HanaEl Géiser de Hana consiguió lanzar al pirata Sincorazón por los aires, dándole un valioso y breve tiempo a la aprendiza para poder acabar con el resto de Sombras que la habían acorralado. No obstante, la chica ya no se encontraba protegida por las burbujas, y algunos enemigos aprovecharon la ocasión para darle algunos zarpazos en las piernas. ¡Incluso una Sombra le saltó a la cara! Pero con la Llave Espada fue suficiente. Rematar posteriormente al pirata no supuso mayores complicaciones, porque interponerse entre éste y el camino por el cual los niños habían escapado no le llevaría más de dos zancadas. En definitiva, menos mal que Hana tenía bastante fuerza y manejo con las armas blancas.
Una vez el reluciente corazón del pirata ascendiera, los niños salieron de nuevo de los matorrales en los que se habían escondido, haciendo caso a las palabras de la mujer. La supuesta madre miró la Llave Espada, pero no pareció darle gran importancia. Al fin y al cabo, Nunca Jamás era el lugar en el que la magia que escapaba de todo lo racional se manifestaba: hadas, piratas, sirenas, niños malos... Sí, estaba profundamente convencida de que la aprendiza no era más que parte de todo eso.
—
Gracias —agradeció, mostrando una sonrisa sincera y marcada por el agotamiento—
. Eres bastante fuerte. Normalmente son Peter y Zorrillo los que nos ayudan a luchar contra los niños malos, pero es la primera vez que veo esto. Supongo que, aun tras haber vivido aquí algunos años ya, Nunca Jamás no deja de sorprenderme —y sumida en sus pensamientos, pareció caer de pronto en algo importante—
. ¡Ah! ¡Me llamo Wendy, Wendy Darling! Y estos dos niños de aquí son Osezno y Mofeta.El llamado Mofeta se aferró a una de las piernas de Wendy, todavía asustado por lo que acababa de vivir, mientras que Osezno se acercó a Hana, curioso y examinándola de cabo a rabo, como si fuese una cosa rara.
—
¿Eres una madre también? Si no tienes a dónde ir, ¿por qué no te quedas a vivir con nosotros? —expresó con auténtico entusiasmo
En ese momento Wendy rió por lo bajo, divertida al ver la cara de la aprendiza.
—
Perdona por no haberme aclarado antes. En realidad no soy una madre de verdad. Simplemente cuido a estos niños que viven aquí, algo muy importante para mí, ¿pero sabes? Puede resultar bastante agotador —y empezó a caminar en dirección a la selva por un nuevo sendero —
. ¿Te vienes con nosotros? Eres de fiar, y seguro que Peter está encantado contigo.No hizo falta que Hana decidiera nada. Osezno, con cara de súplica, le agarró suavemente una mano y le indicó de seguir adelante, llevándola tras Wendy y Mofeta. Caminaron durante un buen rato en el que la joven madre, ilusionada por haber conocido a alguien, le comentó a Hana todo tipo de cosas. Le sirvieran o no en su búsqueda del tesoro era algo que solo ella podía saber.
—
Vine de Londres hace unos años con mis dos hermanos: John y Michael. Antes de esto no paraba de soñar con aventuras, con ser una madre y tener responsabilidades, y fue ahí cuando Peter nos trajo a este lugar tan mágico —comentó con cierto aire nostálgico —
. Peter es y sigue siendo el líder de los Niños Perdidos, y ahora yo soy la madre de todos ellos. Pero al poco de llegar nos llevamos un buen susto. Un hombre terrible apareció y casi nos roba la juventud a todos.—
En Nunca Jamás los niños nunca crecemos. —
¡Eso es! —exclamó ante la revelación de Osezno—
Pero unos chicos nos ayudaron, aunque ya no les recuerdo.Y antes de darse cuenta se habían detenido frente a un gran árbol, cubierto de agujeros, cortes y muy maltrecho, situado en medio de una explanada de tierra, en el interior de la jungla:
Y en una roca cercana al árbol, encontraron a otro chico sentado y mirando al horizonte, con cara de tener sueño:
Wendy, junto a Hana, se cruzó las manos a sus espaldas y comenzó a jugar con los pies, emocionada por alguna razón. Quizás por la idea de tener una nueva compañera. Osezno en cambio se adelantó hasta el árbol, dispuesto a entrar por la única entrada que parecía haber.
—
¿Ya habéis llegado? —comentó de pronto el niño disfrazado de conejo—
¿No les habéis encontrado todavía?—
No Conejo, no hay rastro de ellos. —
Este es nuestro hogar. Y si no hubiese sido por Peter Pan, yo nunca hubiese estado aquí. Pero hay algo que me lleva preocupando un tiempo… —Wendy se encogió en sí misma, cabizbaja y claramente afectada por aquello que le rondaba en la cabeza. Sin esperarlo, alzó la vista decidida hacia Hana para proponerle un trato, dejando sus preocupaciones de lado—
¡Oye, ¿te gustaría conocer a Peter!? Aunque igual nos puedes ayudar a buscar a Zorrillo y John, que desaparecieron ayer cuando fueron en busca de Campanilla. Pero si quieres descansar un rato aquí, eres bienvenida. —finalizó sonriente, sin duda se trataba de una chica soñadora y afable
Wendy se aventuró a la entrada del árbol, pero sin llegar a meterse en su interior. Observó a Hana, esperando una respuesta por su parte. Igual la aprendiza necesitaba descansar un poco después de tanta batalla, cuentos de hadas y Niños Perdidos. Pero bien podía irse por su cuenta, o buscar a esos niños que habían desaparecido.
Hana Shimizu:
VIT: 42/46
PH: 15/32
Light―
¿Peligroso? ¡Deberías aplicarte el cuento también! ―gritó desde la distancia, volando a toda prisa y dejando una estela de polvo dorado tras de sí
Light por su parte hizo uso de su mascota para atravesar la playa a toda prisa, propinando numerosos latigazos a los Piratas Voladores que se acercaron al dúo con peligrosas intenciones. Los Sincorazón no lo pensaron dos veces e intentaron golpear al aprendiz y a su mascota durante la carrera, en vano por supuesto. No tardaron en atravesar parte de la playa y perder de vista la destartalada barca en la que comenzó todo. Y el Latigazo de Light tampoco duró lo suficiente como para aprovecharlo con el perro.
Peter Pan, lejos de asombrarse por los trucos del aprendiz de Tierra de Partida incrementó la velocidad hacia el mapa, dispuesto a no perder de ninguna forma. Pero no contó con la mascota, Gaomon, que hizo uso de su habilidad Coger, combinada con un nuevo Latigazo de su dueño, para liquidar al enemigo y conseguir el fantástico premio.
El niño de cabello castaño se frenó en seco frente a Light, que ahora tenía que estar sosteniendo el mapa en sus manos, y bufó claramente enfadado. Pero a fin de cuentas, había sido una carrera y la había perdido. Las normas eran las normas, y no podía dejarlas de lado.
―
Enhorabuena, has ganado con todas las de la ley ―Se acercó entonces al lado de Light con la intención de mirar el contenido del pergamino―
. Pero eso… Vaya, no sabía que ahí hubiese un tesoro, y mira que he ido veces.En efecto, el mapa marcaba con una gran “X” roja la famosa
Isla de la Calavera, aquella que habían visto al aterrizar. Peter se separó del aprendiz, todavía en el aire, y se cruzó de brazos frente a él. Frunció el ceño claramente enfadado por algo y le volvió a dirigir la palabra. Palabras que igual podían ofender a Light:
>
Y por cierto, ni se te ocurra volver a darme órdenes si no quieres buscarte un problema personal conmigo, ¿te queda claro? Los niños de Nunca Jamás no obedecemos a los adultos, métete eso en la mollera ―y paró unos segundos, esperando por la reacción del aprendiz―
. Aunque te has ganado el mapa, eso no lo puedo negar. Si te apetece puedes venirte conmigo a nuestra guarida, donde habitamos los Niños Perdidos. Podrás descansar y luego iremos todos a por el tesoro. Aunque puedes hacer lo que te dé la gana.Y Peter Pan se separó, volando hacia un gran acantilado desde el cual caían cascadas de agua. Light se daría cuenta de que la Isla de la Calavera se encontraba en la otra punta de Nunca Jamás, y si quería ir tendría que, o bien retroceder por la playa invadida por los Sincorazón ―los cuales habían desaparecido, pero nada garantizaba que volviesen a aparecer― y tomar el camino de Ronin, o bien escalar el enorme risco por el cual caían las cascadas de agua, pero una vez en la cima podía seguir o no al niño creído. También podía seguir por la playa hacia adelante y dar una vuelta entera a la isla, pero quién sabía los peligros que encontraría.
¿Compartiría el tesoro con unos niños, o se aventuraría él solo a por el premio, ahora que sabía donde estaba? ¿Y si el mapa no era de fiar? Peter le había comentado que nunca encontró tesoro alguno allí, pero igual se le había pasado por alto… ¿Qué raro, no? Igualmente, le tocaba decidir.
Light Hikari:
VIT: 54/54
PH: 24/38
Gaomon:
VIT: 36/36
PH: 13/20
FreyaFreya se adaptó rápidamente a la situación, invocando su Llave Espada y dando órdenes a sus dos compañeros. Pero en cuanto invocó su arma legendaria la encapuchada alzó sus orejas en el aire, totalmente sorprendida por haberse encontrado una Portadora en el barco de unos piratas. No obstante, no comentó nada, sino que se limitó a disparar una certera flecha al pirata que había salido detrás de los niños, el cual había sufrido la traición de la aprendiza para después transformarse en Sincorazón.
El enemigo en cuestión recibió la flecha en su pecho y al momento quedó atrapado en un gran cristal de hielo; estaba congelado. John por su parte agarró una daga que estaba sobre un mueble y comenzó a golpear a una Sombra, pero apenas le hacía daño y pronto se vio acorralado por tres de ellas. Las dos restantes continuaban luchando contra Zorrillo, que daba golpes con su maza de forma muy bruta y sin parar. Freya como había acordado, encaró a los tres piratas restantes, que no dudaron en lanzarse a por su corazón.
El primero se acercó peligrosamente y comenzó a dar numerosos tajos en el aire, que la aprendiza no tardó en esquivar para golpearlo. Pero antes de darse cuenta se vio acorralada por los otros dos: el primero le propinó un peligroso corte que la echó para atrás, y el segundo iluminó su espada con un misterioso brillo azulado, dispuesto a matarla allí mismo.
—
¡Es inútil! Ni siquiera consigo hacerles nada. —comentó el pequeño del sombrero, claramente asustado con daga en mano y dos de esas sombras bajo sus pies
—
¡Pues sigue luchando! —gritó Zorrillo, propinando más golpes y acabando con una de ellas de milagro, exhausto
La situación no podía ser más horrible, y la misteriosa encapuchada se limitaba a observar; no estaba dispuesta a echarles una mano. Y eso tuvo sus consecuencias: John esquivó un zarpazo de la sombra que tenía detrás, pero una de las que estaba en el suelo se abalanzó de pronto sobre sus espaldas, tirándolo al suelo. Y la otra saltó sobre Zorrillo, que acabó aplastado por dos Sombras en total. Freya por su parte pudo lanzar una Flama Tenebrosa a uno de los piratas y acabar con él, y como estaba dispuesta, acudió en la ayuda de los dos niños. Pero nunca llegó.
Uno de los piratas saltó haciendo gala de una elasticidad increíble y le propinó un golpe tal, que la aprendiza cayó al suelo
aturdida.
—
Pensaba que seríais capaces de algo más, pero veo que esto es el límite.—
¿¡Pero qué está pasando abajo!? ¿No es allí donde tenemos a los prisioneros?Todos los escucharon, los piratas de verdad se habían dado cuenta del revuelo, y la misteriosa encapuchada no se hizo de rogar. Apuntó al techo, cargando una extraña energía en su flecha, y al disparar incontables proyectiles cayeron sobre los Sincorazón, acabando con todos. Se apresuró entonces a agarrar a Freya, y animó a los muchachos a seguirla por una de las puertas.
***Había pasado ya un tiempo desde el incidente, y Freya pudo recuperarse sin problemas. Se encontraba junto a los dos niños, y la figura encapuchada… Bueno, ya no tenía la capucha encima:
Los pequeños no parecían sorprendidos por su presencia. El lugar estaba completamente a oscuras, si no fuera por unos pocos candiles que iluminaban levemente. Hacía bastante frío además.
—
¡Buf, menos mal que nos has salvado! Casi no lo contamos.—
Pero mientras sigamos atrapados aquí, de nada nos sirve. ¿Y bien, dónde está la salida de la que hablabas?La misteriosa mujer, muy parecida a un conejo, observó a los tres cuidadosamente. Se levantó y se acercó hasta un hueco de la pared que empujó con la mano y abrió un pequeño agujero en la madera, hacia el exterior. Podían ver el mar, y Nunca Jamás a lo lejos. A su lado había una pequeña barca en la que cabían todos.
—
Podéis escapar por ahí.Zorrillo no discutió. El chico se lanzó sin pensarlo al exterior, pero en cambio, John meditó sobre su situación, interrogando a la mujer.
—
¿Por qué nos ayudas? ¿Qué pretendes? ¿No estás aliada con los piratas?La mujer señaló entonces a Freya, clavando su mirada en la aprendiza.
—
La ayudo a ella. Sobre lo que pretendo… ¿No son los piratas famosos por tener tesoros en sus barcos?—
Pues si quieres mi más sincera opinión, dudo mucho que Garfio tenga algo de eso.—
Yo no estaría tan segura. En cualquier caso, tenéis que escapar, ¿cierto? —y extendió su mano hacia la salida, ofreciéndoles la diminuta barca en la que podrían escapar
Freya podía preguntarle lo que quisiera a la misteriosa mujer, incluso podía quedarse allí con ella, dejando que los Niños Perdidos pudiesen ir a Nunca Jamás por su cuenta. Pero perdería la posibilidad de encontrar al supuesto Peter Pan que tenía que asesinar por orden de Garfio. ¿Y qué había de la pequeña Campanilla? Seguramente continuara presa en manos del capitán, ¿pero de verdad iba a arriesgarse tanto?
Freya:
VIT: 14/20
PH: 09/12
JeanneJeanne no se hizo de rogar y marchó con ganas a la Laguna de las Sirenas, en busca del famoso pirata caza tesoros. El camino se le hizo bastante simple, y no encontró peligros de ninguna clase por ningún lado. Al cabo de media hora, más o menos, alcanzó el lugar acordado en el mapa que le había dado Nono.
A primera vista se trataba de una gran laguna, tal y como indicaba el nombre del sitio, pero daba directamente al mar y estaba formada por muchas rocas que provocaban distintos desniveles en el terreno. Al poco de investigar por allí en busca del pirata, o incluso de alguna sirena, vio algo al fondo. Sentado sobre una roca, se encontraba un hombre bastante llamativo. No sería exagerado llamarlo guaperas, porque la situación encima no ayudaba mucho:
Y efectivamente, estaba rodeado de numerosas mujeres que nadaban a su alrededor, preguntándole cosas de toda clase. Jeanne no lo vio al principio porque las féminas tenían su parte inferior sumergida bajo el agua, pero pronto se daría cuenta de que, como había imaginado, su parte inferior pertenecía al animal que tanto las caracterizaba.
—
A ver, con calma chicas, hay para todas.—
¡Pero qué guapo eres!—
¿Y cuántos años decías que tenías?—
Dios mío, ¿seguro que no conoces a Peter?El famoso pirata suspiró, más molesto por los halagos que le ofrecían las sirenas que otra cosa. No parecía tomarse aquello en serio, y se notaba que solo estaba allí aguantando eso para sacarles información.
>
Bueno, uno se intenta mantener como puede. ¿Y vosotras, queridas? ¿Alguna sabe algo sobre algún tesoro escondido por aquí? Cualquier pista me vale.—
¡Qué va, Garfio se los ha llevado todos! Pero sabemos de otros muchos tesoros…Hasta ese momento, nadie se había fijado en Jeanne, excepto una sirena en particular, la cual se encontraba algo apartada del grupo, como si la mención de los tesoros le supusiese recordar malas experiencias. Ésta, desde el agua, se mantuvo alrededor de las demás, pero sin llegar a involucrarse. Si la aprendiza quería alcanzar al pirata, tendría que ir saltando a través de las rocas, y un solo paso en falso supondría resbalarse y caer al mar. También podía acercarse desde dónde estaba y gritarles, ¿pero qué podía hacer para llamar la atención del hombre?
Jeanne Mars:
VIT: 16/20
PH: 20/20
Fecha límite: Domingo 15 de Febrero.