Conseguimos salir por los pelos, y yo de milagro, justo antes de que las plantas consiguiesen atraparme. Más agotada todavía y encogida en mí misma, continúe tosiendo debilitada; no tardé además en darme cuenta de que allí había alguien, otro muchacho que me sonaba de algo, pero no conseguía recordar bien de qué. Sin comerlo ni beberlo, éste me tendió lo que parecía un pequeño botijo, precisamente lo que necesitaba.
No lo pensé dos veces, sino que lo agarré y me lo llevé a la boca totalmente desesperada. Esperando poder recuperarme de alguna forma con ello.
—
Gracias... —expresé, todavía cogiendo aire cansada—
Toma, creo que te lo debo.Metí la mano en uno de mis bolsillos y antes de que se marchase le tendí una pequeña bolsita repleta de platines. Esperaba que, de alguna forma, estuviese contento con ello, porque yo estaba como nueva y dispuesta a continuar con aquel maldito laberinto. Por unos momentos me había visto en un pasillo sola y sin nadie, completamente muerta por culpa del veneno... El giro de los acontecimientos había sido sorprendente.
Por otra parte, desmaterialicé nuevamente mi Llavero y mi katana, cruzándome de brazos y escuchando la propuesta de Neru, según la cual era ir todos juntos, bueno, en principio él y yo, pues el otro aprendiz tan interesado en mi cuerpo podía tomar la decisión que quisiera.
—
Sí, mejor que vayamos juntos... ¿Te hace una tregua, otra vez? —no me convencía mucho andar haciendo treguas, que por algo me había aventurado yo sola en el laberinto cuando empezamos, pero ya había comprobado de primera mano lo terrorífico que podía llegar a ser. Así que sí, cuantos más fuéramos mejor—
¿Y tú te vas a venir? —me atreví a interrogar al otro
Él era libre de poder venirse o no, pero en el fondo quería que se viniese también. Tras la experiencia por la que habíamos pasado, estaba segura de que los tres podríamos alcanzar la legendaria Llave Espada.
—
Pues en marcha.Me dirigí hacia el sur tras comprobar que desde la salida del invernadero no había nada interesante, alcanzando una nueva trifurcación donde parecía estar el aprendiz que me salvó la vida y otro muchacho. Teníamos tres opciones en total: un camino al norte, otro que seguía recto al oeste y una habitación al sur. No estaba muy segura a aquellas alturas de si sería lo más recomendable internarme en otra sala, pero curiosa como yo era, quise tentar a la suerte.
Por lo tanto, me dirigí al sur con los que quisiesen acompañarme.
Hemos acordado entre Drazham y yo que él me daría la panacea a cambio de los platines, por lo que supongo que con esto ya Saeko estaría recuperada. Sobre mi decisión, supongo que Neru también viene conmigo porque Saeko ha accedido a hacer tregua con él, y Xefil puede venirse si quiere o no. En cualquier caso, nos dirigimos a la habitación sur.
Y por favor, que salga algo bueno de una vez, que llevo una racha...