—
Habéis sentido la oscuridad en vuestros corazones. Por lo que veo, Saeko, también eres propensa a sucumbir a ella, según tengo entendido con tus palabras. A veces es agradable dejarse llevar, pero puede conllevar a tu perdición. —Explicó el maestro después de escuchar nuestras explicaciones, en cierto modo tenía razón, la oscuridad me transformaba completamente y por ello me arriesgaba a transformarme en Sincorazón.
Yo asentí con la cabeza, dando a entender que tendría en cuenta su valioso conocimiento.
—
Yo te ayudaré a controlar esa rabia, jovencita. ¡Pero para ello habrá que entrenar bastante! —A ese ritmo no me haría mucha falta, me fortalecía rápido.—
Tienes un fuerte rival, por lo que veo. Saito, ¿verdad? ¡Ten cuidado con esos tentáculos, o si no, un día te arrancarán la cabeza! —Tanto Saito como yo debíamos poner todo nuestro empeño si queríamos desatar y controlar nuestro potencial, era lógico para mí, yo mostraba el poder poco a poco y Saito de golpe, pero si no poníamos nuestra parte, la balanza nunca se equilibraría.
—
Ariasu, deja de asustar a mi aprendiz. Sobre lo que me cuentas, Saito, es bastante obvio que la oscuridad de tu corazón ha estado jugando con tus sentimientos. Son el mejor ingrediente del que dispone esa bestia que adormita en tu interior para hacerla despertar y perder el control sobre tus acciones. Una simple provocación. Sólo una, te puede conducir a convertirte en uno de ellos. —De nuevo presté atención a cada palabra del maestro Ryota, no en vano era quién gobernaba allí, parecía tener respuestas para todo... ¿Qué era pues lo que más anhelaba su corazón? Una respuesta inalcanzable por ahora, pero le ayudaría en lo que hiciese falta.
Inmediatamente el maestro señaló a unas vidrieras y estas al momento se hicieron añicos, arrojando sobre nuestros cuerpos incontables y peligrosos cristales. Flexioné mis piernas para retroceder de un salto e intentar eludirlos, fue todo muy rápido, pero unas barreras surgieron a nuestro alrededor protegiéndonos del peligro. Para ser sincera, no lo habría contado de no ser por esa inesperada ayuda.
—
Lo sabía, sabía que vendrían. Ya estaban tardando.Quedé impresionada, nos había salvado en cierto modo aquel chico de cabello y vestimenta peculiar, sin embargo un gran Sincorazón con alas y color rojo, el cual fue el responsable de romper la vidriera, se abalanzó contra Saito, en vano pues chocó contra la barrera. El engendro retrocedió aturdido y revoloteó por la Sala del Trono, buscando alguna víctima seguramente, era muy veloz. ¿Qué estrategia debería seguir para abatirlo? Un enemigo así era inalcanzable para mí, y más en ese estado. Yo en todo momento permanecí atenta a la escena, analizando cualquier cosa que pudiese suceder, la barrera no aguantaría eternamente. ¿Harían gala los maestros de su poder para derribar al inesperado enemigo?
—
¿Me llevo a los críos y se lo dejo a ustedes, Maestros? —¿Críos? Al fin y al cabo, sí tenía derecho para considerarnos como tal pues era más fuerte que Saito y yo, era evidente.
—
Andrei, deshaz la barrera. —Tres simples palabras que me dieron a entender lo que significaba todo aquello. "Deshaz la barrera". Seguíamos siendo evaluados por los maestros, si no hubiese sido por ese Andrei no lo hubiéramos contado, pues a decir verdad los cristales me hubiesen provocado heridas letales en mi piel, la hubieran atravesado y cortado como si fuese aire, y a Saito también.
Fue inevitable el sentirme avergonzada por haber bajado la guardia ante los maestros, ¿cómo podía remediar mi falta? Era inevitable que de un momento a otro me las vería con la criatura cara a cara, tenía que pensar en una estrategia rápida e improvisada, no tenía apenas tiempo.
—
¿¡Qué!? ¡Ese sincorazón no es un soldado, perdone que me entrometa, pero.. los van a hacer trizas! —¿Tan débiles nos consideraba? ¿O era aquel Sincorazón un enemigo realmente temible?
—
Andrei, ya es suficiente. Deshaz la barrera. Es una orden.El Sincorazón era rápido, con ataques normales no podríamos alcanzarlo y nos derribaría en poco tiempo, sus embestidas eran la clave de sus ataques, o eso parecía por su primer movimiento... Claro, mala suerte la suya haber hecho el primer movimiento.
—
D-de acuerdo. —Dijo Andrei pálido y aterrorizado por las consecuencias de desobedecer al maestro, retirando la barrera.
Entonces lo comprendí, el maestro Ryota al menos había mostrado parte de su poder, al señalar la vidriera ordenó al Sincorazón que pasase al ataque, no se lucirían ayudándonos contra ellos, se lucieron mostrando que eran capaces de controlar a los Sincorazón, ¿tanto poder tenía el Usuario llamado Ryota? ¿El gran maestro de Bastión Hueco? Su poder debía ser inmenso. Un escalofrío recorrió mi espalda con solo imaginar lo insignificante que era yo comparada con él... ¿Tanto poder a su alcance y no había obtenido la Verdad? Debía ser realmente difícil, y no me quedaría atrás por nada.
¿Qué estrategia seguir contra el rápido y fuerte enemigo? Debía pensar en algo ahora que estaba quieto... Saito estaba libre, quizás si lograba cederle mi katana él pudiese rematar a la bestia, obviamente, yo tendría que recibir un golpe de ella para agarrar su cuerpo y hacer de éste un blanco fácil.
El Sincorazón ha comenzado a volar de nuevo, debo pasar ya al ataque. Espero que salga todo bien. Todo depende de mi fuerza de voluntad, si no muestro el suficiente nivel el maestro Ryota me eliminará. Debo ser fuerte, mi mente debe ser fuerte, pase lo que pas... No, estoy equivocada, mi Corazón debe ser invencible.Sin más dilación y mentalizada desenvainé la katana con rapidez para lanzar esta a Saito, a sus manos, esperando a que éste la agarrara en el aire.
—
Confío en que la sepas usar llegado el momento, y procura no romperla o robarla si sabes lo que te conviene. —Me limité a decir con seriedad, pues no tenía tiempo para explicar nada. El monstruo nos rodeaba lentamente.
Debía ser yo la distracción, no teníamos tiempo para discutir quién atacaba y quién no, con ataques simples no lograríamos alcanzarlo jamás, su velocidad era de admirar, pero sus ataques se basaban en embestidas por el primer movimiento que empleó y con zarpazos a juzgar por sus afiladas garras.
¿Cómo llamar la atención de un Sincorazón? Según las lecciones que había aprendido en esa misma sala momentos atrás, la oscuridad devoraba nuestros corazones transformándonos en esas cosas, ¿entonces un Sincorazón era oscuridad? Básicamente, era el corazón de un Usuario perdido en la oscuridad, analizando la naturaleza del propio elemento oscuro, era obvio que el Sincorazón buscaba corazones, era oscuridad, quería corazones a los que engullir. ¿Se alimentaba de emociones? ¿Qué pensaría de mí si me viera acorralada y asustada? ¿Su naturaleza le dictaría que viniese a por mí o sería lo suficientemente inteligente como para razonar que era todo una treta? No se me había ocurrido nada más, tenía que arriesgar y ser fuerte.
—
Maestra Ariasu, siento comunicarle que estoy ya cansada de esto, lo admito. No creo que pueda seguir, no valgo para esto, lo lamento pero es mi decisión, prefiero rendirme ahora que estoy a tiempo a seguir molestándoos, Saito cuida bien mi arma, y Andrei, no te culpes por mi muerte, pues solo soy una cría como bien dices. Los débiles mueren rápido. —Y mientras tanto me alejaba hacia la pared opuesta a los tronos, intentando llamar la atención del Sincorazón, coger el suficiente aire como para afrontar lo que me esperaba y procurar no pisar los cristales del suelo. Decidí entonces poner a prueba mi teoría.—
Una chica como yo, indefensa, sin armas, cansada y agotada... ¿Cómo voy a poder aguantar? Seré una carga con el tiempo, soy inútil, así que es mejor que... —Todo iba según lo planeado, simplemente esperaba a que el Sincorazón fuese lo suficientemente listo como para dejarse engañar por mi perfecta actuación, si es que tenía capacidad para eso. Entonces choqué con la pared y fingí estar acorralada. Era el momento perfecto para atraer al engendro.—
Estoy completamente acorralada, ¿entonces el corazón de nada más y nada menos que una portadora de la Llave-Espada va a ser tragado por la oscuridad? Supongo que es lo mejor para una inútil como yo, vamos, ven a por mí, consume y lleva mi jugoso corazón contigo, monstruo. Es ahora o nunca, jamás tendrás una oportunidad como esta. —Extendí mi brazo derecho hacia la criatura, invitándola a atacarme y acabar con mi vida. Deseé también con todas mis fuerzas que el Sincorazón viniese a por mí, dispuesto a arrebatarme la vida con una de sus embestidas. La pared de piedra amortiguaría en cierto modo el golpe.
Si mi estrategia funcionaba y seguía teniendo fuerzas después del golpe que me esperaba, agarraría con todas mis fuerzas las alas de la criatura y de esa manera lograr inmovilizarla, esa era la única manera de golpear a un enemigo tan veloz a mi parecer. Si Saito había sido lo suficientemente inteligente como para entender mi estrategia rápido, se abalanzaría contra el monstruo clavando la katana en su espalda y si lo deseaba, su Llave-Espada, una vez hecho eso, invocaría la mía y sin piedad, remataría a la criatura, quedando las tres espadas en el suelo clavadas y cayendo yo a éste, agotada y casi sin fuerzas, no podía evitar el cansancio y el dolor llegados a ese punto, y por supuesto, esperé a que Saito me devolviese mi arma.
Si el Sincorazón simplemente no era tentado por mis palabras y mi estrategia se veía frustrada, Saito lograría al menos defenderse con mi arma, pero criaturas así buscan de manera desesperada un corazón, son oscuridad, es su naturaleza, no podría evitarlo.
Off-rol: H.S Sora y yo lo hemos hablado de antemano, debido a la falta de tiempo yo al menos lo he elaborado todo con un solo post, y si mi compañero no llega a postear por cualquier cosa, que quede claro que Saito atacará al Sincorazón si éste va a por Saeko.