Una vez sobre el Glider Saeko le quiso preguntar cómo había ido todo en su ausencia. Antes de viajar se colocó los protectores oculares, claro. Un vago recuerdo de Harold y Úrsula pasó por su mente por un instante.
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Bueno... —empezó a hablar.
Aladín no quería que usase mi sangre para abrir la puerta de la tumba y por poco hubo una pelea entre él y los demás. Sé que solo quería protegerme, teme que pase algo como lo de Yafar.>>
Pero esa tumba... Era algo especialSaeko todavía seguía dándole vueltas a lo de la sangre y la pelea de Aladdín cuando Yasmín empezó a entonar una canción, una bastante bonita que consiguió relajar sus músculos y hacer del viaje algo más llevadero.
Saeko no la interrumpió en ningún momento, se limitó a escuchar y dejarse llevar por la hermosa melodía. La voz de Yasmín tampoco dejaba que desear, era casi perfecta, una diferencia más que tenían las dos.
Al cabo de unos minutos terminó de cantar.
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¿Te ha gustado? Kamra nos la enseñó, es algo que ella llamó Magia Arcana.Saeko asintió, algo sorprendida por lo de la magia. Ya sabía de primera mano lo que suponía ese poder tan espeluznante, todavía se preguntaba cuántos años de su esperanza de vida le habría arrebatado usar las piedras tantas veces. Aunque igual cantar hacía de esa magia algo más interesante y mágico, menos desagradable.
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Cantas muy bien Yasmín, nunca me lo hubiese imaginado. —A diferencia de ella misma, que no consideraba tener una voz prodigiosa. Se guardó en la cabeza el preguntarle a Nikolai qué pensaría de su voz, si le veía futuro como cantante. Ella lo dudaba rotundamente, pero le hacía gracia imaginar la cara que pondría su amigo.
El resto del camino fue tranquilo, Saeko pasó un rato concentrada en el viaje, entonando todavía esa canción tan bonita en la cabeza. Al cabo de un rato ya se empezaron a ver las ruinas en la lejanía, reconoció de inmediato algunos lugares, como el obelisco que le habían tirado encima al Bégimo.
Había pasado tanto tiempo y tantas cosas... En el fondo, Saeko deseó volver a ser la inocente cría de por ese entonces, que se fiaba de locos como Yafar y cuyo único objetivo en la vida era hacerle la pelota a los maestros. Pero tantas cosas habían cambiado...
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Yasmín —quiso llamar su atención antes de aterrizar—
. Con nosotros estarás segura, ¿vale? —esbozó una sonrisa, intentando recordarle que la última vez ganaron a Yafar. Esta no iba a ser distinta, fuera cual fuese el enemigo.
El grupo se dirigió hacia una especie de arco, rodeado de edificios tan inclinados que parecía que iban a caerse, aunque bueno, aquel escenario no era nada nuevo para ella. Procuró en la medida de lo posible no mirar a Saito, estaba segura de que a él también le traía tantos recuerdos como a ella. Al fondo podían verse unas torres que hasta ese entonces había ignorado, y el túnel con la puerta sellada debía estar por alguna parte, aunque en ese momento no lograba ubicarse del todo.
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Esas torres son las del castillo, la mayor parte de él quedó bajo las arenas del desierto, pero veo que sus torres han podido resistir sin acabar como el resto de la ciudad —
Entonces no deberíamos perder el tiempo, debemos de preparar trampas alrededor del castillo para los Villanos Finales —intervino la maestra con una idea inesperada—.
Y después, intentar destruír a Ifrit con ese objeto.Saeko no estaba muy convencida de que preparar trampas funcionara, el lugar era muy amplio. No obstante parecía ser la única en pensar así, porque el maestro Light y Saito quisieron aportar su granito de arena.
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Será lo mejor. Yo empezaré a colocar unas minas por ahí.—
Yo no tengo ninguna habilidad así. Lo siento.Ella tampoco disponía de ninguna que sirviese para colocar trampas, si acaso la
Superficie umbría, pero necesitaba tener al objetivo delante y no estaba segura de que fuese a funcionar con el payaso y su compañero. Habían demostrado ser gente fuera de lo común y muy poderosa. Por tanto Saeko se limitó a admirar los edificios.
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Si al menos supiésemos donde están podríamos saber el tiempo que tenemos para los preparativos. —Saeko no podía estar más de acuerdo—.
Lo que es obvio es que sabrán que la tormenta está amainando, son conscientes de que nosotros tuvimos algo que ver.Mientras miraba la arena del suelo y meditaba sobre sus próximos movimientos una luz roja incendió toda la zona. Al igual que sus compañeros, Saeko tuvo los reflejos suficientes para escapar con vida de la enorme explosión que se formó, viendo de refilón en el último segundo una bola de fuego. Las lenguas de fuego fueron tales que incluso la cara y las manos le ardieron. Se le aceleró el corazón y miró en todas las direcciones, nerviosa, después de caer estrepitosamente al suelo.
Pero entonces...
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¡¡BADRA!!Saeko giró la cabeza de inmediato hacia el grito de Celeste, y horrorizada contempló el deplorable estado de la hija de Rayim, pasó unos primeros segundos sin poder creerlo, era incapaz de asimilarlo, la bola de fuego la había alcanzado de lleno. Las quemaduras que todavía sentía en las mejillas y las manos a causa del calor no eran nada comparadas con eso.
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¿Qué...? —Fue lo único que pudo musitar.
Saeko retrocedió un paso, contemplando como el hechizo más potente de la maestra Nanashi no hacía absolutamente nada, viendo impotente el horrible estado de Badra. Todavía no podía creérselo.
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¡Voy a estrangularte con tus propias tripas! —exclamó entonces Lyn desde algún lugar, Saeko estaba tan paralizada que no sabía de dónde venía su voz.
—
¡JEJEJE! Estoy deseando verlo, ¡adoro el color rojo de la sangre!Esa voz...
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¡Tú...! —pronunció con rabia.
El maldito payaso del demonio, Kefka como lo había nombrado el maestro. Fue el responsable de secuestrar a Yasmín e intentar matarla ante sus ojos, y de apuñalar a Celeste en el palacio. También lo recordaba de verlo en Ciudad de Paso. Pese al poco contacto que había tenido con él, sus pocos encontronazos habían sido todos trágicos, y ahora Badra pagaba por su culpa. Aquel villano lo único que sabía era causar desgracias a los demás y encima se regocijaba de sus acciones con burlas, sin importarle absolutamente nada.
Saeko apretó los puños, sintiendo verdadero odio hacia alguien por primera vez.
—
No puedo gastar demasiada magia —comentó Kamra entonces—
. En cuanto mis reservas de magia lleguen a cero volveré a mi tiempo y solo quedará mi Llave Espada en mi lugar.—
¡Cúrala! Tienes que salvarla, por favor, por favor, no puedes dejarla así, no puedes...Ver a Celeste de rodillas ante una Badra al borde de la muerte también la impactó, la situación la estaba superando. Se llevó una mano a la frente.
—
¡No! ¡No podemos dejar que se libere ahora!Saeko se mordió el labio y miró a Saito, redirigiendo parte del odio que sentía por Kefka hacia él. Ya le dijo que era un inconsciente tomando a Yafar como un Djinn, estaba claro que iban a tener que usar la lámpara para salvarla, ella estaba dispuesta a hacerlo aunque Saito se arrepintiese, se lo tenía bien merecido y quería hacerle ver lo que su decisión había implicado, que no la quiso escuchar cuando se lo dijo y ahora lo estaba pagando. Ella misma sabía que liberar a Yafar era una locura, que podía causar más desgracias, pero el deseo de ver a Saito arrepentido por menospreciarla durante toda la misión y la urgencia de curar a Badra hicieron que su lengua afilada saliese a la luz.
—
¡No, Saito! —se dirigió a Saito en particular—
. ¡Ahora no nos queda otra opción que usar a Yafar! ¡No vas a alargar el sufrimiento de Badra solo porque te interesa, por no querer sentirte responsable de que esté en libertad de nuevo! ¡Haberlo pensado antes! —apretó un puño, esperando que Saito entendiera lo que sus acciones conllevaban, y que aprendiera la maldita lección de una vez. Que era un inconsciente, siempre lo había sido.
—
Llévate a Badra, Aladín y a Yasmín a la torre y protégelos.—
No sabemos qué nos espera en esa torre. Puede que otro Villano Final. Quizás alguien más aparte de Kamra debería acompañarlos.Light tenía razón. Los dos nuevos maestros y las dos maestras se iban a quedar luchando, ella quería pegarle la paliza de su vida a Kefka por todo, por lo de Yasmín y por lo de Badra, pero alguien tenía que proteger a los demás. Estaba segura de que iban a poder con él. Se adelantó hasta Nanashi, algo cortada en el último segundo, pero también decidida por la gravedad de la situación. Ni siquiera lo pensó.
—
Maestra —la llamó así sin darse cuenta, aunque no reparó en ello—
, necesitamos la lámpara. No podemos alargar su sufrimiento, podría morir. Ya sé que no soy la más indicada para pedirle esto, pero debemos hacerlo. Pedir un deseo. —alzó su mano derecha y esperó una respuesta por parte de Nanashi, la miró a los ojos con decisión. Si aceptaba, cogería la lámpara y la guardaría a buen recaudo, si no, simplemente soltaría un suspiro y asentiría sin decir nada para darse media vuelta, resignada.
Antes de partir con los demás, alertó al grupo que enfrentaba al payaso.
—
Tened cuidado, sabe utilizar Petra. —pensó que era un detalle que les podía ser de utilidad, para que no les pillaran con la guardia baja.
A continuación, con o sin lámpara, se encaminó hacia los demás, no sin antes mirar por última vez a Kefka. Ver a Badra en ese estado la seguía afectando.
—
¿Qué puedo hacer? Por favor, tiene que haber algo... ¡Lo que sea! Pedidme lo que queráis, no puedo quedarme de brazos cruzados viendo cómo se muere.Saeko no sabía qué decirle, de tener la lámpara se mostraría más optimista.
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Debemos ir a la torre primero —empezó a hablar, claramente alterada—
. Y con cuidado, todavía tenemos un enemigo escondido por ahí. —miró a Malik, él debía conocerlo mejor.
Saeko invocó su Llave Espada y mantuvo la vista alerta en todo momento, en especial a las alturas. Estaba preparada para protegerlos a todos, no podía permitir que el otro villano, el de cabello plateado, les atacara también por sorpresa.