[Evento Global] Ruta del Recuerdo Perdido - La ciudadela

Ruta de Hana, Neru, Adam, Saeko, Nadhia, Aru y Kairi.

Nunca olvidarás que tomaste parte en alguno de estos jolgorios. Kazuki tampoco.

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro, Sombra

Ronda 12

Notapor Suzume Mizuno » Mié Jun 17, 2015 1:38 am

Nadhia



Y tú, ¿también eres amiga de la señora Cornelia?

—¡N-no! ¡Qué va! Mi familia es una poco importante del clan, pero como mi madre hizo buenos… Eh, ah, sí, servicios, pues me aceptaron como paje. Llevo mensajes de la señora Cornelia. Dice que algún día me entrenará ella en persona. —Esbozó una sonrisa soñadora.


¿Es mucha molestia que alguien como yo se quede contigo?

—¿N-no?

Parece que la muchacha que me ha traído estaba algo en desacuerdo... no sé, la he notado rara de camino aquí.

—¡Ah! B-bueno. Es que… No eres del clan, ¿no? —La recorrió con la mirada—. La señora Valeria es prima de la señora Cornelia y no le debe hacer gracia verte por aquí. Nadie que no sea… Uh… Importante entra en nuestros aposentos.

Y estaba claro que Nadhia no lo era, o no la habrían mandado a dormir con un paje.

—¡Pero no te preocupes! La señora Cornelia es muy buena y muy amable. Es sólo que los Unicornios no se llevan bien con los otros clanes…—farfulló Patricia, bajando la voz, como si estuviera diciendo algo que fuera culpa suya—. ¡Pero si la señora Cornelia te ha dicho que luches con ella, entonces seguro que cree que eres alguien muy capaz! Es muy buena, aunque de miedo. Y la gente la odie. Pero no es su culpa, ¿sabes? Tiene que hacer lo que se supone que hacen los Unicornios. Y seguro que nadie podría llevar todo lo que está pasando mejor que ella. Pero siempre están criticándola a sus espaldas porque no es tan buena como su madre…—Patricia sonrió con tristeza—. ¿Te acuerdas de ella? Me dio mucha pena que muriera en esa batalla. Pero la señora Cornelia es tan genial o más que su madre. ¡Seguro que nos saca de esta situación!

Patricia siguió parloteando un rato más, hasta que vio que Nadhia estaba muy cansada y apagó la luz. Al contrario que su compañera, no tardó más que unos instantes en dormirse.



****
Nadhia y Kairi


Los Caballeros patrullaban por el interior de la muralla trasladando armas, comida o heridos, a la vez que intentabana reforzar las primeras casas para cuando la barrera se viniera abajo. Miraban de vez en cuando hacia la misma con gesto suspicaz, preocupados, porque sabían que el tiempo corría en su contra.

Cuando Kairi y Nadhia llegaron a los pies de una de las torres, se encontraron con que Valeria las estaba aguardando. La Unicornio frunció el ceño y espetó:

—¿Qué haces con esta aquí? ¿No te dije que te fueras a trabajar? Y tú, ¿cómo la traes? ¡Esta es una reunión privada!

Valeria las fulminó con la mirada, exigiendo una respuesta rápida y que la convenciera, o las echaría a las dos a patadas.

Entonces Kairi notó que una mano se posaba en su hombro.

Yo envié a la muchacha. Siento que te haya causado problemas, Valeria. Quería viniera conmigo para enviar unos mensajes después al clan de la Grulla.—Assur se había acercado, escoltado por dos Caballeros Serpientes, sin que nadie le escuchara y sonreía con amabilidad.

Valeria se cuadró y realizó un saludo militar. Aunque miró con desagrado a las dos chicas, quedó claro que no podía oponerse a Assur, por lo que se dio la vuelta y empezó a subir con rapidez las empinadas escaleras. El líder de las Serpientes dio un suave empujón a Kairi y esperó a que las jóvenes empezaran a trepar antes de seguirlas.

A medida que subían podían ver con más claridad la barrera que se desplegaba al otro lado. Acuosa, desdibujaba el cielo, las nubes y el paisaje, y cada vez que era atacada se estremecía y ondas que parecían de agua se extendían por su superficie. En el interior de la torre había una estancia de madera, simple, con algunos pertrechos y una mesa cubierta por mapas en torno a la cual había dos miembros de cada clan mayor. La presidía Cornelia, que inclinó la cabeza en dirección a Assur como saludo. Este correspondió y dijo:

¿Alguna novedad?

No. Estábamos discutiendo dónde podría encontrarse el Alfa, ya que no se lo ve por ningún lado.

Precisamente se lo pregunté ayer a Catrina y me respondió que hoy no aparecería. Quizás mañana. Eso significa que está lejos.

Su comportamiento no es natural. Los Sincorazón no son seres inteligentes. A menos que…—Hubo un silencio incómodo en la habitación—.Entonces Hjalmar tiene razón. Hay un traidor.

—¿Por qué decís eso, señora? —inquirió un Oso.

Los Sincorazón no tienen por qué dejar a su líder atrás, ni sincronizarse de la manera que lo han hecho. Están demasiado bien organizados. Eso significa que hay una mente inteligente detrás, teoría que no deja de afirmarse cuando pensamos que hubo Sincorazón en la misma ciudadela…—Assur entrelazó las manos y se las llevó a los labios—. Sin duda, alguien importante. Es imposible controlar sin más a un Alfa que pueda atraer a tantos Sincorazón.

Cornelia se inclinó sobre el mapa y señaló con un dedo hacia la montaña situada más al sur, de la cual brotaba una catarata.

Imagen

Este sería un buen lugar para esconderse mientras el ejército ataca. Nuestras patrullas no se atreven a alejarse tanto y además habría que sobrevolar a todos esos Sincorazón. Un escuadrón demasiado grande no podría llegar y uno demasiado pequeño es muy arriesgado… Assur, ven un segundo.

Los dos líderes se retiraron a un rincón a cuchichear. Entre tanto, los Caballeros de los clanes miraron con curiosidad —o rechazo— a Nadhia y Kairi, preguntándose qué diantres hacían allí. Entre tanto, Assur hizo un aspaviento, pero terminó asintiendo con la cabeza. Satisfecha, Cornelia se plantó de nuevo en su sitio y dijo:

Iré yo.—Primero hubo un momento de estupor y, después, una avalancha de protestas que Cornelia detuvo con alzar una mano—. Soy uno de los Caballeros más fuertes y tengo experiencia en el campo. De modo que sabré si puedo enfrentarme o no a la criatura. En este último caso regresaré y daré la alarma. Vamos a necesitar saber a qué nos enfrentamos. ¡No podemos perder a más Caballeros! Si es necesario, tendremos que desalojar Tierra de Partida.—Se sucedió un silencio mortal. Cornelia asintió con la cabeza—. Bien, Valeria se quedará aquí como mi doble. Ya sabes dónde tengo mis ropas. Dejo a cargo a Assur, a quien todos obedeceréis hasta mi regreso. Que nada de esto salga de aquí: si es cierto que hay un traidor, no podemos permitir que sepa lo que estamos haciendo. ¿Comprendido?

Cornelia esperó y después comenzó a dar órdenes básicas. Entre ellas, que nadie la siguiera. Aceptó una capa que se echó sobre la cabeza para ocultar su melena pelirroja y después se encaminó hacia la puerta, no sin antes estrechar la mano de Assur, que le deseó suerte. Al cruzar al lado de Nadhia, le dijo:

Ven conmigo. Tengo una tarea para ti.

Si Kairi intentaba seguirlas, sentiría de nuevo la mano de Assur en el hombro. El mago se inclinó y le susurró al oído:

¿No teníais algo que hacer? Quizás sea el momento.

Luego la saltó y la dejó hacer. Tanto si quería quedarse, como ir detrás de Nadhia o ir de vuelta al Alcázar, era libre de hacerlo.

Nadhia, entre tanto, bajaría las escaleras con Cornelia y recorrería una parte de la calle hasta que esta dijera:

Comprenderé que te niegues ya que es una petición egoísta, pues me baso en el hecho de que has perdido la memoria. Eso significa que no tienes lealtades y que en este momento no cumples ninguna función en la ciudela. Y yo necesito a alguien que me acompañe por si no puedo regresar para que transmita mi mensaje.—Frenó en seco y la observó con seriedad—. ¿Me acompañarías?

Nadhia sabría que era un viaje peligroso y que probablemente no daría muchos frutos. Además, la apartaba de su misión original. Sin embargo, si regresaban con éxito, ¿no se habría ganado de forma definitiva la confianza de Cornelia? Podría resultarle muy útil para el futuro, en especial si Chihiro no les abría el paso temporal, como había prometido.

****
Adam



¡Ni de coña!

Cuando Adam arremetió, con Llave Espada, uñas y dientes incluídas, contra el ala del Sincorazón, este dio un giro tan violento que por poco se sacó al vampiro de encima. Este, sin embargo, era demasiado fuerte y pudo aferrarse con saña a sus escamas hasta que le desgarró el ala. La criatura emitió un rugido, mezcla de dolor y de ira, y se sacudió a Aki al volver con ferocidad el cuello y comenzar a preparar una llamarada.

En ese momento, aprovechando que no podía verle, Neizan apareció como un rayo y embistió con su glider la otra ala. En esta ocasión Adam sí que no pudo evitar caer, dando varias vueltas de campana sobre sí mismo, antes de invocar su glider. El Sincorazón pasó como un bólido a su lado, incapaz de volar, y se precipitó hacia el lago.

¡GENIAL!—gritó Aki, que también había invocado su glider, y elevaba un puño a modo de victoria.

¡No os detengáis! ¡Rápido, a la Montaña!—gritó Neizan.

Apenas sí había terminado la frase cuando otro dragón se fijó en ellos y echó a volar tras su nueva presa. ¡Más les valía acelerar! Recorrieron en un suspiro los cien o doscientos metros que los separaban de la muralla pero, entonces, vieron que no les esperaba ninguna entrada. Neru había cumplido su orden.

¡Arriba!

Adam tendría que realizar un frenazo y un cambio de sentido brutal, aunque también el Sincorazón, que se dio de bruces contra el escudo, lo cual les otorgó unos segundos preciosos. Y, de repente, sin venir a cuento, Neizan se detuvo y se puso en horizontal, extendiendo las manos hacia el frente. Comenzó a murmurar algo a toda velocidad y, alrededor de su palma, se materializó un círculo dorado, decorado por runas indescifrables para Adam. A sus pies escucharon un rugido que reverberó en sus huesos y vieron que el dragón volaba hacia los tres, abriendo las mandíbulas y preparando una llamarada.

¡Rápido! ¡Rápido, joder!

Neizan terminó su mantra y, quizás para sorpresa de los dos, se abrió un agujero —lo cual provocó una cascada de luz en la barrera— suficiente para que entraran todos. En ese momento Aki embistió a Adam y a Neizan, obligándoles a entrar, justo a tiempo para evitar la lengua de fuego que, sin duda, los habría calcinado. El golpe fue tan fuerte que Neizan se golpeó contra un tejado y su glider se desvaneció, mientras el muchacho rodaba hasta golpearse la cabeza contra la pared rocosa de la montaña. Adam, por su parte, se llevó por delante un puente de madera colgante y por poco se ahorcó con las cuerdas. Aki fue el único que quedó cerca de la entrada y soltó un alarido cuando el dragón metió la cabeza y dio un mordisco al aire.

¡Mierda!—Con la cabeza cubierta de sangre, Neizan alzó una mano frente a la cual apareció una nueva runa. Hizo un movimiento brusco.

El agujero se cerró, descabezando al Sincorazón, cuyo cuerpo se desvaneció entre volutas de humo negro. Tras unos segundos de incertidumbre, Aki dejó escapar un aullido de victoria y saltó al tejado donde se encontraba Neizan, saludando a Adam con la mano. Sonreía de oreja a oreja mientras le indicaba que aterrizara a su lado.

¡Eso ha sido impresionante! ¡Creía que nos íbamos a convertir en moguris a la brasa!—Rió, una mezcla de histerismo y alivio, y después le dio un suave puñetazo a Adam en el pecho—. Gracias por lo de antes, pero te he vuelto a salvar la vida. Estamos en tablas.—Escuchó su respuesta sin dejar de sonreír. Su sonrisa, con todo, se desvaneció cuando se volvió y vio que Neizan yacía inconsciente a pocos pasos de ellos—. ¡Mierda!—Corrió a su lado y lo puso boca arriba. Respiraba con normalidad, sólo estaba un poco pálido. Seguramente había sufrido una conmoción por culpa del golpe—. ¿Has visto lo que hizo? ¡Invocó runas y rompió la barrera! Eso es… Creo que es algo que sólo podría hacer alguien al menos a la altura de Catrina o de los líderes…

Entre tanto, Adam podría echar un vistazo a su alrededor. Había una muralla que subía como una espiral hacia la cumbre de la Montaña, que se encontraba a unos ciento cincuenta metros de distancia. A ella se accedía o bien siguiendo la muralla, cuyas torres se asomaban hacia el exterior para dejar una distancia mínima de protección con los edificios —si bien no se podría volar en glider—, o bien trepando por las escaleras que salían de la pared o los puentes colgantes que unían diferentes edificios de piedra y madera. No parecía que estuvieran habitados, tenían un aire severo y de paso. Quizás fueran para descansar durante el largo ascenso.

Desde ahí podría ver que en lo alto de la muralla había una especie de bastión, por el que caminaban unas cuantas figuras. Guardianes, sin duda. El templo no podía andar muy lejos, quizás Aki lo supiera.

Aun así, ¿era la mejor oportunidad para cogerlo? Adam era un desconocido y, además, tendría que dejar atrás a un Neizan herido cuando él mismo no tenía ni idea de runas. Quizás si llevara al joven líder hacia abajo, donde debía haberse reunido el resto del escuadrón, se ganara su confianza. O puede que Adam lo considerara una pérdida de tiempo. En cualquier caso, Aki parecía muy preocupado por Neizan y seguramente fuera complicado convencerle para que subiera.

Siempre quedaba la fuerza, claro. Era algo que a Adam se le daba bien, ¿no?


****
Neru


¡Los sincorazones nos siguen! ¡Hay que cerrar el escudo, órdenes de Neizan!

Neru atravesó la entrada sin demasiados problemas para encontrarse cerca de una torre donde varios Caballeros se miraron entre ellos. Tras un momento, asintieron y comenzaron a trastear con los círculos de hierro que envolvían el cristal de la torre. Apenas sí pasaron unos instantes antes de que la superficie del escudo volviera a ser lisa.

Estaban a salvo. Uno de los Caballeros, que por una banda que llevaba en un brazo parecía ser algún tipo de oficial, le hizo gestos para que se acercara.

—¡Baja de ese glider, sólo los capitanes y oficiales de rango superior pueden usarlos aquí! ¿Qué es lo que está sucediendo en la ciudadela? Hemos visto que salía un primer grupo de cebo, ¿la señora Cornelia estaba entre…?

—¡Están volviendo! —chilló una mujer, señalando con un dedo.

Los Caballeros se precipitaron a mirar. Si Neru miraba con atención vería que, a unos doscientos metros por debajo, un grupo de gliders se precipitaba hacia el interior del escudo, perseguidos por una bandada de inmensos Sincorazón. Al momento les llegaron gritos de victoria y comprendería que habían llegado a salvo. Casi al momento, una onda, una cascada de luz descendió a toda velocidad. El Caballero que había hablado con él levantó la vista con el ceño fruncido.

—¿Habrá pasado algo arriba…?

Neru quizás pudiera imaginarlo. En cualquier caso, el Caballero comenzó a ladrar órdenes para que la gente volviera a sus puestos. Así, daría tiempo al joven para echar un vistazo a su alrededor.

Estaba en una zona más o menos poblada, aunque no había tantas casas como en las partes inferiores de la Montaña. Los clanes menores habían construido una ciudad vertical de casas colgantes, en su mayoría con tejados cónicos o a dos aguas. Los más robustos y grandes eran de piedra, pero en general abundaba más el ladrillo, la madera, y los batientes fuertes para proteger del mal tiempo. Innumerables cuerdas, puentes y escaleras de piedra que salían de la pared unían los hogares, algunos de los cuales se elevaban sobre salientes o se hundían en cuevas. Muchos tenían emblemas de animales, representando a qué clan pertenecían. A medida que se ascendía había menos edificaciones y a su vez eran más pequeñas. Lo único que parecía mantenerse sin cambios era la muralla que, cual serpiente, se enrollaba entorno a la Montaña, desde los pies a la cumbre.

Parecía que, ya que no había demasiado espacio para usar el glider y que tampoco era un capitán, Neru iba a tener que desarrollar unas buenas piernas.

—El resto de su grupo ha bajado, probablemente a reunirse con los líderes de los clanes. Tú también deberías —le dijo el capitán.

Hjalmar y Zacharias se encontrarían en las zonas inferiores, sí, pero, ¿y Adam y los demás? Neru no tenía ni idea de si habían conseguido entrar en la barrera —aunque podía sospecharlo—. Lo más lógico sería informar a los líderes y no irse a la aventura, pues luego quizás no pudiera reunirse con Adam. Pero, claro, tenía una misión. ¿Querría arriesgarse a ir solo a la cima? Podía, por supuesto, aunque era posible que si contara con el apoyo o la confianza de un líder todo fuera diferente…

Además, todavía era de día. ¿Convendría que la gente testificara, en caso de que lograra robar las piedras, que había visto a un chico sin emblema subir hacia la cima…?


****
Saeko



La envolvió un intenso olor a papiro, papel, cuero, tinta y madera. A la vez, la claridad la cegó por unos instantes. Cuando sus ojos se acostumbraron a la luz, se encontró en una estancia gigantesca, repleta de libros. Las paredes estaban cubiertas por estanterías que albergaban toda clase de volúmenes, gordos y finos, altos y pequeños, organizados por grandes carteles con las letras del alfabeto. Había dos pisos a los que se podía acceder por escaleras de mano y balcones que uno podía recorrer durante metros y metros. En lo alto había cristaleras que dejaban entrar la luz del sol.

Buscar un papiro concreto, sin saber ni siquiera dónde estaba, iba a ser como buscar una aguja en un pajar. Nunca lo encontraría sin ayuda.

Una exclamación de horror atraería la atención de Saeko hacia el suelo. Había muchas mesas donde quedaban libros abiertos, tinteros volcados, plumas dejadas sin cuidado y también papiros a medio desenrollar. Las sillas estaban fuera de su sitio. Parecía que la gente había salido escopetada del lugar.

O no…

Unas pocas manchas de sangre les dieron la pista que necesitaban. Las Llaves Espada desperdigadas por el suelo dejaron claro lo que había sucedido.

—Mierda —dijo uno de los Caballeros que había entrado con Saeko—. Rápido, buscad supervivientes…

No lo dijo con demasiada confianza. No parecía, por lo que habían comentado, que los Sacerdotes fueran grandes guerreros. Nadie creía que fueran a encontrar nada. Si Saeko bordeaba las mesas vería que la biblioteca tenía un descenso de nivel, seguramente que hicieron los propios Sacerdotes para poder ampliar hacia abajo las estanterías.

Entonces fue cuando escuchó un gemido. Quizás al principio creyó que provenía de otro de los Caballeros, pero luego quedó claro que no:

Ayu...

Sólo tendría que bajar por una de las escaleras para ver que, pegado a las patas de una mesa, había un hombre en un charco de sangre. Vestía una túnica larga, de mangas anchas, y con el diseño de un ala en la parte inferior.

Spoiler: Mostrar
Imagen


Ayuda…—gimió, extendiendo una pálida mano hacia Saeko. Tenía la mirada borrosa y parecía que se fuera a desvanecer de un momento a otro. Necesitaba ayuda inmediata.

El hombre dejó caer la mano y todo su cuerpo se estremeció. Tenía un horrible corte en el torso que no dejaba de sangrar y no bastaría con un único Cura. Tendrían que ayudarle entre varios.

Saeko podía pedir a otros que se encargaran de él, aunque, en tal caso, no podría enterarse de qué había sucedido. Además, tenía toda la pinta de ser un Sacerdote. Quizás era la persona que necesitaba.


****
Hana


Los compañeros de Hana no dejaban de comentar con sarcasmo que los Sacerdotes habían cumplido muy bien su labor de protección del Templo. Estaba claro que les había indignado encontrarse con el lugar vacío. Al menos estarían bien arremolinados entorno a las reliquias —o más les valía—.

Las escaleras que llevaban al sótano eran amplias y podían avanzar los seis codo con codo. A su paso se encendían unas esferas de las paredes que contenían volutas de luz. Sus pasos resonaban en medio de los cuchicheos. En las paredes había diseños de seres angelicales, así como de Caballeros luchando contra los Sincorazón o alzándose victoriosos, alzando Llaves Espadas que desprendían luz.

—Eh… Mirad eso.

La puerta, de dos hojas, estaba entreabierta y por el resquicio se colaba un hilo de luz. Se miraron los unos a los otros, extrañados, ya que no escuchaban ningún sonido que viniera del otro lado. Una de los Caballeros llamó en voz alta a los Sacerdotes. Nadie respondió. Todos prepararon sus Llave Espada.

Al acercarse e iluminarse las luces, vieron que las puertas estaban cubiertas de largos y profundos zarpazos. Cuando las abrieron, hacia dentro, encontraron lo que parecía ser un almacén. La tranca estaba caída a un lado, sin un rasguño. Había estatuas del Primero, aunque también de diferentes Caballeros que posaban con severidad clavando sus Llaves Espada en la tierra. Había vitrinas con diferentes objetos en su interior, así como estanterías algo roñosas en las que había gruesos tomos sin nombre. También había unas cuantas mesas con cachivaches de cristal que contenían diferentes líquidos o incluso luces de variadas tonalidades. Había cuatro puertas, además de la que habían atravesado, bastante pequeñas y que parecían dar a secciones inferiores del templo.

Y el suelo estaba cubierto de sangre… Así como de Llaves Espada. De un solo vistazo podrían contar hasta quince como mínimo. Parecía que muchos Sacerdotes habían ido a reunirse a aquel lugar, pero no había servido de mucho.

Los Caballeros se distribuyeron por el lugar, buscando aquí y allá. Entonces Hana escucharía un golpe suave, seguido de un gemido. Parecía provenir de una puerta que había cerca de ella. Estaba entreabierta y descendía hacia una oscuridad insoldable.

¿Qué haría? ¿Investigar? No parecía que hubiera ninguna piedra a la vista, de modo que tendría o bien que regresar a pedir ayuda —los Caballeros no parecían dispuestos a ir por ningún sitio y discutían en voz baja qué hacer— o bien investigar. Tarde o temprano tendría que bajar, ¿no?

Aunque quizás no sería muy inteligente ir sola…


Spoiler: Mostrar
Hana
VIT: 40/40 [+2 Anillo Coraza]
PH: 32/32
+Ultrapoción1

Saeko
VIT: 40/40
PH: 26/26
+ 2 éteres
+ 1 poción

Gengar
VIT: 58/58
PH: 20/20

Adam
VIT: 60/60
PH: 16/16

Neru
VIT: 26/26
PH: 22/22
+ 2 pociones

Kairi
VIT: 22/22
PH: 20/20

Nadhia
VIT: 50/50
PH: 38/38



Spoiler: Mostrar
Kairi I (Justificada)
Darkness Seeker II


Fecha límite: domingo 21 de junio a las 23:59
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Re: Ronda 12

Notapor EspeYuna » Jue Jun 18, 2015 1:14 pm

Spoiler: Mostrar


—¿Qué haces con esta aquí? ¿No te dije que te fueras a trabajar? Y tú, ¿cómo la traes? ¡Esta es una reunión privada!

Nadhia se quedó paralizada con la reprimenda de Valeria. Pensó que no habría problema alguno en que Kairi fuera con ellas, pero no tenía ni idea de que fueran a reunirse con altos cargos de manera privada.

Por suerte, alguien les salvó el día. Un hombre con ropas elegantes y antiguas posó una mano sobre el hombro de su compañera y dio a entender que él la había enviado para dar mensajes a un clan menor, porque a Nadhia no le sonaba el símbolo de la Grulla. Nadhia observó por un momento el aspecto del hombre y la protección a sus espaldas e imaginó que podía tratarse de uno de sus supuestos aliados, el líder de las Serpientes.

Sobre todo al presenciar la reacción de Valeria. La prima de Cornelia realizó un saludo militar y, aunque la fulminó de nuevo con la mirada, se quedó con las ganas de echarlas a patadas de allí. Nadhia echó a andar tras Kairi, que fue empujada con amabilidad por el hombre que las había ayudado.

Nadhia pensó entonces que ese líder conocía su secreto. Que toda su historia de la pérdida de memoria era una mentira y que en cualquier momento podía decírselo a Cornelia. Se estremeció con sólo pensar que la líder de los Unicornios la descubriera.

Sin embargo, no era miedo lo que sentía. Tras la conversación con la pequeña Patricia el día anterior, había pensado bastante en contarle la verdad a Cornelia en un momento dado, cuando tuviera la suficiente confianza con ella y el valor necesario para pedirle perdón por su mentira.

Y Nadhia ladeó la cabeza, observando las ondas que desprendía la enorme barrera que rodeaba la ciudadela con los ataques del enemigo, sin entender por qué de repente le daba tanta lástima haber usado la confianza de Cornelia en su beneficio. Quizás por las palabras de la pequeña Patricia la noche anterior. No sólo le había parecido una mujer y líder formidable. Lo era. Y debía haber pasado por un gran calvario con su liderazgo...

Cuando entraron al interior de la torre Nadhia se encontró en una estancia bastante simple hecha de madera y que al menos parecía resistente. En el centro había una mesa llena de mapas y la presidía Cornelia, quien inclinó la cabeza como gesto de saludo al líder de las Serpientes y éste correspondió:

¿Alguna novedad?

No. Estábamos discutiendo dónde podría encontrarse el Alfa, ya que no se lo ve por ningún lado.

Precisamente se lo pregunté ayer a Catrina y me respondió que hoy no aparecería. Quizás mañana. Eso significa que está lejos.

Nadhia recordó lo que había mencionado Lyn. Que el líder de las Serpientes y su hermana conocían sobre ellos y su origen. Interpretó que aquella tal Catrina debía tratarse de una vidente, sabiendo en qué momento exacto aparecería o no el enemigo. Podría estar bastante sorprendida en otro momento, pero su única preocupación ahora era recibir las órdenes de Cornelia e intentar escaparse para hacerse con el libro.

Su comportamiento no es natural. Los Sincorazón no son seres inteligentes. A menos que…—a Nadhia aquel silencio se le hizo eterno—.Entonces Hjalmar tiene razón. Hay un traidor.

—¿Por qué decís eso, señora?

Los Sincorazón no tienen por qué dejar a su líder atrás, ni sincronizarse de la manera que lo han hecho. Están demasiado bien organizados. Eso significa que hay una mente inteligente detrás, teoría que no deja de afirmarse cuando pensamos que hubo Sincorazón en la misma ciudadela… Sin duda, alguien importante. Es imposible controlar sin más a un Alfa que pueda atraer a tantos Sincorazón.

Eso explicaría, sin duda alguna, que hubieran estado tan bien organizados, aunque Nadhia no recordara mucho de lo sucedido durante la batalla. De hecho, no le dio tiempo a analizar los movimientos del enemigo en masa. Sólo había luchado por salvar la vida y en última instancia la de Cornelia. La líder se inclinó sobre el mapa y señaló una montaña al sur de su situación, con una catarata que brotaba desde su cima.

Nadhia se acercó un poco para observar con detalle el aspecto de Tierra de Partida.

Imagen

Este sería un buen lugar para esconderse mientras el ejército ataca. Nuestras patrullas no se atreven a alejarse tanto y además habría que sobrevolar a todos esos Sincorazón. Un escuadrón demasiado grande no podría llegar y uno demasiado pequeño es muy arriesgado… Assur, ven un segundo.

Nadhia miró de reojo a Kairi, pensando qué deberían hacer. Era cierto que debían darse prisa en coger el libro ahora que todos iban a estar tan ocupados con los sincorazón y un supuesto traidor, pero... ¿hasta qué punto sería seguro ir en busca del objeto que necesitaban si Valeria no les quitaba la vista de encima? Y además, si el líder de las Serpientes ya conocían de su origen, ¿por qué no aliarse, tratar el tema con los Unicornios y unir fuerzas para salvar la Tierra de Partida del pasado y del futuro?

Aquella era la incertidumbre que hacía dudar a Nadhia sobre si sería buena idea contarle la verdad a Cornelia o no. Según Patricia, Cornelia debía cumplir los ideales de los Unicornios, pero que era compasiva y tenía buen corazón a pesar de que impusiera miedo y respeto.

Iré yo.—Nadhia volvió a la realidad al escuchar las palabras de Cornelia y la negativa que no se hizo esperar por parte de los cargos que se encontraban en la torre en aquel momento. La líder de los Unicornios levantó la mano para que la dejaran hablar—. Soy uno de los Caballeros más fuertes y tengo experiencia en el campo. De modo que sabré si puedo enfrentarme o no a la criatura. En este último caso regresaré y daré la alarma. Vamos a necesitar saber a qué nos enfrentamos. ¡No podemos perder a más Caballeros! Si es necesario, tendremos que desalojar Tierra de Partida.—Nadhia sonrió para sí misma. Patricia tenía razón, Cornelia estaba pensando en la seguridad de todos. Y estaba segura de que iba a conseguir que aquella pesadilla acabara. De hecho, Tierra de Partida seguía existiendo en el futuro, y eso significaba que había logrado atrapar al supuesto traidor y vencer al alfa y a su ejército de sincorazón. Y además, usar la defensa mágica de Zephyr—. Bien, Valeria se quedará aquí como mi doble. Ya sabes dónde tengo mis ropas. Dejo a cargo a Assur, a quien todos obedeceréis hasta mi regreso. Que nada de esto salga de aquí: si es cierto que hay un traidor, no podemos permitir que sepa lo que estamos haciendo. ¿Comprendido?

A Nadhia le sorprendió que usaran una doble como Valeria, pero al pensarlo en frío y con las últimas palabras de Cornelia, se dio cuenta de que era necesario. Entonces la líder se iría a la montaña. Quizás la dejara a cargo junto con Valeria, y aunque le daba mala espina, sería lo mejor para escaparse y conseguir a tiempo el libro.

Pero entonces, Cornelia cruzó a su lado y le dijo:

Ven conmigo. Tengo una tarea para ti.

Ah —Nadhia estuvo a punto de balbucear, pues le había pillado con la guardia baja. Sin embargo, logró recuperarse y asintió con la cabeza agachada—. Por supuesto, mi señora.

Miró por última vez a Kairi antes de bajar las escaleras con la líder de Tierra de Partida. No pudo decirle nada en aquel momento, pero ya había hablado con ella antes de reunirse con los altos cargos. Si decidía seguirla o no, era su decisión. Aunque estaba claro que Cornelia sólo tenía una tarea para ella, y que Kairi no entraba dentro de sus planes. Lo más seguro e inteligente sería quedarse.

Porque Nadhia tenía un mal presentimiento.

Spoiler: Mostrar


Comprenderé que te niegues ya que es una petición egoísta, pues me baso en el hecho de que has perdido la memoria. Eso significa que no tienes lealtades y que en este momento no cumples ninguna función en la ciudela. Y yo necesito a alguien que me acompañe por si no puedo regresar para que transmita mi mensaje.—Cornelia frenó en seco, y Nadhia torpemente detuvo el andar mientras observaba los ojos de la líder puestos en ella—. ¿Me acompañarías?

Cor... Señora Cornelia... —Nadhia tuvo sólo unos segundos para decidir qué hacer. Aquella idea no entraba dentro de sus planes. Se suponía que estarían en las murallas de la ciudadela, no fuera en una montaña tan alejada de sus principales objetivos. ¿Qué debía hacer?

Iba a ser peligroso, por la seriedad con la que le miraba Cornelia. Se suponía que estaba confiándole un mensaje si ella no regresaba viva. Le estaba confiando de nuevo algo muy importante, y Nadhia dejó de pensar por un momento en Fátima, en Light y en Malik. Y en toda su Tierra de Partida. Se sintió muy culpable, de haberse involucrado demasiado.

No quería ser cruel. No iba a permitir que el egoísmo de sus intenciones jugaran con la confianza que Cornelia tenía puesta en ella. Aunque la líder estuviera disculpándose por actuar de forma egoísta, era Nadhia la que estaba mintiendo desde el principio. Y le dolía. Por alguna razón, le dolía demasiado seguir con su historia, cuando nunca hasta aquel momento le había costado ocultar su identidad en misiones a través del intersticio.

¿Por qué le hacía tanto daño engañar a Cornelia?

Iré con usted —Nadhia hizo un saludo militar, imitando los movimientos de Valeria, y agachó levemente la cabeza—. La pasada noche prometí que la seguiría a donde fuera y daría mi vida si fuera necesario. Me salvó de la muerte y estoy en deuda con vos, y sus ideales por salvar nuestras tierras y familias son formidables. Será un honor acompañarla y acabar con la amenaza de Tierra de Partida.

Y Nadhia, por un momento, se olvidó de su origen y se creyó su propia mentira.
Imagen
¡Soy enfermera~!
Nurses are Angels on Earth
Imagen
Mi blog + DeCulture

Imagen
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen
KHWorld Awards 2014
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2013
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2012
Imagen
ImagenImagen
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
EspeYuna
115. Demyx
115. Demyx
The Unknowns
 
Mensajes: 3437
Registrado: Mar Feb 28, 2012 11:12 pm
Dinero: 53,263.25
Banco: 15,063.87
Ubicación: ¡Entrenándome en Tierra de Partida para combatir a los sincorazón! ¡Ah! ¡Y en FanPlace!
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 54

Ronda #12 - Ruta del Recuerdo Perdido

Notapor Astro » Sab Jun 20, 2015 8:37 pm



No fue nada fácil, y el vampiro tuvo que esforzarse al máximo y usar uñas y dientes para conseguirlo, pero finalmente desgarró la ala del dragón. El rugido que la criatura soltó permitió que Aki se soltara, y la intervención de Neizan destruyendo la otra ala también fue suficiente para acabar con la bestia. Adam se soltó, invocando su glider a tiempo y alzando el vuelo junto a los otros dos.

¡GENIAL!

¡OTRA VEZ, OTRA VEZ! —pidió Adam, emocionado.

¡No os detengáis! ¡Rápido, a la Montaña!—ordenó el jefe Neizan.

¡Vaale!

Ni siquiera habían avanzado un metro cuando otro dragón centró su atención en ellos. ¡Mierda! El trío tuvo que acelerar sus vehículos a tope para intentar esquivarlo, pero cuando empezaban a acercarse a la muralla, descubrieron que no tenían forma de entrar: no había ningún hueco esperándoles. Ups.

¡Arriba!

No fue fácil obedecer esa orden, pero el aprendiz se esforzó como pudo para lograr dar un giro y seguir el ritmo de los otros dos. Al menos, el dragón chocó contra la barrera (Adam soltó una carcajada al verlo), dándoles un valioso tiempo extra. Deberían haber seguido moviéndose, pero de pronto Neizan se paró en seco y, con el glider en horizontal, se puso a murmurar algo a toda prisa. Alrededor de su mano, surgió un círculo dorado en el que había escritas extrañas runas. ¡Runas!

¿Qué está haciendo?

¡Rápido! ¡Rápido, joder! —apremió Aki.

Y con razón. El dragón volvía al ataque, con la boca bien abierta y fuego entre los dientes. Si no se movían, acabarían muy muy mal. Pero el Oso consiguió completar su hechizo a tiempo: un agujero surgió en la barrera cual cascada de luz, suficientemente grande como para que los tres pudieran pasar. Aki fue el que más rápido reaccionó: con su glider, embistió a Neizan y con Adam, empujándoles al anterior justo a tiempo para esquivar una gran llamarada del sincorazón.

Eso sí, la entrada no fue demasiado agradable para los tres portadores. Neizan se estampó contra un tejado, y Aki contra un trozo de montaña. Adam, por su parte, se comió de morros un puente colgante y casi acaba ahorcado con las cuerdas que lo formaban. El vampiro tuvo que librarse de ellas como pudo, esforzándose por no soltar su glider sin darse cuenta.

¡Mierda!

El dragón había introducido su cabeza por la barrera, y a poco estuvo de comerse a Aki. Neizan le salvó a tiempo, cerrando la barrera y decapitando a la bestia. Hubo un momento de tenso silencio entre los tres, hasta que Aki soltó un alarido de victoria. ¡Estaban a salvo! ¡Por fin!

Tanto el Halcón como el vampiro se reunieron en el tejado donde había acabado Neizan.

¡Eso ha sido impresionante! ¡Creía que nos íbamos a convertir en moguris a la brasa!

¡Yo también, ha sido una pasada! ¿Has visto cómo nos perseguía ese dragón! ¡Cómo ha molado! —corroboró Adam, igual de emocionado que el rubiales.

Gracias por lo de antes, pero te he vuelto a salvar la vida. Estamos en tablas.

Tendremos que desempatar pronto, pequeñajo. —rió él, igual de sonriente.

Pero poco les duró la alegría cuando centraron su atención en Neizan. Con sólo mirarle, podía verse que era quien peor había acabado del trío. De hecho, ahora mismo estaba inconsciente.

¡Mierda!—Al ponerle boca arriba, pudieron comprobar que no estaba demasiado grave: sólo inconsciente—. ¿Has visto lo que hizo? ¡Invocó runas y rompió la barrera! Eso es… Creo que es algo que sólo podría hacer alguien al menos a la altura de Catrina o de los líderes…

Va a ser verdad eso de que será el próximo líder de los Osos —comentó, rebuscando entre sus bolsillos hasta encontrar una poción—. Ven, ayúdame a darle esto, le ayudará. Le llevaremos con el grupo para que le cure alguien, ¿te parece?

Con su ayuda, le darían la poción antes de que Adam se cargara a Neizan a la espalda. Se suponía que tendría que interesarse más por la misión, las piedras y todo eso, pero esperaba que ya estuviera Neru en ello. Además, dudaba mucho que Aki le ayudara con el Oso en aquellas condiciones. Y qué narices, Neizan les había salvado el culo ahí fuera con los dragones, lo mínimo era intentar ayudarle ahora a él. Aunque mentiría si dijera que no tuvo que resistirse un poco para no hincarle el diente...

¿Por dónde es?

Adam dejaría que Aki le guiara en su camino hacia abajo, para reunirse con el resto del escuadrón.
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen

Imagen

Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Avatar de Usuario
Astro
57. Ferrocustodio I
57. Ferrocustodio I
 
Mensajes: 1689
Registrado: Jue Sep 06, 2012 12:49 pm
Dinero: 598,528.05
Banco: 15,646.59
Sexo: Masculino
Estantería de objetos
Karma: 7

Re: [Evento Global] Ruta del Recuerdo Perdido - La ciudadela

Notapor Tsuna » Dom Jun 21, 2015 4:52 pm

Spoiler: Mostrar

Nada más entrar en la Biblioteca me quedé paralizada unos instantes, a causa de la fuerte impresión inicial que me había dado ese lugar: olor a libros, madera, cuero… Y un resplandor cegador, casi sagrado como aquel que se narraba en los cuentos, que invadía toda la estancia. Esta, una vez mis ojos se acostumbraron y diese unos pocos pasos hacia adelante sin rumbo fijo, era gigantesca y majestuosa.

Me quedé con la boca y los ojos abiertos como una tonta, impresionada. La única biblioteca que conocía era la de Bastión Hueco, que ya era lo suficientemente grande como para alojar allí a muchas personas, pero esa… Escapaba a todas mis expectativas. Me dije a mí misma que tenía que apurar el paso si no me quería quedar atrás, y avancé con el resto del grupo un pelín tensa; éste se empezó a disolver por ahí, siguiendo las órdenes de Anisa.

Por mi parte, concentrada y maravillada como estaba, me permití unos preciosos segundos en admirar las mesas, en tocar los ásperos libros y los toscos pergaminos que todavía no habían terminado de ser desenrollados. La verdad es que iba sin rumbo fijo, y precisamente por eso me tomé unos momentos para mí misma. Leí por encima algunos volúmenes, líneas sueltas, intentando entender algo de lo que allí se escribía y relataba. Por supuesto, también me dio pena encontrar tinteros derramados sobre las hojas o por el suelo.

Y de pronto, sangre.

Abrí los ojos con sorpresa cuando, en lugar de tinta, encontré gotas de sangre sobre los libros, los muebles y el suelo. El líquido carmesí era acompañado por Llaves Espada, lo que ya daba a entender de la situación del Templo. Y si no imaginaba mal el mapa del Alcázar en mi cabeza, estaba segura de que el ejército de Sincorazón ya debía de haber pasado por allí antes de llegar a las murallas. Vamos, la posibilidad de que esos monstruos ignoraran el Templo, sin ninguna clase de protección o defensas, era absurda.

—Mierda. Rápido, buscad supervivientes…

Asentí con la cabeza a sus palabras y me separé, teniendo en mente los objetos que debíamos encontrar. Según Catrina, necesitábamos un Papiro que contenía el conjuro para romper el sello del Libro de Zephyr. O eso recordaba de lo que me había contado aquel insensato del pelo blanco. Observé, mientras caminaba sin rumbo, las plantas superiores y las cristaleras en lo alto, así como el resto de las estanterías y algún que otro Caballero que iba de allá para acá, investigando como yo. Y tan absorta estaba que pisé por accidente una Llave Espada.

¿Y si todavía hay Sincorazón por aquí?


Ciertamente, empezaba a temer esa posibilidad. Si mis sospechas no iban mal encaminadas igual estábamos en una trampa, o quizás no, puede que ya no hubiese nadie allí. De pronto, como si acompañase la brisa del viento, escuché algo, quizás un gemido o una llamada de atención, y me giré, mirando en derredor, confusa. Pero nadie me hacía caso. Entonces volví a escucharlo con más fuerza, y me costó percatar a aquel hombre herido más abajo, tras unas escaleras y junto a una mesa, en condiciones que dejaban mucho que desear.

No me hizo falta pensarlo mucho, y tras tragar un poco de saliva, todavía sin avisar a nadie, bajé las escaleras apresurada. Me estaba pidiendo ayuda, y yo no podía dejar que un posible superviviente muriese, vamos, era una fuente importante de información, además de una persona. Me incliné ante él, apoyada sobre una de mis rodillas, envuelta ahora en el metal de aquellas prendas que me habían regalado.

Mis conocimientos en primeros auxilios eran los básicos, y tampoco sabía hechizos de curación, excepto el que yo misma había desarrollado usando mi propia oscuridad, pero los efectos entre un Cura básico y mi Nigrocura eran muy distantes, como me había informado mucho más tarde de haber aprendido el conjuro. El hechizo de curación que yo conocía no servía de mucho con gente afín a la Luz, y no daba esa sensación revitalizante que ofrecía su contraparte, al contrario, la oscuridad renovaba las fuerzas con una sensación bien distinta, y más negativa. A fin de cuentas, a eso se reducía la oscuridad, ¿no?

Así pues, con un gesto incómodo en el rostro por el enorme corte que le recorría el torso, y nerviosa también, saqué la poción que me había regalado Neru el día anterior y elevé con todo el cuidado que pudiese la cabeza del Sacerdote, intentando que el líquido entrara por sus labios. Si veía que era imposible, yo misma le tendría que abrir la boca.

Y aun así le dije cosas horribles.


Era cierto que no había sido muy agradecida con Neru, y pese a todo, gracias a su estupidez, estaba salvando a aquel hombre. Sospechaba que no me quedaba mucho tiempo antes de que alguien nos encontrara, así que, mirando de nuevo a mis espaldas y a los lados para estar segura de que nadie me escuchaba, le susurraría:

El Papiro. Necesitamos el Papiro para romper el sello del libro de Zephyr, el del Alcázar. ¿Sabes dónde podemos encontrarlo? —Sin estar segura de que eso fuese a convencerlo le miraría con decisión, y un poco desesperada también—. Tenemos que salvar Tierra de Partida. —Siendo enemiga declarada de esta en mi época, ni siquiera me di cuenta de ese detalle, porque claro, yo me refería a la del pasado. En la que me encontraba.

Una vez se hubiese bebido todo intentaría dejarlo descansar, con cuidado claro estaba, y si veía que la herida seguía sangrando no me quedaría más remedio que avisar a los demás.

¡He encontrado a alguien, venid rápido!

Ahora, a ver si era lo suficientemente afortunada para conseguir el Papiro.

Spoiler: Mostrar
Saeko le da de beber la poción.
Avatar de Usuario
Tsuna
57. Ferrocustodio I
57. Ferrocustodio I
The Unknowns
 
Mensajes: 1680
Registrado: Mar Ene 03, 2012 5:12 am
Dinero: 691,216.48
Banco: 0.00
Ubicación: Perdida en el océano.
Sexo: Femenino
Clan: The Unknowns
Estantería de objetos
Karma: 17

Re: [Evento Global] Ruta del Recuerdo Perdido - La ciudadela

Notapor Darkness Seeker » Dom Jun 21, 2015 5:49 pm

Tras aceptar el encargo de Neizan, llegué a toda velocidad al poblado que había a una altura ya importante en la montaña. Rápidamente encontré una gran torre, que resultó ser una torre de vigilancia, dónde alerté de lo sucedido y del peligro inminente que se acercaba.

Varios conjuradores, asintiendo, se acercaron a un cristal dorado, rodeado de varias piezas de hierro que flotaban a su alrededor y comenzaron a trastear con el cristal y los diferentes aros, hasta que un leve rayo de luz ascendió a los cielos, al igual que en el ataque en la muralla, y una capa de luz pura rodeó la ciudad de la montaña.

Tras esto, un fornido hombre se me acercó, con una pinta serie y honorable, el cuál llevaba una banda en uno de sus brazos debía de tener algún tipo de cargo, al igual que Neizam según el amigo de Adam.

—¡Baja de ese glider, sólo los capitanes y oficiales de rango superior pueden usarlos aquí!

Asintiendo, hice desaparecer mi glider para entrar en la torre y poder hablar con el guardia, que se dedicaba rápidamente a dar órdenes a todos los soldados y magos presentes, delegándolos a nuevas posiciones o comprobando áreas que ni siquiera conocía.

—¿Qué es lo que está sucediendo en la ciudadela? Hemos visto que salía un primer grupo de cebo, ¿la señora Cornelia estaba entre…?

—¡Están volviendo! —gritó de pronto una voz femenina, sin darle tiempo ni a preguntarle a qué se refería el guardián.

La mujer se refería ni más ni menos que a Hjalmar y sus hombres, que atravesaban a tiempo el escudo con total tranquilidad, mientras gritos de ánimo se comenzaban a repetir por toda la torre y parte de la calle. Hjalmar y los suyos habían logrado salvarse, pero... ¿Qué había de Adam, Neizan y el otro caballero? ¿Habrían logrado llegar a tiempo? Esperaba que sí, la pérdida no sólo de mi compañero sino del supuesto "Campeón Osezno" podría acarrearme algún problema.

—¿Habrá pasado algo arriba…?

Los sincorazón. Nos atacaron nada más salir, pero por suerte parece que todos han logrado llegar sin mayores problemas.

Tras eso, me dispute a salir afuera, pero el soldado me llamó una vez más:

—El resto de su grupo ha bajado, probablemente a reunirse con los líderes de los clanes. Tú también deberías —le dijo el capitán.

Agradeciéndole el dato, salí de la Torre para encontrarme con un escenario digno de un libro de cuentos.Las casas colgaban entre sí y de la propia montaña utilizando cuerdas, las cuales también sujetaban los diferentes puentes y caminos para atravesar la pequeña ciudad. Era un lugar hermoso, no sólo por el hecho de vivir en casas tan bonitas a nivel arquitectónico, sino por las increíbles vistas que desde allí tenían lugar. El sol se veía espectacularmente desde mi posición, y con que mirara un poco hacia abajo podía ver parte de la Ciudadela Principal y su muralla, que ascendía como una serpiente por las alturas hasta llegar a esta zona.

Estaba a punto de dirigirme al puesto de Hjalmar cuando me acordé de algo gracias a los varios edificios con emblemas adosados a sus paredes: Ninguno de nosotros llevábamos un emblema que nos identificara como Caballeros de la Orden. Era cierto que ya dos maestros habían destapado el pastel, pero el resto parecía no saberlo, por lo que era prioritario seguir sus reglas. Con un poco de suerte, logré encontrar una herrería abierta en la que pudieran hacerme una serie de sellos similares a los del resto de clanes sólo que con el símbolo de un búho acechando a su próxima presa:

Spoiler: Mostrar
Imagen


Obviamente, no le dí mucho detalle sobre la necesidad, por lo que en caso de que preguntara le contestaría afirmando que los sincorazón nos lo habían arrancado en combate. Viendo el estado sucio y algo golpeado de la batalla en los cielos no esperaba que diera pegas. Solicitándole que los terminará en cuánto pudiera, le pediría el precio y saldría directo a la reunión con Hjalma. como alma que se llevara el diablo.

Spoiler: Mostrar
Antes de bajar Neru pide 7 sellos,uno para cada miembro del clan, similares a los de las armaduras de Clan, para poder usarlos o dejar de usarlos en caso de que sea necesario. Si es necesario pagar alguna cantidad avisad ;)
LET YOUR HEART SURRENDER BY THE DARKNESS¡

Imagen

Logros ~ Neru
Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen
Imagen


Awards

~ 2014 ~

Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen

~ 2015 ~
Spoiler: Mostrar
Imagen
Avatar de Usuario
Darkness Seeker
34. Tahúr
34. Tahúr
 
Mensajes: 1004
Registrado: Vie Ago 16, 2013 5:18 pm
Dinero: 171,944.51
Banco: 15,730.00
Ubicación: The Realm of Darkness
Sexo: Masculino
Estantería de objetos
Karma: 7

Re: [Evento Global] Ruta del Recuerdo Perdido - La ciudadela

Notapor Nell » Dom Jun 21, 2015 7:23 pm

Otros cinco aprendices se unieron a ella en su descenso hacia el sótano. Hana se sentía fuera de lugar, puesto que los otros aprendices charlaban entre ellos y parecían conocerse, o al menos se identificaban. La aprendiza simplemente no se atrevía a unirse. El desconocimiento de aquella época ya le había jugado suficientes malas pasadas.

Se limitó a bajar con ellos y a observar con aburrimiento los grabados de las paredes sobre ángeles y radiantes caballeros. Se preguntó por qué no había visto a ninguno más de estos primeros, salvo a Nithael. Y de nuevo, temió preguntar, por lo que no lo hizo. En su lugar, se acercó a una de aquellas fuentes mágicas de luz que se encendían a su paso y, de ser posible, intentaría coger una esfera para llevarla en el descenso sobre la palma.

—Eh… Mirad eso.

Las puertas estaban entreabiertas. En realidad, el absoluto silencio lo decía todo. Hana no necesitó esperar una respuesta, tras la llamada a los Sacerdotes de un compañero, para reafirmar su teoría de que estaban todos muertos. Al igual que los demás, convocó su Llave en la mano libre y entraron.

Os lo dije.

El interior presentaba claros indicios de batalla. Había marcas de sincorazón por doquier. Y el único rastro que quedaba de los Sacerdotes eran sus Llaves Espada y la sangre del suelo. Hana se acercó hacia uno de los charcos para comprobar si estaba fresca o no, y hacerse una idea de cuánto tiempo había pasado desde el ataque.

Un vistazo a la habitación le aseguró que allí no estaba lo que había ido a buscar. Ni el libro, ni nada parecido a una piedra. Los demás se habían distribuido para examinar a conciencia el percal cuando Hana escuchó un golpe y un gemido desde una de las puertas.

Chicos. Ahí abajo hay alguien ―advirtió.

Obviamente, era mentira. Hana ni siquiera estaba del todo segura de haber escuchado algo. Sin embargo, los Caballeros de aquella época habían demostrado ya en numerosas ocasiones ser unos repulsivos arrogantes, y no creía que fueran a tomarla en serio (por ser de un clan menor) si no lo afirmaba con rotundidad. Mejor comprobarlo y quedar como una idiota que ir sola y meterse en líos.

No esperó a que la respaldaran, sino que se dirigió a la puerta entreabierta y miró al abismo. Si había conseguido hacerse con una de las esferas de los pasillos, intentaría iluminar el descenso con ella (o con alguno de los frascos que había en esa especie de almacén). En cualquier caso, bajaría para averiguar qué había allí.
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Awards 2010-2011, 2012, 2013, 2014 y 2015
Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
ImagenImagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen

¡Gracias a todos los que votasteis!
Avatar de Usuario
Nell
161. Kairixula
161. Kairixula
The Unknowns
 
Mensajes: 6373
Registrado: Jue Dic 17, 2009 10:18 pm
Dinero: 19.43
Banco: 48,402.75
Ubicación: Intentando desengancharme de la Lotería ;_;
Sexo: Femenino
Estantería de objetos
Karma: 65

Re: [Evento Global] Ruta del Recuerdo Perdido - La ciudadela

Notapor Kairi » Lun Jun 22, 2015 12:53 am

Al llegar a una de las torres se encontraron allí a Valeria, la primera persona con la que no deseaba encontrarse Kairi en aquel momento. Seguro que se pensaba que iba a molestar.

- ¿Qué haces con esta aquí? ¿No te dije que te fueras a trabajar? Y tú, ¿cómo la traes? ¡Esta es una reunión privada!

- Y eso estoy haciendo - le respondió seriamente. Pero antes de que pudiera decir algo más, notó que una mano se posaba en su hombro.

- Yo envié a la muchacha. Siento que te haya causado problemas, Valeria. Quería que viniera conmigo para enviar unos mensajes después al clan de la Grulla - un apuesto hombre con ropas de mago, largo pelo negro recogido en una coleta y unas gafas estaba detras de la chica. Sus ropas eran casi tan elegantes como las de Catrina y por su emblema del Clan de las Serpientes, supo que se trataba de Assur. Ahora estaba más tranquila.

Valeria hizo un saludo militar al ver a Assur, pero seguía de mal talante con las dos Aprendizas, aunque ahora no podía demostrarlo. Subió las escaleras y Assur dio un suave empujón a Kairi para que hiciera lo mismo.

La joven observó la barrera que se extendía por el paisaje mientras ascendía, difuminándolo. Al llegar a la sala, había una mesa con un gran mapa sobre ella. Era el mismo mapa que Kairi ya había visto en el Alcázar. Junto a él había dos miembros de los clanes mayores. Presidía la reunión la líder de los Unicornios, Cornelia, que saludó a Assur.

- ¿Alguna novedad?

- No. Estábamos discutiendo dónde podría encontrarse el Alfa, ya que no se lo ve por ningún lado.

- Precisamente se lo pregunté ayer a Catrina y me respondió que hoy no aparecería. Quizás mañana. Eso significa que está lejos.

- Su comportamiento no es natural. Los Sincorazón no son seres inteligentes. A menos que… Entonces Hjalmar tiene razón. Hay un traidor.

- ¿Por qué decís eso, señora? - preguntó un Oso.

- Los Sincorazón no tienen por qué dejar a su líder atrás, ni sincronizarse de la manera que lo han hecho. Están demasiado bien organizados. Eso significa que hay una mente inteligente detrás, teoría que no deja de afirmarse cuando pensamos que hubo Sincorazón en la misma ciudadela… Sin duda, alguien importante. Es imposible controlar sin más a un Alfa que pueda atraer a tantos Sincorazón.

Entonces Cornelia señaló un punto del mapa en el que había una montaña al sur de la que salía una catarata.

Imagen

- Este sería un buen lugar para esconderse mientras el ejército ataca. Nuestras patrullas no se atreven a alejarse tanto y además habría que sobrevolar a todos esos Sincorazón. Un escuadrón demasiado grande no podría llegar y uno demasiado pequeño es muy arriesgado… Assur, ven un segundo.

Catrina y Assur se fueron a un lado a conversar sin que nadie les oyera. Mientras esperaba, Kairi pudo notar las miradas de curiosidad y rechazo de los demás miembros de los Clanes. La joven bajó la mirada al suelo. Si no fuera por Assur y Nadhia, sentiría que allí estaba de más.

Cornelia y Assur volvieron de nuevo a sus sitios.

- Iré yo. Soy uno de los Caballeros más fuertes y tengo experiencia en el campo. De modo que sabré si puedo enfrentarme o no a la criatura. En este último caso regresaré y daré la alarma. Vamos a necesitar saber a qué nos enfrentamos. ¡No podemos perder a más Caballeros! Si es necesario, tendremos que desalojar Tierra de Partida. Bien, Valeria se quedará aquí como mi doble. Ya sabes dónde tengo mis ropas. Dejo a cargo a Assur, a quien todos obedeceréis hasta mi regreso. Que nada de esto salga de aquí: si es cierto que hay un traidor, no podemos permitir que sepa lo que estamos haciendo. ¿Comprendido?

Después dio órdenes de que nadie la siguiera, entre otras. Eso suponía un bache en la misión de Kairi de ganarse la confianza de Cornelia para poder hacerse con el libro. Después la líder de los Unicornios se dirigió a Nadhia.

- Ven conmigo. Tengo una tarea para ti.

Antes de que pudiera seguirla (si es que podía), Kairi volvió a notar una mano en el hombro, seguida de un susurro al oído.

- ¿No teníais algo que hacer? Quizás sea el momento.

Tenía la impresión de que Assur le instaba a quedarse en la torre. Por otro lado, seguir a Nadhia sería maleducado por su parte ya que Cornelia quería hablar a solas con su compañera. Y volver al Alcázar no era una opción. De modo que optó por quedarse en la torre e investigar por allí sin llamar demasiado la atención de Valeria, a quien también le convenía tener de su parte.

- Estoy a su disposición para lo que ordene, señora - anunció a Valeria haciendo el mismo saludo militar que ya había visto.
Imagen
Gracias Aru :D
ImagenImagenImagenImagen
I love you Red ^^
Spoiler: Mostrar
ImagenImagenImagen
Imagen
Imagen

Premios
Spoiler: Mostrar
KHWorld Awards 2011
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2012
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2013
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2014
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2015
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
AruAwards 2014
Imagen
AruAwards 2015
Imagen
Chorriconcurso Visión Perver
Imagen

La Historia Del Hipercor By Rmedive92
Spoiler: Mostrar
El Viernes 26 a las 20 fui al hipercor para compra un juego por el cumple de un amigo y en el msn deje un automensaje que era "En El Hipercor" , en esos momentos Habimaru cerro el chat y se creo una multiconversacion de 7 o 8 personas del foro para hablar , cada minuto aparecía mi gracioso automensaje con el icono del tio feliz , cuando llegue y comente estaban todos En El Hipercor , uno en el carrefour pero bueno , al dia siguiente en el chat la frase mítica aparecía cada poco En El Hipercor y ya esta es la historia del Hipercor que tanta gente me pregunta XD ( Se le ha parecido buena o vivió esto ponérselo como firma.


Imagen
Avatar de Usuario
Kairi
37. Aluvión
37. Aluvión
AnimeDesign
 
Mensajes: 1085
Registrado: Lun Mar 30, 2009 10:52 pm
Dinero: 514,029.97
Banco: 15,384.02
Ubicación: Islas del Destino <3
Sexo: Femenino
Clan: AnimeDesign
Estantería de objetos
Karma: 19

Ronda 13

Notapor Suzume Mizuno » Mar Jun 23, 2015 8:14 pm

Nadhia




Iré con usted.La pasada noche prometí que la seguiría a donde fuera y daría mi vida si fuera necesario. Me salvó de la muerte y estoy en deuda con vos, y sus ideales por salvar nuestras tierras y familias son formidables. Será un honor acompañarla y acabar con la amenaza de Tierra de Partida.

Cornelia la observó con impasibilidad unos instantes. Después asintió con la cabeza.

Te lo agradezco. Vamos, no hay tiempo que perder.

*


Sobrevolar el ejército de Sincorazón fue más complicado de lo que habían esperado, quizás porque el corazón de Cornelia era mucho más fuerte que el del Caballero de a pie. En cualquier caso, salieron por una puerta del norte y tuvieron que dar un inmenso rodeo por encima del lago para alejarse de todos los Sincorazón de tierra. A cambio, consiguieron que las persiguieran nada más y nada menos que cuatro Dragones-Sincorazón. Cornelia dio cuenta de uno, aunque le costó, y después ordenó a Nadhia que ascendiera… Hasta que casi rozaron las nubes. Desde allí la visión era hermosa, agresiva y triste. Podía ver sin problemas los escudos sometidos a constantes ataques por parte de los Sincorazón, así como el terreno invadido por su negrura, aplastando el verde puro de la hierba. Por desgracia, no tuvieron tiempo para contemplar las vistas y la mayor parte del viaje consistió en violentas piruetas para escapar de las llamaradas de los dragones y embestirles en la medida de lo posible. Entre las dos conseguirían destruir a uno más y entonces Cornelia ladró una orden a Nadhia y ambas cayeron en picado hacia el lago que se abría a los pies de la enorme montaña.

Lo último que recordaría Nadhia era el frío que le acuchilló la piel incluso si llevaba la armadura puesta y, después, la oscuridad.

*



El aire entró con fuerza en sus pulmones y expulsó el agua. Nadhia sintió que le hacían pinza en la nariz y que algo se separaba de su boca. Unas manos firmes la ayudaron a sentarse y permitieron que tosiera y expulsara toda el agua que había tragado.

Ya está.—Cornelia le dio unas palmaditas en la espalda y luego la ayudó a incorporarse, tirando con suavidad de un brazo—. Ha sido una buena caída.

Se encontraban en la orilla norte del lago, no muy lejos de la catarata, rodeadas de frondosos árboles en los que los insectos y los pájaros canturreaban con entusiasmo. Ambas estaban empapadas de pies a cabeza, pero hacía el suficiente calor como para que eso no las molestara. Cornelia se había deshecho de su armadura y llevaba unos pantalones largos, una túnica ajustada con cinto a la cintura y botas gruesas. Se apartó un mechón de la cara y dijo:

Te he curado, así que deberías encontrarte bien. En cuanto tengas fuerzas empezaremos a movernos.

No habían llevado nada consigo. Ni agua —aunque Nadhia estaría harta de ella hasta dentro de un buen rato— ni comida. Cornelia pretendía hacer una incursión veloz. Mientras Nadhia se recuperaba le explicó que no usarían el glider, ya que antes de caer había visto a algunos Sincorazón, y que era más seguro contar con la protección de los árboles. A cambio, tendrían que moverse sin descanso.

¿Lista? En marcha.

Avanzar en medio del bosque no era tan fácil como podía parecer, pero Cornelia abría el camino sin apenas esfuerzo. La mujer parecía algo preocupada por si les aparecían Sincorazón y quizás por eso no parecía muy predispuesta a invocar su Llave Espada.

¿Recuerdas algo?—preguntó de pronto, mientras se abrían paso entre los arbustos—. Si la ciudad sobrevive, prometo encontrar a tu familia. Deben estar preocupados por ti. Allí.—Señaló entonces hacia un camino bastante viejo—. Lo seguiremos durante un trecho. —Mientras se dirigían al mismo preguntó—: ¿Tienes idea de cómo perdiste el emblema? ¿Conoces nuestras costumbres? Es posible que acabes de llegar y por eso no tuvieras nada en la armadura. ¿Sabes algo acerca del Primero, por ejemplo?

A pesar de la tensión, Cornelia, ahora que estaba sola, parecía… ¿Más abierta? No sonreía, pero estaba claro que se preocupaba por Nadhia, la persona más cercana a ella ahora que estaban aisladas en medio de un bosque.

Tendrían tiempo de sobra: nada las molestó hasta que prácticamente cayó la noche. Para entonces casi habían rodeado la gran montaña y se acercaban a su objetivo.

****
Kairi



Estoy a su disposición para lo que ordene, señora.

La mujer la miró con el ceño fruncido, como si se preguntara de qué estaba hablándole, y después echó una ojeada a Assur. Este sonrió con suavidad y no hizo amago de contestar a su muda pregunta. La joven se quedó muy quieta, quizás planteándose si merecería la pena dar una patada a Kairi para quitársela de encima, y luego terminó por encogerse de hombros.

—Haz lo que quieras —gruñó.

Debía haber interpretado que Assur quería que Kairi estuviera con ella: sólo gracias a eso debió reprimirse las ganas de sacudírsela de encima.

Durante una larga hora y media los representantes de los clanes discutieron sobre las defensas, los heridos y cómo distribuir las tropas. Incluso si debían hacer un par de incursiones para despejar los sectores más débiles de la barrera. Al final Assur les convenció de que era un esfuerzo inútil: los Sincorazón no dejaban de brotar, sin importar a cuántos eliminaran. Además, iban a tener que esforzarse por abrir paso a los clanes menores, por lo que no tenía sentido malgastar vidas en una tarea tan poco fructífera.

Cuando se terminó la sesión, Valeria se incorporó y dijo que regresaría al Alcázar. No impidió que Kairi la siguiera y detuvo a los Unicornios que intentaron detener su entrada al Alcázar, pero se negó a dirigirle la palabra. Cuando salió de los que debían ser los aposentos de Cornelia, lo hizo con los que debían ser sus ropajes, una armadura y el pelo recogido, de modo que resultaba muy difícil distinguirlas. No salió del Alcázar y pasó la mayor parte de la tarde haciendo papeleo, alejándose de la gente, con probabilidad para que no notaran que estaba sustituyendo a Cornelia. Kairi debió aburrirse bastante. Un Oso, al verla por ahí, le trajo algo de comida y charló un poco con ella sobre el tiempo, aunque estaba claro que lo que quería saber era qué hacía alguien desconocido y sin emblema cerca de la zona de los Unicornios.

Cuando empezaba a hacerse de noche, una niñita con el símbolo de los Unicornios se acercó a ella y le dijo:

—Buenas noches, me llamo Patricia. La señora Va… Cornelia quiere hablar contigo. Oye, ¿eres amiga de Nadhia? —le preguntó con una sonrisa curiosa—. Como tampoco tienes emblema… ¿Has perdido también la memoria?

La niña parecía comérsela con los ojos. Kairi podría responder —o no— y también hacerle preguntas. Quizás, si se las apañaba, pudiera ganársela. Y quizás la cría supiera dónde estaba el libro, aunque era poco probable, y no muy inteligente preguntárselo de forma directa. Luego Kairi tendría que entrar a los aposentos de Cornelia, donde Valeria trabajaba sobre un escritorio. Al verla le ordenó con sequedad que cerrara la puerta, dejó la pluma sobre un documento y se incoporó con brusquedad.

—Ya es suficiente, me importa muy poco lo que diga Assur. ¡Qué es lo que quiere! ¡Tiene a muchas Serpientes en el edificio, no te necesita a ti para vigilarme! ¿Qué se supone que estás haciendo aquí, para qué te ha pedido que me sigas?

Valeria la fulminó con la mirada mientras se cruzaba de brazos y aguardaba una respuesta. Fuera casi se había puesto el sol. Kairi debería intentar darle una justificación razonable o buscar una forma de caerle en gracia, o habría desperdiciado prácticamente un día entero.

Aunque, al menos, estaba en el Alcázar, ¿no? Lo importante era que Valeria no la expulsara o no podría ni intentar acercarse al libro…


****
Adam



Va a ser verdad eso de que será el próximo líder de los Osos.Ven, ayúdame a darle esto, le ayudará. Le llevaremos con el grupo para que le cure alguien, ¿te parece?

Cuando Aki ayudó a Adam a darle la poción al joven Oso, este entreabrió los ojos y gruñó.

¿Estáis los dos bien…?

Sí, gracias a ti.—Lo tranquilizó Aki.

Adam se cargó a Neizan a la espalda y este, tras protestar y mascullar algo de que si lo veían así se moriría, le pasó los brazos por el cuello.

¿Por dónde es?

Aki se puso al frente.

Por aquí.—Empezó a recorrer un puente y dirigió una sonrisa jocosa a Adam—. Espero que tengas buen equilibrio. Vamos a tener que bajar por zonas muy estrechas.

Apenas cruzaron el puente, Adam se encontraría con unas escaleras que salían de la pared y que no eran lo suficiente anchas como para que caminaran dos personas juntas. Además, soplaba el viento, a pesar de que la barrera parecía reducirlo bastante. Al menos había pasamanos…

Tengo que pediros un favor—dijo de pronto Neizan, que se estaba limpiando la sangre con una manga. Pobre Adam—. No digáis nada de las runas, por favor.—Cuando Aki lo miró con extrañeza, Neizan suspiró—. No se lo he dicho a nadie porque se supone que nadie me ha enseñado, ¿comprendéis? Son conocimientos muy altos. Zacharias tampoco tiene ni idea de lo que sé. Os lo agradecería mucho.

Aki intercambió una mirada con Adam y luego sonrió al joven.

No diremos nada. ¿Verdad, Adam?

****
Neru



La herrera que encontró Neru, en un puesto pegado a una pared, tenía la piel curtida y el pelo plagado de hebras blancas. Se quedó pensativa cuando le dijo lo que quería y le pidió una alta cantidad de platines antes de despacharlo con un gruñido, asegurándole que lo tendría listo para la noche. Aun así, cuando Neru se alejó, la escuchó despotricar acerca de las prioridades de los jóvenes.

Spoiler: Mostrar
No te voy a pedir dinero por esto, sé feliz xD



****
Neru y Adam


En las plantas inferiores de la Montaña se les recibió con los brazos abiertos. Allí había pasarelas mucho más amplias por donde iban innumerables Caballeros bien armados, trasladando heridos de un lado a otro o tratando de organizar las provisiones que les restaban. Las casas, los templos y los edificios públicos eran mucho más grandes y abundantes y tanto Neru como Adam no tardaron en ser dirigidos a la casa de los Ciervos, donde se habían reunido casi todos los miembros de la expedición. Al ver que traían a Neizan herido se apresuraron a atenderlo, pero este, mientras bajaba de la espalda de Adam, dijo:

¿Dónde están Hjalmar y Zacharias?

—El señor Zacharias resultó herido, Neizan —respondió una mujer.

Neizan se puso tan pálido que se tambaleó y tuvieron que sujetarlo.

Tengo que ir a verlo. Ha-hablaré con vosotros dos luego.

Y se marchó apresuradamente. Adam, Neru y Aki se quedaron solos en medio de una marabunta de Caballeros. Muchos del grupo que había actuado como cebo habían muerto y otros tantos estaban heridos. Así se enteraron de que una especie de Sincorazón marino había salido del lago y había devorado a un buen número de un bocado. Fue ahí cuando Zacharias se hirió para defender a sus Caballeros.

Poco después se anunció una reunión de urgencia en la base de la Montaña, donde se reunirían los líderes de los principales clanes menores así como Zacharias y Hjalmar para dar el anuncio de los Unicornios. Aki, entre tanto, los invitó a ir a su hogar. Se trataba de una enorme casa situada en un risco no muy lejano —aunque estaba a más de doscientos metros del suelo— a la zona habitable. Se accedía a él por medio de pequeñas pasarelas y cuerdas por las que el jovencito trepó cual mono, llamando a gritos a su amigos. De las ventanas de la casa, que parecía adaptarse a la roca y tenía unas cuantas torres, se asomaron diversas personas que comenzaron a saludarle con alivio. Una joven estrujó a Aki entre sus brazos al borde de una puerta que se abría sobre el vacío. Parecía que los Halcones no temían a las alturas…

Allí fue donde, si prestaban atención, verían que los clanes menores parecían en sí compuestas por gente traída de otros mundos. Al ser grupos relativamente pequeños era fácil ver que no había tantas parejas o gentes con la edad suficiente para ser padres o hijos, aunque haber, los había. Vieron a una niñita rubicunda colgando de uno de los tantos cabos, con un adulto vigilándola, como si no tuviera miedo, y a un par de jóvenes practicando técnicas de vuelo sin necesidad de glider.

Entre una cosa y otra, tuvieron tiempo para hablar entre sí sin que les hicieran mucho caso —un par de chicas arrastraron a Aki a la cocina para que les ayudara a preparar la comida— y decidir qué hacer a continuación.

Les dieron de comer pan, carne bien hecha y salteada de alguna que otra verdura y, quizás de forma sorprendente para Adam, una anciana se quedó mirándole y, después de llevarlo a una parte trasera de la casa donde había un corral con animales, cogió una gallina, le cortó el pescuezo y se la entregó.

Que no te vean esos colmillos, muchachote —le dijo con una pícara sonrisa—. Gracias por proteger al pequeño.

Mientras hacían la digestión, asomados en uno de los cuartos superiores —que tenían enormes balcones— Aki dijo:

Ahora que lo pienso, Adam, ¿no me dijiste esta mañana si sabía leer runas?—Miró de reojo a Neru, quizás atento a su expresión—. ¿Para qué lo quieres exactamente?

*


Más de mil personas se acumularon en los niveles inferiores para escuchar las palabras de Hjalmar y Zacharias. El último tenía toda la parte derecha del cuerpo vendada y necesitaba ayuda para desplazarse, si bien seguía gritando tan fuerte como las otras veces. Cuando expusieron las órdenes de Cornelia se armó un enorme revuelo. Aki, que había ido con Neru y Adam, dijo:

Si abandonamos este lugar será para no volver. Aquí han vivido siempre los clanes menores, es como si nos dijeran que no valemos nada, y que lo que importa proteger es la ciudadela.—Mientras la gente gritaba de rabia, Aki desplazó la mirada hacia el norte, hacia la gran montaña. Parecía muy triste—. Iban a construir un Castillo allí arriba. Se suponía que podríamos vivir todos. Yo nunca me lo he creído. Los clanes mayores se lo habrían quedado todo y ahora da un poco de igual, ¿no? En vez de evacuar, prefieren que nos quedemos para morir.

Suspiró y continuó escuchando.

Durante una hora interminable, los clanes debatieron entre sí, en parte a gritos, en parte de forma ordenada. Al final se impuso la voluntad de los clanes mayores: en dos días evacuarían la Montaña y comenzarían a viajar hacia la ciudadela. No hacía falta tener dos dedos de fuente para saber que iba a ser una escapada hacia delante bastante suicida.

Cuando la gente comenzó a dejar la reunión estaba a punto de caer el sol en el horizonte. Neizan los sobrevoló en su glider y aterrizó junto a ellos. Parecía bastante repuesto e incluso les sonrió:

Perdonad por haberme ido así.

¿Te encuentras mejor, Neizan?

Mucho, gracias a vosotros. Siento lo de la Montaña, sé que es horrible dejar atrás tu hogar—dijo Neizan, dándole una suave palmada a Aki en el brazo—. Es curioso, esta mañana también me he encontrado con gente que no tenía ningún emblema—dijo a Adam, sonriendo—. ¿Hay algo que pueda hacer por vosotros? No voy a olvidar jamás que estoy en deuda.—Neizan añadió, antes de que dijeran nada—: Por cierto, ¿os importa caminar conmigo un rato? Tengo que subir al templo, para revisar que empiecen a empaquetar las reliquias. Mañana debería estar todo al pie de la Montaña


Vaya, vaya. Si eso no era una señal… Aunque, ¿podrían pedirle ayuda? ¿Se atreverían a ser sinceros con él? Quizás fuera su única oportunidad, ya que parecía ser el único aparte de, quizás, los capitanes capaz de controlas las runas.

Claro que también podían ir por su cuenta al templo o incluso investigar a Hjalmar o Zacharias —principalmente a este último, ya que si Neizan debía ocuparse de las piedras, estaba actuando bajo sus órdenes—.

También había otra opción. Podían intentar robarlas…Una vez Neizan las sacara. Para eso, con todo, necesitarían que les diera permiso para acompañarle arriba. Mientras caminaban por las escaleras tendrían tiempo de sobra para hacerle preguntas o para pedirle algún favor.


****
Saeko



El Papiro. Necesitamos el Papiro para romper el sello del libro de Zephyr, el del Alcázar. ¿Sabes dónde podemos encontrarlo? —El hombre, que había tomado a duras penas la poción, le clavó una mirada extraña, como si no entendiera sus palabras—. Tenemos que salvar Tierra de Partida.

Tierra de P-¡Ah!—gimió.

¡He encontrado a alguien, venid rápido!

Los Caballeros se arremolinaron a su alrededor entre exclamaciones de alivio y luego de horror.

¿Pero cómo ha podido pasar esto?

¿Ha sido todo cosa de los Sincorazón?

Un Caballero se apresuró a agacharse al lado del hombre y a vertirle en los labios otra Poción. A esas alturas comenzó a recuperar algo de color y sus heridas dejaron de sangrar con tanto descaro.

¿Qué ha sucedido aquí?—El ángel entró con paso apresurado en la habitación, tapándose la nariz con una manga. ¿Sería capaz de oler la sangre…? Entonces, al ver al herido, frenó con brusquedad y el brazo le cayó a un lado del cuerpo. Sus ojos se abrieron como platos—. ¿Gabriel?

Nith…—Al verle, el joven consiguió esbozar una temblorosa sonrisa.

El ángel se precipitó hacia él, cayó de rodillas a su lado y se apresuró a sostenerlo con un firme brazo. Al principio se quedó boquiabierto, confuso, sin saber qué decir. Después alzó una mano y esta comenzó a desprender un brillo dorado. Los Caballeros murmuraron, sorprendidos, y vieron cómo la sangre dejaba de manar y las heridas comenzaban a cerrarse. Entonces el tal Gabriel aspiró una bocanada de aire y luego suspiró de puro alivio.

Gracias…

¿Qué hacías aquí Gabriel? ¿Cómo es posible, qué…?—De pronto Nithael pareció darse cuenta de que estaba rodeado de gente y carraspeó. Echó un vistazo a su alrededor y dijo con voz trémula—: ¿Qué ha sucedido?

Los Sincorazón entraron—respondió él, con el semblante desencajado—.Me cogieron desprevenido, intenté proteger a la gente pero… Por el Primero, eran demasiados. Lo que no entiendo es porqué se marcharon antes de acabar conmigo. Fue poco antes de que llegárais todos.

Es decir, de haber aterrizado un poco antes, podrían haber salvado innumerables vidas…

Nithael se incorporó con brusquedad, llevando al tal Gabriel en brazos, y dijo con una voz que no daba lugar a protestas:

Anisa y los demás grupos podrían estar en peligro. Advertidla de lo que ha sucedido y decidle que hemos encontrado un superviviente. Estaré aquí mismo si alguien me necesita.

Los Caballeros hicieron un saludo militar y se apresuraron a marcharse. Si Saeko iba a hacer lo mismo, Gabriel la detuvo con un gesto y extendió la mano hacia ella.

Chica, ¿cómo te llamas?—Asentiría al escuchar la respuesta, fuera cual fuera—. Esta noche ven a hablar conmigo. Creo que sé lo que estabas buscando.

Nithael la miró con amabilidad y le pidió que se fuera. Parecía ansioso de hablar a solas con el superviviente.

****
Hana



Chicos. Ahí abajo hay alguien ―advirtió.

Los Caballeros se volvieron hacia Hana, en guardia, si bien la chica ya estaba abriendo la puerta mientras portaba una de las esferas que había en el pasillo. La oscuridad pareció retirarse ante la presencia de esta y pudo descender por las escaleras sin tropezar y romperse el cuello.

Olía a hierro, a sangre. También a algo extraño —¿plantas? Aunque era un aroma demasiado dulzón, casi desagradable…—. Daría una patada, sin querer, a una Llave Espada, que resonaría estrepitosamente al caer y, entonces, vería dos ojos amarillos resplandeciendo en medio de la oscuridad.

—¡Sincorazón! —gritó uno de los Caballeros tras Hana.

La estancia se llenó de pequeñas luces, invocadas por los Caballeros, aunque tampoco habría hecho falta: en un acto desesperado, el Sincorazón se precipitó hacia atrás y chocó con violencia con algo que emitió un resplandor dorado, cegándolos. Cuando volvieron a mirar, el Sincorazón se había convertido en cenizas.

Aquel sótano también estaba atestado de todo tipo de cosas, si bien lo que interesaría a Hana estaba al lado de los restos del Sincorazón, que ya comenzaban a desvanecerse entre volutas de oscuridad. Sobre un pedestal, hundidas en un mullido cojín de seda, había dos piedras cristalinas cada una del tamaño de un puño.

Las había encontrado.

Si intentaba tocarlas o hacer amago de acercarse, alguien la cogería por el hombro y diría:

—¡Cuidado! ¡Vas a acabar como el Sincorazón!

Si se fijaba bien vería que el pedestal estaba recorrido por runas de todo tipo grabadas con suavidad en su superficie. Debían levantar una barrera cuando alguien se acercaba demasiado. No era de extrañar que los Caballeros no se preocuparan demasiado por las piedras y dejaran a Hana sola mientras investigaban el lugar. Había un par de Llaves Espada y charcos de sangre. Nada más.

En total, Hana tendría claras dos cosas: la localización de las piedras y que un Sincorazón había intentado robarlas.

Entonces una voz les llamó desde lo alto de las escaleras, diciendo que Anisa quería que se reunieran.

****
Hana y Saeko


Cuando Saeko y Hana se reunieran en el vestíbulo se encontrarían con el resto de los Caballeros cuchicheando. Parecía que Anisa se había puesto pálida al escuchar el nombre de Gabriel y se había encerrado en la biblioteca con este y Nithael. Las puertas, por desgracia, eran demasiado gruesas para poder escuchar nada aunque pegaran la oreja. En cualquier caso, en seguida escucharon cosas relativamente interesantes, aunque no relacionadas con su objetivo:

Por una parte, no habían encontrado a ningún superviviente más, ni siquiera a los novicios —añadió un Caballero, compungido—. Cabía la esperanza de que hubieran escapado por detrás, donde un grupo había tenido que enfrentarse a unos cuanto Sincorazón, aunque no podían asegurarlo.

Por otra, parecía que Gabriel había sido un viejo amigo de Nithael, al que habían expulsado de Tierra de Partida. La Caballero más mayor de todos, una Zorro entrada en años, les aseguró el revuelo que había organizado, presionando porque quería que Nithael volviera a tener permiso para trasladarse a otros mundos. Sus choques con los clanes mayores fueron en aumento hasta que insultó deliberadamente a la antigua líder de los Unicornios y esa fue su sentencia de destierro.

De pronto se abrieron las puertas y Anisa, con una sonrisa algo incómoda, se quedó mirando a todos los presentes. Carraspeó y dijo:

Buen trabajo a todos. Gracias por vuestros esfuerzos. He deliberado… con Nithael y he decidido que pasaremos la noche aquí. Si es cierto que el comportamiento de los Sincorazón es tan extraño, debemos investigarlo. Por otra parte, hay demasiadas reliquias como para llevárnoslas de golpe sin la ayuda de los Sacerdotes, por lo que tendremos que seleccionarlas con cuidado.

»Por favor, que un grupo se dedique a recoger todas las Llave Espada. No podemos darles un entierro adecuado, pero Nithael oficiará una breve ceremonia por ellos y las clavaremos en el jardín del Templo. Ahora, prestad atención a los capitanes que organizarán las patrullas para proteger los alrededores…


Se iban a llevar las reliquias. Sin duda las piedras estarían entre ellas. Si Hana o Saeko intentaban birlarlas antes de que las registraran, podían meterse en problemas y, al mismo tiempo, si esperaban a que las pusieran a buen recaudo era posible que no pudieran volver a acercarse a ellas.

Iban a necesitar que les echaran una mano…

*


La ceremonia de despedida fue breve, como había anunciado Anisa, y estuvo teñida por los rayos dorados del sol poniente. Nithael elaboró un pequeño discurso, agradeciendo el servicio de los Sacerdotes y asegurando que su muerte no quedaría impune. Después la gente comenzó a dispersarse. Anisa intercambió unas palabras con Nithael y después se marchó, no sin antes lanzarle una mirada indescifrable a Gabriel.

El jardín trasero del Templo era hermoso, con muchos árboles frutales, arbustos bien recortados y estatuas de Caballeros. Se veía que los Sacerdotes lo habían cuidado con mimo. Ya nadie volvería a hacerlo, a menos que salvaran Tierra de Partida.

Nithael y Gabriel se habían quedado cerca de una fuente, que lanzaba chorritos de agua hacia el aire, refrescando el ambiente. El ángel, que había visto a Hana, le hizo un gesto para que se acercara. Saeko podía acompañarla, ya que Gabriel también estaba esperando para hablar con ella. Nithael fue directo al grano:

Lirio, ayer me preguntaste si había una forma de proteger Tierra de Partida. La hay. Para ello, sin embargo, vamos a necesitar ayuda y parece que Saeko está buscando algo parecido a lo que yo.—Él y Gabriel intercambiaron una breve sonrisa.

Este se incorporó y tomó la mano de Saeko donde Assur había impuesto su marca.

Percibo la presencia de un poderoso hechizo, que dudo que esté a tu alcance. ¿Por qué preguntaste por el Pergamino, Saeko? ¿Cómo has llegado a saber de él?—El tono de Gabriel no era amenazante, sino tranquilo—. Puedo decirte dónde está. En realidad, Nithael también lo está buscando. Ya que tiene que llevar muchas reliquias de vuelta a Tierra de Partida, puede ocuparse del Papiro. Aun así, necesitaré que alguien venga conmigo, ya que tendré que sustituirlo y si nos ven demasiado juntos, Anisa sospechará que estamos planeando algo.—Señaló con un gesto de barbilla a Nithael.

Entre tanto, Nithael se acercó a Hana y con un gesto le pidió que se echara un poco a un lado para poder hablar con ella. Sonrió y extendió las alas hacia delante, medio envolviéndolos, para que no les vieran.

No he podido dejar de pensar en cómo describiste el Castillo. Un día quiero verlo, me encantaría que fuera tal y como lo imaginaste. Para ello, sin embargo, tengo que romper las reglas. Hay una serie de reliquias en el sótano que pueden ayudar a proteger Tierra de Partida, pero necesito la ayuda de alguien que las coja mientras rompo sus hechizos. Sé que te pido mucho. Aun así: por favor, ¿me ayudarías? Por el bien de Tierra de Partida.

Fuera cual fuera la respuesta de las jóvenes, tanto Nithael como Gabriel se pusieron en marcha y se dirigieron hacia el Templo, dispuestos a obtener los objetos que Hana y Saeko habían ido a buscar.


Spoiler: Mostrar
Hana
VIT: 40/40 [+2 Anillo Coraza]
PH: 32/32
+Ultrapoción1

Saeko
VIT: 40/40
PH: 26/26
+ 2 éteres

Gengar
VIT: 58/58
PH: 20/20

Adam
VIT: 60/60
PH: 16/16

Neru
VIT: 26/26
PH: 22/22
+ 2 pociones

Kairi
VIT: 22/22
PH: 20/20

Nadhia
VIT: 50/50
PH: 38/38



Spoiler: Mostrar
Kairi I (Justificada)
Darkness Seeker II


Fecha límite: domingo 28 de junio a las 23:59
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Re: [Evento Global] Ruta del Recuerdo Perdido - La ciudadela

Notapor Nell » Sab Jun 27, 2015 5:43 pm

Hana consiguió captar el interés de los Caballeros, que descendieron con ella. El trayecto fue diferente al anterior. El conocimiento de lo que había ocurrido con los Sacerdotes, el olor totalmente fuera de lugar y el ruido de una Llave Espada al caer que había allí en medio le hicieron pensar a la aprendiza que se acercaban al verdadero peligro.

—¡Sincorazón!

Era uno solo y no duró mucho. Asustado por las luces que emitieron los Caballeros, retrocedió y, tras un resplandor con algo que había tocado, se desvaneció. En aquel sótano no había ninguno más y las protecciones alrededor de él se habían encargado del único. Hana, aún sorprendida, solo tenía ojos para lo que protegía aquella barrera: las piedras. Con cuidado, quiso acercarse para asegurarse de que estaba en lo correcto, pero alguien la detuvo:

—¡Cuidado! ¡Vas a acabar como el Sincorazón!

Asintió, molesta. Gracias a aquella barrera el sincorazón no había podido llevarse las reliquias, aunque eso significaba que Hana tampoco podría. Había sido diseñada para que nadie que no pudiera desactivarla se acercara. Al parecer, ni los mismos Caballeros podían fiarse de sus compañeros como para limitar la protección a los seres de oscuridad. Una pena, no podría robarla.

Estaba pensando en cómo convencer a aquel grupo de Caballeros para que quitaran la barrera (si sabían) y pudiera echarles el guante, cuando les llamaron desde arriba para reunirse con los demás. Estuvo a punto de rezagarse a propósito, pero sabiendo que no iba a lograr nada por sí sola, obedeció.

Una vez arriba, se rencontró con Saeko y pudo enterarse de lo que había ocurrido en pisos superiores. En primer lugar, habían encontrado un superviviente, un tal Gabriel, con el que ahora discutían Anisa y Nithael. Hana entendió que se hubiera montado tanto revuelo: al fin y al cabo, Gabriel había sido expulsado y se lo acababan de encontrar en una situación tan crítica. Lo que le sorprendió fue que ninguno de los motivos para su destierro tenían sentido. ¿Cómo que Nithael no podía salir de aquel mundo? ¿Y solo por molestar un poco con el tema a los clanes le habían echado? Con razón el ángel parecía poco involucrado con los líderes de la Orden.

En cualquier caso, aprovechó ese descanso para ponerse al día con Saeko. Le explicó que los Sacerdotes habían muerto, que había encontrado las piedras (aunque estaban protegidas por una barrera que te espachurraba) y que un sincorazón había intentado robarlas ya. Luego, le preguntó si había ocurrido algo en la biblioteca.

Esto no me gusta ―confesó, después de intercambiar experiencias―. Ni un superviviente. Solo uno y moribundo. ¿Por qué? Los sincorazón no son animales, lo que hacen es arrebatar el corazón. Debían de saber que Gabriel estaba vivo ―reflexionó―. ¿Y si se largaron antes de rematarlos a todos por algún motivo? Mira, sé que sonará estúpido, pero me resulta igual de loco que un sincorazón bobo vaya tras unos cuantos cachivaches de la Orden. Se me ocurren dos posibilidades: o bien alguien o algo los ahuyentó, o están obedeciendo a alguna voluntad. Quizá se vieron atraídos por otro grupo de personas, pero me cuesta creerlo porque no han venido a atacarnos aún. Y la opción de que alguien los esté manipulando parece absurda, porque hasta ahora no me ha dado la impresión de que se enseñe entre los Caballeros el control de la oscuridad.

Miró fijamente a Saeko, a la espera de su opinión. Como aprendiz de Bastión Hueco, tendría Maestros con ese mismo poder. Quizá sabía algo que a Hana se le escapaba.

A continuación, Anisa salió de la biblioteca y se dirigió a todos, incómoda:

Buen trabajo a todos. Gracias por vuestros esfuerzos. He deliberado… con Nithael y he decidido que pasaremos la noche aquí. Si es cierto que el comportamiento de los Sincorazón es tan extraño, debemos investigarlo. Por otra parte, hay demasiadas reliquias como para llevárnoslas de golpe sin la ayuda de los Sacerdotes, por lo que tendremos que seleccionarlas con cuidado.

»Por favor, que un grupo se dedique a recoger todas las Llave Espada. No podemos darles un entierro adecuado, pero Nithael oficiará una breve ceremonia por ellos y las clavaremos en el jardín del Templo. Ahora, prestad atención a los capitanes que organizarán las patrullas para proteger los alrededores…


Chihiro nos dio dos días ―murmuró a Saeko―. Mañana es nuestra fecha límite. No sé si esa bastarda abrirá el portal o no, pero si la obligan a hacerlo, tenemos que estar preparados. Pase lo que pase, mañana acabará todo ―sentenció.

Pensándolo bien, el comportamiento de los sincorazón no era asunto suyo. Se alegró de no haber sido la única en notarlo y cedió con gusto a los Caballeros de dicha época el misterio para que lo resolvieran. Aún tenía curiosidad por la respuesta, pero las piedras eran su prioridad. Y cada vez veía más plausible cogerlas y salir corriendo.

***


Durante la ceremonia, Hana no pudo dejar de pensar en lo inútil del oficio. Al fin y al cabo, mil años después nadie recordaría que allí estaban esas tumbas. Aun así, presentó sus respetos, porque habían muerto frente a los sincorazón como muchos otros, y a cualquiera de ellos (Hana incluida) podía sucederle algún día.

En cierto momento, la nostalgia por el hogar lejano le pudo y en un alarde de impulsividad, intentaría meter la esfera de luz que había cogido del pasillo en uno de los hoyos. Aquel objeto reposaría allí mil años y Hana se prometió que, si volvía, iría a buscarlo. Además, tendría esa excusa para regresar a las tumbas.

Después del entierro, Hana y Saeko pasearon por el jardín trasero del Templo. Era precioso, pero como todo en aquel tiempo, se perdería, así que la aprendiza no quiso apreciarlo premeditadamente. Cerca de una fuente, Nithael y Gabriel hablaban. Este primero la vio y le hizo una seña para que se acercara, ante la cual obedeció.

Lirio, ayer me preguntaste si había una forma de proteger Tierra de Partida. La hay. Para ello, sin embargo, vamos a necesitar ayuda y parece que Saeko está buscando algo parecido a lo que yo.

Hana decidió no mencionar que ellas también se conocían. No era del todo cierto. En realidad, solo tenían el mismo objetivo.

Ahora me cuesta creer que haya aquí algo que nos pueda ayudar, cuando los Sacerdotes no pudieron hacer nada para salvarse ―tanteó.

No le dio más vueltas, porque Nithael quiso seguir explicándose. Mientras Gabriel hablaba con Saeko (¿estaba ligando o era imaginaciones de Hana?), el ángel extendió sus alas para rodear a ambos con ellas y que nadie se enterara de su conversación. La aprendiza se sintió incómoda, atrapada entre tanta pluma.

No he podido dejar de pensar en cómo describiste el Castillo. Un día quiero verlo, me encantaría que fuera tal y como lo imaginaste. Para ello, sin embargo, tengo que romper las reglas. Hay una serie de reliquias en el sótano que pueden ayudar a proteger Tierra de Partida, pero necesito la ayuda de alguien que las coja mientras rompo sus hechizos. Sé que te pido mucho. Aun así: por favor, ¿me ayudarías? Por el bien de Tierra de Partida.

«Esta es la última vez que me pongo melancólica», se dijo a sí misma. Por esos detalles al final iban a acabar pillándola.

Te refieres a las dos piedras, ¿verdad? Cuenta conmigo.

Sin embargo, nada más decirlo, cayó en la cuenta de que ahora iba a tener que robárselas a Nithael. Las piedras tenían que dárselas a los hermanos adivinos (o lo que fueran) para cerrar el trato. Hana sabía que podía confiar en el ángel, pero no quería contarle la verdad. Lo que tenía que hacer era atenerse al plan de su grupo si quería que todo saliera bien.

Vamos a proteger Tierra de Partida. Te lo prometo ―dijo de repente, para expiar parte de la culpabilidad que le carcomía.

Acto seguido, se pondría rumbo al Templo.
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Awards 2010-2011, 2012, 2013, 2014 y 2015
Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
ImagenImagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen

¡Gracias a todos los que votasteis!
Avatar de Usuario
Nell
161. Kairixula
161. Kairixula
The Unknowns
 
Mensajes: 6373
Registrado: Jue Dic 17, 2009 10:18 pm
Dinero: 19.43
Banco: 48,402.75
Ubicación: Intentando desengancharme de la Lotería ;_;
Sexo: Femenino
Estantería de objetos
Karma: 65

Re: Ronda 13

Notapor EspeYuna » Dom Jun 28, 2015 1:26 pm

Nadhia esperó la respuesta de Cornelia, con una sensación desagradable recorriéndole las entrañas. Pero ya no era por miedo a ser descubierta, no. En aquel momento, estaba sintiendo culpa por haberle mentido. Por estar traicionando la confianza de esa persona que conocía de poco más de un día, pero que parecía maravillosa.

Te lo agradezco. Vamos, no hay tiempo que perder.

*****


¡Maldita sea!

Nadhia sobrevolaba los sincorazón junto a Cornelia con su Glider, observando el triste panorama de la barrera recibiendo todos los ataques de su enemigo. Se estaba preguntando hasta cuando conseguiría aguantar la defensa mágica en pie, y temía por Tierra de Partida. Aunque sabía que ésta perduraba en el tiempo, que en su presente aún existía, no podía evitar sentir miedo y compasión por la ciudadela y todas aquellas personas que estaban intentando eliminar la amenaza de su hogar, tal como en su presente.

Ser perseguidas por cuatro dragones de oscuridad fue algo que Nadhia no olvidaría jamás. Lo que no sabía es cómo diantres estaba teniendo tanta suerte para esquivar sus ataques y manejar de manera decente su vehículo, siguiendo las instrucciones de Cornelia. La líder de los Unicornios acabó finalmente con uno, lo cual ya era una gran victoria para ambas. Cuando le ordenó que ascendieran, Nadhia confió plenamente en ella e hizo caso. La visión de la barrera se hizo más deplorable aún, contemplando el triste panorama desde las nubes.

Sin embargo, no hubo tiempo para iniciar una conversación. Unas peligrosas llamaradas atravesaron las nubes y tanto Cornelia como Nadhia maniobraron para evitarlas. Y la aprendiz ya estaba comenzando a encontrarse débil y sin fuerzas, con la alta temperatura del fuego y las embestidas que no había conseguido evitar. Lanzó un último hechizo conjunto con Cornelia con el que consiguieron derrotar uno más, y se permitió el lujo de detenerse, aun con el peligro inminente.

Estaba exhausta. No podía seguir el ritmo de Cornelia ni de lejos.

Entonces escuchó a la mujer una última orden. Nadhia, confiando en su palabra, cayó en picado con su Glider hacia el lago que se abría ante su destino, la montaña.

Y el frío y la oscuridad se apoderaron de ella.

*****


Nadhia se levantó de golpe, tosiendo y expulsando el agua de sus pulmones. Le costó dos veces recuperar el aliento, y respirar en condiciones para no ahogarse. No podía creer que se hubiera desmayado entrando al lago, pero a esa velocidad tampoco era raro pensar que un humano pudiera sobrevivir.

Sin embargo, allí estaba Cornelia de nuevo, dándole palmaditas en la espalda mientras se recuperaba, elogiando de que habían caído al agua de forma correcta. Nadhia dudaba de ello. Si no fuese por ella, ahora mismo su cuerpo estaría flotando en el lago.

Le había vuelto a salvar la vida. ¿Cuántas veces iban ya?

Por un momento, Nadhia se llevó las manos a la nariz, dado la fuerza que había ejercido Cornelia para pinzar el tabique y...

... irremediablemente, se ruborizó.

Obviamente no había razones para hacerlo ni sentirse incómoda por ello. Pero una sensación cálida y reconfortante seguía sellada en sus labios y era... extraño.

Dejando de lado aquello Nadhia echó un vistazo a su alrededor, escuchando el sonido lejano de una catarata, y fauna cantando. Se encontraban a la orilla del lago y estaban rodeadas de una flora que a la aprendiz le quitó el poco aliento que había recuperado en aquellos segundos. Se quedó perpleja del paisaje tan hermoso que tenían a su alrededor.

Al incorporarse gracias a Cornelia se dio cuenta de que estaba completamente empapada de arriba abajo, pero que con el calor que hacía en aquel sitio no era tan molesto como habría cabido imaginar. Entonces observó a Cornelia, quien se había deshecho de su armadura y lucía con unos pantalones largos, una túnica y unas botas bastante gruesas y preparadas para caminar. Apartándose un mechón del pelo, le dijo que había aplicado habilidades curativas sobre ella.

Otra punzada le atravesó el pecho. No quería que fuera más amable con ella. Podría haberse curado ella misma, tenía capacidad para ello.

Cuánto más buena fuera con ella, más culpable y miserable se sentiría dado la cadena de mentiras que estaba acumulando.

Sintiéndose ya con fuerzas, no quiso retrasar la misión. Se incorporó como buenamente pudo mientras Cornelia le explicaba lo que iban a hacer. Nadhia asintió un par de veces y siguió a la mujer en cuanto se encontró lista para ello.

Avanzar por el bosque fue complicado, y si no fuera por Cornelia abriéndose camino por él, Nadhia ya se hubiera perdido o habría desistido usando el Glider. Pero no podían llamar la atención: invocar la Llave-Espada podía ser un grave error rodeadas de sincorazón, tal y como había dicho Cornelia.

¿Recuerdas algo?—Nadhia podría haberse asustado como el día anterior de las preguntas de Cornelia, pero ya no era miedo lo que sentía. Era tristeza—. Si la ciudad sobrevive, prometo encontrar a tu familia. Deben estar preocupados por ti. Allí.—no quería que siguiera siendo amable y piadosa—. Lo seguiremos durante un trecho. —siguió las órdenes de Cornelia dirigiéndose al viejo camino que había señalado, cabizbaja—: ¿Tienes idea de cómo perdiste el emblema? ¿Conoces nuestras costumbres? Es posible que acabes de llegar y por eso no tuvieras nada en la armadura. ¿Sabes algo acerca del Primero, por ejemplo?

Y para colmo, Cornelia parecía más abierta en aquel momento encontrándose solas en medio de aquel bosque.

Quería decírselo, su auténtico origen, pero temía por su presente, por todos sus amigos. Observó a Cornelia, pero tras ella vislumbró la imagen de Fátima llena de heridas, de Light gritando de ira, de Malik socorriendo a otro aprendiz, y a su propio maestro recibiendo ataques de aquel coloso sincorazón.

Aquello le impedía completamente ser sincera de Cornelia, por mucho que le doliera. Era una persona formidable, una líder ejemplo a seguir, fuerte, hermosa, que no se derrumbaba y a pesar de sus heridas el día anterior estaba más preocupada por los suyos y había decidido enfrentarse ella sola al supuesto traidor alejada de todos los suyos en medio de aquel paisaje virgen.

¿Cómo no iba a sentirse culpable al mentir a alguien tan honesto?

Sí, seguramente lo estén, aunque no recuerdo bien sus rostros —por supuesto que se acordaba de todos ellos—. No, no lo sé... lo siento, yo... —Nadhia titubeó— Señora Cornelia, yo... hay algo que...

Pero entonces, la imagen de la Maestra Lyn atravesó su cabeza, el motivo de encontrarse allí... y desistió.

Lo siento, pero no recuerdo quién fue el Primero. Y por cómo suena, debe ser muy importante para Tierra de Partida.

Nadhia sólo podía definirse en aquel momento con una palabra: cobarde.
Imagen
¡Soy enfermera~!
Nurses are Angels on Earth
Imagen
Mi blog + DeCulture

Imagen
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen
KHWorld Awards 2014
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2013
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2012
Imagen
ImagenImagen
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
EspeYuna
115. Demyx
115. Demyx
The Unknowns
 
Mensajes: 3437
Registrado: Mar Feb 28, 2012 11:12 pm
Dinero: 53,263.25
Banco: 15,063.87
Ubicación: ¡Entrenándome en Tierra de Partida para combatir a los sincorazón! ¡Ah! ¡Y en FanPlace!
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 54

Re: [Evento Global] Ruta del Recuerdo Perdido - La ciudadela

Notapor Tsuna » Dom Jun 28, 2015 9:14 pm

Todos los Caballeros de la Biblioteca acudieron raudos a donde yo estaba, buscando al posiblemente único Sacerdote con vida. Aunque no podía descartar que hubiese más heridos en las otras zonas del Templo.

¿Pero cómo ha podido pasar esto?

¿Ha sido todo cosa de los Sincorazón?

Es evidente, ¿no? —respondí al momento, perpleja por su pregunta cuando a mí se me hacía obvio que no podía haber otro enemigo capaz de cometer semejantes atrocidades aparte de los Sincorazón.

El herido, cuyas majestuosas prendas en las que no me había fijado y hacían honor a su título, no respondió de inmediato a mi petición, pero confiaba en que, cuando se recuperase, quisiera darnos más información. Lo primero era salvar su vida. Otro Caballero se aproximó para darle de beber una nueva poción, a lo que decidí dejarlo en sus manos, y de pronto una voz grave y algo familiar consiguió que volteara la cabeza a la entrada: se trataba del ángel, de Nithael.

Permanecí unos instantes contemplando su figura, ya puesta en pie. Desde el principio, cuando lo vi en las murallas, ya me había llamado la atención, y lo normal era pensar que provenía de un mundo donde aquel aspecto fuese normal. Pero estaba equivocada, pues se trataba de… ¿La copia? Del Primero, el que fundó la Orden. Al pisar la biblioteca, se tapó la nariz con la manga.

¿Tendrá el sentido del olfato más desarrollado?


Quería pensar en esa posibilidad, porque a mí misma ya me sucedió al entrar, que me quedé paralizada unos momentos por la fuerte impresión que transmitía ese sitio.

Me vi sorprendida por la velocidad a la que Nithael sostuvo al Sacerdote, Gabriel si no había escuchado mal. Retrocedí unos pocos pasos para darles espacio, pero quedé igual de impactada que los demás al contemplar cómo lo sanaba con aquel resplandor dorado. En el fondo sentí que sus capacidades estaban más lejos de lo que podía imaginar, solo me bastaba con recordar cómo había derrotado a aquel dragón para corroborar mis pensamientos.

Cruzada de brazos y todavía de pie, escuché sin querer interrumpir la explicación de Gabriel: sobre cómo un número gigantesco de Sincorazón había entrado, cómo intentó proteger a los demás y cómo se marcharon poco antes de que llegáramos. No tenía mucha idea de cuánto llevaban en Tierra de Partida luchando contra esa horda infinita, pero si el día anterior todos habíamos estado tan centrados en la ciudadela, no se me hacía raro que hubiesen asaltado el Templo por el camino.

Lo cual quería decir que si habían sido atacados por la mañana a sabiendas de que íbamos a venir, es que estaban siendo controlados por alguien, como habían dicho los maestros de los clanes. A continuación Nithael dio las instrucciones necesarias y nos pidió marcharnos de allí, a lo que, un poco torpe y por qué no decirlo, ridícula y para nada acostumbrada con aquel saludo, les imité.

Pero de forma inesperada Gabriel me detuvo. El corazón se me aceleró, nerviosa por pensar que aquel Sacerdote me iba a revelar la ubicación del Papiro. Pero no fue así.

Saeko —contesté, sin ningún problema por mi parte. Y ante su petición de hablar con él esa noche asentí con la cabeza, ansiosa de que llegara ya ese momento. ¡Si me había levantado hacía no más de dos horas!—. Vale, cuenta conmigo.

Y el tiempo se me acababa…

~


Menos mal que la gente se dedicaba a contar historias, porque de otro modo, me hubiese muerto de aburrimiento. Sentada cerca de aquella estatua de quien yo creía que era El Primero, pasando la mano de forma disimulada sobre esta en más de una ocasión para sentir el material del que estaba hecha, escuchaba los relatos de los demás Caballeros.

Había decidido dejar a Nithael en manos de Gabriel y Anisa porque quería creer que ya, con la ayuda del Sacerdote al que había salvado, tendría asegurado el Papiro en mis manos esa misma noche. Claro, si no nos atacaban los Sincorazón mientras y acababan con nosotros.

¿Pero cómo va a estar desterrado si vive en el Templo?


Pensaba para mis adentros, en lugar de responder a la mujer que había contado la historia. Y la situación de Nithael se empezaba a ver más clara, o así lo imaginaba yo por sus palabras. El no poder salir a ningún mundo, y que a su amigo lo hubiesen desterrado por su culpa. Me arrepentí entonces, mirando la palma de mi mano en la que se encontraba grabado el hechizo de Assur, de no haber sabido aquello antes. Estaba muy interesada en conocer la opinión del líder de las Serpientes respecto a Nithael, si compartía los pensamientos de Gabriel o, en cambio, mantenía las distancias como Anisa.

Suspiré, cabizbaja, confusa por la de cosas que se me escapaban, y también preocupada. En el fondo no podía quitarme esa sensación de ir a ciegas, sin saber si lograríamos nuestro objetivo y regresar a nuestro tiempo o… Quedarnos allí, compartiendo el destino que parecía estar sufriendo Tierra de Partida. No volvería a ver a Nikolai, ni a Enok, ni a la maestra Ariasu. Tampoco a Simbad y los demás. En ese caso podría asumir que ya, Bastión Hueco, no significaría nada para mí.

Entonces se me acercó Lirio, a lo que me levanté para escucharla bien. Tal y como habían informado, la aprendiza me contó que nadie más había sobrevivido aparte de Gabriel, y que las piedras se encontraban abajo, protegidas por la barrera. Ya cuando mencionó al Sincorazón me crucé de brazos, todavía más nerviosa e intentando relacionar todos los sucesos. ¿Que un Sincorazón había intentado robar las piedras? Atónita me quedé.

Yo por mi parte le comenté lo que había visto en la Biblioteca, omitiendo ciertos detalles claro, como la emoción que había sentido al ver una tan grande e imponente, acostumbrada como estaba a la del castillo de Bastión Hueco. Pero sí le susurré lo que ya debía saber, que fui yo la que encontró a Gabriel y ya le había preguntado por el Papiro, a lo que acordamos en que esta noche me lo diría.

Esto no me gusta.

¿Y te crees que a mí sí? —respondí casi de inmediato, un poco indignada por la obviedad de sus palabras. Quise decirle mis impresiones de sopetón, pero permanecí callada, prefiriendo escucharla a ella e intentando no levantar la voz. Sabía que a la mínima, nos echarían todas las miradas encima. Y eso era lo último que quería.

Ni un superviviente. Solo uno y moribundo. ¿Por qué? Los sincorazón no son animales, lo que hacen es arrebatar el corazón. Debían de saber que Gabriel estaba vivo. ―Cierto, aquel detalle no se me había ocurrido. Y ya no necesitaba más pruebas para seguir confirmando mi teoría: los líderes de los clanes estaban en lo cierto, alguien controlaba a los Sincorazón.

Pero en ese caso tendría que tratarse de una persona terrible, porque ni siquiera en Bastión Hueco teníamos tantos. Era un mar negro de monstruos, por lo que recordaba del día anterior. Y lo peor es que podía ser cualquiera, igual hasta ya lo había visto y no lo sabía. Eso me ponía más histérica si cabía.

Escuché el resto del razonamiento de Lirio hasta el final, perdiéndome en mis pensamientos en algunas partes, donde intentaba averiguar quién podía ser el culpable. No podía quitarle tampoco la razón en eso de que allí no se enseñaba el control de la oscuridad. Cuando supuse que hubo terminado, procedí a darle todas mis impresiones, procurando bajar el tono de voz todo lo posible.

Mira, no es complicado controlarlos —comenté yo, recordando que tanto Yafar como alguien en París habían sido capaces de hacerlo sin tener ni idea de otros mundos o el equilibrio entre la Luz y la Oscuridad, incluso Scar resultó ser lo suficientemente sospechoso—. Solo aquellos que dejan su corazón lo suficientemente cerca de la oscuridad lo hacen —Eso al menos creía yo. Posé la vista entonces en la estatua del Primero, absorta—. Y los líderes sospechan de que hay un traidor. ¿Entonces, qué te parece a ti? —Y alcé una ceja, dejando que intuyera mi respuesta.

No hablé mucho más con ella, pues la puerta de la Biblioteca se abrió y Anisa nos informó de los resultados. Quería apropiarse de las reliquias antes que nosotras, lo que nos dejaba dos opciones: confiar en Gabriel, o robarlas antes. Pero yo no quería terminar incinerada como aquel Sincorazón, por lo que seguiría esperando a que saliese la luna. Y de nuevo, Lirio me comentó sus inquietudes acerca de nuestro regreso.

¿Y si nadie hace nada? —Le planteé el peor de los casos, que tan preocupada me había tenido antes—. Bueno, tengo a cierta persona vigilando a Chihiro, y confío en el maestro Ryota también. —sentencié, orgullosa y sonriente.

~


Las horas pasaron más rápido de lo que hubiese esperado en un principio. Me dediqué a recoger tranquila las Llaves Espada de la Biblioteca, y de paso, le eché un vistazo a algunos libros, intentando memorizar su título. Quizás quedara alguno en el presente. Me vi tentada en más de una ocasión en subir a los pisos superiores, a sabiendas de que no había nada ni nadie, pero aun así, la curiosidad me llamó. Y si alguien me preguntaba simplemente fingiría con que buscaba alguna Llave Espada —que aprovecharía para recoger, como había hecho con las anteriores—. Pero quería, principalmente, no perder detalle de aquel lugar. Si era cierto que conseguíamos regresar el Castillo del Olvido, me hubiese sentado fatal no haber explorado todo lo posible el mundo del pasado.

Al final nos reunimos en el jardín del Templo, como Anisa había comunicado horas atrás. Los rayos del sol le dieron al ambiente un aire algo triste, pero aun así, movida por la curiosidad y las tradiciones de los Caballeros de esa época, me mantuve atenta y me impliqué en el funeral en caso de que me pidieran algo. No fue el caso, pero el momento quedaría grabado en mi mente para siempre.

Spoiler: Mostrar


Luego me aventuré con Lirio por el jardín, maravillada con el olor de la hierba en mi nariz, y por las formas perfectas y armónicas que tenían los setos. No sacamos ningún tema de conversación en especial, así que el paseo se me hizo ameno. Al cabo de un rato, Nithael le hizo una seña a Lirio para que se acercara, y yo la acompañé puesto que también estaba Gabriel allí. Había sido una suerte que el viejo amigo de Nithael se hubiese salvado.

Lirio, ayer me preguntaste si había una forma de proteger Tierra de Partida. La hay. Para ello, sin embargo, vamos a necesitar ayuda y parece que Saeko está buscando algo parecido a lo que yo. —enarqué una ceja, sorprendida porque supiese mi nombre. Aunque después recordé que se lo había dicho a Gabriel, y éste posiblemente hubiese… ¿Hablado de mí a mis espaldas?

Ahora me cuesta creer que haya aquí algo que nos pueda ayudar, cuando los Sacerdotes no pudieron hacer nada para salvarse.

Pero ya están muertos, y solo tenemos que ceñirnos a lo que debemos hacer. —comenté, en un intento de no ver tan negra la situación.

Sirviesen o no mis palabras, Nithael se separó del grupo con Lirio, utilizando una de sus alas para esconderse y hablar a solas. Pero no les pude prestar más atención porque ahogué un grito cuando Gabriel me agarró… esa mano. Tuve el instinto de apartarla como acto reflejo, pero no me quiso soltar. Mi cara era un poema mientras lo escuchaba. Y pálida como un muerto, balbuceé unas cuantas cosas sin sentido antes de responder con firmeza.

S-simplemente lo necesito —Y no sabía si Nithael estaba aliado con las Serpientes. Una vez más, gruñí por dentro al no haberle preguntado a Assur si podíamos confiar en la copia del Primero. Pero sabía que esa respuesta no sería suficiente para convencerle, así que le miré a los ojos, intentando ser sincera—. El responsable del hechizo es quien me ordenó recoger las reliquias.

Cuando Gabriel se puso en marcha, dispuesto a ir a por el Papiro, le seguí sin mediar palabra. Colocada en todo momento a su lado, le susurré:

No te lo puedo contar todo, pero mis intenciones no difieren de las de Nithael o las tuyas.

Y esperaría a su conclusión. Igual estaba equivocada, y al final de quien no me tenía que fiar era de las Serpientes. Pero el corazón cada vez se me aceleraba más, porque quería cumplir con todo. Ser perfecta.
Avatar de Usuario
Tsuna
57. Ferrocustodio I
57. Ferrocustodio I
The Unknowns
 
Mensajes: 1680
Registrado: Mar Ene 03, 2012 5:12 am
Dinero: 691,216.48
Banco: 0.00
Ubicación: Perdida en el océano.
Sexo: Femenino
Clan: The Unknowns
Estantería de objetos
Karma: 17

Ronda #13 - Ruta del Recuerdo Perdido

Notapor Astro » Dom Jun 28, 2015 9:16 pm



¿Estáis los dos bien…? —consiguió preguntar Neizan, después de que los otros dos le hicieran tomar la poción.

Sí, gracias a ti.

El oso refunfuñó bastante de que no quería que Adam le llevara a la espalda, pero el vampiro no le dejó opción, cogiéndole con fuerza y cargándoselo detrás.

¡Peor será que te caigas muerto por el camino, hombre! ¡Enga, menos quejas!

Por aquí. —Indicó Aki, guiando la marcha—. Espero que tengas buen equilibrio. Vamos a tener que bajar por zonas muy estrechas.

¿Equilibrio...? Mierda.

No, no era su fuerte. Cuando vio a lo que se refería el pequeño Halcón, casi habría preferido quedarse donde estaba: unas escaleras bastante estrechas en las que soplaba un viento horrible. Genial, ya se veía cayéndose por la montaña con Neizan encima.

Tengo que pediros un favor —El vampiro tuvo que apartar la vista cuando vio que el Oso estaba limpiándose la sangre con la manga. Joder, puta tentación—. No digáis nada de las runas, por favor.

¿Por qué? —Enarcó una ceja, extrañado. ¿Qué tenían de especiales las runas?

No se lo he dicho a nadie porque se supone que nadie me ha enseñado, ¿comprendéis? Son conocimientos muy altos. Zacharias tampoco tiene ni idea de lo que sé. Os lo agradecería mucho.

Oh, así que no todos podían utilizar las dichosas runas. Eso eliminaba la idea de que Aki mismo podría ayudarle para recuperar las piedras. Eso le dejaba únicamente con la opción de pedirle ayuda a Neizan.

No diremos nada. ¿Verdad, Adam?

Claro, sin problemas~.

Salvo que eso hacía su tarea bastante difícil. Si Neizan se negaba a colaborar o incluso se ponía en su contra, robar las piedras se volvería una misión bastante bastante complicada.

Imagen


La parte inferior de la Montaña fue mucho más cómoda de avanzar. Y menos mal, porque en una ocasión Adam casi se cayó al vacío, llevándose a Neizan consigo. ¡Malditas alturas! Allí abajo, les recibieron bastante bien. La gente iba y venía, cruzando las escaleras o entrando y saliendo de casas y templos. Era un poco caótico. El trío fue dirigido a la casa del clan de los Ciervos, donde también se reunieron con Neru.

¡Estas vivo! —exclamó el vampiro al verle. La verdad era que se había imaginado que al chaval de Tierra de Partida se lo habían comido durante el combate aéreo del lago.

¿Dónde están Hjalmar y Zacharias? —preguntó Neizan mientras se bajaba de la espalda de Adam.

—El señor Zacharias resultó herido, Neizan.

El joven Oso se tambaleó tanto que entre varios tuvieron que sujetarle para que no se cayera redondo al suelo.

Tengo que ir a verlo. Ha-hablaré con vosotros dos luego.

Pe-pero... —Intentó decir el aprendiz, aunque no sirvió de nada cuando se marchó a toda prisa—. Como no le atiendan pronto va a acabar mal.

Adam se chupó disimuladamente el dedo, en el que sin querer había tocado la herida de Neizan, relamiéndose toda la sangre que pudo pillar. Allí, pudieron enterarse de que la mayoría de la expedición habían muerto por hacer de cebo a los sincorazón del lago, y que incluso había aparecido uno marino gigantesco desde el agua, que fue el que hirió a Zacharias.

Tenían que hacer tiempo hasta que se celebrase la reunión con los líderes, así que Aki propuso a los viajeros del tiempo visitar su casa. Adam aceptó encantado, muerto de curiosidad por averiguar cómo se viviría en aquel lugar. Y la respuesta... ¡Guay, ese lugar molaba! Tuvieron que pasar por cuerdas y pasarelas bastante puñeteras, pero mereció la pena por ver la casa en la que el pequeño vivía: una casa enorme con torres que se erguía sobre un risco, donde se respiraba vida por todos los costados.
Aki, quien escaló el primero a toda velocidad, iba llamando a sus amigos y conocidos a gritos, y poco tardó en conseguir respuesta. Saludos, abrazos, gritos de alivio, desde luego el chavalote era bien conocido por allí.

Había gente de todo tipo, y por todo tipo se incluía también de otros mundos. Incluso había alguna que otra pareja, pero no las suficiente como para que todos fuesen familia. Aunque, por otro lado, sí que parecían estar muy muy unidos. Unos se colgaban de las cuerdas, otros volaban sin glider, otros hacían tareas cotidianas del hogar... Era una escena ñoña, pero bonita, que chocaba bastante con la pena y la destrucción que había vivido Adam desde que llegó al pasado.

Eh, cadenitas.

Cuando los dos aprendices atemporales se quedaron solos, Adam aprovechó para intentar ponerse al día mutuamente

¿Se te ha ocurrido algo para las runas? No sé como vamos a poder conseguirlas con dos clanes vigilando la zona...

Sólo los líderes de los clanes saben usar las runas que necesitamos para coger las piedras, aunque puede que Neizan, el Oso que venía conmigo, pueda ayudarnos. Pero tendríamos que convencerlo para que nos ayudase, no sé cómo saldrá...

Sobre todo, porque desconocía cuan importantes eran las dichosas piedras. ¿Serían un objeto muy vital, que si las robaban se darían cuenta enseguida, o no tendrían apenas importancia para los otros líderes? Vete tú a saber.

No estaría mal tener un plan B por si las moscas.

Cuando llegó la hora de la comida, Adam intentó largarse disimuladamente para buscar por si cuenta algún animal al que poder hincarle el diente... o a alguna persona moribunda. Gran sorpresa se llevó cuando una anciana le agarró por el brazo (¡¿qué tenían los ancianos de aquel tiempo con él?!), le llevó hasta un corral, y desangró una gallina para él.

Que no te vean esos colmillos, muchachote —le dijo con una pícara sonrisa—. Gracias por proteger al pequeño.

A-ah, yo... Gracias a ti... —Al vampiro le costó un poco reaccionar, pero agradeció el gesto. Esta gente resultaba demasiado amable y todo, y eso que eran unos simples recién llegados.

Ya comidos y descansando, haciendo tiempo hasta que llegase el momento de la reunión, Aki aprovechó para preguntar:

Ahora que lo pienso, Adam, ¿no me dijiste esta mañana si sabía leer runas? ¿Para qué lo quieres exactamente?

Catrina me pidió que cogiera algo de la montaña, pero necesito a alguien que sepa runas para poder hacerlo —explicó, encogiéndose de hombros—. Espero que quien-tú-ya-sabes me ayude. No tenía ni idea que leer runas fuera tan raro...

Cuando llegó la hora, Adam procuró despedirse de todos los que habían sido amables con él durante la estancia en la casa de los Halcones, sobre todo de la anciana. Antes de salir, se dirigió a Aki.

Gracias por todo, pequeñajo.

Imagen


Los niveles inferiores estaban a reventar aquellas horas, todos reunidos para escuchar a los líderes de los clanes principales. Hjalmar y Zacharias (vendado, y con dificultades para andar, pero gritando tanto como antes), explicaron el plan a seguir según las órdenes de Cornelia, la jefaza de todos, y la respuesta que tuvieron no fue demasiado buena. La mayoría gritaba y protestaba, mostrando su descontento con las órdenes.

Si abandonamos este lugar será para no volver. Aquí han vivido siempre los clanes menores, es como si nos dijeran que no valemos nada, y que lo que importa proteger es la ciudadela.—Explicó, mirando la montaña con expresión triste—. Iban a construir un Castillo allí arriba. Se suponía que podríamos vivir todos. Yo nunca me lo he creído. Los clanes mayores se lo habrían quedado todo y ahora da un poco de igual, ¿no? En vez de evacuar, prefieren que nos quedemos para morir.

Jo, tío, ya lo siento... —Fue lo único que pudo decir Adam, rascándose la nuca, incómodo.

Se suponía que el Castillo sí que se construiría y que sería el que había visto (brevemente) en Tierra de Partida, pero no tenía ni idea de qué pasaba con estos clanes menores. De hecho, no tenía ni idea de la historia del lugar, directamente. Y por eso mismo le daba tanta rabia: venía del futuro, pero no tenía apenas respuestas que pudieran animarle. Bueno, aunque las tuviera, tampoco podría decírselas, ¿no...?

Hubo un rato eterno en el que los distintos clanes discutieron lo que hacer. En serio, eso parecía que no acababa nunca, aunque al menos los momentos en los que había gritos divertían a Adam. Al final, optaron por hacer caso a los mandamases y seguir el plan original: en dos días evacuarían la Montaña y comenzarían a viajar hacia la ciudadela. Uf, incluso el vampiro sabía que ese era un plan suicida.

Cuando todo había terminado y la gente empezaba a marcharse, llegó Neizan con su glider. Tenía buen aspecto, y ya debía de haberse recuperado casi al completo del aterrizaje forzoso.

Perdonad por haberme ido así.

¿Cómo estás?

¿Te encuentras mejor, Neizan?

Mucho, gracias a vosotros. Siento lo de la Montaña, sé que es horrible dejar atrás tu hogar—comentó, dándole una suave palmada a Aki en el brazo—. Es curioso, esta mañana también me he encontrado con gente que no tenía ningún emblema—dijo, refiriéndose esta vez a Adam—. ¿Hay algo que pueda hacer por vosotros? No voy a olvidar jamás que estoy en deuda. Por cierto, ¿os importa caminar conmigo un rato? Tengo que subir al templo, para revisar que empiecen a empaquetar las reliquias. Mañana debería estar todo al pie de la Montaña

Seh, claro, hablamos por el camino. —Como que se podía dejar pasar una oportunidad así.

Neru decidió irse a investigar por su cuenta, así que tras despedirse de él y desearle suerte, Adam se encaminó al templo con Neizan y Aki.

Por el camino, lo primero que le vino a la cabeza a Adam fue una pregunta muy clara que le rondaba la cabeza, y que poco tenía que ver con su misión.

Oye, Neizan, ¿de verdad no hay manera de salvar la Montaña? ¿Ninguna? —No era propio de él preocuparse por los demás, sobre todo de gente que en su tiempo ya llevaba siglos muerta. Pero pensar en Aki, los Halcones, la gente que había visto que vivía en la Montaña... Le resultaba incómodo dejarlo estar, sin más—. Toda esta gente... No sé, el plan que proponen los clanes mayores me parece muy suicida. ¿A ti no?

Cuando empezaron a acercarse al templo, llegaría la hora de la verdad. Con un poco de suerte, se lo tomaría a bien y aceptaría ayudarle, por todo eso de que estaba en deuda con él. Aunque también estaba la opción de que pasara lo peor, le acusara de traidor o algo por el estilo, y la liase gorda. Pero probar, tenía que probar.

Esto... Tengo un favor que pedirte. —Se aseguró de que, además de Aki, no había nadie alrededor que pudieran escucharles—. Hice un trato con Catrina, de las Serpientes, para que ayudase a mi... clan en algo, y para eso necesito coger unas piedras del templo de la Montaña. Me dijo que los clanes mayores ya tenían planeado recogerlas y llevarlas a la Ciudadela, pero que necesitaría a alguien con runas para poder cogerlas. ¿Podrías... ayudarme? Es para una buena causa, ¡te lo juro!

Cruzó los dedos, rezando para que funcionase.
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen

Imagen

Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Avatar de Usuario
Astro
57. Ferrocustodio I
57. Ferrocustodio I
 
Mensajes: 1689
Registrado: Jue Sep 06, 2012 12:49 pm
Dinero: 598,528.05
Banco: 15,646.59
Sexo: Masculino
Estantería de objetos
Karma: 7

Re: Ronda 13

Notapor Darkness Seeker » Dom Jun 28, 2015 9:54 pm

Con suerte, gracias a que encontré una herrera, pude dejar haciéndose los sellos que necesitaríamos más adelante para el grupo. Mientras, comencé a bajar hacia la base de la Orden en la montaña, donde por suerte me encontré con Adam. ¡Habían logrado entrar!

—¡Adam!—le llamé desde detrás para que se percatara de que estaba allí—¿Tuvisteis problemas para venir?

¿Dónde están Hjalmar y Zacharias?—preguntó un neizam que notaba algo más cansado de lo normal.

—El señor Zacharias resultó herido, Neizan —respondió una mujer.

Neizam estuvo a punto de caerse muerto, tras lo que salió a toda velocidad de la zona, seguramente para ir a verle. ¿Zacharias había sido herido en batalla? Sería conveniente que fuera luego a verle.

Al parecer, hubieron muchas bajas en el grupo principal de la misión, pues un sincorazón salió del lago y atacó al grupo por sorpresa, hiriendo gravemente a Zacharias. Tras este descubrimiento, se hizo saber que en unas horas habría una reunión de urgencia. ¿Habría ocurrido algo más? Aki nos ofreció refugiaros en su casa durante esperábamos a la reunión. Mientras subíamos pude notar que la gente de la zona, la gran mayoría clanes menores, eran muy diferentes entre sí, de toda clase de edad, lengua y forma de pelear. Aquello me hizo pensar sobre cómo debían de ser los mundos en aquella época. ¿Sería Agrabah un Reino gobernado por un Sultán como hoy día o sería completamente distinto? ¿Y Villa Crepúsculo? ¿Sería ya la ciudad que hoy en día era?

Finalmente llegamos a la casa de Aki, donde un montón de personas, me imaginaba que su familia, que no tardaron en llevárselo hacia la cocina casi a tirones. No pude evitar acordarme de mi familia y reirme por dentro de las similitudes entre su familia y la mía. Esperaba un día poder volver a encontrarla. Despejándome un poco de aquellas ideas, le hice una señal a Adam para que se acercara y no nos oyeran el resto de personas en la casa.

¿Se te ha ocurrido algo para las runas? No sé como vamos a poder conseguirlas con dos clanes vigilando la zona...

Sólo los líderes de los clanes saben usar las runas que necesitamos para coger las piedras, aunque puede que Neizan, el Oso que venía conmigo, pueda ayudarnos. Pero tendríamos que convencerlo para que nos ayudase, no sé cómo saldrá...

No estaría mal tener un plan B por si las moscas.[b]

Asentí mientras pensaba sobre ello. Al rato nos invitaron a comer, donde comimos bastante y subimos luego a descansar a uno de los balcones, donde me asomé para pensar en mis cosas mientras Adam y Aki hablaban a mi lado.

Ahora que lo pienso, Adam, ¿no me dijiste esta mañana si sabía leer runas?

>>[b]Así que ya lo tenías pensado
—pensé para mí mismo con una leve sonrisilla—. Maldito canalla

¿Para qué lo quieres exactamente?

Catrina me pidió que cogiera algo de la montaña, pero necesito a alguien que sepa runas para poder hacerlo —explicó, encogiéndose de hombros—. Espero que quien-tú-ya-sabes me ayude. No tenía ni idea que leer runas fuera tan raro...

+ + +


El Caos más absoluto se originó tras la reunión. Al parecer, los clanes mayores habían sentenciado que en dos días todos tendrían que abandonar la Montaña para dirigirse a la Ciudadela. Todos comenzaron a chillar y a gritar, peleando por la opinión de los Clanes Menores.

Si abandonamos este lugar será para no volver. Aquí han vivido siempre los clanes menores, es como si nos dijeran que no valemos nada, y que lo que importa proteger es la ciudadela.—Aki, increíblemente deprimido se hizo a un lado y comenzó a mirar en dirección a la montaña—. Iban a construir un Castillo allí arriba. Se suponía que podríamos vivir todos. Yo nunca me lo he creído. Los clanes mayores se lo habrían quedado todo y ahora da un poco de igual, ¿no? En vez de evacuar, prefieren que nos quedemos para morir.

No te preocupes...—le dije tratando de consolarle—Sólo necesitamos tiempo, ya lograremos que los Clanes Mayores nos hagan caso cuando todo este ataque acabe. Todos acabaremos viviendo en un lugar perfecto para todos...

Mientras terminaba la reunión, pude ver como un glider se nos acercaba a toda velocidad. Se trataba de Neizam, que había vuelto de su visita a Zacharias.

Perdonad por haberme ido así.

¿Te encuentras mejor, Neizan?

Mucho, gracias a vosotros. Siento lo de la Montaña, sé que es horrible dejar atrás tu hogar—dijo Neizan, dándole una suave palmada a Aki en el brazo—. Es curioso, esta mañana también me he encontrado con gente que no tenía ningún emblema—dijo a Adam, sonriendo—. ¿Hay algo que pueda hacer por vosotros? No voy a olvidar jamás que estoy en deuda.—Neizan añadió, antes de que dijeran nada—: Por cierto, ¿os importa caminar conmigo un rato? Tengo que subir al templo, para revisar que empiecen a empaquetar las reliquias. Mañana debería estar todo al pie de la Montaña

Seh, claro, hablamos por el camino.

Me despedí temporalmente diciéndoles que me reuniría con ellos en cuánto terminara de hablar con los Grandes Maestres. Si Adam quería conseguir la ayuda de Neizam era mejor que no estuviera por allí, simplemente porque no tenía una relación demasiado buena con Neizam, y ya Adam había conseguido contactar con él.

Mientras, me dirigí de vuelta a la base de los Clanes Mayores, donde pregunté por la situación y ubicación del maestre Zacharias, esperando que pudiera recibirme. En caso de que pudiera, tocaría a la puerta de la habitación o sala donde se ospedaría el jefe de Neizam.

Disculpe, ¿Gran maestre Zacharias?—le pregunté desde fuera—¿Puedo pasar?

Una vez me dejara, o no, trataría de sacarle algo de información de alguna forma u otra:

¿Se encuentra mejor del ataque? Me informaron de que un sincorazón les atacó desde el lago mientras venían.—hice una pequeña pausa para que el pobre hombre pudiera hablar—...Sé que toda la situación que se ha dado hace unas horas por las órdenes de la Ciudadela ha provocado el caos entre la población... por eso venía a informarle de que vamos a intentar ayudar en lo posible a preparar la evacuación. En principio vamos a ayudar a Neizam, ¿desea que ayudemos con algo más de paso?.

Spoiler: Mostrar
Neru se va a dirigir al campamento para ir a hablar con Zacharias y tratar de sacar algo de información. En caso de que no pudiera ir a ver a Zacharias, haría lo propio con Hjalmar
LET YOUR HEART SURRENDER BY THE DARKNESS¡

Imagen

Logros ~ Neru
Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen
Imagen


Awards

~ 2014 ~

Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen

~ 2015 ~
Spoiler: Mostrar
Imagen
Avatar de Usuario
Darkness Seeker
34. Tahúr
34. Tahúr
 
Mensajes: 1004
Registrado: Vie Ago 16, 2013 5:18 pm
Dinero: 171,944.51
Banco: 15,730.00
Ubicación: The Realm of Darkness
Sexo: Masculino
Estantería de objetos
Karma: 7

Re: [Evento Global] Ruta del Recuerdo Perdido - La ciudadela

Notapor Kairi » Dom Jun 28, 2015 11:51 pm

- Haz lo que quieras.

Es lo único que dijo Valeria. Mientras tanto, Assur se limitaba sólo a sonreir. ¿Lo habría interpretado mal Kairi? No veía otra forma de lograr su objetivo que ganarse a Valeria, por lo que sería lo más apropiado ponerse a sus órdenes. Por suerte, la mujer supuso que Assur quería que Kairi estuviera con ella, así que se salvó de ser echada a patadas.

Durante todo el rato que lla estuvo allí, los miembros de los Clanes hablaron de cómo organizarse ante la batalla que les esperaba. Pero Assur determinó que era imposible vencer a tantos Sincorazón, que cada vez aparecían más. Kairi escuchaba con atención, intentando que pareciera que tenía algún interés en la charla, aunque por dentro se estuviera muriendo de aburrimiento.

Al finalizar la reunión, Valeria decidió volver al Alcázar. Kairi la siguió in decir una palabra para no cabrearla más. Incluso detuvo a algunos Unicornios que trataron de impedirle la entrada a la Aprendiza. Al rato Valeria salió de la habitación de Cornelia con las ropas y el peinado de ésta, haciendo que fuera difícil distinguirlas porque, como Cornelia había ordenado, Valeria sería su doble durante su ausencia. Estuvo todo el día haciendo papeleo, evitando a la gente del Alcázar y a Kairi le tocaba otro rato de más aburrimiento. Quería creer que todo esto estuviera sirviendo de algo, aunque sintiera que estaba perdiendo el tiempo.

Pronto anochecería y Kari notaba cada vez más una sensación de fracaso. ¿Y por qué tardaba tanto Nadhia? Entonces se le acercó una niñita con el simbolo de los Unicornios.

- Buenas noches, me llamo Patricia. La señora Va… Cornelia quiere hablar contigo. Oye, ¿eres amiga de Nadhia? Como tampoco tienes emblema… ¿Has perdido también la memoria?

Se trataba de la niña de la que le habló Nadhia, la que les ayudaría a coger el dichoso libro. Si decía que era amiga de Nadhia la tendría de su parte.

- Sí, pertenezco al mismo Clan que ella, uno menor - le respondió con amabilidad - . No te preocupes por mí, yo estoy bien. Dime, ¿estás sola aquí? ¿De qué conoces a Nadhia?

Después de esperar una respuesta por parte de Patricia, Kairi marchó a ver lo que quería Valeria. Probablemente ya se hubiera cansado de ella y la echaría de allí mandando al cuerno a Assur y a sus órdenes. Entró en la habitación de Cornelia y se encontró a su doble escribiendo a pluma en el escritorio. Ordenó a Kairi que cerrara la puerta y se incorporó.

- Ya es suficiente, me importa muy poco lo que diga Assur. ¡Qué es lo que quiere! ¡Tiene a muchas Serpientes en el edificio, no te necesita a ti para vigilarme! ¿Qué se supone que estás haciendo aquí, para qué te ha pedido que me sigas?

Kairi debía darle una respuesta convincente o la echaría definitivamente de allí.

- Bueno, Assur insistió en que me quedara con usted, dijo que no sería adecuado dado su comportamiento que la descubrieran - se expresó de la mejor manera que supo, inventándose la historia sobre la marcha - . También dijo que es importante para la supervivencia de Tierra de Partida. Pensó que usted podría ayudarme, nadie quiere que desaparezca Tierra de Partida, ¿no? - dejó caer eso último para ver si colaba y rezando para que no la echara.

>>Por cierto, la niña que ha venido antes, ¿la conoce? Me ha parecido que se encuentra sola.
Imagen
Gracias Aru :D
ImagenImagenImagenImagen
I love you Red ^^
Spoiler: Mostrar
ImagenImagenImagen
Imagen
Imagen

Premios
Spoiler: Mostrar
KHWorld Awards 2011
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2012
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2013
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2014
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2015
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
AruAwards 2014
Imagen
AruAwards 2015
Imagen
Chorriconcurso Visión Perver
Imagen

La Historia Del Hipercor By Rmedive92
Spoiler: Mostrar
El Viernes 26 a las 20 fui al hipercor para compra un juego por el cumple de un amigo y en el msn deje un automensaje que era "En El Hipercor" , en esos momentos Habimaru cerro el chat y se creo una multiconversacion de 7 o 8 personas del foro para hablar , cada minuto aparecía mi gracioso automensaje con el icono del tio feliz , cuando llegue y comente estaban todos En El Hipercor , uno en el carrefour pero bueno , al dia siguiente en el chat la frase mítica aparecía cada poco En El Hipercor y ya esta es la historia del Hipercor que tanta gente me pregunta XD ( Se le ha parecido buena o vivió esto ponérselo como firma.


Imagen
Avatar de Usuario
Kairi
37. Aluvión
37. Aluvión
AnimeDesign
 
Mensajes: 1085
Registrado: Lun Mar 30, 2009 10:52 pm
Dinero: 514,029.97
Banco: 15,384.02
Ubicación: Islas del Destino <3
Sexo: Femenino
Clan: AnimeDesign
Estantería de objetos
Karma: 19

Ronda 14

Notapor Suzume Mizuno » Jue Jul 02, 2015 1:17 am

Nadhia


Señora Cornelia, yo... hay algo que...

Cornelia se volvió hacia ella y la observó con atención.

Lo siento, pero no recuerdo quién fue el Primero. Y por cómo suena, debe ser muy importante para Tierra de Partida.

La líder de los Unicornios asintió con la cabeza.

Se trata del fundador de la Orden. Fue un ángel extremadamente poderoso y sabio, que impidió que los mundos se sumieran en el caos y nos recordó que había que luchar contra la oscuridad. Ayudó a levantar Tierra de Partida y, con ella, nacieron los clanes. El Unicornio fue de los primeros—aseguró con orgullo—. Lamentablemente, el Primero desapareció. En su lugar llegó Nithael. Quizás lo viste durante la reunión. Es un clon del Primero, si bien no tiene la mitad de sus capacidades, ni sus recuerdos, ni nada. Más bien parece un niño al que debamos proteger—dijo, claramente irritada.

Alguien no se llevaba bien con Nithael, por lo que parecía.


Era noche cerrada cuando consiguieron rodear gran parte de la gigantesca montaña, que se alzaba sobre ellas como una negra mole que devoraba las estrellas. A pesar de encontrarse en plena naturaleza, los sonidos de la misma eran muy tenues. Apenas sí se escuchaban grillos, por ejemplo. Provocaba, en conjunto, una inquietante sensación de tensión.

La colina comenzó a descender y fue entonces cuando vieron los restos de una vieja ciudad. Eran ruinas blanqueadas por el tiempo, compuestas por lo que parecían ser columnas, arcos y algún que otro corredor.

Hace unos veinte años había una zona de entrenamiento para los clanes, con un templo, pero terminó por abandonarse—explicó Cornelia entre cuchichos—. Es el único lugar donde se me ocurre que podría estar el alfa…

No había terminado la frase cuando algo se movió en la distancia. Entre los árboles y la sombra de la montaña era casi imposible verlo pero, entonces, visumbraron sus brillantes ojos.

Spoiler: Mostrar
Imagen


Cornelia no dijo nada, se limitó a lanzarse tras una columa y agacharse, seguramente espeando que Nadhia la imitara. Las dos permanecerían quietas unos instantes, mientras la mirada del Alfa —que no era tan grande como el que Nadhia había visto en su tiempo, pero cuya altura seguía siendo considerable— se desplazaba por el lugar donde ellas estaban.

¿Las había visto o sentido?

Cornelia se mantuvo firme, apretando los labios. Nadhia casi no la vería en medio de la oscuridad. Por fin, la mirada del Alfa siguió de lado y pudieron atreverse a respirar. Cornelia se acercó a Nadhia y cuchiceó:

Debo acercarme. Necesito comprobar si hay alguna prueba o algo que mantenga al Alfa inmóvil aquí. Quédate o sígueme. En cualquier caso no hagas ruido. —Si Nadhia escogía seguirla, Cornelia se quedaría mirándola en silencio durante un rato. La chica no podría imaginar en qué estaría pensando—.No podemos ir juntas. Llamaríamos demasiado la atención. Necesito que lo despistes. ¿Te atreverías?

Señaló con un gesto. Era difícil distinguirlo, pero parecía que los corredores invadidos por la floresta rodeaban al Sincorazón en círculos concéntricos. Habría, además, tres columnas tras las que podía ocultarse. Cornelia, por su parte, trataría de avanzar directa hacia el Sincorazón, ocultándose como pudiera.

Nadhia podía escoger quedarse, seguirla u obedecer. En cualquiera de los casos, Cornelia le indicó que debían lanzar un hechizo pequeño al cielo —un Piro por ejemplo— para atraer la atención del Sincorazón en caso de que viera que se comportaba de manera extraña.

Si corres peligro, escapa. Nos reuniremos en la catarata. También estate atenta a cualquier cosa que no sea antigua que te llame la atención. Cristales, runas, círculos mágicos… Cualquier cosa. Tiene que haber algo o alguien en este lugar…

Dicho esto, Cornelia se lanzó al frente. El Sincorazón se daba la vuelta con lentitud y tarde o temprano miraría hacia el camino que Cornelia le había indicado seguir. ¿Qué eligiría Nadhia? ¿Y hasta qué columna se atrevería a correr, si es que seguia tal camino?

****
Kairi







Sí, pertenezco al mismo Clan que ella, uno menor . No te preocupes por mí, yo estoy bien. Dime, ¿estás sola aquí? ¿De qué conoces a Nadhia?

Patricia sonrió y se balanceó sobre los talones.

—Se quedó a dormir anoche. Era una invitada especial de la señora Cornelia, ¿sabías? Y sí, estoy sola pero tengo trabajo que hacer —dijo con mucha seriedad—. ¡Tengo que ser paje de la señora Val… Cornelia! —Rió, nerviosa, y se fue corriendo.

Una vez dentro del despacho, Kairi respondió a Valeria:

Bueno, Assur insistió en que me quedara con usted, dijo que no sería adecuado dado su comportamiento que la descubrieran.

Valeria se puso tan roja de indignación que pareció que fuera a explotar.

También dijo que es importante para la supervivencia de Tierra de Partida. Pensó que usted podría ayudarme, nadie quiere que desaparezca Tierra de Partida, ¿no? Por cierto, la niña que ha venido antes, ¿la conoce? Me ha parecido que se encuentra sola.

—Tú… —siseó Valeria—. Tú, sucia serpiente... ¡Fuera de aquí! ¡Assur puede venir en persona si quiere vigilarme! ¡Como vuelva a ver tu cara por aquí te cortaré las manos! ¡Fuera, LARGO!

Si Kairi no salía por su propio pie, Valeria la cogería del cuello de la ropa y la arrastraría al exterior, cerrando con violencia las puertas. Los Unicornios que había cerca la miraron con frialdad y uno de ellos le puso una mano en el hombro, con tanta fuerza que le hizo daño.

—Será mejor que salgas de aquí. Ahora.

Cuánta razón—dijo una voz conocida para Kairi. Si se daba la vuelta vería que por el jardín avanzaba Diana, con una sonrisa confiada—. Yo me la llevaré. —Cuando los Unicornios se enfrentaron a ella, sus gestos pasaron de hostilidad a absurdas y bobaliconas sonrisas. Diana les devolvió el gesto, divertida, y luego aferró a Kairi por el brazo—.Mueve el culo. Ya.

Con todo, Diana no la llevó hacia la salida, sino que la obligó a caminar recto, sorteando los aposentos de los Unicornios y, cogidas del brazo, se metieron por uno de los pasillos. Diana caminaba rápido, con la mirada clavada al frente y sin reducir el ritmo.

Ahora es cuando necesitamos tus habilidades, guapa. Voy a entretener a uno de los guardias para acceder al sótano y tú tienes que quitarle la llave-objeto sin que se dé cuenta. ¿Entendido? Cuando la cojas entras corriendo en el sótano. Birla el libro. Si no puedes hacerlo, vuelve, pero no te entretengas. Si viene más gente estamos jodidas.

Kairi no tuvo tiempo para responder. Giraron por una esquina y, de pronto, se encontraron a dos soldados de los Unicornios protegiendo una oscura puerta de ébano.

Buenos días.—Diana les dedicó una sonrisa deslumbrante.

Ambos iban a invocar su Llave Espada pero, al instante, cambiaron de opinión y bajaron las manos. En su lugar se apresuraron a rodear a Diana y a señalarle lo hermosa que era y que no debería andar por ese sitio, porque podían castigarles. Ella rió y le restó importancia sacudiendo una mano. Si Kairi se fijaba vería que, colgados del pantalón, ambos llevaban los que parecían ser el diseño de una herradura. Las llave-objeto.

Sólo tenía que coger una de ellas, mientras los soldados parecían haberse olvidado de su presencia. Era el momento. ¡Tenía que encontrar el libro!

****
Adam y Neru



Ahora que lo pienso, Adam, ¿no me dijiste esta mañana si sabía leer runas? ¿Para qué lo quieres exactamente?

Catrina me pidió que cogiera algo de la montaña, pero necesito a alguien que sepa runas para poder hacerlo. Espero que quien-tú-ya-sabes me ayude. No tenía ni idea que leer runas fuera tan raro...

Aki arrugó la nariz.

Es raro, muy difícil y peligroso. Además, sólo lo aprenden unos cuántos por transmisión familiar o, supongo que en el caso de quien-yo-sé porque se lo ha dicho…—Frunció el ceño—. Espera, dijo que ni Zacharias lo sabía…

Aki se quedó rumiando para sus adentros lo que podía significar todo aquello. Cuando llegó la hora de ponerse en marcha, después de que varios niños se colgaran de Adam admirando su altura, su pelo, y sus ojos rojos, este le dijo al chico:

Gracias por todo, pequeñajo.

Aki, por lo general huraño, sonrió.

De nada, tío

****
Adam



No te preocupes...—le dijo Neru—.Sólo necesitamos tiempo, ya lograremos que los Clanes Mayores nos hagan caso cuando todo este ataque acabe. Todos acabaremos viviendo en un lugar perfecto para todos...

Aki le dirigió una mirada entre indignada y compasiva y pareció que iba a decir algo sarcástico, pero se mordió la lengua. Poco después, Neru dejó el equipo.

Mientras emprendían el largo ascenso por la Montaña, Adam se acercó a Neizan y preguntó:

Oye, Neizan, ¿de verdad no hay manera de salvar la Montaña? ¿Ninguna?

Si la hubiera, ya se habría puesto en marcha. Los Osos y los Leopardos son los que mejor se llevan con los clanes menores y, por lo que sé, Zacharias y Hjalmar han luchado mucho por intentar conservar la Montaña. Pero al final, si estamos divididos, sólo conseguiremos que nos maten.

Neizan parecía angustiado.

Toda esta gente... No sé, el plan que proponen los clanes mayores me parece muy suicida. ¿A ti no?


…Lo es.

Aki se detuvo en seco en medio de un puente que se bamboleaba bajo el peso de los dos aprendices y el Maestro.

Eso es lo que buscan. Quieren que atraigamos la atención de los Sincorazón, ¿verdad?

Neizan abrió y cerró la boca. Luego continuó hablando. Aki, lívido, echó a correr tras él, quizás debatiéndose entre sacudirle o pegarle directamente un puñetazo. Cuando se hubieron alejado de unas cuantas casas, Neizan se encaró a ambos.

No me lo han confirmado y estoy seguro de que Zacharias como mínimo está en contra y por eso se está volcando en la protección de toda la gente durante la expedición pero… Sospecho que… Esperan que cuando tantos corazones se reúnan en un mismo sitio… Aparezca el Alfa.—Guardó un silencio—. Imagino que los clanes mayores saldrían entonces a derrotarlo. Si lo miras desde su punto de vista es la única manera. Eso o abandonar Tierra de Partida y durante la partida moriría muchísima gente… En cambio, si conseguimos acabar con el Alfa…

Aki murmuró algo que sonó a «por el Primero» y apretó los puños.

Nos vais a usar de cebo. A todos. Sois unos malditos cobardes de mierda.

Neizan no lo negó. Miró de reojo a Adam y luego dijo:

Pero al menos moriremos con vosotros. Los otros clanes no querían que Hjalmar y Zacharias vinieran aquí con sus tropas de élite. Y lo han hecho aun así, para que tengamos más oportunidades de sobrevivir.

Aki frunció los labios, pero no contestó. Neizan suspiró y reemprendió el camino. El dolor de subir a pie toda esa altura pronto comenzó a hacerles efecto —incluso a Adam— y cuando ya había pasado la hora de la comida —habían picoteado en uno de los últimos puestos de guardia de la muralla— ya no les quedaba tanto para alcanzar la cima.

Fue entonces cuando Adam dijo:

Esto... Tengo un favor que pedirte.

Neizan asintió con seridad.

Dime.

Hice un trato con Catrina, de las Serpientes, para que ayudase a mi... clan en algo, y para eso necesito coger unas piedras del templo de la Montaña. Me dijo que los clanes mayores ya tenían planeado recogerlas y llevarlas a la Ciudadela, pero que necesitaría a alguien con runas para poder cogerlas. ¿Podrías... ayudarme? Es para una buena causa, ¡te lo juro!

Neizan y Aki le miraban con los ojos redondos como platos. Neizan fue el primero en salir de su asombro.

No había oído nada de eso. ¿Catrina te ha pedido que cojas las piedras sagradas?—farfulló—. ¿En este momento?

Aki se había quedado mirando a Adam fijamente, pensativo. Parecía comenzar a enlazar piezas y a comprender cosas, aunque seguramente ni se acercaba a la verdad.

Está relacionado con Zephyr, ¿verdad?—Neizan se puso blanco al escuchar aquel nombre—. Quieren hacer algo relacionado con las piedras sagradas y Zephyr.

Neizan alternó la mirada entre ambos, luchando consigo mismo. De pronto, sin embargo, pareció ver la luz.

Claro. Las piedras son protectoras. Quizás quieran reforzar la barrera, ya que son las Serpientes quienes se ocupan de ella. Y con algún hechizo prohibido de… Zephyr… —Se apartó un largo mechón de la cara—. Pero, ¿por qué Zacharias no me ha informado de esto? ¿Por qué no lo han hablado con los otros clanes si es tan importante? Es odioso que compitan incluso en esta situación. —Tras un rato suspiró y se cruzó de brazos—. De acuerdo. Te ayudaré. Sin embargo llevaremos las piedras a Zacharias. No, antes de que digas nada, escucha: no puedes salir de aquí sin permiso y, además, los Sincorazón te devorarían. Zacharias es un Maestro comprensivo y hará lo que sea por proteger a los clanes menores, de modo que si… Si le digo que sé cómo usar las piedras, quizás podríamos trasladar a gran parte de los clanes a la ciudadela sin sufrir daños. Luego tú podrás dárselas a Catrina.

»¿Trato hecho?


En realidad, Neizan continuaría adelante incluso si Adam no parecía muy conforme con la idea. De pronto el joven parecía emocionado y echó a correr por las escaleras a todo trapo, rumbo al templo de la cima. Aki miró a Adam y luego salió disparado tras el Oso.

¿Qué otra le quedaba a Adam? A menos que quisiera bajar más de un kilómetro de escaleras… Otra vez, claro.

*


El templo era distinto a los elegantes que Adam habría podido ver durante sus ascensos y descensos por la Montaña. Era completamente de piedra, oscuro, frío y con los cantos suavizados por causa del azote del viento, la lluvia y el tiempo. La luz de las primeras estrellas no ayudaba a volverlo más agradable a la vista. Gracias a Neizan sortearon sin problemas a la guardia. Con todo, el muchacho tuvo que dejarlos un momento mientras se entrevistaba con la capitana del lugar para informar de lo que tenían que trasladar a la falda de la Montaña. Los dos se quedaron a solas cerca de la entrada compuesta por unos escalones resbaladizos. El viento les golpeaba y rugía en sus oídos y cuando respiraban —si Adam lo intentaba— expulsaban vaho.

Aki pataleó la piedra de la montaña para entrar en calor.

¿Te dijo Catrina para qué quería las piedras? —preguntó—. Porque me imagino que Zacharias querrá preguntártelo. Neizan tiene razón, es majo, pero no se lleva especialmente bien con las Serpientes.

Mientras Adam respondía vería algo extraordinario. Una Neosombra se materializó, sin hacer ruido, detrás de Aki pero, en vez de atacarle, se fundió con el suelo y pasó debajo del grueso portón de la entrada. ¿Un Sincorazón que ignoraba a sus presas?

Podían ir a buscar a Neizan, que estaba en una especie de torre —protegida por dos guardias— o aprovechar que estos no estaban mirando e intentar averiguar a dónde había ido el Sincorazón. Si se iban sin Neizan podían meterse en un lío, pero tampoco era recomendable perder el tiempo. ¿Sería mejor separarse o avisar al Oso?

****
Neru




Neru no recibió demasiadas atenciones. Como enseguida se daría cuenta, la gente estaba muy ocupada y nadie quería dirigir a un desconocido hacia los Maestros cuando estos debían concentrarse en la evacuación de la Montaña. Con todo, después de comer en algún puesto y de dar muchas vueltas, consiguió alcanzar la sala en la casa de los Ciervos donde se encontraba el malherido Zacharias.

Antes de poder llamar a la puerta, escuchó su enérgico rugido:

¡¡Vamos, maldita sea, hay que trabajar con ahínco!! ¿Qué os pasa? ¡¿Y dónde diantres está Hjalmar?!

Disculpe, ¿Gran maestre Zacharias?¿Puedo pasar?

¡Sí, claro, por qué no!

Zacharias estaba sentado en un sillón bajo que se doblaba bajo su peso, comiendo una manzana con una mano y fulminando con la mirada al resto de Ciervos y miembros de clanes menores que le traían informes y quejas. El poderoso anciano no parecía agobiado por el papeleo, sino más irritado por la falta de rapidez. Se comió el corazón de la manza y miró a Neru.

¡¡Rápido, chavalote, tengo poco tiempo!!—rugió, aunque sonriendo.

¿Se encuentra mejor del ataque? Me informaron de que un sincorazón les atacó desde el lago mientras venían.—Zacharias se indignó por su preocupación. Al fin y al cabo, era un líder. Sacudió una enorme mano, restándole importancia y le dijo que fuera al grano—...Sé que toda la situación que se ha dado hace unas horas por las órdenes de la Ciudadela ha provocado el caos entre la población... por eso venía a informarle de que vamos a intentar ayudar en lo posible a preparar la evacuación. En principio vamos a ayudar a Neizam, ¿desea que ayudemos con algo más de paso?

Zacharias arqueó una hirtusa ceja y le miró con una mezcla de sorpresa e irritación.

¿Pero tú crees que tengo tiempo para dar órdenes a todas y cada una de las personas que hay en esta Montaña, chavalote? ¡Si ya tienes que ayudar a Neizan entonces vete a hacerlo, no hay tiempo que perder! ¡Vamos, andando!—Ya que Neru no le ofrecía ninguna información, ni tampoco algo concreto que atrajera su atención, Zacharias se dio un golpe en la pierna, sobresaltando a los Caballeros—. ¡¡De acuerdo, tenemos que organizar a los niños, ellos irán en medio!! ¡Joder, dónde está Hjalmar!

Alguien le había puesto la mano en el hombro a Neru y lo arrastraba con amabilidad y firmeza hacia la salida. Antes de que saliera, sin embargo, Zacharias lo apuntó con un dedo y exclamó:

¡Si quieres hacer algo, chavalote, encuéntrame a Hjalmar, dale una patada en el culo y dile que venga aquí! ¡No puedo hacerlo todo solo!

Un nuevo empujón suave y la puerta se cerró de un portazo.

Neru podría ir a preguntar por ahí. La mayor parte de la gente no sabía dónde estaba Hjalmar y estaban muy ocupados o cansados para atenderle. No era extraño, ¡ya era de noche! Y estaban siendo días muy duros.

Con todo, encontraría información donde, quizás, menos se lo había esperado. Cuando volviera a por las armaduras, la mujer gruñiría:

—Vi a Hjalmar hace un rato, subía por las escaleras que llevan a las zonas más altas. ¡Ahora coge esto y déjame descansar de una vez, joven!

Las zonas más altas…

Zacharias quería que le trajeran a Hjalmar, no que le dijeran dónde estaba y, de todas formas, Neru tenía que subir, ¿no? Si iba a hacerlo, mejor que se pusiera en marcha ya. Le quedaba un gran trecho… Y esta vez iba prácticamente a oscuras. Se habían encendido esferas de luz y había rocas que resplandecían con suavidad, pero el ascenso resultaba, desde luego, amenazante.

¿Quizás si se arriesgaba a tomar el glider y que lo pillaran llegaría antes? ¿O mejor ir a pie? Quién sabía, quizás no encontraría a Hjalmar si rompía las normas.

****
Saeko


Durante su exploración por los dormitorios no encontró demasiado, sólo habitaciones grupales e individuales, con diferentes túnicas para cargos de Sacerdotes y novicios. Allí debían haber vivido tanto niños como niñas, ya que había dos zonas claramente separadas y con zapatos y ropa interior diferente. Encontraría dibujos, prácticas de escritura, estudios sobre diversos mundos, libros redactados con letra elegante, estatuas del Primero y, también, crónicas de la Guerra de las Llave Espada, junto con los orígenes de Tierra de Partida. Pero todo muy disperso, incompleto, preparado para gente joven. Los más adultos no parecían tener muchas propiedades. En cualquier caso, nada destacable.

Cuando Saeko se reunió con Hana en los jardines, intercambió unas pocas frases con ella y sus nuevos compañeros.

Pero ya están muertos, y solo tenemos que ceñirnos a lo que debemos hacer.

Nithael se quedó en silencio, lanzándole una mirada que Saeko no pudo interpretar. Después se apartó con Hana.

Gabriel procedió a coger su mano, sobresaltándola, y hacerle sus preguntas.

S-simplemente lo necesito.—Gabriel sonrió, sin presionarla—. El responsable del hechizo es quien me ordenó recoger las reliquias.

Comprendo. Debe ser alguien de gran talento. Muy poderoso.—Dejó ir la mano de Saeko. Cuando se pusieron en marcha, la joven se le acercó y añadió—: No te lo puedo contar todo, pero mis intenciones no difieren de las de Nithael o las tuyas.

Gabriel la miró de reojo y se quedó pensativo mientras avanzaban en dirección al Templo.

No estoy seguro de si conoces el… poder de las piedras sagradas.—Aguardó un momento por si Saeko quería añadir algo—. Empleadas de forma correcta, tienen el poder de encerrar grandes cantidades de energía. También de liberarlas. Nithael pretende emplearlas bien para encerrar al Alfa, bien para destruirlo. Seguramente no haya nadie más que él con el nivel suficiente para usarlas con todo su potencial.—Llegaron al Templo y miraron por si había alguien. Un par de Zorros pasaron cerca de ellos, si bien se limitaron a inclinar la cabeza en su dirección. Gabriel hundió los hombros mientras se encaminaban hacia la Biblioteca, pálido—. Me alegro muchísimo de verle. Era doloroso haber vuelto y… No poder estar con él, con todo lo que está sufriendo. Y tenía que pasar con… esto.—Se mordió el labio inferior y trató de contener las lágrimas. Se detuvo y se apoyó un momento contra una columna—. Me cuesta creer que… todos hayan… Ni uno. Debí ayudarles, maldita sea.

Durante casi cinco minutos, Gabriel se quedó ahí, luchando contra el llanto. Cuando se volvió, parecía haber recuperado el control. Le pidió perdón y continuó andando. Abrieron las puertas de la Biblioteca, vacía. Gabriel le dedicó una trémula sonrisa y se apresuró a entrar. Bajaron al nivel donde Saeko le había encontrado y Gabriel se puso a toquetear unos libros.

Si Nithael logra lo que se propone, los clanes jamás le perdonarán, pero eso no le importa. Si no se da prisa... Aquí.—Introdujo la mano entre unos libros y tocó un mecanismo, de tal forma que se abrió una puerta. Gabriel se bajó por una pequeña escalinata y, cuando Saeko entró con él, la cerró tocando una puerta—. ¿La persona que te encargó las piedras qué pretende? ¿Te lo ha dicho?

La sala se iluminó. Era circular, con las paredes cubiertas de estanterías con toda clase de papiros que tenían pinta de que, si se tocaban, se desharían entre los dedos. El olor era intenso, casi agresivo.

Gabriel cogió un papiro y se sacó otro de la túnica. Los intercambió con un rápido movimiento. Luego giró con lentitud y miró a Saeko con seriedad. Apretó el pergamino contra su pecho.

¿Sabes que los clanes mayores están en contra de Nithael? ¿Que creerán que quiere la gloria y por eso no le darán, pase lo que pase, las piedras? Y con este Papiro.—Esbozó una sonrisa forzada—. Sólo podías referirte a este. No tiene nombre. Sólo sirve para un libro. Alguien quiere proteger Tierra de Partida, pero nadie tiene la fuerza de Nithael. Puedes llevar el Papiro, pero… Nithael tiene mucha más edad que cualquiera de los líderes. Sabe más que ellos. Si tuviera el libro y las piedras podría salvar Tierra de Partida.

Gabriel la observó, esperando su respuesta. Dijera lo que dijera, asentiría y musitaría un «vamos».

Cuando dejaron el Templo, quizás para sorpresa de Saeko, no se quedó en la entrada sino que se dirigió hacia el lago.


****
Hana


Te refieres a las dos piedras, ¿verdad? Cuenta conmigo.—Hana no había terminado—. Vamos a proteger Tierra de Partida. Te lo prometo.

El ángel la miró con sorpresa. Después, enternecido, sonrió. Incluso le apartó con cariño un mechón de la cara.

Gracias, Lirio. Confío en ti.

*



No hubo Sincorazón en su camino. Se encontraron con un par de Serpientes y a un Zorro en la primera sala, donde habían encontrado los primeros restos. Nithael intercambió algunos saludos con ellos y también escuchó sus comentarios. Más de uno estaba afectado por aquella masacre. Uno incluso se acercó y, tras un par de intentos, pudo sostener la mirada de Nithael para preguntar:

Señor… Se supone que el señor Gabriel no… No estaba…

El asunto de su destierro ha de ser tratado por los clanes mayores. Así lo he convenido con Anisa. Su abuela, la gran Sacerdotisa, le permitió regresar hace un tiempo y lo mantuvo oculto.—Nithael observaba con tanta intensidad al joven que este terminó por bajar los ojos.

Después los despachó sin demasiado esfuerzo y llevó a Hana a la sala donde había encontrado las piedras. Nithael se acercó a las mismas con una expresión de admiración.

Noto desde aquí su energía. Es impresionante. Igual que la barrera. Pero… No me llevará mucho deshacerla. Lirio, cuando te avise: cógelas. Quemarán un poco pero sácalas de inmediato.

Extendió una mano y Hana pudo ver cómo se marcaba la superficie del escudo. Las runas se iluminaron de golpe. Nithael comenzó a murmurar o, más bien, casi a canturrear con una voz clara y agradable. Alrededor de sus dedos aparecieron runas similares a las que aparecían en la piedra, con tonalidades doradas y azuladas. Resplandecían, desprendían chispas y se desvanecían en medio del aire.

La barrera se iluminó y, de pronto, se rasgó.

¡Ahora!

Como le había dicho Nithael, las piedras quemaban, pero no era nada que no pudiera soportar por unos segundos. Después el ángel se apartó y la barrera volvió a su forma original. Nithael se apartó un mechón de cabello de la cara, cogió las piedras y sopló sobre ellas. Cuando se las devolvió a Hana, estaban agradablemente frescas.

Ya las tenemos. Ahora sólo queda acabar con esta pesadilla—dijo Nithael con mucha seriedad.

Mientras salían, siempre que fuera en voz baja, Hana podría preguntar a Nithael qué era lo que estaba planeando o cómo pretendía usar las piedras. También sobre Gabriel o cualquier duda que le hubiera quedado.

Pronto no habría más tiempo para charlar.

****
Hana y Saeko


Los dos grupos se encontraron a las orillas del lago. Allí se mostraron sus respectivos trofeos. Entonces Gabriel se adelantó y dijo con seriedad:

¿Qué es lo que vas a hacer?

No puedo arriesgar Tierra de Partida. Debo buscar al Alfa y enfrentarme a él.

Gabriel emitió un suave resoplido, dejando clara su opinión sobre el tema. Se llevó una mano al pecho.

He aprendido mucho, Nith, mientras estaba fuera. Estoy seguro de que si aprovechamos la energía de la barrera de Tierra de Partida no sólo podrías destruir al Alfa, sino a gran parte de su ejército. Pero para eso necesitamos el libro de Zephyr y también que luches cerca de la barrera.

Los dos hombres empezaron a discutir en tono bajo. Estaba claro que ni a Saeko ni a Hana les convenía que Nithael se fuera a luchar, el Primero sabía dónde, y quizás no volviera. ¡Necesitaban las piedras y el papiro! Siempre quedaba la opción de robarlos, claro. Sin embargo, era cierto que para llegar a la ciudadela antes tenían que sobrevolar un ejército de Sincorazón en medio de la noche… Si esas criaturas ya eran agresivas sin que hubiera ningún Sincorazón líder por los alrededores, ¿cómo lo serían cuando andara cerca un Alfa? Además, si Nithael no era capaz de contenerlo lo suficiente, la barrera podía venirse abajo. Por otra parte, en la ciudadela estaban los mejores guerreros y no era difícil imaginar que la gran mayoría lucharía hasta el último aliento.

Y, con todo, si Nithael luchaba cara a cara con el Alfa sin poner en peligro la ciudadela, ¿no sería todo más fácil?

Gabriel y Nithael, sin levantar la voz, pero cada vez más frustrados, discutían y gesticulaban.

Las chicas tenían que hacer algo antes de que ellos tomaran una decisión que no les conviniera.

Y tenían que hacerlo ya.

Spoiler: Mostrar
Hana
VIT: 40/40 [+2 Anillo Coraza]
PH: 32/32
+Ultrapoción1

Saeko
VIT: 40/40
PH: 26/26
+ 2 éteres

Gengar
VIT: 58/58
PH: 20/20

Adam
VIT: 60/60
PH: 16/16

Neru
VIT: 26/26
PH: 22/22
+ 2 pociones

Kairi
VIT: 22/22
PH: 20/20

Nadhia
VIT: 50/50
PH: 38/38



Spoiler: Mostrar
Kairi I (Justificada)
Darkness Seeker II


Fecha límite: lunes 6 de julio a las 23:59
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

AnteriorSiguiente

Volver a Eventos Globales

¿Quién está conectado?

Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 1 invitado