Disculpad mi enorme retraso. Ha sido una semana complicada y he estado enfermo; prometo no tener semejantes retrasos de aquí en adelante con respecto a la fecha propuesta.
Lo primero que pensé ante la actitud de Pichu fue que la gata, por ser negra, había atacado a la pobre e indefensa ratoncita. Mi antiguo yo, más egoísta y menos pensador, habría exigido una disculpa a su dueño, pero analicé la situación: conocía bien a mi mascota, y sabía que cuando se le ignoraba o se pasaba de ella, contestaba mal. Además, era un gato, así que ante la mínima señal de amenaza, Pichu se defendería por todos los medios de los que dispusiera. Sí, seguramente fue un error por su parte.
Por lo tanto, lo obvio hubiese sido una disculpa. Y en eso estaba pensando tras coger a mi mascota en brazos y verla con la cara hinchada, negándose a mirarme: definitivamente, era algo que había hecho ella. Me giré hacia el chico del sombrero para hablar con él al respecto, pero se apresuró a cortarme cualquier palabra que le intentara dirigir.
—
Me importa poco que te creas nuestro tutor o hayas salvado a gente. Lo único que quiero que hagas es mantener a ese roedor controlado y lejos de mi gata, ¿o es acaso una tarea demasiado complicada para el gran Ivan Kit?Me quedé atónito mirándole. Sus palabras no me intimidaron en absoluto, pero su reacción me pareció completamente exagerada y fuera de lugar. Clavé mis ojos en él e hice todo el esfuerzo posible por no contestarle de mala manera. Debía guardar la calma, demostrar mi superioridad con un poco de madurez. Quizás se disculpase en cuanto se diese cuenta de su error.
—
Gilipollas —susurré para mí mismo, dándole la espalda. Estar reservándomelo todo no significaba un pequeño desahogo para mí mismo.
Como respuesta, una luz cegadora me dejó sin vista durante unos segundos. Pensé que se trataba de Pichu con su esfera luminosa, intentando librarse de mis brazos para volver a atacar a la gata: pero no, se trataba de un elemento exterior al tren. Cuando por fin pude volver a abrir los ojos, vi que estábamos llegando a nuestro destino.
Una torre con serios problemas arquitectónicos.
¿Quién había construido aquello? El arquitecto debía estar loco o algo. Es decir, ¿a quién se le había ocurrido? ¡Todo estaba mal en aquello! ¡Debía estar a punto de derrumbarse, de ningún modo iba a poner el pie allí dentro! ¿Ronin nos había enviado para reconstruirla, tal vez? ¡Pues conmigo no iba a contar!
El trayecto llegó a su fin y nos detuvimos. Yo seguía absorto en la forma del edificio y los peligros que sin duda supondría para unos aprendices como nosotros, pero aquello no debía ser ninguna clase de impedimento para el chico del sombrero. No tardó en sonreír y dirigir la vista hacia el lugar, ignorando mi preocupación.
—
Vaya primer viajecito en tren. A saber qué quiere Ronin que hagamos aquí, pero tengo que decir que el edificio me atrae demasiado como para quedarme a esperar a que vengan a buscarnos al tren.—
No creo que sea buena idea —comenté mirándole de reojo, midiendo mis palabras para no mostrar orgullo por lo anteriormente acontecido—
. Es decir, mira la estructura del edificio. Está claro que se va a derrumbar de un momento a otro, y no es como si el Maestro Ronin nos hubiese dado...—
Edge, pintor, no os quedéis en babia y bajad —me cortó, ignorándome por completo y asomándose a la salida del vagón—
, ¿o tenéis pensado pasaros toda la misión mirando dibujos?¡Pero sería maleducado! Me amenazaba, me cortaba, y encima era maleducado con los demás compañeros. Le observé con mala mirada, pero me apresuré a borrarla. Debía ser educado...
—
¿No crees que eso ha sido un poco male...?—
Tú puedes quedarte tutorando el tren si te apetece, aunque intenta que tu monstruo no lo electrocute.Vale, el colmo. Estaba tardando en meterle el bastón por el agujero del culo y partírselo por completo, en invocar después un
Piro y...
No, no. Calma, Kit, pensé. Tomé aire lentamente y lo expulsé poco a poco, intentando controlarme ante todo. No iba a perder los nervios por un imbécil como aquel. Es más, intentaría dialogar con él como una persona razonable, lógica y no como un hombre orgulloso.
—
Creo que rechazaré la idea —opiné con una sonrisa algo forzada, aunque intenté disimularla lo máximo posible—
. No tomemos las cosas tan a lo... Loco. En primer lugar, la torre no parece segura, y lo lógico es que esperásemos aquí a alguna especie de orden o señal. Ronin dijo que sabríamos lo que teníamos que hacer una vez llegásemos.»
Aparte de ello, no hemos empezado con buen pie. No sé qué ha sucedido antes con respecto a nuestras mascotas, pero seguro que en caso de que Pichu, mi ratoncita, haya sido quien ha empezado la pelea, me disculpo por su actitud. Tu salida ha sido un poco fuera de tono, pero no sucede nada, cualquiera —
se volvería un psicópata asesino salido de una película barata de terror, pensé para mí mismo—
perdería los estribos.Me estaba tragando mucho orgullo, pero podía soportarlo. Extendí mi mano hacia el chico borrando mi sonrisa forzada y dibujando una más natural. Clavé mis ojos en los suyos y le intenté ver como un igual, pese a saber que no lo era en absoluto. Pero las cosas con calma.
—
¿Qué tal si hacemos borrón y cuenta nueva? Me llamo Ivan Kit. Encantado de conocerte.Los otros dos salieron del tren mientras tanto, dirigiéndose hacia la entrada. Yo lo haría en cuanto obtuviese una respuesta del chico, caminando detrás de él.