Saxor fue seguido por Neas y Mei finalmente, mientras Kousen y Rhía se quedaban atrás, en la estación. Los Jugadores no habían reparado casi en su presencia, e incluso se podía decir, en cierta manera, que les habían ignorado. Eran casi muertos vivientes de pie.
Y al poco de irse Saxor, una pequeña niña llegó a la estación con sus padres de la mano. Los adultos se sentaron en el banco de la estación, esperando a que llegara el tren, mientras la chica comenzaba a dar vueltas sobre sí misma y jugaba mientras reía ligeramente. No se fijó en nada hasta chocar con Rhía, tras lo cual se separó unos centímetros.
—Lo siento, señorita...
Rhía y Kousen bajaron la cabeza por primera vez de manera brusca. Se quedaron observando a la chica con los ojos tremendamente abiertos, con las ojeras de su cara muy marcadas y respirando con la boca abierta.
—¿Mami...?
* * *El grito de una niña en la distancia pudo ser escuchado perfectamente por el trío de Jugadores mientras se dirigía al Wildkat, pero ya no podían volverse atrás. Habían decidido ir a ayudar a Beat, y los problemas que tuviese una niña por seguramente encontrar una simple arañita o semejante no era parte de su problema.
Sin embargo tuvieron que enfrentarse a sus propios problemas. Nada más llegar al Wildkat Saxor fue incapaz de abrir la puerta. No por estar cerrada, sino todo lo contrario: por la falta de esta. Todo el recinto se encontraba destrozado, con los cristales del escaparate repartidos por el suelo. El cuerpo de un joven vestido de negro y con bisera se retorcía en el suelo, casi sin fuerzas. Sus ropas estaban completamente destrozadas, probablemente por culpa de aquello que hubiera hecho aquello.
EliminadoFuera quien fuese, su cuerpo había desaparecido para siempre de allí. Del interior del recinto surgió otra figura más reconocible por los allí presentes: Higashizawa, el cocinero de Tierra de Partida, había surgido con decentas de magulladuras y cortes recorriendo todo su cuerpo. Su reacción, sin embargo, fue algo inesperada.
El gigantesco hombre, incluso débil por lo que hubiese sucedido allí, agarró a Saxor por la ropa y lo empujó hasta el pequeño muro que les separaba de la playa, amenazando con tirarle de un momento a otro. Estaba realmente enfurecido al parecer, y nada contento de ver a Saxor.
—
¿¡A por qué has vuelto!?Contestase lo que contestase Saxor, Higashizawa le pegó un puñetazo en la cara lleno de fuerza, rompiéndole la nariz y quizás un par de dientes. Si Neas o Mei intentaban ayudar a su compañero, el hombre no tendría problema alguno en apartarlos con su enorme brazo.
—
¿Estás con los Reapers? ¿Estás con Avatar? ¡¡Cóntestame!!—
¡Hanekoma!Del interior del recinto, sirviendo de apoyo a una mujer rubia con gafas cuadradas que a duras penas podía sostenerse de pie, apareció Hanekoma. No llevaba sus lentes negras puestas, y además de ello se podían apreciar algunos cortes recientes en su rostro. Su compañera pasó el ojo por encima de los jugadores con aspecto dolorido, apretando los dientes con fuerza y con la mano sobre su estómago, al parecer sangrando ligeramente.
—
No fue él. Fue Xayim.Higashizawa gruñó y pareció dudar unos segundos, pero finalmente soltó a Saxor con un empujón. Fue a ayudar a Hanekoma tomando a la mujer y apoyándola contra la pared, comprobando sus heridas y esperando salvarla, no como al chico de negro que acababan de ver desaparecer.
Hanekoma se llevó la mano al cuello, con su sonrisa borrada. Miró a Saxor y le señaló con la nariz.
—
Hemos sido atacados. Xayim vino, lo destrozó todo y... Beat fue tras él. Sé que debes estar preocupado y con miles de preguntas en la cabeza, Saxor, pero no es el momento. Beat te necesita de veras. Huyó a la playa, y creo que es una trampa y el chico calavera se ha metido de cabeza.»
Tienes que salvarlo.Hanekoma hablaba en serio. No tenían tiempo que perder, pero... ¿Qué demonios había sucedido allí? Y ya habían pasado los treinta minutos de misión. ¿Por qué no habían terminado el día?
Fecha límite: domingo 24 de Febrero, 20:00, hora peninsular.
Kousen y Lavanda, perdéis el poder sobre vuestros personajes por ausencia entres temas.