El disparo del cañón del pequeño Sincorazón de Yagami no acertó en Andrei, el cual se apartó unos centímetors flotando en el aire; en vez de darle a él, la bala impactó sobre la cabeza de la estatua. El Reaper río para sí mismo, sonriéndoles con prepotencia.
—Típi...
Sin embargo, tuvo que callarse cuando la agrietada cabeza de la fuente fue arrancada de cuajo por la presión del agua. Andrei se protegió con los brazos como acto reflejo, pero de poco le sirvió: la cabeza de la estatua le golpeó en estos y el energético chorro de agua le alcanzó, dejándole completamente aturdido y a merced de sus enemigos.
Estos no tardaron en aprovechar la situación. Por un lado, light envió una Onda Lunar y Xefil lanzó un Púlsar que rápidamente alcanzó al Reaper, el cual no mostró ninguna clase de defensa contra él; acto seguido, el joven se lanzó contra él con la idea de seguir atacándole con todo cuanto tenía. Con un rápido movimiento hizo un corte en el pecho de Andrei, el cual soltó un quejido en bajo que sólo el joven pudo escuchar. Sin embargo, Xefil no llegó a ejecutar un segundo golpe; al intentar provocarle otro corte, Andrei alzó la cabeza y tomó, con una carta en la mano, el puño del chico.
Sus ojos no mostraban ira, ni tampoco prepotencia. El Reaper había pasado a tomarse las cosas en serio. La carta en su mano se rompió y tras él apareció la figura de un potentoso emperador, con una espada en mano.
—Castigaré tu locura.
El emperador fantasma extendió su espada hacia Xefil y la clavó en su hombro, tirando al chico con gran fuerza al suelo, junto con el agua. Andrei invocó una nueva carta y se dispuso a lanzarla contra él, pero un nuevo ataque le frenó: el bumerán de Fátima, el cual golpeó su cuello, descentrándole. Sin embargo, no terminó allí.
Light y Ragun se habían unido para crear un ataque definitivo que fue imposible de parar, hecho a través de las cadenas de uno y la luz lunar del otro. Saavedra no pudo hacer nada contra ello; recibió el ataque de pleno y cayó al suelo, al otro lado de la fuente, salpicando el agua, completamente desorientado.
Con las órdenes de Xefil y Fátima Neku se apresuró a arrancar una de las máquinas con su poder mental. De inmediato las chispas de esta alcanzaron el agua que comenzaba a extenderse por todo el casino.
Andrei gritó, y también Xefil, que no pudo terminar de alejarse del agua. La electricidad recorrió el cuerpo del Reaper a gran velocidad, iluminando su cuerpo y haciéndole sufrir como nunca habían visto; sus ojos se salían de sus órbitas y su lengua se retorcía, quedándose sin aire.
Las lámparas del casino se apagaron de golpe, debido al cortocircuito que habían sufrido. Las luces de emergencia se encendieron, dándoles un mínimo de visibilidad... Realmente mínimo.
Xefil estaba realmente jodido, pero sobreviviría. Pudo levantarse, más débil que nunca, y contemplar con sus compañeros a su enemigo. Fátima recuperó la vista en aquel momento, pudiendo verle a él.
Andrei se encontraba tirado en el suelo, inconsciente y con quemaduras a través de todo su cuerpo. Ni siquiera parecía respirar.
Neku suspiró, clavando su mirada en Fátima y esperando su aprobación para hacer lo que tenía que hacer. Después de que ella se lo permitiese o se lo denegase, se abrió paso entre los Jugadores hasta Andrei, colocándose encima de él. Le tomó el pulso con dos dedos y bajó la cabeza.
—Está vivo.
Después de que el grupo diera una contestación a aquellas palabras o no, y antes de que nadie decidiera el destino del Reaper, Neku ya había decidido. Invocó una bola de fuego que contentró en su mano, preparado para hacer lo que debía hacer.
—Voy a acabar con esto.
Neku atacó, directo al rostro de Andrei.
Sus ojos se abrieron de inmediato. Con la velocidad del rayo, Andrei cogió la carta que había tomado para intentar atacar a Xefil y la clavó en el pecho de Neku, volviendo a surgir frente a él la imagen de una torre derrumbándose. Una barrera hecha de pequeños objetos recolectados por todo el casino no sólo se colocó entre ambos y bloqueó el ataque del Jugador, sino que además explotó para enviar a todos a un par de metros hacia atrás para volver a crearse frente a él.
—¡¡Jugadores!!
Los ojos de Andrei brillaban con gran intensidad mientras volvía a flotar en el aire, con la barrera a su espalda para hablarles directamente. Su mirada estaba llena de odio, algo que parecía imposible viendo su actitud unos minutos antes. Tomó una carta de su baraja y la colocó frente a su rostro.
—No permitiré que destruyáis lo que hemos creado aquí, no admitiré más intromisiones de escoria como vosotros —sentenció. Clavó su mirada en Ragun concretamente—. ¡¡Acabaré con vosotros ahora mismo!!
Envió la carta hacia el chico, al cual golpeó en la frente. La imagen de una mujer con una balanza surgió en su mente... Y entonces lo vivió todo.
El agua, el Púlsar de Xefil, la fusión, la electrocución... Todo cuanto sufrió Andrei, lo sufrió también Ragun. Y no pudo resistirlo. Era demasiado para su vitalidad.
Ragun murió allí, frente a todos. A Andrei no le importó lo más mínimo; volvió a colocar la barrera frente a él y preparó tres cartas en su mano. Si cualquiera intentaba atacarlo, contestaría con ellas.
Quedaba trabajo por hacer.