—Oye, pensé que no serías un niño de mamá —Shinju parecía decepcionada por mi comentario.
—¡No soy un niño de mamá! —proteste, hinchando los mofletes.
—¿De verdad vas a preocuparte por ella? ¡Bua! ¡Bua! —las burlas hacían su efecto, y yo cada vez me enfadaba más— ¡Echaré de menos a mi mamá y nadie me cambiará los pañales allá donde vaya, bua, bua!
—¡Que no soy un niño de mamá! ¡NOLOSOYNOLOSOYNOLOSOY! —grité, enfadado— ¡Y me da igual lo que piense mi mamá! ¡Puedo hacer lo que quiera sin pedir permiso, JUM!
Crucé los brazos, enfurruñado. No soportaba que me tratasen como un niño pequeño (por mucho que lo fuera), y mucho menos por uno de mamá. Y todavía menos cuando mi madre apenas me prestaba atención. Siempre estaba ocupada con TinTin y Jackin, y yo siempre tenía que apañarme solo. ¡No lo podía soportar!
>> ¿Otro archipiélago? No, no. Provengo de otro lugar, más lejano. De otro mundo. Yo no puedo concederte este poder, pero mi Maestra sí.
—¿Otro mundo? ¿Tu maestra? —pregunté, mirándola de reojo. Estaba enfadado con la chica, pero la curiosidad podía con el enfado.
>>> ¿Seguro que no quieres pensártelo antes de que vaya a por ella? Quizás te eches atrás porque tu mami no vendrá con nosotros, pobrecito.
—¡NO! ¡VOY Sí O SÍ! —respondí, volviendo a gritar por el enfado— ¡Y SI TENGO QUE ESCAPARME DE CASA PARA PODER IR, LO HARÉ! ¡JUM!
Si lo pensaba, estaba claro que mi madre no iba a dejar que me fuera a "otro mundo", y menos con solo diez años, pero no pensaba dejar que eso me detuviera. Estaba decidido a hacer lo que fuera para conseguir ese poder. Aunque eso implicara escaparme de casa y abandonar las islas.