Además de Fátima, que fue la primera en traspasar el portal seguida por la inmóvil figura de Neku, Crow y Jain caminaron junto a Ronin, el cual les sonrió con la mirada en alto, casi como seres inferiores para él. Sin embargo, no se apartó de la entrada del portal: observó bien a ambos Jugadores, analizándoles muy fijamente. Casi podían notar cómo sus cuerpos digitales eran penetrados por sus dos ojos, con sus corazones desnudos liberando toda clase de secretos.
—
Sois buenos niños —indicó el Maestro, colocando sus manos sobre los hombros de ambos jóvenes—
, pero no creeríais que iba a ser tan fácil, ¿no? Tú, chico, no me eres fiel a mí: lo eres a él —reprochó a Jain, puesto que había dicho en alto que iría tras su compañero; Ronin le había cazado completamente. Después se dirigió hacia Crow, menos sonriente—
. En cuanto a ti noto que de verdad quieres pasar por aquí. Pero lo repito: ¿me eres fiel, hijo?Ronin apartó las manos de sus hombros y observó a sus creaciones apenado, sabiendo que no podía dejarles pasar. Sin embargo, para sorpresa de ambos, se hizo a un lado, dándoles acceso al portal. El Maestro les sonrió condescendientemente y afirmó con la cabeza.
—
Como padre no puedo dejaros abandonados aquí. Pasad; pronto demostraréis vuestra devoción por mí.Los dos jóvenes cruzaron el portal de luz y desaparecieron frente a los demás Jugadores, los cuales se negaban a pasarse a su lado. Clavó la mirada en Felix, el cual le preguntó antes de decidir si abandonar a Nadhia o no si se trataba realmente de él; el Maestro afirmó con la cabeza con una sonrisa tranquila.
—
Claro que soy yo, Xefil. Te he cuidado, como hice con tu original. Este cuerpo que ves es una representación digital a través del ordenador, un mero avatar. Pero no cambia lo que soy ni quien soy, y siempre te he querido cuidar a ti, a Light... Y a Nadhia —Ronin dirigió su mano hacia la chica, pero esta no cedió en su decisión de no abandonar a Eileen—
. Ven conmigo, Xefil. Podremos volver a despertar a tu mundo.—
Eso... eso necesitaba saber... Gracias, supongo —contestó el muchacho de corazón, aunque con rostro firme—
. Pero me quedo. Es una locura, pero es lo que voy a hacer.Ronin suspiró apenado y triste al escuchar la decisión del joven. Se llevó la mano a la nuca y dirigió una mirada hacia Eileen, detrás del grupo, con una mezcla de pena y odio. Aquella mirada era fácilmente interpretable por todos: la culpaba de aquel rechazo. Light pasó a llamarle tirano, pero el Maestro le ignoró, dándoles la espalda y dirigiéndose hacia el interior del portal.
—
No te permitiré seguirLa voz de Joker obligó al hombre a girar su cabeza en dirección a él mientras cargaba un hechizo en su mano. No se molestó en darse la vuelta completa;
—
Protegeré este lugar y los liberaré de tus garras. ¡Soy el Game Master y no pienso dejar que gente como tú invada mi mundo!Un poderoso hechizo
Sanctus salió de la palma de la mano del chico, directo hacia el portal y Ronin. Este no hizo nada para detener el hechizo: recibió la poderosa magia de lleno, recibiendo una poderosa explosión de luz al contacto que cegó a todos los Jugadores durante unos segundos.
Cuando por fin pudieron abrir de nuevo los ojos descubrieron los efectos del
Sanctus: Ronin seguía situado de pie sin la más mínima marca de daño alguno en su cuerpo digital. Una barrera mágica había protegido su cuerpo del hechizo, la cual seguía brillando para poco a poco hacerse invisible a los jóvenes.
—
Déjà vu.Nadhia, angustiada por la rabia de su interior, intentó sorprender a Avatar atacando con su
Flecha Celestial contra él. Esta atravesó la barrera gracias al poder que Gengar le proporcionaba y atravesó su pecho, tal y como esperaba. Pero Ronin no reaccionó de ninguna manera: sólo se dirigió hacia ella y le dedicó una mirada indiferente.
Hechizada por un
Magneto la joven se vio atraída en el aire hasta escasos centímetros del avatar, el cual tomó la flecha de luz de la mujer y la extrajo de su cuerpo sin herida alguna, como un fantasma. Miró el proyectil con tristeza y lo pesó en sus dos manos, con Nadhia colgando a su lado.
—
Os doy la vida, os cuido, os mantengo... Y no sólo me dais la espalda, sino que me ofendéis y atacáis —las palabras del Maestro estaban llenas de tristeza, dedicando sus ojos hacia los Jugadores—
. Habéis decidido atender a la Creadora, una falsa diosa como cualquier otra, en vez de a mí. Pero sin haber hecho nada parece que he ganado vuestro odio.»
Si es lo que queréis... Os daré razones para odiarme.Cerró el puño con la flecha en mano y lo clavó en el pecho de Nadhia, sin más aviso, frente al resto de Jugadores. La arrancó de su cuerpo y volvió a penetrar su carne con su propio arma repetidamente, mientras nadie podía hacer nada en absoluto debido a la barrera del Maestro. La sangre cayó a chorros sobre el suelo de la cristalera mientras lo hacía, con los ojos del hombre llenos de ira y satisfacción.
La primera en reaccionar fue Eileen, que gritó una negativa al ver la reacción del hombre y lanzó una lluvia de cientos de
Perlas contra su enemigo, pero fue inútil; todas y cada una de ellas rebotaron hacia la oscuridad infinita que les rodeaban. Era imparable.
El cuerpo de la joven cayó al suelo de golpe tras múltiples ataques y Ronin soltó la flecha de luz junto a ella, llevándose las manos al rostro y tapándoselo mientras daba la espalda a los Jugadores. No rió ni se jactó de su violento ataque; recogió el cuerpo de la chica del suelo y se dirigió en silencio hacia el portal de luz, lentamente. Podía hacer lo que quisiera y como quisiera: nadie le iba a poder detener. Ya no.
—
Antes de irme...Ronin se giró y todos pudieron contemplar su rostro, el cual mostraba nulos sentimientos: ni la típica sonrisa del Maestro, ni arrepentimiendo, ni tampoco satisfacción. El sombrero se despegó de la cabeza de Nadhia y el hombre lo atrajo lentamente y con cuidado hasta su mano libre, rodeándolo con una barrera parecida a la que le protegía. Lo tomó en su mano y clavó su mirada en Joker.
—
Estimado Game Master: siento comunicarte de que este ya no es tu mundo. Ya no es el mundo de nadie. Es mi mundo.»
Podéis llamarme tirano, déspota, monstruo. Podéis insultarme y cargar contra mí como bestias ciegas. Pero hace tiempo, cuando tomé la Llave Espada, me propuse liberar todos los mundos de sus falsos dioses y dar un hogar perfecto a cada ser vivo en toda la existencia. No haría caso de racismos o mutaciones. Yo crearía la primera y única utopía.»
Esta es mi utopía, y vosotros no formáis parte de ella.Una sacudida de dolor atravesó la mano derecha de los Jugadores allí presentes. Los ojos de Ronin brillaron mientras se daba la vuelta y atravesaba el portal, el cual se cerraba ante ellos sin que pudieran reaccionar debido al shock frente a lo que contemplaron.
—
Tengo una última misión para vosotros, hijos renegados. Un último favor que quiero que me hagáis.»
Morid.El contador se había activado por una última y definitiva vez, pero su cuenta se había reseteado. Al principio fue difícil darse cuenta de qué sucedía, pero en seguida cayeron en la cuenta mientras el portal se cerraba definitivamente: no había minutos. Sólo segundos.
Diez últimos segundos de vida digital antes de convertirse en monstruos corruptos.
Diez. Nueve. Ocho...
Siete, seis...
Las puntuaciones vendrán en un mensaje aparte en este mismo tema en próximos días.