Sin que el muchacho se diese cuenta Abú había encontrado algo inusual, una extraña alfombra que parecía moverse por sí misma.
Aquella alfombra parecía de un fino pero resistente material, era gruesa y tenía un exquisito bordado dorado sobre un color azul y violeta que hacían de esta algo que dificilmente podría combinar con un mobiliario normal, pero que aún así parecía poder encajar de algún modo.
El muchacho, que se había adelantado un poco no escuchó la conversación, sin embargo si se giraba vería como Aladín la liberaba de un pesado objeto que había estado impidiendo que puediese marcharse.
—
¡Que interesante! —exclamó Aladín mientras veía entre interesado y divertido como la alfombra hacía gestos de agradecimiento.
Aladín no se entretuvo más y dejando atrás la alfombra volvió a junto Hikaru.
—
¿Has visto aquella alfombra? ¡Increíble!El oscuro pasillo dio paso a una amplia sala circular con un alto techo. Rodeando el lugar podían verse estatuas de simios que sostenían enormes piedras preciosas esculpidas en forma de huevos perfectos, una obra de arte de valor incalculable tal vez.
Al fondo de aquel lugar una plataforma dejaba ver una especie de tetera de color cobre... ¿Aquella era la lámpara?
Aladín se adelantó a por ella pudiendo ser seguido o no por Hikaru pero antes de que pudiese tan siquiera poner una mano encima del objeto... Empezó un terremoto.
Si miraban bien podrían ver la causa de aquello. Abú acababa de coger una de aquellas piedras preciosas en forma de huevo que sostenía una de las estatuas mono... Y aquello estaba causando que todo se viniese abajo. Aladín cogió la lámpara velozmente y saltó de la plataforma intentando correr hacia la salida
—
¡Hikaru, salgamos de aquí! —gritó el hombre.
Pero de poco sirvió. El suelo se abrió de golpe bajo los pies de Aladín cayendo a lo que parecía ser un crater volcánico. Hacía tanta calor que apenas podía acercarse a mirar y si lo hacía solo vería una humareda ascendente y un líquido rojo que quemaba en los ojos de solo mirarlo y que le impedía ver cualquier cosa con claridad.
Probablemente... Aladín había muerto. Sin embargo el temblor no hacía más que empeorar y la grieta iba aumentando en tamaño...
¿¡Debería huír!? ¿Comprobar si Aladín había muerto? Apenas podía mantenerse consciente por culpa de aquella exageradamente elevada temperatura. El techo de la estancia empezó a venirse abajo y Abú había desaparecido también, probablemente saltando en rescate a su amo con poco éxito.
El techo empezó a resquebrajarse y si se quedaba allí sería sepultado junto a toda la cueva. ¡No había tiempo que perder, tenía que salir de allí.
[...]
Hikaru no tuvo más remedio que salir corriendo. Quizás triste, sintiendo que había traicionado a Aladín se había ido... Pero no podía evitarlo, era algo que era superior a él. Se estaba enfrentando a algo que realmente le mataría y aquella vez no había ningún maestro para salvarle el pellejo.
Su carrera le llevó a la amplia sala que había sido en su momento el final del laberinto, aunque en aquel momento era el último tramo para salir de allí, además las paredes se estaban desprendiendo dando un camino casi directo a la salida. ¡Era pan comido!
O no... Una barrera se levantó de golpe dejándole completamente encerrado en aquel lugar. Un portal de oscuridad apareció y de allí surgió aquel monstruo; Un sincorazón.
Aquel sincorazón no se parecía a ningún otro que hubiese visto antes. Tenía dos espadas candentes y parecía bastante ágil... Aquel iba a ser un combate complicado, sin embargo no había atacado aún como si estuviese "reponiendose" de haber aparecido y aún estuviese un poco confuso.
¡MINIJUEGO TIME!
Vence al jefe y escapa de la cueva en 5 rondas como máximo
Datos del enemigo:
Nombre: Low Stalwart Blade
PV:???
PH:???
Estadísticas:
???
Habilidades:
???
Otros datos:
???
Datos del personaje:
Nombre: Hikaru
PV:12
PH:16
5 RONDAS RESTANTES