Maya había muerto.
Lo supo en el momento que dirigió la vista hacia el lugar donde antes había estado la plataforma apagada de su amiga Maya. Inesperadamente, ésta había estallado en miles de fragmentos, que se perderían en la más profunda oscuridad.
La risa sádica del encapuchado le confirmó lo que se negaba a creer. Light, consternado, se giró en dirección a Xefil, el compañero de la Jugadora, tumbado boca arriba sobre la vidriera, a simple vista aturdido por todos los acontecimientos. Erased Data no paraba de regocijarse de la muerte de Maya, riéndose de manera estúpida.
—
Cúlpate por su muerte, aunque sus pecados son los que le ha llevado a no salvarse. No se ha salvado porque no ha luchado por hacerlo. Sus pecados eran tan intensos, la llenaban de tanta culpabilidad, que tenías que rescatarla siempre. Era inútil.>>Era débil. Y no sólo su estúpida e innecesaria risa era vomitiva, sus palabras también. Light, cansado de su sarta de idioteces, no dudó en disparar la última
Onda Lunar para hacerle callar de una vez por todas. Su ataque dio en el blanco.
¡Sí!Sabía que Maya no era débil; ni ella ni ninguno de los Jugadores. Habían sobrevivido durante todos esos difíciles días y habían luchado en complicadas batallas, que no se parecían, ni por asomo, a las batallas vividas por sus originales. Además, de todos ellos, Maya era la más joven y la que tenía el mayor mérito, sin duda.
Maya… Qué difícil era de aceptar su muerte. Definitivamente, le costaría hacerse a la idea de que Maya jamás volvería.
—
Ganemos por ella.A continuación, tras el ataque de Crow, Erased Data provocó que la vidriera sobre la que se hallaban empezara a arder, debilitándoles con las llamas oscuras que era capaz de materializar. El muchacho soportó en silencio el dolor de las horribles quemaduras; horribles quemaduras que había experimentado antes, y que se sumaban a las que ya tenía en su cuerpo.
Light, aturdido y con la vista nublada, se centró en alejarse rápidamente de Erased para no recibir un ataque que pudiera poner fin a su existencia. Su piel alojaba una cantidad alarmante de quemaduras; por todo el cuerpo, rostro incluido. Era lógico, pues
Suspiro Lunar no había sido capaz de curar todas las heridas en aquel minúsculo período de tiempo.
Caminó torpemente hasta el borde de la vidriera y se sentó a descansar, deseando que su hechizo curativo aliviara sus heridas cuanto antes.
—
En realidad, todos sois débiles. Pecadores, inútiles, caminantes de la luz. Este mundo terminará con vosotros: después volveré con mi original. Y tendremos a la chica de corazón puro.Light sabía a quien se estaba refiriendo, y se hizo múltiples preguntas. ¿Por qué querrían hacerse con Eileen y su corazón puro? ¿Quién sería el original de Erased Data? ¿Avatar, el mismo que quería conquistar el mundo entero?
¿Existiría en el mundo no digital un ser tan siniestro como aquel?
El chico se mantendría alejado y visualizaría la batalla de Fátima desde su posición. La jovencita se las arregló para hacer arder el atuendo de Erased Data, capucha incluida. Después, desapareció para transportarse a la plataforma central, donde la Creadora aguardaba.
Además, un nuevo personaje había hecho acto de presencia en el escenario, aunque desde su distancia no pudo comprobar qué era exactamente. Fuera lo que fuera, había atacado a Erased Data, por lo que debía de tratarse de un aliado.
No lo hagáis.Misteriosamente, la voz de Eileen resonó en todas las vidrieras. Transmisora de seguridad: no podía comprender los mensajes que transmitía, pero su voz sosegada bastaba para tranquilizarle.
Light regresó a su plataforma iluminada. Erased Data permanecía en la plataforma central de aquel peculiar escenario, observando a cada uno de los Jugadores, en guardia, cubriéndose con sus sables de oscuridad.
—
Sois débiles mientras caminéis bajo la luz. Sólo sobreviven aquellos que se dejan dominar por la oscuridad y disfrutan.—
No me hagas reír —soltó, percatándose de su ingenuidad y debilidad—.
Dejarse dominar por la Oscuridad sí que es de cobardes, y de débiles. Yo esgrimo ambas, pero no me dejo dominar por ninguna de las dos —aclaró.
Lo siguiente que aconteció sorprendió a la mayoría de los presentes, por no decir a todos. El rostro del encapuchado finalmente era visible: se trataba de la compañera de Nadhia, ésta misma lo confirmó. El mismísimo demonio con cuerpo de mujer: una muchacha de cabello violeta que exhibía una diabólica sonrisa. ¿Había sido esa siniestra chica la compañera de Nadhia realmente?
Nadhia lo negaba, asegurando que estaban utilizando su cuerpo en contra de su voluntad.
El combate no se detendría, fuera quien fuera. Fátima, Crow y Jain decidieron volver a la ofensiva, decididos a terminar con aquel extraño ser, cada uno a su manera. Crow y Jain fracasaron con su ataque, pero Fátima triunfó, atacando a la bola de gas para dañar a la usuaria del arma…
¡La oscura criatura que había aparecido era el verdadero arma de Erased Data!
—
¡Le hace daño! —
¡Es un simbionte! —vociferó Light para que le escucharan perfectamente, desde la retaguardia—.
¡¡Si le atacamos heriremos también a nuestro enemigo!! Puede que, después de todo, lograran ganar.
Light contemplaba maravillado como las cosas no iban bien para Erased Data. La criatura fantasmagórica, su propia arma, estaba en su contra y se interponía en los ataques que él (o ella, o lo que fuera) ejecutaba, dañándole al segundo. La mujer estaba ya en las últimas, y solamente tendrían que atacar al fantasma para acabar con ella.
Sólo hay que atacar a la criatura…Criatura que rápidamente desaparecía de su vista. Erased Data cogió a aquel ser y se lo llevó consigo a la plataforma central, para alejarle de sus contrincantes.
El último asalto se produciría en la plataforma más alta de todas, ¿pero cómo podrían acercarse sin ser atacados? Light empezó a crear múltiples planes para afrontar la situación actual. Su única posibilidad era utilizar los puentes que conectaban las vidrieras menores con la mayor, pero si entraban en la plataforma todos por el mismo puente, Erased volvería a detenerlos con su magia explosiva.
Tendrían que atacar desde diferentes flancos, ¡sí!
Se dispuso a participar en el siguiente ataque cuando se cruzó con Nadhia y Xefil, que se encontraban juntos en aquel momento. Ambos parecían estar hablando y no estaba dispuesto a interrumpir un momento intimo, así que simplemente siguió con su camino, sin pararse.
—
Aceptaré tu pacto, Nadhia. Pero no reemplazarás a Maya. No lo harás. Nadie lo hará.>>Y nadie la traerá de vuelta...Nadie les traerá de vuelta…"
Puedes traer de vuelta a Ragun si quieres, pero hasta entonces necesitas un compañero o de lo contrario..."
Quiso arrojar con rabia el pin otorgado por Xefil y asestarle un contundente puñetazo en la cara, pero se contuvo.
Las palabras de Xefil impactaron en su determinación con la fuerza de una bala de cañón, perforándola y haciendo en ésta un agujero imposible de reparar. Sus ojos cayeron derrotados y miraron fijamente el retrato de Ragun, sin parpadear una sola vez.
¿Quería decir que Ragun tampoco volvería?
Condujo la palma de su mano hasta su frente y cerró los ojos.
¿Nadie podría traerle de vuelta? ¿Ni siquiera Avatar? ¿Ni la Creadora?
Empezaba a pensar que aquella ilusión compartida con Hana era una locura. ¿Qué le aseguraba que Avatar podría hacer algo así? Nada, solamente se había obsesionado con aquella ilusión. Además, estaba la pregunta que siempre estaba en su cabeza: ¿por qué tendría que ayudarles?
Aunque no sólo se trataba de las intenciones de Avatar. Antes había pensado que no sería difícil restaurar simples programas artificiales como ellos, pero después de despertar su arma y su verdadero corazón… se preguntaba si eran tan simples, si era tan sencillo resucitar a los muertos. Después de todo, ellos no eran tan diferentes a los seres reales.
¿Cargaría durante toda su vida digital con la muerte de Ragun? Había sido por su culpa…
El combate seguía su curso, aunque Light no participara en él. Observó con perplejidad el ataque combinado de Jain y Crow, preguntándose qué clase de ataques combinados habrían dominado él y Ragun si éste último hubiera sobrevivido lo suficiente. Crow y Jain eran una pareja afortunada, al contrario que las otras.
Xefil había perdido a su compañera como él, pero, ¿y Nadhia? ¿Qué estaría sintiendo en estos instantes, mientras combatía contra su compañera? Ella se mantenía firme, y estaba dispuesta a eliminarla.
En cambio, él estaba hundido en la miseria.
—
Vuestros pecados os reclaman. A todos.Se hundió todavía más cuando
Exilio fue invocado. Light luchó contra el centenar de extremidades que buscaban su eliminación, pero no podía hacer absolutamente nada para librarse de éstas. Las fieras manos presionaron sobre cada una de sus heridas, lastimándole aún más y obligándole a gritar de dolor. Una vez le agarraron, empezaron a tirar de él para hacerle caer en un agujero infernal de pura oscuridad.
Neku, Nadhia y la criatura invocada por Fátima eran su única salvación. Ellos continuaban con el combate mientras el resto esperaban su eliminación.
—
¡Joder! —habían terminado por agarrarle por los brazos y por las piernas, incluso desarmándole. Recordó la descripción del
Exilio dada por Erased Data y el terror se apoderó de su mente—.
¡Joder! ¡Joder! ¡JODER!Iba a morir de un momento a otro, igual que Maya. Había superado el estúpido Reaper’s Game, había encontrado su verdadero corazón y ahora iba a morir por culpa de la compañera de Nadhia: una estúpida zorra con voz de hombre que había perdido el juicio o se había dejado poseer por una entidad infernal.
¿¡Por qué!? —
¡N-no! Cada vez se hundía más. Sus fuerzas le abandonarían de un momento a otro y caería dentro del agujero.
¡N-no quiero morir de una forma tan patética!Estaban ya tan cerca de obtener su libertad...
Deseó con todas sus fuerzas no morir, y el destino le concedió su deseo. El destino permitió que Nadhia y los demás rematasen a Erased Data finalmente. Habían conseguido hacer llegar la flecha de luz de Nadhia a su destino. Erased Data había caído. Habían ganado el combate.
Las manos negras dejaron de aferrarle y huyeron despavoridas. Light y el resto de sus compañeros escaparon exitosamente del terrorífico
Exilio. Lo primero que hizo Light al salir fue observar fijamente el suelo y asegurarse de que el
Exilio se había ido definitivamente, que no había sido su imaginación.
En efecto, el agujero ya no estaba, no tenía nada que temer. Aliviado, el Jugador gateó cuan niño pequeño para recoger el arma que seguramente no volvería a necesitar. Una vez recogida la hoja, oteó para comprobar que el resto de sus compañeros estaban con vida.
Así era, y la compañera de Nadhia no era una excepción, aunque no por mucho tiempo. Nadhia y Eileen acompañaban a la extraña mujer en sus últimos minutos de vida.
Light no tardó en unirse a ellas. En cuanto se acercara lo suficiente, pudo examinar de cerca a la chica que tantos problemas les había dado.
El color de sus ojos fue lo primero que le llamó la atención. Ya no eran amarillos como los ojos de los Sincorazón, era una persona completamente diferente a Erased Data. Realmente se trataba de la compañera de Nadhia.
Y habían tenido que matarla con sus propias manos.
***"
O-os lo.. ¡¡Os lo suplico!! ¡Proteged a Nadhia, por lo que más queráis! Prometédmelo.. Que no le pase nada…"
Estuvo a punto de partirse de risa, pero se aguantó las ganas. ¿Él? ¿Proteger a alguien? ¿Estaba bromeando? No podía hacerlo.
La despedida de Saeko no pudo ser más incómoda y desesperante. Inevitablemente, Saeko le recordó a Ragun, su compañero fallecido. Comprendió perfectamente el vacío en el corazón que experimentaba en aquellos momentos Nadhia, pues él había pasado por lo mismo.
Si su memoria no le fallaba, Saeko estaba con los aprendices de Bastión Hueco atrapados por Avatar. No paraba de ver similitudes con Ragun. ¿Cómo habrían congeniado aquellas dos chicas de bandos opuestos? ¿Habrían fraternizado fácilmente o habrían tenido sus conflictos? Al escuchar a la chica se dio cuenta de que los aprendices de los dos bandos no eran tan diferentes...
Saeko inevitablemente falleció. Ahora que todo había acabado, los jóvenes supervivientes hicieron sus preguntas a Eileen, quien las respondió gustosamente.
La pregunta de Crow fue la que más interesaba a la mayoría de presentes.
—
Salir de este mundo no es imposible, pero el precio es alto: necesitaríais cambiar el código fuente del mundo para registrarlo con un ser real, e igualmente necesitáis usuarios que hayan pasado mucho tiempo aquí —Eileen señalo con la mirada a Neku. Light pilló el mensaje fácilmente: él se trataba de una de las llaves, después de todo—.
El precio es demasiado alto, Crow. E igualmente, no debéis salir jamás de aquí. Avatar no es la única fuerza que acecha sobre este mundo: dejar una puerta abierta puede ser muy peligroso para los demás existentes ahí fuera, e incluso vuestra presencia, que llamaría la atención de muchos interesados. Sé que no eres feliz aquí, pero... Tienes que serlo.¿Tienes que serlo…? La respuesta de Eileen le pilló por sorpresa, aunque poco le importaba a estas alturas. El mundo real empezaba a importarle más bien poco, lo único que quería era parar la estúpida cuenta atrás, que había avanzado una barbaridad desde el combate contra Ariasu. En cuanto pararan ésta, ya pensarían cómo escapar de aquel estúpido mundo.
Light y Crow parecían estar pensando en lo mismo.
―
¿Puedo deshacerme de algún modo de esta maldita cuenta atrás antes de que llegue a cero? —
Yo no. Pero Avatar.Avatar se desharía de la cuenta atrás si cumplían la misión: un simple disparo bastaría.
Fátima no se hizo esperar. El rompedor sonido producido por la Jugadora erizó todos los vellos de su piel. Light se giró y vio con sus propios ojos lo que había sucedido. Había sucedido algo tan absurdo que permaneció clavado en su posición, enmudecido, presenciando una escena que carecía de sentido alguno, que no se esperaba.
Fátima portaba la pistola que había producido ese disparo, no había otra explicación. La joven sujetaba al chico inmóvil, a Neku, el destino de la bala que Fátima había lanzado.
—
¿Neku...?¿Qué cojones había hecho Fátima con aquella pistola? ¿Había asesinado a su compañero?
O mejor dicho, cristalizado. En aquellos momentos la chica agarraba a su compañero entre sollozos, presenciando como éste se cristalizaba rápidamente.
—
Qué has hecho...—
¡Avatar! —exclamó Fátima. Todos entenderían muy pronto las razones de su inesperada acción—.
Está hecho.Light hizo una mueca de dolor y comprobó rápidamente el origen de éste. Los contadores de sus manos habían desaparecido, no había señal alguna de las cifras ensangrentadas.
Sólo había una explicación posible: Fátima había cumplido la misión.
Una intensa luz cegó a todos momentáneamente. Light utilizó su zurda para tapar sus ojos y la restante para agarrar a
Ragun con firmeza. ¿Qué iba a pasar ahora? ¿Otro enemigo?
Un portal de luz se materializó ante todos ellos y, de él, salió un individuo que reconocerían fácilmente. Su apariencia había cambiado ligeramente, pero era perfectamente reconocible.
Ronin.
Así que te dejas ver finalmente…Las tripas de Light se revolvieron con aquella escenita. Avatar felicitó a Fátima por acabar con su propio compañero, asegurando que ella era la más inteligente de todos. No dudaba de la astucia de su compañera, simplemente le repugnaba la cordialidad de Avatar, que se tratara realmente de Ronin…
Él no era su Maestro, ni Light era su aprendiz. No quería recordar el pasado, se derrumbaría allí mismo si lo hacía.
—
Hijos míos... Cuánto habéis crecido. Todo lo contrario que yo —Ronin rió, aunque Light no veía la gracia por ninguna parte. Seguía en shock por el trágico destino de Neku, aunque en parte también aliviado, ya que el contador había desaparecido—.
Hace siete días que os solté y miraos: ya sois hombres. No podría estar más contento. Gracias a vosotros ya tengo lo que tanto ansiaba.¿Gracias? Yo no he hecho nada. —
Has cambiado, Ronin.Ese comentario no pareció gustarle al recién llegado Avatar. El hombre rejuvenecido observó a Eileen con ojos furiosos; retiró su faceta cordial para mostrar su verdadera cara. En menos que canta un gallo, volvió a soltar otra carcajada.
—
¡No seas mala perdedora, Creadora! Este mundo es mío ahora. Ya no hay vuelta atrás: es imposible de defender. Tengo todo lo que necesito para acceder al código, la suficiente cantidad de datos para crear cuanto quiera, y por supuesto... Mis niños. ¿Pero ellos me tienen a mí?—
¡No le escuchéis! —gritó Eileen, posicionándose entre Ronin y los Jugadores—.
Habéis sido sus herramientas, al igual que fueron Ariasu y compañía antes de vosotros. Para él nunca habéis sido nada más, sólo piensa en sus objetivos.—
Eileen… —musitó con voz débil. Sabía que era cierto.
—
Creadora, déjales. Sólo quieren terminar con esto —interrumpió Ronin—.
Salir de aquí, ¿verdad? Todos lo sabemos. Pero estar junto a Eileen me hace dudar un poco de vosotros. Fátima me ha resultado ser fiel, pero... ¿Vosotros?Había llegado el momento de hacer una decisión crucial.
—
Sólo si me sois fieles de corazón, pasad por el portal. Si no... Probablemente no nos volvamos a ver.Podía jurar fidelidad a Ronin y atravesar el portal para no volver nunca más. Abandonaría para siempre el mundo digital y alcanzaría el tan ansiado mundo real. Saldría de aquel estúpido mundo y exploraría un universo infinito, como su ser original.
Escaparía de allí, ¿pero después qué ocurriría? ¿Seguiría siendo marioneta de Avatar?
El Light original tuvo que tomar esta decisión el día que conoció a quien sería su nuevo Maestro, aceptando su legado, aunque obviamente las circunstancias eran totalmente diferentes.
Él no merecía absolutamente
nada. No había conseguido proteger a nadie, había roto el juramento que le hizo a Ronin.
Y Ragun había muerto. Seguía buscando la manera de traerle de vuelta a toda costa, a pesar que era una locura. Si era cierto que Avatar ahora tenía un poder inimaginable para crear nuevos mundos, si realmente les estaba diciendo la verdad… podría traerle de vuelta.
¿Pero… podía asegurar que era fiel a Ronin? ¿Podía confiar en él?
—
Yo… tengo que traer de vuelta a Ragun —declaró, después de que todos sus compañeros hubieran tomado sus respectivas decisiones—.
Él murió por mi culpa únicamente. >>Pero no voy a seguirte —afirmó molesto, incapaz de contener la rabia—.
No después de todo lo que hemos pasado. Dejaste que tus propios hijos se matasen en una guerra que no tenía nada que ver con ellos. Nos creaste sólo para esto, ¡para conquistar el mundo! >>Nos colocaste esos contadores para que cumpliéramos tus ambiciones. ¡Obligaste a esta chica inocente a acabar con su compañero! —se molestó en confesar en alto, para que su mensaje llegara a los oídos de Fátima—.
Tus acciones dejan muy claro qué clase de persona eres. Un tirano. Lo siento… Era el precio de la libertad. Respiró hondo y lo soltó:
—
Lo siento, Ronin. Esta vez no te seguiré, ¡te aseguro que jamás me dejaré dominar por ti! ¡Escojo la libertad! Perdóname, Ragun…Su único consuelo, desgraciadamente, era pensar que Ragun habría tomado la misma decisión.
Light no atraviesa el portal de Avatar.
Distribución de PX: 35 PX para que Gaomon alcance el nivel 10, resto para Light.