—
¡Comprobarás que subestimar nuestra fuerza ha sido un error! —gritó mi amigo Saito, consiguiendo con ello que mi ánimo y mi moral se acrecentasen todavía más
No iba a permitir que el monstruo de Erased saliese de aquel lugar con vida, aunque en el fondo la terrorífica idea de morir allí conseguía casi echarme para atrás.
—
Qué triste es vuestra existencia. —comentó sin compasión alguna, y yo empezaba a estar harta también de sus condenados comentarios, los cuales no tenían otra intención que herirme moralmente, a mí y al resto
La batalla comenzó sin más dilación, y comprobé con horror cómo cada una de sus sombras encapuchadas era capaz de emplear todas y cada una de las habilidades de las que había hecho gala hasta entonces; tanto en los recuerdos de Eileen como en el día en el que mi Yo virtual pereció: invocó Sincorazón, hizo uso de sus sables oscuros, se movía de un instante a otro a nuestras espaldas para provocarnos golpes traicioneros...
Una tortura en todos los sentidos, para qué negarlo.
Mi corazón se comprimió aún más al recordar la muerte de Eileen y el sacrificio que había hecho mi pequeñín virtual, cuando decidió recibir daños para intentar acabar también con Erased,
en vano. Todos esos recuerdos impregnados de dolor pasaban rápidamente por mi mente, una y otra vez sin descanso, mientras mi cuerpo se movía e intentaba luchar como podía. La batalla se volvió un caos, comencé a recibir heridas, a sentir fatiga; a perder sangre.
—
M-maldito… —fue lo único que mis fuerzas me permitieron decir, mientras, a su vez, Kousen y el otro Aprendiz de Tierra de Partida ascendían con serias dificultades hasta las alturas, portando el Disco con ellos
Surgieron esta vez lo que parecieron extraños tentáculos oscuros que propinaron latigazos a diestro y siniestro. Una auténtica locura.
Que termine esto de una vez. De una forma u otra… Por favor.Yo no quería seguir sufriendo más, quería que todo acabase, simple y llanamente. Para bien o para mal, me daba igual en ese momento.
—
Habéis llegado lejos y seguís sin entender nada.Ni siquiera sabéis qué hacéis aquí. Habéis sido llamados para ser eliminados.Era cierto, hasta hace unas horas yo seguía con mi vida de siempre, ajena a toda esta batalla. Sin embargo, ahora era mi responsabilidad ahora acabar con ese monstruo, no iba a permitir que todo lo sucedido en el Reaper’s Game fuese en vano. Mi otra Yo podría, al menos, descansar en paz si así sucediese. Y me sentiría en paz también conmigo misma.
Más heridas llegaron, no supe si fue Saito, o la niña de Tierra de Partida cuya cruel muerte virtual todavía recordaba con claridad, quiénes me protegieron. Sentí de inmediato cómo un sable de oscuridad atravesaba mi carne, logrando que más sangre descendiese por mi cuerpo.
Alcé la vista, completamente agotada tras propinar una estocada que no llegó a ninguna parte, y observé claramente cómo el Aprendiz descendía con el Disco desde lo alto, dispuesto a acabar con el gigante. Deseé con todas mis fuerzas, que todo acabase allí ya, que todo nuestro sacrificio no hubiese sido en vano. Que Erased muriese de una endemoniada vez.
Anonadada con los sucesos que sucedieron a continuación, dejé caer ambas armas al suelo, deseando que aquel golpe fuese el último: el muchacho atravesó al Ronin deforme de arriba a abajo, y las sombras encapuchadas comenzaron a gritar por el dolor, desapareciendo de forma extraña en el aire. Al Ronin gigante le comenzaron a surgir venas amarillas por el cuerpo, hecho que no comprendí muy bien del todo qué era.
De forma asombrosa, el pilar se resquebrajó, cayendo sobre el gigante y acabando finalmente con el monstruo. Éste último, todavía arrogante, comenzó a reír, ¡seguía burlándose de nosotros!
Fruncí el ceño, claramente molesta por esa actitud tan despreciable que tenía, ¿acaso seguiría haciéndonos daño hasta su último segundo, incluso con sus carcajadas? Solo deseaba que aquella pesadilla terminase de una vez, se mofase de nosotros o no.
—
Datastream. —dijo, sin sentido alguno, antes de ser aniquilado por el Disco de Abraxas
Yo me dejé caer en el suelo de culo, dolorida y fatigada.
Hasta nunca, monstruo.Una paz inundó mi corazón. La presión de mi pecho desapareció, mi mente por fin pudo descansar. Supe de inmediato que, los sentimientos y deseos de mi otra Yo podían descansar en paz en mi interior, y esta vez para siempre.
* * *No supe precisar cuánto tiempo había pasado, quizás horas, puede que minutos, pero sí podía estar segura de que el tiempo corría muy lentamente para mí. Tan lento, que me dio tiempo suficiente para recuperar algo de mis fuerzas —incluso uno de los Aprendices que conocí en Agrabah decidió curarme, para mi sorpresa—, recoger mis armas y contemplar el campo de batalla, ahora destrozado. Mientras, meditaba sobre todo lo sucedido; esta vez con mucha más tranquilidad.
Me encontraba en ese momento acurrucada sobre mí misma, aferrada a mis rodillas, en el suelo.
Andrei… todo había comenzado por el Maestro, quién se atrevió descaradamente a recopilar información sobre nosotros, o algo así, para hacer nuestras copias en la Villa Crepúsculo virtual. Mi otra Yo fue sometida a un juego diabólico, y equivocada con sus acciones, cometió muchos fracasos, unos detrás de otros, como el revivir al demonio que habíamos derrotado.
Yo hasta hacía un par de horas, no recordaba nada de aquello, es más, lo ignoraba por completo. Mi otra Yo vivió cosas muy diferentes a las mías, que pese a no compartirlas, sí las comprendía. Querer ir a Tierra de Partida con Nadhia, Light, Maya, y el resto de sus amigos. Incluso se atrevió a cuestionar a los Maestros.
Me di cuenta entonces que durante todo lo sucedido en el museo, mi corazón no fue más que un huracán de emociones…
”Lo del Reaper’s Game fue una situación especial… no te equivoques, yo nunca he sido ni seré tu amiga en el mundo real.””¡Nadhia! ¡Esta vez lo conseguiremos!”Por supuesto, no me daba cuenta, pero mis sentimientos se habían entremezclado unos con otros: los de mi otra Yo, con los míos propios. Sospechaba incluso que ésta, de algún modo, me llegó a sustituir. Me sentía además, responsable por la seguridad del Maestro Andrei, y su desaparición me afectó en gran medida; él era un Maestro más, reciente, pero seguía estando en la misma posición que los maestros Ryota, Ariasu o incluso Nanashi. Sin embargo, yo había vivido otras experiencias muy distintas a mi Yo virtual: yo no había desarrollado ninguna clase de vínculo con Tierra de Partida, y jamás me hubiese atrevido a traicionar a mis Maestros; tampoco me hubiese sentido tan responsable por su desaparición, a fin de cuentas, él había sido en parte culpable de aquello; pero igualmente era un aliado más, y como Maestro tenía derecho a hacer lo que quisiese con nosotros, sus Aprendices. Lo único que hasta entonces me había motivado a luchar junto a Nadhia, Kousen, Fátima, Sacsol, Mei... era la propia existencia de Erased Data. Me sentía responsable por los fracasos de mi gemela, sin embargo, había cumplido ya con mi cometido, ya no había razones para seguir dejándome llevar por sus sentimientos. Por supuesto que no.
A fin de cuentas, yo no era tan fracasada como ella.
Personalmente, no tenía ningún vínculo de afecto con Nadhia, menos con Light, y mi otra Yo tampoco tenía razón de ser en el mundo real, en el que yo misma vivía día a día. Con Erased aniquilado de una vez por todas, ya nada más me ataba a mi pobre gemela. Me aseguraría de guardar sus sentimientos en lo más profundo de mi corazón, porque, a pesar de nuestras diferencias, valoraba mucho sus experiencias; sí quería recordarlas, mantenerlas en mi memoria. Aunque ello conllevase consigo las terroríficas escenas y pensamientos de aquel demente que dejó de existir tiempo ha.
Contemplé entonces cómo Saito se aproximó hasta mi lado, sentándose también. Le miré de reojo, todavía fatigada y emocionalmente decaída por la titánica batalla que había tenido que superar. No pude siquiera cambiar la agotada expresión de mi rostro; no me quedaban ni fuerzas para una minucia como esa.
—
Saeko, ya todo ha terminado al fin. Dime, ¿qué tal estás? —asentí a su comentario y volví a contemplar las ruinas del campo de batalla
Hasta ese momento Saito no sabía nada de lo sucedido, ni de las penurias por las que había pasado por culpa de mi copia. De algún modo, quise contarle todo, compartir todo aquel dolor con alguien. Y a fin de cuentas, él era mi único amigo del mundo real. La única persona en la que podía confiar, aparte de los Maestros, por supuesto.
—
Bien, y sí, pero me sigue sabiendo amarga esta victoria… —respondí a sus palabras, con una voz tan rota como mi cuerpo—
No me ha hecho ninguna gracia que fuese mi copia virtual la que despertase a Erased Data. Me he tenido que responsabilizar de su estupidez —comenté, ligeramente enfadada por la de problemas que me había causado—
. La otra Saeko quiso ir a Tierra de Partida, incluso traicionar a nuestros Maestros y a Bastión Hueco. No me pudo tocar una copia más idiota, ¿verdad? —pregunté de forma irónica, sin esperar respuesta—
¿Sabes, Saito? La única razón por la que he luchado ha sido por la responsabilidad de derrotar a ese monstruo, el mismo que ella trajo por error en una torre, observando una visión del Maestro Ryota en su juventud, derrumbándose. Je, pensó que de alguna forma, tocando al espíritu… o lo que fuese aquello del Maestro, conseguiría ayudarlo —y lo miré, angustiada—
. Pero lo único que consiguió fue transformarse ella misma en Erased.Bajé la cabeza y me aferré con fuerza a mis piernas, cerrando un poco los ojos a causa del cansancio. Aunque en parte, era muy feliz, pues habíamos conseguido destruir a la criatura.
—
Saeko, no te preocupes por eso. Erased ha sido eliminado y todo ha terminado, de una vez por todas. No más copias baratas de nosotros mismos, ni más juegos de muerte estúpidos se volverán a llevar a cabo; y nosotros hemos contribuido a que eso suceda. Todo lo malo o estúpido que haya podido hacer tanto tu copia como la mía, queda saldado con todo lo que hemos hecho hoy, que no te quepa duda..Suspiré, aliviada por saber que al menos él se molestaba en escucharme. Sonreí un poco, decidida a continuar mi historia. Quería que al menos, él supiese todo lo sucedido.
—
Y cuando me trajeron a este lugar, terminé encontrando por casualidad al Maestro Andrei. Parecía bastante debilitado, no sabría explicarlo… como si fuese una marioneta sin voluntad. Me sorprendió descubrir que fue él quién creó nuestras copias digitales… —y cogí aire, agotada, antes de continuar—
Quise protegerlo, a fin de cuentas, es Maestro nuestro. Pero lo terminaron secuestrando durante la batalla. ¿¡Y sabes qué!? —y me levanté, dispuesta a ir junto al grupo de Aprendices que se estaba reuniendo
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Erased está muerto, no pienso hacerme responsable de nada más. Ni de la desaparición del Maestro, ni de las tonterías que se creyó mi copia virtual. Venga, vamos.Una vez terminamos de hablar, la mujer de cabello corto nos dio las gracias, llevándose consigo el Disco que había eliminado a Erased Data para siempre.
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Debisteis matarlo, maldita sea. Ahora ha desaparecido y sabes que viene a por nosotros.—
Crow…―
¡Lo sabes! Andrei no es ningún santo. Él…A mí en realidad ya me daba igual el Maestro, no podía hacer nada por él, y tampoco pensaba hacerme responsable de su desaparición como bien le había comentado a Saito; bastante había tenido ya.
―
De todas las cosas extrañas que he visto hoy, vosotros dos os lleváis la palma. ―ahogué un grito al escuchar la voz del Maestro Ronin, y temerosa, giré la cabeza con miedo de que pudiese ser Erased Data de nuevo, pero para mi fortuna, se trataba del Ronin original
¿Quién era entonces el Ronin gigante que habíamos derrotado? ¿Su copia virtual? ¿Acaso tenían sus datos? ¡Claro! Al comenzar el Reaper’s Game pude ver claramente cómo el Ronin digital caía al vacío. Debía tratarse del mismo gigante. Pero me encontraba ya demasiado revuelta, por lo que no quise volver a pensar en lo sucedido con Erased, la Villa Crepúsculo virtual o Andrei.
―
¡Una chuche para quién me explique que pasa aquí!: ¡De uno en uno, niños! ¡Sin empujaros!Vi cómo muchos Aprendices de Tierra de Partida se aproximaron a Ronin, por lo que yo ni me molesté en levantarme para pedirle perdón. Quería pasar desapercibida en ese momento. Pero para mi sorpresa, mis propios Maestros también hecho acto de presencia. A ellos sí quería decirles una cosa.
Me acerqué el Maestro Ryota hasta que este se detuviera, y una vez ante él, me arrodillé. Desconocía si sabía acerca de lo sucedido con Andrei, pero quise contarle todos los detalles posibles para que, al menos, fuese consciente.
―
Maestro Ryota, siento informarle que el Maestro Andrei fue secuestrado durante la batalla. Lamento no haber podido seguir su rastro. ―y una vez finalizado el asunto de Andrei, me retiré para respirar tranquila y libre de cargas o responsabilidades
Me estiré todo lo que me permitió el dolor, alzando mis brazos y bostezando. Esperé pacientemente a que todo terminara, y una vez los Maestros asintiesen, me dirigí hacia su lado.
―
Poco más podemos hacer aquí. Vámonos. ―el maestro, como siempre, tenía toda la razón
―
Ya habéis oído, todos a casita.Me dispuse a marcharme junto con mi bando, con mis verdaderos compañeros, cuando las personas que nos habían dado los recuerdos nos bloquearon el paso. Alcé una ceja, sorprendida.
―
No, no os vais aún.―
Tenemos un mensaje para vosotros.―
¡Lo que faltaba! ―exclamé junto con un suspiro, deseosa de que todo terminase de una maldita vez. ¡Mi cuerpo me pedía a gritos una ducha de agua caliente!
―
En el Reaper’s Game tuvimos que colaborar todos juntos. Ni Tierra de Partida, ni Bastión Hueco. Hoy mismo muchos de vosotros habéis luchado codo con codo.Bufé ante su respuesta, molesta de que me volviesen a recordar todo lo sucedido. No había sido yo quién había colaborado, sino los sentimientos de mi copia, los que me motivaron a luchar. Ya había terminado todo.
―
¿No veis que hay un enemigo mayor ahí fuera? Andrei, Villanos Finales., ¡Erased Data! Todos intentan acabar con vosotros.―
La guerra no puede continuar. Sólo los que conseguimos colaborar, sin pensar en nuestras diferencias, conseguimos llegar hasta aquí ―yo no estaba de acuerdo―
. Si seguís así, vuestros enemigos serán los ganadores. Siempre.Observé al Maestro Ryota, insegura. ¿Qué estaría pensando al respecto? Tras meditarlo, el hombre se dirigió hacia el otro grupo, junto a Ronin.
―
¿Maestro…? ―pregunté, en cierto modo, aterrada por la idea de unir fuerzas
La Maestra Nanashi lo siguió, decidida, cosa que repitió un maestro del bando contrario cuyo nombre desconocía con Ronin.
―
Terminemos con esta guerra, Ronin. ―abrí los ojos de par en par y me quedé con la boca abierta al ver cómo mi maestro le tendía la mano al enemigo
¡No! ¡Aquello tenía que ser una broma! ¡Me negaba a colaborar con Tierra de Partida!
―
¿Qué mariconadas son estas? ¡Venga un abrazo! ―y se abrazaron
Me quedé perpleja cuando vi a Ryota sonriente, ¿¡en serio!? ¿¡Tendría que vivir a partir de ahora con los de tierra de Partida!? ¿¡Con Nadhia, con Light, con… con… con todos esos Aprendices!? ¡Era una locura, no tenía sentido!
Desde el primer momento, me habían inculcado que nuestros ideales eran los correctos. La Luz había ganado mucho terreno a la Oscuridad, era nuestra misión equilibrar la balanza. Desde un primer momento me habían advertido de que Tierra de Partida era una amenaza que se oponía a nuestros ideales, incluso yo misma recelaba de unos Caballeros distintos a nosotros, que se oponían a nuestros actos.
”No sé qué te habrá dicho ese hijo de puta de Ryota, pero no intentes controlar la Oscuridad por ti mismo. Si no tienes cuidado, te convertirás en un Sincorazón.”No, me negaba a colaborar con ellos. Mi opinión estaba clara, sin embargo, no iba a desobedecer tampoco al Maestro Ryota, por lo que, a regañadientes, tendría que aliarme con el bando enemigo.
─
Esto no puede ser verdad… —expresé perpleja. Era la primera vez que no estaba de acuerdo con una decisión de mis Maestros
Seguiría, por supuesto, a mis Maestros. Aun con semejante enfado encima. Hoy no era mi día, sin duda.
—
Pero bueno, ¿Y nosotros qué? ¿A qué esperamos? —observé con curiosidad al mencionado Kousen, sin llegar a adivinar sus intenciones—
¡¡Abrazo Grupal!! ¡Esto hay que celebrarlo!Antes de darme cuenta me vi aplastada en la marabunta de aprendices, roja como un tomate. ¿¡Cómo habíamos llegado a esa situación tan ridícula!?
—
¡P-pero bueno...! —logré exclamar antes de que mis palabras se desvaneciesen entre los gritos del resto de Aprendices
Aclarar dos cosas:
El diálogo con Saito no es definitivo, lo hemos planeado pero posiblemente él añada alguna que otra cosa más.
Y por último: no sé si esta será la última ronda, pero aviso de que mis PX van a Gengar! >w<
¡Y felicidades a todos por el curro de derrotar a Erased! =D
Edit: He cometido un pecado al editar, lo sé, pero solo para añadir el diálogo de Saito y que quede bonito =)
Edit2: se me coló un emoticono, ¡maldito ratón táctil!