—Ya, seguro que no has sido tú —comenté tras un suspiro.
—Y no, no pienso dejaros ir ahí abajo. donde está el "Vacío Digital", todo el que entra nunca vuelve. Se podría decir que es la "Papelera de Reciclaje" de la Red, es decir, acabaríais borrados y vuestros cuerpos reales nunca volverían, mucho menos vuestra consciencia. ¿Lo pillais? Si queréis bajar, allá vosotros. Pero no pienso dejar que Ronin me eche una bronca por vuestras imprudencias —explicó el maestro—. Y sí, estamos dentro del ordenador. Mejor dicho, dentro de todos los ordenadores. Esto es Internet, por así llamarlo... Bueno, es una especie de copia de otro programa raro, no sé como va el rollo ese. Yo no lo he programado.
Estaba bastante perdida, y la explicación de Akio no ayudaba. No acababa de entenderlo muy bien, pero sabía que, de alguna forma, habíamos entrado a otro mundo a través del ordenador.
—Normalmente no se puede acceder aquí salvo por ordenadores con ese escaner de luz roja de antes, pero algunas veces, los ordenadores normales como venganza si los usas mal pueden meterte aquí dentro. Hace poco vino aquí ese tonto Ivan Kit por culpa de hacer nosequé cosa con su ordenador. Creo que tenía un Tera de porno, o algo así he escuchado. Algún día le pediré que me lo pase todo a mi pen-drive privado
—¿Un Tera de qué? —pregunté confusa ante lo último que había dicho el joven maestro— ¿De qué hablas?
—Estamos yendo hacia... Bueno, si tenemos suerte y no habéis estropeado nada deberíamos ir a nuestra propia Rejilla de Juegos para probar un programa que Kazuki estuvo retocando hace poco para construír algo que por ahora es una sorpresa, podéis sentiros afortunados al ser los primeros en ver la fase de prueba. Ah, tranquilos, pequeños esclavos, no hay peligro alguno en nuestra Rejilla de Juegos privada.
—¿Rejilla de Juegos? —preguntó Nadhia—. Y dices que el Maestro Kazuki lo ha estado retocando...
—No sé si el hecho de que Kazuki haya tenido algo que ver con esto es bueno o malo... Pero, en cualquier caso, no creo que esto acabe bien —dije mientras miraba a mi alrededor.
Una especie de holograma apreció frente a nosotros de pronto, era como un cartel en el que se podía leer "Hangar de Simulación". El transporte siguió avanzando hasta que una brillante luz nos cegó a todos.