[Castillo de Bestia] ¿Es ella?

[EspeYuna]

Spoiler: Mostrar

Fecha límite: 19 de Septiembre
Sé que la fecha límite de esta semana era mañana día 14, pero como tengo viaje y boda el día 15, puede que mañana esté ocupada preparando cosas. Y como ya habíais posteado pues... =P

El Maestro esbozó una pícara sonrisa, como si la determinación de los dos aprendices le hubiese alegrado la mañana.

—¡Entonces vamos allá! ¡Seguidme! —gritó Ronin, subiéndose a su Glider y alzándose a gran velocidad hacia el cielo, desapareciendo en un pequeño destello de luz.

------

Tras atravesar la atmósfera de aquel nuevo mundo, pudieron divisar todo lo que éste les podía ofrecer: una preciosa aldea, pintoresca, en la lejanía. Seguidamente, praderas de alegres colores donde se percataba a los pastores con sus rebaños... pero toda esa alegría se terminaba en un punto: un bosque que, a medida que avanzaba, se iba tornando a un color más triste y oscuro... qué extraño, ¿no?

Si Mei pensaba que irían hacia la aldea, estaba bien equivocada: su objetivo era lo que les esperaba tras aquel tenebroso páramo.

Pronto pudieron divisar un castillo. Si Xefil recordaba su hogar, podría haberlo confundido perfectamente, aunque éste no estaba cubierto de espinas causadas por la maldición, sino por oscuras nubes que le hacían perder todo su encanto.

—¡Bajaremos aquí, chicos! —ordenó Ronin, guiándolos hasta un puente que conducía a la entrada del castillo.

Una vez aterrizaron los tres en el suelo, Ronin hizo desaparecer su Glider y su armadura, estiró los brazos y respiró hondo.

—¡Bueno, bueno... aquí estamos! —gritó, esbozando de nuevo su sonrisa despreocupada— Mei, te cuento: nuestra misión consiste en explorar este castillo y obtener la mayor información posible. Hasta ahí bien...

Ronin miró hacia las altas torres del edificio, magnificado por tal hermosa estructura.

—Y ahora os voy a dar más detalles. Podríamos haber puesto esta misión en el tablero de anuncios del gremio, pero Nanashi lo descartó de inmediato pues, según los rumores... hay "algo" en el castillo.

>> Una "bestia", así la llaman los aldeanos que han logrado ver a esa criatura, aquellos que se han perdido en el bosque y buscaban refugio donde pasar la noche. ¡Pero claro, pueden ser simples habladurías para atraer a los turistas!

Tras reír un poco, Ronin se dirigió de nuevo a sus dos aprendices:

—Pero no podemos arriesgarnos. En cualquier mundo, si un habitante ha visto una "bestia", una "criatura", un "monstruo"... ¿lo pilláis?

Estaba claro que el Maestro Ronin hablaba de su principal enemigo, la razón por la cual existía la Llave-Espada: los sincorazón.

—En principio hemos estado esperando un tiempo, por si quizás fuese sólo una bromita de los aldeanos, no sería la primera vez que nos pasa... —dijo Ronin, suspirando— Pero esta vez es diferente, pues, aunque no existen pistas sobre un sincorazón, sí las hay sobre "alguien" que vive en el castillo, cuando se supone que está abandonado desde hace mucho tiempo.

>> Tres aprendices pasaron una noche en el castillo. No estaban en condiciones de viajar y tampoco lo estaban sus Gliders, pues les pilló una tormenta. Nadhia, Ragun y Hitori... ¿os suenan?

[A Nerd Girl]

Partimos con el maestro a ese mundo. ¿Como será? Cuando llegamos era diferente a lo que pensaba. Una aldea pero vi que no nos dirigíamos alli... ¿Por qué? Nos dirigíamos a un lugar que me daba muy mala espina. Lleno de nubes... Parecía un lugar muy tenebroso.

-¡Bajaremos aquí, chicos!- Acabamos en un puente, la entrada a un castillo. ¿Quién será su dueño? ¿Estará abandonado?

-¿Aqui?-Pregunté algo dudosa, no sabía bien que pasaba.

-¡Bueno, bueno... aquí estamos! -Este al parecer era el destino final. ¿Por qué no fuimos a la aldea?- Mei, te cuento: nuestra misión consiste en explorar este castillo y obtener la mayor información posible. Hasta ahí bien...-

Explorar el castillo. Era de una arquitectura algo diferente, era hermosa.

-Y ahora os voy a dar más detalles. Podríamos haber puesto esta misión en el tablero de anuncios del gremio, pero Nanashi lo descartó de inmediato pues, según los rumores... hay "algo" en el castillo.

>> Una "bestia", así la llaman los aldeanos que han logrado ver a esa criatura, aquellos que se han perdido en el bosque y buscaban refugio donde pasar la noche. ¡Pero claro, pueden ser simples habladurías para atraer a los turistas!-

El Maestro se reía, ¿acaso era buen momento para reir? ¿Y si esa "bestia" nos ataca por sorpresa?

—Pero no podemos arriesgarnos. En cualquier mundo, si un habitante ha visto una "bestia", una "criatura", un "monstruo"... ¿lo pilláis?-

Puede ser....¿Un sincorazón?

-En principio hemos estado esperando un tiempo, por si quizás fuese sólo una bromita de los aldeanos, no sería la primera vez que nos pasa...-¿Una broma de los aldeanos?- Pero esta vez es diferente, pues, aunque no existen pistas sobre un sincorazón, sí las hay sobre "alguien" que vive en el castillo, cuando se supone que está abandonado desde hace mucho tiempo.

>> Tres aprendices pasaron una noche en el castillo. No estaban en condiciones de viajar y tampoco lo estaban sus Gliders, pues les pilló una tormenta. Nadhia, Ragun y Hitori... ¿os suenan? -

Negué con la cabeza. Aunque el segundo me sonaba de algo ese nombre... Miré a Xefil... ¿Tendrá miedo? Ni idea, pero pensar que hay algo dentro de ese lugar y que podría atacarnos era algo escalofriante.

[Zee]

Atravesamos la atmósfera del mundo tan veloces como el mismo viento, montados en nuestros respectivos Gliders y protegidos siempre por nuestras Armaduras. Desde nuestra altura, más allá de lo que cualquier ave podría alcanzar, podíamos apenas divisar la superficie del mundo, asomándonos por los huecos entre las nubes: un agradable pueblo en la orilla de un profundo y extenso bosque, y más allá, un castillo de altas y delgadas torres, coronadas por las grises nubes.

Sin duda alguna, tenía un parecido tremendo con mi hogar. Algunas diferencias en la arquitectura, el color y la localización, pero... era prácticamente igual: una fortaleza alejada de las grandes ciudades que pudiesen suponer un peligro para el monarca. Sin embargo, éste parecía extrañamente vacío y solitario, como si nadie hubiese vivido allí en años. Y, al contrario que en mi reino, el pueblo más cercano no parecía tener ningún camino para llegar. No uno sencillo, por lo menos.

El Maestro Ronin decidió que descenderíamos en el puente de la entrada. Obedecí inmediatamente, haciendo desaparecer todo mi equipo en cuanto mis pies tocaron tierra. Brevemente explicamos a Mei en qué consistía la misión: una simple exploración nada más.

O eso pensé...

—Y ahora os voy a dar más detalles —explicó el Maestro—. Podríamos haber puesto esta misión en el tablero de anuncios del gremio, pero Nanashi lo descartó de inmediato pues, según los rumores... hay "algo" en el castillo.

—¿"Algo" en el castillo? ¿A qué se refería Nanashi con ello? —inquirí.

—Una "bestia", así la llaman los aldeanos que han logrado ver a esa criatura, aquellos que se han perdido en el bosque y buscaban refugio donde pasar la noche. ¡Pero claro, pueden ser simples habladurías para atraer a los turistas!

Una carcajada de parte de Ronin. Como siempre, riendo de sus propios chistes.

—Pero no podemos arriesgarnos. En cualquier mundo, si un habitante ha visto una "bestia", una "criatura", un "monstruo"... ¿lo pilláis?

—Sincorazón —expresé, entendiendo de inmediato a lo que el Maestro se refería.

Básicamente de ello hablaban los rumores de los aldeanos: una bestia que acechaba al castillo. No obstante, no nos quedaba claro si realmente se trataba de nuestros enemigos. Ronin mencionó que la fortaleza se hallaba abandonada, pero que había pistas de que alguien vivía en el interior. Y, para mi sorpresa, mencionó que tres Aprendices, Nadhia, Hitori y Ragun habían estado por allí hacía un tiempo. Conocía a Ragun y había escuchado hablar cierta vez de los otros dos por los pasillos, e incluso era posible que los hubiese visto, pero realmente no tenía memorias sobre ellos.

—Extraño, eso... que nadie les haya atacado mientras pasaban la noche, quiero decir —comencé a teorizar, sintiendo algo de curiosidad. Las piezas no encajaban, ahora que lo pensaba con detenimiento—: Si realmente hay una bestia que domina el castillo, ¿por qué los dejó andar a sus anchas por el interior, en su territorio? Y si se tratase de Sincorazón, éstos se hubiesen vistos atraídos a la Llave-Espada en cuestión de unos instantes... pero nada se mostró ante ellos, por lo que entiendo. Lo que me hace pensar... que la supuesta "bestia" no es más sino los habitantes de este castillo. Para ello, sin embargo, el abandono debería ser una gran mentira...

Me llevé la mano a mi cabello, intentando pensar. Definitivamente, aquel castillo encerraba más misterios que un simple animal salvaje morando en su interior.

—Igualmente, Maestro, nos encargaremos de conseguir la información necesaria —añadí, haciendo una reverencia. Y luego, recordando súbitamente lo que Nanashi me había confesado, pregunté—: ¡Oh! ¿Y qué hay del encantamiento?

[EspeYuna]

Spoiler: Mostrar

Fecha límite: Lunes, 24 de Septiembre

El Maestro Ronin escuchó atentamente las palabras de Xefil, bastante interesado por ver lo que se cocía en la mente del joven. Una vez terminó de hablar, Ronin le explicó:

—Eso mismo pensaron los muchachos. Pasaron la noche sin ningún tipo de sorpresa desagradable —se rascó la nuca, pensando en ello—. Aparte, no fueron tontos: hicieron turnos para vigilar. Pero hay una serie de acontecimientos extraños, aparte de lo ya mencionado sobre esa posible "bestia".

>>La muchacha, Nadhia. En su informe redactaba que, cuando llegaron al interior del castillo, una habitación con una chimenea les esperaba... y estaba encendida, preparada para ellos.

El Maestro Ronin se quedó en silencio, dejando cierto suspense. Y su rostro tornó serio, algo bastante extraño en él.

—Existe algo más que un monstruo en este castillo. Una criatura y alguien que les ofrece asilo a nuestros aprendices sin mostrarse ante ellos.

>> Sobre el encantamiento, poco te puedo contar. Lo único que sé es que afecta a todo el castillo, pero la maldición no ha llegado a la aldea que habéis podido ver desde las alturas con vuestros Gliders.

Una vez dicho todo aquello, el Maestro Ronin terminó de acicalarse la barba y se dirigió hacia la puerta, dispuesto a entrar.

—¡Bueno! ¡Si no tenéis más preguntas, seguidme! —dijo, mostrando de nuevo su tono despreocupado y vivaz.

Spoiler: Mostrar

Una vez entraron por la puerta, pudieron darse cuenta de que el edificio estaba totalmente a oscuras. Salvo por leves rayos de luz de luna que entraban por algunas grietas en la pared y facilitaban la visión, el castillo parecía abandonado.

—Parece que esta vez no nos dan la bienvenida, ¿eh? —Ronin observó aquel recibidor, el cual llevaba a muchos caminos. Una puerta ligeramente abierta a un lado. La otra parecía estar cerrada y, al fondo, unas majestuosas escaleras en forma de T, las cuales llevaban a tres posibles caminos a seguir: una puerta grande y central, y otros dos bloques de escaleras que podrían conducir a mil y un lugares de aquel gigantesco castillo... ¿quién podría haber vivido allí? —Chicos, es hora de que nos separemos. ¡Seguro que es más emocionante así!

Estalló a carcajadas, aunque a los aprendices podría no hacerles mucha gracia el hecho de que una "bestia" andase suelta por allí y que su Maestro los dejase solos. Pero también era cierto que, si se separaban, podrían registrar en menos tiempo el lugar y volver pronto a casa... o no.

—¡Tranquilos! Si acaso ocurre algo, estaré pendiente. Nanashi y Lyn me cortarían el cuello si algo les sucede a sus dos aprendices —guiñó con el ojo visible—. Decidid si queréis ir separados o juntos. Y luego, los caminos que vayáis a escoger. ¡Venga!

Spoiler: Mostrar

Un error por mi parte: creo haber redactado que aterrizaban en las puertas del puente (en KH2 donde luchas contra Xaldin), pero si os acordáis, tras esas puertas había un patio. Y me he saltado el patio por arte de magia. Siento la confusión n_nU

[A Nerd Girl]

¿Les prepararon una chimenea? ¿Una bestia que ofrece asilo? ¿En qué mundo loco estamos? Miré bien el lugar. Entramos y estaba oscuro. ¿Quién podría vivir ahi? Alguien solitario posiblemente, o algo...

-Parece que esta vez no nos dan la bienvenida, ¿eh? -¡Era Inmenso! Es muy grande... Demasiado. Parecía un lugar solitario, el que viviese aquí... Debe sentirse muy solo.-Chicos, es hora de que nos separemos. ¡Seguro que es más emocionante así! -

Se puso a reir, ¿Nos dejaría solos? Miré a Xefil. ¿Y si nos ocurre algo? ¿Y si la "bestia" es demasiado fuerte? No, recuerdo que el Maestro dijo que dió asilo a otros aprendices, además que me daba la pinta que se sentía solo... ¿Y si quiere compañía? ¿o ayuda? La maldición que nombró Nanashi me hizo pensar. ¿Y si quiere ayuda por que está maldito? ¿Podríamos ayudarle? No hay nada seguro.

-¡Tranquilos! Si acaso ocurre algo, estaré pendiente. Nanashi y Lyn me cortarían el cuello si algo les sucede a sus dos aprendices -El maestro bromeó de nuevo. Recobré un poco la confianza, por el momento no nos ha pasado nada. Puede que estar solos un rato... Haga bien.- Decidid si queréis ir separados o juntos. Y luego, los caminos que vayáis a escoger. ¡Venga!-

¿Juntos o separados? ¿Separados o juntos? Solo dos opciones. Yo no puedo elegir por Xefil. Me giré para verle. Yo quiero ir junto a él. ¿Pero él querrá junto a mi? Suspiré.
-Xefil, me gustaría que fuesemos juntos, pero es tu decisión...- Le miré a los ojos y le sonreí levemente, él era libre, él podía decir la última palabra.

Solo me preocupa que no nos ataque el ser que habita en este castillo.

[Zee]

Ambos seguimos a nuestro Maestro Ronin hasta la entrada principal del castillo, para después cruzar la enorme puerta. No fue ninguna sorpresa encontrarnos con un enorme patio dándonos la bienvenida, con bellas estatuas y verdes jardines, aunque sin duda algo descuidados. El sonido de nuestros zapatos resonando en las losas de piedra fue el único fenómeno que nos acompañó en todo el recorrido: ni un solo soplo de brisa o el ruido de las ramas de los lejanos árboles agitándose; ni una cantarina ave o una grácil libélula; ni siquiera las pequeñas hormigas en el suelo. Aquel sitio parecía estar no sólo abandonado de sus habitantes, sino por el mundo entero.

Antes de que me diese cuenta, cruzamos otra puerta doble de fuerte roble, para hallarnos en el interior de un enorme vestíbulo. Y, al igual que en el patio, no había nada para recibirnos. Sólo las estatuas y armaduras que adornaban las paredes y los tapices que querían alegrar a la vista.

—Parece que esta vez no nos dan la bienvenida, ¿eh?

—Cuán desapacibles las formas del señor de este castillo, diría yo. ¿No lo creeríais así? —me llevé la mano a los labios a los pocos segundos de haber respondido al Maestro Ronin, asombrado por las palabras que acababan de salir de mi boca. Había hablado tan... propiamente; como si me hallase frente al mismísimo Rey Estéfano o a alguno de sus eruditos. Sorprendentemente, parecía que aquella fortaleza me hacía actuar como en casa.

Ningún daño podría hacer, supuse. "Honor ante todo" es lo que debía, como Xefil, hijo de Arazec, tener siempre en mente.

—Chicos, es hora de que nos separemos. ¡Seguro que es más emocionante así!

Asentí con la cabeza. No emocionante, no, pero sí mucho más eficaz: recorreríamos el enorme castillo mucho más pronto de esa manera. Sin embargo, era muy grande de cualquier manera, así que tal vez no hiciera mucha diferencia...

Teníamos una gran variedad de caminos frente a nosotros: puertas pequeñas a nuestras diestra y siniestra, y luego una gran puerta bien adornada en la cima de una escalera. Ésta, además, se dividía en dos y daba una media vuelta completa en cada lado, donde seguramente nos esperarían pasillos al interior del castillo. Muchos lugares a donde ir, y todavía quedaban las puertas de los sirvientes a las que podíamos acceder desde el exterior.

—¡Tranquilos! Si acaso ocurre algo, estaré pendiente. Nanashi y Lyn me cortarían el cuello si algo les sucede a sus dos aprendices —Ronin nos guiñó el ojo a Mei y a mí, con complicidad—. Decidid si queréis ir separados o juntos. Y luego, los caminos que vayáis a escoger. ¡Venga!

Mei contestó casi de inmediato, girándose hacia mí con una sonrisa:

—Xefil, me gustaría que fuesemos juntos, pero es tu decisión... —no hesité ni un segundo. Indiscutiblemente, sería mejor así:

—Precisamente la misma idea cruzaba mis pensamientos. No dudo ni un instante en que Maese Ronin bien podrá explorar por su cuenta, sin necesidad de compañía que más que asistir, entorpecería. No obstante, sí que considero pertinente que nosotros dos no nos dividamos ni un momento.

>>Con esto dicho, ¿no será ningún contratiempo si nos aventuramos al otro lado de aquellas puertas? —señalé con la Llave-Espada al camino que teníamos directamente al frente, tras subir la escalinata—. Sospecho que se trata de una estancia de vital trascendencia y que en su interior hallaremos algo de afín valor.

Tras obtener la aprobación de Ronin, subiría la escalinata e intentaría abrir la puerta por todos los medios. Si la arquitectura era igual, o por lo menos parecida, a la de mi viejo mundo, entonces detrás sólo podía hallarse una cosa...

La sala del trono. Y en ella, el amo del castillo.

[EspeYuna]

Spoiler: Mostrar

Fecha límite: Viernes, 28 de Septiembre

Spoiler: Mostrar

Ronin dio unas palmadas al hombro del joven Xefil.

—¡Así me gusta! ¡Todo un caballero, sí señor! Y veo que te estás metiendo en tu papel, ¡qué manera de hablar tan elegante!—exclamó el Maestro. Parecía contento de la decisión del aprendiz— Entonces yo iré por las escaleras de la izquierda. ¡Buena suerte!

Y sin más, el vivaracho líder se fue silbando, subiendo por las escaleras hasta desaparecer en la oscuridad. Mientras, Xefil ya había tomado la decisión de abrir la gran puerta que se encontraba en el centro de aquellas majestuosas escaleras, dignas del castillo de un rey.

Tras un enorme esfuerzo por empujar las puertas, Xefil consiguió entrar junto con Mei a la bella sala que se escondía en la oscuridad... ¿o no?

Porque si de una cosa podían estar sorprendidos es que las velas de aquel enorme salón estaban encendidas, cuidadosamente dispuestas a lo largo de las paredes cubiertas de tupidas cortinas. Sin embargo, las sospechas de Xefil no eran del todo ciertas. A pesar de que lo que tenían ante sus ojos era un salón de baile, donde tradicionalmente se bailaban los vals y los soberanos recibían a los invitados, Xefil no pudo vislumbrar ningún trono. Por lo tanto, no había reyes que esperasen su visita. De hecho, al otro lado de la sala circular sus ojos encontrarían unas grandes ventanas de cristal que conducían a un gran y hermoso balcón de piedra.

Sin duda alguna, aquella estancia podía ser mucha más hermosa que la sala del trono de su mundo de origen: las bellas baldosas de mármol que inundaban el muy cuidado suelo, la enorme lámpara de araña que colgaba del techo y... ¡qué veían sus ojos! Una hermosa pintura surcaba el techo, llena de nubes entre las que se escondían unos bellos ángeles.

El rey de aquel castillo había cuidado bien aquel salón de baile, aunque... qué extraño, ¿verdad?

[A Nerd Girl]

Xefil aceptó mi idea, y creo que erea la suya también. Parecía que iria bien. Solo espero que el Maestro no sea atacado. Solo espero que ninguno sea atacado. Hay que ser positiva, todavía no ha aparecido nadie ni ha habido ninguna cosa muy extraña. Esto era un lugar casi desconocido para mi. Xefil debería saber mejor que yo de estas cosas, castillos, palacios... Yo nunca pude entrar a uno.

Como sospechaba ya tenía claro donde ir. La puerta que teníamos subiendo la primera parte de las escalera. Un puerta que denotaba que iba a ser pesada... ¿Cómo lo hacen para construirlo? Mano de obra de la gente pobre que por un poco de comida son capaces de levantar castillos tan inmensos como este.

La sala en la que el Maestro Ronin y nosotros nos dividimos era oscura y lúgrube, ¿serán todas las estancias iguales? ¿Habrá alguien aguardando? ¿Una trampa? Solo podíamos probar.

La puerta era resistente, parecía no querer inmutarse, pero logramos abrirla. Entonces una gran estancia se reveló. Hermosa, brillante, limpia y vacia. Nadie, ni un alma. Parecía que ese lugar era el más cuidado. El suelo, las paredes, el techo estaba todo en perfecta armonía. Parecía de ensueño. Yo nunca pensé en un lugar tan bello. Una vidriera de cristal en frente de nosotros. Se podía ver el exterior. A pesar de que afuera pareciese tan tenebroso. Esa habitación era lo que compensaba el venir. Me quedé boquiabierta.

-¡Qué lugar tan hermoso!- Exclamé sorprendida por la belleza del lugar.

Parecía en verdad un sueño.

[Zee]

—¿Una sala de baile? —murmuré, extrañado ante la estancia que se presentó ante mí una vez Mei y yo logramos abrir la gigantesca puerta. ¿Me había equivocado con mi predicción? Aparentemente, así era. La sala del trono había terminado por ser reemplazada por aquel pulcro salón, si es que había habido asientos en aquel sitio alguna vez.

Lo único que tenía frente a mí, en lugar de una pesada silla hecha con los mejores metales y adornada con brillantes joyas, era una gran pared de purísimo cristal y marcos de finas maderas. Detrás de ésta, un amplio balcón de piedra sobre los jardines traseros.

—No alcanzo a comprenderlo... ¿Significa esto que nuestro anfitrión pasa su día en otras estancias?—susurré, más para mí que para buscar una respuesta por parte de Mei.

Un estudioso erudito lector, o un determinado alquimista, o un guerrero siempre en entrenamiento... o un solitario ermitaño. Cualquiera de esas podía ser la identidad del señor de aquella fortaleza, más aquéllas que no se me habían pasado por la mente. Un hombre (o familia) que no disfrutaba de pasar el día en un frío y rígido trono... Sí, podía ser.

Pero me estoy yendo por las ramas. ¿Qué relación tiene todo esto con la bestia del castillo?

Admiré el salón una vez más antes de hacer ademán de volver sobre mis pasos: el suelo se hallaba cubierto por losas de bello mármol pulido; una decena de columnas doradas sostenían una media segunda planta, construida casi al mismo nivel que el candelabro de complicado mas hermoso diseño, el cual parecería un regalo de los ángeles que habían sido plasmados en el fresco que adornaba el techo.

—Hermoso salón el que nos recibe ahora, mi señor —sentencié en voz alta, lo suficiente para que mis palabras resonaran por toda la sala—. Pero hablan peor de vos vuestras formas que la belleza de vuestras columnas y losas.

Y dicho esto, dejé la poco interesante sala de baile detrás de mí y, haciéndole un gesto a Mei para que me siguera, giré hacia la izquerda, dispuesto a explorar por la vía que Ronin no había elegido.

[EspeYuna]

Spoiler: Mostrar

Como he dicho en la otra trama, ahora pondré como fecha límite los domingos, que es cuando tengo tiempo para trabajar estos posts con tranquilidad. Y supongo que os irá bien a vosotros, por si no podéis actualizar entre semana, hacerlo durante los viernes o sábados.

Spoiler: Mostrar

Xefil decidió abandonar la sala de baile, dado que, aparte de la luminosidad y limpieza del lugar, no había un mínimo atisbo de vida rondando por allí. Quería explorar las escaleras por las que no había ido el Maestro Ronin.

La próxima estancia era un largo pasillo, a un lado iluminado por la luz de luna que atravesaban los grandes ventanales de cristal que decoraban de forma bella el oscuro paraje. Cortinas tapizadas, una alfombra extensa... parecía ser el lugar donde se encontraban los aposentos de los invitados. De repente, al final del pasillo, pudo escuchar voces:

—¡Mamá, mamá! ¡Hay una muchacha en el castillo!

—¡Chip, deja de decir bobadas!

—¡Pero es verdad! ¡La he visto!

Aquella discusión procedía de la habitación del fondo. Podía ser educado, tocar la puerta y anunciarse o, si le resultaba intrigante la conversación que pudiesen tener aquellos habitantes, seguir escuchando.

-----

Si Mei se había quedado atrás, antes de que pudiese seguir las escaleras junto con Xefil, escuchó unos pasos procedentes del vestíbulo. Y unas voces:

—¡Cállate, nos van a ver!

—¡Es ella, es ella! ¡Ha venido a romper el hechizo!

Aquella última voz, bastante fina y con un acento divertido, parecía entusiasmada. ¿Ella? ¿A quién se refería? ¿Había alguien ahí? ¿O había sido sólo su imaginación?

Comprobó con sus ojos que una de las estancias del vestíbulo estaba iluminada por un tenue color rojizo. Podía ignorar lo que había visto y seguir a Xefil, o explorar por su cuenta.

[A Nerd Girl]

Mi compañero afirmó que no había nada que hacer en esa sala. Mejor que nada. ¿Sala de baile? Xefil debe saber mucho sobre castillos. Seguramente este se parecerá al de su mundo. Yo soy una completa ignorante. Nunca creía que mi ignorancia me hiciese pensar que era una inútil. Él, por su parte, decidió tomar el camino contrario al que fué el Maestro. Decidi retrasarme un poco, quería ver todos los detalles posibles de aquel fantástico lugar.

Cuando ya me dispuse a salir hacia donde estaban las escaleras, ¿pasos? ¿Alguien? Miré hacia arriba, seguramente él no los hubiese escuchado. Pero no fue lo único que pude oir.

-¡Cállate, nos van a ver! -

-¡Es ella, es ella! ¡Ha venido a romper el hechizo! -

Un escalofrío rondó por mi espalda al escuchar esas vocecillas. Dos personas, ¿cómo no las vimos? Aunque la última tenía un extraño acento algo cómico. Pero igualmente, ¿debo decirselo a... Xefil? No estaba, ya había subido. Estaba sola. ¿Tengo que ir a ver quienes son? Desvié la mirada, una de las estancias parecía que tenía la luz encendida. ¿Estarán allí?

Tragé saliva, esto puede ser arriesgado, demasiado. La bestia podía estar dentro. Pasos llenos de desconfianza me hicieron bajar hasta llegar hasta la puerta... para finalmente abrirla.

[EspeYuna]

Spoiler: Mostrar

Vuelvo a poner fecha límite para evitar retrasos innecesarios en las tramas que llevo.
Fecha límite: Viernes, 12 de Octubre
Por ahora, NO daré por un turno perdido a Zee, pues tiene como excusa no disponer de un PC por donde actualizar. Así que por ahora seguiré contigo, Happy, y Zee podrá continuar por donde se lo dejé, ¿de acuerdo? =)

Spoiler: Mostrar

Para poner ambiente òwo!!

La aventurada Mei decidió seguir aquellas voces y adentrarse en aquel pequeño cuarto: una sala realmente confortable, con una enorme alfombra que cubría el suelo y una majestuosa chimenea iluminaba con su fuego la estancia, calentándola también del frío infernal que recorría el resto del castillo. ¿Eh? ¿Estaba encendida? ¿Quién...?

Pero no había nadie en la sala. Pero Mei estaba segura de que allí había escuchado pasos y unas voces, ¿o sería su imaginación?

De repente, escuchó de nuevo las mismas voces.

—¡Ni una palabra, Lumiére... ni una palabra!

—Oh, vamos, Ding-Dong... ¿no ves que la dama está buscando al amo? ¡Ha venido a romper el hechizo! ¡Estoy seguro!

—¡Cállate!

Miraría a su alrededor, pero Mei no encontraría a nadie. ¿Acaso se estaba volviendo loca?

Aparte de la chimenea y de un sillón viejo que decoraba el lugar, Mei descubrió un cofre en uno de los rincones de la sala. Por su aspecto, debía contener algo valioso, pero si conseguía abrirlo, no lograría ver con claridad lo que había dentro, pues la chimenea estaba demasiado lejos.

Había un candelabro apoyado en una mesita, junto a un antiguo reloj. Podría serle útil...

[A Nerd Girl]

Entré en la habitación. Ni un alma... Solo una chimenea encendida. ¿Ha estado alguien antes? ¿De dónde provenían esas voces? ¿Me lo habré imaginado? Me llevé una gran decepción, pensaba que había encontrado algo. Será mejor volver por mis pasos y disculparme a mi compañero por haberme separado de él. ¡Debe estar preocupado!

-¡Ni una palabra, Lumiére... ni una palabra!-

-Oh, vamos, Ding-Dong... ¿no ves que la dama está buscando al amo? ¡Ha venido a romper el hechizo! ¡Estoy seguro!-

-¡Cállate!-

¿De nuevo? ¿Me estoy volviendo majara? O quizas ya lo esté, ¡qué más da! Amo, Hechizo... ¿¡Qué demonios!? Lo que dijo la Maestra, ¡la maldición! Aunque, no evitaba que sospechase que eran sirvientes de ese tal amo. Por lo tanto... ¡No vive solo!

Decanté por observar el ambiente, una chimenea y un sillón. Me desplacé por los rincones y descubri... ¡Un cofre! ¿Habrá algo?

-Perfecto, no se ve bien que hay aqui...- Suspiré inmediatamente y observé si había algo que puede usar para ver.

Un candelabro. Lo cogí y me dispuse a ver que había encontrado.

[Zee]

Spoiler: Mostrar

¡Lamento el retraso!

Subí las escaleras, no voy a mentir, con un atisbo de prisa. Mis piernas respondieron por sí solas y me obligaron a ascenderlas de dos en dos, esperando encontrar algo de interés una vez llegase a la cima. No me tomó mucho llegar a mi destino con ese ritmo, así que prontamente me hallé a mi mismo de pie al final de un largo pasillo.

Las paredes de piedra pulida parecían brillar con la luz de la luna que se colaba por el pulcro cristal de las gigantescas ventanas. Mis pasos se vieron ahogados con la mullida alfombra que se extendía bajo el cuero de mis botas. Fuera de eso, no me acompañaba ningún sonido.

—¿Mei?

Giré mi cabeza, confirmando que mis sospechas eran ciertas. De alguna manera, me había separado de mi compañera. Bufé y maldije por lo bajo, sabiendo que en parte había sido culpa mía por haberme apresurado tanto. Hice ademán de dar media vuelta y volver sobre mis pasos, cuando de pronto...

—¡Mamá, mamá! ¡Hay una muchacha en el castillo!

Me giré por segunda vez, sorprendido ante lo que acababa de escuchar. Al final del pasillo. Una puerta cerrada.

—¡Chip, deja de decir bobadas!

¿Habitantes en el castillo? Entonces mis teorías eran ciertas: no estaba abandonado.

Eché a correr por el pasillo.

—¡Pero es verdad! ¡La he visto!

Me detuve de golpe al darme cuenta de lo que estaba haciendo. A sólo unos centímetros de abrir la puerta, pero me detuve.

—No desesperes. Honor ante todo.

Esperando que no intentasen ocultarse de mí, toqué la puerta con los nudillos.

Llevé la mano a la empuñadura de mi Llave, sin embargo. Los había oído, de eso estaba seguro. Así que interpretaría un silencio como un "Adelante" y entraría de cualquier manera. Ya volvería por Mei más tarde.

[EspeYuna]

Spoiler: Mostrar

Fecha límite: Martes, 16 de Octubre

Spoiler: Mostrar

Mei

La joven se acercó al candelabro y lo agarró, llevándolo de nuevo al lado del cofre. Para su sorpresa, encontró un pequeño frasco en el interior del pequeño baúl, cuyo líquido podría reconocer. Un color verdoso, una bebida milagrosa. Una que le serviría en batalla y para ayudar a sus amigos, si era generosa en usarlo para ellos.

Spoiler: Mostrar

Mei obtiene una poción

—Es un honor poder servirle para iluminar la oscuridad, mi lady —de repente, Mei notó un ligero soplido en la oreja. Y unas palabras que podrían sonrojar sus mejillas—. ¿Puedo decirle que es muy hermosa a la luz de mis velas?

Si Mei se daba la vuelta, no encontraría a nadie. ¿¡Fantasmas!?

Pero si se cernía a las palabras de aquella misteriosa voz, encontraría en su mano la respuesta.

Los mangos del candelabro comenzaron a moverse. En el lomo, podría observar unos ojos, una boca y una nariz puntiaguda.

Un candelabro viviente.

Spoiler: Mostrar

—¡Lumiére, nunca me haces caso! ¡Como el amo se entere de esto...! —gritó una voz que se acercó a los pies de Mei. El reloj que había encontrado al lado del candelabro, que parecía llamarse Lumiére... ¿¡tenía nombre!? ¿¡un reloj que hablaba!? ¿¡Que caminaba!? —Le ruego que nos disculpe, madame.

Spoiler: Mostrar

—¡Oh, vamos Ding-Dong! ¡Si el amo es el que estará más contento de verla aquí! ¡Ella ha venido a romper el hechizo! —comentó el candelabro, quien no paraba de moverse en las manos de Mei.

Xefil

El joven de Reino Encantado siguió el honor que se le había otorgado desde que nació, usando sus nudillos para avisar de su presencia a los habitantes del castillo, a los que se hospedaban en aquellos aposentos.

No tuvo que abrir la puerta, pues ésta se abrió sola. Sin embargo, no había nadie que pudiese haberla abierto con sus manos.

La habitación era acogedora, iluminada por la luz de luna. Los aposentos propios de una dama, con una tupida cama rodeada de cortinas; unas mesillas de noche, un bonito tocador y el armario, impresionante por su tamaño y el precioso tallado de éste. También había una mesa donde se disponía una preciosa vajilla. Lo más extraño de todo eran dos cosas a tener en cuenta.

¿La primera de todas? La vajilla estaba a rebosar de galletas y desprendía un olor irresistible. Al mismo tiempo, se notaba el calor de un té recién hecho en la tetera que predominaba en la mesa. Una de las tazas, a la vez que rota por uno de sus extremos, estaba preparada para ser servida. Y lo que más podía despertar los nervios o el miedo en el muchacho: no había nadie en la habitación. Ni un alma.

Pero estaba seguro de haber oído voces. Podía investigar o ir en busca de Mei.