La pelirroja guardiana aseguraba desconocer todo aquello que era exterior del castillo, y como Light había predicho, no iba a confesar nada a los aprendices. Sin duda demostraba una fidelidad incuestionable hacia sus amos.
—
Vuestra decisión me decepciona. Apenas habéis prestado atención. ¿Acaso los habéis escuchado? Aquello le dejó bastante perplejo, pues lo último no venía a cuento. El joven Light intentaba escuchar aquello a lo que la mujer se refería, pero era inútil. No podía percibir nada, excepto su propia respiración. Dirigió su mirada dubitativa hacia sus compañeros más cercanos: Mei y Axel. Quizás ellos tenían la misteriosa respuesta. Eso o Wix era una esquizofrénica...
—
¡Silencio! —la mujer les vociferó, intimidando a todos los aprendices con éxito, enmudecieron ante su exclamación. Siguió preguntándoles por el misterioso sonido—.
¿Los oís? —tenía la intención de que alguno de los aprendices diera con la respuesta. De todas formas, tarde o temprano terminó por confesarles la solución—:
Vuestros corazones. Los escucho alto y claro desde aquí. ¿Estarán llenos de entereza o de temor? Pronto lo comprobaremos.Su enemiga se alzó para hacer el primer movimiento, y se acercó hasta ellos, con una velocidad pasmosa. Alargó el brazo, con la palma de la mano abierta, ¿se dispondría a invocar su propia Llave Espada? Eso era primero que pensó Light, pero no fue así. No invocaría su propia Llave Espada...
Sino que les arrebataría las suyas...
El joven palideció rápidamente en cuanto contempló lo que había acabado de suceder, y es que había perdido su Llave Espada. Se había escapado de sus manos, y ahora se encontraba en el poder de Wix. Su caso no era el único, todas las Llaves Espadas convocadas habían ido a parar hasta ella.
No se demoró en reaccionar, intentó recuperar la Llave espada utilizando la habilidad de materialización... ¡no surtía efecto! Su arma respondía a su llamada, pero no volvía a él. Fuera la habilidad que fuera, era... injusta. Visto el panorama, Light solo podía palidecer aún más, se había quedado en blanco. ¿Cómo podía luchar sin un arma, si ni siquiera conocía una sola habilidad mágica? Después de haberla subestimado, solo podía mirar hacia el suelo y así evadir las miradas de sus compañeros, se sentía tan avergonzado...
No pudo responder al siguiente ataque de Wix, que no era precisamente lento. La mujer se armó con una de las Telurias, y tras dar una grácil voltereta aérea, clavó “su arma” en el suelo con una fuerza descomunal. La onda expansiva que generó el ataque fue de tal fuerza que hizo volar a todos los aprendices, ninguno fue la excepción.
Light, en shock, recorrió volando toda la sala, sin dar crédito a lo que había acabado de suceder. Colisionó junto con dos de sus compañeros contra la pared que se encontraba en un extremo de la sala. El poder de Wix era tan descomunal...
El joven se precipitó al suelo tras el choque severo, seguía sin asimilar lo que había acabado de pasar. ¿Cómo podía haberles quitado sus legítimas Llaves espadas? ¿Y ese poder tan abrumador? ¡No tenía sentido!
No podemos ganar...Arrodillado y cabizbajo, el joven se resentía del dolor, aunque esto no era lo peor, claro que no. Lo peor era que no había posibilidades de vencerla, ¿Cómo podían derrotarla sin un arma?
Sin un arma...
Sin su Llave Espada, daba la batalla por perdida. Era el fin. Era un jaque mate en toda regla. Entrar en el castillo había sido un error muy estúpido. Tenían que haberse ido de allí, Wix era la famosa trampa a la que dirigía el infantil cártel. No había forma alguna de ganar...
—
¡Mierda! ¡Mierda! ¡¡Mierda!! —fueron las únicas palabras que podían salir de su boca, Light desahogaba su rabia con el suelo, asestando reiteradamente su puño derecho en él.
Levantó la mirada del suelo, Mei y Saxor eran los que se encontraban junto a él. Axel, Ragun y Xefil se encontraban dispersos en el piso superior, y a merced de Wix, que se hallaba allí también. La mujer parecía esperar un contraataque por parte de los aprendices.
¿Qué hacemos? ¿Y si huimos?
—
Si no hay manera, es imposible. ¿Qué vamos a hacer sin arma? ¡Nada! Yo no sé que hacer... ¿qué... puedo hacer? ¿qué... haría usted, Maestra?
Era lo que se preguntaba, aunque la seguía llamando Maestra, Ágatha Furier era su su ex-maestra, la mujer que le había entrenado antes de acabar en Tierra de partida. Seguramente era la persona más sabia que había conocido, tenía respuesta para cualquier problema.
No pudo evitar recordar uno de los muchos sermones que había recibido de ella...
“
Siempre hay un camino, siempre hay una manera de derrotar a tu enemigo. Si algún día te encuentras en una batalla que te parezca imposible... ¡nunca debes rendirte! Observa a tu enemigo y el escenario que te rodea. Crea una estrategia, e intenta anticiparte a tu enemigo, por muy poderoso que sea. Si piensas que la fuerza bruta te va a sacar de todos los apuros, estas muy equivocado... ¿¡Me estas escuchando!?”
Mi maestra... sabía que esto me pasaría tarde o temprano. ¿Pero hay alguna manera de derrotarla?Observó primero el escenario, ¿algún arma? Había algunos jarrones... quizás podían arrojarle alguno... no, esa idea no le convencía. La fuente... no, tampoco se imaginaba sacar algo útil de ella. Tenía que pensar en algo demoledor... algo grande y destructivo. ¿La gran plataforma que se cernía sobre ellos?
La plataforma... si le cayera encima, sería genial. Puedes ser todo lo fuerte que quieras, si algo como eso te cae encima, estas perdido.¡Ya está! Esa plataforma era sin lugar a dudas el arma para rematar a Wix. El fuego había vuelto a sus ojos, ya no sostenía la mirada perdida de antes. ¡Había encontrado una manera! De todas formas, para que cayera ese objeto sobre Wix... se deberían cumplir algunos requisitos. Era un plan complicado, pero que tenía que ser compartido con sus compañeros. Era el momento perfecto, Wix estaba lejos de ellos. Comentaría en voz baja (y con la máxima discreción posible) la estrategia a sus compañeros.
—
Retiro lo que he dicho. Podemos... vencerla —afirmaba el debilitado muchacho, resintiéndose del dolor que padecía en la espalda—.
Hay un candelabro colgado por ocho cuerdas, allí. Si destruimos todas esas cuerdas mientras Wix se halla inmovilizada debajo de él... no habrá salvación para ella. Los que tenéis Piro podeis probar a quemar alguna de las cuerdas, a ver si funciona. Pero lanzar ocho hechizos... no me convence... ¿no hay otra manera? Si alguien pudiera subir hasta arriba...
No contaban con ninguna mascota voladora, y la plataforma se situaba a demasiada altura, por lo que saltando no llegarían nunca.
Espera... ¿Mascota? ¡Claro!—
Saxor, Guilmon puede meterse en ese extraño móvil que tienes, ¿Verdad? ¿Cómo funciona exactamente? ¿Crees que arrojándolo con Guilmon en su interior hacia arriba podríamos conseguir que tu mascota llegase hasta allí? Podría destruir las cuerdas con las garras simplemente —sugirió lo que pensaba a su compañero, esperaba una respuesta favorable. De todas maneras, rápidamente le advirtió—:
Aunque... no podemos arrojar a Guilmon arriba aún, puede sernos de ayuda en la batalla. Este plan del candelabro... no es nada fácil de realizar. Será nuestro último recurso...
>> Tampoco estaría mal que alguien utilizara Libra contra Wix. Si no averiguamos nada más sobre ella o su horrible técnica, dejadme deciros que... estamos perdidos.
Era aún un novato aprendiz...
No tenía consigo la Llave Espada...
No podía utilizar ni magia ni habilidades...
Solo tenía un bate de Struggle...
¿Significaba eso que no podía hacer nada? No, aún le quedaba la mollera, y la utilizaría para guiar a su equipo hacia la victoria.
EDITADO: Tenía que poner cierto video de tema para la batalla <_<