Malik Malik se impulsó al frente, esquivando por unos centímetros a Chihiro. En el momento en que puso una mano sobre el hombro de Kazuki, sin embargo, el mundo comenzó a venirse abajo. Escuchó un aullido de furia y dolor que a punto estuvo de dejarlo sordo. Chihiro se precipitó sobre él:
—
¡NO LE TOQUES!Extendió las manos y arañó el borde de la cara de Malik antes de que este empleara otro
Impulso para escapar de ella, cargando consigo a un Kazuki inerte que, más que otra cosa, se asemejaba a una muñeca. El cielo estrellado, entre tanto, se deshacía a su paso y chorreaba sobre la hierba que, a su vez, se secaba a toda velocidad. Goterones de estrellas y cielo cayeron como picas afiladas sobre Malik. El Castillo se emborronaba a lo lejos cual dibujo manchado por gotas de agua. Una lengua de tierra se elevó y otra se deshizo bajo los pies del aprendiz.
Lo único que se mantenía inmune era la Puerta, y Zephyr haciendo aspavientos para que se diera prisa.
—
¡Si te lo llevas jamás te lo perdonaré! ¡Iré a por ti, te haré a ti y a tus seres queridos lo mismo que hice con el pueblo de Cabo Blanco!—chilló Chihiro, completamente fuera de control. Su voz resonaba prácticamente contra el oído de Malik—.
¡NO!—
¡Vamos!—exclamó Zephyr, tendiéndole la mano.
Cuando Malik se la diera, el antiguo Maestro lo arrastraría hacia la luz.
Lo último que escuchó fue un quejido solitario que rozaba el llanto.
—
No te lo lleves…Y Malik se sumergió en la luz.
****
Yui, Keiko y Light —
¿Qué pretendes Guía? ¿Ayudarnos? ¿Contemplar el espectáculo? ¿O qué?El Guía suspiró y le dirigió una sonrisa helada.
—
Mi nombre debería decírtelo todo, ¿no crees? También me he presentado como Juez por algo. Vosotros estáis en nuestro dominio, en el corazón de este mundo que se nos encargó proteger hace más de mil años. Eso es lo que hago. Ninguno de vosotros tiene el derecho o la capacidad de devolver este lugar a su esencia original sin arriesgarse a la destrucción total. Por ello os pongo a prueba. Juzgaremos si merecéis traer de regreso Tierra de Partida o si es mejor eliminaros a todos y proteger este mundo de la amenaza exterior. ¡Oh, ya viene tu amiguita!A continuación vino el aparatoso cambio de gravedad. Mientras el Guía flotaba por allí, quizás preguntándose si valdría la pena invocar palomitas, Yui gritó:
—
¡Guía!.
¡Yo entrego la Llave Espada!—
¡Así me gusta!No hizo falta que Yui se desplazara: el Guía apareció sobre ella y le tocó con suavidad un hombro. Yui experimentaría entonces un
Descenso al Corazón y el inmenso vacío de perder su Llave Espada, que se manifestó con un dolor casi físico.
Entre tanto Keiko y Light luchaban por recuperar el reloj y terminar con la ilusión de aquella maldita habitación. La primera saltó sobre una silla, que amenazó con volcarse y dio una vuelta de campana sobre sí misma. Y ahí se quedó la joven, ya que no parecía tener intención de saltar a por el reloj, aunque pensaba intensamente en él…
Light, entre tanto, se las había apañado para saltar sobre la plataforma que, atraída por el Tiempo, se dirigía hacia el núcleo de la estancia. A medida que se acercaba puso sentir cómo se le ponía todo el vello de punta y que todo el cuerpo comenzaba a hormiguearle. También, de un momento a otro, empezó a hacer mucho calor. El suficiente para arrancarle un grito y notar cómo las puntas de sus pestañas, cejas y cabello comenzaban a quemarse. Y eso que todavía se encontraba a una distancia prudente. Light comprendería que si se acercaba un poco más se convertiría en pato a la brasa, así que arrojó la esfera y después saltó. Cayó sobre los restos de un tejado.
Gaomon, entre tanto, acudió al rescate de Keiko. La chica parecía haberse quedado paralizada, por lo que pudo montar sobre su lomo y atrapar el dichoso reloj.
El Guía aplaudió y apareció flotando junto a ellos para arrebatarles el objeto. Al mismo tiempo, la esfera estalló contra el centro de la habitación. Y una explosión de oscuridad lo envolvió todo, como si alguien hubiera lanzado con violencia un tarro de tinta negra contra sus ojos.
Cuando volvieron a ver, el mundo se había vuelto blanco. Los tres aprendices se golpearon contra el suelo de la inmensa habitación blanca y el golpe resonó en sus oídos. Todo un extremo estaba carcomido por el tiempo, con la blancura desaparecida y sustituida por una superficie oscura irregular. En el otro extremo había una puerta dorada y, no muy lejos, descendiendo por unos escalones, otra más pequeña y blanca.
El sonido sordo del Tiempo había desaparecido. Si se volvían, verían que, de pie junto al cuerpo de Chihiro, estaban Zephyr, Malik y el Guía. El primero sostenía el reloj de arena, que resplandecía con un tono dorado, sobre Chihiro. Luego se agachó y creó una cadena para que el reloj hiciera las veces de colgante y se lo puso alrededor del cuello. La joven estaba pálida como un muerto y no abrió los ojos.
Lo habían conseguido. Sus poderes se habían detenido. El Guía suspiró, se dio unos golpecitos en los riñones y dijo:
—
¡Por poco! Bueno, ya está hecho. Habéis superado la habitación, aunque no como yo esperaba, así que aquí tenéis.
En manos de cada aprendiz apareció un naipe. Por fin podrían cruzar la siguiente puerta dorada y saltar al próximo nivel. Cuando miraran, descubrirían que el Guía había desaparecido. Zephyr puso una mano en el hombro de Malik y dijo:
—
Buen trabajo. Chihiro, si llega a despertar, no podrá quitarse el amuleto y si sus poderes tratan de descontrolarse de nuevo aparecerá el recuerdo de Kazuki y se detendrá a sí misma de forma inconsciente.—Zephyr se pasó una mano por la barba y suspiró—:
Creo que debes saber lo que hemos hecho. Le hemos arrebatado su recuerdo más preciado. No podrá encontrarlo de nuevo hasta que el amuleto se rompa. Y eso está en tus manos.—Le cogió por una muñeca y dibujó algo, una especie de runa, en su palma—.
Ya está. Serás el único que puede quitarle el amuleto, para devolverle sus poderes, o romperlo para devolverle su recuerdo. Al menos mientras estés aquí dentro, puesto que mi magia sólo funciona en el Castillo del Olvido, donde todavía existo. Dicho esto, se volvió hacia el resto de los aprendices y sonrió con amabilidad.
—
Habéis hecho un gran trabajo. Joven, siento que hayas tenido que entregar tu Llave Espada, pero con salir de este lugar el Castillo te la devolverá.—Zephyr no mencionó nada acerca de las posibilidades que tenían de escapar. En su lugar sonrió a Keiko y añadió—:
Has sido muy valiente. Gracias por conseguir el reloj. Habríamos perdido innumerables recuerdos, aparte de todas vuestras vidas, si no hubieras actuado tan rápido.
»En cuanto a ti… Vaya, no pensé que volvería a ver ese hechizo. Fue cosa de Nithael, ¿cierto? Él te guió…—Zephyr miró hacia lo alto de la estancia y añadió—:
Te lo dio Neizan, ¿verdad? Mi hijo. —Zephyr rió por lo bajo—.
Siempre le ha gustado ayudar a la gente que parece no tener salida. Y más si es una petición de Nithael. Se siente muy en deuda con él.—Su sonrisa se entristeció un poco y, de repente, abrió mucho los ojos—.
Vaya, hablando del rey de Roma…Si se daban la vuelta verían que había aparecido alguien más con ellos. Light ya lo conocería de su anterior encuentro. Un hombre alto, de rasgos atemporales, con una larga melena dorada y dos majestuosas alas blancas.
—
Ten —dijo el ángel, deteniéndose frente a Yui y entregándole… ¿Una pluma?—.
Podrás usarla hasta cuatro veces. Su luz te protegerá de hechizos potentes y algún daño físico. También puedes usarla para curar. No es igual que una Llave Espada, pero espero que te sirva junto con esto.—En las manos del ángel se materializó una espada fina, que Yui podría emplear sin demasiados problemas—.
No puedo ofreceros más.Miró a los aprendices con un gesto que parecía entre preocupado y aliviado, y añadió:
—
Gracias por detener a esa mujer. Eres una persona muy amable, Malik. Me alegra que hayas hecho buen uso del hechizo, Light.—Sonrió a este último y después añadió—:
Pero el tiempo corre. Los Sincorazón pronto alcanzarán el Corazón de este mundo y todavía os queda camino. Recordad que juntos sois más fuertes que si estáis separados. No caigáis en las triquiñuelas del Guía. También…—Nithael respiró hondo e intercambió una mirada con Zephyr. Este asintió con la cabeza—.
Estad preparados. Cuando más descendáis, más recuerdos encontraréis. No dejéis que os afecten. Guardad fuerzas: una vez alcancéis el fondo del Castillo, tendréis que hacer frente a un enemigo muy poderoso y si os dispersáis demasiado os arriesgáis a llegar agotados. Eso es lo que busca el Guía. Así será todo más fácil para él. Escuchó a los aprendices, si es que querían decirle o preguntarle algo, y después de responder se desvaneció sin más. Zephyr, que seguía atusándose la barba, se adelantó y les tendió una hoja manuscrita con elegante letra. Se parecía a la otra que habían leído, plantas arriba.
Año 20 del gobierno de los Unicornios. 5 de mayo
Los pierdo uno por uno. Cuanto más lo pienso, menos sentido tiene acercarse a los humanos. Cada vez entiendo menos por qué padre me dejó a su cargo cuando no desean que les proteja ni tienen intención de permitir que me acerque a ellos. Si no es la muerte, es el miedo lo que nos separa.
Han pasado dos semanas desde que condenaron al exilio a Gabriel y me parecen décadas. Ha sido la única persona dispuesta a ser mi compañera en todo, sin importar si eso lo enemistaba con los clanes mayores. Si hubiera sido capaz de hacerle callar, si no hubiera estado meditando en el Templo, quizás habría podido evitar que se enfrentara de ese modo a Emilia, quizás no habría habido tal enfrentamiento y Gabriel no habría…
Quiero racionalizarlo y decirme que no es culpa mía, que Gabriel siempre ha estado a la política de Tierra de Partida, pero estaría mintiéndome a mí mismo. Fue mi culpa y lo que más me duele es que ni siquiera puedo ir a ver a qué mundo ha ido a parar Gabriel. ¿Qué va a hacer? Ha dedicado toda su vida al Templo, a la Orden…
Parece que era ayer mismo cuando todavía era un niño. Recuerdo sin problemas sus enfrentamientos con Cornelia. Siempre fueron rivales. Si Gabriel hubiera pertenecido a un clan mayor, las cosas habrían sido distintas. Puede que, incluso, hubiera existido la posibilidad de que llegaran a apreciarse el uno al otro.
¿Por qué no me diste, padre, todos tus recuerdos? La gente nunca me ha querido a mí, te querían a ti. Habría sido todo mejor si me hubieras hecho igual a ti, si no hubieran sido capaces de distinguirnos. Entonces no sería el molesto ángel que los clanes temen que les robe el poder. Entonces podría continuar viajando por los mundos, porque tendría poder. Pero yo, Nithael, soy demasiado…
Ah, demasiado humano, ¿no?
A veces pienso qué habría pasado si hubiera alguien como yo. Por lo que sé, ya no los hay. Desaparecieron todos. Es algo que me cuesta creer, igual que a Gabriel. Si todos eran como padre, si todos eran tan longevos, tan fuertes, tan llenos de luz… ¿Qué les sucedió? ¿Cómo es posible que sólo esté yo, una pobre réplica? Si sólo hubiera alguien más, hombre, mujer, o lo que fuera, si existiera alguien con quien pudiera hablar, que fuera capaz de entenderme…
Que no fuera a morir o a apartarse de mí en un parpadeo…
Y aunque no lo haya, aunque no haya nadie más, si sólo pudiera ser más fuerte. ¿De qué sirvo, si ni siquiera se me quiere reconocer como Guardián? No soy quien se supone que tenía que ser, no soy padre, no soy Nithael, no soy nadie. Y más si me quitan a la persona que me reconocía como esa criatura individual que se supone que debería ser.
¿Qué es lo que se supone que tengo que hacer? No puedo ni debo dejar Tierra de Partida, pero no puedo protegerla sin investigar los alrededores, ni tampoco tengo ninguna clase de poder. ¿Cuántas décadas, cuántos siglos voy a tener que seguir así?
¿Cómo se supone que tengo que representar a la luz, si yo no la veo por ninguna parte?
—
Nithael es una buena persona, siempre lo ha sido. Lo crearon para eso. Probablemente os ayude más de una vez, incluso si eso es contraproducente para él. Aseguraos de no desperdiciar esos gestos, por favor. Ahora, poneos en marcha. Tras la puerta dorada os espera una nueva prueba, aunque si seguís la blanca podréis descansar un rato… Si bien no es un camino directo al siguiente piso.Zephyr ocultó las manos en las mangas y aguardó. Respodería en la medida de lo posible a sus preguntas y sin duda los aprendices tendrían mucho de lo que hablar. En cuanto a Chihiro, Malik podía cargarla consigo, si así lo deseaba, o dejarla atrás. En cualquier caso la joven no despertaría. Zephyr no había dicho nada sobre el tema, pero no era difícil imaginar que si su corazón se estaba desvaneciendo, arrancarle su recuerdo más preciado no podía haberle sentado demasiado bien.
Keiko
VIT: 12/12
PH: 14/14
Malik
VIT: 58/64
PH: 16/26
Yui
VIT: 6/6
PH:4/4
Light
VIT: 48/54
PH: 22/40
Gaomon
VIT: 36/36
PH: 16/20
****
Saxor, Nikolai y ColibritanyEl
Vacuo de Nikolai acertó en plena cara a Alexis, que soltó un rugido de rabia, en especial cuando el
Piro de Colibritany le chamuscó un brazo. Aun así, con los ojos casi en blanco y una mueca horrible de dolor, Alexis no se detuvo. Extendió las manos, manipuló su Llave Espada y…
Las armas de Saxor cayeron sobre ella. La niña se desplomó por tercera vez. En esta ocasión los aprendices no titubearon: la cogieron y la tiraron por esa especie de tobogán, librándose de ella sin remilgos. Kazuki lo observaba todo con una mueca de desagrado, si bien no se interpuso ni les impidió arrojar a la cría a las manos, sin duda, del Guía. Sin duda, todos esperaban no volver a verla.
Durante un momento, todos aguardaron, quizás temerosos de escuchar su gemido mientras trepaba por el tobogán.
Sólo les recibió el silencio.
—
¿Estáis todos bien?—Miró a su alrededor, se frotó con la mano una sién y apretó las mandíbulas, como si estuviera sufriendo una terrible migraña—.
Vamos, no debemos detenernos… Pero… ¿Por cuál…?—
Seguid las escaleras.
Detrás de Saxor había aparecido, una vez más, el ángel. Le vieron dirigir una mirada de lástima hacia el tobogán. Después tocó con suavidad el hombro de Saxor, el de Colibritany, el de Nikolai y, por último, la cabeza de Guilmon. Se sintieron de inmediato frescos, renovados. Sus energías habían vuelto de golpe, ni más ni menos. El ángel se aproximó entonces a Kazuki y posó las yemas de los dedos en su frente. La expresión dolorida del Maestro se distendió y exhaló un suspiro.
—
Gracias… Ahora recuerdo… Nithael. Siempre has estado ayudándome.—
Has sufrido más que suficiente, Kazuki—respondió Nithael bajando la mirada—.
Lamento no haber podido hacer mucho más por ti.—
Creo que… eh… Me lo merezco.—Kazuki esbozó una sonrisa de amargura—.
Por mi culpa empezó esta guerra. Podría haberlo impedido, pero no lo hice.
Nithael no comentó nada. Agachó la cabeza y se volvió hacia los aprendices.
—
Estáis cerca. Unas pocas pruebas más y alcanzaréis la Llave.—Entornó los ojos—.
Ahora es cuando el Guía querrá debilitaros de verdad. No le conviene que alcancéis el fondo del Castillo. No así. De modo que no dudéis en defenderos y tampoco os separéis. Estáis a salvo si permanecéis juntos y confiáis los unos en los otros[/b].
Acto seguido volvió a desaparecer.
Kazuki suspiró, se frotó el muñón y dijo:
—
Antes de continuar… Yo, eh… Tengo que contaros algo. También tengo una pregunta que haceros.—Subió los primeros escalones—.
¿Por qué ha venido Bastión Hueco? Por favor, sed sinceros. —Continuó subiendo mientras escuchaba. En ningún momento se enfadaría o cambiaría el gesto. Sólo subiría los escalones sin descanso—.
Ya veo… Así están las cosas, eh…Habían subido ya como cuarenta o cincuenta escalones, y las escalers se estaban ampliando, de modo que podían ir de tres en tres si así lo querían. En ese momento, Kazuki hizo un alto, se encaró a ellos y masculló:
—
Os lo debo por haberme ayudado. Por todo esto. La verdad es que esta guerra nunca… Nunca debió empezar. Incluso si muchos no queríais pelear.—Entornó los ojos—.
Ryota, eh, tenía sus motivos para temer a Tierra de Partida. Nosotros los teníamos para temer a Bastión Hueco, pero lo que ocurrió en la Red… Fue una farsa.
»Ronin nunca apuñaló a Ryota. Fue cosa de Chihiro. Ella detuvo el tiempo y lo organizó todo para que pareciera que había sido Ronin. Y yo… Lo sabía. Pero no pude decir nada. El Guía tenía razón al castigarme.
»La guerra empezó por mi culpa.
No he gastado la Poción de Colibritany
Colibritany
VIT: 14/14
PH: 8/8
Nikolai
VIT: 26/26
PH: 18/18
Saxor
VIT: 50/50
PH: 34/34
Guilmon
VIT: 30/30
PH: 14/14
****
Alec, Maya y Nicoxa—
¿Nithael? —El niño, al escuchar el nombre, la miró con una sonrisa, expectante—.
Eh... S-Sí, vamos a verle .
Si no es molestia...Vamos juntos, ¿de acuerdo? Te ayudaré.—
¡Oh, muchas gracias señorita!—dijo el chico, encantado y dejando sitio a Maya—.
¿Cómo te llamas?—
Voy con vosotros, creo que puede ser peligroso que os montéis solos en una barca .
¡Que alguien me deje un remo!El niño rió, arrebolado, y esperó a que Nicoxa decidiera ponerse con el remo.
—
¡Muchas gracias a ti también, señorita!—
Nunca he sido el chico más fuerte de mi ciudad, pero creo que podré apañármelas yo solo con uno, no hace falta que me echéis una mano —dijo Alec, mientras intentaba hacerse con un único remo—
. Por curiosidad, jovencito, ¿cómo te llamas? ¿Y cómo es que ibas a cruzar un lago tu solo cuando se avecina tormenta? No tengo ni idea sobre náutica, pero diría que no es algo muy seguro.—
Me llamo Gabriel. Es que le prometí a Nithael que le daría la poción en la que había estado practicando. Le duelen un poco las alas, ¿sabéis?—dijo, empezando a tirar de un remo para hundirlo en el agua—.
Esta mañana se hizo daño en una clase por ayudar a un amigo… ¡Y le prometí que le ayudaría con una poción!—Bajó la mirada—. [color=#0040FF]Si esperaba a que pasara la tormenta, Nithael no podrá volar. Con lo que le gusta la lluvia… Dice que cuando hay tormenta, se siente más libre.—
Yo soy Alec y la gatita que esta debajo nuestro temblando y deseando que nunca volquemos es Ilana.
—
Muchas gracias a los tres. ¡Hola, Ilana! Qué bonita. ¿Puedo… cuando lleguemos a la orilla?—se apresuró a añadir, después de hacer un amago para soltar el remo.
Gabriel no pareció percatarse de las preguntas que le hacía Alec a Maya, ni tampoco de sus respuestas, como si fuera lo más normal del mundo. Parecía más preocupado por remar rápido, porque el viento soplaba cada vez más fuerte y ya se escuchaban los primeros truenos. Era como si la tormenta viniera a buscarlos. En realidad, los tres percibirían algo
extraño en esas nubes. Como si… como si estuvieran vivas.
Vaya, qué imaginación más viva tenían, ¿no? Desde luego, el viaje por el Castillo del Olvido les estaba afectando.
Cuando terminaran de hablar, Gabriel escarbaría en su túnica y entonces les tendería un papelito.
Al contrario que yo, existes por y para los humanos. Harás un buen trabajo, cuando te llegue el momento.
Lamento no poder haberme despedido, mas espero que hayas comprendido los motivos de mi partida. Volveré pronto. Hasta entonces, no te alejes el Templo y recuerda leer lo que puedas acerca de la Guerra. Demasiadas atrocidades se cometieron para que caigan tras el velo del olvido. Jamás permitas que nuestra Orden llegue a tales extremos. Jamás.
Recuerda, existes para ella.
—
No sé por qué, sentía que tenía que dárosla. Oye, oye, ¿conocéis a Nithael? ¡Porque tengo esa sensación! No sé, es como si… ¡Como si oliérais a él!—Rió. Luego miró a Maya y se inclinó hacia ella con curiosidad—.
Tú sobre todo. ¿Has dado clase con él alguna vez? ¿No es genial? Siempre tiene mucha paciencia con los niños. No entiendo porqué a los clanes mayores les cae tan mal.—Frunció el ceño e hizo un puchero—.
Pero no tiene muchos amigos. Supongo que como es tan viejo… Aunque, bueno, no lo parece, ¿verdad?Gabriel sonrió mientras esperaba sus respuestas. También respondería a preguntas, en la medida de sus capacidades.
—
Jo, qué mal…—musitó cuando una ola golpeó con violencia la barca, salpicándolos a los tres—.
¡Ya sé! ¿Tenéis glider? A mí todavía no me han dado la Llave Espada, pero si los usamos podremos viajar más rápido y…Nada más terminar la frase, comenzó a llover con una violencia que casi les hizo daño. Las gotas de agua parecían extrañamente oscuras y… ¡Dolían! Gabriel se quejó y se trató de cubrir con las manitas, sin demasiado éxito. Entre tanto, los aprendices sintieron que algo ominoso los rodeaba. La temperatura descendió con brusquedad y comenzaron a expulsar vaho por la boca y la nariz.
La barca se sacudió con violencia una vez más y estuvieron a punto de irse todos al agua. Entonces, Maya sentiría algo cálido en su túnica. La pluma de Nithael. Latía con desenfreno, casi como si estuviera asustada y si la rozaba con los dedos escucharía con claridad en su cabeza una voz desesperada:
¡No, otra vez no! ¡Por favor!Escucharon un ronco aullido. La oscuridad los había invadido y casi no podían ver nada, a excepción de las lejanas paredes blancas del Templo al que Gabriel parecía querer dirigirse. Éste se aferró a Nicoxa sin querer y se puso a temblar de los pies a la cabeza, pálido como un muerto. Señaló con un dedo detrás de Alec.
Sobre el agua había una figura de ojos rojos.
La pluma parecía un corazón a punto de estallar de puro miedo.
De pronto, la voz de Gabriel se volvió un poco más adulta, más serena, y sonrió con tristeza.
—
¿Cuánto más vas a soñar con esto, amigo mío…?—Se volvió hacia Alec y se separó con suavidad de Nicoxa. Tuvo que elevar la voz, de nuevo con un timbre infantil, para que le escucharan por encima del rugido de la tormenta—:
¡Está bien! ¡Marchaos! Siempre termina igual. Corred antes de que os coja.Apenas sí había terminado la frase cuando el lobo de oscuridad soltó un aullido estremecedor y… Comenzó a correr en dirección a la balsa. Tras él se levantó una ola, mezcla de agua, mezcla de tinieblas que, si les alcanzaba, sin duda los devoraría. Podían sentirlo. Les sumiría en la oscuridad eterna. En el olvido.
Al otro lado resplandecía con suavidad, casi débilmente, el Templo. ¿Estaría allí la salida? Ahora que habían dejado atrás el poblado de Tierra de Partida era imposible volver. Y el lobo cada vez corría más rápido. Puede que si volaban todos
ya consiguieran evadirlo. Cargar, sin embargo, con alguien, condenaría a esa persona. Porque el lobo quería a Gabriel y lo conseguiría a toda costa.
Con todo… Quizás, se podía retrasar su ataque…
La pregunta era, ¿estaban dispuestos a arriesgarse? ¿A fallar?
¿Al Olvido? Tierra de Partida les necesitaba, sus amigos les esperaban. Si algo salía mal, nunca regresarían a ellos.
Y su decisión sería…
Nicoxa
VIT: 32/32
PH: 10/10
+Poción
Maya
VIT: 34/34
PH: 32/32
+Ultrapoción
Alec
VIT: 22/22
PH: 30/30
Ilana
VIT: 22/30
PH: 20/20
Ausencias:
Tanis: I
Saxor: I (Justificada)
Fecha límite:domingo 28 de junio a las 23:59