—¡Juejuejuejuejuejue, birra, birra!— comenzó a gritar y beber Hiro —¡Perú, Caqui ¡Venid a tomar un trago, que no os muerdo!
Sin embargo, no me moví de mi sitio. Estaba demasiado ocupado reflexionando sobre todo lo ocurrido: El Mickey espectral, las criaturas con aquel extraño símbolo dibujado, el sombrero mágico de Yen Sid, y al final aquél hombre que al parecer había estrado detrás de todo esto. Dispuesto no olvidarme de aquellas cosas, comencé a apuntarlas, y en especial traté de hacer memoria del símbolo de los monstruos de la Torre:
Spoiler: Mostrar
—¡Estírate un poco más, Saxomofón, que parece que tengas miedo de la comida, mira tu lagarto como aprovecha, jajajajajajaja! Pero que no intente volver a comerse a Goei
—¡Mirad, chicos! — volvió a gritar Hiro despreocupadamente —¡Estoy tocando una guitarra! — Lo siguiente que vi desde mi asiento fue a un Hiro, probablemente más erbio que otra cosa, usando una escoba a modo de guitarra. No pude evitar reírme al ver la escena, desde luego Hiro era único en su especie.
Tras eso, la puerta se abrió, invitándonos a abandonar la sala. Allí, nos esperaban tres personas: Nuestro maestro Kazuki, Yen Sid y una joven cuyo nombre no conocía, pero que reconocí inmediatamente como Maestra de Bastión Hueco debido a los hechos acontecidos en Datastream.
—Nadie se preocupa de los pequeños Moguris — oí de pronto al pequeño Goei—Todos nos quieren cual mascota, mas luego se olvidan de un servidor... maldita gata, maldita bruja, malditos buhos... malditos todos...
—Enhorabuena, eh, chicos. Estoy muy orgullos de vosotros.
Cuando vi a Kazuki más de cerca me percaté entonces de un detalle: Llevaba un enorme bigote pintado con un rotulador permanente negro. Dudoso, comprobé la zona para ver como la maestra de Bastión Hueco y el brujo se hacían a un lado y se rían... con un rotulador permanente negro en sus manos tan tranquilamente. Los miré a ambos con una mirada inquisodora. Desde luego, hacía falta tener poca vergüenza.
—Eh, Maestro... Tienes un...
—¡Jajajajajajajajajajajajajajaja, pero por le amor de dios, donde vas con eso en la cara, jajajajajajajajajajajaja!
—Maestro...—me acerqué a él con un pequeño espejo para enseñarle la marca y que comprendiera lo que ocurría—¡Debería darte vergüenza!—repliqué entonces, dirigiéndome a la Maestra de Bastión Hueco, para que el resto se percatara del rotulador negro que danzaba en sus manos.
—Maestros. Agradezco vuestra ayuda al mandar a vuestros aprendices al salvarme.—interrumpió entonces Yen Sid para que no continuara aquella discusión —Pero me temo que debemos posponer nuestra charla para más adelante. Todavía tengo mucho trabajo en la torre, y he de recuperar mis fuerzas. Hablaré con ambos bandos por separado en unos días.
—No se preocupe, esto, Maestro.
—Yo sólo tenía que despertarte, y he cumplido. Ya vendrá otra a la reunión, yo paso. Ah, sí. Mis disculpas por haberle dormido e iniciar esta catástrofe, y todo eso.
Un momento... ¡¿Había oído bien?! ¡¿Era por culpa de Bastión Hueco que todo esto hubiera ocurrido?!
—Buen chiste, despertarle tú, como que el menda de la cajita no tiene nada que ver, encima te he arreglado el marrón, lo que me faltaba por escuchar.
Inspiré tratando de relajarme, desde luego aquella situación se descontrolaba por momentos. Encima, resultó no sólo que Bastión Hueco era culpable de todo lo ocurrido, sino que al parecer Yen Sid no le prestó ni el más mínimo caso a este crucial detalle.
—Antes de marcharos, creo que mis jóvenes salvadores se han ganado el derecho a hacerme todas las preguntas que quieran sobre lo que han vivido hoy en mi torre. Adelante, no seáis tímidos. Aunque algunas de vuestras actitudes, peleándoos entre vosotros, han llegado a ofenderme, contestaré a todo lo que esté en mi mano.
—¡¿Os habéis, esto, peleado?! ¡Os dije que no lo hicierais! —replicó Kazuki enfadado, especialmente a mí al ser el Líder de la Misión en un principio.
—¡Yo he hecho nada!— comentó Saxor, y desde luego tenía razón, ninguno de nosotros había hecho nada contra el brujo de Bastión Hueco, a diferencia de él...
—No pretendo faltarle al respeto, ni siquiera le conozco, aunque parece que usted sabe quien soy yo, igualmente me presentaré, mi nombre es Hiro, Hiro Inukai, posiblemente el mejor tirador de Tierra de Partida y adiestrador de Moguris a tiempo parcial. He cruzado los rincones más extraños de esta torre, he luchado contra las criaturas más llamativas que podían verse, he resuelto los retos más importantes que podían presentarse, aunque luego me cayeran dos hechizos encima — carraspeó, como si tratara de culpabilizar a alguien, claramente el brujo de Bastión Hueco —Pero en todo momento he respetado el campo neutral que representa esta torre, incluso me he tragado el orgullo por ello ¿Y ahora quiere decir que YO he entado en combate con una persona que, lejos de querer respetar esta idea, ni he tocado, o pretende decirme que esto es un ataque aunque ni siquiera le diera una inofensiva bomba de humo?
—Mire, lo siento, pero ya me he llevado suficientes hostias por cumplir su deseo, o la promesa que le hice a Kazuki, simplemente no me hace gracia ese comentario acusador hacia mi, yo no ataqué al hortera de copa ni he roto mi promesa — Declaró mientras sujeaba una de sus bombas de humo, y para sorpresa, me la lanzaba. ¿A qué demonios venía eso?
—Tu decides — Y dicho eso, el aprendiz se hizo a un lado y se recostó. Aún sin entender que pretendía que hiciera con aquella bomba, se la devolví lanzándosela con cuidado, y me giré hacia Kazuki.
—Maestro Kazuki, Saxor y Hiro están en lo cierto.— Hice una pausa para tomar aire y de paso relajarme, no sin antes mirar por última vez al brujo. No creo que me fuera a olvidar fácilmente de él — Una vez salgamos le explicaré todo lo ocurrido.
—Bueno... ¿Qué son esas criaturas que nos han atacado en la torre? — preguntó de pronto Saxor, lo que me recordó que era hora de resolver dudas.
—Cierto, los monstruos que invadían la Torre parecían sincorazón, pero sus colores y símbolos eran bien distintos a los de los sincorazón normales.—aseguré mientras mostraba a Kazuki y Yen Sid el símbolo que había anotado y dibujado en mi bloc de notas —Por cierto, hace un momento llamó al hombre que usó su sombrero "Kuja". ¿Le conoce de algo o sabe que podría estar tramando? Su aspecto me recordó extrañamente a Mateus Palamecia, quizás sea uno de sus "Villanos Finales"...—comenté en dirección a Kazuki a razón de que recordara nuestra aventura en el Espacio Profundo unos meses atrás.
Tras eso, y una vez volviéramos cada uno por nuestros caminos, le explicaría a Kazuki con detalle todo lo ocurrido, desde la transformación en ratones, hasta el "combate" contra Kuja. Por suerte, esta misión ya había acabado.
Spoiler: Mostrar