Maka Cross y Rebecca:Hojo no actuó de inmediato como Maka hubiese imaginado, esperó con paciencia a que se tomara el suero y la poción, analizando los posibles efectos que pudiesen tener en su cuerpo. Eso sí, mantuvo el cañón de su arma en su dirección, bajo la atenta mirada de todos los presentes.
—
Lo que habéis hecho aquí es horrible... un insulto a la vida humana. —murmuró la maestra, con la Llave Espada en sus manos.
Hojo se limitó a sonreír con arrogancia, desviando sus ojos la dirección donde se encontraba Rebecca. En ese momento Maka se había terminado de beber los frascos, así que aprovechó la ocasión para lanzar estos a las manos del doctor, buscando un método para despojarlo de la peligrosa arma que llevaba encima. Por tanto, no pudo responder ni soltar otro gran discurso de sus ambiciones y las esperanzas que llevaba puestas sobre el proyecto en ese mundo.
Y ya fuese por la escasa puntería de Maka o por el enfermizo delirio que había padecido momentos atrás, los frascos no alcanzaron al científico, pero sí le pusieron en alerta. Cuando la chica se abalanzó sobre él con la Llave, Rebecca murmuró algo y se precipitó sobre los dos. Los padres de Margarita exclamaron algo, nerviosos, pero todo sucedió tan rápido que no dio tiempo a asimilarlo: Hojo apuntó a Rebecca, en lugar de a la aprendiz, y disparó una última bala.
El golpe que le propinó Maka con la Cadena del Reino fue seco y doloroso. El científico retrocedió con ambas manos doloridas —el latigazo de antes le seguía escociendo—, y su arma de fuego se precipitó por el suelo, dando vueltas varios metros hasta chocar contra la pared más cercana. Debido a la impresión Hojo también perdió el equilibrio y cayó al suelo, frente a Maka Cross.
Todo había salido a pedir de boca, excepto por Rebecca. La maestra se encogía en ese momento en el suelo, muerta de dolor por el disparo que la había alcanzado en su hombro derecho. Ahora su Llave Espada se encontraba en el suelo, y tanto Susana como Raymon intentaban ofrecerle todo su apoyo, nerviosos. Las prendas de la maestra se tornaban cada vez más rojas.
Claro que el desconcierto y la preocupación no pasaron desapercibidas para el miembro de los Villanos Finales. Éste sacó su bolsillo más próximo unos tapones para los oídos y, acto seguido, lanzó una pequeña bolita de metal con un botón incorporado que presionó. Si Maka se fijaba, o bien si se lanzaba a por el doctor, el pequeño artefacto se abrió y detuvo los movimientos de todos.
Un fuerte pitido les paralizó a todos, se tuvieron que llevar las manos a la cabeza y bailaron unos instantes por la zona. Luego vino el dolor de cabeza, los mareos y la visión difuminada. Los músculos tampoco tardaron en sufrir violentos espasmos que obligaron a todos los presentes a caer de rodillas al suelo, a todos excepto a Hojo, que ya estaba preparado. Aquella era la última oportunidad que tenía para escapar, porque estaba en desventaja numérica, apenas le quedaban munición y recursos, y Maka era invencible. Más valía conservar la vida que los tesoros, decían, así que el hombre se puso en pie, se desprendió de su bata y salió corriendo por un pasillo cercano hasta perderse en la oscuridad, dejando allí su pistola, quizá no la necesitaba más.
Las cristaleras a espaldas de Maka se terminaron por hace añicos y el viento de la ciudad —¡se encontraban al menos en un sexto piso!— arrasó con todo lo que pilló por delante, calando hasta los huesos con el terrorífico frío de la ciudad. La aprendiz no pudo más, era todavía muy novata y aquello la había superado por mucho.
Al final cayó inconsciente.
****Ragun, Nikolai, Nathan,Victoria, Shinju y Simon:Ante la situación extrema todos tuvieron claro lo que hacer: Nathan socorrer a los dos supervivientes, que no iban a llegar muy lejos sin ayuda; Ragun enfrentar a Kefka en uno contra uno; y Nikolai detener a Scarmiglione. Victoria en cambio no se movió, ya fuese porque estaba demasiado horrorizada con todo lo que le rodeaba, o bien porque su cuerpo no daba para más, pero la chica permaneció allí quieta, sobre el líquido verdoso cubierto de cristales y cadáveres deformes sin vida.
Y menos mal que a Nikolai se le ocurrió la ingeniosa idea de atacar a Scarmiglione en sus puntos de apoyo con dos
Tajos planares, porque de no haberlo hecho el monstruoso enemigo hubiese agarrado a Nathan por el camino, y mejor era no pensar en lo que hubiese podido suceder. El Tirano Pútrido se quejó, golpeó el suelo e intentó ponerse en pie, pero fue imposible: cayó sin remedio por la gravedad, derrotado, y un temblor sacudió todo el laboratorio.
—
¡Moveos, coño! —exclamó Nathan mientras se acercaba a los dos muchachos.
—
¡Eso llevo diciéndole minuto y medio! ¡Alvin, levanta joder!Nathan se situó delante de las dos horrendas criaturas, que le miraron con rabia y alzaron sus brazos hacia él, emitiendo gruñidos de agonía y dolor. Pero el aprendiz se pudo superar, y sin ningún temor, les aplastó la cabeza con una fuerza tremenda. Alvin no comentó nada, no le salieron las palabras de la boca, así que se limitó a levantarse con ayuda de Margarita y ponerse en marcha hacia la salida. No tardó en llegar Simon, que andaba muy cerca, y les indicó que diesen un rodeo para evitar la lucha que tenía lugar contra Kefka en ese momento.
—
Gracias. —agradeció el hombre de Tierra de Partida a Nathan, antes de marcharse.
Las llamas y el humo se propagaban con rapidez y la sala cada vez se encontraba más oscura, con luces tanto verdes como rojas, dando un ambiente macabro al campo de batalla. La puerta principal terminó cediendo y los experimentos entraron en masa, claro que los más cercanos a su posición eran Scarmiglione, Nathan y Nikolai, así que fueron a por los dos Caballeros primero. Eran tantos que fue imposible no caer de lleno en las lenguas de fuego, a cada segundo más grandes, por lo que una cuarta parte de los monstruos cayó derrotada al poco de entrar. El hermano Knight pudo ver de refilón como Scarmiglione intentaba levantarse de nuevo, a duras penas, pero le lanzó una poción en la cara que sí terminó por acabar con él. Emitió un horrendo y monstruoso gruñido, para no volver a levantarse jamás.
Los dos aprendices tenían que salir de allí si no quería que los monstruos y el fuego les pillasen por banda. Nada podían hacer ya por el Tirano Pútrido, que también se vería devorado por el mar de fuego.
—
Nada me haría más feliz, payaso.Ragun llamó la atención de Kefka desde el primer momento. El payaso sonrió con malicia, escuchando sobre su cabeza el chirriante balanceo de la lámpara, y le apuntó con la palma de su mano derecha. Acto seguido bebió su éter y empleó una
Estocada oscura, que le permitió moverse a una velocidad pasmosa. Pero no contó con la barrera de fuego que generó el villano delante de sus narices.
—
¡No! —gritó Shinju desde atrás, que apuntó con su Llavero al enemigo.
Aun con esas Ragun consiguió atravesar las llamas y darle un golpe fatal en el costado al demente payaso, que voló un par de metros atrás hasta chocarse con un tubo verde; se le quedó una fea herida en la zona que sangraba con abundancia. Tras semejante movimiento se le agarrotaron los músculos y quedó inmovilizado, y vio impotente cómo Kefka se volvía a levantar jadeante, dedicando en él una mirada cuanto menos escalofriante.
—
Ah, no, no vas a tocar más al aprendiz.Shinju disparó un hechizo, pero Kefka pegó un salto insano que le permitió dar una vuelta en mitad del aire. Aprovechó la maniobra para disparar, además, un hechizo eléctrico que echó a la maestra para atrás y terminó por alcanzar a Saic, que cayó al suelo entre chispas tras disparar sus hechizos.
—
Jijiji, ¿ves lo que le ha pasado al móvil que habla por no quererme? —le susurró a Ragun en su oreja, justo a su espalda—
. Tu destino va a ser incluso peor que el suyo.Y de pronto Ragun sintió una horrible descarga eléctrica en el cuerpo. Kefka emitía descargas eléctricas desde la palma de su mano, que apoyaba con fuerza en su espalda. El aprendiz comenzó a sufrir sin poder moverse.
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Me llaman a mí loco, ¿pero y vosotros? ¡Hay que estar loco de remate para entrar aquí pensando que vas a poder rescatar a tus amigos!—
Muy bien, ¿quieres jugar? Pues tú te lo has buscado.La maestra clavó su Llave Espada en el suelo y tanto Ragun como Kefka lo sintieron: empezaron a caer fragmentos de lo que parecían cristales azules del cielo, que dejaban una preciosa estela de polvo tras de sí. De pronto el payaso gritó y se apartó del aprendiz, con los ojos atónitos, fue ese momento cuanto Ragun dejó de ver aquellas cosas. El villano retrocedía con la mano en la cabeza y en el cuerpo, como si estuviese ardiendo, aunque no tuviera fuego encima a simple vista. No contento con ello, Ragun, que había recuperado su movilidad, utilizó su habilidad más poderosa hasta el momento:
Pozo de Penumbras.
Clavó su puño en un charco de oscuridad del suelo, oscuridad que se extendió a través de toda la zona. Kefka, que seguía gritando de agonía, se vio atrapado por la ola de sombras hasta quedar parcialmente enterrado. Shinju recogió su Llave Espada y le dedicó una mirada cargada de emoción y placer al villano final, que no paraba de agonizar en aquel infierno al que le habían sometido ambos.
La lámpara terminó por caer en medio de la sala, casi aplastando a la maestra y Ragun. Ahora, del soporte de la lámpara no paraban de salir chispas que quemaban a diestro y siniestro.
—
Venga, todos afuera. ¡Rápido, rápido!Ragun pudo salir sin problemas, o bien ayudar a Nikolai, que todavía cojeaba y tenía a algún que otro experimento a sus espaldas, a punto de darle caza. Nathan pudo llevar a Victoria consigo, que no se movió del sitio. Y si nadie ayudaba, sería Shinju la que se encargara de esa tarea, tirando de los más rezagados y llevándolos a rastras si hacía falta hacia la salida, por la que Simon y los otros dos ya habían marchado.
****Bastión Hueco:Estaban vivos. Habían escapado de aquel infierno de fuego y llamas que ahora se derrumbaba a pedazos tras la puerta. La nueva zona daba acceso a más puertas y pasillos, pero Shinju, con un fuerte resoplido de cansancio, no quiso seguir más.
—
Se acabó —afirmó frente a todos, con el ceño fruncido y aspecto desaliñado—
. Nos volvemos a Bastión Hueco antes de que alguien se entere de esto o pase algo peor. Ya sé que os he metido en la boca del lobo, y no era mi intención traer novatos a una trampa mortal de esos pirados. Pero... —se detuvo, pensando bien qué decir a continuación—
¡Pero ni se os ocurra decirle nada a Nanashi! Estáis advertidos.Shinju extendió su brazo derecho a un lado y abrió un portal de oscuridad. La excursión se había terminado, era momento de regresar a su hogar, a su dulce y preciosa cama. También podían investigar un poco lo que quedaba por allí, la maestra no se movía del sitio y les daría, como máximo, cinco minutos: en una de las habitaciones había un montón de cajas de cartón de distintos colores —amarillas, rojas y azules— apiladas una detrás de otra, con ratas correteando y royendo el cartón; otra, en cambio, daba acceso a una enfermería mucho más moderna que la de abajo donde se encontraban todos los objetos que habían robado de allí, encontraron incluso anotaciones de los sueros y una enorme máquina con los distintos sueros que quedaban, ahí estaba la sustancia que bien podía tanto curar como salvar, ¿la iban a dejar tal cual, se llevarían un poco para casa en un frasco que podían recoger, o romperían aquella abominación de Hojo?
Anotaciones:
*Esas son las dos habitaciones que tenéis más cerca, la maestra no os permitirá investigar más. Si queréis investigar las cajas, decid un color en concreto, no os dará tiempo a mirarlas todas. Podéis además llevaros cualquier tipo de suero de los tres que hay, o bien dejarlos ahí, o destrozar la máquina que los contiene. Hay frascos como los que llevaba Hojo encima a montones.
*Se supone que la puerta que da acceso a la sala de los tubos verdes está cerrada, si queréis podéis volver a abrirla.
*Y también tenéis una decisión muy importante: decirle a Nanashi, o cualquier otro maestro al regresar a Bastión Hueco (indicadlo en el post si lo hacéis), lo que ha hecho Shinju. Vamos que os podéis o no chivar. Decidáis lo que decidáis, tendrá repercusiones más adelante. ¡No es el último post!
****Tierra de Partida:Maka se terminó despertando con una ligera pesadez encima. Lo primero que vieron sus ojos fueron las paredes blancas e impolutas de la habitación, muy similar a donde le habían hecho el horrible experimento. Parecía sacada de una pesadilla, un mal sueño, pero si se observaba el cuerpo conseguiría ver que tenía las cicatrices de los disparos en su pecho.
Se sentía bien, al menos comparada como cuando le inyectaron el suero. El único inconveniente es que no se podía mover, tenía agujetas por todo el cuerpo y estaba hecha polvo. La habitación era sencilla, tenía una mesilla a su lado, una puerta al fondo y la cama donde ella misma se encontraba. Escuchaba voces desde el exterior.
De pronto, una Sombra surgió desde un rincón oscuro de la sala:
La criatura caminó despacio hacia Maka, que apenas se podía mover. Y si no hacía algo le arrancaría el corazón.
* Poción retirada del inventario de Maka.
* Poción retirada del inventario de Nathan.
* Éter retirado del inventario de Ragun.
No es la última ronda pero sí estamos muy cerquita del final, así que no perdáis el ritmo que contará para la puntuación final.
Fecha límite: Jueves 26 de Noviembre.
Faltas:
-Soul: 3 (1 justificada)