo, con el fin de alistarse en el ejército y con ello no involucrar a su debilitado padre. Ronin acudió a la ayuda de Zhou, quién salió como pudo de su casa y se precipitó en el suelo. Fátima invocó su Glider y corrió en busca de Mulán. Y yo, tristemente, acabé con una cara de tonto. Oh, y bueno, Hiro estaba conmigo, aunque dudaba de si estaba despierto o no.

Teniendo en cuenta que con tanto ordenar mi mente había perdido importantes minutos de persecución, decidí ir en busca de algo que me había llamado la atención posteriormente. Desobedecía las órdenes de ir en la búsqueda de Mulán, sí, pero confiaba plenamente en que Fátima la encontraría.

Volví a entrar en los terrenos de los Fa, esta vez quizá no tan legalmente y llegué hasta un pequeño templo que contemplé al llegar. Pude presenciar cómo una luz iluminaba el pequeño lugar, algo que me desconcertó, teniendo en cuenta que no había ningún tipo de electricidad allí y, con aquel ambiente, una llama no aguantaría mucho tiempo.

Debía de ir en busca de la joven, pero no era la primera vez que mi curiosidad me jugaba una mala pasada. Aún así… Mantenía la creencia de que con el Glider alcanzaría fácilmente a Mulán. Lo difícil… Sería encontrarla.

[Soul Artist]

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Próximo límite: lunes 27 de Agosto. Red parece que faltará esta ronda... O quizás haya suerte y...

Fátima Laforet
Al poco de subirse en el Glider se dio lo que el cielo llevaba anunciándose unos minutos: la lluvia. La condenada lluvia, que además venía de manera fuerte y para bien o para mal no permitía a nadie ver nada más allá de sus narices: ni a los posibles curiosos que fueran a mirar hacia el cielo en aquel momento, ni a Fátima, que además los árboles del bosque no le ayudaban en su trabajo de localizar a Mulan.

Pero tuvo que dejar de pensar en ella cuando, repentinamente, un rayo proveniente del cielo golpeó el Glider y derribó a la joven, obligándola a caer en el bosque. No se golpeó con ninguno de sus árboles mientras descendía de milagro, pero el aterrizaje fue forzoso y difícil para la chica; además, si intentaba ponerlo de nuevo en marcha, vería sus acciones inútiles.

Una risa loca bañó el bosque, paralizándola. Había alguien más allí, estaba claro.

—¿Qué hacéis vosotros aquí, metiendo las narices? ¿Se os ha acabado la lista de malos chistes?

Un caballo negro surgió entre las sombras, dirigido por un misterioso jinete al que Fátima no llegó a ver claramente en la oscuridad. Vestía con ropas oscuras y su rostro estaba oculto por una capucha, lo que dificultaba enormemente la visión de la chica junto con la lluvia. Pero algo seguro: la risa del hombre era capaz de ponerla histérica. Cuando dejó de mofarse de ella le señaló con el dedo índice, amenazador.

—¡Escúchame bien, Portadora! Será mejor que tú y los tuyos dejéis de husmear en este mundo. Idos de aquí y no volváis, ¿entendido? ¡Y sobre todo, ni se os ocurra acercaros al campamento Buzho!

La figura hizo girar su caballo, dirigiéndose lentamente hacia el interior del bosque mientras volvía a ahogarse entre sus risas. Sin embargo, al poco de avanzar, hizo detenerse a su animal y gritó en alto:

—Un momento... ¡Me he ido de la lengua! ¡¡Ahora tengo que matarte!!

Como si de una respuesta se tratara, una esfera de oscuridad surgió frente a Fátima y una oscura criatura de piel pálida y una larga túnica de color azul oscuro apareció de su interior, con la parte delantera roja y líneas amarillas. Alzaba sus manos hacia la aprendiza, como un zombi, y flotaba a unos centímetros del suelo como un fantasma. La marca que tenía en el sombrero señalaba la naturaleza de la criatura, para desgracia de la joven: un Sincorazón.

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El jinete de la horrible risa se apresuró a desaparecer entre los árboles, de nuevo soltando carcajadas en su camino mientras escapaba de la joven. No se iba a quedar a ver cómo la joven moría a manos de su enemigo.

* * *

Zait Laind
Zait, por su parte, decidió desobedecer las órdenes de su Maestro para irse a investigar por su parte. Si Ronin le hubiese visto dirigirse hacia el pequeño templo, seguramente le hubiese cogido y lanzado rápidamente hacia el bosque sin apenas esfuerzo; pero para su suerte, ya había entrado en la casa cuando se acercó al pequeño monumento.

Se pudo resguardar de la lluvia bajo el techo de aquel pequeña construcción, por suerte. El interior estaba lleno de tablas hechas de aparente piedra, que reflejaban las pequeñas llamas de un pequeño cuenco que se había colocado frente a la mayor de las tumbas, como una ofrenda. Quizá el joven dedujese que estaba en un pequeño cementerio familiar, aunque sus dificultades para leer no le ayudaran a leer lo que venía inscrito en las tablas.

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Poco había que hacer allí. Si había acudido esperando encontrar algo, su decepción había tenido que ser máxima. Lo lógico era que alguien, seguramente la llamada Mulan, había encendido el fuego antes de irse para que los ancestros le desearan buena suerte.

El chico seguramente pensaría en irse, pero con aquella lluvia no llegaba a ver nada que tuviese más allá de sus narices por desgracia. Y antes de que se plantease si mojarse o no, un terrible grito llamó su atención:

—¡Si hay alguien que quiera un milagro, que diga "Aaahh"!

Una monstruosa sombra había surgido tras la tumba mayor, que rápidamente comenzó a expulsar potentes llamas que amenazaban con incendiarlo todo. La figura de la bestia era alargada, con cuernos sobresaliendo de su cabeza y enormes ojos vacíos, a la vez que una gran boca que amenazaba con comerse de un bocado al aprendiz.

—¿Sabes quién soy, muchacho? ¿¡Sabes quién soy!? —preguntó el monstruo, esperando intimidar a Zait—. ¡Soy el guardián de las almas perdidas! ¡El poderoso, el placentero...!

La sombra fue empequeñeciéndose y dirigiéndose hacia la parte derecha de la tumba. Allí mismo surgió una especie de lagartija roja de bigotes amarillos y aspecto poco intimidante, con muy delgadas extremidades y ojos rojos y saltones. Dos pequeños cuernos azules sobresalían de su cabeza, como un pequeño demonio.

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—¡... e indestructible Mushu! —se presentó, moviendo las manos como si de una gran entrada se tratase—. No está mal, ¿eh? ¿Eh?

* * *

Hiro
Y mientras el caos se había desatado, con los aprendices cada uno yendo por su lado y Ronin acompañando a Zhou al interior de su casa, Hiro seguía sumergido en el más profundo de los sueños... Un sueño que, quizás, fuese la clave de todo lo que estaba pasando...

O quizás fuese un sueño normal y corriente y el chico era incapaz de despertarse por motivos externos. Qué demonios, aquel era el caso: un estúpido sueño normal y corriente. Lo gracioso sería que, en cuanto despertase, se encontraría solo y abandonado, sin compañeros ni Maestros cerca.

[Little Sho]

Aquel lugar me ofrecía un techo del que resguardarme de la lluvia, y quizá unas paredes que me permitiesen ocultarme del ojo de Ronin.

En el centro del lugar se encontraba un pequeño cuenco que cobijaba las llamas que alumbraban el lugar, cuya luz reflejaba varias tablas grabadas con unos caracteres muy lejanos a los que estaba acostumbrado a ver. Y si ya me costaba leer en mi propio idioma…

Sin embargo, aquel lugar me recordaba a algún tipo de mausoleo que se escapaba a mi entendimiento. Me lleve una gran decepción al ver que no me encontraría a nadie allí, ningún artefacto extraño ni mucho menos algún tipo de criatura extravagante. ¡Y yo que quería conocer a los llamados dragones que daban nombre a este mundo!

Me dispuse a salir de aquel lugar y volver a la lluvia cuando una voz acalló mis pensamientos.

—¡Si hay alguien que quiera un milagro, que diga "Aaahh"!

—¿Aaahh?

Y sin mayor dilación, la imagen de una bestia llenó el lugar con su sombra. La criatura dibujaba en las paredes una figura alargada y de grandes cuernos, con una boca tan grande que podría zamparme de un bocado.

—¿Sabes quién soy, muchacho? ¿¡Sabes quién soy!? ¡Soy el guardián de las almas perdidas! ¡El poderoso, el placentero...!

Entonces, la figura fue haciéndose cada vez más pequeña hasta que terminó con la aparición de una pequeña lagartija roja que se escondía detrás de la mayor tabla de piedra. Con ojos saltones y un gracioso bigote, aquel animal no parecía tan amenazador como lo fue su sombra.

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—¡... e indestructible Mushu! —se presentó—. No está mal, ¿eh? ¿Eh?

No pude evitar abrir la boca de par en par y mostrar una gran admiración, al igual que satisfacción de haber dado en el clavo

—¡Es genial! —grité emocionado—. Poderoso Mushu, ¡gracias por hacer una aparición ante mí! Yo soy Zait Laind. —dije mientras hacía una reverencia—. Señor Mushu, ¿es usted un dragón? —dije lleno de ilusión—. Lo cierto es que los imaginaba más grandes.

[Suzume Mizuno]

Fátima maldijo la lluvia con todos los tacos que le vinieron a la cabeza, mientras se las apañaba como podía para maniobrar en medio de una creciente oscuridad. En algún momento echó un vistazo por encima del hombro y vio que nadie la seguía. Se le encogió el estómago al ver que estaba sola. ¿Y si no conseguía encontrar a Mulan? ¿Cómo se lo iba a explicar al Maestro?

“Bueno” refunfuñó para sus adentros. “No es que esté recibiendo mucha ayuda".

De pronto un rayo rasgó el cielo y dio de lleno al glider. Fátima no tuvo tiempo de gritar; intentó frenar y consiguió descender entre los árboles, raspándose con sus hojas y ramas, pero no consiguió detener su transporte y de un brusco golpe cayó al suelo. Cuando se quiso dar cuenta había rodado varios metros por el suelo encharcado y estaba cubierta de barro hasta las orejas.

—¡Genial, magnífico! —intentó subirse de nuevo al odioso glider antes de que se le fuera todo el valor, pero no consiguió hacerlo volar —. ¡Estupendo! ¿Qué más puede ocurrir?

Y entonces una risa escalofriante, histérica, atravesó los árboles y el ruido de la lluvia golpeando contra tierra y hojas, helándole la sangre.

—¿Qué hacéis vosotros aquí, metiendo las narices? ¿Se os ha acabado la lista de malos chistes?

Por el rabillo del ojo vislumbró, a duras penas, la figura de un caballo oscuro sobre el que montaba un jinete. No consiguió verle la cara, cubierta por una capucha, aunque de todas formas con esa oscuridad habría sido casi imposible distinguirle. Reía de tal manera que le puso la piel de gallina y los nervios a flor de piel. La apuntó con un dedo y Fátima, convirtiendo el glider en su Llave Espada, se preparó para cualquier posible ataque.

—¡Escúchame bien, Portadora! —Fátima lanzó una exclamación que ahogó la lluvia. ¿Sabía qué era ella?— Será mejor que tú y los tuyos dejéis de husmear en este mundo. Idos de aquí y no volváis, ¿entendido? ¡Y sobre todo, ni se os ocurra acercaros al campamento Buzho!

Con una risa espasmódica, el jinete encaminó su caballo a un lento paso entre los árboles. Fátima tragó saliva. Tenía un mal presentimiento. No podía creer que solo fuera a amenazarla, fuera quien fuera, y a marcharse tan tranquilamente.

Como si le hubiera leído el pensamiento, el jinete se detuvo y gritó:

—Un momento... ¡Me he ido de la lengua! ¡¡Ahora tengo que matarte!!

Fátima gimió, aunque se lo había esperado. Ese tipo no había tenido la menor intención de dejarla ir sin más.

De alguna forma, vio que aparecía una esfera de oscuridad a unos pocos metros de distancia y que, de ella, emergía un Sincorazón extraño, de larga túnica y que flotaba a escasos centímetros de la tierra.

El jinete se desvaneció entre los árboles, carcajeándose, pero Fátima lo agradeció, ya que así su atención se podía centrar en el Sincorazón. Parecía que el desconocido daba por sentado que con eso acabaría con ella.

“Pues espero que estés muy equivocado”

Lo esperaba, sí, porque luchar sola contra un Sincorazón la ponía nerviosa, ya que sabía que no tendría ningún apoyo, y que si se equivocaba nadie la salvaría.

Pero se recordó que ya había luchado contra muchos, contra tantos que no recordaba su número, y que había conseguido sobrevivir, en aquel lugar llamado Bastión Hueco.

Enfrentó al Sincorazón algo más confiada y se insufló valor antes de atacarle haciendo un doble salto y cayendo sobre él con violencia. Una vez en el suelo le lanzó dos estocadas y después esquivó hacia la derecha, separándose más de dos metros. Allí recuperó el aliento y se preparó para defenderse.

[Soul Artist]

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Próximo límite: martes 28 de Agosto.

Fátima Laforet
La estrategia llevada a cabo por la joven funcionó, pudiendo atacar tres veces seguidas al Sincorazón sin problema. Este, tras el ataque del doble salto fue capaz de dañar el costado de la joven extendiendo sus brazos y golpeándola con fuerza, pero no evitó las dos siguientes estocadas de la chica. Aparentemente confuso y mareado balanceó su cuerpo hacia delante y comenzó a dar vueltas como una peonza hacia delante, pero la chica le había esquivado por poco.

Sin embargo, el enemigo reaccionó a aquella situación de un modo especial. Viendo que con aquella estrategia pronto estaría muerto, un orbe de oscuridad surgió en su cuerpo, engulléndolo y haciéndole desaparecer entre la oscuridad de la noche.

Quizá Fátima no bajase la guardia, pero no pudo evitar un ataque a traición por parte de su contrincante, que volvió a surgir a su espalda para cogerla de los hombros y golpearla con el torso de su cuerpo, de modo que la tirara al suelo y manchara sus ropas de barro. El Sincorazón pareció soltar algo parecido a unas carcajadas tontas, parecidas a las del jinete anterior, feliz por el golpe bajo que le había propinado a la chica.

Al menos mientras reía parecía distraído. Fátima podría huir o seguir luchando con él, clamando venganza.

* * *

Zait Laind
La lagartija parecía considerablemente contenta por los halagos de Zait, limpiándose las uñas de una de sus extremidades contra su cuerpo y con una amplia sonrisa en la cara. Estaba claro que le gustaba que le idolatraran, como si de una famosa estrella se tratara.

—¡Claro, vengo en tamaño portátil! —se excusó Mushu ante la afirmación de Zait acerca de que imaginaba a los dragones de mayor tamaño—. Escúchame, humanito... ¿Puedo llamarte humanito?

Mushu se acercó rápidamente a los pies de Zait y escaló por su pierna hasta llegar a su hombro, donde se apoyó para usar al joven como transporte rápido.

—Soy el Espíritu Guardián de la Familia Fa. Ya sabes, como un ángel de la guardia, pero más simpático —explicó el dragón—. Los Espíritus Ancestrales me han elegido a mí, el Gran Mushu, para proteger y ayudar a Mulan o, dicho de otra forma, devolverla a casa antes de que haga ninguna tontería. ¡Y no me han elegido a mí porque haya roto la estatua del único guardián que nos quedaba, no, señor! —Mushu puso los ojos en blanco un momento, mientras volvía a vivir un recuerdo en su cabeza de hacía no mucho—. El caso, ¡necesito que tú o tus amigos me llevéis con Mulan! ¿Qué te parece? ¡Llévame ante tu líder!

—¡Zait!

Mushu se escondió rápidamente en las ropas del joven para ocultarse de aquel que le había llamado. La figura de Ronin bajo la lluvia estaba haciendo señas al joven aprendiz para que acudiese con él.

—¿Qué estás haciendo ahí? ¡Tenemos que localizar a Mulan!

Así pues, el Maestro salió hacia el exterior del hogar de los Fa, esperando que el aprendiz le siguiera.

—Tú camina, humanito, no quiero mojarme —le susurró Mushu desde el hombro del joven, aún oculto bajo las ropas.

* * *

Hiro
Zeta zeta zeta. Zeta zeta zeta.

—¡Despierta de una vez, borrego! ¡Tenemos que buscar a Mulan!

Quizás Hiro despertara, quizás no. Dependía de él, como siempre.

[Little Sho]

—¡Claro, vengo en tamaño portátil! —respondió tras mis halagos, los cuales recibió muy alegremente—. Escúchame, humanito... ¿Puedo llamarte humanito?

—Eh… Supongo —dije arqueando una ceja.

El pequeño dragón se agarró a mi pierna y empezó a escalar por mi cuerpo hasta terminar apoyado en mi hombro.

—Soy el Espíritu Guardián de la Familia Fa. Ya sabes, como un ángel de la guardia, pero más simpático —reí ante tal comparación, pues ya que me parecía bastante agradable—. Los Espíritus Ancestrales me han elegido a mí, el Gran Mushu, para proteger y ayudar a Mulan o, dicho de otra forma, devolverla a casa antes de que haga ninguna tontería. ¡Y no me han elegido a mí porque haya roto la estatua del único guardián que nos quedaba, no, señor! —Mushu hizo una pequeña y pensativa pausa—. El caso, ¡necesito que tú o tus amigos me llevéis con Mulan! ¿Qué te parece? ¡Llévame ante tu líder!

—¡Por supuesto! Es más, yo debería estar yen…

—¡Zait!

El dragoncillo se escondió entre mi ropa y yo me giré, con bastante miedo en el cuerpo, para contemplar la imponente figura de Ronin, que me hacía señas para que me acercase.

—¿Qué estás haciendo ahí? ¡Tenemos que localizar a Mulan!

Entonces el maestro comenzó a Andar, y yo le seguí al instante, como si fuese un perrillo amaestrado.

Mushu parecía querer usarme como método de transporte, pero no me importaba. Si los dragones eran tan leales como yo creía, él me dejaría montar sobre sus lomos una vez hubiese adquirido su forma habitual. No podía evitar desearlo tanto.

—Maestro Ronin, ha pasado el suficiente tiempo como para haber perdido el rastro de Mulán, además, ella iba a caballo, y a no ser que usásemos los Gliders… Aunque si Tak estuviese aquí… Podría oler el rastro de Mulán —comenté cabizbajo—. Si nos dirigiésemos directamente a cualquiera que sea el sitio al que haya ido Mulán, pero claro… No lo sabemos. Yo al menos no… —me llevé la mano a la cabeza y suspiré—. ¡Oh! Pero… ¡Fátima fue detrás de Mulán! Y fue sola… —cerré los ojos al comprobar que había admitido que había fallado como compañero de equipo.

[Suzume Mizuno]

Fátima gritó cuando el Sincorazó le dio un golpe en el costado y después, cuando desapareció e intentó buscarle, recibió un ataque por la retaguardia y se fue de boca al suelo.

Creyó escucharle reír, aunque no tenía ni idea de si los Sincorazón podían hacerlo, y aprovechó para levantarse con esfuerzo. Se limpió el barro de la cara, parpadeó varias veces con los ojos llenos de lágrimas y agradeció que la lluvia sirviera para despejarle el rostro.

El Sincorazón no le prestaba atención. Era el momento.

Aunque le dolía a rabiar el costado, cargó con violencia contra él, algo más torpe de lo que había esperado por culpa del barro y del dolor. Pero aferró con decisión la empuñadura de la Llave Espada para evitar que se le escurriera entre las manos por culpa de la lluvia. Dio un sablazo aprovechando el impulso que llevaba y giró sobre sí misma, arriesgándose a recibir un nuevo golpe, para asestar una violenta estocada. Alzó los brazos y dejó caer la Llave Espada a plomo por si al Sincorazón todavía le quedaban fuerzas para resistirse.

[Soul Artist]

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Próximo límite: miércoles 29 de Agosto. Precioso día. RedXIII posteará esta ronda también, pues vuelve hoy mismo.

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Esta es seguramente la última ronda, muchachos. Ya podéis saborear el sabor del final... ¡Y de la secuela! RedXIII y Suzume Mizuno os venís a la siguiente Trama. Si alguno de ambos no quiere estar de nuevo en Tierra de Partida, no hay problema, enviadme un Mensaje Privado entre el final de esta Trama y el comienzo de la siguiente, que dependerá de cuándo acaben otros de vuestros compañeros para traeros a un tercer integrante.

Fátima Laforet
Fátima derrotó finalmente al Sincorazón, liberando su corazón y dejándolo volar libre hacia el cielo, donde acabaría desapareciendo entre la oscuridad y las grises nubes de la lluvia.

Se estaba formando un auténtico temporal, lo cual no le permitía a la joven seguir con su búsqueda. ¿Y si se montaba otra vez en el Glider y otro rayo le alcanzaba? Ciertamente, conducir aquel cacharro en tormenta había demostrado ser de todo menos seguro. Por no hablar del hombre de las risas tan agudas que, aunque parecía un payaso, había demostrado ser algo peligroso al poder convocar a un Sincorazón. Y Mulan, al ir a caballo, ya debería estar lejos...

Claro que quedarse allí quieta con tanta lluvia le iba a acabar provocando un resfriado. Tenía que tomar una decisión: buscar la salida del bosque para acabar de nuevo en la casa de los Fa, buscar un cobijo o incluso esperar allí mismo. También podía arriesgarse a tomar el vehículo de la Llave Espada nuevamente, o ir por el camino que había tomado el jinete... O incluso volver a Tierra de Partida y retomar la búsqueda al día siguiente, más tranquila.

No tenía claro que hacer. Todo estaba oscuro y ella, perdida.

* * *

Zait Laind & Hiro
—Dita sea... —suspiró Ronin ante lo que Zait le había informado. No parecía que fuera a echarle la bronca, como él parecía pensar por su modo de cerrar los ojos—. Con esta lluvia va a ser imposible encontrar a la chica, y si se ha adentrado en el bosque y no nos da ninguna clase de señal como un Piro al aire, seremos incapaces de dar con ella. Y ya Mulan misión imposible...

El Maestro dibujó una mueca en su rostro, descontento con la situación que estaba viviendo. Observó el hogar de los Fa y después a los dos aprendices, llevándose la mano a la barbilla para plantear su siguiente movimiento.

—Zaif, tú y yo volvemos a casa —ordenó Ronin al chico, invocando su Llave Espada y transformándola en Glider—. Yo debo regresar para informar en Tierra de Partida, pero tranquilo, chico perro —se dirigió hacia Hiro, que ya debía estar más que despierto a aquellas alturas—, volveré. Busca a Fátima y dirigíos ambos mañana por la mañana al campamento Buzho, al noreste de aquí. Esta brújula y mapa te ayudaran.

Ronin dio entrega al joven de un mapa muy detallado acerca del bosque y una pequeña y sotisficada brújula que claramente no era originaria de aquel mundo, por lo que debía ocultárselo bien a los habitantes de aquel lugar.

—Mañana nos veremos —señaló Ronin—. Procura que las chinches no te coman, ¡ja!

—¿Os vais? —preguntó en bajo Mushu a Zait, saliendo de su escondite—. Entonces yo me quedo aquí. ¡Un placer!

El dragoncito bajó por la espalda de Zait, aprovechando la oscuridad para no ser avistado por nadie, y descendió al suelo dirigiéndose hacia el bosque. Quizás Hiro viese una pequeña sombra ir hacia allí, pero por su tamaño solo podría deducir que se trataba de una lagartija o algo semejante.

—¡Oh, y Hiro! —el Maestro se dirigió hacia el joven, dándole entrega de una jaula de aspecto viejo y gastado con un pequeño grillo dentro que cantaba asustado por los bruscos movimiento de Ronin—. Zhou me dio esto para desearnos suerte. Creo que te servirá bien hasta que vuelvas. ¡Vámonos, Zoif!

Con aquello dicho, Ronin se subió sobre su Glider, esperando que Zait hiciese lo mismo.

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Red, que te haya dado a Grillo no significa que te esté dando la invocación. Que conste en acta.

[Little Sho]

—Dita sea... —suspiró Ronin ante lo que Zait le había informado. No parecía que fuera a echarle la bronca, como él parecía pensar por su modo de cerrar los ojos—. Con esta lluvia va a ser imposible encontrar a la chica, y si se ha adentrado en el bosque y no nos da ninguna clase de señal como un Piro al aire, seremos incapaces de dar con ella. Y ya Mulan misión imposible...

Ronin parecía realmente descontento con todo lo que ocurría. Por mi parte, yo me sentía bastante mal.

—Zaif, tú y yo volvemos a casa —ordenó Ronin, yo expresé una enorme mueca. Realmente, no había sido muy de provecho durante aquella misión—. Yo debo regresar para informar en Tierra de Partida, pero tranquilo, chico perro —se dirigió hacia Hiro esta vez—, volveré. Busca a Fátima y dirigíos ambos mañana por la mañana al campamento Buzho, al noreste de aquí. Esta brújula y mapa te ayudaran.

Ronin le ofreció una brújula un tanto extraña a Hiro, algo lejos de lo habitual.

—¿Os vais? —me preguntó Mushu mientras salía de su escondrijo—. Entonces yo me quedo aquí. ¡Un placer!

—Ha-Hasta pronto…

¡Y encima eso! Mushu debía quedarse, por lo que no podría montar en sus lomos! Al menos, quería haber podido ayudarle a encontrar a Mulan.

—¡Oh, y Hiro! —Ronin le entregó una vieja jaula con un grillo dentro—. Zhou me dio esto para desearnos suerte. Creo que te servirá bien hasta que vuelvas. ¡Vámonos, Zoif!

Ronin se montó en su Glider. Yo alcé mi Llave Espada para invocar el mío y posteriormente hacer lo mismo. Con el casco aún fuera, contemplé algo triste la última imagen que tendría de Tierra de Dragones… hasta que volviese.

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Le cedo todos mis PX a Tak, mi mascota~

[Suzume Mizuno]

Un corazón ascendió al cielo, brillando en medio de la oscuridad. Pero Fátima no lo siguió con la mirada, sino que se agachó a recuperar el aliento. Estaba cansada, calada hasta los huesos, dolorida y sucia. Pero no hizo desaparecer la Llave Espada. Quién sabía si el loco ese volvería a por ella en cualquier momento.

Se apartó el pelo de la cara y se limpió las manos con la lluvia mientras pensaba seriamente qué hacer.

No quería arriesgarse a que la golpeara otro rayo, a ver si se iba a partir el cuello. Pero Mulan, yendo a caballo como iba, ya debía haberla dejado muy atrás. Se planteó regresar con el maestro Ronin y los demás. Sin embargo, recordó que la vida de Mulan corría peligro.

No la conocía de más de media hora y lo sabía, pero le habían asignado una misión y, además, ¿cómo iba a rendirse cuando podía salvar una vida? Imaginó el rostro del padre de Mulan si se enterara de que su hija había muerto y se convenció de que ir en pos de ella era lo correcto.

De modo que se puso la Llave Espada al hombro y echó a andar, con resolución, a la búsqueda del camino que había seguido Mulan. No podía estar muy lejos, porque había intentado ir por encima con el glider, aunque con la oscuridad podía haberse desviado un poco…

“Bueno, igualmente no puedo haberme desviado tanto” pensó intentando ser optimista, e ignoró el chapoteo de sus zapatos en el barro, que se le enganchaba y le dificultaba el avance. Como si algo así fuese a detenerla. Ya se preocuparía después de limpiarse la ropa y de echarle la bronca del siglo a Hiro y a Zait por no haber ido con ella. Ahora lo importante era encontrar a Mulan.

[RedXIII]

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¡He vuelto, he vuelto, tranquilos!

—¡Despierta de una vez, borrego! ¡Tenemos que buscar a Mulan!

Exclamo el maestro mientras Hiro aun dormía, con la esperanza de que aquel sonoro grito lo despertara.

Poco recordaría de aquel sueño, tal vez fragmentos borrosos, una silueta familiar que cada vez se mostraba más, saliente de la oscuridad, se entrelazaba delante suyo, aquella vestimenta y el rojizo pelo, cuidado y recogido, era lo que le delato, era su abuelo ¿Porque su abuelo apareció en uno de sus sueños? Lo más curioso es que, sin decir nada, movía la boca, como si hablara, pero por mucho que lo intentara Hiro no podía escuchar lo que decía, era una situación irritante y molesta, hasta que escucho unas palabras, las únicas que pudo escuchar.

- You are not alone -

El eco de aquella frase sin sentido reverbero por el vacío oscuro en el que estaban inmersos ambos, mientras con el, desaparecía lentamente su abuelo.

Hiro desperto por los ruidos que hacía el maestro y su compañero.

—Joder, me he quedado frito, ha sido... raro, hasta hace un momento estaba bien —

No se había percatado del tiempo el cual había estado durmiendo.

—Zaif, tú y yo volvemos a casa — Ordenó Ronin a Zait, que en algún momento de su despiste o "siesta" improvisada, se unió al grupo de nuevo, invocando su Llave Espada y transformándola en Glider—. Yo debo regresar para informar en Tierra de Partida, pero tranquilo, chico perro — Se dirigió hacia Hiro—, volveré. Busca a Fátima y dirigíos ambos mañana por la mañana al campamento Buzho, al noreste de aquí. Esta brújula y mapa te ayudaran.

Le dio una brújula muy extraña y un mapa, que seguramente apenas entendería, ya que no tenía ni idea de donde estaba siquiera.

—¿Mulan, mapa, brújula? — Hiro no entendía nada, ante su desconocimiento de lo ocurrido se quedo embobado.

—Mañana nos veremos —señaló Ronin—. Procura que las chinches no te coman, ¡ja!

—¿Chinches, porque Chinches? — Pregunto en vano.

Hiro se percato levemente de que había aparecido una especie de lagartija o algo que se movía entre las sombras del bosque, pero sin darle apenas importancia.

—¡Oh, y Hiro! — El Maestro Ronin se dirigió hacia Hiro, dándole entrega de una jaula de aspecto viejo y gastado con un pequeño grillo dentro, que parecía asustado por los movimientos de Ronin sujetando la caja —. Zhou me dio esto para desearnos suerte. Creo que te servirá bien hasta que vuelvas. ¡Vámonos, Zoif!

Hiro se sintió muy alagado, para el era como una recompensa que le diera algo así, todo un honor.

Mientras miraba curioseado el grillo que había en el interior de la caja, Zait y el Maestro Ronin emprendieron su viaje hacia "Tierra de Partida".

Se acerco al bosque y de una de las plantas que había por allí y le guardo un trozo de hoja por si el grillo tendría en algún preciso momento hambre, eran las típicas hojas que se comían siempre los insectos, el bosque parecía tener en cantidad.


—Ale, come si tienes hambre — Le dijo al Grillo mientras cerraba la caja y con cuidado la guardaba, a su vez intento decodificar el mapa y el funcionamiento de la brújula, claramente en vano, así que decidió fiarse de su olfato y buscar a Fátima mientras pudiera.

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Yo dependiendo de la cantidad de puntos quiero repartir entre mi mascota y yo.

PD: Perdón por haberos tenido esperando XD

[Soul Artist]

Hiro fue detrás de Fátima, esperando encontrarla gracias a su olfato sin hacer uso del mapa... O eso creía él. El rastro era difícil de seguir, pues cuando la joven se había ido todavía estaba lloviendo, y el bosque era, cuanto menos, grande. No sería fácil encontrarla de nuevo, pero nunca se sabía. Si la suerte le acompañaba...

Por otra parte, Fátima decidió introducirse más en el bosque. Su empeño por localizar a Mulan era admirable: no pensaba volver a casa hasta haberla localizado y devuelto con su padre. Bien sabía que podía sucederle cualquier desgracia si la descubrían del ejército. ¿La muerte? No, peor. Estaría rodeada de hombres, machos que haría mucho tiempo que no habrían visto a una mujer en meses.

Durante su viaje nada ni nadie le atacó de frente en principio. El hombre sobre el caballo no hizo acto de presencia, para tranquilidad de la joven, aunque los sonidos del bosque podían ponerla nerviosa, y más con la oscuridad que cubría el camino y que no le permitía llegar a ver más allá de sus narices. Moverse por allí era dificultoso y lento, pero al menos podía caminar...

Hasta que escuchó unas pisadas detrás de ella. Igual llegó a pensar que era su imaginación, pero cada vez eran más fuertes, más cercanas. Alguien la estaba siguiendo.

Intentase huir, o simplemente girase la cabeza en forma de acto reflejo, llegó a escuchar una voz a sus espaldas:

—No deberías estar aquí. Duerme.

Y antes de que viese el rostro de su perseguidor, o siquiera pudiese huir más de unos metros, Fátima notó cómo todo comenzaba a dar vueltas y el sueño se apoderaba de ella en contra de su voluntad. Su cuerpo comenzó a tambalearse y la oscuridad comenzó a taparle la vista, cerrando los ojos para irse a dormir.

No podía... No debía...

Lo único que pudo distinguir antes de caer definitivamente dormida fueron los pantalones de su misterioso agresor, acercándose lenta, muy lentamente a ella...

Y después, el sueño.

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Trama finalizada. Tendréis que seguir buscando a Mulan en la próxima... Se abrirá cuando La guerra ha cambiado finalice, que están cerca.



Suzume Mizuno

Has posteado en 12/12 rondas. Máxima puntuación: 60 PX. Recibes: 60 PX.

Estilo impecable y no has faltado a ninguna de las rondas, además de haber posteado siempre cerca de la fecha de inicio de la ronda y evitado así atrasar a compañeros. Me gusta tu modo de interpretar al personaje fielmente, metiéndote muy de lleno en ella y actuando en consecuencia. En combate te has desenvuelto bien, por lo que, en general, ninguna queja: recibes todos los PX.
¡Nivel 7 alcanzado!
9 PX para Nivel 8.


RedXIII

Has posteado en 9/12 rondas (faltan R#9-#11). Máxima puntuación: 54 PX. Recibes: 41 PX.

Necesitas repasar tus mensajes. Muchas veces se ha dado el caso de pequeños errores tontos que has cometido y que se podrían corregir con solo un vistazo rápido, créeme. También has cometido algunas faltas de ortografía a las que debes atender, aunque ya son menos que en anteriores temas. Se ve mejoría con otros temas, pero debes perfeccionar mucho tu estilo y profundizar más en el personaje, aparte de poner una mejor presentación de los posts.
No te he actualizado los PX porque has pedido verlos antes para darte a ti o a tu mascota, así que no olvides pedirlos cuanto antes en Actualizaciones. Hazlo en menos de una semana o los perderás.


Little Sho

Has posteado en 7/12 rondas (faltan R#3-#7). Máxima puntuación: 48 PX. Recibes: 40 PX.

Debido a tu viaje has faltado a muchas rondas, por lo que no te puedo dar más PX. Has empezado muy bien, pero en mi opinión has fallado un poco en algunos puntos (podrías haberle sacado más jugo a Mushu en vuestro primer encuentro, por ejemplo), aunque acharé la culpa al hecho de que hayas faltado tanto tiempo. Yo sé que tú puedes hacerlo mejor, lo has demostrado de sobra en anteriores ocasiones.
¡Tak sube al Nivel 5!
30 PX para Nivel 6.